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LECCIÓN 1 – PABLO: APÓSTOL A LOS GENTILES – PARA EL 1 DE JULIO DE 2017

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 Travelling to Damascus on Horseback

 «Conversion de Paulo» por Nicolas-Bernard Lepicie, 1767 – Francia


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Letra Negra: Lección de Escuela Sabática

Letra Ocre: Lección de Escuela Sabática 

Letra Roja: La Biblia

Letra Café: Nuestro comentario

Letra Azul: Espíritu de profecía


Lección 1: Para el 1º de julio de 2017

PABLO: APÓSTOL A LOS GENTILES

Sábado 24 de junio______________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Hechos 6:9-15; 9:1-9; 1 Samuel 16:7; Mateo 7:1; Hechos 11:19-21; 15:1-5.

PARA MEMORIZAR:

“Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (Hech. 11:18).

NO ES DIFÍCIL ENTENDER A SAULO DE TARSO, y por qué hizo lo que hizo. Siendo un judío devoto, a quien durante toda su vida le enseñaron la importancia de la Ley y de la inminente redención política de Israel, la idea de que el tan anhelado Mesías fuera ejecutado ignominiosamente como el peor de los criminales fue demasiado para que Saulo la tolerara.

No es de sorprender, entonces, que estuviera convencido de que los seguidores de Jesús eran desleales a la Torá y, por lo tanto, entorpecían el plan de Dios para Israel. Pablo creía que las aseveraciones de que el Jesús crucificado era el Mesías y de que había resucitado de entre los muertos eran apostasía abierta. No podía haber tolerancia para esa clase de tonterías ni para nadie que se rehusara a abandonar esas ideas. Saulo estaba decidido a ser el agente de Dios para erradicar de Israel estas creencias. Así, aparece primeramente en las páginas de la Escritura como un perseguidor violento de aquellos que creían que Jesús era el Mesías.

Sin embargo, Dios tenía planes muy diferentes para Saulo, planes que nunca habría podido prever por sí mismo: este judío no solamente predicaría que Jesús era el Mesías, ¡predicaría entre los gentiles!

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Después de la muerte de Esteban, se levantó contra los creyentes de Jerusalén una persecución tan violenta que “todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria.” Saulo “asolaba la iglesia entrando por las casas: y trayendo hombres y mujeres, los entregaba en la cárcel.” En cuanto a su celo en esta cruel obra, él dijo ulteriormente: “Yo ciertamente había pensado deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret: lo cual también hice en Jerusalén, y yo encerré en cárceles a muchos de los santos…. Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extrañas.” Por las palabras de Saulo: “Cuando eran matados, yo di mi voto,” puede verse que Esteban no era el único que sufrió la muerte (Hechos 26:9-11) (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, p. 85).

Saulo de Tarso compartía en toda su intensidad el orgullo y los prejuicios de su nación. Cuando aún era joven, llegó a ser un honrado miembro del Sanedrín. Se lo tenía por hombre promisorio, y celoso defensor de la antigua fe.

En las escuelas militares de Egipto, Moisés había aprendido la ley de la fuerza, y esta enseñanza influyó tanto en su carácter, que fueron necesarios cuarenta años de quietud y comunión con Dios y la naturaleza, a fin de prepararlo para dirigir a Israel según la ley del amor. Pablo tuvo que aprender la misma lección.

A las puertas de Damasco, la visión del Crucificado cambió todo el curso de su vida. El perseguidor se convirtió en discípulo, el maestro en alumno. Los días de oscuridad pasados en la soledad, en Damasco, fueron como años para su vida. Su estudio lo constituían las Escrituras del Antiguo Testamento, atesoradas en su memoria, y Cristo era su Maestro. También fue para él una escuela la soledad de la naturaleza. Fue al desierto de Arabia para estudiar las Escrituras y aprender de Dios. Limpió su alma de los prejuicios y las tradiciones que habían amoldado su vida y recibió instrucción de la Fuente de verdad.

Su vida ulterior fue inspirada por el principio de la abnegación, el ministerio del amor. “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios—dijo—soy deudor” (Romanos 1:14) “El amor de Cristo nos constriñe” (2 Corintios 5:14) ( La educación, {ED}, pp. 64, 65).

El erudito Saulo fue un instrumento poderoso en manos de Satanás para llevar adelante su rebelión contra el Hijo de Dios; pero Alguien más poderoso que Satanás había seleccionado a Saulo para que ocupara el lugar del mártir Esteban y trabajara y sufriera por su nombre (La historia de la redención, {HR}, p. 278).

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Lección 1 //   Domingo 25 de junio_______________________________________________

PERSEGUIDOR DE CRISTIANOS

Saulo de Tarso aparece primeramente en Hechos involucrado con el apedreamiento de Esteban (Hech. 7:58) y luego en conexión con la persecución de mayor escala que estalló en Jerusalén (Hech. 8:1-5). Pedro, Esteban, Felipe y Pablo juegan un papel importante en el libro de Hechos porque participaron de acontecimientos que llevaron a la propagación de la fe cristiana más allá del mundo judío. Esteban tiene especial importancia porque su predicación y martirio parecen haber tenido una profunda influencia en Saulo de Tarso.

Esteban era judío de habla griega, y uno de los siete diáconos originales (Hech. 6:3-6). Según Hechos, un grupo de judíos extranjeros que habían venido a vivir a Jerusalén (Hech. 6:9) entró en disputa con Esteban por el contenido de su predicación acerca de Jesús. Es posible, y hasta probable incluso, que Saulo de Tarso haya estado involucrado en estos debates.

Lee Hechos 6:9 al 15. ¿Qué cargos se levantaron contra Esteban? ¿Qué te recuerdan estas acusaciones? (Ver también Mat. 26:59-61.)

Hechos 6:9-15

 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.  10 Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.  11 Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.  12 Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio.  13 Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley;  14 pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés.  15 Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel.

Mateo 26:59-61

59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte,  60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos,  61 que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.

La feroz hostilidad contra la predicación de Esteban parece haber sido el resultado de dos cosas diferentes. Por un lado, Esteban despertó la ira de sus oponentes al no darle importancia primordial a la ley judía y al Templo, que se habían convertido en el punto focal del judaísmo, y eran símbolos atesorados de identidad religiosa y nacional. Pero Esteban hizo más que meramente desestimar estos dos íconos atesorados; proclamó vigorosamente que Jesús, el Mesías crucificado y resucitado, era el verdadero centro de la fe judía.

No es de extrañar, entonces, que haya hecho enojar a Saulo el fariseo (Fil. 3:3- 6), cuyo celo contra los primeros cristianos indica que probablemente pertenecía a una facción estricta y militante de los fariseos, llena de un fervor revolucionario. Saulo vio que las grandes promesas proféticas del Reino de Dios aún no se habían cumplido (Dan. 2; Zac. 8:23; Isa. 40:55), y posiblemente creía que era su deber ayudar a Dios a apresurar ese día, limpiando a Israel de la corrupción religiosa, incluyendo la idea de que este Jesús era el Mesías.

Convencido de estar en lo cierto, Saulo estaba dispuesto a condenar a muerte a quienes consideraba equivocados. Aunque necesitamos celo y fervor por lo que creemos, ¿cómo aprendemos a moderar nuestro celo al percatarnos de que, a veces, podemos estar equivocados?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

El nombre Pablo proviene del griego Páulos, del latín Paulus, y del hebreo Shazul que significa «Pedido a Dios«, es decir «Prestado a Dios»
A Pablo se le conoce por el nombre de Saulo hasta el capítulo 13 de los Hechos, y de allí en adelante se le comienza a llamar con el nombre de Pablo. Se ha especulado mucho acerca del cambio de nombre de Saulo a Pablo. La respuesta más aceptable es que posiblemente él usara más de un nombre; un nombre en hebreo «Saulo», y un nombre greco-romano «Pablo». Posiblemente usaba el nombre hebreo con los judíos y su familia, pero usaba su nombre greco-romano en la ciudad donde nació. También usar el nombre de Pablo, estaría más en armonía con su ciudadanía romana.
Era de mucha ventaja para él usar su nombre «Pablo» cuando predicaba el evangelio al mundo gentil, ya que para el mundo gentil era más fácil aceptar a un romano predicando de Jesús que a un Judío predicando de Jesús.
Pablo era judío de nacimiento, así como también su educación. Era de la tribu de Benjamín, y posiblemente le pusieron su nombre en honor de Saúl, el primer rey de Israel que también era de la tribu de Benjamín (Saul-Saulo-Shazul). Se sabe muy poco de su familia, de acuerdo con la Biblia; su padre era también judío-fariseo aunque poseía ciudadanía romana también y también la Biblia menciona que tenía una hermana por lo menos.
Pablo nació en el Asia menor, en la ciudad de Tarso, una ciudad sobresaliente por su cultura, ciencia, educación y filosofía. En esta ciudad se mezclaban las costumbres griegas, romanas y judías.
Hay un documento del siglo II DC (después de Cristo), que sostiene que la familia de Pablo fue llevada esclava a Tarso por los romanos, en el año 2 antes de Cristo. Allí en Tarso, más tarde se les otorgó la libertad y al mismo tiempo la ciudadanía romana; si esto es verídico posiblemente ésta fue la forma en que él y su familia consiguieron la codiciada ciudadanía romana de esa época. Otros afirman que Pablo pagó por la ciudadanía romana (ver Hechos 22:21).
Pablo fue una persona muy estudiada, se sabe que hablaba el hebreo, el griego, el arameo y muchos sostienen que también hablaba el latín. Parte de su educación la recibió a los pies de uno de los rabinos más sabios y prudentes de la época como lo fue Gamaliel, es allí donde fue enseñado en una de las órdenes religiosas más rigurosas de esa época: los fariseos.
En Hechos 6: 9-10 encontramos que nadie podía contrarrestar la sabiduría y el espíritu con que hablaba Esteban. En la muerte de Esteban, Saulo estuvo presente consintiendo en este acto; esto marca el primer contacto conocido de Saulo con el cristianismo.
Hay ciertos eruditos de la Biblia que sostienen que Saulo fue uno de los que perdió el debate ante Esteban. También el espíritu de profecía sostiene que Saulo debatió teológicamente con Esteban, y salió perdedor en el debate. Su odio se encendió más contra el cristianismo cuando pudo contemplar la muerte de Esteban, escuchó de Esteban las palabras de amor y perdón hacia sus verdugos, también vio la aprobación de Dios a la oración de Esteban, y pudo ver cómo el rostro de Esteban brillaba con la gloria del cielo.
«Esteban era muy activo en la causa de Dios y compartía su fe valerosamente. “Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Silicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al espíritu con que hablaba” (Hechos 6:9). Estos discípulos de los grandes rabinos confiaban en que en un debate público podrían obtener una victoria completa sobre Esteban basándose en su supuesta ignorancia. Pero no solamente hablaba éste con el poder del Espíritu Santo, sino que resultó evidente para toda esa vasta asamblea que también era un estudioso de las profecías y versado en todos los asuntos relativos a la ley. Defendió con capacidad las verdades que profesaba, y derrotó totalmente a sus oponentes.» {Historia de la Redención – HR 273.1}
 
«Los sacerdotes y gobernantes que fueron testigos de la maravillosa manifestación de poder que acompañaba el ministerio de Esteban se llenaron de amargo odio. En lugar de ceder al peso de la evidencia que él presentaba, decidieron silenciar su voz dándole muerte.» {HR 273.2}
 
«Por lo tanto prendieron a Esteban y lo hicieron comparecer delante del Sanedrín para someterlo a juicio.» {HR 273.3}
 
«Se convocó a eruditos judíos de los países circunvecinos con el propósito de que refutaran los argumentos del acusado. Saulo, que se había distinguido como celoso oponente de la doctrina de Cristo y perseguidor de todos los que creían en él, también se hallaba presente. Este erudito se puso en contra de Esteban en forma destacada. Empleó todo el peso de la elocuencia y la lógica de los rabinos en este caso, para convencer a la gente de que Esteban predicaba doctrinas engañosas y peligrosas.» {HR 274.1}
 
«Pero Saulo encontró en Esteban a alguien tan educado como él mismo, y que tenía una plena comprensión de los propósitos de Dios al diseminar el Evangelio por todas las naciones. Creía en el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, y estaba sumamente bien fundado con respecto a los privilegios de los judíos; pero su fe era más amplia, y sabía que había llegado el tiempo cuando los verdaderos creyentes adorarían no sólo en templos hechos por manos de hombres, sino en todo el mundo los hombres podrían adorar a Dios en espíritu y en verdad. Había caído la venda de los ojos de Esteban, y percibía el propósito por el cual tantas cosas habían sido abolidas con la muerte de Cristo.» {HR 274.2}
 
El martirio de Esteban causó una profunda impresión en todos los que fueron testigos del hecho. Significó una dura prueba para la iglesia, pero dio como resultado la conversión de Saulo. La fe, la constancia y la glorificación del mártir no pudieron desaparecer de su memoria. El sello de Dios estampado en su rostro, sus palabras, que alcanzaron a cada alma de todos los que lo escucharon, excepto de los que se endurecieron por resistir la luz, permanecieron en la memoria de los presentes y dieron testimonio de la verdad de lo que él había proclamado.{HR 277.3}
 
No se pronunció sentencia legal en el caso de Esteban, pero las autoridades romanas recibieron grandes sumas de dinero para no investigar el caso. Saulo parecía imbuido de un celo frenético en ocasión del juicio y la muerte de Esteban. Parecía enfurecido por su secreta convicción de que Esteban había sido honrado por Dios en el mismo momento cuando los hombres lo deshonraban. {HR 278.1}
 
Después de su conversión, cuando Ananías le devuelve la vista por orden de Dios y le informa que ha pasado de perseguidor a perseguido, Pablo comienza sus incansables viajes misioneros, ganándose así el título de «El apóstol de los Gentiles». Incontables son sus sufrimientos, incontables son sus dolencias; indescriptible es su abnegación por la predicación del evangelio.
Pablo termina en Roma por su apelación a César, donde permanece 2 años en espera de juicio. Al final de estos dos años es absuelto por Nerón. Las cartas de 1 Timoteo y de Tito muestran que Pablo realizó otros viajes después de su primer encarcelamiento. Hay un documento que lo escribe Clemente de Roma donde afirma que Pablo pudo predicar del Este hasta el Oeste.
Hay otro documento llamado el Fragmento Muratoriano o Canon de Muratori donde se sostiene que Pablo estuvo en España. En Hechos 15: 24 al 28 Pablo menciona su deseo de ir a España. Posiblemente en este tiempo de libertad pudo cumplir su deseo de visitar España, Filipos, Macedonia, Éfeso, Corinto, y Creta.
La Biblia guarda silencio en cuanto al segundo arresto de Pablo. Muchos creen que esto sucedió cuando Nerón desató la cruel persecución contra el cristianismo; se cree que su segundo arresto fue en Troas.

El espíritu de profecía comenta su segundo arresto, y esto es lo que declara: 
«La mala voluntad del emperador hacia Pablo subió de punto por el hecho de que algunos miembros de la familia imperial, como asimismo otras personas distinguidas, se habían convertido al cristianismo durante su primera prisión. Por eso contribuyó a que su segundo encarcelamiento fuera mucho más severo que el primero, le dio muy poca oportunidad de predicar el Evangelio y decidió terminar con esa vida tan pronto como pudiera encontrar un pretexto plausible para hacerlo. La mente de Nerón fue tan impresionada por la fuerza de las palabras del apóstol en su último juicio que postergó la decisión acerca del caso sin dejarlo en libertad ni condenarlo. Pero la sentencia sólo fue diferida. No pasó mucho tiempo hasta que se dio a conocer la decisión que destinaba a Pablo a ocupar la tumba de un mártir. Puesto que era ciudadano romano, no podía ser sujeto a tortura, y por lo tanto se lo sentenció a ser decapitado». – {HR 330.3}
De acuerdo con la tradición, Pablo fue confinado en la cárcel Mamertina, donde fue encadenado como un preso común; fue aquí donde escribió la segunda carta a Timoteo.
La mayoría de historiadores cristianos de la época de Pablo concuerdan en que Pablo murió bajo el mandato de Nerón, aunque no se sabe exactamente la fecha de su muerte; se cree que murió entre el año 66 y el 68. En el año 68 ocurrió la muerte de Nerón. Pablo murió decapitado en algún lugar de la vía Ostia, importante carretera en la ciudad de Roma.
Antes de su muerte, Pablo escribió su propio epitafio: «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida» Este es un epitafio hermoso y perfecto para escribir sobre su lápida, describiendo su vida y su misión en esta tierra.
El poder de la religión cristiana excita las más fuertes pasiones de los seres humanos; el cristianismo es un sabor «de vida para vida o de muerte para muerte»: el cristianismo salva o mata.
Si en estos días modernos no tenemos enemigos, es porque tampoco tenemos evangelio; pasamos sin dificultades nuestra vida porque no molestamos a nadie por sus pecados o prejuicios. No somos mártires porque toleramos todo tipo de idolatría y pecados de nuestros vecinos y conocidos. En el tiempo de los apóstoles el cristianismo atacó a las formidables fortalezas del pecado, de la concupiscencia y de la idolatría, y obtuvieron de ellos las más sangrientas olas de venganza.

El primer miembro del cristianismo que murió fue Ananías y el segundo miembro de la iglesia cristiana en morir fue su esposa Safira. Hay ciertas religiones que creen que la ley quedó abolida con la muerte de Jesús. Ellos creen que antes de que Jesús muriera, se vivía bajo la ley solamente y que bajo esa ley, el transgresor moría inmediatamente por su pecado. Ellos también creen que después de la muerte de Cristo, ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia.
La historia de Ananías y Safira, es una gran reprimenda para este grupo de personas. Dios le quitó la vida a una pareja, por mentir y por robar, exactamente como lo hacía con el pueblo del Israel antiguo, en los días de Moisés y de sus sucesores.
¿Cómo pueden ellos explicar la muerte de Ananías y Safira por Dios, si ya para este tiempo no se  estaba viviendo bajo la ley sino bajo la gracia solamente, según afirman ellos? No hay manera de explicarla; la única explicación satisfactoria es que el hombre desde Adán hasta ahora, siempre ha vivido bajo la ley y también bajo la gracia.
Las tumbas de Ananías y Safira eran dos sepulcros nuevos donde había un tipo de lamentación sin esperanzas, eran tumbas tristes, tumbas de mentirosos, tumbas de gente hipócrita. Ninguno de nosotros desea ser puesto en ese tipo de tumba, donde la persona se recuerda por su mal proceder y por sus malas decisiones. Eso es, precisamente, lo que hace que en el fondo del corazón del humano se abrigue ese frío sentimiento de pérdida eterna.
La nueva tercera tumba que se abre es muy diferente: es para el segundo mártir del cristianismo, es la tumba para un santo hombre, una tumba llena de mucha paz y de muchas promesas y esperanza. Aunque el camino fue duro para Esteban, el descanso es dulce y profundo, aún se encuentra allí en su tumba y su nombre también se encuentra registrado en el libro de la vida. Esteban se encuentra a un paso de conseguir la eternidad.
«2 Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban»: Eran hombres «piadosos». La Biblia no los describe como ricos o estudiados, ni con títulos académicos; la Biblia los describe como personas buenas: eran piadosos, eran virtuosos, eran leales a ellos mismos, eran leales a su prójimo, eran leales a Dios, eran cristianos de alta calidad, eran un grupo selecto.
Usualmente a los funerales asisten personajes muy mezclados. Hay quienes asisten a los funerales por principios equivocados: algunos asisten a un funeral porque el fallecido era un buen cliente, o porque el fallecido era un vecino; otras veces se atiende a un funeral por conexiones familiares, muchas veces por la necesidad de poner al difunto fuera del camino lo más pronto posible; otras veces se concurre a un funeral por obligación y moral religiosa. Pero el funeral de Esteban no era mezclado; el funeral de Esteban era de gente piadosa solamente. ¡Oh santo entierro, para un santo hombre, realizado por santos dolientes!
Juan Huss, momentos antes de morir, dijo al hombre que componía la leña para la hoguera las siguientes palabras: «Oh, santa simplicidad, Dios os enviará una luz mucho mejor. En este momento ustedes van a quemar a un ganso, pero detrás de mí vendrá un cisne y ese cisne sí podrá escapar del fuego de la hoguera de ustedes.» El apellido Huss significa ganso en el idioma alemán, y el apellido Lutero significa en el idioma alemán cisne.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Saulo de Tarso estaba presente y tomó muy activa parte contra Esteban, aportando todo el peso de su elocuencia y la lógica de los rabinos a fin de convencer a las gentes de que Esteban predicaba falsas y perniciosas doctrinas. Pero Saulo encontró en Esteban un varón que comprendía plenamente los designios de Dios en la difusión del Evangelio por las demás naciones…

Cuando interrogaron a Esteban respecto de si eran ciertas las acusaciones formuladas contra él, defendióse con clara y penetrante voz que resonó en toda la sala del concilio. Con palabras que cautivaron al auditorio, procedió a repasar la historia del pueblo escogido de Dios…

Al llegar Esteban a este punto, se produjo un tumulto entre los oyentes. Cuando relacionó a Cristo con las profecías, y habló de aquel modo del templo, el sacerdote rasgó sus vestiduras, fingiéndose horrorizado. Esto fué para Esteban un indicio de que su voz iba pronto a ser acallada para siempre. Vió la resistencia que encontraban sus palabras y comprendió que estaba dando su postrer testimonio…

Obrando más bien como fieras que como seres humanos, se abalanzaron contra Esteban crujiendo los dientes. El preso leyó su destino en los crueles rostros que le cercaban, pero no se inmutó. No temía la muerte ni le aterrorizaban los furiosos sacerdotes ni las excitadas turbas. Perdió de vista el espectáculo que se ofrecía a sus ojos, se le entreabrieron las puertas del cielo, y vió la gloria de los atrios de Dios y a Cristo que se levantaba de su trono como para sostener a su siervo (Los hechos de los apóstoles, {HAp} pp. 81, 82).

Debemos ser alumnos de la escuela de Cristo. No podremos imitar su ejemplo a menos que nuestra disposición sea placentera y nuestro comportamiento sea benigno. Debemos cultivar la verdadera cortesía cristiana. Nadie más puede disminuir nuestra influencia como nosotros mismos mediante la indulgencia y el temperamento incontrolable. Un hombre de naturaleza petulante no conoce la verdadera felicidad y raramente se siente satisfecho. Siempre ansía alcanzar una posición más favorable para conseguir paz y reposo para la mente. Su vida parece cargada con pesadas cruces y pruebas cuando, si hubiese controlado su temperamento y puesto una brida a su lengua, podría haber evitado muchas de esas insatisfacciones. “La blanda respuesta quita la ira” (Proverbios 15:1). La venganza nunca ha vencido a un enemigo. Un carácter equilibrado ejerce una buena influencia en todos los que se encuentran alrededor; pero “como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda” (Proverbios 25:28) (Testimonios para la iglesia, {4TI}, t. 4, p. 361).

Dios puede hacer a los hombres humildes poderosos en su servicio. Los que responden obedientes al llamado del deber, desarrollando sus capacidades hasta el máximo grado, pueden estar seguros de que recibirán ayuda divina. Los ángeles vendrán como mensajeros de luz en ayuda de aquellos que quieran hacer todo lo que puedan de su parte, y después confíen en que Dios cooperará con sus esfuerzos…

El pecado ha mancillado la imagen divina en el hombre. Esta puede ser restaurada por Cristo, pero es únicamente por la oración ferviente y la conquista del yo como podemos llegar a ser partícipes de la naturaleza divina…

Los que realmente se esfuercen en la viña del Señor serán hombres de oración, fe, abnegación,—hombres que dominarán los apetitos y pasiones naturales. En su vida darán evidencia del poder de la verdad que presentan a otros; y sus labores no quedarán sin efecto (Obreros evangélicos, {OE}, p. 83).

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Lunes 26 de junio // Lección 1___________________________________________________

LA CONVERSIÓN DE SAULO

“Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hech. 9:5).

 Aunque la persecución de Pablo a la iglesia temprana comienza más bien con discreción (ya que solo sostiene los mantos de los ejecutores de Esteban), rápidamente se intensifica (ver Hech. 8:1-3; 9:1, 2, 13, 14, 21; 22:3-5). Muchas de las palabras que usa Lucas para describir a Saulo pintan el cuadro de una bestia feroz o un soldado merodeador que está obstinado en destruir a su oponente. En la traducción griega del Antiguo Testamento (Sal. 80:13), se utiliza la palabra traducida como “asolar”, en Hechos 8:3, por ejemplo, para describir el comportamiento descontrolado y destructivo de un puerco montés. La cruzada de Saulo contra los cristianos evidentemente no era un asunto de compromiso o conveniencia; era un plan deliberado y sostenido para exterminar la fe cristiana.

Lee las tres descripciones de la conversión de Saulo (Hech. 9:118; 22:621; 26:1219). ¿Qué papel jugó la gracia de Dios en esta experiencia? En otras palabras, ¿cuánto merecía Saulo la bondad que el Señor mostró hacia él?

Hechos 9:1-18

1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote,  y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.  Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;  y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?  El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.  El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.  Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.  Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,  donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.  10 Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.  11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora,  12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.  13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;  14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.  15 El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;  16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.  17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.  18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.

Hechos 22:6-21

Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo;  y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?  Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.  Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.  10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas.  11 Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco.  12 Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban,  13 vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré.  14 Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.  15 Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.  16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.   17 Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis.  18 Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí.  19 Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti;  20 y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.  21 Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.

Hechos 26:12-19

12 Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes,  13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo.  14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.  15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.  16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,  17 librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío,  18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.  19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial,

 La conversión de Saulo, desde una perspectiva humana, debió haber parecido imposible (de ahí el escepticismo que muchos expresaron al enterarse).

Lo único que merecía Saulo era ser castigado; pero en vez de eso, Dios extendió su gracia a este judío ferviente. Sin embargo, es importante notar que la conversión de Saulo no sucedió en un vacío, ni tampoco fue forzada.

Saulo no era ateo. Era religioso, aunque muy equivocado en su comprensión de Dios. Las palabras de Jesús a Pablo, “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hech. 26:14), indican que el Espíritu había estado convenciendo a Saulo. En el mundo antiguo, un “aguijón” era un palo puntiagudo o picana que se usaba para espolear a los bueyes cuando se resistían a arar. Saulo había resistido los espoleos de Dios por un tiempo, pero finalmente, de camino a Damasco, mediante un encuentro milagroso con el Jesús resucitado, Saulo decidió no luchar más.

Piensa en tu propia experiencia de conversión. Quizá no fue tan dramática como la de Pablo (la mayoría no lo es), pero ¿hay alguna similitud en la manera en que recibiste la gracia de Dios? ¿Por qué es importante no olvidar nunca lo que hemos recibido en Cristo?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Martin Lutero dijo: «Dios es el más grande artífice del universo, solamente se complace con las obras de arte más complicadas y difíciles, nunca se conforma con obras de artes simples y sencillas. Es por eso que desde los antiguos tiempos, él siempre escoge las piedras y las maderas más duras, para poder demostrar su gran habilidad, maestría y sabiduría.»
Esta es la historia de una de las más finas obras de arte de Jesús en un hombre, ésta es la historia de la conversión de Saulo.
Saulo se dirigía a Damasco, que se cree que es la ciudad más antigua del mundo. Damasco aparece en la historia de Abraham, y  la tradición dice que  éste fue el lugar donde Caín asesinó a Abel. David había colocado sus guarniciones militares en Damasco.
Sus ríos Abana y Farfar se creía que tenían mucho mejores aguas que todas las aguas de Israel. Damasco negociaba con Tiro, exportando los afamados vinos de Helbón y también la lana blanca.
Damasco en la historia fue tomada primero por Parmenión para el conquistador griego Alejandro Magno, y más tarde fue conquistada por Pompeyo. La ciudad fue famosa porque se convirtió en un centro del islamismo y también por su belleza natural, sus hermosos ríos, sus valles fértiles, y por sus jardines de rosas.
Hay muchas personas de renombre que llegaron a Damasco: Abraham se acercó a Damasco, también Elías cuando venía de Samaria, Acab se reunió allí con el rey de Asiria, y otro personaje  que estuvo en esa ciudad fue también Mahoma. Cuenta la historia que cuando Mahoma llegó cerca de la ciudad y la contempló, dijo: «El hombre sólo puede tener un paraíso en su vida, y el mío está arreglado en los cielos». E inmediatamente salió de Damasco, ya que temió que la hermosura de la ciudad lo apartara de su misión espiritual.
También Saulo llegó cerca de Damasco; lo que Saulo desconocía eran las profundas emociones, la grande experiencia, y los cambios que este viaje haría en él por el resto de su vida. Tampoco el diablo sabía que en ese camino a Damasco perdería al campeón de la inquisición y además de todo eso, encontraría en Saulo a uno de los más grandes enemigos, opositor y combatiente de las obras y de las huestes del mal.
Felipe se había convertido en el evangelista por excelencia, podía evangelizar a multitudes como a individuos, acababa de terminar la gran obra con el eunuco de Etiopía.
¿Por qué Dios no mandó a Felipe a evangelizar al siguiente converso, que era Saulo? Él ya tenía la experiencia, podía andar en carruajes, ya había tenido éxito con el eunuco, podía tener éxito con Saulo también.
No, ningún hombre iría a persuadir a Saulo. Saulo tenía que ser golpeado por la luz divina, del cielo directamente: la conmoción, la naturaleza y la experiencia del especial llamado divino, se harían cargo de él.
El cristianismo ha forjado en la conciencia de los humanos cambios indescriptibles. Saulo era un hombre único en muchos sentidos de la vida: era un hombre de conciencia, era un excelente fariseo, y era muy sincero. No hay cosa más terrible para la humanidad, que enfrentar a una persona con una conciencia honesta, pero que está basada en el error y en el pecado.
Habían pasado aproximadamente dos años después de la ascensión de Cristo, Saulo por esos dos años se había convertido en un fanático religioso ciego; su trabajo lo desempeñaba muy bien, y con mucha presteza y con mucho celo. Saulo estaba en la flor de la juventud, tenía aproximadamente treinta años de edad cuando Dios lo llamó. Su educación era extremadamente fuerte, su temperamento natural era impetuoso, y su celo religioso-farisaico era extremo.
Pablo era una persona muy eminente por las siguientes razones:
1-Tenía un intelecto fuerte y muy desarrollado; este mismo intelecto le daba poder a sus pasiones
2-Tenía impulsos fuertes; este impulso la daba fuerza a todos sus propósitos
3-Tenía una diligencia invencible; esto lo empujaba a tener gran crueldad sin retroceder
4-Era práctico; había legalizado sus planes de persecución, cumplía su cometido pronta y completamente
Saulo no había parado por un momento para examinar las causas de los méritos del cristianismo. Saulo estaba convencido de que su religión «farisaica» tenía su origen en Dios; de esa manera había llegado a la conclusión de que el cristianismo, que se había convertido en una religión rival, no podía tener un origen divino.
Muchas veces Dios permite que el hombre avance en una mala causa, para hacer su arresto más abrupto, para hacer su final más notorio. Dios no paró a Saulo en Jerusalén, ni en Palestina; antes bien, se le interpuso en el camino a Damasco, y con una fuerte luz paró en un momento la notable y brillante carrera de Saulo.
Para un hombre de tal calibre, una revelación y un llamado del mismo calibre:
-El símbolo del llamado; una luz del cielo, probablemente la misma gloria de Dios llamada Shekinah
-Un llamado enfático: «Saulo, Saulo» se repitieron las mismas expresiones de Jesús anteriormente: «Marta, Marta»; «Simón, Simón»
-Un llamado excitante: » ¿Por qué me persigues? ¿Qué mal te he hecho?
Este llamado lo pone en contacto divino: el grupo de hombres llegaba a la ciudad después de 135 millas (217 Km) de camino aproximadamente; allí estaba el príncipe de la religión farisea, montando su caballo, de nacionalidad romana, judío de sangre, dominador de varios idiomas, graduado de una de las escuelas más finas de Israel y teniendo como profesor al eminente Gamaliel, allí estaba Saulo muy orgulloso de su trabajo y cargando en sus bolsillos documentos gubernamentales que legalizaban la aniquilación del cristianismo.
Posiblemente por su temperamento y liderazgo siempre corría con su caballo adelante de sus compañeros, y allí, sin pensar en un momento en su honor y en su dignidad, en cuestión de segundos lo podemos encontrar en el suelo junto con sus acompañantes. 
De repente se prende un nuevo sol y este nuevo sol opaca el sol normal del mediodía, el Sol de Justicia con su gloria divina envolvió al impetuoso viajero. El resplandor fue insoportable, los caballos retrocedieron y sus montadores fueron lanzados a tierra. Ciego como una piedra exclamó y preguntó: «¿Quién eres, Señor?»  Jesús contestó: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.»
El encuentro con Jesús había transformado al gran hombre en un pequeño niño, por eso preguntó con sagrada  curiosidad ¿Quién eres, Señor? También por eso preguntó con discreción infantil: ¿Qué quieres que haga, Señor? En ese momento glorioso, excitante y estremecedor, nace uno de los más grandes predicadores de todos los tiempos, de esa caída violenta se levanta posiblemente el más ilustre apóstol; a pesar de todas las inconveniencias del camino, ese fue el viaje más hermoso que le pudo acontecer a Saulo en toda su vida.
¿Qué le pasó a Saulo? Tenía que haber entrado en la ciudad como un torbellino destructor y entró como un pobre ciego limosnero: «llevándole por la mano, le metieron en Damasco» A Saulo se le tenía que dar la bienvenida a las puertas de Damasco como el exterminador de la herejía, pero pasó todo lo contrario, fue llevado dentro de la ciudad como un indefenso inválido. La aflicción siempre vence a todos aquellos que tienen fuerzas que no son de orígenes celestiales. 
¿Qué quieres que yo haga? 
Una entera revolución comenzó en la vida de Saulo: cayó como pecador y se levantó como santo; cayó como incrédulo y se levantó como un campeón en la fe; cayó odiando el evangelio y se levantó como un apóstol del evangelio; cayó como un blasfemo y se levantó como un mártir; Saulo cayó odiando a Cristo y se levantó para vivir y morir por Cristo.
«Dura cosa te es dar coces contra el aguijón»
Esta figura ha sido tomada de los agricultores que en el tiempo antiguo usaban una yunta de bueyes para arar la tierra. El instrumento que el agricultor usaba para conducir los bueyes, era una garrocha o una vara de madera que en la punta tenía una pieza de acero puntiaguda en forma de clavo. Este instrumento es conocido en español bajo el nombre de «puya» o “picana”.  Posiblemente usted lo conozca como banderilla, dardo, remoquete, rehilete, vareta, puntada, alfilerazo, etc.
Cuando se está conduciendo una yunta de bueyes ya sea que halen una carreta o que estén arando, éste es el instrumento necesario para hacer que los bueyes caminen, giren o paren. Usualmente la picana se aplica al muslo del animal. Cuando se usa en el muslo del animal, la tendencia natural del animal es darle una patada a la punta de la picana, causándose a ellos mismos un dolor más grave de lo normal, por la acción de la misma patada.
«Dar coces contra el aguijón» lo pudiéramos fácilmente traducir como: darle patadas a la punta de la picana o puya, o darle patadas a la punta de un clavo. 
«Dar coces contra el aguijón» es una escena vívida de un hombre que es dañado y torturado por su misma conciencia quebrantada.
Había algo en Saulo que lo revelaba en contra del crimen que estaba ejecutando contra el cristianismo; había algo que le sugería que estaba luchando en contra de Dios.
Es muy fácil descubrir estos pensamientos cuando nacen en nuestra mente. Saulo había sido educado a los pies del eminente Gamaliel, quien era un defensor de la humanidad y un impulsor de la tolerancia religiosa. Su abuelo Hillel es considerado por la historia hebrea como un notable y piadoso rabino, el Gran Raboni; se atribuye a este sabio líder judío haber acuñado “las ocho palabras que pueden cambiar al mundo”: SI NO YO, ¿QUIÉN? SI NO AHORA, ¿CUÁNDO? Gamaliel había aconsejado al Sanedrín que dejara en paz al mundo cristiano.
Saulo estaba muy joven para tener un trabajo tan desagradable y tan espantoso como lo era trabajar de inquisidor; él había podido observar el noble carácter y excelente comportamiento de los cristianos, en especial el de Esteban, primer mártir del cristianismo.
Había observado el comportamiento de Esteban en su muerte, había escuchado su noble defensa, había visto resplandecer su rostro como el de un ángel, había escuchado su oración pidiendo perdón por los que le asesinaban. ¿Podrían ser estas gentes enemigas de Dios?
Había presenciado un poquito de la vida social de los cristianos cuando entraba a sus casas para arrestarlos. Ese comportamiento de pureza y de amor, ¿era acaso un producto de los poderes de las tinieblas? ¿La serenidad y paz con la cual los cristianos esperaban sus sentencias eran acaso un producto de la casualidad? No; definitivamente no, y todas estas cosas posiblemente hacían eco en la perturbada mente de Saulo. 

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La mente de Saulo fue sumamente conmovida por la muerte triunfante de Esteban. Sus prejuicios fueron sacudidos; pero las opiniones y los argumentos de los sacerdotes y gobernantes finalmente lo convencieron de que Esteban era blasfemo; que Jesucristo a quien él predicaba era un impostor y que los que desempeñaban oficios sagrados debían tener razón. Puesto que era un hombre de mente decidida y firmes propósitos, su oposición al cristianismo fue sumamente incisiva una vez que se convenció de que las opiniones de los sacerdotes y escribas eran correctas. Su celo lo indujo a dedicarse voluntariamente a perseguir a los creyentes. Logró que algunos santos fueran arrastrados ante los concilios, encarcelados o condenados a muerte sin ninguna evidencia de ofensa, salvo su fe en Jesús (La historia de la redención, {HR}, p. 280).

A semejanza de muchos actualmente, antes de su conversión Pablo tenía mucha confianza en una piedad hereditaria, pero su confianza se fundaba en una falsedad. Era una fe sin Cristo porque confiaba en formas y ceremonias. Su celo por la ley estaba separado de Cristo y no tenía valor. Su jactancia consistía en que él era impecable en su realización de las obras de la ley, pero rechazaba al Cristo que daba valor a la ley. Confiaba en su propia justicia. Dice: “Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto” (Hechos 26:9, 10). Durante un tiempo, Pablo hizo una obra muy cruel, pensando que estaba realizando el servicio de Dios, pues dice: “Lo hice por ignorancia, en incredulidad” (1 Timoteo 1:13). Pero su sinceridad no justificó su obra ni convirtió el error en verdad.

La fe es el medio por el cual la verdad o el error encuentran abrigo en la mente. Por el mismo acto de la mente se recibe la verdad o el error, pero hay una gran diferencia en que creamos la Palabra de Dios o los dichos de los hombres. Cuando Cristo se reveló a Pablo y éste estuvo convencido de que estaba persiguiendo a Jesús en la persona de sus santos, aceptó la verdad tal como es en Jesús. Un poder transformador se manifestó en su mente y carácter, y llegó a ser un hombre nuevo en Cristo Jesús. Recibió la verdad tan plenamente que ni la tierra ni el infierno pudieron sacudir su fe (Mensajes selectos, {1MS}, t. 1, p. 406).

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Lección 1 // Martes 27 de junio__________________________________________________

SAULO EN DAMASCO

A raíz de su encuentro con Jesús, Saulo quedó ciego, y se le instruyó ir al hogar de un hombre llamado Judas y que allí esperara a otro hombre, Ananías. No cabe duda de que la ceguera física de Saulo era un recordatorio poderoso de la ceguera espiritual más grave que lo llevó a perseguir a los seguidores de Jesús.

La aparición de Jesús en el camino a Damasco cambió todo. Donde Saulo había pensado que estaba en lo cierto, había estado sumamente equivocado. En vez de trabajar para Dios, había estado obrando en contra de Dios. Saulo entró a Damasco como un hombre diferente del fariseo orgulloso y celoso que había salido de Jerusalén. En vez de comer y beber, Saulo estuvo los primeros tres días en Da- masco en ayuno y oración, mientras reflexionaba sobre todo lo que había sucedido. Lee Hechos 9:10 al 14. Imagina lo que debió haber pasado por la mente de Ananías: él no solo era Saulo, el perseguidor devenido en creyente de Jesús; sino también era Pablo, el apóstol escogido por Dios para llevar el evangelio al mundo gentil (ver Hech. 26:16-18).

Con razón Ananías estaba un poco confundido. Si unos tres años después la iglesia de Jerusalén fue reacia para recibir a Pablo después de su conversión (Hech. 9:26-30), ¡podemos imaginarnos las preguntas y las preocupaciones que llenaron el corazón de los creyentes de Damasco a tan solo unos pocos días después de ese acontecimiento!

Notemos, también, que Ananías recibió una visión del Señor, informándole de las nuevas sorprendentes e inesperadas sobre Saulo de Tarso; cualquier otra cosa menor que una visión posiblemente no lo habría convencido de que lo que oía acerca de Saulo era verdad: que el enemigo de los creyentes judíos se había convertido ahora en uno de ellos.

Saulo se había ido de Jerusalén con la autoridad y la comisión de los principales sacerdotes para erradicar la fe cristiana (Hech. 26:12). Sin embargo Dios tenía una comisión muy diferente para Saulo, que descansaba sobre una autoridad muchísimo mayor. Saulo debía llevar el evangelio al mundo gentil, una idea que debió haber sido aún más sorprendente para Ananías y los otros creyentes judíos que la misma conversión de Saulo.

Allí donde Saulo había intentado detener el esparcimiento de la fe cristiana, ahora Dios lo utilizó para esparcirla mucho más allá de lo que habrían imaginado alguna vez los creyentes judíos.

Lee 1 Samuel 16:7; Mateo 7:1; y 1 Corintios 4:5. ¿Cuál es el mensaje de estos textos con respecto a por qué debemos ser cuidadosos en la manera en que vemos la experiencia espiritual de otras personas? ¿Qué errores de juicio has tenido para con los demás, y qué has aprendido de esos errores?

1 Samuel 16:7

Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

Mateo 7:1

1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.

1 Corintios 4:5

Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió”
Tres días sin ver, tres días sin beber y tres días sin comer.  Tres días de privacidad absoluta,  tres días pensando, tres días meditando y tres días orando; el conflicto espiritual era tan grande que en esos tres días no probó bebida, ni comida. En ese momento no podía tener comunicación con los cristianos, porque ellos habrían sido aterrorizados con su presencia; tampoco podía tener comunicación con los judíos, porque éstos no habrían tolerado su nuevo estado mental. Sus pasiones habían sido fieras y sus decisiones tempestuosas.
No mucho tiempo atrás había tomado parte activa en el martirio de Esteban, y ahora se encontraba a los pies de Jesús. Saulo tenía muchas escenas para recordar, tenía demasiados temas para meditar.
De la misma manera en que Cristo murió, la vida antigua de Saulo tenía que morir, tenía que estar sepultada y escondida para poder levantarse al tercer día con Cristo, transformado en una nueva criatura por el poder del Divino Maestro.
Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías
¿Ha tenido la oportunidad de presenciar a unos de esos pequeños barcos remolcadores empujando diligentemente a un barco gigantesco, para que salga del puerto?  El remolcador trabaja arduamente hasta que logra colocar al gran navío en una posición estable, y lo deja listo para comenzar a surcar los mares majestuosamente. Cuando ya lo ha conseguido, el gran barco inicia su travesía, con su propia pompa y su grandeza increíble: comienza la incansable travesía de mares y océanos, llevando consigo su preciosa carga y sus incontables riquezas. Esta ilustración se puede comparar con los diferentes miembros que encontramos en la Iglesia, hay grandes navíos, gloriosos y majestuosos que saben alcanzar las lejanías del mundo, llevando con ellos tesoros incalculables; estos representan a personas como Pablo, la influencia de cuyas palabras se atesora aún en nuestros días, en iglesias, hogares y en la mente de miles y millones de individuos.
Pero también hay pequeños navíos que aparecen en tiempos de crisis, en momentos difíciles: vienen, ayudan y luego desaparecen quedando en el olvido y en el anonimato. Éstos representan a personas como Ananías, que son ministros que aparecen en los momentos de crisis en la vida de otra persona, hacen un trabajo formidable, ayudan, confortan, sustentan, convencen, bendicen, reparan, corrigen, enderezan… y después desaparecen, como si no hubieran existido nunca.
¿Quién era Ananías?
1-ERA UN HOMBRE: En la salvación de las almas, a menudo Dios no usa ángeles, Dios usa al propio hombre. En el caso de Saulo, a quien Cristo llamó personalmente, encontramos a un hombre interviniendo para fortalecer y madurar la joven fe del nuevo converso.
2-ERA UN CREYENTE: Habiendo sido salvado él mismo, tenía la virtud de mostrar a otros el camino de la salvación.
3-ERA UN HOMBRE DE CARÁCTER: Todos los que ganamos almas para el cielo, necesitamos que otros tengan un buen reporte de nuestra persona: «Allí había un hombre llamado Ananías, que era muy piadoso y obediente a la ley de Moisés; todos los judíos que vivían en Damasco hablaban muy bien de él.»
4-ESTABA  EN CERCANA Y COMPLETA COMUNIÓN CON DIOS: Dios le reveló directamente a él, la misión que tenía que realizar.
5-ERA OBEDIENTE A LA VOZ DE DIOS: A pesar del peligro que representaba visitar a Saulo, no dudó por un momento en llevar el evangelio al nuevo converso.
¿Cómo el cristianismo había crecido en Damasco? Eso, a ciencia cierta, no lo sabemos. Pero se cree que después de la muerte de Esteban, la persecución llevó a algún cristiano a vivir allí, donde luego se añadieron conversos a la iglesia.
Aparentemente, judíos y cristianos vivían apaciblemente y aún en términos amigables, no siendo afectados por las controversias que ocurrían en Jerusalén. 
Ananías aparentemente no tenía ninguna posición oficial en la iglesia, podemos llamarle un «cristiano privado» pero sus credenciales lo describen como un discípulo de Cristo. 
“Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha”
En esta calle llamada Derecha, viven personas muy interesantes. La gente que vive en la calle Derecha, son personas honestas y honorables, son personas que no mienten bajo ninguna circunstancia.
Muchos creen que no es interesante vivir en esta calle, ya que en la calle Derecha, no hay esquinas de mentiras, ni callejones tramposos; muchos creen que ni los negocios pueden florecer en la calle Derecha.
En la calle Derecha las personas son bondadosas, y mantienen todo en orden y limpio. Muchas veces los habitantes de la calle Derecha cometen errores, pero sus motivos son siempre puros. A esa calle había sido llevado Saulo con su ceguera; ahora, con su condición, podía habitar en la calle Derecha.
“Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora”
Ya el cielo había tomado nota de lo que ocurría en la calle Derecha. Desde el momento en que Saulo comenzó a orar, el Cielo se dio cuenta y Dios comenzó a escuchar. Dios conocía la calle, la casa, al dueño de la casa, a la persona y la necesidad que había allí. Para Dios no es tan importante la lucha de la vida, ni tampoco la pompa y la ostentación; para Dios es importante un corazón sincero que clama y que gime, eso es necesario para lograr abrir el corazón de Dios: «Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído…» (Isaías 65: 24)
Ananías tenía temor de ir adonde estaba Saulo, era como ponerse voluntariamente frente de la cueva del león. Pero Dios dijo: «porque he aquí, él ora». Muy bien, -dijo Ananías-  si Saulo ora, eso es suficiente. Todo el que ora en secreto será recompensado en público.
Cuenta la historia de dos viajeros que se encontraban transitando por los bosques de Suiza, en la época medieval. Dicho sea de paso, se cuentan muchas historias espeluznantes que sucedían en los hospedajes de los bosques de Suiza en esos tiempos. Uno de ellos, el que no era creyente, le dijo al otro, que sí era cristiano: «Me da mucho miedo parar a dormir por estos lugares, es muy peligroso». Pero de todas maneras los dos fueron a una casa a solicitar hospedaje. El dueño de la casa, les dijo antes de irse a dormir: «caballeros, yo siempre estudio la Biblia y oro con mi familia antes de ir a la cama. ¿Les gustaría acompañarnos?» Claro que sí, respondieron ellos con mucho placer. Cuando los viajeros subieron a sus habitaciones, el incrédulo le dijo al otro: «ya no tengo más miedo de hospedarnos en esta casa»  ¿Por qué? -preguntó el cristiano. «Porque el dueño de la casa es un hombre que ora» dijo el incrédulo. «¡Muy bien!» replicó el cristiano: «después de todo, parece que tú piensas en la religión, ya que la oración de un hombre te hace dormir en paz en su casa».
Ananías fue a la calle Derecha, a la casa indicada y encontró al hombre ciego que esperaba por él. Parecía que Ananías fuera un experto y amigable cirujano tratando un caso difícil; demostró tener una gran habilidad para lidiar con el enfermo. Enfrente de él tenía al hombre que se había ensuciado las manos con sangre de cristianos inocentes, al hombre que si no hubiera sido por la intervención divina, hubiera puesto al mismo Ananías en la prisión o en la tumba. Allí estaba, ya perdonado y con sus pecados puestos en el olvido.
Las amigables manos de Ananías fueron puestas sobre los ojos de Saulo, y con dulce voz, se escucharon las palabras: «Hermano Saulo…» Estas eran las frases que se usaban en el saludo de un cristiano para con otro. Este saludo comenzó más de dos mil años atrás y continúa hasta el día de hoy; este saludo es una prueba y una esperanza de la promesa divina de un día llevarnos a la patria celestial, donde nos encontraremos con nuestro verdadero Padre  y nuestro Hermano Mayor, quien es también nuestro Salvador.
Si en verdad queremos hacerle un bien al hombre, tenemos que tratarlo como hermano. Tenemos que sentarnos a la par de ellos, poner nuestras manos sobre ellos, hacerlos sentir que ellos están y son partes de nuestro hogar, aun cuando ellos sean los peores pecadores que hemos conocido en la vida.
La línea de la hermandad tiene que ser educada; no tendría que haber dificultad en el contacto con nuestros hermanos. Ningún hermano, por pobre y humilde que sea, tiene que sentirse cohibido en darle un apretón de mano o un abrazo a otro hermano, aunque éste sea un rico y encumbrado; ningún hermano, por rico y encumbrado que sea, tiene que negarle un apretón de mano o un abrazo a otro hermano que sea de proceder humilde.
El estado social, intelectual, académico y económico de Saulo estaba mucho más arriba que el de Ananías, pero con todo y eso, Ananías fue a la casa donde estaba Saulo; no fue a esa casa en su propio nombre, sino que fue en el nombre de Jesús, y puso sus manos sobre Saulo, lo miró a los ojos, y con ternura lo llamó ¡Hermano!
Ananías pudo haberse acercado a Saulo con rencor, con un espíritu de reproche o de revancha, al observar al perseguidor en su estado deplorable; pero no lo hizo así. Ananías se acercó a Saulo con un espíritu de amor y de humildad: sus palabras estaban llenas de esperanza y bendiciones.
La caída de las escamas de los ojos de Saulo y la recuperación de su vista, fueron las muestras claras del mensaje de luz, de amor y esperanza, que el Cielo permitió a Ananías entregar al nuevo apóstol de la religión cristiana.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Apenas podía creer Ananías las palabras del ángel; porque los informes de la acerba persecución de Saulo contra los santos de Jerusalén se habían esparcido extensamente… Pero la orden fué imperativa: “Ve; porque instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.”

Obediente a la indicación del ángel, Ananías buscó al hombre que hacía sólo poco respiraba amenazas contra todos los que creían en el nombre de Jesús; y poniendo sus manos sobre la cabeza del dolorido penitente, dijo: “Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo…

Cuando, en medio de su ciego error y prejuicio, se le dió a Saulo una revelación del Cristo a quien perseguía, se lo colocó en directa comunicación con la iglesia, que es la luz del mundo. En este caso, Ananías representa a Cristo, y también representa a los ministros de Cristo en la tierra, asignados para que actúen por él. En lugar de Cristo, Ananías toca los ojos de Saulo, para que reciba la vista, coloca sus manos sobre él, y mientras ora en el nombre de Cristo, Saulo recibe el Espíritu Santo. Todo se hace en el nombre y por la autoridad de Cristo. Cristo es la fuente; la iglesia es el medio de comunicación (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, pp. 99, 100).

Mientras no nos sintamos en condiciones de sacrificar nuestro orgullo, y aun de dar la vida para salvar a un hermano desviado, no habremos echado la viga de nuestro propio ojo ni estaremos preparados para ayudar a nuestro hermano. Pero cuando lo hayamos hecho, podremos acercarnos a él y conmover su corazón. La censura y el oprobio no rescataron jamás a nadie de una posición errónea; pero ahuyentaron de Cristo a muchos y los indujeron a cerrar sus corazones para no dejarse convencer. Un espíritu bondadoso y un trato benigno y persuasivo pueden salvar a los perdidos y cubrir multitud de pecados. La revelación de Cristo en nuestro propio carácter tendrá un poder transformador sobre aquellos con quienes nos relacionemos. Permitamos que Cristo se manifieste diariamente en nosotros, y él revelará por medio de nosotros la energía creadora de su palabra, una influencia amable, persuasiva y a la vez poderosa para restaurar en otras almas la perfección del Señor nuestro Dios…

El Salvador jamás pasó por alto a una sola alma, por hundida que estuviera en el pecado, si estaba dispuesta a recibir las verdades preciosas del cielo. Para los publicanos y rameras, sus palabras eran el comienzo de una vida nueva. María Magdalena, de quien él echó siete demonios, fue la última en alejarse de su sepulcro y la primera a quien él saludó en la mañana de la resurrección. Saulo de Tarso, uno de los enemigos acérrimos del Evangelio, fue el que se transformó en Pablo, el ministro consagrado de Cristo. Bajo una apariencia de odio y desprecio, aun de crimen y de degradación, puede ocultarse un alma a la que la misericordia de Cristo rescatará y que relucirá como gema en la corona del Redentor (El discurso maestro de Jesucristo, {DMJ}, pp. 109, 110).

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Miércoles 28 de junio // Lección 1_______________________________________________

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES

¿Dónde se estableció la primera iglesia gentil? ¿Qué eventos hicieron que los creyentes fueran allí? (Hech. 11:19-21, 26). ¿A qué tiempos del Antiguo Testamento nos recuerda esto? (ver Dan. 2).

Hechos 11:19-21, 26

19 Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos.  20 Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús.  21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.

26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

 La persecución que estalló en Jerusalén después de la muerte de Esteban causó que una cantidad de creyentes judíos huyeran trescientos kilómetros al norte, a Antioquía. Como capital de la provincia romana de Siria, Antioquía era la tercera ciudad en importancia, después de Roma y Alejandría. Su población, que se estima en ese momento de quinientos mil, era extremadamente cosmopolita, lo que la hacía una ubicación ideal no solamente para una iglesia gentil, sino también como base inicial para la misión mundial de la iglesia primitiva.

¿Qué ocurrió en Antioquía, que dio como resultado la visita de Bernabé a la ciudad y su decisión ulterior de invitar a Pablo a ir con él a Antioquía? ¿Qué clase de cuadro se nos presenta de la iglesia allí? (Hech. 11:20-26).

Hechos 11:20-26

 20 Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús.  21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.  22 Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.  23 Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.  24 Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor.  25 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía.  26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

Es difícil construir una cronología de la vida de Pablo, pero pareciera que pa- saron unos cinco años entre su visita a Jerusalén, luego de su conversión (Hech. 9:26-30), y la invitación que le hizo Bernabé en Antioquía de acompañarlo. ¿Qué estuvo haciendo Pablo todos esos años? Es difícil saberlo a ciencia cierta. Pero, basados en sus comentarios de Gálatas 1:21, pudo haber estado predicando el evangelio en las regiones de Siria y Cilicia. Algunos han sugerido que, quizá, fue durante esta época cuando fue desheredado por su familia (Fil. 3:8) y sufrió una serie de dificultades, que describe en 2 Corintios 11:23 al 28. La iglesia de Antioquía floreció bajo la dirección del Espíritu. La descripción de Hechos 13:1 indica que la naturaleza cosmopolita de la ciudad pronto se vio reflejada en la diversidad étnica y cultural de la iglesia misma. (Bernabé era de Chipre; Lucio, de Cirene; Pablo, de Cilicia; Simón, quizá de África; y además todos los conversos, gentiles.) El Espíritu ahora procuró llevar el evangelio a más gentiles aún, utilizando Antioquía como base para actividades misioneras de mayor alcance, más allá de Siria y Judea.

Lee una vez más Hechos 11:19 al 26. ¿Qué podemos aprender de la iglesia en Antioquía, una iglesia con mucha diversidad cultural y étnica, que podría ayudar a las iglesias de hoy a imitar lo bueno que existía allí?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

La persecución había esparcido a los miembros de la iglesia apostólica de Jerusalén. Como consecuencia lógica, esos miembros habían partido llevándose con ellos la fe, y como resultado de haberse llevado la fe con ellos, hablaban de su propia fe a todas las personas con quienes se relacionaban en los lugares adonde llegaban.
 
Con la intención de apagar el ardiente fuego de cristianismo, las brasas habían sido esparcidas por la maldad y la furia del hombre, pero eso no apagó el fuego del cristianismo; todo lo contrario, cada brasa esparcida inició otra hoguera, incendiándose de esa manera el mundo entero, con la ferviente religión de Cristo. 
 
20 Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús.  
 
Estos hombres no se habían organizado para predicar el evangelio; ellos sencillamente creyeron en el evangelio y al creerlo, predicarlo fue una consecuencia natural. Eso fue un impulso espontáneo, eso es lo que hace el evangelio en el converso: lo impulsa a hablar natural y espontáneamente de su nuevo Dios, de su gran Salvador Jesucristo.  Ante el evangelio sólo nos queda repetir las palabras de Jeremías: había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.” (Jeremías 20 9)
 
De este momento en adelante la historia del libro de Los Hechos de los Apóstoles, toma una nueva dirección. Hasta este momento la predicación se había concentrado en el pueblo judío solamente, pero de ahora en adelante el evangelio se anuncia a todos los gentiles. La predicación a los gentiles comienza en la ciudad de Antioquía.
 
Había en la antigüedad dos ciudades llamadas Antioquía. Una de ella estaba en Pisidia, que pertenecía a Asia Menor. La otra fue capital de la provincia romana de Siria por mucho tiempo, estaba situada a orillas del río Orontes, y fue la tercera ciudad del Imperio Romano (después de Roma y Alejandría); a ésta última se refiere el texto de estudio de hoy.
 
Antioquía fue fundada por Seleuco Nicátor, y fue llamada Antioquía en honor al padre de Seleuco Nicátor, quien se llamaba Antíoco; esto sucedió 301 años antes de la venida de Cristo.
 
Antioquía era famosa por los derechos que Seleuco había conferido a sus ciudadanos. Uno de esos famosos derechos, era el derecho a la ciudadanía que Seleuco Nicátor (Vencedor) había otorgado tanto a los judíos, como a los griegos y también a los macedonios.
 
Debido a ese derecho de ciudadanía, estos tres grupos étnicos gozaban de otro derecho, que era la libertad de religión. Ellos tenían el privilegio de poder adorar a sus propios “dioses” y a Dios, en su propia religión, con sus propias costumbres y en su propia manera, sin ser molestados por nadie. Probablemente los cristianos gozaron también de estos derechos, ya que podían haber sido considerados como una secta de los judíos, y así también ellos podían adorar a su manera y sin ninguna interrupción. 
 
Antioquía recibía tres honores muy importantes en esos días: primero era considerada como una colonia romana, segundo era considerada una metrópolis, y tercero se le consideraba como una ciudad que daba asilo a sus visitantes. Antioquía existe en la actualidad, tiene alrededor de 10,000 habitantes y se encuentra localizada al sur del país de Turquía; actualmente se la conoce como Antakia, en lenguaje turco.
 
20 Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús.  
 
Estos varones, que no eran judíos y cuyos nombres la Biblia no nos da a conocer, eran cristianos “privados”. Ellos no tenían oficina, ni credencial ministerial alguna, tampoco seguían las estructuras de una comisión de homilética, hermenéutica ni de predicación; ellos simplemente obedecían el instinto natural del corazón de un cristiano, renovado por el Espíritu Santo, que es predicar: predicaban a Cristo y a Cristo resucitado.
 
Cirene era una importante ciudad en la actual Libia, ubicada en las costas del Mar Mediterráneo, al norte de África y al oeste de Egipto; en la actualidad la región donde existió Cirene se conoce como Cirenaica.
Chipre, por su parte, era una importante isla, parte del antiguo mundo mediterráneo. Ese territorio insular era una provincia romana, de la cual era oriundo Bernabé (Hechos 4:36). Allí inició Pablo su ministerio como misionero a los gentiles (Hechos 13:4-11).
 
El Anuario oficial de la IASD (2016) informa que en la isla de Chipre operan dos territorios denominacionales: el sur de la República de Chipre, que conforma un Campo Afiliado-Sección de Chipre, dependiente de la Asociación General / División Trans-Europea, con oficinas en Nicosia, capital de Chipre; y el norte de Chipre, administrado por la Unión del Medio Oriente y Norte de África, cuya sede central se encuentra en Líbano. 
Cirene, de donde provino el Simón Cireneo que tuvo la bendición de cargar la cruz del Salvador camino al Gólgota (Mateo 27:32; Marcos 15:21 y Lucas 23:26), también pertenece al territorio de la Unión del Medio Oriente y Norte de África, junto con el resto del Estado de Libia, ubicado al oeste de Egipto, en el norte de África.
Actualmente el adventismo chipriota, al igual que el libio, enfrentan múltiples desafíos y grandes oportunidades de evangelización. También se necesitan obreros para esa mies con urgencia, porque ¡CRISTO viene pronto!.
Estos varones de Chipre y de Cirene, solucionaron rápidamente un problema que para los apóstoles era una gran barrera que cruzar, y eso era entregar y predicar el evangelio al mundo gentil. Predicar el evangelio al mundo gentil era un obstáculo casi impasable para la iglesia de Jerusalén, y una obra que los discípulos dudaban mucho en hacer.
 
21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.  22 Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.
 
A pesar de que estos varones africanos y mediterráneos, no tenían ninguna comisión, ni credenciales, ni una oficina pastoral, Dios estaba con ellos y como un resultado lógico de la presencia de Dios, muchos creyeron y se convirtieron al Señor.  Hoy el cielo continúa empleando a gente humilde y sencilla, para hacer grandes portentos en favor de la causa de CRISTO.
 
La iglesia de Jerusalén escuchó el fenómeno que estaba ocurriendo en Antioquía y mandó a un inspector espiritual, para que revisara la obra y elaborara un informe para la “Asociación General”, que en ese momento tenía su sede central en Jerusalén, Israel.
 
Pero este inspector no era cualquier persona; 24 era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe.”
 
Una persona buena adorna la doctrina de Dios, atrae a un mundo que está lleno de infelicidad; una persona buena también gana el afecto de la gente joven.
 
Tristemente suele suceder que la envidia también se encuentra presente en la iglesia; suele suceder que en todas las esferas de nuestra iglesia, se puede ver la mano satánica usando la envidia, para desacreditar, para menospreciar, para reducir y para refrenar la obra que verdaderos hombres de Dios están haciendo por Dios y por su iglesia.
 
Pero este no fue el caso de la administración de Jerusalén: ellos tuvieron el cuidado de que el ministro que iba a Antioquía, fuera un hombre de confianza, un hombre verdadero, un hombre sin envidia, un hombre recto, un hombre que en verdad cuidara de la obra de Dios sin prejuicio. Para reunir todos esos requisitos, el hombre enviado era “bueno”, estaba “lleno del Espíritu Santo” y era un hombre de “fe”.
 
La sede mundial de nuestra iglesia ha cambiado de lugar ya varias veces, comenzó en Jerusalén y en la actualidad se encuentra en la ciudad de Silver Spring, estado de Maryland en los Estados Unidos.
 
Sería importantísimo que toda persona que llega a trabajar a cualquiera de las oficinas administrativas de la Iglesia, diseminadas por todo el mundo, sean “buenos”, sean “lleno del Espíritu Santo” y sean llenos de “fe”.
 
Si a esos lugares administrativos se llega a trabajar por el color de piel o por apariencias, por nacionalidad, por vínculos familiares o por amistad, entonces se está llegando a trabajar con las credenciales equivocadas. 
 
23 Éste, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
 
En este versículo descubrimos tres eventos importantes que le sucedieron a Bernabé en Antioquía:
1-    Bernabé vio
2-    Bernabé sintió
3-    Bernabé habló
 
Bernabé fue amigable con los nuevos conversos, asistió a todas la reuniones de la iglesia de Antioquía, vio la mano de Dios en la vida de estos gentiles que se habían convertido al evangelio, aceptó con sinceridad y honestidad que la iglesia de Cristo es grandiosa en cualquier parte del mundo, sin importar el origen de sus feligreses.
 
La experiencia de Bernabé contiene una enseñanza preñada de ejemplos para todos aquellos teóricos que achican o angostan el gran concepto del evangelio y de la iglesia de Cristo en el mundo.
 
23 Éste, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
 
¿Qué fue lo que Bernabé vio?
Bernabé vio la gracia de Dios, vio los milagros del Espíritu Santo, vio como el Espíritu Santo impartía sus dones y sus frutos en los nuevos conversos, sin importar su nacionalidad, su origen o su color.
Vio cómo los gentiles que eran incircuncisos, el cielo les otorgaba el mismo título de cristiano, que los judíos tenían.
 
Agustín dijo: “Donde Cristo está, allí está la iglesia”  Estas palabras contienen una verdad hasta cierto punto, pero no es toda la verdad en su esencia, porque queda una gigante pregunta flotando en el aire sin poder ser contestada; esa pregunta es: ¿Y dónde está Jesucristo?
 En un esfuerzo por ampliar el pensamiento de Agustín, tenía que haber sido este: “Donde se manifiesta la gracia de Cristo, allí está su iglesia”. Bernabé vio la gracia de Cristo manifestada en un grupo de personas y descubrió que allí estaba la iglesia de Cristo.
 
23 Éste, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
 
¿Qué sintió Bernabé?
Bernabé sintió gozo. Es un gran principio del cristianismo reconocer que la gracia de Dios trabaja de diferentes maneras, en lugares extraños y en diferentes personas, es un gran triunfo para el cristiano cuando se logra aceptar esta realidad con regocijo.
 
Hay muchos casos en los que nuestros amigos o familiares se entregan a Cristo, eligiendo una religión que no es la nuestra, y eso parece que al pueblo adventista del séptimo día no nos cae muy en gracia. Muchos creemos que si esa conversión no sucede en las filas de nuestra religión, esa conversión no es tan buena, excelente o suficiente, como debiera de ser.
 
Hace unos días, escuché a un hermano de nuestro iglesia, literalmente menospreciar a su ex-pastor pentecostal y a su religión, por no estar a la altura de la nuestra. Los hermanos pentecostales habían encontrado a nuestro hermano adventista,  tirado en la calle y borracho,  y allí en esa condición lo recogieron y lo llevaron a la iglesia, donde más tarde aceptó el evangelio de Cristo, y comenzó su carrera espiritual-cristiana.
 
Su primaria la hizo en una iglesia pentecostal; más tarde cuando estaba mejor preparado, Dios lo movió a otra escuela espiritual que lo hizo crecer mucho más. Nuestro hermano es deudor a la iglesia que lo rescató de las garras del mundo y de los vicios, esa conversión que él tuvo tenía que causar alegría a cualquiera, ya que ese era el principio de una nueva vida en Cristo.
 
Bernabé tuvo alegría con estos conversos: eran personas diferentes, de costumbres diferentes, de orígenes diferentes, de nacionalidades diferentes, estaban en la primaria del cristianismo, no tenían un evangelio completo, profundo y cimentado, pero Bernabé vio la gracia de Dios trabajando en estos nuevos conversos.
 
Sólo los que son buenos, los que están llenos del Espíritu Santo, y los que están llenos de fe, pueden ver la gracia de Dios trabajar en una persona cuando ésta es convertida al evangelio, y son movidos a tener gozo.
 
 
23 Éste, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
-¿Qué dijo Bernabé?
Los exhortó a todos a que de corazón fueran fieles a Dios.
 
La suma de todo el objetivo de la religión es Cristo, la suma de todo el mensaje de la religión, es ser fiel a Cristo.

25 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía.  
 
Este acto fue sumamente significante: indica que Pablo era una persona aprobada para el trabajo, y que también era la persona de confianza para organizar y dirigir la poderosa, nueva y naciente congregación de hermanos antioqueños.
 
Se cree que posiblemente Pablo se había quedado en Tarso, después de su conversión. Posiblemente hasta allí, él estaba ocupado en su oficio, que era hacer tiendas, y predicando el evangelio a las ciudades vecinas como por ejemplo Siria y Sicilia.  41 y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.” (Hechos 15)
 
26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.”  (Hechos 11)
 
La bandera de Cristo es públicamente arreada por primera vez y sus creyentes son llamados por primera vez cristianos y así serán llamados, hasta que este mundo se acabe.
 
 El nuevo grupo religioso que se estaba formando en Antioquía, era muy peculiar: eran extranjeros, eran fugitivos anónimos de la iglesia de Jerusalén, venían huyendo de la persecución, eran valientes o corajudos, habían llegado al lugar sin premeditación, sin autoridad y posible o inconscientemente, ignorando el gran capítulo que estaba por escribirse en la historia del mundo. Ellos comenzaron su predicación en Antioquía directamente con el mundo pagano. 

La nueva religión naciente en Antioquía no calzaba en las categorías de las religiones existentes en la ciudad; por lo tanto un nuevo nombre se creó y se les llamó cristianos.
 
El nombre de “cristianos” no se lo dieron ellos mismos, sino que prácticamente los enemigos de la iglesia les dieron ese nombre, ya que era común llamar a los seguidores con el nombre de su maestro –en este caso, su Maestro.
 
No había duda de que la nueva iglesia ya había comenzado a llamar la atención de la gente de afuera.   Una nueva etiqueta fue creada, para una nueva botella, donde se depositaría un nuevo y diferente vino, un vino sin fermentar.
 
Los antioqueños no llamaron a la iglesia “jesuitas”; llamarlos por ese nombre hubiera sido limitar la iglesia a seguir el hombre llamado “Jesús”. Los antioqueños fueron más allá de eso, ellos llamaron a la nueva iglesia cristianos, no estaban llamando a sus seguidores por el nombre de su Fundador, sino por la oficina de su fundador. Cristo es más que un hombre, Cristo es el Mesías, que significa “ungido”, Cristo es el Hijo de Dios, Cristo es Dios.
 
Se necesitan cuatro elementos para constituir a un cristiano: la fe, la vida, las pruebas y la muerte.
 
-La fe hace a un cristiano
-La vida prueba a un cristiano
-Las pruebas confirman a un cristiano
 
-La muerte corona a un cristiano

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La obra de Bernabé en Antioquía fué copiosamente bendecida y aumentó allí muchísimo el número de fieles. Al prosperar la obra, sintió Bernabé la necesidad de ayuda conveniente a fin de avanzar por las puertas abiertas por la providencia de Dios; y así se fué a Tarso en busca de Pablo quien, después de salir de Jerusalén algún tiempo antes, había estado trabajando en las comarcas de “Siria y de Cilicia,” anunciando “la fe que en otro tiempo destruía” (Gálatas 1:21, 23). Bernabé encontró a Pablo y le persuadió a que volviese con él como su compañero en el ministerio.

En la populosa ciudad de Antioquía, halló Pablo un excelente campo de labor. Su erudición, sabiduría y celo influyeron poderosamente en los vecinos y forasteros de aquella culta ciudad, de manera que Pablo proporcionó precisamente la ayuda que Bernabé necesitaba. Durante un año trabajaron ambos discípulos unidos en fiel ministerio, comunicando a muchos el salvador conocimiento de Jesús de Nazaret, el Redentor del mundo (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, p. 127).

Aunque la pared medianera que separaba a los judíos de los gentiles había sido derribada por la muerte de Cristo, permitiendo que éstos gozaran plenamente de los privilegios del Evangelio, todavía no había caído la venda que cubría los ojos de muchos de los creyentes judíos, y aún no podían distinguir con claridad la caducidad de lo que había sido abolido por el Hijo de Dios. La obra debía proseguir entonces con vigor entre los gentiles, y debía dar como resultado el fortalecimiento de la iglesia para una gran afluencia de almas.

Los apóstoles, al desempeñar esta tarea especial, iban a quedar expuestos a la sospecha, el prejuicio y los celos. Como consecuencia natural de su apartamiento del exclusivismo judío, su doctrina y sus opiniones podían ser tildadas de herejía, y sus credenciales de ministros del Evangelio serían puestas en tela de juicio por muchos celosos creyentes judíos. Dios previó todas las dificultades que iban a enfrentar sus siervos, y en su sabia providencia permitió que fueran investidos de autoridad incuestionable por parte de la iglesia establecida de Dios, para que su obra estuviera por encima de toda discusión (La historia de la redención, {HR}, pp. 317, 318).

Dios escogió para sí un pueblo entre los gentiles, y les dio el nombre de cristianos. Este es un nombre real, y se les concede a los que se unen a Cristo. Acerca de este nombre… Pedro declara: “Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello” (1 Pedro 4:16)…

¡Oh, si tan sólo el pueblo de Dios confiara en él y aceptara el extraordinario tesoro de conocimiento que se le ofrece!… (Exaltad a Jesús, {EJ}, p. 285).

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Lección 1 // Jueves 29 de junio___________________________________________________

CONFLICTO DENTRO DE LA IGLESIA

Por supuesto, nada que sea humano es perfecto, y no pasó mucho tiempo hasta que comenzaran los problemas dentro de la comunidad temprana de fe.

En principio, no todos estaban contentos con el ingreso de los creyentes gen- tiles a la iglesia primitiva. El desacuerdo no era por el concepto de una misión gentil, sino por el criterio sobre el que se debería permitir unirse a los gentiles. Algunos sentían que únicamente la fe en Jesús no era suficiente como la marca distintiva del cristiano; sostenían que la fe debía complementarse con la circuncisión y la obediencia a la ley de Moisés. Afirmaban que, para ser verdaderos cristianos, los gentiles debían circuncidarse. (Podemos ver, en Hechos 10:1 a 11:18, la magnitud de la división entre judíos y gentiles, en la experiencia de Pedro con Cornelio y la reacción posterior.)

Las visitas oficiales provenientes de Jerusalén, que monitoreaban la obra de Felipe entre los samaritanos (Hech. 8:14) y la obra con los gentiles en Antioquía (Hech. 11:22), pueden sugerir cierta preocupación por la inclusión de no judíos en la comunidad cristiana. Sin embargo, la reacción al hecho de que Pedro bautizara a Cornelio, un soldado romano incircunciso, es un claro ejemplo de la disensión existente sobre la cuestión de los gentiles entre los primeros creyentes. La inclusión esporádica de un gentil como Cornelio pudo haber hecho sentir incómodo a más de uno, pero los esfuerzos intencionales de Pablo de abrir ampliamente las puertas de la iglesia para los gentiles, solamente sobre la base de la fe en Jesús, resultó en intentos deliberados por parte de algunos para socavar el ministerio de Pablo.

¿De qué manera ciertos creyentes de Judea intentaron contrarrestar la obra de Pablo entre los cristianos gentiles de Antioquía? Hechos 15:1-5.

Hechos 15:1-5

 1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.  Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.  Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos.  Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.  Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.

Aunque el concilio de Jerusalén, en Hechos 15, en última instancia se alineó con Pablo sobre el tema de la circuncisión, la oposición al ministerio de Pablo continuó. Unos siete años más tarde, durante la visita final de Pablo a Jerusalén, muchos aún tenían reservas con respecto al evangelio de Pablo. De hecho, cuando Pablo visitó el Templo, casi perdió la vida cuando ciertos judíos de Asia gritaron: “¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar” (Hech. 21:28; ver también 21:20, 21).

Ponte en el lugar de estos creyentes judíos que estaban preocupados por las enseñanzas de Pablo. ¿Por qué tiene cierto sentido su preocupación y oposición? ¿Qué podemos aprender de esto sobre la forma en que nuestras ideas preconcebidas, culturales e incluso religiosas pueden descarriarnos? ¿Cómo podemos aprender a protegernos de cometer la misma clase de errores, más allá de cuán bienintencionados seamos?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Alguien escribió en la internet “Las 25 razones más tontas, por las que se pelea en las iglesias”.  Éstas son algunas de ellas, sin orden específico:
1-Pleito al decidir cuán larga debe ser la barba del pastor
2-Cierta congregación tuvo un pleito acalorado cuando se decidía qué hacer con el terreno del templo: unos querían un parque para niños y otros querían un cementerio
3-Cierto diácono de iglesia mandó una carta secreta a otro diácono de la misma iglesia, invitándolo a salir al estacionamiento para arreglar sus diferencias (si hubieran vendido pases para ver ese pleito, hubieran recogido mucho dinero…)
4-Hubo un pleito cuando se decidió remover el reloj que se encontraba en el santuario de la iglesia
5-La iglesia tuvo una acalorada discusión cuando se estaba comprando un gabinete o mueble para el templo, porque unos querían un gabinete con tres puertas y otros con cuatro puertas
6-Esta congregación peleó cuando se estaba decidiendo por la foto de Jesús, que se colocaría en la sala de recepción del templo
7-Un pleito se originó en otra iglesia, cuando llegó la petición para que todos los dirigentes hombres de la iglesia se afeitaran
8-Una iglesia discutió si el anciano de turno tendría que tener los zapatos puestos mientras dirigía el culto divino (el escritor comenta que él votó para que el anciano tuviera zapatos, pantalón y camisa mientras dirigía el culto divino)
9-Hubo serio problema en una iglesia cuando se decidía qué tipo de frijoles servir en los almuerzos de la iglesia
10-Cierta iglesia discutió por la bebida de la santa cena: unos decía que era jugo de uva, pero otros querían jugo de arándano (cranberry)
11-Dos congregaciones informaron el altercado por cambiar el café que servían antes del servicio; al final las dos congregaciones optaron por un café más fuerte del que usualmente servían
12-Se armó una guerra campal cuando los jóvenes se llevaron prestada una olla que no se había ocupado por años en la cocina de la iglesia
13-Hubo guerra en una iglesia porque alguien llevó huevos demasiado condimentados al almuerzo de la iglesia
14-Se armó una contienda en una iglesia mientras se decidía quién era la persona correcta para comprar las estampillas postales que se usaban en la oficina pastoral
15-Una iglesia se peleó cuando discutían quién era la persona encargada de usar la fotocopiadora
16-Cierta iglesia se riñó y se dividió cuando un miembro escondió la aspiradora de polvo
17-Hubo riña en la congregación cuando se decidía cantar el feliz cumpleaños todas las semanas a los cumpleañeros
En el siglo XIX hubo históricos pleitos en las iglesias; uno de los más famosos se originó por el tipo de sombrero de los pastores: unos decían que el sombrero de los pastores tenía que ser de ala ancha y otros argüían que debían ser de ala angosta.
Otro de los pleitos grandes de los años 1800 fue la introducción del órgano a las iglesias, el órgano era usado especialmente en las tabernas y bares y había mucha indignación con la introducción de tan vulgar instrumento en los sitios donde celebraban servicios religiosos.
La iglesia cristiana ha peleado desde que se fundó, peleamos por las cosas más insignificantes, tontas y sin sentido, parecemos chiquillos en nuestras ideas y discusiones. En el estudio de este día nos enfrentamos al primer problema registrado en nuestra iglesia cristiana; ser circuncidado o no.
 
Esta es la primera contienda de nuestra iglesia cristiana que registra la Biblia.
La iglesia de Antioquía estaba compuesta por judíos y gentiles; era una iglesia próspera que vivía en armonía, pero aquí encontramos que unos cristianos de Judea llegaron a ocasionar problemas y disensiones a la iglesia de Antioquía. 
Probablemente estos hermanos no eran apreciados en la iglesia de Judea, probablemente estos hermanos se habían mudado a Antioquía y habían llevado con ellos la intolerancia religiosa también.
Los nombres de estas personas no se dan en la Biblia: no hay necesidad de eso, porque no eran hermanos de autoridad. Eran hermanos movidos más por los sentimientos que por la conciencia, eran movidos más por los ritos que por la espiritualidad. 
En el hermoso valle de Clwyd (se pronuncia cliú), que se encuentra en Gales, Inglaterra, hay dos interesantes especies de ganado vacuno. En la parte más alta del valle se encuentra una especie que no tiene cuernos, pero es extremadamente abundante en carne. En la parte más baja del valle, está la otra especie de ganado, que tiene unos grandes cuernos y su carne es muy limitada, es ganado flaco. Desde la mañana hasta la tarde, se puede escuchar el constante golpear de los cuernos entre ellos.  Hay muchos cristianos que viven como este último ganado: todo lo que consumen es casi sólo para el crecimiento de los cuernos, y usan constantemente los cuernos como armas, para probar sus fuerzas y resistencia, y también para hacer daño a otros.
Ahora encontramos que la iglesia de Antioquía está sufriendo por causa de estos hermanos de Judea. Un fanático dentro de la iglesia, causa más disensiones y problemas que cinco incrédulos fuera de la iglesia
Las controversias en la iglesia son inevitables. Son señales de vida y actividad en la iglesia: es mejor que la iglesia tenga controversias, y no que la iglesia tenga la paz y quietud de un cementerio. 
Suele suceder muchas veces que a través de las controversias y de los chascos, la verdad es encontrada y que el error es vencido. Grandes doctrinas bíblicas como la Trinidad, la encarnación, la justificación por la fe, el juicio investigador, y muchas más han sido el resultado directo de grandes controversias, chascos o disputas teológicas que han ocurrido en el mundo religioso.  Si permitimos que la controversia sea conducida en un espíritu cristiano, somos llevados a descubrir verdades  irrefutables.
La mejor manera de vencer las controversias es a través de una discusión completa y sincera; también se logra a través de la consulta. Ni siquiera los inspirados apóstoles decidieron el problema de la iglesia de Antioquía, solamente por la autoridad que ellos tenían. Viajaron hasta Jerusalén para conseguir una completa comprensión del problema y dar una oportunidad de escuchar completamente a la oposición. Es muy bueno cuando los miembros de la iglesia que están en disputas, se reúnen para pensar y conversar juntos. «En la multitud de consejos hay sabiduría» Un hombre puede ser más sabio que una multitud entera: si este hombre logra convencer a la multitud entera, entonces su juicio será más convincente.
Las juntas administrativas son claramente aprobadas por los apóstoles, por su ejemplo y por su precedente. Es muy saludable para las iglesias tener este tipo de reuniones en las que se ventilan casos y problemas que enfrentan las iglesias. Estas reuniones pueden ser anuales, trimestrales, mensuales u ocasionales. Estas reuniones pueden ser locales, distritales,  regionales, nacionales o mundiales; además, pueden ser para consultas, para estudiar y proponer leyes y reglamentos o pueden ser electivas, todo de acuerdo con las necesidades de la iglesia.
La composición de toda junta de iglesia o reunión administrativa tiene que ser democrática. Los apóstoles pudieron haber decidido la controversia por sí solos, basados en el peso de su experiencia y autoridad, pero prefirieron consultarlo con la hermandad de la iglesia, y permitir una discusión libre y abierta. Toda decisión que se tome por un número reducido de dirigentes de la iglesia sin previa consulta, puede representar un desvío del plan correcto mostrado por los apóstoles, y muestra la manera correcta de conducir la iglesia en las decisiones, problemas y controversias que se presentan en su seno.
 
Hay tiempo para todo:
 
«…tiempo de destruir, y tiempo de edificar…» Eclesiastés 3: 3
 
1-Hay tiempo para construir las defensas que protejan a nuestra iglesia y a sus miembros
 
2-Hay tiempo para destruir esas defensas viejas y rotas y construir defensas mejores y más modernas
 
«…tiempo de guerra, y tiempo de paz…»  Eclesiastés 3: 8
 
1-Hay tiempo de tener guerras para encontrar la manera correcta de hacer mejor las cosas en nuestra iglesia
 
2-Hay tiempo de tener paz después de haber encontrado la manera para hacer las cosas correctas en nuestra iglesia
«…tiempo de callar, y tiempo de hablar…» Eclesiastés 3: 7
1-Tiempo de hablar cuando concierne a nuestras convicciones
2-Tiempo de callar cuando concierne a la obediencia divina y a la unidad de la hermandad
Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo…
Ese era el momento crítico para Pedro, el momento perfecto para hablar. Los hombres sabios se mantienen en silencio el mayor tiempo posible en las asambleas o reuniones. Los sabios escuchan clara y detenidamente los puntos que se están exponiendo y en el momento donde reina la más grande confusión, ellos toman la palabra, revisan las diferentes opiniones, determinan una línea intermedia e invitan a las personas a tomar decisiones y responsabilidades con respecto al tema que se está discutiendo. 
Los sabios siempre aparecen en las grandes asambleas en el momento preciso y correcto. Encontramos en Pedro a un verdadero dirigente de la iglesia, un ministro completo con su experiencia, con su sabiduría, con su gracia, con su conocimiento, con su espíritu de firmeza, y con la gran transformación que el Espíritu Santo había hecho en su vida.
 
En los hombros de Pedro estaba la pesada responsabilidad de romper el judaísmo que tenía encerrado y apresado el tesoro del cristianismo. El cristianismo tenía que salir del judaísmo y ser entregado al mundo gentil. Ya el ministro a los gentiles estaba comisionado, estaba listo y estaba esperando: era Pablo el encargado de cruzar tierras, mares  y fronteras, para llevar a la lejanía la hermosa semilla del evangelio de Cristo. Pero había un hombre clave en todo este plan misionero; ése era Pedro. ¿Por qué? Por lo que hizo Pedro por el evangelio, por su visión y espiritualidad, por su firmeza y entrega, su nombre se escribe como uno de los más grandes misioneros que ha habido en la historia de este mundo.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La iglesia de Antioquía era grande y seguía creciendo. Por ser un centro de actividad misionera, era uno de los más importantes grupos de creyentes cristianos. Entre sus miembros había muchas clases de gente, tanto judíos como gentiles.

Mientras los apóstoles participaban con los ministros y miembros laicos de Antioquía en un ferviente esfuerzo por ganar muchas almas para Cristo, ciertos creyentes judíos de Judea, “de la secta de los Fariseos,” lograron introducir una cuestión que pronto produjo una amplia controversia en la iglesia e infundió consternación a los creyentes gentiles. Con gran aplomo, estos maestros judaizantes aseveraban que a fin de ser salvo, uno debía ser circuncidado y guardar toda la ley ceremonial.

Pablo y Bernabé hicieron frente a esta falsa doctrina con prontitud, y se opusieron a que se presentara el asunto a los gentiles…

Antes de su conversión, Pablo se había considerado, “cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible” (Filipenses 3:6). Pero desde que cambiara de corazón, había adquirido un claro concepto de la misión del Salvador como Redentor de toda la especie, gentiles tanto como judíos, y había aprendido la diferencia entre una fe viva y un muerto formalismo. A la luz del Evangelio, los antiguos ritos y ceremonias confiados a Israel habían adquirido un nuevo y más profundo significado. Las cosas prefiguradas por ellos se habían producido, y los que vivían bajo la dispensación evangélica habían sido relevados de su observancia. Sin embargo, Pablo todavía guardaba tanto en el espíritu como en la letra, la inalterable ley divina de los diez mandamientos (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, pp. 153, 154).

Todo ser humano pertenece a Dios en cuerpo, alma y espíritu. Cristo murió para redimir a todos. Nada puede ser más ofensivo para Dios que el hecho de que los hombres, por fanatismo religioso, ocasionen sufrimientos a quienes son adquisición de la sangre del Salvador (El Deseado de todas las gentes, {DTG}, p. 452).

El orden mantenido en la primitiva iglesia cristiana, la habilitó para seguir firmemente adelante como disciplinado ejército revestido de la armadura de Dios. Aunque las compañías o grupos de fieles estaban esparcidos en un dilatado territorio, eran todos miembros de un solo cuerpo y actuaban de concierto y en mutua armonía. Cuando se suscitaban disensiones en alguna iglesia local, como ocurrió después en Antioquía y otras partes, y los fieles no lograban avenirse, no se consentía en que la cuestión dividiese a la iglesia, sino que se la sometía a un concilio general de todos los fieles, constituido por delegados de las diversas iglesias locales con los apóstoles y ancianos en funciones de gran responsabilidad. Así por la concertada acción de todos se desbarataban los esfuerzos que Satanás hacía para atacar a las iglesias aisladas, y quedaban deshechos los planes de quebranto y destrucción que forjaba el enemigo.

“Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos” (1 Corintios 14:33), y quiere que hoy día se observe orden y sistema en la conducta de la iglesia, lo mismo que en tiempos antiguos. Desea que su obra se lleve adelante con perfección y exactitud, a fin de sellarla con su aprobación. Los cristianos han de estar unidos con los cristianos y las iglesias con las iglesias, de suerte que los instrumentos humanos cooperen con los divinos, subordinándose todo agente al Espíritu Santo y combinándose todos en dar al mundo las buenas nuevas de la gracia de Dios (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, pp. 78, 79).

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Viernes 30 de junio // Lección 1_________________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Sobre la relación entre la conversión personal y la iglesia, lee Elena de White, Testimonios para la iglesia, “Independencia individual”, t. 3, pp. 473-477. Para un mapa muy útil de la vida temprana de Pablo y comentarios sobre su conversión, ver Comentario bíblico adventista, t. 6, pp. 226-233.

“Pablo había sido conocido anteriormente como un celoso defensor de la religión judía, y un incansable perseguidor de los seguidores de Jesús. Era valeroso, independiente, perseverante, y sus talentos y su preparación lo capacitaban para prestar casi cualquier servicio. Razonaba con extraordinaria claridad, y mediante su aplastador sarcasmo podía colocar a un oponente en situación nada envidiable. Y ahora los judíos veían a ese joven de posibilidades extraordinarias unido a los que anteriormente había perseguido, y predicando sin temor en el nombre de Jesús. “Un general muerto en la batalla es una pérdida para su ejército, pero su muerte no da fuerza adicional al enemigo. Mas cuando un hombre eminente se une al adversario, no solamente se pierden sus servicios, sino también aquellos a quienes él se une obtienen una decidida ventaja. Saulo de Tarso, en el camino a Damasco, podría fácilmente haber sido muerto por el Señor, y se hubiera restado mucha fuerza al poder perseguidor. Pero Dios, en su providencia, no solo le per- donó la vida, sino también lo convirtió, transfiriendo así un campeón del bando del enemigo al bando de Cristo. Como elocuente orador y crítico severo, Pablo, con su firme propósito y denodado valor, poseía precisamente las cualidades que se necesitaban en la iglesia primitiva” (HAp 102, 103).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Qué lección podemos aprender del hecho de que algunos de los oponentes más feroces eran compatriotas judíos que creían en Jesús?
  2. ¿De qué manera puedes defender asuntos de principios religiosos y, al mismo tiempo, asegurarte de no estar luchando contra Dios?

RESUMEN: El encuentro de Saulo con el Jesús resucitado de camino a Damasco fue el momento definitorio de su vida y de la historia de la iglesia primitiva. Dios cambió a quien había sido perseguidor de la iglesia y lo transformó en su apóstol escogido para llevar el evangelio al mundo gentil. Sin embargo, el hecho de que Pablo introdujera a los gentiles a la iglesia solo por fe resultó ser un concepto difícil de aceptar para algunos dentro de la iglesia; esto es un poderoso cómo los preconceptos y el prejuicio pueden estorbar nuestra misión.

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Escrito por: Tony García.

Gramática revisada por:
El Pastor Noel Ruiloba y Nory Ester Garcia-Marenko

Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
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Madrid, España 2017

3 pensamientos en “LECCIÓN 1 – PABLO: APÓSTOL A LOS GENTILES – PARA EL 1 DE JULIO DE 2017

  1. Dios les siga bendiciendo en gran manera por su valioso aporte al crecimiento espiritual de cada hermano (a) que tiene el privilegio de leer este buen material? un abrazo fraternal a todo el equipo

  2. Gracias por el material, es de mucho apoyo y bendición para toda la hermandad. Dios le bendiga.

  3. Mil gracias por ta fiel dedicacion en la elboracion de este material,no tengo palabras para expresar la bendicion que este es para mi la Iglesia donde asisto en Montreal,Canada. Que Dios bendiga vuestro ministerio siempre.

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