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LECCIÓN 8 – LAS MISIONES INTERCULTURALES – PARA EL 22 DE AGOSTO DE 2015

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Aquí no le estamos presentando una nueva luz, nuestro trabajo es sencillamente recopilar información, y presentarla en un lenguaje sencillo y entendible,  para que se le haga mas fácil al maestro de Escuela Sabática comprender y prepararse mejor, para impartir la lección de Escuela Sabática.

Deseamos compartir con ustedes los tópicos  de las lecciones de los próximos años.

4 trimestres por año

2015:  (4)»Jeremías»

2016:  (1)»La Gran Controversia» (2)»El libro de Mateo» (3)»El Papel de la Iglesia en la Comunidad» (4)»Job»

2017:  (1)»El Espíritu Santo y la Espiritualidad» (2)»1ra y 2da de Pedro» (3)»Unidad en Cristo» (4)»Asuntos de Justicia Social»

2018:   (1)»Mayordomía» (2)»Preparación para los Días Finales» (3)»El libro de los Hechos» (4)»El Libro de Apocalipsis»

2019: (1)»Esdras-Nehemías» (2)»El Libro de Daniel» (3)»Romanos» (4)»Como interpretar las escrituras»

2020: (1)»Educación» (2)»Juan» (3) La Familia/Santidad del Matrimonio (nuevo)

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Lección 8: Para el 22 de agosto de 2015

LAS MISIONES INTERCULTURALES

Sábado 15 de agosto_____________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESA SEMANA: Juan 4:4-30; Mateo 8:5-13; Marcos 5:1-20, 21-28; Lucas 17:11-19; Juan 12:20-32.

PARA MEMORIZAR:

“He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi Amado, en quien se agrada mi alma; pondré mi Espíritu sobre él, y a los gentiles anunciará juicio” (Mat. 12:18).

ES INTERESANTE QUE JESÚS haya pasado buena parte de su ministerio temprano en Galilea, llamada “Galilea de los gentiles” (Mat. 4:15), sin duda por la influencia no judía en la provincia. En esta región, en Nazaret, Jesús vivió la mayoría de sus años antes de comenzar su ministerio público. Gracias a su ubicación, Nazaret estaba cerca de las rutas principales que recorrían las unidades del ejército romano, así como las caravanas de mercaderes. Como resultado, Jesús debió de haber estado en contacto con no judíos durante toda su vida temprana (sin mencionar el tiempo que estuvo en Egipto).

Después de su rechazo en Nazaret (ver Luc. 4:16-31), Jesús centró su ministerio en la cosmopolita ciudad galilea de Capernaum. Estos contactos con los gentiles y su mundo impactaron en su ministerio y sus enseñanzas. Aunque se concentró en Israel, el mundo más amplio era su preocupación. Durante su ministerio, entre su bautismo y su ascensión, Jesús tuvo contacto directo con personas de otras naciones en, por lo menos, seis ocasiones. Consideraremos los informes de estos contactos.

Pocos comprenden el pleno significado de las palabras que Cristo habló cuando, en la sinagoga de Nazaret, se anunció como el Ungido. Declaró que su misión era consolar, bendecir y salvar a los afligidos y pecadores. Luego, viendo que el orgullo y la incredulidad dominaban los corazones de sus oyentes, les recordó que en tiempos pasados Dios se había apartado de su pueblo escogido por causa de su incredulidad y rebelión y se había manifestado a los habitantes de tierras paganas que no habían rechazado la luz del cielo. La viuda de Sarepta y Naamán el siro, habían vivido de acuerdo con toda la luz que tenían, por lo cual se los consideró más justos que el pueblo escogido de Dios que se había apartado de él y había sacrificado sus principios a las conveniencias y honores mundanales.

En Nazaret Cristo dijo a los judíos una terrible verdad al declarar que en medio del Israel apóstata no había seguridad para el fiel mensajero de Dios. No querían conocer su valor ni apreciaban sus labores. Mientras los dirigentes judíos profesaban tener gran celo por el honor de Dios y el bien de Israel, eran enemigos de ambos. Por precepto y ejemplo, alejaban cada vez más al pueblo de la obediencia a Dios y lo llevaban adonde él no pudiera ser su defensa en el día de prueba (Los hechos de los apóstoles, {Hap}, p. 333).

De los métodos de trabajo de Cristo debemos aprender muchas lecciones valiosas. El no siguió un solo método; en diversas formas procuró captar la atención de las multitudes, y habiendo tenido éxito en eso, les proclamaba las verdades del Evangelio. Su obra principal consistía en el trabajo en favor de los pobres, los necesitados y los ignorantes. Les presentaba con sencillez las bendiciones que podrían recibir, y de esa forma despertaba el hambre del alma por la verdad, el pan de vida.

La vida de Cristo es un ejemplo para todos sus seguidores, porque muestra el deber de los que han aprendido el camino de la vida de enseñar a otros lo que significa creer en la palabra de Dios. Actualmente hay muchos que se encuentran en la sombra de la muerte y que necesitan ser instruidos en las verdades del Evangelio. Casi todo el mundo se encuentra sumergido en la maldad. A todos los creyentes en Cristo se les han dado palabras de esperanza para los que se encuentran en las tinieblas (Consejos sobre la salud, {CSl}, p. 384).

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Domingo 16 de agosto // Lección 8__________________

LA MUJER SAMARITANA

En tiempos de Jesús, el antiguo Israel se dividía en tres provincias: Galilea, Samaria y Judea. Samaria estaba situada entre Galilea y Judea. Los samaritanos adoraban al Dios de Israel, pero también adoraban a dioses paganos importados de países extranjeros. Como campo misionero inicial, Samaria era ideal para los apóstoles, porque geográficamente estaba cerca de Israel.

Lee Juan 4:4 al 30. ¿Qué podemos aprender de esta historia acerca del modo en el que Jesús testificaba a los no judíos? ¿En qué aspectos Jesús se salió de los límites de la tradición a fin de alcanzar a esta mujer?

Y le era necesario pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. 15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. 16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. 21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo. 27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?  28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.

La mujer samaritana estaba alerta, bien informada acerca de la historia de su pueblo, e hizo preguntas inteligentes. Ella dirigió la conversación con sus preguntas. Sin embargo, Jesús eligió de sus preguntas y afirmaciones aquello que podría beneficiar espiritualmente a la mujer. El único punto donde Jesús cambió la conversación fue cuando le pidió que trajera a su esposo, sabiendo que ella no estaba casada, pero que había estado con varios hombres. Por supuesto, pedirle que hiciera eso abrió el camino para que él se acercara a ella, por incómoda que se encontrara. No obstante, al hacerlo, pudo testificar de una manera poderosa.

Además, no debemos perder de vista lo que dice en Juan 4:27. Los discípulos se sorprendieron de que Jesús hablara con esta mujer extranjera. Jesús transgredió unas pocas costumbres judías: primero, pedirle a una mujer samaritana que le diera de beber; segundo, estar a solas con ella. En Israel, un hombre nunca debía ser visto a solas con una mujer, a menos que fuera miembro de su familia. Jesús seguía la costumbre judía cuando estaba en Israel. Sin embargo, en Samaria, se encontraba fuera del territorio judío y no estaba atado a sus tradiciones aun cuando, como vimos en otra parte, Jesús distinguía entre tradiciones humanas, y los mandatos y los preceptos de Dios.

 ¿Cuán lejos de tu “zona de confort” estás dispuesto a ir a fin de ministrar a otros? ¿Cuán lejos debes ir?

La primera pregunta que intentaremos contestar es: ¿De dónde aparecieron los samaritanos?

Los samaritanos ocupaban las tierras que habían sido propiedades de las medias tribus de Efraín y Manases, y la capital de éstas tierras era llamada Samaria;  Samaria era una ciudad espléndida y grande. Cuando Israel fue llevado en cautividad por el rey de Asiria, estas  tierra quedaron vacías y él rey de Asiria  mandó a vivir a éstas tierras, gentes de  diferentes naciones. Estas gentes de diferentes naciones comenzaron a casarse con los judíos que habían quedado en esa zona y que no habían sido llevados cautivos, y así se convirtió Samaria en una mezcla de judíos y extranjeros paganos, que nunca fueron aceptados por los judíos de «linaje puro,» cuando estos regresaron del exilio.

Estas tierras estaban plagadas de animales salvajes (leones) que desolaban a los habitantes extranjeros que había traído el rey de Asiria. En su ignorancia, ellos achacaban estos castigos y males a los «dioses» locales  de Samaria que ellos desconocían y por lo tanto no adoraban. Era una costumbre antigua de los paganos, creer que los males que asolaban a determinado lugar provenían de l0s «dioses» locales, cuando estos no recibían la adoración correcta. Esta fue la razón por la cual un sacerdote judío fue llevado a Samaria para enseñarles a ellos la religión y el «Dios» correcto de Samaria, y así de ésta manera adorando al «dios» local, ellos creían que el mal de los animales se apaciguaría.

A pesar de su ignorancia y de su creencia pagana, ellos estaban correctos, porqué la Biblia dice que en verdad Dios había mandado a los leones para exterminarlos, por no temer a Dios. Al final el sacerdote fue a Samaria a enseñarles como adorar a Dios; pero cada quién hizo como le dio la gana. De ésta manera Samaria se convierte en un pueblo con una raza mezclada entre judíos y  extranjero, y también se convierte en un pueblo con  una religión mezclada entre lo Divino y lo pagano. Por esas dos uniones, los samaritanos nunca fueron aceptados por los judíos en general. Esta historia la encontramos en 2 Reyes 17

24 Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades. 25 Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos a Jehová, envió Jehová contra ellos leones que los mataban. 26 Dijeron, pues, al rey de Asiria: Las gentes que tú trasladaste y pusiste en las ciudades de Samaria, no conocen la ley del Dios de aquella tierra, y él ha echado leones en medio de ellos, y he aquí que los leones los matan, porque no conocen la ley del Dios de la tierra. 27 Y el rey de Asiria mandó, diciendo: Llevad allí a alguno de los sacerdotes que trajisteis de allá, y vaya y habite allí, y les enseñe la ley del Dios del país. 28 Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado cautivo de Samaria, y habitó en Bet-el, y les enseñó cómo habían de temer a Jehová. 29 Pero cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en los templos de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba.

 Y le era necesario pasar por Samaria. Jesús necesitaba pasar por Samaria, no solo por que Samaria estaba en su camino, sino por que tenía hambre, era alrededor de las doce del mediodía, cuando él estaba en Samaria. Samaria era reconocida por su exquisita sazón en las comidas, una mezcla de sabores y aromas gracias a la influencia culinaria de las diferentes razas y culturas que habitaban la región.  Hay muchos comentadores de la Biblia y teólogos que creen que Jesús era amante de las sabrosas comidas preparadas por los samaritanos. Interesante-mente la mayoría de versiones de la Biblias en el idioma ingles, traducen que los discípulos fueron a comprar carne, y no comida como traducen las Biblias en español. 

Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar: En la ciudad de Sicar ó Siquem, como se le llama en el Antiguo Testamento, han pasado sucesos muy interesantes: En Siquem es donde Dios se le aparece a Abraham por primera vez: 6 Y atravesó Abram el país hasta el lugar de Siquem, hasta la encina de More. Y el cananeo estaba entonces en la tierra. 7 Y el SEÑOR se apareció a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Entonces él edificó allí un altar al SEÑOR que se le había aparecido. También en Siquem vivió Jacob cuando regresó de Pada-Aram,  en Siquem fue donde acurrió la deshonra de Dina y como consecuencia el asesinato de los siquemitas, a Siquem José vino a ver a sus hermanos antes de ser vendido como esclavo, en Siquem los Israelitas comenzaron a tomar posesión de Canáan, Siquem fue una de las ciudades de refugio instituidas por Josué, en Siquem fueron enterrados los huesos de José y muchos otros patriarcas, en Siquem, Jeroboam se  reúne con el pueblo de Israel después de la muerte de Salomón y allí mismo comienza la división del reino, y finalmente cerca de Siquem está la ciudad de Samaria y allí mismo se encuentran los dos montes de Ebal y Gerisim, donde solemnes maldiciones y bendiciones fueron pronunciadas al pueblo de Israel, cuando Israel comenzó a tomar a Canaán por heredad.

Siquem le pertenecía a Jacob : 18 Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad. 19 Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Génesis 33  Tiempo después Siquem fue invadida por los Amorreos y Jacob se vuelve a posesionar de Siquem y ésta vez no con dinero sino por la fuerzas, con su espada y con su arco. Por lo tanto Siquem le pertenecía  a Jacob por compra y por conquista. Esta fue la propiedad con que heredó a José a través de sus dos hijos; Manases y Efraín: 22 Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.

En los días finales de imperio romano, había una comunidad de samaritanos de mas de un millón de personas, pero fueron disminuyendo por las violentas opresiones que sufrieron de parte del cristianismos y también del islamismo cuando estos trataron de convertirlos a sus propias religiones. Para enero del 2015, la población de samaritanos es solamente de 775 personas, ellos viven entre Kiryat Luza y el monte Gerisim, en las afuera de Tel-Aviv. Muchos creen que los samaritanos modernos son los mismos palestinos que viven en la franja de Gaza, esto no es verdad; los samaritanos modernos no tienen nada que ver con el pueblo musulmán que habita la franja de Gaza.

Los samaritanos hasta el día de hoy reclaman ser descendientes directos de  las medias tribu de Manases y Efraín, y reclaman que sus sacerdotes son de la linea directa de la casa de Leví, descendientes de Aarón, pero en realidad no lo son, ellos han sido una mezcla de razas, nacionalidades  y religiones que hasta el día de hoy no son aceptados oficialmente por la nación judía. 

El ministerio de Cristo fue dividido en dos secciones; una sección era Judea y la otra era Galilea. Si tomamos el centro de Galilea que es Capernaúm y hacemos un círculo de diez millas ó diez y seis kilómetros, y también tomamos el centro de Judea  que es el templo y hacemos otro círculo de diez  millas o diez y seis kilómetros, nos queda una franja en medio de esos dos círculos. Es allí precisamente donde habitaban los samaritanos. Jesús tenía que pasar por esa franja para llegar del centro de Judea al centro de Galilea.
¿Que haría Jesucristo con ésta gente que era menospreciada?’ ¿Los evitaría?; ¿Los ignoraría?; ¿Se relacionaría con ellos? La Biblia dice que se relacionó con ellos, para ésta ocasión se quedó dos días con ellos y encima de todo, mandó a sus discípulos a relacionarse con ellos, cuando les pidió que fueran a buscar alimentos; Jesús deseaba remover de sus discípulos los prejuicios en contra de los samaritanos y que disfrutaran de la hospitalidad, amistad y sinceridad de ésta gente que el mundo judío menospreciaba tanto. Hay que recordar que Jesús usó a los samaritanos como ejemplo en  sus comentarios en contra de los judíos; por esa inclinación que Jesús tenía para los samaritanos,  los judíos trataban de ofender a Jesús llamándolo «samaritano», cosa que Jesús nunca se ofendió o se defendió:  48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? San Juan 4

Esa franja también era evitada por el mundo judío, por lo tanto cabe la posibilidad que Samaria era un refugio para Jesucristo de sus enemigos. Samaria era como una zona neutral para Jesús, donde podía tener a sus enemigos a la distancia; Samaria era el lugar donde sus enemigos no se atrevían a seguirlo, proveyendo de ésta manera para Jesús un momento de tranquilidad y solaz en su agitada y tumultuosa vida.

  Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.

El trato de Jesús con la mujer samaritana es muy digno de ser estudiado:

1-Jesús tuvo un acto de gracia con la samaritana; él no esperó que la mujer le hablara, Jesús comenzó la conversación con ella.

2-Jesús tuvo un acto de condescendencia con la mujer samaritana: Jesús quien creó todas las cosas, las fuentes de las aguas, los riachuelos y los ríos, los lagos y los mares no se avergonzó en pedir agua para beber, y tomar el agua de las manos de una de sus criaturas pecaminosas.

 3-Jesús tuvo un acto de sabiduría y prudencia con la mujer samaritana; Jesús no llamó la atención de la mujer a la religión directamente, ni tampoco comenzó condenando los pecados de ella, el comenzó con un tema indiferente, el comenzó pidiendo agua para beber, en la mente de ella el acto de darle agua a una persona que la solicita, es simple y sencillamente un acto de humanidad.

4-Jesús tuvo mucho tacto con la mujer samaritana y demostró completo conocimiento de la mente humana. El  simple favor que Jesús pidió a la mujer, contiene principios que deberían ser estudiado por todos aquellos que deseamos hacer el bien e impartir el evangelio a los que todavía no lo han escuchado. 

 ¿Que ganó Jesús en esos dos días que se quedó en Samaria?

1-Rompió la monotonía religiosa de los samaritanos y de los discípulos

2-Puso las mentes a pensar y a reflexionar

3-Ganó a muchos para el evangelio

4-Rompió los prejuicios en contra de las mujeres. Había en esos día un prejuicio especial y muy remarcado en contra de las mujeres de parte de los maestros y ancianos de Israel, ellos creían que las mujeres eran incapaces de profundizar en temas bíblicos, una de las clausulas para los rabí decía de la siguiente manera: «Nunca prolongues una conversación con una mujer, nunca converses con una mujer en la calle, ni siquiera con tu propia esposa, es mucho mejor quemar la ley que enseñársela a la mujer»

5-Inyectó en la mujer un entusiasmo indescriptible para la predicación del evangelio.

En 1867, cuando el Dr Duff quien era misionero en la India, regresó a su tierra natal Escocia, fue invitado para que diera una conferencia acerca de las necesidades y la situación religiosa de la India. El veterano misionero instó a los pastores presentes a ir a sus iglesias y animar a las iglesias a mandar a los jóvenes como misioneros a la India para predicar el evangelio. Cuenta la historia que hizo la invitación y el llamado con tanta entrega y pasión que después de unos minutos terminó desmayándose, por lo cual lo tuvieron que sacar en brazos al pasillo de la iglesia. Cuando volvió en si, preguntó donde estaba, y los que le asistían le contaron que estaba en la iglesia y lo que le había ocurrido. «Si» dijo él; «¿Estaba haciendo un llamado para ir a predicar a la India verdad?» El Dr. Duff preguntó: «¿Verdad que no terminé mi llamado?» después que le dijeron que no lo había terminado, él dijo:»Muy bien, necesito regresar al púlpito para terminar mi llamado»  Las personas que estaban con él le dijeron que no lo hiciera, ya que podía morir en el intento y él respondió: «Moriré más rápido si no lo intento»

Cuando fue llevado de nuevo para terminar su llamado, la congregación unánimemente se puso de pie, mientras contemplaban como los pastores lo asistían para poder llegar hasta el púlpito. Con voz temblorosa dijo: «Padres y madres de Escocia: ¿Es verdad que ustedes no dejarán ir a sus hijos a predicar a la India? Yo he gastado 25 años de mi vida predicando en la India, perdí mi salud, y he regresado enfermo y con la salud destruida.  Si yo me doy cuenta que ninguno de mis nietos está dispuesto a ir a la India como misionero predicador, mañana mismo vuelvo a empacar mis cosas y me voy de regreso a la India. Quiero hacerles saber a todos esos paganos de la India que si no puedo vivir más para ellos, al menos voy a morir para ellos»

El mensaje de Cristo a la samaritana con la cual había hablado junto al pozo de Jacob, había producido fruto. Después de escuchar sus palabras, la mujer había ido a los hombres de la ciudad, y les había dicho: “Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizá es éste el Cristo?” Ellos fueron con ella, oyeron a Jesús, y creyeron en él. Ansiosos de oír más, le rogaron a Jesús que se quedase con ellos. Por dos días él se detuvo allí, “y creyeron muchos más por la palabra de él” (Juan 4:29, 41). {HAp 87.4}

Y cuando sus discípulos fueron expulsados de Jerusalén, algunos hallaron seguro asilo en Samaria. Los samaritanos dieron la bienvenida a estos mensajeros del Evangelio, y los judíos convertidos recogieron una preciosa mies entre aquellos que habían sido antes sus más acerbos enemigos (Los hechos de los apóstoles, {Hap}, pp. 87, 88).

Cristo no aguardaba hasta que se formasen congregaciones. Algunas de las más imponentes verdades que pronunciara fueron dichas a una persona sola. Escuchemos sus admirables palabras a aquella mujer solitaria de Samaria. Estaba él sentado al lado del pozo de Jacob cuando la mujer llegó para sacar agua. Para gran sorpresa suya, él le pidió un favor. “Dame de beber,” le dijo. Quería un trago de agua fresca, y también deseaba preparar el camino para darle el agua de vida…

¡Cuánto interés manifestó Cristo en esta mujer sola! ¡Cuán fervientes y elocuentes fueron sus palabras! Conmovieron el corazón de la que escuchaba, y olvidándose de lo que había venido a hacer, volvió a la ciudad y dijo a sus amigos: “Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizás es éste el Cristo?”…

El resultado de la obra de Jesús, mientras estaba sentado, cansado y hambriento, al lado del pozo, fué muy extenso en bendiciones. El alma a quien trató de ayudar vino a ser un medio de alcanzar a otros y traerlos al Salvador. Tal fué siempre la manera en que la obra de Dios progresó en la tierra. Dejad resplandecer vuestra luz y otras luces se encenderán (Obreros evangélicos, {OE}, pp. 203, 204).

Podéis elevaros hasta las alturas a las cuales os invitan las Santas Escrituras. La verdadera religión significa vivir la Palabra en vuestra vida práctica. Vuestra profesión no tiene ningún valor sin la aplicación práctica de la Palabra. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”. Esta es la condición para ser discípulo…

Gracias a Dios porque se está realizando una obra fuera de la iglesia. La iglesia no ha sido educada debidamente para trabajar por aquellos que no son sus miembros. Muchas almas ajenas a la iglesia podrían haber sido iluminadas, y un caudal mucho mayor de luz podría haber sido traído a la iglesia, si ésta hubiera trabajado con el corazón y el alma y la voz para ganar almas para la verdad. Demasiado poco trabajo realizan los miembros de la iglesia en favor de los que necesitan la luz, los que están fuera de la Iglesia Adventista. El Señor declara: “La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio. Y en su nombre esperarán los gentiles”. Los que cooperan con Cristo Jesús se darán cuenta de que todas estas promesas se cumplen en su propia experiencia. El Señor ha señalado el deber de cada alma. En el juicio nadie tendrá excusa alguna que presentar por no haber cumplido con su deber (Testimonios para los ministros, {TM}, pp. 124, 125).

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Lección 8 // Lunes 17 de agosto_____________________

EL OFICIAL MILITAR ROMANO

Lee Mateo 8:5 al 13 (ver también Luc. 7:1-10). ¿Qué nos enseña esta historia sobre el modo en que aun las más grandes divisiones culturales pueden romperse por el bien del evangelio?

5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; 12 mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

En Capernaum, un oficial militar romano con grado de centurión (comandante de cien hombres) buscó a Jesús. Los judíos se sentían mal por la ocupación del ejército romano y muchos romanos odiaban a los judíos. A pesar de esta enorme división cultural y política, podemos ver la estrecha relación que había entre este romano y los judíos.

Lucas dice que el centurión fue a los “ancianos de los judíos” (Luc. 7:3) para pedirles que llamaran a Jesús. Y es interesante que ellos hicieron precisamente eso: le pidieron a Jesús que fuera a sanar al siervo del centurión. ¿Quiénes eran estos ancianos? Los textos no lo dicen, pero parece que su relación con Jesús era diferente de la de otros líderes.

Por otro lado, el centurión era obviamente un hombre de fe; sus palabras a Jesús: “solamente di la palabra, y mi criado sanará” (Mat. 8:8), son un testimonio increíble de su fe en Jesús. El centurión “no aguardó para ver si los judíos mismos recibirían a Aquel que declaraba ser su Mesías. Al resplandecer sobre él ‘la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo’ (Juan 1:9), aunque se hallaba lejos, había discernido la gloria del Hijo de Dios” (DTG 284).

El centurión comprendía y respetaba la sensibilidad religiosa judía. Sabía que, de acuerdo con la ley, un judío no podía entrar en la casa de un gentil; así que pidió que Jesús ministrara desde la distancia. El criado se sanó. La fe del centurión gentil fue recompensada. Jesús señaló que el centurión era un prototipo del gran día en que personas de todas partes del mundo se unirían a los patriarcas judíos en el banquete mesiánico.

Además de lo que nos ofrece el informe de esta curación, podemos ver que la gran división cultural no fue capaz de mantener separados a estos judíos del capitán romano. ¿Qué lecciones podemos obtener acerca del modo de aprender a trascender cualquier diferencia cultural que podamos (con limpia conciencia) a fin de alcanzar a otros?

Cuenta la historia que Napoleón Bonaparte estaba pasando revista a sus tropas en París, cuando la rienda de su caballo se le zafó de las manos y el caballo comenzó a galopar inmediatamente. Cuando esto pasó, un soldado común y corriente que no tenía ningún grado militar, sin pensarlo dos veces se abalanzó en contra del caballo, paró al caballo, y tomando las riendas del caballo las colocó de nuevo en las manos del emperador. Napoleón muy impresionado por el acto de valor y la presteza del soldado, lo saludo muy reverente y lo llamó «capitán»; Napoleón le dijo: «Muy agradecido con usted, capitán»  El soldado creyó inmediatamente las palabras de Napoleón y sin perder tiempo le preguntó: ¿De que regimiento seré capitán, mi general? Napoleón de nuevo se volvió a sorprender por la clara percepción del soldado y por la confianza que el soldado depositó en sus palabras. «Serás el capitán de mi guardia personal» le dijo Napoleón. En ese preciso momento en que Napoleón arrió su caballo, el soldado se postró en el suelo y tomando su arma también la puso en el suelo y dijo: «El emperador toma para él, a quién él desea» inmediatamente se levantó y comenzó a caminar a donde estaba la distinguida compañía de los altos oficiales del ejército. De ese día en adelante el soldado raso llegó a ser el capitán de la guardia personal del emperador. La fe de éste soldado francés, nos hace acordar la fe de el centurión romano.

En la experiencia del centurión encontramos  instrucciones para todos aquellos que tenemos peticiones:

1-Descubrimos el  buen corazón del centurión en buscar la ayuda de Cristo para otra persona. El centurión no había sido endurecido por las escenas de guerras. La prudencia y la diligencia de su siervo había ganado su corazón, y Dios siempre compensa las crueldades o las atenciones que se les presta a los trabajadores; la enfermedad del siervo puso al centurión en contacto con Cristo.

2-La humildad del centurión se pone en primer plano cuando no aceptó la oferta hecha por Jesús: Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo

3-La fe del centurión pidió solo las palabras del Salvador, el estaba convencido del poder y la supremacía de Cristo.

10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;  Esta es una gloriosa promesa:

1-El reino de los cielos es un lugar de descanso: «y se sentarán»

2-La compañía que se disfrutará en el reino de los cielos es impresionante: «con Abraham e Isaac y Jacob»

3-¿Quienes irán al reino de los cielos?  «Y os digo que vendrán muchos»

4-¿De dónde vendrán? «del oriente y del occidente» De todos los lugares, de todas las clases incluyendo hasta los más desesperanzados.

5-La seguridad de la promesa: «Y os digo que vendrán»

El centurión que deseaba que Cristo fuera y sanara a su siervo se sentía indigno de que Jesús entrara bajo su techo; su fe en el poder de Cristo era tan fuerte que creía que bastaría con pedirle tan sólo una palabra para que el milagro fuera obrado. “Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que le seguían: ‘De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes». Entonces Jesús dijo al centurión: ‘Ve, y como creíste, te sea hecho’. Y su criado fue sanado en aquella misma hora” (Mateo 8:10-13). {4TI 230.1}

Jesús alabó la fe en contraste con la duda. Mostró que los hijos de Israel tropezarían a causa de su incredulidad, la cual los llevaría a rechazar la gran luz y acabaría con su condenación y rechazo. Tomás declaró que no creería sin haber puesto antes su dedo en las llagas de las manos del Señor e introducir la mano en su costado. Cristo le dio las pruebas que deseaba y luego reprendió su incredulidad: “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29). (Testimonios para la iglesia, {TI}, t. 4, p. 230).

Durante su ministerio terrenal, Cristo empezó a derribar la pared divisoria levantada entre los judíos y gentiles, y a predicar la salvación a toda la humanidad. Aunque era judío, trataba libremente con los samaritanos y anulaba las costumbres farisaicas de los judíos con respecto a ese pueblo despreciado. Dormía bajo sus techos, comía junto a sus mesas, y enseñaba en sus calles. {HAp 16.5}

El Salvador anhelaba exponer a sus discípulos la verdad concerniente al derribamiento de la “pared intermedia de separación” entre Israel y las otras naciones,—la verdad de que “los Gentiles sean juntamente herederos” con los judíos, y “consortes de su promesa en Cristo por el evangelio” (Efesios 2:14; 3:6). Esta verdad fué revelada en parte cuando recompensó la fe del centurión de Capernaum, y también cuando predicó el Evangelio a los habitantes de Sicar. Fué revelada todavía más claramente en ocasión de su visita a Fenicia, cuando sanó a la hija de la mujer cananea. Estos incidentes ayudaron a sus discípulos a comprender que entre aquellos a quienes muchos consideraban indignos de la salvación, había almas ansiosas de la luz de la verdad.

Así Cristo trataba de enseñar a sus discípulos la verdad de que en el reino de Dios no hay fronteras nacionales, ni castas, ni aristocracia; que ellos debían ir a todas las naciones, llevándoles el mensaje del amor del Salvador. Pero sólo más tarde comprendieron ellos en toda su plenitud que Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos; para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:26, 27) (Los hechos de los apóstoles, {Hap}, pp. 16, 17).

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Martes 18 de agosto // Lección 8____________________

TRATANDO CON DEMONIOS

Lee Marcos 5:1 al 20, y Mateo 15:21 al 28. ¿En qué sentido estas historias nos ayudan a entender cómo se relacionaba Jesús con los no judíos? ¿De qué forma comprendemos las palabras de Jesús a la mujer cananea? Además, ¿qué lecciones deberían haber aprendido los discípulos, al ver a Jesús ministrando a los que no eran parte del pueblo del Pacto?

Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. 10 Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. 11 Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. 12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13 Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. 14 Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. 15 Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. 16 Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. 17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. 18 Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.

La región de los gadarenos estaba en la orilla oriental del Mar de Galilea. Era un área anteriormente dominada por Grecia, pero había llegado a ser parte de la provincia romana de Judea. El hombre de Gadara estaba obviamente poseído, y esa posesión se manifestaba de maneras horribles. Realmente necesitaba ayuda divina, y la obtuvo.

Que esta liberación ocurriera en territorio gentil es confirmado por la presencia de cerdos. Es interesante notar la reacción a esta pérdida económica cuando los cerdos se ahogaron: los aldeanos le pidieron a Jesús que saliera de su territorio. Jesús, a su vez, le pidió al hombre sanado que se quedara. Debía testificar a su propio pueblo acerca de Jesús; sin duda, su vida transformada, aun más que sus palabras, sería un testimonio poderoso.

En el siguiente incidente, esta niña de Sidón estaba “gravemente atormentada por un demonio” (Mat. 15:22). Su madre, cananea, ilustra cómo esa región era un crisol de razas. Sus antepasados cananeos habían sido desplazados de su tierra cuando Israel la heredó bajo el liderazgo de Josué. Aquí vemos otra vez a Jesús alcanzando a los que no eran israelitas.

Al hablarle, Jesús usó un lenguaje un tanto áspero, comparando a su gente con perros, pero esto probó su fe y mostró su humilde disposición para conseguir la ayuda que necesitaba.

“El Salvador está satisfecho. Ha probado su fe en él. Por su trato con ella, ha demostrado que aquella que Israel había considerado como paria no es ya extranjera sino hija en la familia de Dios. Y, como hija, es su privilegio participar de los dones del Padre. Cristo le concede ahora lo que le pedía, y concluye la lección para los discípulos” (DTG 367, 368).

La lección era que, contrariamente a su comprensión, la obra del evangelio no era solo para los judíos, sino que debía ir también a otras naciones.

Las tumbas antiguas de Gadara, realmente eran cavernas, ya sean naturales o artificiales que se encontraban en las rocas. Dentro de las cavernas habían celdas o nichos como les llamamos actualmente, y era allí donde depositaban a los muertos, sellando esas celdas o nichos inmediatamente. Este tipo de cavernas aún se pueden encontrar en la actualidad en las montañas cerca de una ciudad llamada Gersa y también en Gadara. La entradas de las cavernas no tenía puertas, por lo tanto se podía usar como una habitación. Extraña habitación para un extraño hombre, la habitación del endemoniado de Gadara.

En éste milagro resaltan tres cosas muy espectaculares: La miseria del endemoniado, la Majestad de Cristo y el repugnante trabajo del demonio.

El trabajo del diablo siempre es un trabajo de destrucción. Hace mas de 700 años Kengis Kan barrió toda Asia central, y se ha dicho que por siglos ha quedado la señal por donde él pasó, se puede seguir el camino que él tomó, solamente siguiendo la pirámides de huesos humanos de las personas cautivas que asesinó en su trayectoria. La mutilación al cuerpo siempre ha sido una práctica seguida por los adoradores paganos. Desde los  principios de éste mundo, siempre han habido personas que se hieren, se queman o se golpean el cuerpo cuando están celebrando cultos paganos. En nuestros tiempos modernos aún los podemos encontrar en muchas partes del mundo, pero los hallamos especialmente en la India, donde los «fakirs» se hieren el cuerpo con cuchillos, mientras están realizando sus servicios idólatras y paganos.

 El mundo de la psiquiatría y la neurología es un mundo extremadamente complicado, que hasta el día de hoy los más expertos en el mundo solo lo logran comprender de una manera muy pobre. Pero hay algo que está definido y es muy claro, que un endemoniado no es lo mismo que un epiléptico o lunático, éstas dos últimas son enfermedades que afectan al hombre y no están relacionadas con asuntos espirituales directamente. En cambio el endemoniado aunque a veces  presenta los mismos síntomas de un epiléptico o lunático, no está relacionado con problemas de salud, sino con problemas espirituales, la única cura para el endemoniado es la intervención de Dios directamente.

Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.

EL DIABLO PROTESTA ANTE LA PRESENCIA DE CRISTO:
1-La naturaleza de Cristo es contraria a la del diablo, la guerra es inevitable cuando ellos se encuentran

2-No hay ninguna gracia diseñada para Satanás de parte de Jesús, él no tiene ninguna esperanza en Jesús, él siempre teme cuando Cristo se presenta ante él.

3-El diablo siempre desea estar a solas;  la debilidad, el estancamiento y la desesperación de los humanos trabaja muy bien con sus planes
4-El diablo sabe que el no tiene poder en contra de Dios, el Hijo de Dios y el Espíritu Santo, el evita todo encuentro con ellos por que sabe que su derrota está asegurada
5-Al diablo le aterroriza su condenación,  Jesús no duda en ningún momento en atormentar al diablo por medio de las buenas obras  y la liberación demoníaca

EL HOMBRE BAJO LA INFLUENCIA DEL DIABLO, TAMBIÉN PROTESTA ANTE LA PRESENCIA DEL EVANGELIO DE  CRISTO:

1-Ellos tiene miedo al despertar de la cociencia; siempre desean no ser molestados, instruidos o ser investidos de poder divino.

2-Ellos le tiene miedo a cualquier cambio, aman el pecado, las ganancias y los placeres, y están conscientes que el poder de Jesús hará guerra en contra de esas cosas.

3-Ellos reclaman el derecho a no ser molestado; ésta es la idea que tienen acerca de la libertad religiosa. No toleran ser cuestionados ni por Dios, ni por el hombre.

4-Ellos argumentan que el evangelio no los pueden bendecir. Son demasiado pobres, ignorantes, ocupados, pecadores, débiles y posiblemente demasiado viejos como para poder recibir algo bueno del evangelio.

5-Siempre consideran a Jesús como un atormentador, quién les robará los placeres, perforará la conciencia y los conducirá a odiosas tareas.

Se cuenta que Voltaire en los últimos días de su vida, cuando se dio cuenta que estaba casi siendo convencido de la divinidad de Cristo, dio un giro en su vida y dijo: «por el amor de Dios, no me mencionen más a ese hombre, déjenme morir en paz»

Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.

De verdad el nombre del pecado es legión: Cólera, malicia, intemperancia, asesinato, impurezas, infidelidad, deshonestidad, equivocación, disimulo, falsedad, hipocresía, ingratitud, desobediencia, impaciencia, descontento, envidia, codicia, profanidad, formalismo, superstición, idolatría, blasfemia, ateísmo. El pecado es también  irrespeto a la autoridad, es rebeldía, es desafiar el poder y el orden, es ser corto de sabiduría, es despreciar  lo sagrado,  es ser desagradecido. El pecado es la causa de todo error, conflicto, crueldad, sufrimiento, llanto y aflicción que existe en el mundo. El pecado de la misma manera que el necio demonio, ha envenenado, ha desfigurado y ha maldecido todo lo que  logra tocar. El pecado ha causado que el hombre, que es el trabajo más noble de la creación de Dios, haya llegado a ser el destructor de su propia alma, el asesino de su hermano y el enemigo de Dios.

 10 Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. 11 Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. 12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13 Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.

Los cerdos fue y es un alimento prohibido para la humanidad por Dios y por muy buenas razones. Los cerdos han sido uno de los animales de limpieza en el medio oriente y en todo el mundo. El cerdo es uno de los animales más inferiores que tiene la naturaleza, y su carne es una de las carnes más dañina y más contaminadas para ingerir. Por ésta razón Dios dio la orden por medio de Moisés  de prohibir éste animal como alimento, orden que también Mahoma acató, pasándose de esa manera a la gigante religión islámica. Pero esto no era así para los romanos, quienes consideraba el cerdo, especialmente el cerdo curado y sazonado con sal, un plato delicado y exquisito.
Por ésta razón muchos de Gadara aunque no usaban el cerdo para el consumo propio, no tenían escrúpulos en crecer cerdos para el consumo de otros, ya que esto representaba una ganancia significante para ellos, aunque estaban conscientes que esto era en contra de la ley divina. Cuando Cristo llegó a Gadara, los cerdos tenían que salir de Gadara. De la misma manera en que Jesús limpió el templo de Jerusalén, ahora Jesús está limpiando el templo de la naturaleza de Gadara, de la inmundicia porcina que  existía allí. Cristo llegó a Gadara cargado de misericordia divina, pero esa misericordia no era una misericordia débil, sino una misericordia purificadora. 

TRES RUEGOS:
 12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.

17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.

18 Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él.

En estos tres versículos encontramos tres ruegos a Jesús de tres diferentes personajes. El primer ruego es el de los demonios, ese ruego fue aceptado por Jesús y los demonios obtuvieron lo que deseaban. El segundo ruego es el de los dueños de los cerdos de Gadara, y también ese ruego fue escuchado por Jesús, él se subió a su barca y se marchó. El tercer ruego es del endemoniado después de haber sido liberado y ese ruego, que es uno de los ruegos más sublimes que la humanidad le puede hacer al cielo, no fue aceptado por Jesús.
Aquí nace el apóstol de los gadarenos
19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.
Permitamos que nuestra imaginación vuele por un momento:
«Vete a tu casa, a los tuyos»; «Pero Señor yo no tengo amigos en Gadara, yo fui expulsado de Gadara hace muchos años, he habitado en los sepulcros, los de Gadara me tienen miedo y también me han aborrecido, lo único que han hecho por mi los de Gadara es atarme a cadenas de hierro, pero tu mano me liberó del dolor y has llenado mi vida con amor, por favor déjame estar contigo» Pero de aquel rostro lleno de amor y compasión salió de nuevo la expresión: «Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.»  «¿Qué Señor? como voy a ir a hablarles si tengo tiempos de no usar mi boca y mi lengua para tener una conversación normal y sana, de mi boca han salido las más grandes blasfemias contra Dios y contra tí, que al demonio se le pudo imaginar, y con todo eso; tu me mandas donde ellos a que les hable ¿tu crees que ellos me van a querer escuchar? No, no me escucharan, mejor déjame estar contigo, allí sentado a tus pies, vestido y con mi mente sana, en quietud y en silencio para servirte y adorarte el resto de mis días.»
A pesar del poderoso argumento del ex-endemoniado de Gadara, el pequeño barco comenzó su viaje y Jesucristo partió, dejando en la playa a un gran creyente, a un gran cristiano, para que llevará a cabo una tarea en la cual él se sentía insuficiente e incapaz. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban. En el cielo podremos escuchar el resto de la fascinante historia del ministro misionero  de Gadara y de Decápolis, sabremos su nombre y su poderosa obra en favor de Cristo y del evangelio.

Cristo conocía la situación de esta mujer. El sabía que ella anhelaba verle, y se colocó en su camino. Ayudándola en su aflicción, él podía dar una representación viva de la lección que quería enseñar. Para esto había traído a sus discípulos. Deseaba que ellos viesen la ignorancia existente en las ciudades y aldeas cercanas a la tierra de Israel. El pueblo al cual había sido dada toda oportunidad de comprender la verdad no conocía las necesidades de aquellos que le rodeaban. No hacía ningún esfuerzo para ayudar a las almas que estaban en tinieblas. El muro de separación que el orgullo judío había erigido impedía hasta a los discípulos sentir simpatía por el mundo pagano. Pero las barreras debían ser derribadas. {DTG 366.1}

Cristo no respondió inmediatamente a la petición de la mujer. Recibió a esta representante de una raza despreciada como la habrían recibido los judíos. Con ello quería que sus discípulos notasen la manera fría y despiadada con que los judíos tratarían un caso tal evidenciándola en su recepción de la mujer, y la manera compasiva con que quería que ellos tratasen una angustia tal, según la manifestó en la subsiguiente concesión de lo pedido por ella.

La mujer presentaba su caso con instancia y creciente fervor, postrándose a los pies de Cristo y clamando: “Señor, socórreme.” Jesús, aparentando todavía rechazar sus súplicas, según el prejuicio despiadado de los judíos, contestó: “No es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.” Esto era virtualmente aseverar que no era justo conceder a los extranjeros y enemigos de Israel las bendiciones traídas al pueblo favorecido de Dios. Esta respuesta habría desanimado completamente a una suplicante menos ferviente. Pero la mujer vió que había llegado su oportunidad. Bajo la aparente negativa de Jesús, vió una compasión que él no podía ocultar. “Sí, Señor—contestó;—mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores”…

En este caso, Cristo se encuentra con un miembro de una raza infortunada y despreciada, que no había sido favorecida por la luz de la Palabra de Dios; y sin embargo esa persona se entrega en seguida a la divina influencia de Cristo y tiene fe implícita en su capacidad de concederle el favor pedido. Ruega que se le den las migajas que caen de la mesa del Maestro. Si puede tener el privilegio de un perro, está dispuesta a ser considerada como tal. No tiene prejuicio nacional ni religioso, ni orgullo alguno que influya en su conducta, y reconoce inmediatamente a Jesús como el Redentor y como capaz de hacer todo lo que ella le pide.

El Salvador está satisfecho. Ha probado su fe en él. Por su trato con ella, ha demostrado que aquella que Israel había considerado como paria, no es ya extranjera sino hija en la familia de Dios. Y como hija, es su privilegio participar de los dones del Padre. Cristo le concede ahora lo que le pedía, y concluye la lección para los discípulos. Volviéndose hacia ella con una mirada de compasión y amor, dice: “Oh mujer, grande es tu fe; sea hecho contigo como quieres» (El deseado de todas las gentes, {DTG}, pp. 366-368)

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 Lección 8 // Miércoles 19 de agosto_________________

DIEZ LEPROSOS

Lee Lucas 17:11 al 19. ¿Qué lecciones hay aquí para nosotros, independientemente de nuestra nacionalidad u origen?

11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! 14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. 15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

Nota que estos hombres desafortunados conocían a Jesús. Lo llamaron por su nombre y por su título, rogándole su intervención. También es fascinante que no fueron limpiados allí mismo, en el instante. Se les dijo que fueran a presentarse a los sacerdotes, como lo manda Levítico 14:2. Al darse vuelta e ir a ellos, mostraron que creyeron en él y en su poder para sanarlos.

Sin embargo, solo el samaritano expresó aprecio por lo que Jesús había hecho. Los nueve fueron a los sacerdotes, pero se olvidaron de agradecer a su Sanador. El samaritano, como dicen los textos, volvió aun antes de ir a los sacerdotes. Aunque el texto no dice que los otros nueve eran judíos, es probable que lo fueran. El que Lucas mencione, específicamente, que él era samaritano y que Jesús lo llamó “este extranjero” (Luc. 17:18) hace más probable que los otros nueve fueran judíos. Los judíos no se relacionaban con los samaritanos, pero su enfermedad trascendía esas barreras. La tragedia que les era común, “el compañerismo del sufrimiento”, como lo llamó Albert Schweitzer, había roto una división étnica. Su necesidad de limpieza, curación y salvación los había llevado a Jesús.

No obstante, los samaritanos y otros extranjeros no eran la meta inmediata del ministerio de Jesús: “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mat. 15:24). Su plan era establecer primero una base misional fuerte entre los judíos. Sin embargo, en su ministerio dio evidencias de que el evangelio debía ir a todo el mundo. Aunque esto llegó a ser claro solo después de su resurrección, antes de su muerte Jesús hizo cosas que habrían de abrir la mente de los discípulos a la idea de que la misión mundial llegaría a ser su tarea principal.

Aunque todos esos hombres demostraron tener fe, solo uno volvió y le agradeció a Jesús por lo que había recibido. ¿Por qué la alabanza y la gratitud son tan importantes para la fe? ¿Por cuáles cosas debes estar agradecido? Piensa cuán feliz serías si constantemente las recordaras; y ¿cómo deberías agradecer a Dios por todo que has recibido?

La aflicción empuja a los humanos a buscar a Dios, pero esos que buscan a Dios solo en la aflicción, la mayoría de ellos suelen olvidar a Dios inmediatamente después que Dios les ha socorrido en sus necesidades.

Esta es una de las congregaciones más extrañas con las cuales Cristo se pudo haber encontrado en su vida, una congregación que era distinguida por su miseria, una congregación de enfermos; una congregación de sufrientes. Esta era una congregación de hombres padeciendo una de las más temidas enfermedades en la historia de la humanidad.  Estos hombres enfermos  eran provenientes  de dos naciones ó grupos étnicos que se odiaban hasta la muerte, pero en ese momento se encontraban unidos; sus desgracias, enfermedad y miserias los habían  unido en cuidados de amor y piedad el uno para el otro; la enfermedad había vencido el prejuicio nacional de cada uno de ellos.

Todos ellos eran aspirantes para recibir salud, su oración era sincera, la reverencia y la fe que tenían en Jesús era evidente, todos ellos tenían una petición para Cristo, estaban unidos presentando la aplicación de sanación al Divino Maestro.

Jesús se encuentra con ésta congregación de sufridos en la fronteras de Samaria y Galilea, bajo éstas circunstancias, las fronteras para ellos es el mejor lugar para encontrar refugio y lograr la sobre-vivencia. Por cualquier razón en la mayoría de veces, las personas que viven en las fronteras, son personas que no sufren de mucho prejuicios, son personas más abiertas a la influencia y en muchos casos son personas mas amigables.

Para una congregación extraña, una sanación extraña. Jesús no pronunció palabra de sanación para ellos en ese momento, el dio la orden de presentarse a los sacerdotes.  La Biblia dice que la sanación ocurrió en el camino. El acto de encaminarse inmediatamente al templo para presentarse a los sacerdotes, era un acto de fe, aquí Jesús no solo le está dando honor a la ley, sino que se está asegurando un testimonio para él mismo;  mandó a los leprosos a la autoridad correspondiente y escogida por Dios, para que estos sacerdotes fuesen testigo de éste milagro de Jesús. En ese tiempo se creía que la lepra era un castigo de Dios, ellos creían que Dios era el único que podía aplicar  ésta enfermedad al pecador, pero  también sabían que Dios era el único que la podía sanar. Jesús con la sanación de los diez leprosos estaba mostrando al pueblo de Israel y a los sacerdotes que él era Dios.

Los diez leprosos recibieron tres bendiciones en éste milagro: 1- Un cuerpo con salud; 2- Su incorporación de nuevo a la sociedad, 3- Su re-admisión al santuario.

Esta historia nos enseña la disposición de Dios en ayudar al hombre aún cuando estos son impenitentes, también nos enseña que  el hombre es capás de obedecer a Dios aunque no tenga el espíritu de la obediencia, y además nos enseña que existe un tipo de  fe que carece de amor. Esta también es una historia que nos muestra el pecado de la ingratitud.

En éste milagro podemos descubrir que hay muchas personas que pueden tener algún grado de fe sin tener amor, pueden tener fe sin tener el poder salvador de Dios. Ellos comenzaron a caminar hacia el templo aún sin ser limpiados, para hacer eso se requería una fe de alta calidad. Por esa fe que ellos tenían  encontramos que los diez leprosos recibieron sanación,  pero esa fe en nueve de los leprosos no tenía amor, no tenía gratitud, y como resultado  de esa fe que no tenía amor ni gratitud, nueve de ellos no recibieron la salvación. LA FE SIN AMOR E INGRATA, ES UNA FE QUE MATA. 

La gratitud tiene dos características muy especiales; y éstas son la humildad y la glorificación de Dios. Estas dos características la encontramos en el leproso samaritano, la Biblia dice que se postro en tierra, allí a los pies de Jesús y  la Biblia también nos dice que glorificaba a Dios en alta voz, los gritos de alabanza y agradecimiento a Dios por su sanación era un testimonio que nadie lo podía ignorar. 

El samaritano fue el único que regresó a Jesús,  y fue el único que fue salvado. El haber nacido en Israel no les dio a los nueve judíos leprosos un lugar en el reino de los cielos, pero la gratitud si le dio al samaritano un puesto en el reino de los cielos: 15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

El pecado de la ingratitud es uno de los pecados que más afecta a la humanidad,  es un pecado que afecta todos los niveles de la sociedad, el pecado de la ingratitud es un pecado en contra de Dios, se le niega la honra y la gloria a su nombre, y se menosprecian todas sus bondades, además la ingratitud provoca que Dios pare las bendiciones que él mismo nos da. En el caso que nos presenta Jesús, solamente una persona en diez personas, no es culpable del flagrante pecado de la ingratitud.

Cristo preguntó por los nueve leprosos que no regresaron, los nueve tenía nombre:

El primero se llamaba «Insensible Ingrato»: No sentía dolor por su estado antiguo, tampoco sentía alegría por su nueva salud. El Tosco, Duro e Insensible siempre usa el apellido Ingrato.

El segundo se llamaba «Desconsiderado Ingrato»: Nunca refleja su verdadero estado, nunca se para a observar con atención las cosas buenas que le han sucedido, nunca se acuerda de nada ni de nadie. El Desconsiderado siempre es Ingrato.

El tercero se llama «Orgulloso Ingrato»: Tenía todos los méritos y cualidades para ser sanado; ¿porqué dar las gracias por algo que era merecedor? El Orgulloso siempre es Ingrato.

El cuarto se llama «Envidioso Ingrato» Aún después de sanado, él no tiene algo que otros tienen, los otros son jóvenes, son fuertes, son ricos y tienen muchos amigos. La envidia siempre arruina la leche de la gratitud. El Envidioso siempre es Ingrato.

El quinto se llama «Cobarde Ingrato»: Quien lo sanó es una persona humillada, le hacen burla, lo persiguen, es muy odiado y se rumora que están planeando asesinarlo. Si él agradece a esa persona, está la posibilidad que parte del odio que le tiene al Sanador se puede volver en contra de él. El Cobarde es siempre Ingrato.

El sexto se llama «Calculador Ingrato»: El reconoce la magnitud del milagro de su salud, y calcula que si regresa a dar las gracias se puede convertir en un discípulos más de él. El Calculador es siempre Ingrato.

El séptimo se llama «Mundano Ingrato»: Ya regresó a sus negocios en Israel, o tiene varios placeres que dejó pendientes antes de su enfermedad, se ocupó tan rápido con los quehaceres del mundo que ya no tiene más tiempo para regresar a dar las gracias. El Mundano es siempre Ingrato.

El octavo se llama «Seguidor Ingrato»: Este anda de acuerdo a la marea, si la marea está alta o baja, allí lo vamos a encontrar, el Seguidor no tiene iniciativa propia, si los otros nueve sanados hubieran regresado a agradecer a Cristo, el también hubiera regresado con ellos. El Seguidor es siempre Ingrato.

Y por último tenemos al «Posponedor Ingrato»: Siempre dejando las cosas para más tarde, -mañana lo haré- suelen decir. Mientras Jesús preguntaba: Y los nueve, ¿dónde están? , el Posponedor decía:- iré más tarde- El Posponedor siempre se apellida Ingrato.

Hay algo que tenemos que aprender de ésta historia de los diez leprosos: Ellos comenzaron a caminar hacia el templo, a donde estaban los sacerdotes, con la blancura de la lepra en sus cuerpos y en sus ropas, y mientras caminaban tenía que tener la seguridad que serían limpiados, por que Jesucristo así lo había ordenado: «Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados» ¿En que parte del camino fueron limpiados?; ¿Al principio de su caminata?; ¿A la mitad del camino?; ¿Cuando estaban llegando al templo? Eso nosotros no lo sabemos, y quizás ni ellos supieron en que parte del camino fueron limpiados, lo que si sabemos es que mientras ellos caminaban fueron limpiados.

A nosotros nos toca caminar hacia la Canaán celestial aún con el pecado en nuestro cuerpo, pero ya la sangre de Cristo nos limpió de todo pecado. Cristo nos invita a caminar hacia el cielo con la fe que en el camino seremos limpios, el ya dio la orden para nuestra sanación espiritual. ¿Dónde seremos limpios de la lepra del pecado? Eso nosotros tampoco lo sabemos, pero una cosa si sabemos es que Cristo ya dio la orden para nuestra sanación. Caminemos con alegría, con gozo, con fe, y con la seguridad que en cualquier parte del camino de nuestra vida, conseguiremos la sanación total, cuando nos toque el momento de presentarnos al Sacerdote, será solo para escuchar de su boca: «…bien buen siervo fiel, en lo poco fuiste fiel en lo mucho te podré, entra en el gozo de tu Señor…» 

Todo ser humano pertenece a Dios en cuerpo, alma y espíritu. Cristo murió para redimir a todos. Nada puede ser más ofensivo para Dios que el hecho de que los hombres, por fanatismo religioso, ocasionen sufrimientos a quienes son adquisición de la sangre del Salvador…

La visita del Salvador mismo a Samaria, y más tarde la alabanza al buen samaritano y el gozo agradecido del leproso samaritano, quien de entre diez fué el único que volvió para dar gracias a Cristo, fueron hechos de mucho significado para los discípulos. La lección penetró profundamente en el corazón de ellos. Al comisionarlos inmediatamente antes de su ascensión, Jesús mencionó a Samaria junto con Jerusalén y Judea como los lugares donde debían predicar primeramente el Evangelio. Su enseñanza los había preparado para cumplir esta comisión. Cuando en el nombre de su Señor fueron ellos a Samaria, hallaron a la gente lista para recibirlos. Los samaritanos se habían enterado de las palabras de alabanza de Cristo y de sus obras de misericordia en favor de hombres de su nación. Vieron que a pesar del trato rudo que le habían dado él tenía solamente pensamientos de amor hacia ellos, y sus corazones fueron ganados. Después de su ascensión, dieron la bienvenida a los mensajeros del Salvador, y los discípulos cosecharon una preciosa mies de entre aquellos que habían sido antes sus más acerbos enemigos (El deseado de todas las gentes, {DTG}, pp. 452, 453).

La lección de los diez leprosos que se ha dejado registrada debería despertar en cada corazón el mas ardiente deseo de cambiar la actitud existente de ingratitud por otra alabanza y agradecimiento. El pueblo de Dios tiene que dejar de murmurar y quejarse. Recordemos quien es el primero y gran Dador de todas las bendiciones que recibimos. Se nos da la vida, la ropa y el alimento. ¿No deberíamos, pues, acostumbrarnos a responder con gratitud a nuestro padre celestial y enseñar a nuestros hijos a hacer lo propio? ¿Acaso no tenemos razones para hablar de la bondad de Dios y de su poder? Cuando nuestros amigos son bondadosos con nosotros, consideramos que es un privilegio agradecerles por su bondad. ¡Cuánto mayor debería ser nuestro gozo por agradecer al Amigo que nos ha dado todo bien y don perfecto! Cultivemos pues en cada iglesia el agradecimiento a Dios. Eduquemos nuestros labios para alabar a Dios en el circulo de la familia…

Nuestras dádivas y ofrendas deben declarar nuestra gratitud por los favores que recibimos diariamente. En todo deberíamos revelar el gozo del señor y dar a conocer el mensaje de la gracia salvadora de Dios.

El corazón de los que evidencian los atributos de Cristo irradia amor divino. Estan impregnados de gratitud… Levantad a Jesús; levantad al Hombre del Calvario con canto y oración. Tratad fervorosamente de difundir el evangelio. Relatad la preciosa historia del amor divino por el hombre. En esta obra hallaréis una satisfacción que durará a través de los siglos eternos (Meditaciones matinales 1952, p. 175).

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Jueves 20 de agosto // Lección 8____________________

LOS GRIEGOS Y JESÚS

“Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado” (Juan 12:20-23). ¿Cómo nos ayuda este incidente a comprender el clamor sincero de las personas, en todas partes, por tener salvación, tener esperanza y obtener respuestas que solo se pueden encontrar en Jesús?

Estos griegos probablemente eran conversos al judaísmo, ya que podían entrar hasta el patio de los gentiles. Los comentadores notan que estos griegos fueron a Felipe, quien, aunque era judío, tenía un nombre griego, lo que podría haberlos atraído hacia él. De este modo, aunque la obra pionera cristiana puede lograrse con misioneros extranjeros que tienen sensibilidad cultural y mucha simpatía por las personas a las que quieren alcanzar, la obra más efectiva la pueden realizar aquellos con el mismo trasfondo que ellas.

Los griegos llegaron pocos días antes de la crucifixión. Sin duda se maravillaron por las palabras de Cristo acerca de su sufrimiento, muerte y victoria final. (La voz del cielo les dio también algo en qué pensar.) Jesús pudo haberse animado porque deseaban “verlo”. La llegada de ellos señaló el comienzo de la evangelización mundial. Ya los fariseos habían dicho: “El mundo se va tras él” (Juan 12:19).

Lo que vemos aquí son hombres ajenos al judaísmo que querían ver a Jesús. ¡Qué señal de que el mundo estaba listo para su muerte expiatoria! Estos griegos, que representan a las naciones, las tribus y los pueblos del mundo, eran atraídos hacia él. La cruz del Salvador atraería a personas de todas las regiones y de todos los tiempos posteriores (vers. 32). Los discípulos encontrarían el mundo listo para recibir el evangelio.

Lee Juan 12:20 al 32. ¿Qué dice aquí Jesús acerca de perder la vida a fin de ganarla? ¿Por qué diría eso en este contexto inmediato? ¿De qué manera has experimentado lo que está diciendo?

Estos griegos pertenecían al gran número de gentiles que habían abrazado el judaísmo y solían venir a la ciudad de Jerusalén para celebrar las fiestas religiosas de Israel. Tenemos que tener cuidado en no confundir a los griegos «judíos» con los judíos-griegos o  «helenistas», quienes hablaban perfectamente el idioma griego y vivían en tierras paganas. El espacioso «atrio de los gentiles» fue designado por Salomón cuando construía el templo para todos aquellos de otras razas que aceptarían la fe judaica.

«Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús» De una manera muy cortes pero con firmeza, los griegos presentaron su petición de querer ver a Jesús. Para ese tiempo ya los ritos y la superstición para los dioses griegos como Jupiter, Martes, Apollo y Venus, ya se habían borrado de las mentes de la alta clase social griega, la adoración a estos dioses en Grecia era practicada solamente por las personas vulgares e ignorantes. Los oráculos griegos se consideraban tontos e  incompletos, los altares erigidos a estos dioses estaban fríos y desiertos, y habían muchos que estaban tratando de suplir en vano la necesidad de la religión con la poesía y la filosofía, pero esto no era suficiente para suplir el vacío que hace en el corazón del humano el no tener a Dios y la religión.

La Biblia toma un espacio para hablar de estos griegos que andaban en busca de Jesús; ¿Porqué?; ¿Cual es la importancia de mencionar al mundo griego?

1-Los griegos fueron los primeros que le dieron la bienvenida al cristianismo en el mundo gentil.

2-Fue en el idioma griego que Dios entrego las buenas nuevas (el Nuevo Testamento) del evangelio al mundo

3-Fueron las ciudades y los hogares griegos los primeros en mostrar al mundo el poder transformador del evangelio y por su ejemplo mostraron el principio del correcto comportamiento humano en la sociedad

4-Fueron los dioses griegos los primeros en caer ante Jesucristo, el Hijo de Dios. Con la entrada de el evangelio a Grecia, se pudo escuchar en la tierras griegas la nueva noticia: «nuestro gran dios Pan, ha muerto»; «pero Jesucristo vive»

Lo que el mundo le debe a los griegos, a la lengua humana se le hace bastante difícil de explicar: de ellos hemos recibidos hermosos poemas, espléndidos tratados de ciencia y filosofía que han educado a todas las mentes elevadas de la raza humana, de los griegos hemos recibidos incomparables pinturas y esculturas, hemos recibido el Nuevo Testamento en un idioma florido, preciso, rápido y claro, que en verdad es una luz clara para conducirnos hasta la eternidad. De los griegos hemos recibido los primero trabajos profundos de la teología que estuvieron a cargo de los primeros padres de la fe del nuevo mundo occidental como Justino, Gregorio y Basíl. Estas contribuciones bíblicas ayudaron a entender de una manera mejor la Sagrada Escrituras. De los griego también hemos recibido grandes sermones y profundas liturgias, himnos inspiradores, la gloria de mártires triunfantes, vidas y ejemplos de santos devotos que ayudaron a estimular la piedad y el fervor religioso por todas las edades de la iglesia hasta nuestros días modernos.

Todo el trabajo de los griegos puesto junto, ha sido una de las contribuciones más grande y más duradera que alguna civilización haya regalado al mundo, bautizando de ésta manera la joven y creciente «Cristiandad» y entregando su trabajo para la purificación  y bendición de los cristianos de todas las edades. 

El principio del ministerio de Jesús fue demarcado por la visita de los sabios de oriente, y el final del ministerio de Jesús fue demarcado por la visita de los sabios del occidente. Unos vinieron a visitarlo a su cuna y los otros vinieron a visitarlo a su cruz. Los sabios de oriente vinieron a recibir un nuevo impulso, recibieron una fresca brisa para una cultura y religión envejecida y vencida. Los sabios del occidente, es decir los griegos, vinieron a Jesús para recibir de el una alta consagración que ayudaría a una cultura naciente, que tenía  muchas esperanza y aspiraciones espirituales. «Queremos ver a Jesús» son las misma palabra ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?” «Estos hombres vinieron del Occidente para hallar al Salvador al final de su vida, como los magos habían venido del Oriente al principio. Cuando nació Cristo, los judíos estaban tan engolfados en sus propios planes ambiciosos que no conocieron su advenimiento. Los magos de una tierra pagana vinieron al pesebre con sus donativos para adorar al Salvador. Así también estos griegos, representando a las naciones, a las tribus y a los pueblos del mundo, vinieron a ver a Jesús. Así también la gente de todas las tierras y de todas las edades iba a ser atraída por la cruz del Salvador…» (El deseado de todas las gentes, {DTG}, pp. 574, 575). Jesús con su evangelio unió el oriente con el occidente, el norte con el sur, el rico con el pobre, el sabio con el ignorante, el blanco con el negro. Su amor es universal, su Palabra es universal, su sacrificio es universal, su salvación es universal. Todo aquel que se coloca bajo el estandarte de Jesús, pierde su nacionalidad, su raza, y su posición social, no hay espacio para ser más grande o más pequeño, para ser superior o inferior.

“Y había ciertos griegos de los que habían subido a adorar en la fiesta: éstos pues, se llegaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y rogáronle, diciendo: Señor, querríamos ver a Jesús. Vino Felipe, y díjolo a Andrés: Andrés entonces, y Felipe, lo dicen a Jesús.”

En esos momentos, la obra de Cristo parecía haber sufrido una cruel derrota. El había salido vencedor en la controversia con los sacerdotes y fariseos, pero era evidente que nunca le recibirían como el Mesías. Había llegado el momento de la separación final. Para sus discípulos, el caso parecía sin esperanzas. Pero Cristo estaba acercándose a la consumación de su obra. El gran suceso que concernía no sólo a la nación judía, sino al mundo entero, estaba por acontecer. Cuando Cristo oyó la ferviente petición: “Querríamos ver a Jesús,” repercutió para él como un eco del clamor del mundo hambriento, su rostro se iluminó y dijo: “La hora viene en que el Hijo del hombre ha de ser glorificado.” En la petición de los griegos vió una prenda de los resultados de su gran sacrificio.

Había llegado la hora de la glorificación de Cristo. Estaba en la sombra de la cruz, y la pregunta de los griegos le mostró que el sacrificio que estaba por hacer traería muchos hijos e hijas a Dios…

Por un momento, miró lo futuro y oyó las voces que proclamaban en todas partes de la tierra: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” En estos extranjeros, vió la garantía de una gran siega, para cuando el muro de separación entre judíos y gentiles fuese derribado, y todas las naciones, lenguas y pueblos oyesen el mensaje de salvación (El deseado de todas las gentes, {DTG}, pp. 574, 575).

Necesitamos que un poder se posesione de nosotros ahora y nos conmueva a tener diligencia y fe ferviente. Entonces, bautizados por el Espíritu Santo, tendremos a Cristo, la esperanza de gloria, formado en nosotros. Entonces exhibiremos a Cristo como el objeto divino de nuestra fe y nuestro amor. Hablaremos de Cristo; oraremos a Cristo y acerca de Cristo. Alabaremos su santo nombre. Presentaremos ante el pueblo sus milagros, su abnegación, su sacrificio propio, sus sufrimientos, su crucifixión, su resurrección y su ascensión triunfal. Estos son los temas inspiradores del Evangelio para despertar amor y fervor intenso en cada corazón. Aquí están los tesoros de sabiduría y conocimiento, una fuente inextinguible. Cuanto más busquéis de esta experiencia, mayor será el valor de vuestra vida (Mensajes selectos, {MS}, t. 3, pp. 211, 212).

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Lección 8 // Viernes 21 de agosto___________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mat. 8:11, 12). Aunque estas palabras se pronunciaron en un contexto específico, con referencia a cierto pueblo específico, no deberíamos pasar por alto el principio. Los que han recibido grandes privilegios, grandes ventajas en términos de verdades espirituales y teológicas, necesitan ser cuidadosos. Es fácil llegar a ser complacientes acerca de las verdades que recibimos, verdades que, en algunos casos, nadie más está predicando y enseñando. Primero, necesitamos asegurarnos de que nos mantenemos basados en estas verdades; y segundo, necesitamos estar dispuestos a enseñarlas a quienes todavía no las conocen.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. La Cruz nos mostró la absoluta universalidad de toda la humanidad. Ante Dios, todos somos pecadores y todos necesitamos su gracia para salvarnos. No obstante, muchos grupos a menudo se ven como superiores a otros. Esto es común, y ha sido así en toda la historia. ¿Qué sucede contigo y tu propio grupo étnico, social, financiero o cultural? ¿Qué hay de malo en esa actitud, y cómo puedes aprender a cambiarla al pie de la Cruz?
  2. La mujer que estaba junto al pozo volvió y testificó a su propio pueblo acerca de Jesús. ¿Qué nos enseña esto acerca de las misiones y de la importancia de usar a los que son de una cultura específica para alcanzar a su propio pueblo?
  3. Los griegos querían ver a Jesús. Sin duda, habían escuchado de él o habían visto algunas de las cosas que había hecho. Por supuesto, Jesús está ahora en el cielo, y la iglesia, su pueblo, lo representa aquí en la Tierra. ¿Qué significa para nosotros esto en términos de la clase de vida que vivimos y la clase de testimonio que damos?

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Este es un estudio serio para los maestros de Escuela Sabática. Si usted es una persona que le gusta la lectura, y profundizar en temas religiosos, este es el lugar para usted.

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Escrito por: Tony García.
Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
Madrid, España 2015

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