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LECCIÓN 2 – COMIENZA EL MINISTERIO – PARA EL 9 DE ABRIL DE 2016

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«Salomé con la Cabeza de Juan el Bautista» Pintura al Oleo por Onorio Marinari (1627-1715) Italia


 

Los pensamientos pertenecientes a “Escuela Sabática para Maestros” no representan la postura oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día local, regional o mundial. Este es el trabajo,  esfuerzo y pensamiento de un hermano laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyo principal objetivo es proveer extra información a la Lección de Escuela Sabática, para que le sea de ayuda al maestro para poder entender y explicar de una manera mas clara y nutrida la lección de Escuela Sabática. Tratamos de no presentar temas controversia-les, ni polémicos y evitamos las ideas que promueven el fanatismo y el extremismo en nuestra iglesia. Si nuestro comentario no es de su ayuda o de su agrado, le pedimos por favor, que sencillamente lo descarte. Cualquier comentario, pregunta o sugerencia, por favor escriba a elhermanotony@gmail.com


Letra Negra: Lección de Escuela Sabática

Letra Ocre: Lección de Escuela Sabática 

Letra Roja: La Biblia

Letra Café: Nuestro comentario

Letra Azul: Espíritu de profecía


Lección 2: Para el 9 de abril de 2016

COMIENZA EL MINISTERIO

Sábado 2 de abril______________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 3:1-12; 2 Pedro 1:19; Filipenses 2:5-8; Mateo 4:1-12; Isaías 9:1, 2; Mateo 4:17-22.

PARA MEMORIZAR:“Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mat. 4:19).

UNA DE LAS GRANDES LUCHAS de la humanidad ha sido descubrir cuál es el significado y el propósito de la vida, y saber cómo vivirla. Después de todo, no venimos al mundo con un “Manual de instrucciones” debajo el brazo, que nos indique de qué modo vivir, ¿verdad?

“No entendí cuál era el significado de la vida”, dijo un joven de 17 años, de una familia de buenos recursos y adicto a drogas recetadas. “Todavía no lo sé, pero pensé que todos los demás lo sabían, de que todos conocían este gran secreto menos yo. Pensé que todos entendían por qué estamos aquí y que todos estaban secretamente felices sin mí”.

Paul Feyerabend, un escritor alemán y filósofo de la ciencia, confesó en su autobiografía: “Así pasa un día tras otro, y no resulta claro por qué hay que vivir”. Por ello, Dios nos dio la Biblia, el evangelio; tenemos la historia de Jesús y lo que hizo por nosotros. En Jesús –su preexistencia, nacimiento, vida, muerte, ministerio en el cielo y su segunda venida−, encontramos las respuestas a las preguntas más apremiantes de la vida. Esta semana, consideraremos el comienzo de la vida y la obra de Cristo aquí sobre la Tierra, una vida que da significado a la nuestra.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cristo ha tomado toda medida necesaria para que su iglesia sea un cuerpo transformado, iluminado por la Luz del mundo, en posesión de la gloria de Emmanuel. El se propone que todo cristiano esté rodeado de una atmósfera espiritual de luz y de paz. Desea que revelemos su gozo en nuestra vida (Profetas y reyes, {PR}, p. 532).

Es propósito de Dios que su pueblo sea un pueblo santificado, purificado y santo, que comunique luz a cuantos le rodean. Es su propósito que, al ejemplificar la verdad en su vida, le alabe en el mundo. La gracia de Cristo basta para realizar esto. Pero deben recordar los hijos de Dios que únicamente cuando ellos crean en los principios del Evangelio y obren de acuerdo con ellos, puede él hacer de ellos una alabanza en la tierra. Únicamente en la medida en que usen las capacidades que Dios les ha dado para servirle, disfrutarán de la plenitud y el poder de la promesa en la cual la iglesia ha sido llamada a confiar (Joyas de los testimonios, {3JT}, t. 3, p. 205).

“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; y la ciencia de los santos es inteligencia” (Proverbios 9:10). La formación del carácter es la gran obra de la vida; y un conocimiento de Dios, el fundamento de toda educación verdadera. Impartir este conocimiento y amoldar el carácter de acuerdo con él, debe ser el propósito del maestro en su trabajo. La ley de Dios es un reflejo de su carácter. Por esto dice el salmista: “Todos tus mandamientos son justicia,” y “de tus mandamientos he adquirido inteligencia” (Salmos 119:172, 104). Dios se nos ha revelado en su Palabra y en las obras de la creación. Por el libro de la inspiración y el de la naturaleza hemos de obtener un conocimiento de Dios (Patriarcas y profetas, {PP}, pp. 646, 647).

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Domingo 3 de abril // Lección 2____________________

JUAN EL BAUTISTA Y “LA VERDAD PRESENTE”

Mateo 3 comienza con Juan el Bautista, cuya primera palabra registrada en el texto es un imperativo: “¡Arrepentíos!” (Mat. 3:2). De cierto modo, ese es un resumen de lo que Dios le estuvo diciendo a la humanidad desde la Caída: Arrepentíos, aceptad mi perdón, apartaos de vuestros pecados, y encontraréis la redención y descanso para vuestras almas.

Y, no importa cuán universal sea este mensaje, Juan expone una “verdad presente” distintiva (2 Ped. 1:12), un mensaje para aquellas personas en ese momento específico.

Lee Mateo 3:2 y 3. ¿Cuál era el mensaje que Juan predicaba junto con el llamado al arrepentimiento, el bautismo y la confesión? Ver también Mat. 3:6.

y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.

y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

Juan hace aquí lo que se hace en todo el Nuevo Testamento: cita el Antiguo Testamento. Las profecías de este cobran vida en aquel: sea Jesús, o Pablo, o Pedro o Juan, todos citan el Antiguo Testamento para ayudar a validar, explicar o, incluso, demostrar lo que sucedía. No es extraño que Pedro, aun en el contexto de los milagros que personalmente había presenciado, haya enfatizado “la palabra profética más segura” (2 Ped. 1:19) cuando habló del ministerio de Jesús.

Lee Mateo 3:7 al 12. ¿Qué mensaje tenía Juan para los líderes? A pesar de sus severas palabras, ¿qué esperanza se les ofrece?

Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. 11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

Nota cuán central es Jesús en todo lo que Juan predicaba. Todo, aun en ese entonces, tenía que ver con Jesús: quién era y qué haría. Aunque lo que presentaba era el evangelio, Juan también dejó en claro que habría una evaluación final, una división final entre el trigo y la cizaña, y que las profecías señalaban quién haría esa separación. Esto es una prueba adicional de cuán inseparables son el evangelio y el Juicio. Aquí también hay un ejemplo de la manera en que, en la Biblia, la primera y la segunda venidas de Jesús son consideradas un solo evento; lo vemos cuando Juan, en el contexto inmediato de la primera venida de Cristo, habla de la segunda venida.

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Esta es una lección, que se ha repetido muchas veces en los últimos meses, por ejemplo la estudiamos el 20 de Febrero de éste año, la lección se titulaba “Camarada de Armas”; también la estudiamos el 6 de Febrero de éste año y la lección se titulaba: “Victoria en el Desierto” Para el 15 de Agosto del 2015 la estudiamos y se titulaba: “Jesús, El Señor de las Misiones”; para el 4 de Abril del 2015 la estudiamos y se titulaba “La Venida de Jesús” y para el 13 de Abril del 2015 también la estudiamos y se titulaba: “El Bautismo y las Tentaciones”

5 veces se ha repetido ésta lección en los últimos 12 meses, y ahora se vuelve a repetir la misma lección, convirtiéndose en la sexta repetición en solamente un año.

Si algunos pensamientos ya le suenan familiares, usted está correcto, la lección es repetida, el estudio es repetido, algunos pensamientos ya son repetidos.

Le invitamos a que la disfrute de nuevo, ya que la próxima lección que tocará éste mismo tema será hasta el segundo trimestre del 2021, donde se estará estudiando el libro de Juan. Todo esto es si la voluntad de Dios así lo desea, y si también el Departamento de Escuela Sabática Mundial no hace cambios a la programación.

Juan el bautista aparece en una etapa de decadencia de la nación de Judía, eso era tanto para el gobierno como para la iglesia. El reino se mantuvo unido hasta la muerte de Herodes el Grande, pero después de la muerte de Herodes, Judea se dividido y en vez de un solo rey, habían muchos tetrarcas ó gobernadores, reinando cada uno de ellos en pequeñas parcelas de tierra, todo con el permiso y la gracia del emperador romano.

La gloria antigua de las monarquías de Israel, solo hacían que este tiempo en que vivió Juan el Bautista, se viera aun mas empobrecido y deprimente. El reinado Judío necesitaba ser resucitado, o ser reemplazado, por un mejor rey. Un líder nacional nunca había sido necesitado con tanta urgencia como en esos días, la época se mostraba perfecta para subir al trono a un rey que en verdad representara la grandeza del imperio Judío.

La religión judía, también estaba en decadencia, encontramos a dos sumos sacerdotes, en vez de uno solo; Anás y Caifás.

Anás había sido puesto como sacerdote por el imperio romano, pero también el mismo imperio romano lo había depuesto por su mal proceder, ahora su yerno Caifás había sido elegido, y el era el nuevo sumo-sacerdote. Según la historia Caifás solo servía como un títere de Anás, era Anás quien dominaba los asuntos religioso-políticos por medio de su yerno.

Una reforma era completamente necesaria tanto en el gobierno judío como en la iglesia judía, Juan era en encargado especial para una hora especial.

Mateo menciona las palabras de la profecía de Isaías 40: Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.

Juan tenia un trabajo gigante que hacer, preparando el camino al Mesías, el camino tenia que ser enderezado, los valles tenían que ser alzado o rellenados, las montanas tenían que ser bajadas o desbastadas, lo torcido tenia que ser enderezado y todo lo áspero tenia que ser allanado.

Esto no era un esfuerzo material, sino espiritual, la reforma no consistía en arreglar un camino o una ciudad para la venida de Jesucristo, el esfuerzo consistía en arreglar la espiritualidad de una nación. Esta reforma no se haría por la fuerza, sino a través de la palabra y la predicación. Isaías 40 representa los caracteres de los hombres y la gran necesidad de ser reformados: Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.

-Los valles representan a los deprimidos y desesperados de este mundo, ellos necesitaban ser levantados moralmente para poder recibir y disfrutar de las buenas nuevas de salvación.

-Las montañas representan a los orgullosos y exaltados, ellos necesitaban ser bajado a la humildad necesaria para poder recibir y aceptar al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

-Los torcidos representa a todos aquellos sumidos en la concupiscencia y la profundidad del pecado, necesitaban experimentar la necesidad de un Salvador.

-Los ásperos son aquellos que son toscos y grosero de naturaleza, quienes necesitaban ser suavizados y apaciguados para poder comprender y entender al Príncipe de Paz . Todas estas clases de personas serían alcanzadas por la predicación de Juan, para que pudieran comprender la salvación a través del Mesías.

¿Cómo prepararía Juan a esta generación para Jesús? «predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados» Ahora encontramos a Juan eliminando un rito del pueblo de Israel e instituyendo un nuevo rito, éste nuevo rito no solo era para el pueblo de Israel, sino para todo el mundo.

La circuncisión era un rito que todo varón judío tenía que experimentar, sin éste rito no era reconocido como judío, ni tampoco era reconocido como parte del pueblo de Dios. Este rito estaba terminando precisamente con la predicación de Juan el bautista, el enseñaba el bautismo no solamente para los gentiles, sino también para el mundo judío.

El bautismo era el nuevo símbolo ó rito para todo aquel que desea ser parte del pueblo de Dios y seguidor de Jesús. Mas tarde encontramos a Jesucristo aboliendo el rito de la pascua del mundo judío y estableciendo un nuevo rito el cual es la santa cena, Cristo abolió la pascua por que así lo enseñó a través de su ejemplo en la «santa cena» y también la abolió por su muerte en la cruz; el Cordero de Dios fue inmolado para remisión de pecados.

El evangelio de Juan era muy simple y práctico, de seguro no era un evangelio de reconciliación, ni tampoco un evangelio suavizador. A pesar de todo; fue un evangelio de mucho éxito, esto lo comprueban todos aquellos que se acercaban a preguntar a Juan lo que se necesitaba hacer; entre ellos estaban la gente común, los publicanos y los soldados. Las respuestas para ellos fueron: compartir, no robar, no extorsionar, no calumniar, y ser conformes.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cuando el Espíritu Santo mueve al agente humano no nos pregunta en qué manera ha de proceder. A menudo actúa de maneras inesperadas. Cristo no vino en la forma en que los judíos lo esperaban. No vino de una manera tal que los glorificara como nación. Su precursor vino a preparar el camino delante de él, llamando al pueblo a arrepentirse de sus pecados, a convertirse y bautizarse. El mensaje de Cristo fue: “El reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el Evangelio”. Los judíos rehusaron recibir a Cristo, porque no vino según la forma en que lo esperaban. Las ideas de hombres finitos fueron tenidas por infalibles, porque eran muy antiguas. Este es el peligro al cual la iglesia se halla expuesta ahora, es a saber, que las invenciones de hombres finitos señalen la forma precisa en que debe venir el Espíritu Santo. Aunque no quieran reconocerlo, algunos ya han hecho esto. Y porque el Espíritu viene, no para alabar a los hombres o para sustentar sus teorías erróneas, sino para convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio, muchos se apartan de él. No están dispuestos a ser despojados de las vestimentas de su justicia propia. No están dispuestos a cambiar su justicia, que es injusticia, por la justicia de Cristo, que es la verdad pura no adulterada. El Espíritu Santo no adula a ningún hombre, ni trabaja de acuerdo con el designio de hombre alguno. Los hombres finitos, pecadores, no han de manejar al Espíritu Santo. Cuando éste venga como reprobador, por medio de cualquier agente humano a quien Dios escoja, el lugar del hombre es oír y obedecer su voz (Testimonios para los ministros, {TM}, pp. 61, 62).

“Y ya también—decía el profeta,—el hacha está puesta a la raíz de los árboles: todo árbol pues que no hace buen fruto, es cortado, y echado en el fuego.” No por su nombre, sino por sus frutos, se determina el valor de un árbol. Si el fruto no tiene valor, el nombre no puede salvar al árbol de la destrucción. Juan declaró a los judíos que su situación delante de Dios había de ser decidida por su carácter y su vida. La profesión era inútil. Si su vida y su carácter no estaban en armonía con la ley de Dios, no eran su pueblo.

Bajo sus escrutadoras palabras, sus oyentes quedaron convencidos. Vinieron a él preguntando: “¿Pues qué haremos?” El contestó: “El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.” Puso a los publicanos en guardia contra la injusticia, y a los soldados contra la violencia.

Todos los que se hacían súbditos del reino de Cristo, decía él, debían dar evidencia de fe y arrepentimiento. En su vida, debía notarse la bondad, la honradez y la fidelidad. Debían atender a los menesterosos, y presentar sus ofrendas a Dios. Debían proteger a los indefensos y dar un ejemplo de virtud y compasión. Así también los seguidores de Cristo darán evidencia del poder transformador del Espíritu Santo. En su vida diaria, se notará la justicia, la misericordia y el amor de Dios. De lo contrario, son como el tamo que se arroja al fuego (El Deseado de todas la gentes, {DTG}, p. 82).

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Lección 2 // Lunes 4 de abril
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EL CONTRASTE EN EL DESIERTO

“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mat. 4:1).

Imagina esta escena desde la perspectiva de Satanás mismo. El Ser exaltado y divino, a quien él conocía como el Hijo de Dios, se había humillado a sí mismo –había tomado forma humana− a fin de salvar a la raza humana. Este era el mismo Jesús contra quien había batallado en el cielo y quien los había arrojado afuera a él y a sus ángeles (ver Apoc. 12:7-9). Ahora, sin embargo, ese Jesús era… ¿qué? ¿Un ser humano extenuado, solo, en el áspero desierto, sin ningún apoyo obvio? Seguramente, ahora Jesús sería presa fácil de los engaños de Satanás.

“Cuando Satanás y el Hijo de Dios se encontraron por primera vez en conflicto, Cristo era el generalísimo de las huestes celestiales; y Satanás, el caudillo de la rebelión del cielo, fue echado fuera. Ahora su condición está aparentemente invertida, y Satanás se aprovecha de su supuesta ventaja” (DTG 94).

¡Qué contraste! Lucifer quiso ser “semejante al Altísimo” (Isa. 14:14) y Jesús se vació de la gloria del cielo. Aquí, en esta escena, podemos ver la vasta diferencia entre lo que es la santidad y lo que hace el pecado.

Compara Isaías 14:12 al 14 con Filipenses 2:5 al 8. ¿Qué nos dice esto acerca de la diferencia entre el carácter de Jesús y el de Satanás?

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Isaías 14

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2

Imagina de qué modo los ángeles, que habían conocido a Jesús en su gloria celestial, habrán considerado lo que estaba sucediendo cuando los dos adversarios se encontraron cara a cara en un tipo de conflicto que ninguno de los dos había enfrentado antes en relación con el otro. Aunque nosotros hoy tenemos la ventaja decidida de saber el resultado final esta contienda, en ese momento los ángeles –en realidad, el cielo entero− no lo sabían; y así, debieron de haber observado atentamente este conflicto con absorta fascinación.

Satanás se exaltó a sí mismo. Jesús se humilló, aun hasta la muerte. ¿Qué podemos aprender de este enorme contraste y de qué manera podemos aplicar esta verdad importante a nosotros mismos? ¿De qué modo debería impactar la forma en que tomamos ciertas decisiones, especialmente aquellas en las que está en juego nuestro ego?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

“Satanás vio que debía vencer o ser vencido. Los resultados del conflicto significaban demasiado para ser confiados a sus ángeles confederados. Debía dirigir personalmente la guerra” (DTG 91).

Del bautismo de Jesús pasamos a la tentación. Jesús recibió tres regalos en su bautismo:

-El primero regalo fue le perfecta revelación del Padre; los cielos se abrieron y se escuchó la voz del Padre.

-El segundo regalo fue la inspiración para hacer la voluntad del Padre; el Espíritu Santo descendió sobre Jesús para guiarlo en su ministerio.

-El tercer regalo fue la confirmación de Jesús como hijo de Dios, cuando el Padre dijo: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.»

De tres regalos de parte del Padre para Jesús, inmediatamente pasamos a tres pruebas de parte del diablo para Jesús.

Ahora encontramos a Jesús enfrentando tres tentaciones; La primera tentación tiene que ver con el apetito, la segunda tentación tiene que ver con la ostentación o presunción, y la tercera tentación tiene que ver con la ambición.

“Cuando Jesús fue llevado al desierto para ser tentado, fue llevado por el Espíritu de Dios. Él no invitó a la tentación. Fue al desierto para estar solo, para contemplar su misión y su obra. Por el ayuno y la oración, debía fortalecerse para andar en la senda manchada de sangre que iba a recorrer. Pero, Satanás sabía que el Salvador había ido al desierto, y pensó que esa era la mejor ocasión para atacarlo” (DTG 89).

Antes de entrar en las tentaciones tenemos que aclarar que el Espíritu Santo llevó a Jesús al desierto para una preparación espiritual, no guío a Jesús al desierto para que fuese tentado, como muchos de nosotros creemos.

Dios a pesar que sabía lo que ocurriría en el desierto, tampoco evadió la tentación que se presentaría, sino que dejó que las cosas tomaran su lugar, de la manera que sucedieron.

Esta es la clave para entender éste tema, Dios no tienta a nadie, ni tampoco conduce a nadie a la tentación, pero tampoco Dios evita la tentación a sus hijos cuando ésta se presenta; Dios permite que las cosas sucedan como tiene que suceder, cada quien recibiendo las recompensas o las consecuencias de las decisiones tomadas ante la prueba o tentación.

De la misma manera que Moisés estuvo en Madián antes de iniciar su ministerio, David en Belén antes de ser rey de Israel, Elías estuvo en el monte Horeb, y Juan en el desierto, Jesús tenía que prepararse espiritualmente antes de comenzar su ministerio.

Jesús fue guiado al desierto por la dirección divina para un retiro espiritual, y también bajo el permiso divino fue permitida ésta tentación para Jesús. El bautismo del Espíritu Santo, la presencia confortadora del Espíritu Santo y la intensa comunión con el Padre, durante esos cuarenta días, capacitarían a Cristo para la prueba que tenía por delante; solamente por estos medios se puede lograr la victoria sobre la tentación.

Ni la Biblia, ni Dios, extienden ninguna clase de garantía de victoria, a toda aquellas personas que corren deliberadamente y alocadamente a exponerse a una tentación.

Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Que diferencia entre la tentación del primer Adán y el segundo Adán; en la hermosura del jardín del Edén, sin estar con hambre Adán y Eva son tentados a través del apetito y sucumben, Jesús en la soledad del desierto, con cuarenta días de ayuno, es también tentado a través del apetito, y sale victorioso.

Antes de escuchar las palabras del tentador, Jesús decide escuchar la voz del cielo que dice: «NO SOLO DE PAN VIVIRÁ EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.

Muchas veces encontramos hermanos tanto de nuestra iglesia, como de otras religiones, que dicen que nosotros tendríamos que ayunar, como Jesús ayunó. La respuesta a ésta sugerencia es un rotundo no. Este ayuno no es para cualquier hombre, éste tipo de ayuno, es un ayuno especial que solo tres hombres lo han hecho en la historia de ésta tierra. Moisés, Elías y Jesús.

Moisés estuvo ante la presencia de Dios 40 días y 40 noches, Elías camino por el desierto 40 días y cuarenta noches, después de haber recibido de manos de un ángel dos vasijas de agua y dos tortas de pan, y Jesucristo estuvo 40 días y 40 noches en ayuno.

La Biblia hace una aclaración del ayuno de 40 días y 40 noches, por que la costumbre del judío era que ayunaba de día pero comía de noche; esa costumbre hasta ahora se sigue en la cultura judía, pero especialmente lo practica la religión musulmán. El ramadán es un ejemplo de esto. El ramadán es un mes de ayuno obligatorio para el musulmán, en éste mes ellos conmemoran la entrega del Corán a su profeta Mohamed. Durante 30 días ayunan, pero en el ayuno consiste solo durante el día; durante toda la noche, desde que el sol se oculta, hasta que vuelve a nacer, la comida y la bebida está servida, para su consumo.

El humano puede vivir sin comer alrededor de 20 días, esto es no comiendo, pero si tomando líquidos. Hay persona que por razones médicas se someten a ayunos, y bajo estricta supervisión médica, reposo total, y siendo constantemente hidratadas, logran llegar entre los 14 a 20 días, todo esto depende de la constitución física de la persona, su edad, su peso y su salud.

Pero cuando a la persona se le quita el líquido, la historia cambia totalmente: la ciencia médica ha descubierto que una persona puede vivir sin alimentos y sin líquidos entre 10 y 14 días. Esta información se ha obtenido con todas las personas que por cualquier razón quedan en estado vegetal y cuando a éstas personas se les desconectan las máquinas que le suministran alimento y líquidos, ese es el tiempo que logran sobrevivir, entre 10 y 14 días. Hay que recordar que mientras los días pasan en un ayuno total, el cuerpo sufre daños irreversibles.

De acuerdo al espíritu de profecía, a nosotros no se nos manda a hacer un ayuno como el de Cristo: 307. Todos los ayunos del mundo no asumirán el lugar de la sencilla confianza en la Palabra de Dios. “Pedid—dice—y recibiréis”… No se os pide que ayunéis cuarenta días. El Señor ayunó por vosotros en esta forma en el desierto de la tentación. No habría virtud en un ayuno tal; pero hay virtud en la sangre de Cristo.—Carta 206, 1908. {CRA 223.4}

Inclusive el espíritu de profecía, está en contra de los ayunos que destruyen la salud: Es verdad que hay personas con mentes desequilibradas que se imaginan ser muy religiosas y que se imponen la práctica del ayuno y la oración en menoscabo de su salud. Estas almas se permiten ser engañadas. Dios no les ha pedido esto. {3TI 192.2 (Testimonios para la Iglesia)}

El ayuno a la presencia del Padre, es un ayuno muy diferente al que nosotros conocemos, es un ayuno que mientras se está realizando, no produce hambre: Mientras estuvo en el desierto, Cristo ayunaba, pero no sentía hambre… Dedicaba su tiempo a la oración ferviente, y estaba en plena comunión con Dios; era como si estuviese en la presencia del Padre… El pensamiento de la lucha que estaba ante él disipaba todo lo demás, y su alma se alimentaba del pan de vida… En visión, pudo ver el quebrantamiento del poder de Satanás sobre los tentados y caídos. Pudo verse a sí mismo sanando a los enfermos, confortando a los desesperados, animando a los angustiados y predicando el evangelio a los pobres, haciendo la obra que Dios había delineado para él. Y mientras pensaba en su misión, no tenía sensación de hambre, hasta que se cumplieron cuarenta días de ayuno. {VAAn 176.2 (La Verdad sobre los Ángeles)} Sin duda alguna esa fue la misma experiencia de Moisés, no sintió el tiempo a la presencia de Dios, se le olvidó todo lo que pasaba alrededor. En el caso de Elías, su ayuno de cuarenta días y cuarenta noches caminando por el desierto, que es caliente de día y frío de noche, es en realidad uno de los grandes milagros de Dios, registrado en la Biblia, nos recuerda el versículo de Isaías 40: 31: pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

El ayuno de Jesucristo tuvo su reacción después de los cuarenta días:

Y mientras pensaba en su misión, no tenía sensación de hambre, hasta que se cumplieron cuarenta días de ayuno. Entonces, cuando la visión se disipó, la naturaleza humana de Cristo sintió una tremenda necesidad de alimento. Ahora era la oportunidad de Satanás para asaltarlo. Decidió aparecer como uno de los ángeles de luz que se había presentado ante Cristo en la visión.—Manuscript Releases 21:8-9. {VAAn 176.3} Con ésta información no estamos menospreciando el ayuno de Jesús, fue un ayuno severo y la tentación fue severa en su totalidad, como lo explica el siguiente párrafo:

Cristo estaba sufriendo las más agudas agonías del hambre, y esta tentación fue muy severa. Pero él debía comenzar la obra de redención precisamente donde empezó la ruina. Adán fracasó en el asunto del apetito, y Cristo debía triunfar en esto. El poder que descansó sobre él venía directamente del Padre, y no debía ejercerlo en su propio beneficio. Con ese largo ayuno se entretejía en su experiencia una fuerza y un poder que solamente Dios podía darle. Hizo frente y resistió al enemigo con la fuerza de un “Así dice el Señor”. “No sólo de pan vivirá el hombre—dijo—sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. versículo 4. {3MS 144.5}

Para finalizar, el estudio de éste día, queremos dejar para usted una cita muy interesante, que lo pone a uno en que pensar. En el siguiente texto, da la impresión, que uno de los requisitos de Dios para poder llegar al cielo, es vencer la prueba del apetito, que es a través del ayuno de 40 días:

Todos los ayunos del mundo no asumirán el lugar de la sencilla confianza en la Palabra de Dios. “Pedid—dice—y recibiréis”… No se os pide que ayunéis cuarenta días. El Señor ayunó por vosotros en esta forma en el desierto de la tentación. No habría virtud en un ayuno tal; pero hay virtud en la sangre de Cristo.—Carta 206, 1908. {CRA 223.4

Jesús vino a éste mundo a hacer cosas que nosotros no podíamos hacer o no íbamos a tener la oportunidad de hacerlo. Su bautismo fue para darnos un ejemplo, pero también fue para todos aquellos que por cualquier razón de la vida, no iban a tener la oportunidad de poder bajar a las aguas del bautismo. El ladrón en la cruz, fue salvado al último momento de su vida, y el bautismo de Cristo, le suplió el bautismo que el ladrón nuca hizo.

Jesucristo murió en la cruz, para que nosotros no muriéramos eternamente por nuestro pecado, su muerte fue vicaria.

Pero ahora el espíritu de profecía dice que nosotros no necesitamos ayunar 40 días, por que Jesús ya ayunó por nosotros. Esa prueba grande de vencer el apetito, donde Adán y Eva fallaron, ya Jesús lo hizo por nosotros; si a nosotros nos tocara hacer esa prueba, con toda seguridad moriríamos en el intento, y si hubiera alguno que lograra sobrevivir, los estragos físicos para el resto de su vida, serían insoportables de llevar.

De los tres personajes que se fueron al cielo antes de Jesús, sabemos que dos de ellos si ayunaron los 40 días y noches. Moisés así lo hizo y Elías también.

La Biblia habla tan poco de Enoc, que no tenemos mucha información de su vida, el espíritu de profecía tampoco habla de algún ayuno, pero si habla de su comunión con Dios, y esto es lo que dice:

 En medio de una vida de labor activa, Enoc mantuvo constantemente su comunión con Dios. Cuanto mayores y más apremiantes eran sus labores, tanto más constantes y fervientes eran sus oraciones. El seguía excluyéndose de toda sociedad en ciertos períodos. Después de permanecer por un tiempo entre la gente, trabajando para beneficiarla por su instrucción y ejemplo, se retiraba, para pasar un tiempo en la soledad, con hambre y sed de aquel conocimiento divino que sólo Dios puede impartir. {OE 53.1}

Al comulgar así con Dios, Enoc llegó a reflejar más y más la imagen divina. Su rostro irradiaba una santa luz, la luz que brilla en el rostro de Jesús. Al terminar estos períodos de comunión divina, hasta los impíos contemplaban con reverente temor el sello que el cielo había puesto sobre su rostro. {OE 53.2} Este último párrafo nos hace recordar la imagen de Moisés, cuando bajo del monte, después de estar con Dios cuarenta días y cuarenta noches.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Satanás es un engañador. Cuando él pecó en el cielo, aun los ángeles leales no discernieron plenamente su carácter. Esta es la razón por la cual Dios no destruyó en el acto a Satanás. Si lo hubiese hecho, los santos ángeles no hubieran percibido la justicia y el amor de Dios. Una duda acerca de la bondad de Dios habría sido una mala semilla productora de amargos frutos de pecado y dolor. Por lo tanto, el autor del mal fue dejado con vida hasta que desarrollase plenamente su carácter. A través de las largas edades, Dios ha soportado la angustia de contemplar la obra del mal, y otorgó el infinito Don del Calvario antes de permitir que alguien fuese engañado por las falsas interpretaciones del maligno; pues la cizaña no podía ser extirpada sin peligro de desarraigar también el grano precioso. ¿Y no seremos nosotros tan tolerantes para con nuestros semejantes como el Señor del cielo y de la tierra lo es con Satanás? (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, p. 61).

El carácter del gran engañador se mostró tal cual era en la lucha entre Cristo y Satanás, durante el ministerio terrenal del Salvador. Nada habría podido desarraigar tan completamente las simpatías que los ángeles celestiales y todo el universo leal pudieran sentir hacia Satanás, como su guerra cruel contra el Redentor del mundo. Su petición atrevida y blasfema de que Cristo le rindiese homenaje, su orgullosa presunción que le hizo transportarlo a la cúspide del monte y a las almenas del templo, la intención malévola que mostró al instarle a que se arrojara de aquella vertiginosa altura, la inquina implacable con la cual persiguió al Salvador por todas partes, e inspiró a los corazones de los sacerdotes y del pueblo a que rechazaran su amor y a que gritaran al fin: “¡Crucifícale! ¡crucifícale!”—todo esto despertó el asombro y la indignación del universo.

Fué Satanás el que impulsó al mundo a rechazar a Cristo. El príncipe del mal hizo cuanto pudo y empleó toda su astucia para matar a Jesús, pues vió que la misericordia y el amor del Salvador, su compasión y su tierna piedad estaban representando ante el mundo el carácter de Dios. Satanás disputó todos los asertos del Hijo de Dios, y empleó a los hombres como agentes suyos para llenar la vida del Salvador de sufrimientos y penas. Los sofismas y las mentiras por medio de los cuales procuró obstaculizar la obra de Jesús, el odio manifestado por los hijos de rebelión, sus acusaciones crueles contra Aquel cuya vida se rigió por una bondad sin precedente, todo ello provenía de un sentimiento de venganza profundamente arraigado. Los fuegos concentrados de la envidia y de la malicia, del odio y de la venganza, estallaron en el Calvario contra el Hijo de Dios, mientras el cielo miraba con silencioso horror (El conflicto de los siglos, {CS}, pp. 555, 556).

Estudia día y noche el carácter de Cristo. Su tierna compasión, su inexpresable e incomparable amor por las almas lo indujeron a soportar toda la vergüenza, las injurias, los maltratos, las incomprensiones de la tierra. Acércate más a él, contempla sus manos y pies, lastimados y heridos por nuestras transgresiones. El castigo de nuestra paz sobre él, y por su herida fuimos curados (A fin de conocerle, {AFC}, p. 58).

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Martes 5 de abril // Lección 2_____________________

LAS TENTACIONES

Lee Mateo 4:1 al 12. ¿Qué sucedió con estas tentaciones? ¿Por qué Jesús tenía que pasar por esto? ¿Qué tiene que ver esta historia con la salvación? ¿Cómo soportó Jesús estas fuertes tentaciones en condiciones tan difíciles, y qué debe decirnos esto acerca de resistir las tentaciones?

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían. 12 Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea;

Mateo 4:1 comienza con lo que parece ser un pensamiento extraño: que el Espíritu condujo a Jesús al desierto para ser tentado por el diablo. Se nos pide que oremos para no ser conducidos a la tentación por el diablo. “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (Mat. 6:13). ¿Por qué, entonces, conduciría el Espíritu Santo a Jesús de este modo?

Una clave se encuentra en el capítulo anterior, cuando Jesús fue a Juan para ser bautizado. Viendo la resistencia de Juan, Jesús le dice: “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mat. 3:15). Para cumplir toda justicia –es decir, hacer lo que era necesario a fin de ser un ejemplo para la humanidad y su representante perfecto–, Jesús tenía que ser bautizado, aun cuando no tenía pecado.

En la tentación en el desierto, Jesús tenía que pasar por lo mismo que pasó Adán. Necesitaba obtener la victoria sobre la tentación que todos nosotros, de Adán en adelante, no hemos alcanzado. Al hacer esto, “Cristo había de resarcir el fracaso de Adán” (DTG 91), solo que Jesús lo logró bajo condiciones muy diferentes de las que Adán había afrontado.

Con esta victoria, Jesús mostró que no tenemos excusa para el pecado, que no hay justificación para él y que, cuando somos tentados, no necesitamos caer sino que podemos vencer por medio de la fe y la sumisión. Como se nos ha dicho: “Resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros” (Sant. 4:7, 8).

¿De qué modo este informe hace que nuestra necesidad de la justicia de Cristo sea tan esencial, al mostrarnos de manera tan poderosa de que no hay excusa por nuestro pecado? ¡Imagina si tuviéramos que sostenernos con nuestra propia justicia sin la justificación por nuestros pecados! ¿Qué esperanza tendríamos?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Lucas y Mateo invierten el orden de la segunda y la tercera tentaciones. La razón no es clara, pero eso no necesita detenernos. El punto vital es la victoria final de Jesús sobre Satanás, proclamada en ambos evangelios. Al estudiar las tentaciones, vemos que Jesucristo es una Persona real: tentado como nosotros, pero sin pecado. Con su victoria sobre cada una de las tentaciones, su triunfo sobre Satanás, con la Palabra de Dios en su boca y conectado con el poder celestial por medio de la oración, Jesús sale para proclamar el Reino de Dios e inaugurar la era mesiánica.

Esto es lo que dice Mateo de la segunda tentación

Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo: 6 Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: “Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.” Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Mateo 4

Satanás lleva a Jesús al pináculo del Templo en Jerusalén, que es el lugar más sagrado de la historia judía.

El Templo donde Dios habita entre su pueblo, llega a ser el sitio para la confrontación de Satanás con Jesús. “Si eres Hijo de Dios” es otra vez la introducción.

Observe lo que dice Satanás: Si Dios es realmente tu Padre, y si verdaderamente él planeó tu misión, arrójate desde el pináculo. Si eso es cierto, Dios no dejará que te lastimes. Luego cita la Escritura: “A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden” (Luc. 4:10).

Satanás conoce las Escrituras, pero las usa mal. Su táctica es llevar a Jesús a poner a Dios a prueba. Dios realmente prometió la protección de sus ángeles, pero solo en el contexto de hacer su voluntad, como fue el caso de Daniel y sus compañeros. Jesús responde a Satanás otra vez usando la Escritura, declarando que no nos corresponde poner a prueba a Dios. Nuestro deber es entregarnos a la voluntad de Dios y dejar que él haga el resto.

Muchas veces confundimos la fe con la presunción

¿Qué es presunción? presunción es el acto de creer ó hacer cosas creyendo que Dios las ha aprobado, sin tener una prueba convincente de esa idea ó del acto.

Pablo perseguía a los cristianos creyendo que era aprobado por Dios, Uza tocó el arca de Dios, con fin de protegerla, y fue muerto por Dios inmediatamente.

La presunción es una tentación común, y cuando Satanás asalta a los seres humanos con ella obtiene la victoria nueve veces de cada diez. Los que profesan ser seguidores de Cristo y por su fe aseguran estar enrolados en la guerra contra todo lo que es de naturaleza pecaminosa, frecuentemente se sumergen sin pensarlo en tentaciones de las cuales se requeriría un milagro para sacarlos sin mancha. La meditación y la oración los habría preservado e inducido a evitar la posición crítica y peligrosa en la cual se colocaron al concederle a Satanás una ventaja sobre ellos. Las promesas de Dios no son para que las reclamemos irreflexivamente mientras nos apresuramos temerariamente a entrar en el peligro, violando las leyes de la naturaleza y descuidando la prudencia y el juicio con que Dios nos ha dotado. Esta clase de presunción es la más flagrante de todas. {EJ 74.3 (Exaltad a Jesús )}

La presunción también es el acto de ir en contra de la voluntad de Dios, y creer que seguimos contando con la bendición de Dios.

Un ejemplo de esto son aquellos que roban a Dios con los diezmos y ofrendas. Cuando son cuestionados ó exhortados, ellos contestan: «se que está muy mal, pero Dios comprenderá mi situación y mi gran necesidad» Otro ejemplo son lo que trabajan en día sábado, cuando se les exhortan ellos responden que ellos están consciente de su error, pero creen que Dios comprenderá la gran necesidad de ellos. Estos son ejemplo del pecado de la presunción en su más descarada forma.

«…Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; 10 porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; 11 y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra…»

¿A dónde encontramos el pecado de la presunción en la segunda tentación que se le presenta a Jesús? En el acto de ponerse en peligro, sin necesidad, con la confianza que Dios lo tenía que librar de la muerte. Este acto parecía un acto de mucha confianza; pero en realidad era una manera de tentar al Padre; por que al hacerlo se estaba abandonando la fe y se está entrando al campo de la presunción.

Entre uno de los problemas que nos afectan a los humanos es no saber cuando hacemos un acto de fe ó cuando hacemos un acto de presunción ó imprudencia.

Muchas veces el orgullo ó la suficiencia espiritual nos llevan al campo de la presunción, también la confianza propia nos coloca es el peligroso terreno de la presunción, donde muchos no hemos logrado salir ilesos.

Después de haber fallado en la primera y segunda tentación, ahora Satanás cambia su estrategia en la tercera tentación para Cristo. En la tercera tentación no se está tocando la relación Padre-Hijo, la frase «Hijo de Dios» no se menciona más.

Ahora Satanás no está atacando la relación Padre-Hijo; sino la relación Jesús-mundo.

Si Jesús aceptaba la oferta de Satanás, Jesús no tenía que negarse a sí mismo, no tenía que sacrificarse hasta la muerte, bastaba un momento de adoración y conseguía todo; era un negocio redondo que en cualquier mente humana se hubiera anidado inmediata-mente.

El asunto es que Jesús no veía a Satanás como príncipe y dueño de éste mundo, sino como el usurpador de éste mundo, el usurpador a quién él había venido a derrotar. Jesús no rendiría ningún homenaje a ningún usurpador, su único homenaje y adoración le pertenecía a su Padre Celestial. Una vez más podemos contemplar el gran espíritu de sacrificio de Jesús, él rescataría el imperio de éste mundo, aún sufriendo hasta la muerte y muerte de cruz, seguido de ésta manera por miles y posiblemente de millones de mártires, que al igual que Jesús prefirieron la adoración al único que es digno de adoración, antes de gratificar la ambición que el Diablo ofrece a través de las cosas terrenales.

Cuando Satanás muestra a Jesús todo los reinos del mundo, y se los ofrece a cambio de adoración, le está tentando a través de la ambición, al precio más barato que se puede ofrecer.

Todas las ofertas que Satanás ofrece son baratas y sin precio.

El Diablo miente aún en sus promesas, pero Jesús es siempre verdadero y siempre mantiene sus promesas.

La lección para nosotros es simple y sencilla; tenemos que entender que clase de gobierno Jesús vino a instituir a ésta tierra. Tenemos que estar conscientes que en nuestras cortas vidas no podemos lograr nuestras metas ó sueños, por medios cuestionables, no podemos hacer el trabajo de Jesús, usando las herramientas del Diablo.

Las iglesias no pueden bajar sus estandartes de moralidad cristiana solo por retener al poderoso y al rico dentro de la iglesia.

No podemos usar la envidia, el chisme, la crítica y la calumnia, para llevar nuestros propósitos y planes adelante, ya sea en el trabajo, en nuestra familia, ó en la iglesia; ¿No son acaso éstas herramientas de Satanás? ¿No es está una adoración a Satanás?

Aprendamos nosotros también, adoremos y agradezcamos a Jesús, por las calmadas, correctas y santas decisiones que tomó desde el principio hasta el final de su ministerio, que a pesar de tener sus pies heridos y sangrando, siguió firme, a través del tortuoso y duro camino del sufrimiento, hasta llegar hasta su trono, trono de justicia, verdad y santidad. 

Dos montes diferentes, con dos historias diferentes:

Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Mateo 28

Aquí encontramos dos montes diferentes; en el primer monte se ofrece a Jesús los imperios terrenales, el precio era adoración al diablo y la respuesta fue «NO», Jesús regresó de ese monte pobre, de la misma manera que había subido.

En el segundo monte, Jesús ha vencido con su sacrificio y su preciosa sangre, y ha recibido del Padre toda potestad no solo en la tierra, sino en el universo entero: Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. Apocalipsis 5

De la misma manera que Satanás se acercó a Jesús, también se acercará a nosotros para tentarnos: ¿Porqué Dios permite las tentaciones a sus hijos?

1-Para probar nuestro carácter: Se necesita descubrir la templanza y firmeza de nuestra  sinceridad, fe, amor y paciencia.

2-Para nuestro crecimiento: La tentación descubre y hace crecer nuestras virtudes y gracias.

3-Para poderlas usar: Nos volvemos capaces de advertir, confortar, ayudar y sostener a otros cuando están en tribulaciones.

4-Para ser victoriosos: No hay cosa mas gloriosa en nuestra vida espiritual que vencer al archi-enemigo, con el poder y en el nombre de Dios..

5-Para honra y gloria de Dios: Dios derrota a Satanás a través del pobre y debilitado hombre.

El enemigo abandonó a Jesús después de las tres tentaciones, a Jesús le esperaba una prueba mas dura como lo sería el Getsemaní, y una prueba más durísima, sin comparación en la vida del universo, como lo fue el Calvario.

Las tres respuestas que Jesús dio a las tres tentaciones de Satanás tendrían que ser nuestros lemas para nosotros mismos, cuando estemos frente a las tentaciones:

-Ante la tentación del apetito y de los sentidos la primera respuesta la podemos resumir en «confiar en Dios», él es quién nos sustenta y alimenta tanto espiritual como material

-La segunda tentación que es la presunción sería no «tentar a Dios», Dios ya mandó a sus ángeles para que nos guarden del mal, por lo tanto no necesitamos colocarnos en peligros innecesarios .

-La tercera tentación ante la ambición sería «adorar solo a Dios», ya que Dios es quien nos provee todo las cosas que necesitamos en nuestras vida tanto material como espiritual

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Se declara expresamente que Satanás obra en los hijos de desobediencia y que no sólo tiene acceso a su mente, sino que obra mediante su influencia, ora sea consciente o inconsciente, para atraer a otros a la misma desobediencia. Si los malos ángeles tienen un poder tal sobre los hijos de los hombres en su desobediencia, ¡cuánto mayor poder tienen los ángeles buenos sobre los que se esfuerzan por ser obedientes! Cuando ponemos nuestra confianza en Jesucristo, procediendo con obediencia para justicia, los ángeles de Dios obran en nuestro corazón para justicia…

Los ángeles vinieron y ministraron a nuestro Señor en el desierto de la tentación. Los ángeles celestiales estuvieron con él todo el tiempo que estuvo expuesto a los ataques de los instrumentos satánicos. Esos ataques fueron más severos que los que jamás haya soportado el hombre. Todo estaba en juego en favor de la familia humana. En ese conflicto, Cristo no pulió sus palabras. Dependió de un “escrito está” (Mateo 4:4). En ese conflicto, la humanidad de Cristo fue puesta a prueba en forma tal que ninguno de nosotros comprenderá jamás. El Príncipe de la vida y el príncipe de las tinieblas se encontraron en un terrible conflicto, pero Satanás no pudo obtener la menor ventaja en palabra o acción. Las tales fueron tentaciones verdaderas, no artificiales. Cristo “padeció siendo tentado” (Hebreos 2:18)…

En sus conflictos con Satanás, la familia humana dispone de toda la ayuda que tuvo Cristo. No necesitamos ser vencidos. Podemos ser más que vencedores mediante Aquel que nos ha amado y ha dado su vida por nosotros. “Habéis sido comprados por precio” (1 Corintios 6:20). ¡Y qué precio! En su humanidad, el Hijo de Dios luchó con las mismísimas terribles y aparentemente abrumadoras tentaciones que asaltan al hombre: tentaciones a complacer el apetito, a aventurarse atrevidamente donde Dios no nos conduce, y a adorar al dios de este mundo, a sacrificar una eternidad de bienaventuranza por los placeres fascinadores de esta vida. Cada uno será tentado, pero declara la Palabra que no seremos tentados más allá de lo que podamos soportar. Podemos resistir y vencer al astuto enemigo (Mensajes selectos, {1MS}, t. 1, pp. 110-112).

En la vida diaria tropezará con sorpresas repentinas, chascos y tentaciones. ¿Qué dice la Palabra? “Resistid al diablo,” confiando firmemente en Dios, “y de vosotros huirá.” “Echen mano … de mi fortaleza, y hagan paz conmigo. ¡Sí, que hagan paz conmigo!” Mire a Jesús en todo momento y lugar, elevando una oración silenciosa y con corazón sincero para que pueda saber cómo hacer su voluntad. Entonces, cuando venga el enemigo como avenida de aguas el Espíritu del Señor levantará bandera en favor de Vd. contra ese enemigo. Cuando esté a punto de ceder, de perder la paciencia y el dominio propio y manifestar un espíritu duro y condenatorio, dispuesto a censurar y acusar, será el momento de elevar al cielo esta oración: “¡Ayúdame, oh Dios, a resistir la tentación, a desechar de mi corazón toda amargura, ira y maledicencia! Dame tu mansedumbre, tu humildad, tu longanimidad y tu amor. No me dejes deshonrar a mi Redentor (El hogar cristiano, {HC}, p. 191).

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Lección 2 // Miércoles 6 de abril
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LA TIERRA DE ZABULÓN Y NEFTALÍ

Mateo 4:12 nos habla del encarcelamiento de Juan, lo que concluyó con su ministerio. En este momento, comienza “oficialmente” el ministerio de Jesús. El texto no dice por qué, cuando Jesús oyó acerca de Juan, se fue a Galilea; solo dice que se fue. (Ver también Mar. 1:14-16; Luc. 4:14.) Tal vez, mientras Juan todavía predicaba, Jesús quería mantener un perfil bajo, para evitar alguna rivalidad. El verbo griego en Mateo 4:12, a menudo traducido como “partió”, puede dar la idea de “retirarse”, en el sentido de evitar un peligro. Tal vez, Jesús procuraba evitar problemas de un modo prudente.

Lee Mateo 4:13 al 16 (ver también Isa. 9:1, 2), donde dice que Jesús se detuvo en el área de Zabulón y Neftalí. ¿Qué indican estos textos acerca del ministerio de Jesús?

13 y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, 14 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: 15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; 16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció.

Zabulón y Neftalí fueron dos de los hijos de Jacob (ver Gén. 35:23-26), y sus descendientes llegaron a ser dos de las tribus que se instalaron en la hermosa región del norte.

Lamentablemente, estas dos tribus estuvieron entre las diez que abandonaron su fe en Dios y se volvieron hacia el mundo. Muchos de los profetas del Antiguo Testamento denunciaron la pecaminosidad y la mundanalidad de estas tribus norteñas que, finalmente, fueron vencidas y dispersadas por los asirios. A su vez, ellos trajeron gentiles a Israel, y Galilea llegó a ser una población mixta, un lugar oscuro y confuso. El profeta de Galilea más famoso fue Jonás, lo que debe decirnos algo acerca del nivel de compromiso que tenían.

Cualesquiera que hayan sido los problemas en Galilea, existía esta hermosa profecía en Isaías: que aun a la tierra oscura de Zabulón y Neftalí, “a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció” (Mat. 4:16). En otras palabras, fue aquí, donde la necesidad era tan grande –donde la gente era considerada ruda, atrasada y tosca–, el lugar en que Jesús vivió y ministró a los hombres. Vemos aquí la disposición de Jesús a humillarse a sí mismo en favor de otros. Además, es otro ejemplo de cuán central era el Antiguo Testamento en el ministerio de Jesús.

¿De qué forma podemos evitar la tentación de considerar a las personas como indignas de nuestros esfuerzos para ministrar y testificar? ¿Qué tiene de malo esa actitud?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Con la muerte de Juan el Bautista comienza oficialmente el ministerio de Jesús en la tierra, muchos dicen y enseñan que el primer mártir del cristianismo fue Esteban; realmente no es así; el primer mártir del cristianismo es Juan el Bautista, el primo de Jesús, su martirio inaugura el ministerio de Jesús, y Jesús terminó también su ministerio también con su propia muerte. Esteban fue el tercer mártir del cristianismo, después de Juan y Jesús.

Jesús abandonó a Nazareth después que ellos rechazaron el mensaje y encima de todo después que trataron de matar a Jesús:

Todos estaban en la sinagoga en ese día Sábado; desde el más alto dirigente hasta el más humilde adorador, estaban reunidos para el servicio de «Escuela Sabática» y «el culto divino», el orador de ese día era Jesús. 

Estaban admirados por la elocuencia de Jesús, estaban impresionados por su conocimiento acerca de Dios y de las Sagradas Escrituras y estaban extasiados por la hermosa exposición del sermón. Era un servicio religioso solemne y muy hermoso de escuchar y participar de el.

Pero el sermón de Jesús tomó una dirección equivocada a los ojos de ellos, Jesús dijo en su sermón que uno de los profetas más grandes de Israel como lo fue Elías no fue mandado a ninguna viuda de Israel, sino a la viuda de Sarepta, que era de otra nación, en pocas palabras la viuda era gentil.

También hablo de Elíseo en el sermón: Elíseo no curó los miles de  leprosos que habían en  Israel, sino a un gentil de Siria, que era leproso, y su nombre era Naamán.  Los de Nazareth percibieron que estaban siendo  comparados con los abominables israelitas que vivieron en el tiempo del pecaminoso rey Acab y la reina Jesabel. 

Jesús acababa de perforar el orgullo de ellos, además las credenciales que de su ministerio que les presentó no fueron del agrado de ellos, cuando Jesús les dijo: «El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;»

Los humildes y quebrantados de corazón serían los que podrían recibir al Maestro.

Los judíos que estaban ese sábado en la sinagoga, habían entendido la conclusión del sermón de Jesús, ellos no podían ser alimentados espiritualmente  y  tampoco podían recibir sanación tanto espiritual como física, si no se humillaban y aceptaba a Jesús como hijo de Dios y se sometían a El.

La región de Nazaret era montañosa, realmente la ciudad de Nazaret estaba situada en medio de dos montañas. El lugar donde intentaron despeñar a Jesús, aún se conoce y se identifica el día de hoy, se ha convertido en un lugar turístico para el mundo cristiano, y es llamado: «El Monte de la Precipitación.» Se encuentra localizado a una corta distancia del sur de Nazaret.

Los judíos no tenían derecho a tomar la vida de nadie bajo ninguna circunstancia u ocasión, y mucho menos de una manera irregular ó furiosamente. Quitarle la vida a una persona a través del despeñamiento, no estaba contemplado en las reglas, estatutos  y leyes de la sociedad judía.

Las cuatro maneras legales para el mundo judío de castigar a una persona con la pena capital era: 1-Apedreamiento, 2-Estrangulamiento, 3-Fuego (quemado), 4-Con la espada.

La única vez, que registra la Biblia, que los judíos usaron éste método de muerte, lo encontramos en 2 de Crónicas 25: 11 “Y Amasías se fortaleció, y al frente de su pueblo fue al valle de la Sal y mató a diez mil de los hijos de Seir. 12 También los hijos de Judá capturaron vivos a diez mil y los llevaron a la cumbre de la peña, los echaron abajo desde la cumbre de la peña y todos fueron despedazados.… ” El despeñamiento era una costumbre muy practicada por los pueblos paganos vecinos de Israel, pero nunca por la nación hebrea.

Hay que tomar en cuenta que ningún tipo de castigo ó sentencia se llevaba a cabo ó se ejecutaba en día sábado.

Olvidando la santidad del día sábado, llenos de odio, tomaron a Jesús fuera de la sinagoga con la idea de asesinarlo. Estos eran sus amigos, persona respetables de la ciudad, fieles y activos miembros de la iglesia: ¿Quién podía creer esto? Recientemente los pudimos contemplar a todos ellos en la sinagoga cantando las dulces alabanzas de Sión, y estudiando la Sagradas Escrituras; ¿A quién se le pudo imaginar que detrás de los hermosos ropajes especiales que la congregación usaba para el día sábado, se encontraba una congregación con corazones asesinos?

¿Qué aprendemos de esto?

a-El aplauso popular tiene muy poco valor, por no decir nada.

b- Que la mejor persona que nos profesa su amistad, se puede volver en nuestro peor enemigo por cualquier circunstancia.

c- Que la gente alocadamente pierden la razón y la cordura, cuando se les presenta una verdad contundente.

d- Que nos podemos convertir en una agente de Satanás, si no permitimos que la gracia de Jesús nos transforme y nos alcance.

13 y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, 14 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: 15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; 16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció.

Hermosa profecía que se cumplió con Cristo, profecía predicha 700 años atrás por el profeta Isaías; para aquellos que dudan de la Biblia y de Dios, éste es otro botón de oro, que muestra que tanto la Biblia como nuestro Dios, son verdaderos, y las promesas del cielo y de la vida eterna son una realidad.

Jesús abandonó Nazaret, la ciudad donde se había criado y educado, la ciudad de sus amigos y de sus vecinos, la ciudad donde predicó su primer sermón y casi le costó la vida, y se fue a vivir a Capernaum, para que la profecía se cumpliese de Isaías 9: “Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.”

Capernaum se encuentra a las orillas del mar de Genesaret, que en los tiempos antiguos se le llamaba el mar de Cineret; lo dice el libro de Números en el capítulo 34: “y bajará este límite desde Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite, y llegará a la costa del mar de Cineret, al oriente. “

Mas tarde se le cambia nombre y se le pone el mar de Galilea, por que ahora le pertenece a la región de Galilea.

El mar de Galilea tiene su fondo lleno de piedra grava natural, dándoles buen sabor y buen color al agua, además el río Jordán atraviesa el mar de Galilea, alimentándolo con una variedad de excelentes peces.

Jesús escogió Capernaum para ser el centro de su ministerio, por varias razones:

-4 o 5 discípulos vivían en Capernaum

-Tenía una población mezclada

-Era una zona que protegía a Jesús del fanatismo del mundo judío, que estaban concentrados en las otra ciudades.

-Era un lugar céntrico, y para los días festivos anuales, eran grandes cantidades de personas que atravesaban el lugar

-Debido a su numerosa población, era fácil reunir grandes multitudes

-Capernaum estaba a la orilla del lago, medio de transporte muy conveniente para la época, para poder llegar a las ciudades vecinas

-Capernaum era una ciudad grande y muy llena de pecadores, herejes y negociantes de las artes de la magia

-Capernaum significa “La villa de la consolación”, y así fue, el gran Consolador habitó en medio de ellos.

Galilea estaba dividida en Galilea de arriba y Galilea de abajo; la Galilea de arriba era comúnmente llamada “Galilea de los gentiles” o “Galilea de las naciones”, ya que era habitada en su mayoría por gentiles, es decir, los gentiles eran todos aquellos que no eran judíos de nacimiento, comúnmente llamados como las naciones paganas. La “Galilea de los gentiles” estaba situada en las mismas frontera de la tierra santa y del mundo exterior.

El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos

“El pueblo que anda en tinieblas” es una expresión que denota una gran ignorancia, en la en la noche o en la obscuridad, no se puede ver nada, no se sabe para donde se avanza, todos aquellos que son ignorantes de Dios, casi siempre se dice de ellos, que son personas que habitan en la obscuridad.

Las instrucciones que remueve la ignorancia es llamada luz. La luz resplandecería en Galilea a través de Jesús. En Galilea fue donde Jesús desarrolló su ministerio, en esa región Cristo predicó sus mas grandes sermones, en esa región fue donde hizo la mayoría de sus grandes Milagros.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Fué en Capernaum donde Jesús residía en los intervalos de sus viajes de aquí para allá, y ésta llegó a denominarse “su ciudad”. Esta ciudad era adecuada para ser el centro de trabajo del Salvador. Siendo el camino de Damasco a Jerusalén y a Egipto, así como al Mar Mediterráneo, era un gran centro de viaje. Personas provenientes de muchos países pasaban por la ciudad, o se quedaban a descansar de sus viajes de aquí para allá. Aquí Jesús podía encontrarse con personas de todas las naciones y los rangos sociales, con los ricos y grandes, así como con los pobres y humildes; y sus lecciones serían llevadas a otros países y a muchos hogares. Así podía excitarse el interés en la investigación de las profecías; la atención sería dirigida al Salvador, y su misión sería presentada al mundo (Servicio Cristiano, {SC}, pp. 158, 159).

Cristo pudo haber ocupado la posición más elevada entre los más destacados maestros de la nación judía. Pero eligió en cambio llevar el Evangelio a los pobres. Fue de lugar en lugar, para que los que se encontraban en los lugares poblados y en los sitios apartados pudieran comprender las palabras del Evangelio de la verdad. Trabajó en la forma como desea que sus obreros trabajen en la actualidad. Junto al mar, sobre la falda de la montaña, en las calles de la ciudad, se oyó su voz que explicaba las escrituras del Antiguo Testamento. Su explicación fue tan distinta de la explicación dada por los escribas y fariseos, que llamó la atención de la gente. Enseñó como alguien que tenía autoridad, y no como los escribas. Proclamó el mensaje evangélico con claridad y poder.

Nunca existió un evangelista como Cristo. Era la mayúscula majestad del cielo, pero se humilló para adoptar nuestra naturaleza a fin de encontrar a los hombres en el lugar donde están. Cristo, el Mensajero del Pacto, llevó las nuevas de la salvación a todos, ricos y pobres, libres y esclavos. ¡Cómo se agolpaba la gente junto a él! Venían de lejos y de cerca en busca de sanamiento, y él los sanaba a todos. Su fama como Gran Sanador se difundió por toda Palestina, desde Jerusalén hasta Siria. Los enfermos acudían a los lugares por donde pensaban que pasaría, a fin de pedir su ayuda, y él los sanaba de sus enfermedades. También acudían los ricos ansiosos de escuchar sus palabras y de recibir un toque de su mano. Así iba de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y sanando a los enfermos—el Rey de gloria ataviado con el humilde ropaje de la humanidad (Consejos sobre la salud, {CSI}, pp. 314, 315).

Sed “amigables”, es un mandato bíblico. Todos tenemos nuestro temperamento peculiar. Algunos tienen muy vivo el genio, algunos se inclinan a ser hoscos, algunos obstinados y otros vulgares y rudos, ásperos en palabras. Por consiguiente necesitamos cultivar nuestro genio, dominarnos a nosotros mismos… Mitigad todo lo que sea áspero en vuestro temperamento y pulid los ásperos bordes de vuestro carácter. No seáis nunca agrios y bruscos. Absteneos de enojos y desdenes, no importa cuán ofendidos os sintáis. Ganaréis respeto siendo respetuosos y corteses. Tratad a cada uno con cortesía; han sido comprados con la sangre de Cristo. Si tratáis de imitar a Cristo en vuestro carácter, la impresión sobre la gente no será hecha por vosotros sino por los ángeles de Dios que están precisamente a vuestro lado. Ellos tocarán los corazones de aquellos con quienes habláis.

Los que esperan ser compañeros de ángeles santos debieran poseer modales refinados. Si los principios de la religión cristiana son llevados a cabo en la vida diaria, habrá una bondadosa consideración hacia otros; porque ésta fue la característica de Cristo. Entonces, aunque un hombre pueda ser pobre, tendrá verdadera dignidad, porque es un noble de Dios (En lugares celestiales, {ELC}, p. 296).

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Jueves 7 de abril // Lección 2______________________

EL LLAMADO DE LOS PESCADORES

“Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mat. 4:17). Al igual que Juan, Jesús comenzó su ministerio con un llamado al arrepentimiento. Él sabía, como lo sabía Juan, de la condición caída de la humanidad, y de la necesidad que tiene esta de arrepentirse y alcanzar el conocimiento de Dios. De este modo, no sorprende que su primera proclamación pública, por lo menos como se registra aquí en Mateo, haya sido un llamado al arrepentimiento.

Lee Mateo 4:17 al 22. ¿Qué nos dicen estos textos acerca de cuán completo es el llamado de Jesús para nuestras vidas?

17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 18 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.

Allí, en la tierra olvidada de Galilea, había una pequeña empresa de pesca manejada por cuatro jóvenes: dos parejas de hermanos. Estos hombres, aparentemente, estaban inclinados hacia Dios, porque por algún tiempo algunos de ellos siguieron a Juan el Bautista. Pero, para su sorpresa, Juan el Bautista les había señalado en la dirección de otro hombre joven de su misma región.

Jesús de Nazaret se aproximó a estos hombres y les pidió que pasaran algún tiempo con él (ver Juan 1). Esta es la forma en que operaba esa cultura: los hombres se acercaban a algún rabí, quien tomaba la decisión final acerca de quiénes serían sus discípulos. Y, cuando un rabí te pedía que fueras su discípulo, era un momento de mucho entusiasmo.

Muchas personas han crecido con la idea de que, cuando Jesús llamó a los discípulos junto al mar, era la primera vez que se habían encontrado. Sin embargo, por Juan 1 al 5, sabemos que estos hombres ya habían pasado un año con Jesús, aparentemente sobre la base de tiempo parcial.

“Jesús eligió a pescadores sin letras porque no habían sido educados en las tradiciones y las costumbres erróneas de su tiempo. Eran hombre de capacidad innata, humildes y susceptibles de ser enseñados; hombres a quienes él podía educar para su obra. En las profesiones comunes de la vida, hay muchos hombres que cumplen sus trabajos diarios, inconscientes de que poseen facultades que, si fuesen puestas en acción, los pondrían a la altura de los hombres más estimados del mundo. Se necesita el toque de una mano hábil para despertar estas facultades dormidas. A hombres tales llamó Jesús para que fuesen sus colaboradores; y les dio las ventajas de estar asociados con él” (DTG 215).

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Mateo es muy abstracto en su manera de redactar el llamado de los discípulos; pero el doctor Lucas, lo narra de una manera muy florido. Lucas pone lujo de detalles, y el explica que el verdadero ministerio de los apóstoles comienza, realmente después de la pesca milagrosa.

El día comenzaba muy temprano en el mar de Galilea, el sol comenzaba a nacer, y se podía ver la energía de la gente en la playa de la villa de Betsaida. Un grupo de pescadores estaban lavando las redes de pescar, mientras se preparaban para llevar la embarcación a la playa. Otro grupo de personas se habían reunido muy de mañana alrededor del Maestro, pero no eran  los pescadores, quienes eran los discípulos de Jesús; los discípulos habían preferido ir a trabajar, ignorando de esa manera al Maestro y a la multitud congregada con él. Muchas veces nos suele suceder lo mismo a nosotros en la iglesia,  fácilmente se nos encuentra lavando las redes, en vez de estar escuchando las enseñanzas del Maestro.

El mar de Galilea tiene la forma de una pera, su parte más ancha tiene 6. 75 millas (10.78 Km) y tiene 121 millas de largo (194Km) Este fue un lugar céntrico en el ministerio de Jesús. Alguien dijo: “El mar de Galilea contiene las aguas más sagradas del mundo” y el dicho de los rabinos es: “Dios creo siete mares en la tierra, pero Jesús eligió el mar de Galilea”

No hay duda, el mar de Galilea es un pequeño rincón del mundo cuando se compara con las vastas extensiones del mundo, pero en los días de Jesús, sus playas y sus corrientes acuáticas eran de mucho tráfico.  El mar de Galilea estaba situado al medio del valle Jordán, y era el camino ideal desde Babilonia hasta Damasco y Palestina. Cientos de pescadores se congregaban en ese lugar, constructores y reparadores de barcos también se encontraban  allí, y todos los viajeros que arribaban y partían diariamente del lugar, hacían de éste lugar, el lugar perfecto para la predicación de Jesús.

Allí residían las tribus de Zabulón y Neftalí, y más allá del valle del Jordán, estaba Galilea de los gentiles; soldados romanos, centuriones con sus esclavos,  príncipes, marineros, publicanos, recolectores de impuestos, ciudadanos de las ciudades vecinas de los gentiles se reunían allí;  a este preciso lugar vino Jesús a predicar el evangelio a los pobres, a los cansados, a los cargados, “a buscar y a salvar lo que se habían perdido.”

Simón y Andrés habían trabajado toda la noche. Eran pescadores veteranos y conocían el arte de la pesca. Sin embargo, en toda la noche no habían sacado nada. En su chasco, oyeron la orden: “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar” La respuesta de Simón fue una de desesperanza: “Toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra…”

¿Quién es este carpintero que da consejos a pescadores acerca de cómo pescar? Simón podría haberse alejado, pero tal vez la predicación previa de Jesús tuvo algún efecto. De aquí la respuesta: “Mas en tu palabra”.

Aquí aparece la primera lección de discipulado: obediencia a la palabra de Cristo. Andrés, Juan y Santiago también aprendieron que la infructuosa noche daba lugar a un asombroso amanecer, con una gran pesca. De inmediato, Pedro cayó sobre sus rodillas y exclamó: “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador”. El reconocer la santidad de Dios y la pecaminosidad propia es otro paso esencial en el llamado al discipulado.

“MAS EN TU PALABRA”: Esta ha sido la frase secreta para todos los hijos de Dios desde la caída de éste mundo hasta nuestros días. Santos de todas las épocas han actuado en armonía con éstas palabras y han descubierto en ellas, la orden de marchar y el secreto del triunfo en éste mundo.

Un arca fue construida en tierra seca; y a pesar de las burlas, risas y desprecios para el viejo y cansado patriarca, Noé pudo levantar su rostro al cielo y decir: “por tu palabra” fue hecha ésta arca.

Abraham, abandonó su casa y su parentela, y se fue con Sara a una tierra extraña que no conocía, vivió en tierras habitadas por los cananeos, vivió errante y extranjero por el resto de sus días, habitando en tiendas con Isaac y Jacob, y antes de proferir alguna queja contra el cielo, pudo levantar su tranquilo rostro hasta el Eterno y poder decir: “por tu palabra” he hecho ésto.

“Por tu palabra” fueron las palabras de Moisés cuando estaba ante el faraón, mientras levantaba la vara, ordenando las calamidades que sobrevinieron a Egipto.

Dios habló a Josué a través de su palabra, y Josué pudo derribar los muros de Jericó, solamente con sonido de trompetas.

“No temas; desde ahora serás pescador de hombres” (Luc. 5:10). La transición de ser un pescador a ser pescador de hombres es extraordinaria: requiere una entrega absoluta al Maestro, el reconocimiento de la incapacidad y la pecaminosidad propia, el extenderse a Cristo con fe pidiendo la fuerza para andar por el sendero desconocido del discipulado y una continua dependencia de Cristo solamente.

La naturaleza del mar es la inestabilidad, siempre está en movimiento continuo, siempre está fluyendo y empujando aguas, aguas que muchas veces sus playas no pueden contener, otras veces la mar se retira, dejando al descubierto grandes proporciones de playa.

La mar es mayormente gobernada por la luna,  quien afecta la mar de acuerdo a su acercamiento ó alejamiento de la tierra. Así como es la mar, así es nuestro mundo;  las coronas y cetros son pasadas de mano en mano, gobiernos van y gobiernos vienen, hermosas ciudades amuralladas que han tomado siglos en construirse, son reducidas a escombros de un día a otro,  pueblos enteros vienen a ser asolados por culpa de las guerras.

La mar es tumultuosa por las grandes tormentas que allí se forman, lo mismo sucede a nuestro mundo.

También en la mar existe la opresión, los peces pequeños son devorados por los más grandes, lo mismo nuestro mundo, el rico devora y consume al pobre, el hombre en general pasa siempre mordiendo al resto de los hombres.

La iglesia es el barco en el mundo, la iglesia es afectada por la inestabilidad del mar, aún el más hábil marinero tiene dificultad para conducir una embarcación en el enfurecidos mar, los problemas y las aflicciones de los miembros de la iglesia, tienen que ver muchas veces con el comportamiento del mar.

Los peces, son los hombres que tienen que ser pescados para el reino de Dios. Es un trabajo arduo pescar, ya que cuando se hace, el pez trata de escaparse resistiéndose a quedarse en la red, muchas veces después de largo trabajo el pez logra escapar y regresar a las aguas libres, donde naturalmente encuentra placer y libertinaje en su manera de vivir pecaminosa-mente.

El pescador es aquel que lleva el evangelio y la red es el mismo evangelio.

Hay algunos teólogos que opinan que la “pesca milagrosa” no fue un milagro; ellos sostienen que fue resultado del conocimiento divino en Jesús, y Jesús lo que hizo fue solo decir donde se encontraba el banco de peces, para que la pesca se realizara.

Ya sea que Jesús creo los peces en el mismo momento, ó haya llenado las redes de peces en un segundo, ó haya empujado los peces dentro de la red, ó solamente dio la información donde los peces estaban, no deja de ser un milagro. Una noche entera infructuosa de trabajo de los experimentados pescadores, en contra de unos segundos de obediencia al Creador del mundo, muestra que cuando el esfuerzo humano se une al conocimiento y la bendición divina, grandes acontecimientos suelen suceder en nuestras vidas. “POR TU PALABRA”, ha sido y será siendo clave para las victorias de los cristianos en éste mundo.

Entre las multitudes que lo seguían, había muchos discípulos que lo hacían como los estudiantes siguen a un maestro. Pero, Cristo debía hacer más que enseñar: debía edificar una comunidad de redimidos, una iglesia para llevar su mensaje salvador a toda la Tierra. Para eso, necesitaba más que discípulos. “Escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles” Luc. 6:13 “Apóstol” significa alguien enviado con un mensaje especial para un propósito especial. Lucas usa la palabra seis veces en su Evangelio, y más de 25 en Hechos, mientras que Mateo y Marcos la usan una sola vez cada uno.

Los Doce fueron elegidos no por su educación, recursos económicos, situación social, eminencia moral o algo que los distinguiera para ser elegidos. Eran hombres comunes: pescadores, recolectores de impuestos, un zelote, uno que dudaba y uno que resultó ser un traidor. Fueron llamados para ser embajadores del Rey y de su Reino.

Muchas veces por la naturaleza de nuestros trabajos, por la constitución mental que tenemos ó por nuestros hábitos, olvidamos mantener la comunión con Dios a través de la meditación, devoción y oración. Jesucristo después de haber trabajado todo el día incansablemente y aún sabiendo que al amanecer del nuevo día, comenzaría nuevamente con sus ardua tareas, dedicaba la noche entera para la oración y comunión con el Padre. Estas noches de oración, siempre las hacia Jesús, antes de tomar alguna decisión importante en su vida.

No podemos confundir el tener una oración larga con la verdadera comunión con Dios. Hay muchas personas que oran largamente, creyendo que esa es la manera correcta de comunicarse con Dios.

Estos son uno de los problemas que pueden afectar a aquellos que hacen oraciones largas:

a- Tienen mentes sueltas, y no se pueden concentrar; éstas personas confunden sus pensamientos con demasiadas palabras y pasan haciendo vanas y vacías repeticiones de la misma idea, vez tras vez, alargando de esa manera sus oraciones.

b- Otros creen que entre más piden más recibirán, haciendo esto, lo único que están logrando es ponerle precio a la oración, presentando una oración como pago por lo que están pidiendo. Cuando sus oraciones no son contestadas, se frustran, se enojan con Dios, y muchos de ellos se han marchado de la iglesia, disgustados con la iglesia y con un Dios que no escuchó sus largas oraciones y pedidos. “Ore la noche entera y Dios no me contestó” suelen decir.

c- Y los terceros, son los supersticiosos; estos creen que Dios se enojará si ellos no extienden sus oraciones hasta determinado límite. Casi siempre están tratando de extender sus oraciones hasta un grado que son inconsistentes con las demás actividades de la vida diaria ó inconsistentes con su propia salud.

Las mejores oraciones que los humanos podemos tener, son aquellas oraciones cuando simplemente nos depositamos en el amor de Dios. Oremos de acuerdo a la condición de nuestro corazón.

No dejemos que la oración gobierne los pensamientos, sino que nuestros pensamientos determinen y regulen la oración.

Oremos de la manera que el Espíritu Santo nos guíe y nos indique como y cuando hacerlo, una oración sincera, expresada con el corazón, siempre tiene respuesta divina.

Después de la larga comunión nocturna que Jesús tuvo con su Padre, mostraba la palidez del desvelo, pero también demostraba en su rostro la serenidad de la oración. Uno por uno llamó a sus discípulos por nombres, cada uno de ellos le acompañaba el santo privilegio del llamado, como también el gran riesgo de su comisión. Tres grupos de hermanos fueron llamados, Pedro y Andrés, los dos hijos del trueno, y dos hermano de Jesús, además Felipe de Betsaida y su amigo Natanael, el publicano de Capernaúm, Simón llamado el Zelote, Tomas y Judas. Doce trabajadores de Galilea, con habilidades normales, atraídos por la superioridad de Jesús, pero sin comprender quien era realmente Jesús, ni su misión; ignorantes, rudos, apasionados en extremos; sobre estos doce se depositaría la responsabilidad de la nueva iglesia naciente, ellos serían los encargados de trabajar la fe de los nuevos creyentes y el destino de los que serían salvos.

¿Cual es la diferencia entre un discípulo y un apóstol?

DISCÍPULO: En Hebreo es TALMID; en griego es MATHES: Persona que, como alumno, sigue las enseñanzas de otro, especialmente la de un maestro. Palabra  MATH’ES viene del verbo MATHAN, que significa “aprender”; de allí que se le denomina “aprendiz” a un discípulo.

APÓSTOL

Del Griego APOSTOLO que significa, “enviar”, “despachar”; Literalmente, “uno enviado”, “un mensajero”, “un embajador”.

En pocas palabras el discípulo es LLAMADO a aprender la teoría y a recibir  entrenamiento, después de este proceso es ENVIADO a ejercer su conocimiento, y su título es Apóstol.

La pregunta del día:

¿En nuestro tiempo actual; después que una persona ha conseguido tanto la teoría como la práctica  espiritual y es mandado a la predicación del evangelio; se ha convertido ésta persona en un Apóstol?

La Respuesta es un rotundo NO: La palabra “Apóstol” significa: “Enviado”; por lo tanto, tiene la autoridad plena del que lo envió. Un ejemplo claro de esto es un embajador, está representando al presidente del país que lo envió y tiene toda la autoridad para hablar y tomar decisiones  en nombre del presidente y de la nación a quien pertenece.

Cristo envió personalmente a sus discípulos, y los discípulos tenían la autoridad plena de él mismo, transmitida a ellos en forma directa y personal.

Hay otra cosa que hay que tomar en cuenta; la palabra “Apóstol” es válida solo para una generación. Cristo pudo hacer a Pedro su apóstol, pero Pedro no pudo nombrar a otra persona como “apóstol de Jesucristo”. Los Discípulos que formó Pedro, fueron discípulos de Pedro, él los formó tanto teóricamente como en la práctica. Los discípulos que formo Jesús son de Jesús, y a ellos son los únicos que Jesús les llamó apóstoles.

Por lo tanto el título “Apóstol de Jesucristo” no puede ir mas allá, si no solamente a los doce que el escogió. La excepción es Matías, y Pablo que él se auto-denomina “apóstol de Jesucristo, el menor de ellos” Usted y yo somos discípulos con la misión de hacer mas discípulos.

Vale la pena notar, que los discípulos después de haber sido investido con el título de apóstoles, siempre siguieron siendo discípulos; siguieron aprendiendo de Jesús hasta el último momento que él estuvo en la tierra.

Hay muchas religiones modernas que a sus ministros, ancianos ó predicadores les llaman “apóstoles”, ésta es una definición comprendida incorrectamente y aplicada incorrectamente.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Había llegado el momento en que los discípulos que estaban más estrechamente relacionados con Cristo debían unirse más directamente en su obra, para que estas vastas muchedumbres no quedaran abandonadas como ovejas sin pastor. Algunos de esos discípulos se habían vinculado con Cristo al principio de su ministerio, y los doce vivían casi todos asociados entre sí como miembros de la familia de Jesús. No obstante, engañados también por las enseñanzas de los rabinos, esperaban, como todo el pueblo, un reino terrenal. No podían comprender las acciones de Jesús. Ya los había dejado perplejos y turbados el que no hiciese esfuerzo alguno para fortalecer su causa obteniendo el apoyo de sacerdotes y rabinos, y porque nada había hecho para establecer su autoridad como Rey de esta tierra. Todavía había que hacer una gran obra en favor de estos discípulos antes que estuviesen preparados para la sagrada responsabilidad que les incumbiría cuando Jesús ascendiera al cielo. Habían respondido, sin embargo, al amor de Cristo, y aunque eran tardos de corazón para creer, Jesús vio en ellos a personas a quienes podía enseñar y disciplinar para su gran obra. Y ahora que habían estado con él suficiente tiempo como para afirmar hasta cierto punto su fe en el carácter divino de su misión, y el pueblo también había recibido pruebas incontrovertibles de su poder, quedaba expedito el camino para declarar los principios de su reino en forma tal que les ayudase a comprender su verdadero carácter (El discurso maestro de Jesucristo, {DMJ}, p. 9).

Una vida dedicada a Dios no debe ser una vida de ignorancia. Muchos hablan contra la educación porque Jesús eligió a pescadores sin letras para predicar el Evangelio. Aseveran que él manifestó preferencia por los analfabetos. Pero muchos hombres sabios y honorables creyeron las enseñanzas de Jesús. Si hubiesen obedecido intrépidamente a las convicciones de su conciencia, le habrían seguido. Su capacidad habría sido aceptada y empleada para el servicio de Cristo, si se la hubiesen ofrecido. Pero, frente a los ceñudos sacerdotes y celosos gobernantes, no tenían fuerza moral para confesar a Cristo y aventurar su reputación en relación con el humilde Galileo.

El que conoce todos los corazones comprendía esto. Si los educados y nobles no querían hacer la obra para la cual estaban preparados, Cristo iba a elegir hombres que serían obedientes y fieles en hacer su voluntad. Eligió a hombres humildes y los relacionó consigo, a fin de que pudiese educarlos para que llevasen adelante por toda la tierra la gran obra cuando él la dejase.

Cristo era la luz del mundo. Era la fuente de todo conocimiento. Podía preparar a los pescadores sin letras para que ejecutasen la gran comisión que les iba a dar (Consejos para los maestros, {CM}, pp. 497, 498).

Nuestra primera tarea tiene que ver con nuestro propio corazón. Debemos practicar los principios verdaderos que conducen a la reforma. El corazón se debe convertir y santificar; en caso contrario, no tendremos relación con Cristo. Mientras nuestro corazón esté dividido, jamás estaremos preparados para servir en esta vida o en la futura. Como seres inteligentes, necesitamos sentarnos a pensar si realmente estamos buscando el reino de Dios y su justicia. Lo mejor que podemos hacer es meditar seria y sinceramente en si estamos dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para obtener la esperanza y lograr el cielo que aguarda al cristiano. Si por la gracia de Cristo llegamos a la conclusión de que realmente lo queremos, la siguiente pregunta será: ¿Qué debo abandonar en mi vida para que no me sea una piedra de tropiezo? (Cada día con Dios, {CDCD}, p. 48).

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Lección 2 // Viernes 8 de abril_____________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Un evangelista vino a la ciudad y anunció sus reuniones del siguiente modo: “¡Vengan a ver a un predicador que arranca una página de la Biblia!” Eso, sin duda, atrajo a una muchedumbre. Luego, se paró delante de ellos, abrió su Biblia y, para asombro de todos, arrancó una página. “Esta página”, dijo, “nunca debió estar allí. Es la página que separa el Antiguo Testamento del Nuevo”. Esta anécdota teatral tenía un buen punto. Estos dos libros son, realmente, uno solo. A través de todo el Nuevo Testamento, se cita al Antiguo Testamento. Una y otra vez, los eventos del Nuevo Testamento se explican y justifican, ya sea por Jesús mismo o por los demás autores del Nuevo Testamento, con referencias al Antiguo Testamento. ¿Cuán a menudo Jesús hizo declaraciones, de una manera u otra, tales como “la Escritura debe cumplirse”? Jesús mismo repetidamente señaló hacia el Antiguo Testamento (ver Juan 5:39; Luc. 24:27; Mat. 22:29; Juan 13:18); Pablo, citaba los escritos del Antiguo Testamento (Rom. 4:3; 11:8; Gál. 4:27); el libro del Apocalipsis contiene unas 550 alusiones al Antiguo Testamento. En estos casos y otros, el Nuevo Testamento se vincula constantemente con el Antiguo. Ambos Testamentos son las revelaciones escritas de Dios para la humanidad, con el plan de salvación. Aunque algunas partes del Antiguo Testamento, como el sistema de sacrificios, ya no obligan a los cristianos, nunca debemos cometer el error de relegar el Antiguo Testamento y considerarlo inferior al Nuevo Testamento. La Biblia está compuesta por ambos, y de ambos aprendemos las verdades vitales acerca de Dios y del plan de salvación.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Podemos ver las diversas maneras en que Satanás tentó a Jesús, pero Jesús no cayó en ninguna de las tentaciones, ni en los engaños. Nota cuán central es la Palabra de Dios allí. Jesús, ahora en “semejanza de carne de pecado” (Rom. 8:3), usó las Escrituras como medio de defensa contra las tentaciones del diablo. El que Jesús haya hecho esto ¿qué indica sobre la importancia de la Biblia al luchar contra las tentaciones? Conociendo este principio, ¿de qué maneras podemos ponerlo en práctica? ¿De qué modo usamos la Biblia para resistir los asaltos que todos afrontamos?
  2. ¿De qué forma podemos aprender a ser humildes, y a mantenernos así? ¿Qué función debe desempeñar la Cruz en ayudarnos en esta área vital?

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Escrito por: Tony García.
Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
http://www.sevendayradio.com
http://www.escuelasabaticamaestros.com
Madrid, España 2015

3 pensamientos en “LECCIÓN 2 – COMIENZA EL MINISTERIO – PARA EL 9 DE ABRIL DE 2016

  1. UNA PREGUNTA HNO LAS MUJERES NO NECESITABAN CIRCUNCIDARSE PARA SER PARTE DEL PUEBLO JUDIO?

  2. Gracias sean dadas a DIOS y a los encargados de guiarnos con estos comentarios valiosos en cada leccion que Dios les siga guiando muchas gracias

  3. Feliz Sábado Hno Tony y a todos los creyentes y seguidores de Jesucristo.
    Un cordial saludo.
    Mucha gracias Hrno Tony por tanta sabiduría que nuestro Dios le ha dado.
    Que nuestro Dios le siga bendiciendo en todo.

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