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LECCIÓN 13 – CRUCIFICADO Y RESUCITADO – PARA EL 25 DE JUNIO DE 2016

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«La Incredulidad de Tomás» Pintura de aceite sobre madera- Rembrandt (1634) Museo de finas artes; Moscú  Rusia


Los pensamientos pertenecientes a “Escuela Sabática para Maestros” no representan la postura oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día local, regional o mundial. Este es el trabajo,  esfuerzo y pensamiento de un hermano laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyo principal objetivo es proveer extra información a la Lección de Escuela Sabática, para que le sea de ayuda al maestro para poder entender y explicar de una manera mas clara y nutrida la lección de Escuela Sabática. Tratamos de no presentar temas controversia-les, ni polémicos y evitamos las ideas que promueven el fanatismo y el extremismo en nuestra iglesia. Si nuestro comentario no es de su ayuda o de su agrado, le pedimos por favor, que sencillamente la descarte. Cualquier comentario, pregunta o sugerencia, por favor escriba a elhermanotony@gmail.com


Letra Negra: Lección de Escuela Sabática

Letra Ocre: Lección de Escuela Sabática 

Letra Roja: La Biblia

Letra Café: Nuestro comentario

Letra Azul: Espíritu de profecía


Lección 13: Para el 25 de junio de 2016

CRUCIFICADO Y RESUCITADO

Sábado 18 de junio____________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 27:11-26; Juan 3:19; Isaías 59:2; Mateo 27:45, 46, 49-54; Hebreos 8:1-6; Mateo 28:1-20.

PARA MEMORIZAR:
 “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mat. 28:18).

UN AVISO EN UNA REVISTA BRITÁNICA pedía a alguien que estuviera dispuesto a donar su cuerpo a la ciencia. Los científicos habían estudiado la momificación egipcia y buscaban a un voluntario con una enfermedad terminal que quisiera donar su cuerpo después de su muerte. Ellos creían que habían hallado el método de los egipcios, y que el cuerpo “sería preservado, potencialmente, por centenares o aun miles de años” (www.independent.co.uk/news/ science/now-you-can-be-mummified-just-like-the egyptians-1863896.html).

Como cristianos, no nos interesa preservar nuestros cadáveres. Dios nos prometió algo mucho mejor. La muerte de Jesús, al pagar la penalidad por nuestros pecados, y su resurrección, las “primicias de los que durmieron” (1 Cor. 15:20), prepararon el camino no para que nuestros cuerpos sean “preservados” como los cadáveres de los faraones (las momias no son muy bonitas), sino para que sean transformados en cuerpos incorruptibles que vivirán para siempre.

Esta semana, estudiaremos las inagotables verdades con respecto a la muerte y la resurrección de nuestro Señor, y la esperanza que nos ofrecen estos dos eventos.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Satanás representa la divina ley de amor como una ley de egoísmo. Declara que nos es imposible obedecer sus preceptos. Imputa al Creador la caída de nuestros primeros padres, con toda la miseria que ha provocado, e induce a los hombres a considerar a Dios como autor del pecado, del sufrimiento y de la muerte. Jesús había de desenmascarar este engaño. Como uno de nosotros, había de dar un ejemplo de obediencia. Para esto tomó sobre sí nuestra naturaleza, y pasó por nuestras vicisitudes. “Por lo cual convenía que en todo fuese semejante a sus hermanos”. Si tuviésemos que soportar algo que Jesús no soportó, en este detalle Satanás representaría el poder de Dios como insuficiente para nosotros. Por lo tanto, Jesús fue “tentado en todo punto, así como nosotros”. Soportó toda prueba a la cual estemos sujetos. Y no ejerció en favor suyo poder alguno que no nos sea ofrecido generosamente. Como hombre, hizo frente a la tentación, y venció en la fuerza que Dios le daba. Él dice: “Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón”. Mientras andaba haciendo bien y sanando a todos los afligidos de Satanás, demostró claramente a los hombres el carácter de la ley de Dios y la naturaleza de su servicio. Su vida testifica que para nosotros también es posible obedecer la ley de Dios (El Deseado de todas las gentes, pp. 15, 16).

Cristo puso de lado su ropaje real, su corona regia y su elevada autoridad, y descendió hasta las mayores profundidades de la humillación. Habiendo tomado sobre sí la naturaleza humana, hizo frente a todas las tentaciones de la humanidad y derrotó en nuestro beneficio al enemigo en todo sentido.

Hizo todo esto para poner a disposición de los seres humanos poder que les permitiera ser vencedores. “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Esto da a todos los que están dispuestos a seguirle. Pueden demostrar ante el mundo el poder que hay en la religión de Cristo para conquistar el yo.

Cristo dijo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29). ¿Por qué no aprendemos diariamente del Salvador? ¿Por qué no vivimos en constante comunión con él, para que en nuestro trato unos con otros podamos hablar y actuar bondadosa y cortésmente? ¿Por qué no honramos al Señor manifestando ternura y amor unos por otros? Si hablamos y obramos en armonía con los principios del cielo, los incrédulos serán atraídos hacia Cristo mediante su asociación con nosotros (Testimonios para la iglesia, tomo 9, pp. 152, 153).

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Lección 13 // Domingo 19 de junio_________________________

JESÚS O BARRABÁS

Lee Mateo 27:11 al 26. ¿Cuáles son algunas de las implicaciones de la opción dada al pueblo, y la elección que ellos hicieron?

11 Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. 12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. 13 Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho. 15 Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. 16 Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. 17 Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? 18 Porque sabía que por envidia le habían entregado. 19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. 21 Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. 22 Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: !!Sea crucificado! 23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: !!Sea crucificado! 24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. 2Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. 26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.

Barrabás fue el asesino que debía ser crucificado en la cruz del centro. Los criminales a ambos lados posiblemente fueron sus asociados. Barrabás no fue un primer nombre, sino uno último. Bar significa “hijo de”, así como Simón bar Jonás significa “hijo de Jonás”, o Bartolomé significa “hijo de Tolomeo”. Barrabás significa “hijo de abbas”; es decir, “hijo del padre”. Muchos manuscritos antiguos informan que el primer nombre de él era Yeshua (Jesús). Yeshua era un nombre común en esa época, y significa “Yahvé salva”. Así, el nombre de Barrabás resultaba ser “Yahvé salva, hijo del padre”.

¡Qué farsa!

“Este hombre había aseverado ser el Mesías. Pretendía tener autoridad para establecer un orden de cosas diferente para arreglar el mundo. Dominado por el engaño satánico, sostenía que le pertenecía todo lo que pudiese obtener por el robo. Había hecho cosas maravillosas por medio de los agentes satánicos, había conquistado secuaces entre el pueblo y había provocado una sedición contra el Gobierno romano. Bajo el manto del entusiasmo religioso, se ocultaba un bribón empedernido y desesperado, que solo procuraba cometer actos de rebelión y crueldad. Al ofrecer al pueblo que eligiese entre este hombre y el Salvador inocente, Pilato pensó despertar en él un sentido de justicia. Esperaba suscitar su simpatía por Jesús en oposición a los sacerdotes y los príncipes” (DTG 681, 682).

Pilato estaba equivocado. A menos que estuviera bajo la convicción del Espíritu Santo, el pueblo haría la elección equivocada, como la hizo. Al fin, todos tenemos que elegir entre Cristo y Barrabás, Cristo y el mundo corrompido, la vida y la muerte. “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19).

¿Por qué la gente suele preferir más las tinieblas que la luz? ¿Cómo ves incluso en ti esta tendencia innata? ¿Qué te dice esto acerca de la realidad de nuestra naturaleza caída y de la necesidad de entregarnos totalmente al Señor?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

11Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. 12Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. 13Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho. 15Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. 16Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. 17Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? 18Porque sabía que por envidia le habían entregado. 19Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. 20Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. 21Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. 22Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! 23Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! 24Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. 25Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. 26Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.

En el juicio de Jesús hay muchas cosas que son omitidas por Mateo, la mejor narración del juicio de Jesús la podemos encontrar en el libro de Juan 18, del 28 al 40, y vamos a leerlo para poder comprender mejor ésta parte de la historia bíblica.

28Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua. 29Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? 30Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado. 31Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie; 32para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a morir. 33Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? 35Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? 36Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. 37Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. 38Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. 39Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? 40Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón.

33Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?

Se cree que Pilato tenía una relación muy estrecha con el sumo-sacerdote, ya que Pilato tenía un conocimiento que otros no tenían, en su juicio y su conversación con Cristo, Pilato fue preciso, certero y muy inteligente.

La pregunta «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Demuestra que ya Pilato había sido puesto al día con la información de Jesús, el sumo-sacerdote ya había explicado a Pilato, que Jesús viajaba constantemente y en todo lugar se presentaba como el Mesías o como el rey de los Judíos.

Hubiera sido imposible para Pilato hacer esa pregunta tan precisa como esa a Jesús, sin haber obtenido información previa acerca de Jesús. Por eso Jesús le desarma el juicio a Pilato, con una pregunta desbastadora: “¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?” Con ésta pregunta Jesús deja a Pilato sin fundamento, en otras palabras Jesús dice que Pilato no sabe absolutamente nada de él, y lo que sabe no es por que lo ha visto, sino por que se lo han contado..

Pilato nunca se imaginó que algún día, él mismo se tiene que presentar a juicio ante aquel que en ese momento estaba juzgando y tratando como un criminal.

La acusación de Jesucristo de parte de los judíos, era que él había blasfemado, haciéndose pasar por Hijo de Dios. Esta acusación no era suficiente como para dar muerte a una persona, por lo tanto los judíos recurren a otra acusación como la que se encuentra en Lucas 23 2 que dice: “Levantándose entonces toda la muchedumbre de ellos, llevaron a Jesús a Pilato. 2Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey. 3Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices.” Esta acusación tenía como fin levantar el celo del gobernador romano, y condenar a Jesús por traición en contra del emperador y del imperio de Roma.

Pero Pilato no tenía ninguna malicia en contra de Jesús, por lo tanto se esforzaba por terminar éste juicio prontamente y así poder dejar en libertad a Jesús.

Interesante-mente Jesús confesó al sumo-sacerdote Caifas que él era el Mesías; Pero a Pilato que era gobernador romano, Jesús confesó que él era rey.

La acusación de los judíos para Jesús, fue igual a las acusaciones que hacían los papistas en contra de los cristianos. Los papistas necesitaban que la autoridad civil fueran los castigadores del cristianismo, los papistas se presentaban ante los magistrados civiles con acusaciones de herejías o blasfemia, cosas que las autoridades civiles no tenían nada que ver con eso. Las autoridades civiles en el tiempo medieval, se quedaban cortos para castigar asuntos de religión, ya que las leyes humanas no contemplaba ninguna ley, donde se pudiera condenar a alguien por asuntos de fe y de obediencia.

«31Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;» Aquí el juez que es un pagano, les enseña a los judíos una lección de justicia. Los judíos andaban buscando a alguien que se ensuciara las manos en vez de ellos, a alguien que estuviera de acuerdo en mancharse las manos con sangre inocente.

12Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. 13Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.

Pilato veía el contraste entre los acusadores y el acusado.

Los acusadores insistían con vehemencia en sus acusaciones, ellos estaban convulsionados, airados y tenían un espíritu desenfrenado.

Por el otro lado, el acusado tenía una calma profunda, un comportamiento imperturbable, y una paz divina, Pilato simplemente estaba maravillado de contemplar la gallardía, el porte, la sobriedad, la templanza, la madurez, la sabiduría y la estampa varonil que tenía Jesús. La presencia y el comportamiento de Jesús era algo que Pilato aun no había experimentado en su larga carrera y en su experiencia como gobernador romano.

Ante las vehementes acusaciones de sus enemigos, Jesucristo guardó silencio, Cristo guardo silencio por dos razones importantes:

1-Ese era el día de su paciencia, ese era el día de su silencio, ese era un día especial donde su amor y misericordia tenía que predominar ante el abusivo comportamiento de los seres caídos, que se aprovechaban para juzgarlo injustamente; cuando los papeles se inviertan entonces se va a cumplir la profecía de Salmos 50:3 que dice: «Nuestro Dios viene, pero no en silencio; lo precede un fuego que todo lo destruye, y en torno suyo ruge la tormenta.»

2-Jesucristo guardó silencio para que se cumpliera la profecía de Isaías 53 que dice: “Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero, fue llevado al matadero; como oveja, enmudeció ante su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca.”

19Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.

Dios siempre tiene personas que van a testificar de parte del cielo y del evangelio. Si nosotros dejamos de testificar, alguien lo va a hacer en vez de nosotros.

Mientras Pedro negaba a Cristo, el mismo Judas Iscariote confesaba que Cristo era inocente, mientras el sumo-sacerdote declaraba a Cristo digno de muerte, Pilato decía de Cristo: “Yo no hallo en él ningún delito”, Mientras las mujeres que amaban a Jesús se mantenían lejos del juicio, ahora una mujer pagana, sale a la defensa de Cristo, mandando una nota a su esposo que decía: “No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.”

Nicodemo, quien era discípulo de Jesús en secreto, quien mientras los discípulos de Cristo huían de miedo, él junto con José de Arimatea, pidieron el cuerpo de Jesús para darle sepultura, ese mismo Nicodemo escribió un libro, que se llama “El Evangelio de Nicodemo” Este libro no fue reconocido dentro de los libros canónicos de Las Escrituras, por lo tanto se encuentra entre los libros apócrifos. En El Evangelio de Nicodemo,  él dice que la esposa de Pilato se llamaba Claudia, y también dice que ella era una mujer gentil, que se había convertido al cristianismo, en otras palabras Claudia era una prosélita. El describe a Claudia como una mujer pía o santa. Dicho sea de paso, la iglesia Ortodoxa Griega, canonizó a Claudia, y la introdujo en su calendario de santos o comúnmente llamada “menología”.

Los días 27 de Octubre, es reconocido por los la Iglesia Ortodoxa Griega, como el día de Santa Claudia.

Vale la pena recalcar que en todo el juicio de Cristo, no hubo ni siquiera una persona que saliera en defensa de Cristo, ni uno de sus amigos, conocidos o familiares tuvo la valentía de abogar por Cristo, fue una mujer y una mujer de origen pagano que lo hizo, la esposa del representante del emperador del mundo fue quien lo hizo, ésta mujer de origen pagano tubo la fuerza y la convicción de abogar y de interceder por el Redentor del mundo ¡Que privilegio!

Pilato mostró inseguridad, duda e indecisión en el juicio de Cristo, la tardanza en dar el veredicto de Cristo y su indecisión en el caso, empujó mas y mas a la multitud a pedir la muerte de Cristo, la turba se volvió frenética.

«Los sacerdotes pensaban que con el débil y vacilante Pilato podrían llevar a cabo sus planes sin dificultad. En ocasiones anteriores había firmado apresuradamente sentencias capitales, condenando a la muerte a hombres que ellos sabían que no eran dignos de ella. En su estima, la vida de un preso era de poco valor; y le era indiferente que fuese inocente o culpable. Los sacerdotes esperaban que Pilato impusiera ahora la pena de muerte a Jesús sin darle audiencia. Lo pedían como favor en ocasión de su gran fiesta nacional.» {DTG 672.4}

«Pero había en el preso algo que impidió a Pilato hacer esto. No se atrevió a ello. Discernió el propósito de los sacerdotes. Recordó cómo, no mucho tiempo antes, Jesús había resucitado a Lázaro, hombre que había estado muerto cuatro días, y resolvió saber, antes de firmar la sentencia de condenación, cuáles eran las acusaciones que se hacían contra él, y si podían ser probadas.» {DTG 672.5}

«Si vuestro juicio es suficiente, dijo, ¿para qué traerme el preso? “Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley.” Así apremiados, los sacerdotes dijeron que ya le habían sentenciado, pero debían tener la aprobación de Pilato para hacer válida su condena. ¿Cuál es vuestra sentencia? preguntó Pilato. La muerte, contestaron, pero no nos es lícito darla a nadie. Pidieron a Pilato que aceptase su palabra en cuanto a la culpabilidad de Cristo, e hiciese cumplir su sentencia. Ellos estaban dispuestos a asumir la responsabilidad del resultado.» {DTG 673.1}

«Pilato no era un juez justo ni concienzudo; pero aunque débil en fuerza moral, se negó a conceder lo pedido. No quiso condenar a Jesús hasta que se hubiese sostenido una acusación contra él. » {DTG 673.2}

23Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! 24Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.

La acción de Pilato de lavarse las manos, era una costumbre que se había practicado desde la antigüedad por las naciones del Medio Oriente, realmente la acción de lavarse las manos, era un rito que se inició después que Dios lo instituyó con el pueblo de Israel, la prueba de esto la encontramos en el libro de Deuteronomio 21 que dice:

6Luego, todos los ancianos del pueblo más cercano al muerto se lavarán las manos sobre la becerra desnucada, 7y declararán: “No derramaron nuestras manos esta sangre, ni vieron nuestros ojos lo ocurrido.

Este es uno de las oraciones o pedidos mas funestos que un pueblo haya podido hacer a Dios: 25Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.”

Esta oración es la oración invertida que Dios le enseño al pueblo de Israel. En Deuteronomio 21 8, encontramos la oración que Dios enseña al pueblo de Israel y dice: Perdona, Señor, a tu pueblo Israel, al cual liberaste, y no lo culpes de esta sangre inocente.”

Posiblemente no hay oración mas aterradora en toda la historia de ésta tierra, que ésta oración que hicieron los judíos al pie de la cruz

Los judíos no tenían derecho de invocar la venganza de Dios sobre sus hijos, pero en la justicia divina, el pedido fue escuchado y la venganza de Dios ha sido ejecutada sobre los judíos, generación tras generación.

40 años mas tarde de la muerte de Cristo, Jerusalén y su hermoso templo fue destruido, mas de 1 millón de judíos murieron en ésta ocasión. Miles murieron de hambre, miles murieron de enfermedades y miles murieron a filo de espada, según la historia de Josefo, era tanta la sangre que corría por la ciudad de Jerusalén, que apagaba lo que se encontraba ardiendo por el fuego.

Miles y miles murieron crucificados de la misma manera que ellos lo hicieron con Cristo; nuevamente según el historiador Josefo, eran tantos los crucificados, que los romanos se vieron obligados a parar las crucifixiones, por que ya no había un lugar vacío para levantar otra cruz en Jerusalén. Hasta los días modernos, la maldición que los judíos clamaron a Dios, se ha mantenido en vigencia.

Ha habido muchas naciones que han sido perseguidas, diseminadas y exterminadas en todas las partes del mundo. Pero no hay una nación que haya sufrido tanto y que aun en medio del sufrimiento y el dolor, haya sido preservada, como lo han sido los judíos.

Casi todas las naciones de la tierra, casi todas las clases de personas de la tierra, han conspirado para hacer sufrir al mundo judío con calamidades, y aun con todo eso, ellos se mantienen de pie, como un solido monumento de la justicia divina, y como una de las pruebas mas grandes, para mostrar a generaciones tras generaciones, que el cristianismo es verdadero.

La demostración de sus padres en el crimen del asesinato de Cristo y el pedir la venganza sobre ellos y sus hijos, es la prueba mas grande que Dios existe, que el evangelio de Cristo es verdadero y que el cristianismo también es verdadero.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Algunos de los que escuchaban a los apóstoles habían tomado parte activa en la condenación y muerte de Cristo. Sus voces se habían mezclado con las del populacho en demanda de su crucifixión. Cuando Jesús y Barrabás fueron colocados delante de ellos en la sala del juicio, y Pilato preguntó: “¿Cuál queréis que os suelte?” ellos habían gritado: “No a éste, sino a Barrabás” (Mateo 27:17; Juan 18:40). Cuando Pilato les entregó a Cristo, diciendo: “Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo en él crimen”; “inocente soy de la sangre de este justo”, ellos habían gritado: “Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos” (Juan 19:6; Mateo 27:24, 25).

Ahora oían a los discípulos declarar que era el Hijo de Dios el que había sido crucificado. Los sacerdotes y gobernantes temblaban. La convicción y la angustia se apoderaron del pueblo. “Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?” Entre los que escucharon a los discípulos, había judíos devotos, que eran sinceros en su creencia. El poder que acompañaba a las palabras del orador los convenció de que Jesús era en verdad el Mesías…

Pedro insistió ante el convicto pueblo en el hecho de que habían rechazado a Cristo porque habían sido engañados por los sacerdotes y gobernantes; y en que si continuaban dependiendo del consejo de esos hombres y esperando que reconocieran a Cristo antes de reconocerlo ellos mismos, jamás le aceptarían. Esos hombres poderosos, aunque hacían profesión de piedad, ambicionaban las glorias y riquezas terrenales. No estaban dispuestos a acudir a Cristo para recibir luz (Los hechos de los apóstoles, pp. 35, 36).

Satanás tiene el propósito definido de cortar toda clase de comunicación entre Dios y su pueblo, de modo que él pueda llevar a cabo sus tretas engañosas sin que haya una voz que nos advierta de su peligro. Si logra que los hombres desconfíen del mensajero, o que no vean nada de sagrado en el mensaje, sabe que ellos no sentirán ninguna obligación de obedecer las palabras que Dios les envía. Y cuando la luz se desecha como si se tratara de oscuridad, Satanás logra sus propósitos (Exaltad a Jesús, p. 355).

Nuestro tiempo, nuestra fuerza y nuestras energías pertenecen a Dios; y si son consagradas a su servicio, nuestra luz brillará. Afectará primero y con más fuerza a quienes viven en nuestros hogares, quienes están más íntimamente relacionados con nosotros; pero se extenderá más allá del hogar, aun hasta “el mundo”. Para muchos será un sabor de vida para vida; pero hay algunos que rehusarán ver la luz, o caminar en ella. Estos son del tipo del que habló nuestro Salvador, cuando dijo: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19). Los tales están en una posición muy peligrosa; pero su curso de acción no excusa a ninguno de nosotros de dejar que nuestra luz brille (Reflejemos a Jesús, p. 159).

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Lunes 20 de junio // Lección 13___________________________

NUESTRO SUSTITUTO CRUCIFICADO

Lee Mat. 27:45 y 46. ¿Cuál es el significado de este grito? ¿De qué manera comprendemos sus implicaciones en el plan de salvación?

45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

Mateo registra lo que los teólogos llaman “el grito de desamparo”. Desamparo da la idea de abandono, de alguien con necesidades. Vemos aquí que Jesús sintió el abandono del Padre. Las tinieblas que rodeaban la tierra en esos momentos simbolizaban el juicio divino (Isa. 13:9-16; Amós 5:18-20; Jer. 13:16); Jesús estaba experimentando en sí mismo las horrendas consecuencias del pecado, la completa separación del Padre. Él estaba cargando sobre sí mismo la condenación divina contra el pecado, que debió haber sido la nuestra. “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Heb. 9:28; ver también 2 Cor. 5:21). En la Cruz, Jesús se apropia del lenguaje de Salmo 22:1 porque él estaba experimentando la separación de Dios debida al pecado. “Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isa. 59:2).

Esto no era una simulación. Jesús realmente cargó la ira de Dios contra el pecado; la penalidad por nuestras transgresiones cayó sobre él y su alma se llenó de espanto al cargar el peso de nuestra culpa sobre sí mismo. ¡Cuán malo es el pecado a la vista de Dios, que requirió que un miembro de la Deidad sufriera el castigo para que seamos perdonados!

Y, aun en medio de este horror, Jesús pudo exclamar: “¡Dios mío, Dios mío!” A pesar de todo lo que le sucedía, su fe permaneció intacta. Se mantuvo fiel hasta el fin, sin importar el sufrimiento.

¿Cómo es sentir la separación de Dios por causa del pecado? ¿Por qué el reclamar la justicia de Cristo es nuestra única manera de regresar; un reclamo acompañado de arrepentimiento, confesión y una resolución de abandonar ese pecado?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

La cruz de Cristo se levantó alrededor de las 9 de la mañana o la hora tercera. A la hora sexta es decir al mediodía o las 12 PM, comenzaron las tinieblas que se extendieron hasta la hora novena o las tres de la tarde.

Esta obscuridad no pudo ser un eclipse, por dos razones muy importantes:

1-En la época del año en que se celebraba la pascua, la luna estaba llena. Cuando la luna se encuentra llena, está completamente opuesta al sol, es decir el sol está en un extremo, la tierra está en el centro y la luna está en el otro extremo opuesto al sol, y partiendo de allí, es imposible que haya un eclipse.

2-El segundo asunto importante que hay que recordar es que un eclipse dura aproximadamente solo un cuarto de hora, entre 12 a 15 minutos. La obscuridad que afectó a la tierra en ésta ocasión duró 3 horas, y ésta es la razón mas convincente para descartar que en la crucifixión de Cristo, fue un eclipse el que produjo la obscuridad.

Lo único que pudo causar la obscuridad fue el poder de Dios, dando testimonio de la grandeza del que estaba sufriendo, los elementos de la naturaleza simpatizaron con los dolores de su Creador.

El versículo 45 dice: «45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.» En griego el versículo se escribe así: Ἀπὸ δὲ ἕκτης ὥρας σκότος ἐγένετο ἐπὶ πᾶσαν τὴν γῆν ἕως ὥρας ἐνάτης.

La primera palabra subrayada es la palabra griega «πᾶσαν»    que se pronuncia “PASÁN” esta palabra significa “TODO” cuando se usa ésta palabra, se usa para denotar plenitud, totalidad, algo completo.

La segunda palabra griega subrayada que es «γῆν» que se pronuncia “GEN” y es la palabra “Tierra” Hay 78 textos en la Biblia, donde encontramos la palabra γῆν y uno de ellos es en Lucas 16: 17 que dice: 17 Pero más fácilmente pasarán el cielo y la tierra, a que deje de cumplirse una sola letra de la ley.

Si unimos las dos palabras griegas “pasan” y “gen” llegamos a la conclusión que la obscuridad que afectó la tierra durante las ultimas tres horas de la crucifixión de Cristo, fue a nivel mundial y no solamente regional. Hay muchos que creen que esa obscuridad solo afectó al lugar donde estaba muriendo Cristo, es decir solo a Jerusalén y sus alrededores.

De éste obscurecimiento también hay registro en el mundo gentil. El astrónomo romano Flegon, registró que en el año 14 del reinado de Tiberio, (que fue el mismo año que crucificaron a Jesús) hubo un fenómeno en el cielo, él dijo: “El mas grande eclipse que se haya sabido en la historia a pasado ahora en la tierra, el día se tornó en noche, de tal manera que las estrellas del cielo aparecieron de nuevo”

Los egipcios también registraron éste suceso, Dionisio el európago dijo: “O la divinidad está en sufrimiento, o la base del mundo se está disolviendo”

Amos 8 dice; «9En aquel día -afirma el Señor omnipotente-, haré que el sol se ponga al mediodía, y que en pleno día la tierra se oscurezca.»  Esta es otra profecía mas, que se cumplió en el día que agonizaba el Hijo de Dios.»

46Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

«Elí, Elí, ¿lama sabactani?» Este idioma no es hebreo, ni tampoco siriaco, es una mezcla, este idioma es llamado sirio-caldeo y probablemente era una de las lenguas que Jesús hablaba cuando estaba en la tierra.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Esta expresión nos recuerda lo que escribió el  profeta y rey David en Salmos 22 que dice: «1Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»

Solo Mateo y Marcos registran ésta expresión de Cristo, el evangelio de Juan no registra éstas palabras. Posiblemente cuando Jesús pronunció éstas palabras, ya Juan ya no estaba al pie de la cruz, posiblemente Juan ya estaba en su casa auxiliando a su madre adoptiva, posiblemente a esa hora, María ya no podía contemplar mas los sufrimientos de Cristo al pie de la cruz: «27Y al discípulo le dijo: «Ahí tienes a tu madre.» Y a partir de ese momento el discípulo la recibió en su casa.» Juan 19

Cristo pronunció éstas palabras a las 3 de la tarde aproximadamente, a esa hora se hacía el sacrificio de la tarde. Pero éste día viernes era un día muy especial, en éste día se celebraba la Pascua. La Pascua como ya lo estudiamos la semana pasada, se celebraba el día 14 del mes de Nisan, pero aparentemente en éste año lo celebrarían el día viernes

En Juan 18 leemos lo siguiente: 28Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua. 29Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?

 En éste texto dice claramente que ese viernes por la mañana los judíos aún no habían celebrado la pascua, y esa fue la razón por la cual no entraron al pretorio, para no contaminarse y así poder comer la pascua.

 La semana pasada estudiamos que Cristo tomó la pascua el 14 por la noche, que era el día Jueves, y después de haberla tomado se fue al monte de los olivos donde ocurrió su arresto. Pero por cualquier razón los judíos el viernes por la mañana aun no la habían celebrado, y se estaban preparando para celebrarla ese día Viernes.

 Los sacrificios de la tarde se hacía entre las 2: 30 de la tarde y las 3: 30 de la tarde, el sacrificio del cordero pascual, se hacía a la misma hora del sacrificio de la tarde.

Por lo tanto quiere decir que ese viernes cuando miles y miles estaban sacrificando el cordero pascual, también a esa misma hora estaba muriendo el verdadero Cordero Pascual.

 A las tres de la tarde, mientras miles de corderos era sacrificados para conmemorar la liberación de Egipto, también Jesucristo entregaba su propia vida para conmemorar la liberación del pecado.

 Jesucristo abolió la pascua en dos formas, la primera fue por que él instituyó la santa cena, y la segunda fue por que él murió a la misma hora del sacrificio pascual. Jesucristo fue el verdadero Cordero Pascual.

 

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Satanás hirió el corazón de Jesús con sus fieras tentaciones. El pecado, tan aborrecible a su vista, se acumuló sobre él hasta que gimió bajo su peso. No es maravilla que su humanidad temblara en esa hora terrible. Los ángeles fueron testigos asombrados de la desesperada agonía del Hijo de Dios, mucho mayor que su dolor físico que casi no sentía. Las huestes celestiales se cubrieron el rostro para no ver algo tan terrible.

La naturaleza inanimada manifestó simpatía hacia su agonizante e insultado Autor. El sol no quiso contemplar la terrible escena. La plenitud de sus rayos resplandecientes estaba iluminando la tierra a mediodía, cuando de repente pareció desaparecer. Espesas tinieblas, como si fueran un sudario, rodearon la cruz y toda la zona circundante. Las tinieblas duraron tres horas completas. A la hora nona la temible oscuridad desapareció para la gente, pero siguió envolviendo al Salvador como si fuera un manto. Los furiosos relámpagos parecían dirigidos contra él mientras yacía colgado de la cruz. Entonces “Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Marcos 15:34) (La historia de la redención, p. 234).

El poderoso argumento de la cruz convencerá de pecado. El amor divino de Dios hacia los pecadores, expresado en el don de su Hijo para que sufriese la vergüenza y la muerte a fin de que ellos pudiesen ser ennoblecidos y dotados de la vida eterna, es digno de que se lo estudie toda la vida. Os ruego que estudiéis de nuevo la cruz de Cristo. Si todos los orgullosos y vanagloriosos, cuyo corazón anhela recibir el aplauso de los hombres y alcanzar distinción por encima de sus semejantes, pudiesen estimar correctamente el valor de la más alta gloria terrenal en contraste con el valor del Hijo de Dios, rechazado, despreciado y escupido por aquellos mismos a quienes había venido a redimir, ¡cuán insignificantes parecerían todos los honores que puede conceder el hombre finito! (Joyas de los testimonios, tomo 1, pp. 518, 519).

El inmaculado Hijo de Dios pendía de la cruz; su carne estaba lacerada por los azotes; aquellas manos que tantas veces se habían extendido para bendecir, estaban clavadas en el madero; aquellos pies tan incansables en los ministerios de amor estaban también clavados a la cruz; esa cabeza real estaba herida por la corona de espinas; aquellos labios temblorosos formulaban clamores de dolor. Y todo lo que sufrió: las gotas de sangre que cayeron de su cabeza, sus manos y sus pies, la agonía que torturó su cuerpo y la inefable angustia que llenó su alma al ocultarse el rostro de su Padre, habla a cada hijo de la humanidad y declara: Por ti consiente el Hijo de Dios en llevar esta carga de culpabilidad; por ti saquea el dominio de la muerte y abre las puertas del Paraíso. El que calmó las airadas ondas y anduvo sobre la cresta espumosa de las olas, el que hizo temblar a los demonios y huir a la enfermedad, el que abrió los ojos de los ciegos y devolvió la vida a los muertos, se ofrece como sacrificio en la cruz, y esto por amor a ti. El, el Expiador del pecado, soporta la ira de la justicia divina y por causa tuya se hizo pecado (Exaltad a Jesús, p. 230).

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Lección 13 // Martes 21 de junio
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VELO RASGADO Y ROCAS PARTIDAS

Cada evangelista contó la historia de Jesús desde una perspectiva diferente, pero todos se concentraron en su muerte. Sin embargo, solo Mateo registra el velo rasgado y las tumbas abiertas.

Lee Mateo 27:49 al 54. ¿Qué significan estos eventos? ¿A qué esperanza nos señalan?

49 Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. 50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. 51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; 52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. 54 El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.

Jesús murió inmediatamente después de que la turba, ignorando las palabras reales de él, se burló acerca de que pedía que Elías fuera a salvarlo. Esta burla era otro ejemplo fuerte y triste del modo en que Jesús había sido mal comprendido por muchos de su propio pueblo.

Mateo luego registra que el velo del Templo se rasgó de arriba abajo. El simbolismo es inconfundible: había comenzado una nueva era en la historia de la salvación. Los servicios de sacrificios, que por tanto tiempo habían señalado hacia Jesús, ya no eran necesarios. El antiguo tipo terrenal se reemplazaba ahora por algo mucho mejor.

Lee Hebreos 8:1 al 6. ¿Qué dicen estos textos que nos ayudan a comprender qué ocurrió con el sistema del Santuario terrenal, y qué lo reemplazó?

1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.

Mateo no solo registra el velo rasgado, sino también que las rocas se partieron, las tumbas se abrieron y algunos de los muertos fueron resucitados: eventos que solo podían ocurrir por lo que Jesús había logrado al morir como nuestro Sustituto por el pecado. Así que, en Mateo vemos que sucedieron cosas que el antiguo sistema nunca podría haber producido. “Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados” (Heb. 10:4). Por supuesto, solo Jesús puede quitar los pecados, y el gran resultado para nosotros, la gran promesa, al quitar Jesús nuestros pecados, es la resurrección de los muertos. Sin esa promesa, no tenemos nada (ver 1 Cor. 15:13, 14, 19). En esas primeras resurrecciones (no sabemos cuántas fueron), podemos ver la esperanza y la promesa de nuestra resurrección al final de esta era.

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

49Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. 50Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. 51Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; 52y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. 54El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.

49Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.

Después de la espantosa obscuridad, ahora volvió la burla. Los humano así somos, cuando estamos sufriendo, nos humillamos, gemimos, clamamos, imploramos, y lloramos; pero cuando se aleja la oscuridad, volvemos a nuestros antiguos hábitos, volvemos a nuestras antiguas burlas. Es por eso que la mayoría de nosotros nunca se nos permite que abandonemos el colegio de la aflicción y del sufrimiento, asistiendo a éste colegio nos convertimos en potenciales candidatos para conseguir el diploma de la salvación.

Después de haber ofrecido a Jesús una bebida embriagante, escucharon que que Jesús dijo: «Elí, Elí, ¿lama sabactani?» Los que estaban presente mezclaron la burla con la superstición, mezclaron la ridiculez con la posibilidad que apareciera Elias en ayuda de Cristo.

51Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo;

El templo judío estaba dividido en tres partes: 1- el atrio, que era el lugar donde todos los de la religión judía podían llegar. 2-El lugar santo; donde los sacerdotes tenían acceso todos los días para ministrar, poner el perfume, poner aceite a las lámparas, poner los panes de la preposición ETC. 3-El lugar santísimo; que era el lugar donde solamente el sumo-sacerdote podía entrar una sola vez al año y con permiso de Dios, para el famoso día de la expiación, los otros 364 días de año, el lugar santísimo permanecía en silencio, deshabitado y prohibido para cualquier persona, so pena de muerte, entrar o verlo.

Entre el lugar santo y el lugar santísimo estaba colgado el velo del templo, ese pesadísimo velo, solo le era permitido al sumo-sacerdote levantarlo una vez al año para el sacrificio del día de la expiación.

El velo se rompió de arriba hasta abajo, todo lo que estaba adentro quedó desnudo para el ojo humano, Dios estaba removiendo y aboliendo las ceremonias judías de los sacrificios, ya el Cordero de Dios, el verdadero sacrificio del cielo, se estaba llevando a cabo en el Calvario, el Cordero de Dios, estaba poniendo su vida para perdón de los pecados de la humanidad

Simeon B Gamaliel, fue hijo de Gamaliel, el mismo que habla la Biblia y quien también educo al apóstol Pablo. Simeon B Gamaliel fue un rabí que ocupó el honorable puesto que su padre tuvo. él vivió desde el año 10 después de Cristo hasta el año 70, él describió el velo del templo para esa época. Esta información se puede hallar en los libros de historia de los rabí.

Simeon B Gamaliel en uno de sus escritos describió el velo del templo y él dijo que el velo tenia el grüesor de una cuarta de una mano de un hombre. El velo era formado por 72 trenzas de hilos, y cada una de éstas trenza estaba compuesta de otras 24 trenzas de hilo. El número de hebras de hilo que se necesitaban para éste velo eran 82 miríadas, y cada miríada tenía 10,000 hebras de hilo. Este velo era confecionado por 82 vírgenes, se confecionaban dos velos al año, y se necesitaba 300 sacerdotes para poderlo manipularlo y lavarlo. El precio del velo era de valor incalculable.

Hay un libro apócrifo que se llama “El Evangelio de los Hebreos” Este libro dice que la barra exquisitamente adornada, donde el velo colgaba, se quebró en miles de pedazos después que el velo se rompió en dos; cayendo subsecuente-mente todo al suelo, el velos partido en dos y la barra que lo sostenía hecha mil añicos.

Pablo afirma que el velo del templo ya no existía en su tiempo:

19Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo; Hebreos 10

52y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

A la muerte de Cristo, sucede un terremoto, y éste terremoto hace dos cosas muy particulares; éste terremoto rompió piedras y abrió algunas tumbas. Las tumbas quedaron abiertas desde el día viernes a las 3 de la tarde hasta el amanecer del día Domingo. El día Domingo, al resucitar Cristo, también resucitaron, las personas de esas tumbas que el temblor dejo abiertas.

“Al resucitar Cristo, sacó de la tumba una multitud de cautivos. El terremoto ocurrido en ocasión de su muerte había abierto sus tumbas, y cuando él resucitó salieron con él. {DTG 730.1}”

Ésta resurrección fue una resurrección especial. Muchos creen que todas las personas del Antiguo Testamento que murieron en Cristo fueron resucitadas en la resurrección de Cristo; pero esto no fue así. Los que resucitaron en ésta ocasión especial, tienen una característica muy especial, son mártires; son todos aquellos que fueron muertos por la causa de Dios, comenzando desde Abel hasta Juan el bautista.

Al resucitar Cristo, sacó de la tumba una multitud de cautivos. El terremoto ocurrido en ocasión de su muerte había abierto sus tumbas, y cuando él resucitó salieron con él. Eran aquellos que habían sido colaboradores con Dios y que, a costa de su vida, habían dado testimonio de la verdad. Ahora iban a ser testigos de Aquel que los había resucitado. {DTG 730.1}

Esta es una lista de los que nosotros sabemos que fueron mártires por la causa de Cristo, la Biblia confirma el martirio de algunos de ellos, la historia confirma el martirio de otros:

Abel: fue muerto por ofrecer la ofrenda correcta y aprobada por Dios.

Zacarías el profeta, fue muerto entre las gradas del templo y el altar

Isaías fue muerto por Manases

El profeta Amos se cree que fue muerto por uno de los hijos del rey Amasías

Micaías se cree que fue asesinado por Joram

Habacuc se cree que fue apedreado por los judíos en Jerusalén

Jeremías, la Biblia no habla de su muerte, pero la historia de la nación egipcia si habla de él. Según la historia Egipcia, Jeremías murió apedreado por los Judíos en Egipto, por oponerse a la idolatría. Los egipcios le dieron un entierro de honor a Jeremías y lo sepultaron al lado de la tumba del faraón. Según la historia egipcia, a Jeremías los egipcios lo amaban mucho, ya que él había orado para salvar a los hombres egipcios de las bestias del río Nilo (cocodrilos). También cuenta la historia, que Jeremías les enseño que el Mesías nacería en un pesebre, y nacería de una virgen. Desde ese tiempo hasta el nacimiento de Jesús, los Egipcios adoraban figuras y pinturas de una virgen y un niño en un pesebre.

Cuando Alejandro invadió Egipto, él buscó la tumba de Jeremías y de acuerdo a los egipcios, Alejandro se llevo los restos de Jeremías para Alejandría. Todo esto se encuentra en los libros nacionales de historia egipcia.

Ezequiel también se cree que fue asesinado a manos de un sumo sacerdote en Babilonia

Y el último mártir antes de la muerte de Jesús fue Juan el Bautista, posiblemente esa pudo haber sido una razón por la cual Jesús le permitió morir como mártir, para unos años mas tarde darle vida y vida eterna.

Hay miles y miles de hombre que fueron martirizados en el periodo del Antiguo Testamento, de los cuales nosotros no tenemos información. A manos de Jetzabel, la esposa del rey Acab, cayeron cientos de profetas y posiblemente miles. No fueron por gusto las lágrimas de Jesús sobre Jerusalén, cuando él dijo: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados!”

Las primicias de los resucitados que se llevo consigo Jesucristo para el cielo, era la crema y la nata del “cristianismo” del Antiguo Testamento, todos ellos fueron mártires, la mayoría de ellos fueron profetas.

«Durante su ministerio, Jesús había dado la vida a algunos muertos. Había resucitado al hijo de la viuda de Naín, a la hija del príncipe y a Lázaro. Pero éstos no fueron revestidos de inmortalidad. Después de haber sido resucitados, estaban todavía sujetos a la muerte. Pero los que salieron de la tumba en ocasión de la resurrección de Cristo fueron resucitados para vida eterna. Ascendieron con él como trofeos de su victoria sobre la muerte y el sepulcro. Estos, dijo Cristo, no son ya cautivos de Satanás; los he redimido. Los he traído de la tumba como primicias de mi poder, para que estén conmigo donde yo esté y no vean nunca más la muerte ni experimenten dolor.» {DTG 730.2}

«Estos entraron en la ciudad y aparecieron a muchos declarando: Cristo ha resucitado de los muertos, y nosotros hemos resucitado con él. Así fué inmortalizada la sagrada verdad de la resurrección. Los santos resucitados atestiguaron la verdad de las palabras: “Tus muertos vivirán; junto con mi cuerpo muerto resucitarán.” Su resurrección ilustró el cumplimiento de la profecía: “¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío, cual rocío de hortalizas; y la tierra echará los muertos.” {DTG 730.3}

ESPÍRITU DE PROFECÍA

[A Moisés] Se le permitió mirar a través de los tiempos futuros y contemplar el primer advenimiento de nuestro Salvador… Vio cómo en el Monte de los Olivos, Jesús se despedía llorando de la ciudad de su amor. Mientras Moisés veía cómo era finalmente rechazado por aquel pueblo tan altamente bendecido del cielo, aquel en favor del cual él había trabajado, orado y hecho sacrificios, por el cual él había estado dispuesto a que se borrara su nombre del libro de la vida; mientras oía las tristes palabras: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta” (Mateo 23:38), el corazón se le oprimió de angustia, y su simpatía con el pesar del Hijo de Dios hizo caer amargas lágrimas de sus ojos…

El dolor, la indignación y el horror embargaron el corazón de Moisés cuando vio la hipocresía y el odio satánico que la nación judía manifestaba contra su Redentor, el poderoso Ángel que había ido delante de sus mayores. Oyó el grito agonizante de Jesús: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Le vio cuando yacía en la tumba nueva de José de Arimatea. Las tinieblas de la desesperación parecían envolver el mundo, pero miró otra vez, y le vio salir vencedor de la tumba y ascender a los cielos escoltado por los ángeles que le adoraban, y encabezando una multitud de cautivos. Vio las relucientes puertas abrirse para recibirle, y la hueste celestial dar en canciones de triunfo la bienvenida a su jefe supremo. Y allí se le reveló que él mismo sería uno de los que servirían al Salvador y le abriría las puertas eternas. Mientras miraba la escena, su semblante irradiaba un santo resplandor. ¡Cuán insignificantes le parecían las pruebas y los sacrificios de su vida, cuando los comparaba con los del Hijo de Dios! ¡Cuán ligeros en contraste con el “sobremanera alto y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17)! Se regocijó porque se le había permitido participar, aunque fuera en pequeño grado, de los sufrimientos de Cristo (Patriarcas y profetas, pp. 506-508).

En silencio la gente contempló el final de esa impresionante escena. De nuevo el sol resplandeció, pero la cruz siguió rodeada de tinieblas. De repente la oscuridad se apartó de la cruz, y con tonos claros, como de trompeta, que parecían proyectar sus ecos por toda la creación, Jesús exclamó: “¡Consumado es!” “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46). Un halo luminoso circundó la cruz, y el rostro del Salvador brilló con una gloria semejante a la del sol. Entonces inclinó la cabeza sobre el pecho y murió.

Cuando Cristo falleció, había sacerdotes que servían en el templo delante del velo que separaba el lugar santo del santísimo. De repente sintieron que la tierra temblaba bajo sus pies y el velo del templo, una cortina fuerte y de buena calidad, que se renovaba cada año, fue rasgada de alto a bajo por la misma mano exangüe que escribió las palabras condenatorias sobre los muros del palacio de Belsasar.

Jesús no depuso su vida hasta haber cumplido la obra que había venido a hacer; y exclamó con su último suspiro: “¡Consumado es!” Los ángeles se regocijaron cuando escucharon esas palabras, porque el gran plan de redención había sido llevado a cabo triunfalmente. Hubo gozo en el cielo porque los hijos de Adán, de allí en adelante, y gracias a una vida de obediencia, podrían ser llevados finalmente a la presencia de Dios. Satanás fue derrotado y sabía que su reino estaba perdido (La historia de la redención, pp. 234, 235).

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Miércoles 22 de junio // Lección 13________________________

EL CRISTO RESUCITADO

La fe cristiana se centra no solo en la Cruz sino también en la tumba vacía. La mayoría de la gente en el mundo, incluso los no cristianos, cree que un hombre llamado Jesús de Nazaret murió en una cruz. Algún tiempo después de Jesús, encontramos referencias históricas tales como la de Tácito, un historiador romano: “Nerón […] infligió las más exquisitas torturas sobre una clase odiada por sus abominaciones, llamados cristianos […] por el populacho. Cristo, de quien proviene el nombre de ellos, sufrió la pena máxima durante el reinado de Tiberio a manos de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilato”.−Tácito, 57-117 d.C. (www.causeofjesusdeath.com/jesus-in-secular-history.html).

Hay poca discusión, entonces y ahora, acerca de si un personaje histórico llamado Jesús fue condenado y crucificado. La parte difícil es la Resurrección: Jesús de Nazaret, que murió un viernes de tarde, volvió a vivir el domingo de mañana. Mucha gente lucha con esto. Un judío crucificado por los romanos en Judea era un evento frecuente. Pero ¿un judío resucitado de entre los muertos después de ser crucificado? Esto es algo muy diferente.

No obstante, sin esta creencia en un Jesús resucitado, no existe la fe cristiana. Pablo escribió: “Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. […] Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres” (1 Cor. 15:14, 19). La muerte de Jesús debía ser seguida por su resurrección, porque en ella tenemos la seguridad de la nuestra.

Cuando vamos a la historia de la resurrección de Jesús, tenemos dos opciones. Primera, considerar esta historia como una propaganda sentimental de unos pocos seguidores de Jesús para mantener vivo su recuerdo. La segunda opción es tomarla en forma literal, como un evento extraordinario, con implicaciones para cada ser humano que alguna vez viva o haya vivido sobre esta Tierra.

Lee Mateo 28:1 al 15. ¿Por qué les dice Jesús a sus discípulos (en el vers. 9) que se “regocijen”? [“¡Salve!” era un saludo corriente, y viene del verbo “regocijarse”. N. del T.] Por supuesto, ellos estaban contentos de verlo nuevamente y resucitado. Pero ¿cuál es la verdadera razón para regocijarnos por la resurrección de Jesús?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

La resurrección de Cristo fue todo un festival de alegría: Ese ha sido el día más glorioso, esa ha sido la victoria más gloriosa, esa ha sido la fe más gloriosa, y esa ha sido la esperanza más gloriosa.

La muerte de Cristo fue una muerte real: según los cálculos de la historia para ese tiempo había alrededor de millón y medio de habitantes en la región, que de una manera u otra fueron testigos de la muerte de Jesús.

El entierro ó sepultura de Cristo también fue real: El sepultar a un criminal, especialmente uno que había muerto en la cruz, era un  permiso muy difícil de conseguir de parte de las autoridades de ese tiempo. Pero la Providencia Divina se encargó de eliminar el miserable miedo a los escribas y sacerdotes, y Jesucristo fue sepultado en una tumba nueva y una tumba de que le pertenecía a un rico, como lo decía la profecía. Esto se hizo para multiplicar la cantidad de testigos que darían fe de la resurrección de Cristo.

La resurrección de Cristo fue un suceso real: El acto de que la tumba de Cristo está vacía, es por que su resurrección fue un suceso real.

¿Cómo la tumba de Cristo vino a estar vacía?

Hay solamente dos teorías: La primera teoría de acuerdo a los que gobernaban es esos días  dice: que el cuerpo de Cristo fue robado.

La segunda teoría que es la de los apóstoles dice: Que Jesús resucitó de entre los muertos.

Es evidente que los enemigos de Cristo no iban a robar el cuerpo de Cristo, pero tampoco los discípulos. ¿Cómo un puñado de hombres y que encima de todo estaban escondidos por causa del miedo, podían tener la osadía de enfrentarse a los militares romanos y cometer éste delito?; ¿Cómo se podía robar un cuerpo en medio de una ciudad que estaba convulsionada por el suceso de la muerte de Cristo, y que por esa época del año, la luna brilla en todo su esplendor en el cielo del medio oriente? Es imposible de creer, la teoría de los apóstoles deja de ser una teoría y se convierte en una realidad.

También la persecución fue real: El testimonio que dieron los discípulos de la resurrección de Cristo fue tan real y poderosa, que despertó el celo de los dirigentes y desató la persecución en contra de una verdad contundente.

La Resurrección es una vindicación de todas las profecías que hablaban del carácter, vida, muerte y resurrección del Mesías.

La Resurrección es el sello de aceptación del sacrificio de Jesús y como consecuencia es el momento en que se confirma la esperanza de todo el mundo

La Resurrección es la garantía de nuestra propia resurrección, es una promesa de inmortalidad de parte del segundo Adán y su muerte para toda la raza humana

La Resurrección es un estímulo para todos nosotros. Cristo no está muerto, él está vivo, vivo para escuchar nuestros pedidos, Cristo está vivo para interceder por nosotros, vivo para darnos la salvación.

La Resurrección de Cristo destrona completamente el «materialismo», deja en estado de coma al «panteísmo» y rompe los fundamentos en los cuales está asentado el «escepticismo»

El materialismo es la filosofía que sostiene que lo único que existe es lo material. El materialismo niega le existencia de las cosa espirituales y busca una explicación física para todos los fenómenos ó milagros divinos que ocurren en ésta tierra.

El Panteísmo es la filosofía que sostiene que la naturaleza, el universo y Dios es una misma cosa. En otras palabras la suma de la naturaleza y el universo está representado por el término «DIOS» La palabra panteísmo es la composición de dos palabras griegas: PAN que significa «TODO»; y THEOS que significa «DIOS» ésta frase unida dice: Dios es todo y todo es Dios.

El escepticismo es la filosofía que está basada en la duda. La persona que es escéptica es aquella que profesa duda en todo lo que se le dice ó se le enseña; generalmente siempre están en contra ó en desacuerdo con todas esas cosas que comúnmente son aceptadas como una verdad.

Cristo dejó en la tumba las especies con las cuales fue sepultado, el olor que quedó en la tumba no fue olor de muerte, sino aroma de vida y de victoria, dejó sus ropas con las cuales envolvieron su cuerpo, dejo el sudario con el cual su cabeza fue envuelta, dejo la tumba guardada por ángeles;

¿Qué más dejó Cristo en la tumba? dejó una tumba abierta, hermosas noticias para nosotros: ¡La casa de la muerte quedó sin puerta! Nuestro Sansón arranco las puertas de la tumba junto con sus fundamentos, y se llevó con él las llaves de la muerte y del sepulcro : 17Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; Yo Soy el Primero y el Ultimo; 18y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del sepulcro.(Apocalipsis 1) él tiene las llaves en su poder y pronto las usará y libertará a millones que aún se encuentran apresados por la tumba, pero que han muerto con la bendita esperanza de la resurrección.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

“Y he aquí que fue hecho un gran terremoto; porque un ángel del Señor descendió del cielo”…

Los soldados le ven quitar la piedra como si fuese un canto rodado, y le oyen clamar: Hijo de Dios, sal fuera; tu Padre te llama. Ven a Jesús salir de la tumba, y le oyen proclamar sobre el sepulcro abierto: “Yo soy la resurrección y la vida”. Mientras sale con majestad y gloria, la hueste angélica se postra en adoración delante del Redentor y le da la bienvenida con cantos de alabanza.

Un terremoto señaló la hora en que Cristo depuso su vida, y otro terremoto indicó el momento en que triunfante la volvió a tomar. El que había vencido la muerte y el sepulcro salió de la tumba con el paso de un vencedor, entre el bamboleo de la tierra, el fulgor del relámpago y el rugido del trueno. Cuando vuelva de nuevo a la tierra, sacudirá “no solamente la tierra, mas aun el cielo” (El Deseado de todas las gentes, pp. 725, 726).

Cuando Jesús estuvo en el sepulcro, Satanás triunfó. Se atrevió a esperar que el Salvador no resucitase. Exigió el cuerpo del Señor, y puso su guardia en derredor de la tumba procurando retener a Cristo preso. Se airó acerbamente cuando sus ángeles huyeron al acercarse el mensajero celestial. Cuando vio a Cristo salir triunfante, supo que su reino acabaría y que él habría de morir finalmente (El Deseado de todas las gentes, p. 728).

Podemos regocijamos en la esperanza. Nuestro Abogado está en el Santuario celestial intercediendo por nosotros. Por sus méritos tenemos perdón y paz. Murió para poder lavar nuestros pecados, revestimos de su justicia, y hacemos idóneos para la sociedad del cielo, donde podremos morar para siempre en la luz.

Amado hermano, amada hermana, cuando Satanás quiera llenar vuestra mente de abatimiento, lobreguez y duda, resistid sus sugestiones. Habladle de la sangre de Jesús, que limpia de todo pecado. No podéis salvaros del poder del tentador; pero él tiembla y huye cuando se insiste en los méritos de aquella preciosa sangre. ¿No aceptaréis, pues, agradecidos las bendiciones que Jesús concede? ¿No tomaréis la copa de la salvación que él ofrece, e invocaréis el nombre del Señor? No manifestéis desconfianza en Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. No causéis por un momento, mediante vuestra incredulidad, dolor al corazón del Salvador compasivo. El vigila con el interés más intenso vuestro progreso en el camino celestial; él ve vuestros esfuerzos fervientes; nota vuestros descensos y vuestros restablecimientos, vuestras esperanzas y vuestros temores, vuestros conflictos y vuestras victorias (Joyas de los testimonios, tomo 2, pp. 109, 110).

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Lección 13 // Jueves 23 de junio__________________________

LA GRAN COMISIÓN

Para muchas personas, una de las cosas más difíciles de entender de todo lo que Jesús hizo fue su regreso al cielo y que haya confiado el ministerio del evangelio a seres humanos. Muy a menudo, lo chasqueamos a él y a nosotros mismos y, como muestran los evangelios, sus primeros seguidores no fueron excepciones. No obstante, al confiarnos un ministerio, Cristo muestra su amor por nosotros y nuestra necesidad de él.

Lee Mateo 28:16 al 18. Compara las palabras de Jesús: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (vers. 18), con Daniel 7:13 y 14. ¿De qué forma se relacionan estos textos entre sí?

Mateo 28: 16-18

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Daniel 7: 13-14

13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.

Lee Mateo 28:19 y 20, los versículos finales del Evangelio de Mateo. ¿Qué quiere decir Jesús? ¿Cuál es la relevancia de sus palabras para nosotros?

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Elena de White sugiere que cerca de quinientos creyentes se reunieron en el Monte de los Olivos cuando Jesús ascendió al cielo (ver 1 Cor. 15:6). Su comisión evangélica no fue solo para los once discípulos, sino también para todos sus seguidores. “Es un error fatal suponer”, escribe ella, “que la obra de salvar almas solo depende del ministro ordenado. Todos aquellos a quienes llegó la inspiración celestial reciben el evangelio en cometido. A todos los que reciben la vida de Cristo se les ordena trabajar para la salvación de sus semejantes. La iglesia fue establecida para esta obra, y todos los que toman sus votos sagrados se comprometen por ello a colaborar con Cristo” (DTG 761).

¿Has pensado a menudo en ti mismo como un obrero junto con Cristo? ¿De qué modo específico puedes ser más activo en llevar el evangelio a tu mundo?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Jesucristo apareció a sus discípulos en Galilea y allí les dio la comisión de predicar y bautizar; Jesús les anunció su suprema autoridad y les confirmó su perpetua presencia.

Jesús dio la solemne comisión de ir a predicar a todas las naciones de la tierra. La salvación que se predicaría es una salvación común y simple, todo el que desea aceptar la salvación, se le invitaba a tomarla; todo aquel que quiera tomar los beneficios de la salvación, es muy bienvenido a Cristo Jesús. Para ser salvo es único pre-requisito es desear ser salvo.

El Cristianismo es la religión donde el pecador aplica para ser librado de la ira de Dios, que es causada por el pecado, en el cristianismo el pecador aplica para obtener la gracia y la misericordia del Padre. A través del sacrificio de Cristo, y de la santificación por medio del Espíritu Santo, el pecador se vuelve un candidato para obtener la vida eterna, guardando los mandamientos y ordenanzas de Dios. El bautismo es el rito y señal publica que sella la creencia del pecador en el evangelio.

El evangelio que Cristo nos dio para predicar, es un evangelio hermoso, simple y profundo, es un verdadero privilegio ser portador de un mensaje que trae tanta esperanza y paz al pecador.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Así como los discípulos salieron para proclamar el evangelio llenos con el poder del Espíritu, también los siervos de Dios deben salir hoy. A nuestro alrededor hay campos blancos para la siega. Esos campos deben cosecharse. Debemos llevar la Palabra, llenos con un abnegado deseo de proclamar el mensaje de misericordia a los que están en las tinieblas del error y la incredulidad…

El Señor Dios ha hecho la promesa eterna de proporcionar poder y gracia a todos los que están santificados mediante la obediencia a la verdad. Jesucristo, a quien se le dio todo el poder en el cielo y en la tierra, se une en simpatía con sus instrumentos, las almas sinceras que día a día participan del pan viviente “que descendió del cielo” (Juan 6:33). La iglesia en la tierra, unida con la iglesia en el cielo, puede realizar todas las cosas (A fin de conocerle, p. 346).

A Cristo, y solo a él, se le da derecho y autoridad sobre todas las cosas. Los que pongan su confianza en él, y mantengan su profesión de fe firme hasta el fin, serán protegidos. Como discípulos de Cristo, como colaboradores suyos, debiéramos actuar íntimamente unidos. Algunos se convierten a la verdad de una manera, y a otros se los puede alcanzar mediante la aplicación de un método diferente. Por eso los obreros deben trabajar, unos en una forma, otros en otra, pero íntimamente unidos. A cada cual se le asigna su tarea…

El glorioso evangelio, el mensaje del amor redentor de Dios, debe llegar a toda la gente, y se debe manifestar en el corazón de los obreros. El tema de la gracia salvadora es un antídoto para la aspereza de espíritu. El amor de Cristo en el corazón se manifestará mediante una obra ferviente en favor de la salvación de las almas (Cada día con Dios, p. 297).

El Señor obra en forma incesante, y mientras todo el cielo participa en la tarea de conducir a los pecadores a Cristo y al arrepentimiento, ¿qué están haciendo sus discípulos para ser canales de luz y así cooperar con los agentes divinos? Se están preguntando diariamente: “Señor, ¿qué quieres que haga?” (Hechos 9:6). A semejanza de Jesús, ¿están practicando el renunciamiento propio? ¿Están profundamente conmovidos y sus corazones se derraman en oración a Dios para que los haga objeto de su gracia y les conceda sabiduría por el Espíritu Santo para trabajar con habilidad, dedicando también sus recursos para salvar a los que perecen sin Cristo? (Recibiréis poder, p. 178).

Las buenas obras son el fruto que Cristo quiere que llevemos; las palabras bondadosas, los hechos de benevolencia, de tierna consideración para con el pobre, el necesitado, el afligido. Cuando los corazones simpatizan con otros corazones agobiados por el desánimo y el pesar, cuando la mano se extiende para ayudar al necesitado, cuando se viste a los desnudos, y el forastero recibe la bienvenida a vuestra casa y a vuestro corazón, los ángeles llegan muy cerca, y semejante acción halla respuesta en el cielo. Todo acto de justicia, misericordia y benevolencia, produce melodía en el cielo (Servicio cristiano, p. 234).

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Viernes 24 de junio // Lección 13_________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Como los demás autores de los evangelios, Mateo escribió acerca de la resurrección de Jesús, pero no dijo casi nada acerca del significado de la Resurrección misma. En realidad, ninguno de los evangelistas dio alguna explicación teológica de la Resurrección, aunque está en el centro de la fe cristiana. Pablo nos da explicaciones detalladas acerca de su significado. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Cor. 15:20-22). También escribió que hemos sido “sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos” (Col. 2:12). Pedro también tiene algo que decir sobre este tema: “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quietando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo” (1 Ped. 3:21). Aunque no hay en los evangelios ninguna explicación precisa, algunos eruditos ven esto como una evidencia más de la veracidad de sus informes. Ellos escribieron muchos años después de los eventos: ¿por qué no aprovecharon para dar una explicación detallada de lo que querían que la gente creyera acerca de la Resurrección? Si fue un fraude o un engaño, ¿por qué no usaron la oportunidad para decir lo que querían que significara? En cambio, ellos cuentan la historia, sin embellecerla con alguna explicación teológica en cuanto a lo que debía significar.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. En el momento de la muerte de Jesús, el velo del Templo del Antiguo Pacto se rasgó de arriba abajo y se introdujo un Nuevo Pacto, presidido por un nuevo Sumo Sacerdote, Jesucristo. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, [tenemos] un gran sacerdote sobre la casa de Dios” (Heb. 10:19-21). ¿Cómo te sientes al saber que Cristo es ahora nuestro Sumo Sacerdote?
  2. Al estudiar el Evangelio de Mateo, ¿qué cosas te llamaron la atención con respecto al modo en que Jesús es presentado allí? ¿De qué manera este Evangelio te ayuda a comprender mejor lo que significa ser un cristiano y seguir las enseñanzas de Jesús?

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Escrito por: Tony García.
Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
http://www.sevendayradio.com
http://www.escuelasabaticamaestros.com
Madrid, España 2015

3 pensamientos en “LECCIÓN 13 – CRUCIFICADO Y RESUCITADO – PARA EL 25 DE JUNIO DE 2016

  1. Excelente , todo explicación a las dudas

  2. el estudio de la leccion, los comentarios y el espiritu de profesia esta muy bien pero quiero ver la explicacion en video eso lo haces tambien o tengo que suscribirme en otra pagina porfa respuesta a mi inquietud.

  3. Brillante comentario, muy completo. Que Dios les bendiga
    Sergio.

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