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LECCIÓN 8 – LA MISIÓN DE JESÚS – PARA EL 23 DE MAYO DE 2015

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Toda información dada en éste documento es tomada de la vastedad de libros que la Iglesia Adventista del 7mo Día tiene disponible gratuitamente para el público en general, en Ingles y Español. A éste documento también se le agrega otras informaciones de otros libros, que también se encuentran disponible en el Internet para el uso del  público en general.

Aquí no le estamos presentando una nueva luz, nuestro trabajo es sencillamente recopilar información, y presentarla en un lenguaje sencillo y entendible,  para que se le haga mas fácil al maestro de Escuela Sabática comprender y prepararse mejor, para impartir la lección de Escuela Sabática.

 Deseamos compartir con ustedes los tópicos  de las lecciones de los próximos años.

4 trimestres por año

2015:  (3)»Misioneros» (4)»Jeremías»

2016:  (1)»La Gran Controversia» (2)»El libro de Mateo» (3)»El Papel de la Iglesia en la Comunidad» (4)»Job»

2017:  (1)»El Espíritu Santo y la Espiritualidad» (2)»1ra y 2da de Pedro» (3)»Unidad en Cristo» (4)»Asuntos de Justicia Social»

2018:   (1)»Mayordomía» (2)»Preparación para los Días Finales» (3)»El libro de los Hechos» (4)»El Libro de Apocalipsis»

2019: (1)»Esdras-Nehemías» (2)»El Libro de Daniel» (3)»Romanos» (4)»Como interpretar las escrituras»

Nuevas: 2020: (1) «Educación» (2) Juan

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Lección 8: Para el 23 de mayo de 2015

LA MISIÓN DE JESÚS

Sábado 16 de mayo__________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 15:4-7, 11-32; 16:19-31; 18:35-43; 19:1-10.

PARA MEMORIZAR:
 “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Luc. 19:10).

SI TUVIÉRAMOS QUE ESCRIBIR una descripción de la misión de Jesús, no podríamos hacerlo mejor que repitiendo sus propias palabras: “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

¿Qué se había perdido? La humanidad misma, que estaba alienada de Dios, sujeta a la muerte, y llena de temor, chasco y desesperanza. Si no se hubiese hecho nada en nuestro favor, todo estaría perdido.

Pero, gracias a Jesús, todos tenemos grandes razones para estar esperanzados.

“Al caer, el hombre se apartó de Dios: la tierra fue cortada del cielo. A través del abismo existente entre ambos no podía haber ninguna comunión. Mas, mediante Cristo, el mundo está unido otra vez con el Cielo. Con sus propios méritos, Cristo ha salvado el abismo que el pecado había hecho. […] Cristo une al hombre caído, débil y miserable con la Fuente del poder infinito” (CC 19).

Del Génesis al Apocalipsis, la Biblia es la historia de Dios en busca de la humanidad perdida. Lucas ilustra esta verdad usando tres parábolas importantes: la oveja perdida (Luc. 15:4-7), la moneda perdida (vers. 8-10) y el hijo perdido (vers. 11-32).

Cristo vino a poner la salvación al alcance de todos. Sobre la cruz del Calvario pagó el precio infinito de la redención de un mundo perdido. Su abnegación y sacrificio propio, su labor altruísta, su humillación, sobre todo la ofrenda de su vida, atestiguan la profundidad de su amor por el hombre caído. Vino a esta tierra a buscar y salvar a los perdidos. Su misión estaba destinada a los pecadores: de todo grado, de toda lengua y nación. Pagó el precio para rescatarlos a todos y conseguir que se le uniesen y simpatizasen con él. Los que más yerran, los más pecaminosos, no fueron pasados por alto; sus labores estaban especialmente dedicadas a aquellos que más necesitaban la salvación que él había venido a ofrecer. Cuanto mayores eran sus necesidades de reforma, más profundo era el interés de él, mayor su simpatía, y más fervientes sus labores. Su gran corazón lleno de amor se conmovió hasta sus profundidades en favor de aquellos cuya condición era más desesperada, de aquellos que más necesitaban su gracia transformadora (Joyas de los testimonios, {JT}, t. 2, p. 246).

Jesús habló cual nunca habló hombre alguno. Derramó sobre los hombres todo el tesoro del cielo en sabiduría y en conocimiento. No había venido para expresar sentimientos y opiniones inciertas, sino para hablar la verdad establecida en principios eternos. Podría haber hecho revelaciones científicas que habrían puesto en el olvido como pequeñeces los descubrimientos de los mayores de los hombres; pero ésta no era su misión ni su obra. Había venido para buscar y salvar lo que se había perdido, y no quiso permitir que nada lo desviase de su objeto. Reveló verdades que habían estado sepultadas bajo los escombros del error, las libró de las exacciones y las tradiciones de los hombres, y les ordenó permanecer firmes para siempre. Rescató la verdad de su oscuridad, y la puso dentro de su marco apropiado, a fin de que resplandeciese con su lustre original (Consejos para los maestros, {CM}, pp. 29, 30).

Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, no en sus pecados sino de sus pecados, y a santificarlos mediante la verdad; y para que él sea un Salvador perfecto para nosotros, debemos unirnos a él por medio de un acto personal de fe. Cristo nos ha elegido, nosotros lo hemos elegido, y mediante esta elección nos unimos a él, y en adelante vivimos no por nosotros, sino en el que murió por nosotros. Pero esta unión puede mantenerse únicamente por medio de una vigilia constante, para que no caigamos en tentación y hagamos una elección diferente, porque siempre estamos libres para elegir otro amo, si así lo deseamos. La unión con Cristo significa una decidida preferencia por él en cada acto y pensamiento de nuestra vida (A fin de conocerle, {AFC}, p. 363).

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Domingo 17 de mayo // Lección 8_____________________________

LA OVEJA Y LA MONEDA PERDIDAS

Lee Lucas 15:4 al 7. ¿Qué nos dice acerca del amor de Dios por nosotros? ¿Por qué es tan importante comprender que el pastor fue a buscar a la oveja perdida?

¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

En un mundo que parece indiferente, esta parábola revela una gran verdad: Dios nos ama tanto que vino a buscarnos. Hablamos de personas que buscan a Dios; pero, en realidad, Dios nos busca a nosotros.

“El alma que se ha entregado a Cristo es más preciosa a sus ojos que el mundo entero. El Salvador habría pasado por la agonía del Calvario para que uno solo pudiera salvarse en su Reino. Nunca abandona a un alma por la cual murió. A menos que sus seguidores escojan abandonarle, él los sostendrá siempre” (DTG 446).

Lee Lucas 15:8 y 9. Esta parábola se encuentra solamente en Lucas. La moneda perdida podría tener dos significados. Primero, en Judea, en tiempos de Jesús, había muchos pobres, y para la mayoría de los hogares una moneda (drájma) era más de un día de salario, apenas lo suficiente para impedir que la familia muriera de hambre. Segundo, como señal de estar casada, algunas mujeres llevaban un turbante adornado con diez monedas: una suma grande, ahorrada durante mucho tiempo en familias pobres.

En ambos casos, la pérdida era un asunto serio. Por ello la mujer, con mucho dolor, enciende una luz (la casa tal vez no tenía ventanas, o solo una pequeña), toma una escoba y revuelve la casa hasta que encuentra esa moneda. Se llena de gozo y avisa a todas sus amigas.

“La moneda, aunque se encuentre entre el polvo y la basura, es siempre una pieza de plata. Su dueño la busca porque es de valor. Así toda alma, aunque degradada por el pecado, es considerada preciosa a la vista de Dios. Así como la moneda lleva la imagen y la inscripción de las autoridades, también el hombre, al ser creado, llevaba la imagen y la inscripción de Dios; y, aunque ahora está malograda y oscurecida por la influencia del pecado, quedan aun en cada alma los rastros de esa inscripción” (PVGM 152).

La ciencia y la filosofía modernas dicen que solo somos creaciones del azar en un universo sin significado, que no se preocupa por nosotros o por nuestra suerte. ¿Qué cosmovisión diferente se ve en estas parábolas?

Parábolas         La oveja perdida        La Dracma perdida        El hijo pródigo

«Los Dueños:»        El buen pastor                            La mujer                      El padre

«Los perdidos:»        La oveja                                      La Dracma                    El hijo

¿Porqué se han perdido?        

                         Ignorancia y Necedad          Descuido de la mujer        Por su decisión                                 

¿Tiene culpa de haberse perdido?

                             Hasta cierto punto                                NO                              SI

¿Saben que están perdidos?   

                                           SI                                                 NO                             SI

¿Quien los está buscando? 

                                  El Buen Pastor                             La Mujer                     Nadie

¿Saben los perdidos, que los andan buscando?                                                                                                          

                                         NO                                                NO                            NO

¿Saben como regresar?       

                                         NO                                               NO                             SI

¿Saben que los hallaron?    

                                          SI                                                 NO                            SI

Actitud al Encontrarla   

                            Gozo-no reproche             Gozo -no reproche        Gozo-no reproche

¿Hubo Fiesta?               SI                                                  SI                              SI

 En éstas tres parábolas podemos encontrar a la Trinidad; Dios el Padre , Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, combinados en un mismo sentimiento de amor y alegría, salvando a la humanidad. El padre del hijo pródigo, representa a Dios el Padre, El Buen Pastor representa a Jesús, y la mujer representa a la iglesia que es donde el Espíritu Santo trabaja en su plenitud.

En éstas tres parábolas el valor de los objetos suben de una manera muy interesante y casi imperceptible, el buen Pastor ha perdido una oveja en cien, la mujer ha perdido una moneda en diez, y el padre ha perdido un hijo de dos.

Para el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, cada uno que se ha perdido tiene un valor incomparable. El Buen Pastor fue capaz de dejar noventa y nueve ovejas con tal de salvar una que se había perdido, éste proceder no tiene mucha lógica ante el pensamiento humano, pero es de mucho peso frente a la perfección divina. Para el Espíritu Santo una moneda en diez, es demasiado para perder, una iglesia entera trabaja con tanto esfuerzo y dedicación, y muchas veces  lo hace por un largo tiempo por traer una tan  sola alma al bautisterio, entre más cuesta la conversión de una persona, más grande es la alegría de la iglesia.

Para el Padre uno de sus hijos, los que tenemos hijos entendemos fácilmente lo que representa esa pérdida; no tiene precio.

La oveja perdida
La oveja perdida representa al pecador individual. La oveja está perdida, sabe que está perdida, pero no sabe como encontrar el camino. Muchas veces el humano cae en problemas que no encuentra salidas. Cualquier camino que tome lo pierde más ó lo enreda más en su problema, no sabe para donde hacerse, la aflicción y la desesperación hacen presa de él.

Un ejemplo de esto pueden ser aquellos que ha caído en los vicios de las drogas ó el alcohol, o también aquellos que han caído en el adulterio ó fornicación. Estas personas saben  que tienen  problemas, saben que necesitan ayuda, saben que necesitan salir urgentemente de su problema, saben de su condición, pero no saben como salir de su problema, no saben como encontrar el camino; y muchas veces entre más luchan por liberarse, más se enredan en los problemas; al final llegan a la conclusión que el quedarse sin hacer nada, es mejor que estar luchando por liberarse de los problemas,  muchas veces éstas personas dejan que el tiempo se encargue de sus dificiles situaciones.

¿Se ha dado cuenta que muchas veces nos toca hablar con personas que no pueden reaccionar antes sus problemas? Hay muchas veces que deseamos ayudarles y les damos un consejo correcto, bueno y saludable, pero ellos solo escuchan, y no mueven ni siquiera un dedo para tratar de salir de su condición, nosotros muchas veces creemos que ellos no quieren, no intentan, no les importa el sufrimiento por el cual están atravesando; y la verdad es que no es así; el problema es que nosotros no logramos comprender cuan profundo es el enredo donde se encuentran , las consecuencias  de sus malas decisiones y las heridas que han conseguido ó han hecho a otras personas por culpa de sus malas decisiones.

A estos buscó el buen Pastor.
Hay que notar que el pastor arriesgó 99 ovejas por salvar una sola oveja, esto nos enseña que si hubiera sido necesario, Cristo hubiera muerto por un sólo pecador.

En el Nuevo testamento el Señor seleccionó a personas de diferentes clases para mostrarnos que en su reino él recibirá a todos:

Recibirá a los ricos – Jose de Arimatea

A los pobres – Lázaro el pordiosero

A los aprendidos – Dionisio el areopagita

A los doctores – Lucas

A los soldados – El centurión romano

A los pescadores – Los apóstoles

A los extorsionistas – Zaqueo

A los colectadores de impuestos – Mateo

A los ladrones – El ladrón de la cruz

A las prostitutas – María Magdalena

A los adúlteros – La mujer samaritana

A los perseguidores y asesinos – Pablo

A los rebeldes y obstinados – Pedro

A los negociantes – Lidia

A los hombres de estados y cortes – El eunuco de Etiopía

A las familias – La de Betania

A las multitudes – día del pentecostes.

Fue a Samaria a buscar la mujer, fue a Betania a buscar a María, fue a Capernaum a buscar el centurión, fue a Jericó a buscar a Zaqueo, fue a Nain a buscar a la viuda y su hijo muerto.

Esta es la razón que Jesús es representado como el Buen Pastor en la salvación más numerosa, por que su sangre cubre, limpia y redime a la humanidad entera, desde Adán hasta nuestros días.

 La siguiente historia es la de un cazador de la foresta Norte Americana:

“Estaba cazando animales para conseguir sus pieles, allá por el mes de marzo, época en que el hielo se comienza a romper en los lagos y ríos del norte. Me encontraba en uno de los lagos más lejanos y más salvajes que he visitado en mi vida. Según mis cálculos el humano más cercano a mi, se encontraba a mas de 100 millas de distancia. Mientras empujaba mi canoa a través de hielo quebrado, escuché que alguien caminaba a través del hielo, sus pasos eran demasiado ruidosos y des uniformes, y llegue a creer que se trataba de un reno (moose). Aliste mi rifle, y lo sostenía en mis manos firmemente mientras esperaba con ansias ver que era lo que caminaba hacia mi. Quede atónito cuando descubrí que no era un reno, sino un hombre, un hombre caminando en el agua congelada, sin nada en sus manos y en sus pies, con sus ropas despedazadas. Estaba caminando, y gesticulaba con sus manos, mientras hablaba con él mismo. Se había consumido a un esqueleto.

Con gran dificultad lo logre poner dentro de mi canoa; cuando llegue a tierra firme, prendí una fogata, y le prepare alimentos calientes, también chocolate caliente y mucho té. Le encontré en sus bolsillos un hueso de un animal que había estado mordiendo casi hasta consumirlo. Después de haber tomado alimentos calientes no tardó mucho tiempo en quedar profundamente dormido. Lo cuide como quién cuida a un bebe, y después de averiguar y hacerle tantas preguntas, logre descubrir del lugar donde supuestamente vivía. Tome la resolución de volverlo a su lugar, y con mucho esfuerzo y cuidado, cruzando ríos y quebradas, evadiendo cataratas y precipicios, subiendo y bajando peligrosos desfiladeros, y cuidando que no se me fuera a escapar en la foresta, logramos llegar a su aldea, después de una semana de arduo viaje.

Encontré la comunidad profundamente consternada por la pérdida de éste hombre y me di cuenta que habían más de 100 persona distribuidas por los bosques y montañas buscando a mi demente acompañante.

Las personas de ésta comunidad habían tomado la resolución, que si alguien lo encontraba, las campanas de la iglesia sonarían y las armas se dispararían para informar del hallazgo de éste hombre. Minutos mas tarde fue exactamente lo que aconteció, las campanas rompieron la paz y el silencio de aquellas montañas y los disparos reportaron sus ecos vez tras vez, a través de la profunda e inmensa foresta de aquel lugar.

Cuantas veces he contado ésta historia, yo nunca he visto personas más locas de alegría en mi vida, que ésta gente, el hombre perdido pertenecía a la primera familia y mejor familia del lugar. Ellos tenía la esperanza que la demencia de éste hombre fuera temporal, y después de unos meses me di cuenta que en verdad la demencia del hombre fue temporal.

¡Oh, como me festejaron! Cuando partí del lugar, llenaron mi canoa de comida, ropas y provisiones para que tuviera un viaje confortable y placentero, sin duda alguna esa fue una ocasión muy especial y también un lugar lleno de un gozo muy especial. Esa gente parecía que había olvidado todo lo que les estaba pasando en sus vida y estaban concentrado en el pobre hombre que yo había llevado de regreso a casa.”

El cazador siguió su historia diciendo: “¿No les recuerda la historia de San Lucas 15 donde el pastor deja 99 ovejas y va en busca de la que se había perdido, y cuando la encuentra hace una fiesta de gozo y alegría? El Maestro nos enseña que cuando un pecador se arrepiente hay gozo en el cielo, yo no creo que en ese mundo las campanas suenen, ni mucho menos hayan disparos, pero de una cosa estoy seguro, que el cielo tiene su propia manera y forma para disfrutar, festejar y demostrar ese gozo que ellos experimentan por un pecador arrepentido”

La Dracma perdida

La dracma perdida es muy interesante: no sabe que está perdida, no sabe que la andan buscando, no saben que la encontraron, y no sabe que hay fiesta por haberla encontrado. La dracma perdida puede representar a varios tipos de personas.  Uno de ellos, son aquellos que viven en la obscuridad.  Pecadores extraviados y errantes.  La «mujer» prende una «lámpara» y barre diligentemente hasta encontrarlos. Están escondidos por la oscuridad, por el polvo, se necesita un trabajo diligente y tenaz para poderlos rescatar.

La dracma perdida también puede representar a aquellos que serán salvos, sin saber nada de la Biblia, sin saber nada de la salvación, ni de Dios, ni del Salvador. Un ejemplo de esto es la multitud de niños mártires, que fueron muertos por decisión de sus padre, por la causa de Jesús. No saben que nacieron en un mundo perdido, no saben que los buscaban, no saben que los encontraron, y no saben que hay fiesta por ellos, pero son salvos. Otros podrían ser muchos que vivieron en el oscurantismo, no tuvieron la Biblia, no supieron nada de la salvación, ni del Salvador, no conocieron a Dios, ni tampoco su ley;  pero fueron «leyes a sí mismos»

Romanos 2
14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, no teniendo ley, son ley a sí mismos, 15 mostrando ellos, la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y sus pensamientos, acusándose o aun excusándose unos a otros,

Jesús se bautizó por dos razones fundamentales;
La primera es para darnos el ejemplo
La segunda es por causa de aquellos que no lo pudieron hacer.
Un ejemplo de esto, es el ladrón en la cruz.

La dracma perdida también representa a otro grupo de personas y muy poco se habla de éste grupo de personas en nuestra iglesia

La dracma perdida, es una moneda, no es un simple pedazo de metal, es una moneda que tiene la imagen del rey, y también tiene una descripción y también tiene un sello que da testimonio de la autoridad a quien le pertenece.

La moneda se ha perdido en la casa, la mujer no perdió la moneda cuando andaba caminando por el campo, tampoco votó la moneda en las profundidades del mar, no; la mujer ha perdido la moneda en su propia casa. Si ella  hubiera perdido la moneda  ya sea en el campo ó en el mar, quizás no se preocupara en buscarla, ya hubiera considerado la moneda como una pérdida. Esto nos enseña que toda persona que alguna vez estuvo en la iglesia, puede ser recuperada, y restaurada a su valor original, dignidad y honor.  Mientras la mujer aún se mantenga buscando la moneda, ésta moneda tiene un potencial de volver a su estado glorioso al cual siempre ha pertenecido.

 Esta moneda está perdida pero no olvidada, a pesar que está perdida, no ha perdido su valor, si es recuperada va a tener el valor que siempre ha tenido. También la moneda es reclamada por su dueña, la dueña dice: he encontrado la dracma que había perdido. Cuando la mujer pierde la posesión de la moneda, no pierde el derecho a la moneda, si la moneda se le cae de las manos al suelo, la moneda no viene a ser propiedad de alguien más, sigue siendo su propiedad, la mujer la reclama para ella. Todos aquellos por quienes Cristo murió, y que algún día muy especial fueron redimidos a través del santo bautismo, y que en el presente se encuentran perdidos en el polvo del pecado, Cristo aún los sigue reclamando como su propiedad.

La moneda aún perdida, aún cubierta de polvo, quizás con su forma ó imagen media distorsionada ó borrada por los golpes de la vida, por el uso y el abuso de la vida, aún sigue siendo moneda, no puede, ni podrá, volver a su estado de metal común y corriente que fue antes, una vez moneda, será moneda para siempre, aunque al final sea destruida,  el único que puede destruir esa moneda es solamente su Creador.

En la parábola de la oveja perdida se representa el maravilloso amor de Cristo por los que yerran, los vagabundos. No prefiere quedar con aquellos que aceptan su salvación, otorgándoles todos sus esfuerzos y recibiendo su gratitud y amor. El verdadero pastor abandona el rebaño que le ama, y va al desierto, soporta penurias y arrostra peligros y muerte, a fin de buscar y salvar la oveja que se extravió del redil, y que va a perecer si no se la trae de vuelta. Cuando después de diligente búsqueda halla a la oveja perdida, el pastor, aunque cansado, dolorido y hambriento, no deja que esa oveja débil le siga ni la arrea, sino que la recoge en sus brazos, y poniéndola sobre sus hombros, la lleva al redil. Luego invita a sus vecinos a regocijarse con él por haber recobrado la oveja perdida.

La parábola del hijo pródigo y la de la dracma perdida, enseñan la misma lección. Cada alma que está especialmente en peligro por haber caído en la tentación causa pena al corazón de Cristo, y obtiene su más tierna simpatía y labor más ferviente. Siente más gozo por cada pecador que se arrepiente que por los noventa y nueve que no necesitan arrepentimiento (Joyas de los testimonios, {JT}, t. 2, pp. 246, 247).

Esta parábola, como la anterior, presenta la pérdida de algo que mediante una búsqueda adecuada se puede recobrar, y eso con gran gozo. Pero las dos parábolas representan diferentes clases de personas. La oveja extraviada sabe que está perdida. Se ha apartado del pastor y del rebaño y no puede volver. Representa a los que comprenden que están separados de Dios, que se hallan dentro de una nube de perplejidad y humillación, y se ven grandemente tentados. La moneda perdida simboliza a los que están perdidos en sus faltas y pecados, pero no comprenden su condición. Están apartados de Dios, pero no lo saben. Sus almas están en peligro, pero son inconscientes e indiferentes. En esta parábola, Cristo enseña que aun los indiferentes a los requerimientos de Dios, son objeto de su compasivo amor. Han de ser buscados para que puedan ser llevados de vuelta a Dios. La oveja se extravió del rebaño; estuvo perdida en el desierto o en las montañas. La dracma se perdió en la casa. Estaba a la mano, pero sólo podía ser recobrada mediante una búsqueda diligente.

Esta parábola tiene una lección para las familias. Con frecuencia hay gran descuido en el hogar respecto al alma de sus miembros. Entre ellos quizá haya uno que está apartado de Dios; pero cuán poca ansiedad se experimenta, a fin de que en la relación familiar no se pierda uno de los dones confiados por Dios (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, pp. 151, 152).

El amor de Dios fue el tema de Cristo cuando hablaba de su misión y de su obra. “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar”. Juan 10:17. Mi Padre te ama a ti con un amor tan ilimitado, pero me ama a mí más porque he dado mi vida para redimirte. Te ama, y me ama a mí más porque te amo, y doy mi vida por ti… Bien entendieron los discípulos ese amor cuando vieron a su Salvador que sufría vergüenza, reproches, desconfianzas y traición; cuando vieron… su muerte en la cruz del Calvario. Este es un amor cuya profundidad nadie puede sondear. A medida que los discípulos lo comprendieron, a medida que su percepción se aferró de la compasión divina, comprendieron que hay un sentido en el cual los sufrimientos del Hijo fueron los sufrimientos del Padre (A fin de conocerles, {AFC}, p. 71).

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Lección 8 // Lunes 18 de mayo________________________________

LA PARÁBOLA DEL HIJO PERDIDO: 1A PARTE

11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

La parábola del hijo pródigo (Luc. 15:11-32) es el relato breve más hermoso sobre la naturaleza perdonadora del amor. Solo aparece en Lucas, y podría llamarse la parábola del padre amante y de dos hijos perdidos. Un hijo eligió irse a un país distante en vez de quedarse en casa. El otro hijo eligió quedarse en casa, pero no conoció el amor del padre. La parábola puede estudiarse en siete partes: cuatro se ocupan del pródigo; dos, del Padre; y una, del hermano mayor.

  1. ¡Dame! (Luc. 15:12). La decisión de exigir su porción de la propiedad no fue un impulso repentino. A menudo, el pecado se lleva a cabo después de un tiempo de pensar en prioridades mal ubicadas. Este joven debió de haber oído de sus amigos el encanto de tierras distantes. La vida en casa era demasiado rígida. Había amor, pero había límites; la tierra distante le ofrecía una vida sin restricciones. El padre era demasiado protector; su amor, demasiado estrecho. El hijo quería libertad, y en la búsqueda de una libertad sin límites estaba la semilla de la rebelión.
  2. ¿Por qué a mí? (Luc. 15:13-16). El hijo transformó en efectivo toda su herencia y se fue a una “provincia apartada”, lejos de la casa de su padre. El cuidado de ojos amorosos, el cerco protector de la ley y el abrazo de la gracia estaban ausentes en esa lejanía. Allí pasó “viviendo perdidamente” (Luc. 15:13). La palabra griega para “perdidamente” (asótos) aparece otras tres veces como sustantivo en el Nuevo Testamento: embriaguez (Efe. 5:18), rebeldía (Tito 1:6) y disolución, que incluye “lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías” (1 Ped. 4:3, 4). En esos placeres impíos desgastó su salud y desperdició su dinero, y pronto estuvo sin dinero, sin amigos y sin comida. Con hambre al punto de estar famélico, encontró empleo cuidando cerdos, una tarea repugnante para un judío.
  3. “Hazme” (Luc. 15:17-19). Pero, el pródigo aún es hijo y tiene el poder de elegir regresar. El hijo, “volviendo en sí”, recordó su hogar, a su padre y un vínculo de relación llamado amor. Caminó de regreso a casa, preparó un discurso, y rogó al padre: “Hazme”. Esto es, hazme lo que quieras hacerme, pero déjame estar bajo el cuidado de tu amor. ¡Qué mejor hogar existe que el corazón del Padre!

El mundo puede parecer muy atractivo. ¿Qué cosas específicas del mundo te tientan, de modo que piensas: “Oh, eso no es tan malo”, cuando en lo profundo sabes que sí lo es?

Jesús presentó la parábola del hijo pródigo con el fin de exponer acertadamente el cuidado tierno, amante y misericordioso ejercido por su Padre. Aunque sus hijos yerren y se aparten de él, si se arrepienten y vuelven, él los recibe con el gozo manifestado por un padre terrenal que recibe a su hijo perdido durante largo tiempo pero que regresa arrepentido (El evangelismo, {EV}, p. 46).

El amor de Dios aún implora al que ha escogido separarse de él, y pone en acción influencias para traerlo de vuelta a la casa del Padre. El hijo pródigo volvió en sí en medio de su desgracia. Fue quebrantado el engañoso poder que Satanás había ejercido sobre él. Se dio cuenta de que su sufrimiento era la consecuencia de su propia necedad, y dijo: “¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré, e iré a mi padre”. Desdichado como era, el pródigo halló esperanza en la convicción del amor de su padre. Fue ese amor el que lo atrajo hacia el hogar. Del mismo modo, la seguridad del amor de Dios constriñe al pecador a volverse a Dios (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, p. 159).

La lucha entre el bien y el mal no se ha vuelto menos fiera de lo que era en los días del Salvador. El camino al cielo no es más liso ahora que entonces. Debemos apartar todos nuestros pecados. Debemos abandonar toda indulgencia predilecta que obstaculice nuestro progreso espiritual. Si el ojo derecho o la mano derecha nos son causas de ofensa, debemos sacrificarlos. ¿Estamos dispuestos a renunciar a nuestra propia sabiduría y a recibir el reino de los cielos como niñitos? ¿Estamos dispuestos a deshacernos de nuestra propia justicia? ¿Estamos dispuestos a sacrificar la aprobación de los hombres? El premio de la vida eterna es de valor infinito. ¿Estamos dispuestos a dar la bienvenida a la ayuda del Espíritu Santo y a cooperar con él, haciendo esfuerzos y sacrificios proporcionados al valor del objeto a obtenerse? (Mensaje para los jóvenes, {MJ}, p. 54).

El Señor perdona a todos los que se arrepienten de sus pecados. El se aparta de los que no se arrepienten, de los que se apoyan en la confianza propia. Nunca rehusará escuchar la voz de las lágrimas y del arrepentimiento. Nunca volverá su rostro del alma humilde que acude a El arrepentida y apesadumbrada…

El miembro de iglesia que cree en la Palabra de Dios nunca mirará indiferente a un alma que se humilla y confiesa su pecado. Sea recibido con regocijo el arrepentido. Cristo vino al mundo para perdonar a todo el que dice: “Me arrepiento. Lamento mi pecado”. Cuando un hermano dice: “Dios me ha perdonado. ¿Me perdonará usted?”, tome su mano, y diga: “Así como espero ser perdonado, yo perdono” (Reflejemos a Jesús, {RJ}, p. 195).

La parábola del hijo pródigo es diferente a las primeras dos. En la oveja perdida, y la dracma perdida; se ve el esfuerzo del pastor y de la mujer en la búsqueda de ellos. En el hijo pródigo, se ve el esfuerzo ó las decisiones que el humano tiene que tomar para estar bien con Dios. El hijo pródigo representa al grupo de personas que están en la iglesia, y por cualquier razón se alejan de ella. Son personas que creen que en la iglesia no hay libertad, y miran las cosas del mundo con curiosidad y envidia. A veces se agarran del mas mínimo problema, como una razón para alejarse de la iglesia.  La mayoría de estos casos pasan con las personas que han nacido en el evangelio, quienes quieren probar el mundo y por se razón se marchan de la iglesia. Estas personas regresan cuando «vuelven en si»
La mayoría de veces tiene que pasar algún suceso fuerte en sus vidas; algo grande que los estremezcan para que se den cuenta de su situación. Son raras veces que estas personas vuelven a la iglesia por la visita ó amonestación de algún hermano ó pastor de la iglesia.  Ellos ya conocen la casa del padre,  y han disfrutado de las abundancias, de las riquezas, de la seguridad y prosperidad de la casa del Padre;  conocen el camino, saben como volver, sólo necesitan tener el valor y la decisión de regresar.

 Vale mucho la pena recalcar que cuando el hijo pide la primogenitura al padre, el padre no hace ni el más mínimo esfuerzo para interferir con su hijo, la Biblia no registra ni una palabra de desacuerdo, ruego ó suplica de parte del padre hacia su hijo. Esto nos enseña que cuando nosotros decidimos romper esa relación con Dios, estamos completamente libres de hacerlo sin ninguna interferencia de su parte, Dios nunca usará su poder divino para detener nuestros intentos de independencia y libertad.

Ocho escenas impresionantes:

1-Una vida llena de pecado

Un joven tratando de escapar de las restricciones del hogar por tres razones equivocadas:

  • Un falso concepto de la verdadera libertad
  • Un falso concepto de la verdadera felicidad
  • Un falso concepto de auto-control

 2- Un joven demandando la porción de su herencia, por dos razones equivocadas

  • Por el deseo de ser independiente
  • Por el deseo de vivir una vida de acuerdo a sus propios planes

 3- Un Joven recibiendo su herencia con anticipación

  • Un padre reconociendo el libre albedrío de un hijo
  • Un padre reconociendo el corazón de un hijo ya separado de él
  • Un padre experimentando la amarga experiencia del abandono de un hijo

 4- Un hijo abandonando su hogar paternal

  • El viaje fue inmediatamente ejecutado
  • El joven pudo tomar todo lo que pudo conseguir

5- Un hijo viviendo una vida desenfrenada lejos del hogar

  • Una vida desenfrenada
  • Una riqueza gastada

6- Las consecuencias de las malas elecciones

  • Falta de alimentos
  • Necesidad
  • Trabajo degradante
  • Hambre

El hijo prodigo estaba trazando los planes de su vida, el deseaba los bienes de su padre pero no deseaba su presencia, ésta forma de pensar es precisamente el germen que hace nacer el pecado: un espíritu independiente, orgulloso y sin amor para hacia Dios.

Su primer paso era escaparse de los lazos de su padre.

La libertad conduce al libertinaje

El libertinaje conduce al desenfreno

El desenfreno conduce a la reflexión

La reflexión conduce al arrepentimiento

El arrepentimiento conduce a la reforma

La reforma conduce a la restauración

La restauración conduce al gozo

El gozo del regreso del hijo pródigo es muy hermoso, pero la conducta y carácter de su hermano mayor es inmensurable mente mejor.

Hay una historia muy interesante de una buena mujer que tenía a su hijo en el ejército de los Estados Unidos, un día decidió hacer una colcha y mandarla a uno de los hospitales del ejercito. Esta colcha no era una colcha cualquiera, era un colcha muy especial, ya que la iba a hacer de  diferentes pedazos de telas, telas de múltiples colores y diseños, cortados en cuadros y puestos juntos hasta formar la colcha, esto en ingles se le llama «quilt». La parte mas interesante es que en medio de cada cuadro de color, llevaría un cuadro de tela blanca y en cada cuadro de tela blanca bordaría un texto de la biblia. La historia dice que mientras bordaba cada texto de la Biblia, oraba por cada uno de los textos, para que el mensaje pudiera llegar a la persona que necesitara ayuda divina.

Muchos enfermos pasaron por ese hospital y usaron la hermosa e interesante colcha ó sábana. Un día arribó un joven soldado que estaba herido.  A los día se le vio que estudiaba incesantemente cada cuadro blanco que tenía la colcha. Más tarde se le vio llorar y besar incesantemente uno de los cuadros de la colcha, todos creían que había encontrado algún texto de la Biblia que había tocado su alma ó su corazón, pero no era así; había encontrado un cuadro de tela oscura que tenía al centro una hermosa hoja de color rojo. El muchacho preguntó: ¿Ustedes saben de donde viene ésta sábana? Le contestaron al muchacho que esa sábana la había mandado una mujer, y que con la sábana también había mandado una nota. El pidió ver la nota  y cuando vio la nota , sus manos comenzaron a temblar y su rostro palideció, -es mi madre- dijo; y ese cuadro de tela oscura con la hoja roja al centro, es de uno de sus vestidos. El cuadro blanco que estaba a la par decía: «he pecado contra el cielo y contra ti…» La historia dice que ésta experiencia hizo un profundo impacto en la vida de éste muchacho; y también dice la historia que cuando salió del hospital fue en busca de su madre y también fue en busca de Dios.

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Martes 19 de mayo // Lección 8_______________________________

LA PARÁBOLA DEL HIJO PERDIDO: 2A PARTE

  1. El regreso a casa (Luc. 15:17-20) fue un viaje de arrepentimiento. Comenzó cuando “volvió en sí”. Al comparar dónde estaba con la casa de su padre, decidió “ir” a su padre. Regresó con un discurso de cuatro partes que define lo que es el arrepentimiento.

Primero, reconoce al padre como “mi padre” (vers. 18). El hijo pródigo confía en su amor y su perdón, así como necesitamos confiar en el amor y el perdón de nuestro Padre.

Segundo, la confesión: el pródigo había pecado contra Dios y contra su padre (vers. 18).

Tercero, la contrición: “Ya no soy digno” (vers. 19). Reconocer la propia indignidad, en contraste con la dignidad de Dios, es esencial para el verdadero arrepentimiento.

Cuarto, la petición: “Hazme” (vers. 19). La entrega a lo que Dios quiera es la meta del arrepentimiento. El hijo ha regresado a casa.

  1. El padre expectante (Luc. 15:20, 21). La espera comenzó cuando el hijo salió de casa, y terminó “cuando aún estaba lejos” y el padre lo vio. “Fue movido a misericordia […] y le besó” (vers. 20). Ninguna otra imagen capta mejor el carácter de Dios que la del padre que esperaba a su hijo.
  2. El regocijo de la familia (Luc. 15:22-25). El padre abrazó a su hijo, lo vistió con un vestido nuevo, puso un anillo en su dedo y zapatos en sus pies, y ordenó hacer una fiesta. La familia estaba de celebración. Si salir de la casa fue la muerte, el regreso fue una resurrección, digna de regocijo. Por cada hijo arrepentido, hay gozo en el cielo (vers. 7).
  3. El hijo mayor (Luc. 15:25-32). El hijo menor se perdió cuando se fue lejos. El hijo mayor estaba perdido; aunque estaba en casa, su corazón estaba lejos. Ese corazón se enojó (vers. 28), se quejó lleno de justicia propia (vers. 29) y rehusó reconocer al hermano. Le dice al padre: “este tu hijo […] ha consumido tus bienes” (vers. 30). La actitud del hijo mayor hacia el padre es la misma que la de los fariseos que acusaron a Jesús: “Este a los pecadores recibe, y con ellos come” (vers. 2). Las palabras del padre al hijo mayor reflejan la actitud del Cielo hacia todos los pecadores arrepentidos: “Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado” (vers. 32).

Ponte en el lugar del hermano mayor. Por equivocado que sea su pensamiento, ¿por qué era “lógico” que se sintiera de esa manera? ¿Cómo revela esto la manera en que el evangelio va más allá de la “lógica”?

En  la parábola del hijo pródigo encontramos que es extremadamente placentero para Dios el Padre, la conversión de cualquier pecador. La manera que  recibe  y festeja el regreso de un pecador arrepentido, habla de la riqueza de la gracia de Dios y habla también de como el pecador es constantemente invitado a volver al redil y experimentar la fiesta que le darán por su regreso a casa. Posiblemente el titulo de esta parábola podría ser: «La Felicidad del Padre perdonador».

Las «buenas nuevas» ó «evangelio» en ésta parábola, lo encontramos en el hecho de que El Padre está esperando con ansias y alegría que su hijo vuelva al hogar; aún más que eso, hay una fiesta de bienvenida y su total reivindicación a la familia, tal como lo era antes.

También encontramos en ésta parábola que los hijos de Dios tienen diferente caracteres. Un hijo es sólido, reservado, austero, muy aplicado a su conocimiento y con muy poco buen humor con respecto a aquellos que le rodean. (es muy serio)

Por el otro lado, tenemos un hijo volátil, impaciente, revoltoso, sin restricción, sin sabiduría; pudiera haber pedido un poquito de su herencia para probarla en un negocio, y si le iba bien, pudo haber pedido más, pero no fue así, pidió toda la fortuna y de una sola vez.
El estado miserable del hijo pródigo, después de haber abandonado a su padre, es una representación del estado miserable del hombre después de haber abandonado a Dios.

1- Un estado pecaminoso es una estado de «abandono y alejamiento de Dios»: Adán abandonó su hogar e hizo del mundo su residencia y su hogar. Ahora  éste mundo lleno de miseria, dolor y muerte es el que nosotros llamamos hogar.

2-Un estado pecaminoso, es un estado de «derroches»: Muchos TESOROS son malgastadas por una vida llena de lujos. Grandes riquezas  son invertidas para complacer al orgullo, la envidia y la soberbia.

También se derrocha el TEMPLO, TALENTOS, y TIEMPO en cosas mundanales, en vez de usarlo con su fin correcto que serían las cosas espirituales.

3-Un estado de pecaminosidad es un estado de «necesidad»: Después de haber gastado toda su fortuna, el hijo pródigo es abandonado por sus amigos.  Cuando el país es azotado por el hambre, de allí en adelante todo se vuelve escaso, apreciado y necesitado. Muchas veces derrochamos las bendiciones espirituales de Dios sin cuidado, ni remordimiento. No hacemos caso al Espíritu Santo, menospreciamos la Palabra de Dios y no escuchamos a sus mensajeros. Cuando la desgracia, el dolor, la soledad, la vejez, la enfermedad y la miseria toca a nuestras puertas, entonces deseamos  volver; tenemos la necesidad del pan espiritual, tenemos la necesidad de  la paz del cielo, tenemos la necesidad de la compañía divina y tenemos la necesidad del perdón y aceptación de Dios.

4-Un estado pecaminoso, es un estado de «servidumbre»: Después de ser el hijo del apoderado señor, ahora el hijo pródigo está desempeñando uno de los trabajos mas detestados y abominables para el pueblo de Dios, el cual es la crianza de cerdos. 15 Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país. Conseguir empleo con el «ciudadano» que no es de nuestro «país», es decir nuestro país celestial; nunca nos ha traído buenos resultados. Los vicios, la concupiscencia, los malos hábitos, hacen del hombre el perfecto esclavo.
5-Un estado pecaminoso es un estado de «insatisfacción»: El hijo pródigo al estar en necesidad, buscó trabajo con tal de aliviar su necesidad. En su hambre deseaba comer la comida de los cerdos, la cual le fue negada también. Muchos se van de la iglesia, creyendo y prometiéndose que en el mundo van a estar satisfechos y felices. Hay que recordar que las algarrobas son para alimento de los cerdos no pare el hombre. Los placeres y gozos que da éste mundo, de seguro alimentarán nuestros sentidos y complacerán los deseos de la carne; Pero nunca alimentarán nuestras vidas espirituales, siempre tendremos una vida insatisfecha.
7- Un estado pecaminoso es un estado de «muerte:» «24 Porque este hijo mío estaba muerto…» El pecador está bajo la sentencia del pecado, pero al mismo tiempo está muerto: Muerto en pecados, muerto en la vida espiritual, muerto en su separación con Cristo, muerto por no vivir de acuerdo a Dios.
Muchas veces los hijos que pertenecen a la misma familia y han disfrutado de las mismas oportunidades, cuando crecen se convierten en personas totalmente diferentes y opuestas. Hay hijos que se convierten en una bendición y otros de ellos son una inexplicable pesadilla. La gracia y la bondad, no es siempre una característica en común de una familia, y ésta es la razón por la cual muchos hogares y familias están completamente divididas. Jacob y Esaú eran hermanos gemelos; Jacob era un hombre de oración, y como príncipe tenía poder tanto para Dios, como para los hombres y prevaleció. Su hermano Esaú, fue profano hasta el grado de vender su primogenitura por una sopa de lentejas. En el caso de la parábola del hijo pródigo, los dos hijos se muestran con dos hábitos totalmente opuestos

El hijo mayor estaba enojado; ¿Enojado de qué? ¡De la salvación de su hermano! El egoísmo hace al hombre infeliz y de mal carácter. El egoísta siempre piensa en su excelencia, y casi nunca puede disfrutar del gozo de la prosperidad de otros, el egoísta tiende a pensar que toda muestra de cariño y afecto dado a otros, es un ofensa directa en contra de él ó ella. El egoísta es una persona muy sensible, irritable  y envidiosa. No hay manera más segura en que nos hagamos la vida miserable, que cuando nos ponemos a pensar de nosotros mismos, de una manera más alta ó elevada de lo que es la realidad somos, cuando pensamos así lo único que logramos es alejar a todos de nuestro lado.

Ningún verdadero hijo de Dios, verá de reojo la salvación de otro, no importando cuan mal ha sido el que se ha convertido al evangelio. El egoísmo es un fuego que consume todo el amor que hay en nuestras vidas, el egoísmo es como las herraduras de una bestia enfurecida, que destruye toda hermosa flor que se encuentra en el jardín de la simpatía, el egoísmo es un monstruo, que no tiene ojos para lo bello, ni oídos para la música, ni aprecio a los sentimientos; el egoísta es una empobrecida alma que arrebatará el pan que ha conseguido el que mendiga y que cerrará las puertas de la hospitalidad al desamparado.

Jesucristo a diferencia del hermano mayor del hijo pródigo, -quién tuvo dificultades en aceptar al hermano menor- El nos muestra su amor de hermano mayor, un amor igual al mismo Padre, sin censuras, sin reproches, sin prejuicios, un amor sin condiciones, un amor que sana, que salva y que redime.

Poco se imaginaba el alegre e irreflexivo joven, cuando salía de la casa de su padre, el dolor y la ansiedad que dejaba en el corazón de ese padre. Mientras bailaba y banqueteaba con sus turbulentos compañeros, poco pensaba en la sombra que se había extendido sobre su casa. Y cuando con pasos cansados y penosos toma el camino que lleva a su casa, no sabe que hay uno que espera su regreso. Sin embargo, “como aún estuviese lejos”, su padre lo distinguió. El amor percibe rápidamente. Ni aun la degradación de los años de pecado puede ocultar al hijo de los ojos de su padre. El “fue movido a misericordia, y corrió, y echóse sobre su cuello”, en un largo, estrecho y tierno abrazo.El padre no había de permitir que ningún ojo despreciativo se burlara de la miseria y los harapos de su hijo. Saca de sus propios hombros el amplio y rico manto y cubre la forma exangüe de su hijo, y el joven solloza arrepentido, diciendo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”. El padre lo retiene junto a sí, y lo lleva a la casa. No se le da oportunidad de pedir el lugar de un siervo. El es un hijo, que será honrado con lo mejor de que dispone la casa, y a quien los siervos y siervas habrán de respetar y server (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, pp. 159, 160).

 ¿Se logró que el hermano mayor viera su propio espíritu vil y desagradecido? ¿Llegó a ver que aunque su hermano había obrado perversamente, era todavía su hermano? ¿Se arrepintió el hermano mayor de sus celos y de la dureza de su corazón? Concerniente a esto, Cristo guardó silencio. Porque la parábola todavía se estaba desarrollando, y a sus oyentes les tocaba determinar cuál sería el resultado.{PVGM 164.4}

El hijo mayor representaba a los impenitentes judíos del tiempo de Cristo, y también a los fariseos de todas las épocas que miran con desprecio a los que consideran como publicanos y pecadores. Por cuanto ellos mismos no han ido a los grandes excesos en el vicio, están llenos de justicia propia. Cristo hizo frente a esos hombres cavilosos en su propio terreno. Como el hijo mayor de la parábola, tenían privilegios especiales otorgados por Dios. Decían ser hijos en la casa de Dios, pero tenían el espíritu del mercenario. Trabajaban, no por amor, sino por la esperanza de la recompensa. A su juicio, Dios era un patrón exigente. Veían que Cristo invitaba a los publicanos y pecadores a recibir libremente el don de su gracia—el don que los rabinos esperaban conseguir sólo mediante obra laboriosa y penitencia—, y se ofendían. El regreso del pródigo, que llenaba de gozo el corazón del Padre, solamente los incitaba a los celos…

La justificación propia no solamente induce a los hombres a tener un falso concepto de Dios, sino que también los hace fríos de corazón y criticones para con sus hermanos. El hijo mayor, en su egoísmo y celo, estaba listo para vigilar a su hermano, para criticar toda acción, y acusarlo por la menor deficiencia. Estaba listo para descubrir cada error, y agrandar todo mal acto. Así trataría de justificar su propio espíritu no perdonador. Muchos están haciendo lo mismo hoy día. Mientras el alma está soportando sus primeras luchas contra un diluvio de tentaciones, ellos se mantienen porfiados, tercos, quejándose, acusando. Pueden pretender ser hijos de Dios, pero están manifestando el espíritu de Satanás. Por su actitud hacia sus hermanos, estos acusadores se colocan donde Dios no puede darles la luz de su presencia.

Cuando comprendáis que sois pecadores salvados solamente por el amor de vuestro Padre celestial, sentiréis tierna compasión por otros que están sufriendo en el pecado. No afrontaréis más la miseria y el arrepentimiento con celos y censuras. Cuando el hielo del egoísmo de vuestros corazones se derrita, estaréis en armonía con Dios, y participaréis de su gozo por la salvación de los perdidos…

Aunque no os unáis para dar la bienvenida a los perdidos, el regocijo se producirá, y el que haya sido restaurado tendrá lugar junto al Padre y en la obra del Padre. Aquel a quien se le perdona mucho, ama mucho. Pero vosotros estaréis en las tinieblas de afuera. Porque “el que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es amor”(Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, pp. 164-166).

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Lección 8 // Miércoles 20 de mayo_____________________________

OPORTUNIDADES PERDIDAS

Aunque Jesús vino a buscar y a salvar a los perdidos, no fuerza a nadie a aceptar la salvación que ofrece. La salvación es gratuita y está disponible para todos, pero esta oferta con fe se debe aceptar, y se debe vivir en conformidad con la voluntad de Dios. La única ocasión que tenemos para esto es mientras vivimos sobre la Tierra. No hay otra oportunidad.

Lee Lucas 16:19 al 31. ¿Cuál es el mensaje de esta parábola?

19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

La parábola está registrada solo en Lucas, y enseña dos grandes verdades: la importancia de “hoy” en el proceso de salvación y la ausencia de una oportunidad para la salvación después de la muerte.

Hoy es el día de salvación. La parábola no enseña que las riquezas son malas en sí o que es bueno ser pobre. Lo que enseña es que no debemos perder la oportunidad de ser salvos mientras estamos sobre esta Tierra. No hay una segunda oportunidad. Todos somos salvados y juzgados por la actitud hacia Jesús hoy. “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Cor. 6:2).

La parábola también enseña que la recompensa eterna no tiene que ver con las posesiones. El hombre rico “que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez” (Luc. 16:19) pasó por alto a Dios. Si no se reconoce a Dios, no se toma en cuenta a los demás seres humanos. El pecado del rico no fue su riqueza, sino no reconocer que la familia de Dios es más amplia de lo que él estaba preparado para aceptar.

No hay segunda oportunidad para la salvación después de la muerte.

La segunda verdad que Jesús enseña aquí es que no hay segunda oportunidad para la salvación después de la muerte. “[…] está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Heb. 9:27). Otro punto de esta parábola es mostrar a la gente que tenemos suficiente evidencia en esta vida para hacer una elección consciente en favor de Dios o en contra de él. Cualquier teología que enseña una “segunda oportunidad” después de la muerte es engañosa.

Nos gusta hablar del amor de Dios, y todo lo que él hizo y hace para salvarnos. Sin embargo, ¿qué nos enseña esta parábola acerca del peligro de tomar por sentados el amor de Dios y la salvación?

 En el mundo antiguo prevalecía la idea de que existía una cantidad fija de riqueza, lo que significaba que si la riqueza de alguno aumentaba, la de otros se reduciría. Es decir, los ricos podían ser más ricos solo haciendo que los pobres fueran más pobres. “Crear” riqueza sin afectar adversamente la de otros, parece, es una idea relativamente moderna. Algunos alegan que cuando los ricos se vuelven más ricos pueden ayudar a que los pobres sean también más ricos. Además, considerando la competencia entre las naciones desarrolladas y las que están en desarrollo por lograr los recursos cada vez más escasos, limitar la creación de riqueza puede parecer más urgente. Por ello, la desigualdad de la riqueza todavía es un problema pendiente hoy.

Una de las historias más famosas de Jesús que trata el tema de la desigualdad es la parábola del hombre rico y Lázaro. En tiempos de Jesús, la gente tenía suerte si tenía dos vestidos en lugar de uno solo, y eran felices si tenían fiesta una vez al año. En contraste, el hombre rico “se vestía de púrpura y de lino fino” (la ropa más costosa) y “hacía cada día banquete con esplendidez” El pobre Lázaro, a pesar de estar a la puerta de la casa del rico, tenía que mendigar para recibir unas migajas.

En contra de la opinión popular, el verdadero centro de la parábola es esta vida, no la vida venidera. De hecho, el texto griego original no menciona “cielo” ni “infierno”. Tanto el hombre rico como Lázaro se describen en el mismo lugar (vers. 23), el sepulcro (hádes). El abismo que los separa simboliza el hecho de que, después de que una persona muere, su destino eterno está fijado. Por eso, como tratamos a las personas en esta vida  es sumamente importante. En la vida futura no podemos hacer lo que dejamos de hacer en esta vida

«habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza» La ironía de la vida; el rico ha almacenado riquezas, solo para perderlas en los últimos días, y  también ha tenido una vida deleites solo para engordarse y perecer en el día de la matanza.

Una vida de lujos, vuelve a las personas disolutas ó desenfrenadas.

Dios permite que tengamos placeres, alegrías y felicidades «sanas» en ésta tierra. Encontramos felicidad en la naturaleza, en nuestra familia, cuando viajamos, cuando comemos, cuando descansamos ETC. El problema es cuando convertimos éstas felicidades o placeres en nuestros dioses, convertimos estas felicidades y placeres en el centro de nuestras vidas. Gastamos tantos recursos y esfuerzos, que se nos olvida la preparación para la verdadera vida feliz y placentera que será en la tierra nueva.

El lujo y el desenfreno son afectadas fuertemente por la abundancia y las comodidades. Es muy duro para las personas que tienen abundancia y comodidades llevar una vida humilde y balanceada en ésta tierra.

El orgullo,  la holgazanería y abundancia de pan significa lo mismo que tener una vida de deleites y desenfrenada, todo esto engorda el corazón de las persona para el día de la carnicería ó matanza.

En el capítulo 16 de Lucas se están presentando dos parábolas; primero la del mayordomo infiel y luego la del rico y Lázaro. Hay que notar que Lucas es el único que registra estas dos parábolas. Estas dos parábolas se refiere al uso de las oportunidades en ésta vida, especialmente la administración de las cosas materiales y su vinculación con la vida futura. En pocas palabras las obras que hagamos ó dejemos de hacer con nuestro prójimo necesitado, tendrá consecuencias para determinar nuestra salvación eterna. 

Tenemos que recordad que toda parábola se tiene que interpretar de acuerdo a su contexto, además las parábolas tienen como propósito enseñar una verdad fundamental, y que cada detalle de la parábola realmente no se le tiene que dar una explicación exhaustiva ó definida. Usualmente la parábola se usa para darle  forma al relato. En pocas palabras no se pueden tomar los detalles de una parábola en forma literal, al menos que el texto así lo especifique, lo más importante es darle la aplicación espiritual.

Entonces viene la pregunta del millón: ¿Porqué Jesús uso ésta parábola con ilustraciones que no van de acuerdo a los textos bíblicos con respecto a la muerte y la recompensa eterna?  Jesús se valió de una creencia popular que existía para esos tiempos y era el creer que los muertos estaban en un estado consciente entre  la etapa de la muerte y la resurrección. Esta creencia se había convertido parte del judaísmo y al Jesús usarla, sencillamente procuraba entregar un mensaje que fuera claro y entendible para ellos.

La parábola presenta a un rico que no trata mal a Lázaro, y aunque tiene muchas oportunidades de socorrerlo tampoco lo hace.

El lenguaje es todo figurado, Lázaro a su muerte es llevado por los ángeles al «seno de Abraham» Creencia judía que sostenía que Abraham estaba a la entrada del paraíso dando la bienvenida a todos los que llegaban allí. En nuestro mundo se cree que es Pedro el encargado de dar la bienvenida al cielo. 

Ahora encontramos que el rico también muere y «sepultado» y estando allí en «tormentos…» La palabra griega BASANOS (básanos)  es usada para referirse a tormento.

Esta palabra (básanos) la encontramos en la Biblia en diferentes textos y se usa para: 

-Alguien que sufre una enfermedad (mateo 8: 6)

-Alguien que sufre por la agitación de las olas (Mateo 4: 24)

-También se ha aplicado a la fatiga que experimentaron los discípulos al remar (Mateo 6: 48)

-Se refiere a una tensión psíquica (2 Pedro 2:8)

– Y también se uso para describir el tormento que sufrieron los malos espíritus al enfrentarse con Jesús. (Mateo 8: 29 – Marcos 5: 7- Lucas 8: 28)

En pocas palabras «BASANOS ó Tormentos significa: Una gran angustia, agitación ó aflicción.  

La Biblia dice que «los muertos nada saben»  y ademas Jesús comparó la muerte con un sueño. El creer que las personas al morir va algún lugar para sufrir tormentos no tiene base bíblica y ademas es contradictorio con las misma enseñanzas de Cristo con respecto a la muerte. Sin duda el lenguaje es figurado, y estas palabras no pueden ser tomadas literalmente.

Hay que recordar que el impío sufrirá su castigo en el infierno (hegena), no en el sepulcro (hades).

El otro punto que tenemos que recalcar es la proximidad entre el cielo y el infierno. De acuerdo a la parábola, los dos lugares están tan cerca que los del cielo pueden contemplar los sufrimientos de los que están en el infierno, y los que están en el infierno pueden contemplar la felicidad de los que están en el cielo. Las personas que enseñan ésta parábola de manera literal, admiten que el acto de descansar en el seno (ó en el pecho) de Abraham es solamente  un lenguaje figurado ya que es imposible que todo salvo, millones y millones, puedan descansar en el seno (en el pecho) de Abraham, también admiten que la cercanía entre el cielo y el infierno es también un lenguaje figurado. Al admitir esto, se tiene que admitir que toda la parábola está escrita en lenguaje figurado y no literal. O se toma todo literal ó se toma todo figurado, pero no podemos tomar parte literal y parte figurada, si lo hacemos de esa manera, estamos cometiendo un error bíblico que nos lleva a aceptar y enseñar una doctrina que no existe, en pocas palabras estamos enseñado los que nos conviene ó nos gusta, de ésta manera nos volvemos partícipes de una herejía.

En la parábola del hombre rico y Lázaro, Cristo muestra que los hombres deciden su destino eterno en esta vida. La gracia de Dios se ofrece a cada alma durante este tiempo de prueba. Pero si los hombres malgastan sus oportunidades en la complacencia propia, pierden la vida eterna. No se les concederá ningún tiempo de gracia complementario. Por su propia elección han constituido una gran sima entre ellos y su Dios (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, p. 205).

Hay muchos hoy día que están siguiendo la misma conducta. Aunque son miembros de la iglesia, no están convertidos…

No son más justos a la vista de Dios que los más señalados pecadores. El alma que suspira por la excitación de los placeres mundanos, la mente que ama la ostentación, no puede servir a Dios. Como el rico de la parábola, una persona tal no siente inclinación a luchar contra los deseos de la carne. Se deleita en la complacencia del apetito. Escoge la atmósfera del pecado. Es de repente arrebatado por la muerte, y desciende al sepulcro con el carácter que ha formado durante su vida de compañerismo con los agentes satánicos. En el sepulcro no tiene poder de escoger nada, sea bueno o malo; porque el día que el hombre muere, perecen sus pensamientos.

Cuando la voz de Dios despierte a los muertos, él saldrá del sepulcro con los mismos apetitos y pasiones, los mismos gustos y aversiones que poseía en vida. Dios no obra ningún milagro para regenerar al hombre que no quiso ser regenerado cuando se le concedió toda oportunidad y se le proveyó toda facilidad para ello. Mientras vivía no halló deleite en Dios, ni halló placer en su servicio. Su carácter no se halla en armonía con Dios y no podría ser feliz en la familia celestial…

Aprender de Cristo significa recibir su gracia, la cual es su carácter. Pero aquellos que no aprecian ni aprovechan las preciosas oportunidades y las sagradas influencias que les son concedidas en la tierra, no están capacitados para tomar parte en la devoción pura del cielo. Su carácter no está modelado de acuerdo con la similitud divina. Por su propia negligencia han formado un abismo que nada puede salvar. Entre ellos y la justicia se ha formado una gran sima (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, pp. 213, 215).

La salvación no consiste en ser bautizados, ni en tener nuestros nombres registrados en los libros de la iglesia, ni en predicar la verdad, sino que consiste en una unión viviente con Jesucristo, en ser renovados en el corazón, en hacer las obras de Cristo con fe y en trabajar con amor, paciencia, humildad y esperanza. Cada persona que está unida con Cristo llegará a ser un misionero viviente para todos los que viven a su alrededor (Mensajes selectos, {MS}, t. 2, p. 438).

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Jueves 21 de mayo // Lección 8_______________________________

ERA CIEGO Y AHORA VEO

La declaración de misión de Jesús, que vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, es una afirmación de un ministerio integral. Vino para hacer que los hombres y las mujeres estén completos; para transformarlos física, mental, espiritual y socialmente. Lucas presenta dos casos que ilustran el modo en que Jesús restauró a dos hombres quebrantados. Uno era ciego físicamente; el otro, espiritualmente. Ambos eran desechados: uno, un mendigo; el otro, un recolector de impuestos. Pero, ambos eran candidatos para la misión salvadora de Cristo y ninguno de ellos estaba más allá de su alcance.

Lee Lucas 18:35 al 43. ¿Qué nos enseña esto acerca de nuestra total dependencia de Dios? ¿Quién no ha clamado alguna vez: “Ten misericordia de mí”?

35 Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; 36 y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. 37 Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. 38 Entonces dio voces, diciendo: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí! 40 Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, 41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. 42 Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. 43 Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.

El ciego era Bartimeo (Mar. 10:46). Era un mendigo de las afueras de Jericó. Con una limitación física, sin importancia social y golpeado por la pobreza, de repente se encontró con una maravilla celestial: “Pasaba Jesús nazareno” (Luc. 18:37), y su fe brotó y exclamó: “¡Hijo de David, ten misericordia de mí!” (vers. 39). La fe no requiere ojos ni oídos, ni pies ni manos, sino solo un corazón que se conecta con el Creador del mundo.

Lee Lucas 19:1 al 10. ¿Quién es el “ciego” en esta historia?

Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Solamente el Evangelio de Lucas registra la historia de Zaqueo, el último encuentro de Jesús con un desechado. La misión de Cristo, de buscar y salvar lo que se había perdido, fue cumplida en este encuentro con Zaqueo. Este era el principal publicano de Jericó; a juicio de los fariseos, era un gran pecador, pero un gran pecador buscado y salvado por el Salvador. Los lugares y los métodos que usó Jesús para realizar su misión fueron extraños. Un sicómoro, un hombre curioso que quería ver quién era Jesús y un Señor amante que le ordena bajarse porque se había invitado a sí mismo a almorzar con Zaqueo. Sin embargo, más importante, Jesús tenía que entregar un mensaje: “Hoy ha venido la salvación a esta casa” (Luc. 19:9), aunque no antes de que Zaqueo arreglara sus cuentas (vers. 8).

Es fácil ver las fallas y las limitaciones de otras personas. No obstante, a menudo estamos ciegos frente a las propias. ¿Cuáles son algunas áreas de tu vida que necesitas confrontar, confesar y alcanzar la victoria sobre ellas, y que fueron postergadas por demasiado tiempo?

Zaqueo

Jesucristo por primera y única vez se está auto-invitando a la casa de un hombre, y no es la casa de un hombre cualquiera; es la casa de un hombre que sufre de mala reputación; es un recolector de impuestos, un hombre que nadie quería tener de amigo, era un rico con las sospechas de conseguir sus riquezas de una manera esquivocada, era excéntrico ya que no le había importado subir con dificultad a un árbol para conseguir su deseo, era un hombre incomunicado ya que la mayoría de personas evadían hablar con él, sin duda alguna era el hombre equivocado y la casa equivocada para visitar.

El nombre de Zaqueo, es un nombre hebreo pero que tiene terminaciones griegas, su nombre significa: «puro» ó «pureza»
Zaqueo tenía un buen nombre, pero tenía una mala reputación. Tenemos que tomar cuenta que hay una diferencia muy importante entre la reputación de una persona y su carácter. La reputación es lo que se dice acerca de la persona, el carácter es lo que en realidad la persona es.
Sabemos que Zaqueo tenía un estado social: «era jefe de los publicanos, y rico» Algunos hombres están expuestos a determinadas tentaciones debido al trabajo ó posición que desempeñan, la deshonestidad  empaña nuestros mas finos sentidos, endurece nuestro corazón y degrada toda nuestra naturaleza.
Zaqueo era una persona muy interesante, era una enano, era un enano rico, y era un enano rico y curioso. Cabe notar que a pesar que Jericó estaba muy cerca de Jerusalén, y que Jesús era una persona muy famosa, Zaqueo nunca había visto a Jesús

La curiosidad lo llevó a encontrarse con Jesús, la sabiduría divina en Jesús se encontró con el curioso y el ignorante, le llamó por su nombre y Zaqueo permitió que la salvación en persona entrara en su casa.

¿A dónde fue la salvación de Zaqueo? Entre la rama  del sicómoro y el suelo.

La salvación del hijo pródigo fue cuando dijo: «me levantaré e iré a mi padre», la salvación de Zaqueo fue cuando dijo: «Bajaré e iré a Jesús»

Árbol de Zaqueo, existe en la actualidad y se cree que éste árbol, es el árbol original donde se desarrollo la historia de Zaqueo

 

Solamente cuando el pecador siente su necesidad de un Salvador, su corazón acude al que puede ayudarlo. Cuando Jesús caminaba entre los hombres, eran los enfermos los que necesitaban de él. Los pobres, los afligidos y los angustiados lo seguían, para recibir la ayuda y el consuelo que no podían encontrar en otra parte. El ciego Bartimeo esperaba a la vera del camino. Había esperado mucho tiempo para encontrar a Jesús.

Multitudes que poseen la vista pasan de un lado a otro sin el deseo de ver a Jesús. Una mirada de fe sería como un toque de amor en su corazón, y les daría la bendición de su gracia; pero no conocen la enfermedad y la pobreza de su alma, y no sienten necesidad de Cristo. No ocurre lo mismo con el pobre ciego. Su única esperanza está en Jesús. Mientras aguarda y vela, escucha el ruido de muchos pasos, y pregunta ansiosamente: “¿Qué significa este ruido?” El viandante le contesta que es Jesús de Nazaret. Con la ansiedad del deseo intenso, exclama: “Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí”. Tratan de hacerlo callar, pero clama con mayor vehemencia: “Hijo de David, ten misericordia de mí”. Se escucha este llamamiento. Su fe perseverante recibe recompensa. No sólo se restaura su vista física, sino que se abre el ojo de su entendimiento. En Cristo ve a su Redentor, y el Sol de justicia resplandece en su alma. Todos los que sienten su necesidad de Cristo, como el ciego Bartimeo, y quieren manifestar el fervor y la determinación suyas, recibirán como él la bendición que anhelan (Hijos e hijas de Dios, {HHD}, p. 128).

 Si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”. Lo que el Señor señala en estas palabras es la sinceridad de propósito, la devoción indivisa a Dios. Si existe esta sinceridad de propósito, y no hay vacilación para percibir y obedecer la verdad a cualquier costo, se recibirá luz divina. La piedad verdadera comienza cuando cesa la transigencia con el pecado.

El ceder a la tentación empieza cuando se permite a la mente vacilar y ser inconstante en la confianza en Dios. Si no decidimos entregarnos por completo a Dios, quedamos en tinieblas. Cuando hacemos cualquier reserva, abrimos la puerta por la cual Satanás puede entrar para extraviarnos con sus tentaciones. El sabe que si puede oscurecer nuestra visión para que el ojo de la fe no vea a Dios, no tendremos protección contra el pecado.

El predominio de un deseo pecaminoso revela que el alma está engañada. Cada vez que se cede a dicho deseo se refuerza la aversión del alma contra Dios. Al seguir el sendero elegido por Satanás, nos vemos envueltos por las sombras del mal; cada paso nos lleva a tinieblas más densas y agrava la ceguera del corazón.

En el mundo espiritual rige la misma ley que en el natural. Quien more en tinieblas perderá al fin el sentido de la vista. Estará rodeado por una oscuridad más densa que la de medianoche, y no le puede traer luz el mediodía más brillante. “Anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos”.11 Por abrigar el mal con persistencia, por despreciar con obstinación las súplicas del amor divino, el pecador pierde el amor a lo bueno, el deseo de Dios y aun la capacidad misma de recibir la luz del cielo. La invitación de la misericordia sigue rebosando amor, la luz brilla con tanto resplandor como cuando iluminó por vez primera el alma; pero la voz cae en oídos sordos; la luz, en ojos cegados. Ninguna alma se encuentra desamparada definitivamente por Dios ni abandonada para seguir sus propios pasos, mientras haya esperanza de salvarla. “Dios no se aparta del hombre, sino el hombre de Dios”. Nuestro Padre celestial nos sigue con amonestaciones, súplicas y promesas de compasión hasta que las nuevas oportunidades y privilegios resultan totalmente inútiles. La responsabilidad es del pecador. Al resistir hoy al Espíritu de Dios, apareja el camino para la segunda oposición a la luz cuando venga con mayor poder. Así va de oposición en oposición, hasta que la luz no lo conmueve más, y él no responde ya de ninguna manera al Espíritu de Dios. Entonces aun la luz que está en él se ha convertido en tinieblas. La verdad misma que conocía se ha pervertido de tal manera que intensifica la ceguera del alma (El discurso del Maestro Jesucristo, {DMJ}, pp. 78-80).

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Lección 8 // Viernes 22 de mayo_______________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “Cristo representa, con la oveja perdida, no solo al pecador individual sino también al mundo que ha apostatado y ha sido arruinado por el pecado” (PVGM 149).

Acerca del valor de una sola alma: “¿Quién puede estimar el valor de un alma? Si queréis saber su valor, id al Getsemaní y allí velad con Cristo durante esas horas de angustia, cuando su sudor era como grandes gotas de sangre. Mirad al Salvador pendiente de la cruz. […] Podréis estimar el valor de un alma al pie de la Cruz, recordando que Cristo habría entregado su vida por un solo pecador” (ibíd., pp. 196, 197),

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Mientras que todas las religiones presentan a los seres humanos en busca de Dios, el cristianismo presenta a Dios como el que busca: Adán, ¿dónde estás tú? (Gén. 3:9); Caín, ¿dónde está tu hermano? (Gén. 4:9); Elías, ¿qué haces aquí? (1 Rey. 19:9); Zaqueo, ¡bájate! (Luc. 19:5). ¿Cuál ha sido tu propia experiencia con Dios en relación con el Dios que te busca?
  2. Considera otra vez la última pregunta al final de la sección del martes. ¿Cuál fue el error fatal que cometió el hijo mayor? ¿Qué defectos espirituales se revelaron en su actitud? ¿Por qué tener esa actitud es más fácil de lo que podríamos pensar? Lee también Mateo 20:1 al 16.
  3. En la historia del hombre rico y Lázaro, Jesús dijo que aun si alguien volviera de los muertos habría quienes no creerían. ¿De qué manera predijo esta parábola la reacción de algunas personas frente a la resurrección de Jesús, que no creyeron a pesar de las poderosas evidencias de que efectivamente había ocurrido?
  4. Uno de los aspectos más impresionantes del ministerio salvador de Jesús es la igualdad con la que trató a toda la gente, tales como el mendigo ciego y Zaqueo, o Nicodemo y la mujer samaritana. La Cruz, más que cualquier otra cosa, muestra la igualdad de todas las personas ante Dios. ¿De qué manera esta verdad vital debería impactar sobre la forma en que tratamos a otros, aun a aquellos contra los que –por causas políticas, culturales, étnicas, o las que sean− podríamos haber tenido resquemores anteriormente? ¿Por qué esa actitud es contraria a Jesús?
  5. Compara la historia del hijo pródigo con la del hombre rico y Lázaro. ¿De qué modo se equilibran mutuamente?
Este es un estudio serio para los maestros de Escuela Sabática. Si usted es una persona que le gusta la lectura, y profundizar en temas religiosos, este es el lugar para usted.
Este material no reemplaza el estudio de la Escuela Sabática; para comprender este material usted tiene que haber estudiado la lección de Escuela Sabática.
Este material es libre para ser copiado, compartido y distribuido. En este documento no hay nada una nueva luz, ni doctrinas nuevas, todo lo que aquí le presentamos está escrito en la Biblia, Lección de Escuela Sabática, Espíritu de Profecía, Comentarios Bíblicos, diccionarios religiosos y seculares, libros de historia y ciencia, enciclopedias, temas e ilustraciones. Nuestro trabajo aquí en 7Day Radio es poner juntos esos pensamientos esperando que usted pueda comprender mejor la lección. Este documento es subido al «INTERNET» todos los días Domingos a las  6 de la mañana, hora de Madrid, España; 12:00 AM hora del este de los Estados Unidos de Norte América.
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Escrito por: Tony García.
Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
Madrid, España 2015

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