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LECCIÓN 10 – HIJOS DE LA PROMESA – PARA EL 9 DE DICIEMBRE DE 2017

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«El engaño de Jacob»  Nicolas Guy-Brenet, Paris Francia  (1728-1792)


Los pensamientos pertenecientes a la GUÍA DE ESTUDIO DE LA BIBLIA – EDICIÓN PARA MAESTROS de la Escuela Sabática no representan la postura oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día local, regional ni mundial. Más bien, es el trabajo,  esfuerzo y pensamiento de un hermano laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyo principal objetivo es proveer información adicional para quien estudia la lección de Escuela Sabática. Provee una ayuda extra para el maestro, a fin de entenderla mejor, y explicar de una manera más clara y nutrida la lección de Escuela Sabática. Tratamos de no presentar temas controversiales, ni polémicos y evitamos las ideas que promueven el fanatismo y el extremismo en nuestra iglesia. Si nuestro comentario no es de ayuda o de agrado para usted, se le pide que, por favor, lo descarte. Cualquier comentario, pregunta o sugerencia, por favor escriba a elhermanotony@gmail.com


Letra Negra: Lección de Escuela Sabática

Letra Ocre: Lección de Escuela Sabática 

Letra Roja: La Biblia

Letra Café: Nuestro comentario

Letra Azul: Espíritu de profecía


Lección 10: Para el 9 de diciembre de 2017

HIJOS DE LA PROMESA

Sábado 2 de diciembre_____________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 9.

PARA MEMORIZAR:

“De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece” (Rom. 9:18).

“COMO ESTÁ ESCRITO: A JACOB AMÉ, mas a Esaú aborrecí […]. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca” (Rom. 9:13, 15).

¿De qué está hablando Pablo aquí? ¿Qué pasa con el libre albedrío del ser humano sin el cual casi nada de lo que creemos tendría sentido? ¿No somos libres de elegir o rechazar a Dios? ¿O estos versículos enseñan que algunos son elegidos para ser salvos y otros para que se pierdan, independientemente de sus decisiones personales?

La respuesta la encontramos contemplando el cuadro más amplio de lo que Pablo está diciendo. Pablo sigue una línea argumentativa en la que intenta mostrar el derecho de Dios a escoger a aquellos a quienes él usará como sus “escogidos”. A fin de cuentas, Dios es quien tiene la responsabilidad final de evangelizar el mundo. Por lo tanto, ¿por qué no puede elegir como sus agentes a quienes él quiere? Mientras que Dios no le quite a nadie la oportunidad de la salvación, esa acción por parte de Dios no es contraria a los principios del libre albedrío. Más aún, no es contraria a la gran verdad de que Cristo murió por todos los seres humanos, y su deseo es que todos obtengan la salvación.

Mientras recordemos que Romanos 9 no está hablando de la salvación personal de los que menciona, sino de su llamado a hacer una obra determinada, el capítulo no presenta dificultades.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Esaú no quedaba privado del derecho de buscar la gracia de Dios mediante el arrepentimiento; pero no podía encontrar medios para recobrar la primogenitura. Su dolor no provenía de que estuviese convencido de haber pecado; no deseaba reconciliarse con Dios. Se entristecía por los resultados de su pecado, no por el pecado mismo.

A causa de su indiferencia hacia las bendiciones y requerimientos divinos, la Escritura llama a Esaú “profano”. Representa a aquellos que menosprecian la redención comprada para ellos por Cristo, y que están dispuestos a sacrificar su herencia celestial a cambio de las cosas perecederas de la tierra. Multitudes viven para el momento presente, sin preocuparse del futuro. Como Esaú exclaman: “Comamos y bebamos, que mañana moriremos” (1 Corintios 15:32). Son dominados por sus inclinaciones; y en vez de practicar la abnegación, pasan por alto las consideraciones de más valor…

Millares de personas están vendiendo su primogenitura para satisfacer deseos sensuales. Sacrifican la salud, debilitan las facultades mentales, y pierden el cielo; y todo esto por un placer meramente temporal, por un goce que debilita y degrada. Así como Esaú despertó para ver la locura de su cambio precipitado cuando era tarde para recobrar lo perdido, así les ocurrirá en el día de Dios a los que han trocado su herencia celestial por la satisfacción de goces egoístas (Patriarcas y profetas, pp. 180, 181).

El amor de Dios por la raza humana es una forma peculiar: un amor nacido de la misericordia, pues el ser humano es completamente inmerecedor…

El pecado no es objeto del amor de Dios, sino de su odio. Sin embargo, se compadece del pecador porque el culpable lleva la imagen del Creador y ha recibido de él las facultades que hacen posible que llegue a ser un hijo de Dios, no por sus propios méritos sino por los méritos imputados de Jesucristo, por el gran sacrificio que el Salvador ha hecho en su favor…

El amor y misericordia de Dios siempre se extienden a los pecadores (A fin de conocerle, p. 48).

No cabe en la misión de Cristo obligar a los hombres a que le reciban. Satanás y los hombres que actúan bajo su espíritu son los que procuran obligar a las conciencias. Pretendiendo manifestar celo por la justicia, los hombres que están confederados con los ángeles caídos infligen a veces sufrimiento a sus semejantes a fin de convertirlos a sus ideas religiosas. Pero Cristo manifiesta siempre misericordia, procura en todo momento ganar por medio de la revelación de su amor. No puede admitir un rival en el alma ni aceptar un servicio parcial; pero desea tan solo un servicio voluntario, la entrega gozosa del corazón por la compulsión del amor (Los hechos de los apóstoles, p. 431).

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Domingo 3 de diciembre // Lección 10______________________________________________

LA CARGA DE PABLO

“Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Éxo. 19:6).

Dios necesitaba un pueblo misionero para evangelizar un mundo lleno de paganismo, oscuridad e idolatría. Escogió a los israelitas y se les reveló. Hizo planes para que llegaran a ser una nación modelo para así atraer a otros al verdadero Dios. Fue el propósito de Dios que, por la revelación de su carácter a través de Israel, el mundo fuese atraído hacia él. Mediante la enseñanza del servicio sacrificial, Cristo debía ser exaltado ante las naciones, y todos los que lo miraran vivirían. A medida que Israel se multiplicara, a medida que aumentaran sus bendiciones, debía ampliar sus fronteras hasta que su reino abarcara el mundo.

Lee Romanos 9:1 al 12. ¿Qué destaca Pablo sobre la fidelidad de Dios en medio de los fracasos humanos?

Romanos 9:1-12

1 Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo,  que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.  Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;  que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;  de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.  No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,  ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.  Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.  Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.  10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre  11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),  12 se le dijo: El mayor servirá al menor.

Pablo está construyendo una línea argumentativa en la que mostrará que la promesa hecha a Israel no había fracasado por completo. Existe un remanente a través del cual Dios todavía se propone trabajar. Para establecer la validez de la idea del remanente, Pablo se sumerge en la historia de Israel. Demuestra que Dios siempre ha sido selectivo: 1) Dios no escogió a toda la simiente de Abraham como su pacto, solo la línea de Isaac. 2) No escogió a todos los descendientes de Isaac, sino a los de Jacob.

También es importante ver que la herencia, o la ascendencia, no garantizan la salvación. Se puede ser de la sangre adecuada, de la familia correcta, incluso de la iglesia correcta, y aún así estar perdido y quedar fuera de la promesa. Es la fe, una fe que obra por amor, lo que revela a los que son “hijos de la promesa” (Rom. 9:8).

Presta atención a la frase de Romanos 9:6: “Porque no todos los que descienden de Israel son israelitas”. ¿Qué mensaje importante podemos encontrar allí para nosotros, como adventistas, que en muchos aspectos cumplimos el mismo papel en nuestra era que los antiguos israelitas en la suya?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

¡¡¡POR FAVOR LEA ESTA NOTICIA!!!
 
Estimados hermanos, vivimos en la época de cambios. Y aguardamos el mayor de todos los cambios: ¡el que efectuará el Rey en su gloriosa Segunda Venida!
Aquí también cambiamos, para su beneficio y para la gloria de DIOS. A partir de esta lección, tengan la bondad de acceder a la lección de escuela sabática en el mismo horario anterior -los sábados, a las 22 horas, hora de España, 3 de la tarde hora del Este de los Estados Unidos de Norte América.
 
1-Bajo la ministración del Espíritu Santo, de ahora en adelante se podrá disfrutar el contenido del folleto junto con el espíritu de profecía a las 3:00 de la tarde hora del Este de los Estados Unidos.
2-El comentario se insertará el domingo a las 9: 00 de la noche, hora del Este de los Estados Unidos.
 
3-EL sistema en PDF estará disponible el lunes a las 9:00 de la noche hora del Este de los Estados Unidos, Dios mediante.
 
Este cambio nos permitirá madurar mejor toda la lección, a fin de servirles el lunes un fruto mejor madurado con la asistencia del Santo Espíritu. Agradecemos su paciencia y comprensión con este cambio. Suplicamos sus oraciones en nuestro favor: la lucha es fuerte, pero ¡¡todo lo podremos en CRISTO, que nos fortalece!!   ¡¡¡Maranata!!!

 

Te suplicamos, Padre de amor, nutras nuestro entendimiento para comprender con todos los santos, cuál es la anchura, la altura, la profundidad y longura de tus pensamientos para con nosotros. Decidimos creer en tus promesas, porque somos tus hijos. Hoy aceptamos a CRISTO como nuestro Hermano mayor: muéstranos tu gloria en este estudio, para la gloria de tu Hijo, el Rey de la gloria. ¡Amén!

1Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo,  que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.  Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;  que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;  de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,  ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.  Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.  10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre  11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),12 se le dijo: El mayor servirá al menor (Romanos 9).

 

“Verdad digo en Cristo, no miento…”

Esta es la manera correcta de hablar siempre: bajo cualquier circunstancia, en todo momento y en todo lugar.

-Nuestras conversaciones tienen que ser verdaderas, porque es una obligación cristiana

-Nuestras conversaciones tienen que ser verdaderas como si estuviéramos en la presencia de Cristo

-Nuestras conversaciones tienen que ser verdaderas como si tuviéramos el mismo carácter de Cristo

-Nuestras conversaciones tienen que ser verdaderas por honor a nuestro Señor Jesucristo

-Nuestras conversaciones tienen que ser totalmente verdaderas, iluminadas, influenciadas y aprobadas por el Espíritu Santo.

 

“… y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo”

Pablo toca dos asuntos totalmente difíciles y que la mayoría de nosotros confundimos como lo es la conciencia y el Espíritu Santo.

Tal vez creemos que la conciencia es el Espíritu Santo; otros de nosotros quizá dejamos al Espíritu Santo totalmente fuera de nuestras vidas y tomamos solamente la conciencia como una guía espiritual para el hombre.

La conciencia está íntimamente relacionada con el conocimiento. La conciencia es una facultad natural que Dios nos dio al crearnos. Nace dentro de nosotros, como parte del diseño del Creador, y se desarrolla a medida que crecemos, orientada por las experiencias vividas y aprendidas a partir de nuestra relación con otros. Cuando “tomamos conciencia” y en la adultez, nos advierte de las cosas que hacemos en la vida y de sus consecuencias.

Así como el intelecto, los afectos o cualquier otra facultad del hombre, la conciencia es más una disposición o un estado del hombre, y no precisamente un ingrediente de éste. 

Casi siempre caemos en confusión cuando hablamos de la memoria, la conciencia, y la voluntad; estos tres y otros más, en verdad son estados o disposiciones que lleva el hombre en determinados momentos de la vida y que contribuyen a moldear nuestra personalidad, nuestro temperamento y carácter.

La conciencia es la oficina que revisa y juzga las acciones del hombre. Es normal para el hombre preguntarse si lo que ha hecho o dicho, está correcto o equivocado, sin importar si éste es un cristiano o un ateo.

Pasamos infelices momentos en la noche recordando las palabras mal dichas o las acciones erróneas del día. En un análisis “almohadístico” hasta nos desvelamos en un esfuerzo por analizar, evaluar y corregir los desaciertos habidos durante la jornada. He allí el remordimiento de conciencia, cuando ésta remuerde a su dueño.

Aunque no tenemos a alguien que nos reproche directamente, aunque nuestras malas acciones sean desconocidas por el mundo, la conciencia ejerce un poder legislativo y también un poder judicial sobre nosotros; la conciencia dicta al hombre si lo que se hizo fue correcto o incorrecto, e inmediatamente lo condena por sus malas acciones.

A pesar de todo, la conciencia sola no hace que un hombre sea cristiano; es solamente cuando el Espíritu Santo engrandece, instruye e ilumina la conciencia del hombre, que ésta comienza a trabajar de la manera que el Cielo requiere. Es el Parácleto quien nos mueve a procurar reconciliación, a pedir disculpas, a enmendar los errores cometidos.

 

Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne”

Difícil texto para explicar.

Los tres castigos más temidos para el judío eran llamados NIDUI, CHEREM y SHAMMATHA, MARAN ATHA O ANATHEMA.

El castigo llamado nidui consistía en echar a la persona de la sinagoga y separarla de la sociedad; este castigo podía durar hasta 30 días.

El castigo llamado cherem era la sentencia a muerte.

El castigo llamado shammatha o maran atha, o anatema en griego, era el castigo en que la persona era solemnemente entregada al juicio divino.

En el castigo del anatema la persona era maldecida, era excluida de la sinagoga para siempre, sus propiedades eran confiscadas, sus hijos eran considerados incircuncisos, a sus hijas no se les permitía contraer matrimonio, y el condenado era solemnemente entregado al juicio divino.

La palabra griega para shammatha o maran atha, es anathema. Anathema es el acto de entregar solemnemente algo o a alguien para destrucción.

Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne”

Aparentemente el castigo del anatema es lo que Pablo estaba invocando sobre sí mismo, por amor a sus propios hermanos, los israelitas de sangre y carne.

Según los estudiosos de la Biblia, se han provisto tres soluciones para interpretar el pedido del apóstol.

Primera interpretación del pedido del apóstol:

Pablo estaba dispuesto a ser sublimemente condenado, a cambio de la salvación de la gente de su pueblo.  Hay muchos que han comprendido y aplauden los sentimientos de moral sublime que tenía el apóstol, un amor más poderoso que la misma muerte. ¿Era acaso el amor de Cristo algo parecido a los deseos del apóstol? No, el amor de Cristo al morir en la cruz por el pecador, no terminó con su vida en condenación eterna; todo lo contrario, su muerte fue vicaria para gloria eterna. Por lo tanto, el pedido de Pablo, si lo vemos desde el punto de vista de esta interpretación, sería un deshonor y una contradicción a Dios. Pedir ser condenado para salvar a otros, está en contra de los principios de salvación que ofrece el mismo Dios.

La segunda manera de interpretar este texto, provista por otro grupo de pensadores religiosos, es en un sentido de muerte temporal; es decir que Pablo no pedía una condenación eterna, sino un deceso pasajero. Posiblemente algo parecido a lo que pidió Moisés en Éxodo 32: 32 que reza de la siguiente manera: 31 Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, 32que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.”

Esta manera de pensar tampoco está en armonía con el texto, ya que la palabra anatema denotaba el acto de depositar un regalo en el templo y esta ofrenda era sagrada e irrevocable. Cuando se trataba de animales, era una ofrenda devota para el sacrificio y en este caso la palabra devota significa condenada. La palabra anatema abarca todos los terrores de un juicio eterno, por lo tanto un pedido de muerte temporal, no calza con el texto y pedido del apóstol Pablo.

Tenemos la tercera interpretación de este texto.

La mayoría concuerda que el texto está escrito en tiempo imperfecto.

“ Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne”

El apóstol está diciendo “porque deseara”, equivalente a desearía. Otro texto donde se muestra un tiempo imperfecto potencial es en el libro de Gálatas capítulo 1 que reza: 13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba (cursiva añadida); aquí encontramos una afirmación del presente, paralela a algo que había ocurrido en el pasado.

Posiblemente el apóstol está evocando esos días en los que él vivía como un anatema sin Cristo. 1 Corintios 16: 22 reza:

“Si alguien no ama al Señor, que sea anatema (maldito). ¡Maranata! (¡El Señor viene!)” {NBLH} 

Su pedido está basado en suposiciones. Pablo prefería vivir esos días pasados cuando él era un anatema, con tal de ver a sus hermanos convertidos al cristianismo. Dicho en otras palabras, Pablo estaba suponiendo que, si fuera posible, su deseo sería ver a millones convertidos y uno solo (él mismo) perdido; en vez de ver a uno solo convertido y millones perdidos.

 

No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,  ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. 

No por Ismael, que era hijo de Agar, ni por Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa -que eran hijos de Cetura-, sino por Isaac, hijo de Sara.

 Ismael era el hijo de la naturaleza, Isaac era el hijo de la promesa;

Ismael fue dejado a un lado mientras que Isaac fue escogido.

 No por Esaú que era el primogénito de Isaac, sino por Jacob que era el segundo hijo de Isaac.

-11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),

12 se le dijo: El mayor servirá al menor.

13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

-15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.

-16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

De estos textos nace la errada, infame y controversial doctrina de la predestinación.

 

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Dios quería hacer de su pueblo Israel una alabanza y una gloria. Se dio a ellos toda ventaja espiritual. Dios no les negó nada favorable a la formación del carácter que había de hacerlos sus representantes.

Su obediencia a la ley de Dios había de hacerlos maravillas de prosperidad delante de las naciones del mundo… La gloria de Dios, su majestad y poder, habían de revelarse en toda su prosperidad. Habían de ser un reino de sacerdotes y príncipes. Dios les proveyó toda clase de facilidades para que llegaran a ser la más grande nación de la tierra…

Pero Israel no cumplió el propósito de Dios. El Señor declaró: “Yo te planté de buen vidueño, simiente verdadera toda ella: ¿cómo pues te me has tomado sarmiento de vid extraña?” “Es Israel una frondosa viña, haciendo frutos para sí” (Jeremías 2:21; Oseas 10:1) (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 230, 233).

La obra de Cristo debía colocar ante los hombres el carácter de su reino, y mostrarles que los nombres y posesiones y títulos no significan nada, en tanto que a la vista del cielo la pureza de la virtud y la santidad del carácter son consideradas de máximo valor. En el sermón del monte, las primeras oraciones provenientes de sus labios tenían el propósito de echar por tierra aquellas ambiciones. “Bienaventurados los pobres en espíritu —dijo—, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia…

Cristo presentó las abarcantes demandas de la ley de Dios. Trató de corregir las altas pretensiones de ellos exaltando los verdaderos sentimientos y proclamando una bendición sobre ciertos rasgos de carácter diametralmente opuestos a los atributos que ellos acariciaban. Delante de ellos presentó un reino en el cual no tienen cabida las ambiciones humanas ni las pasiones terrenales (Exaltad a Jesús, p. 129).

Lo que más se necesita… es amor por las almas que perecen, ese amor que procede en ricas corrientes del trono de Dios. El verdadero cristianismo difunde el amor por todo el ser. Alcanza a cada parte vital del cuerpo: el cerebro, el corazón, las manos ayudadoras, los pies, y capacita a los hombres a mantenerse firmes donde Dios requiere que se mantengan, de modo que no tracen senderos torcidos para sus pies, para que el cojo no se extravíe. El amor ardiente y abnegado de Cristo por las almas que perecen constituye la vida misma de todo el sistema de la cristiandad…

Únicamente la persona cuyo corazón esté lleno de compasión por el hombre caído, que ama con un propósito, y que demuestra su amor mediante la realización de acciones semejantes a las de Cristo, será capaz de soportar la visión del Invisible. Puede conocer a Dios únicamente la persona que ama a sus semejantes con un propósito. Quien no ame a aquellos por quienes el Padre ha hecho tanto, no conoce a Dios. Esta es la razón por la que hay tan poca vitalidad genuina en nuestras iglesias (Exaltad a Jesús, p. 128).

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Lección 10 // Lunes 4 de diciembre_________________________________________________

ESCOGIDOS

“Se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí” (Rom. 9:12, 13).

Como se ha dicho en la introducción de esta semana, es imposible entender correctamente Romanos 9 hasta que reconozcamos que Pablo no habla de la salvación individual. Aquí se refiere a las funciones especiales que Dios les estaba invitando a algunos a cumplir. Dios quería que Jacob fuese el progenitor del pueblo que sería su agencia especial de evangelización en el mundo. No hay ninguna implicación en este pasaje de que Esaú no pudiese ser salvo. Dios quería que se salvara, así como desea que todos los hombres se salven.

Lee Romanos 9:14 y 15. ¿Cómo entendemos estas palabras en el contexto de lo que hemos estado leyendo?

Romanos 9:14-15

14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.  15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.

Una vez más, Pablo no está hablando de la salvación individual, porque en ese ámbito Dios les extiende su misericordia a todos, porque “quiere que todos los hombres sean salvos” (1 Tim. 2:4). “La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11). Pero Dios puede elegir a naciones para desempeñar un papel y, aunque estas pueden rehusarse, no pueden impedir que Dios las escoja. Por más que Esaú lo hubiese deseado, no podría haber llegado a ser el progenitor del Mesías ni del pueblo escogido.

En definitiva, no fue una elección arbitraria por parte de Dios, ni un decreto divino por el que Esaú fue excluido de la salvación. Los dones de su gracia a través de Cristo son gratuitos para todos. Todos fuimos escogidos para ser salvos, no para perdernos (Efe. 1:4, 5; 2 Ped. 1:10). Son nuestras propias decisiones, no las de Dios, las que nos alejan de la promesa de vida eterna en Cristo. Jesús murió por cada ser humano. Sin embargo, Dios ha establecido en su Palabra las condiciones por las que cada alma será elegida para la vida eterna: la fe en Cristo, que conduce al pecador justificado a la obediencia.

Como si no existiese nadie más que tú, fuiste elegido en Cristo antes de la fundación del mundo para ser salvo. Es tu llamado, tu decisión; Dios te da todo a través de Jesús. ¡Qué privilegio, qué esperanza! A fin de cuentas, ¿por qué todo lo demás palidece en comparación con esta gran promesa? ¿Por qué sería la mayor de todas las tragedias dejar que el pecado, que el yo y la carne te quiten todo lo que se te prometió en Jesús?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Para el lector superficial son extrañas las palabras de Dios, cuando declara que él aborreció a Esaú, mas amó a Jacob desde que ambos estaban el vientre de su madre.

Esaú era un valiente cazador, un hombre del campo, un hombre lleno de aventuras; era irritable hasta el punto de decir que mataría a su propio hermano, pero era perdonador:  su pasión le desaparecía muy rápidamente. Esaú prefería comprar lo que fácilmente hubiera podido conseguir por la fuerza; nunca había engañado a sus padres, y cuando hablaba con ellos les hablaba muy respetuosamente. Mostró que era un hombre considerado en la segunda ocasión cuando le tocó escoger esposa. Esaú era generoso: en Peniel no quiso tomar nada de lo que pertenecía a su hermano, cuando éstos hicieron las pases.

Por el otro lado, encontramos a un Jacob totalmente diferente;  su peor pecado era el engaño. Era tramposo, se aprovechó de la necesidad física de su hermano para despojarlo de la primogenitura. Mientras su padre yacía en el lecho de muerte, él dijo, acertó, confirmó y reconfirmó una mentira; antes de marcharse de su hogar no hizo ninguna confesión; tampoco pidió disculpa por su error. Engaño a su patrón y suegro y además huyó de él.

Con todo esto viene el veredicto divino:  13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

Necesitamos entrar en el santuario del hombre para conocer su vida real.

Aparentemente Esaú nunca le importó Dios, a pesar de que no tenía crimen alguno;  tampoco era poseedor de la gracia, no había en él ningún reconocimiento de la soberanía de Dios y su primogenitura tenía muy poca importancia en su vida. En resumidas cuentas, Esaú era un tipo indiferente a los asuntos espirituales.

Jacob buscaba la bendición de Dios por los medios equivocados; a pesar de su error le tenía mucho aprecio y valoraba mucho la bendición de Dios, hasta tal grado que su mismo suegro reconoció que había prosperado mucho gracias a la presencia de Jacob. Jacob casi siempre contaba a Dios los planes que tenía en su vida y honraba a Dios como el Dador de todos los bienes que había adquirido. Fue a Betel a renovar su pacto con Dios, y antes de ir allá eliminó los dioses extraños que había entre sus mujeres. Oró y luchó toda una noche, pidió permiso a Dios antes de ir a Egipto, separó a su familia de la idolatría, e hizo una hermosa confesión ante el faraón de Egipto. En los capítulos finales de su vida, enseñó a sus hijos con mucha piedad y confirmó la promesa hecha, haciendo jurar a sus hijos que lo sepultarían en Canaán, la tierra prometida.

En conclusión, podemos decir: Jacob cometió un gran pecado, pero se levantó, se arrepintió, y su pecado fue perdonado.

Esaú, visto desde el punto de vista del mundo, era aparentemente un buen hombre con una buena moral, pero no tenía a Dios. Esaú no cometía errores contra el hombre, pero tampoco estaba bien con Dios. No hacía mal a nadie –dirían los críticos hoy-, pero le faltaba el temor de Dios y darle gloria.

Imagínese que usted tiene dos hijos: Uno de ellos es un buen muchacho, no tiene problemas con nadie y tiene una vida correcta, pero usted como padre o madre tiene cero significado en la vida del muchacho; es decir, usted no le importa en absoluto a su hijo.

El otro hijo –en cambio- le hace enojar, porque a menudo comete errores, pero el muchacho muestra mucho arrepentimiento cuando comete una falta; el muchacho sufre mucho cuando está consciente de que le ha hecho pasar un mal momento. A este muchacho sí le importa usted como padre o madre: ¿A quién de los dos amará más?

Hay grupos religiosos o personas  que creen en la «predestinación».

La predestinación supone que algo ya está decidido antes de tiempo. Dicho en otras palabras, la predestinación no me da la oportunidad de cambiar las cosas ni el curso de mi vida; o sea, todo lo que me ocurra en esta vida, era ya inevitable: tenía que suceder, porque ya estaba predeterminado de esa manera. La predestinación es totalmente opuesta a la libertad de elección, es decir, el libre albedrío que bíblicamente conocemos.

¿De dónde ha surgido la falsa doctrina de la predestinación?  Lamentablemente, de algunos versículos de la Biblia, que son mal interpretados o no comprendidos en su totalidad. 

Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. 10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre 11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras, sino por el que llama), 12 se le dijo: El mayor servirá al menor. 13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. 14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. 15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Romanos 9

Estos versículos son la esencia de la falsa doctrina de la predestinación.

Las personas que creen en la predestinación repiten el versículo 16,  donde Dios dice que no depende de si queremos o si corremos, sino que todo depende de quien Él quiere. El caso más grande se presenta en este párrafo; que antes de que Esaú y Jacob hubieran nacido, antes de que ellos hubieran hecho mal o bien, ya Dios había decidido a quién amar y a quién aborrecer.

La parte de este texto que no se está comprendiendo, es que Dios no está decidiendo nada por ellos.

Dios está hablando de ellos de esa manera, porque Dios conoce el futuro a la perfección: de antemano Dios sabía cuál sería el comportamiento de Jacob y Esaú, y también conocía las decisiones que ellos iban a tomar con respecto a sus vidas espirituales. Ya Dios, sabiendo de antemano el resultado de las decisiones de ellos dos, pudo hablar con toda seguridad a quién amó desde el vientre y a quién aborreció, desde antes de que naciera cada uno.

Por otro lado, la fraseología bíblica obedece al contexto cultural y académico del escritor, conocido como hagiógrafo. Los vocablos que cada autor escoge para verter su idea, son parte inherente de su perfil personal, ya que el Espíritu Santo nunca dictó el texto palabra por palabra; además, está la traducción, en la que a menudo interviene una interpretación del texto original. Toda la Biblia es consistente en promover la responsabilidad individual para la salvación: DIOS no la decide, sino cada persona. Si hemos de afirmar una predestinación, tenemos que admitir que la Deidad nos predestinó a todos para salvación; cada cual es responsable de mantenerse salvo o salva.

Si Dios interfiriera en el futuro de las personas, no hubiera dejado que Esaú naciera; no hubiera creado a Lucifer, ni hubiera creado a Adán y Eva; no hubiera creado este mundo, no hubiera permitido el nacimiento de Nerón, ni de Hitler, quizás ni mi nacimiento, ni el suyo.  Pero no, Dios no interfiere con la vida, el futuro ni con las elecciones de las personas. Él permite que toda persona elija su rumbo, hasta que llegue al final, donde cada cual habrá construido su bienestar o habrá cavado su propia tumba. “porque veo al final de mi rudo camino, que yo fui el arquitecto de mi propio destino» expresó el poeta mexicano Amado Nervo en su hermosísimo poema “En paz”.

Hay otros textos bíblicos que son usados por quienes apoyan la falsa doctrina de la predestinación, y son los siguientes:

«29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.   (Romanos 8)

En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.»  (Efesios 1)

Tenemos que recordar que Jesús vino a morir a este mundo por toda la raza humana: su sacrificio alcanza a todo miembro de la raza caída, de todos los tiempos. Partiendo de aquí, la salvación se ofrece a todo aquel que la desee; es gratuita, no cuesta nada; pero es libre, no es forzada.

Cuando la Biblia refiere la predestinación, no está hablando de que Dios va a escoger a algunos y a otros no; está hablando de que Él va a escoger y recoger a todos aquellos que voluntariamente acepten la sangre y sacrificio de Cristo, como el medio expiatorio ante el Padre.

Toda la Biblia es consistente en promover la responsabilidad individual para la salvación: DIOS no la decide, sino cada persona elige aceptarla o rechazarla. Si hemos de afirmar una predestinación, tenemos que admitir que la Deidad nos predestinó a todos para salvación; cada cual es responsable de mantenerse salvo o salva.

Otra cosa que necesitamos comprender es que muchas veces en este mundo nos pasan cosas o sufrimientos y creemos que ya nos tocaba, nos ponemos casi de acuerdo con la predestinación y esto no es así. La mayoría de los fracasos malos y sufrimientos que nos suceden son el producto de nuestras propias decisiones, y pudieron haber sido evitados.

Estas son algunas de las razones por las que sufrimos en este mundo:

Sufrimos por nuestras decisiones equivocadas: muchas veces nosotros los humanos somos nuestros propios enemigos, y nos convertimos en auto-destructores.

Muchas veces se sufre por los pecados de otros: Dios nunca causaría este tipo de sufrimiento, no lo comenzaría, ni lo apoyaría; todo lo contrario, hacer sufrir a sus criaturas va en contra de su naturaleza, que es santa y pura. Ejemplo de estos casos son Betsabé, Daniel, Tamar, Oseas, el Buen Samaritano, Pablo, etc.

Algunas veces se sufre sencillamente por las desgracias que ocurren en la vida: Hay un interesante dicho que usa el mundo de habla inglesa y se podría traducir así: «Hasta el mejor santo de Dios, tiene su noche oscura». Este tipo de sufrimiento no es indicador del abandono divino, ¡jamás! Simple y sencillamente la vida es dura.

Muchas veces se padece por enfermedades y muerte: esto pasa y pasará a cada persona de este mundo sin excepción. En este mundo de pecado y contaminación, tenemos cero protección contra de la enfermedad y la muerte; aún el mejor estilo de vida no garantiza salud y vida ad perpetuam. Jesús lloró húmedas y saladas lágrimas por el dolor y la  muerte de sus amigos.

Muchas veces sufrimos por la tierra: vivimos en una tierra físicamente, con una vida que se ve afectada por tornados, terremotos, fuegos, maremotos, huracanes… Los desastres naturales son fenómenos “naturales” de este sistema viviente, del cambiante y fluctuante mundo en que vivimos, polucionado y contaminado hasta la saciedad. Entre más destruyamos la Tierra, más va a protestar el planeta en contra de su destrucción y también tomará más venganza en contra del destructor.

Muchas veces sufrimos por nuestros enemigos viciosos: hay muchos enemigos viciosos que están dispuestos a robar, matar y destruir toda cosa que sea bonita y buena. El pecado de la avaricia, la envidia, la codicia carcomen el pensamiento y acciones de algunos.

Al final, sufrimos por el pecado en general.

Toda la Biblia es consistente en promover la responsabilidad individual para la salvación: DIOS no la decide, sino cada persona. Si hemos de afirmar una predestinación, tenemos que admitir que la Deidad nos predestinó a todos para salvación; cada cual es responsable de mantenerse salvo o salva. Hoy, en este momento debemos elegir la salvación a la que DIOS nos predestinó, para poder morar con Cristo en la casa del Padre, por la merced del Espíritu Santo.

No existe la predestinación con Dios; con Dios existe el libre albedrío. El abuso de esa libertad que nuestro Padre nos confirió desde el Edén, llevó a nuestros primeros padres al caos y al fracaso en este mundo, y esa es la razón por la cual usted y yo estamos estudiando la Palabra de Dios, orando y confesando nuestros pecados, para volver al santo y hermoso lugar que nuestros padres perdieron por abusar de esa libertad.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Esaú y Jacob habían sido instruidos igualmente en el conocimiento de Dios, y los dos pudieron andar según sus mandamientos y recibir su favor; pero no hicieron la misma elección. Tomaron diferentes caminos, y sus sendas se habían de apartar cada vez más una de otra.

No hubo una elección arbitraria de parte de Dios, por la cual Esaú fuera excluido de las bendiciones de la salvación. Los dones de su gracia mediante Cristo son gratuitos para todos. No hay elección, excepto la propia, por la cual alguien haya de perecer. Dios ha expuesto en su Palabra las condiciones de acuerdo con las cuales se elegirá a cada alma para la vida eterna: la obediencia a sus mandamientos, mediante la fe en Cristo. Dios ha elegido un carácter que está en armonía con su ley, y todo el que alcance la norma requerida, entrará en el reino de la gloria. Cristo mismo dijo: “El que cree en el Elijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida” (Patriarcas y profetas, p. 207).

A los que habían razonado: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”, Jesús presentó la copa de bendición, mas rehusaron con desprecio el don que se les ofrecía tan generosamente. El que se cree sano, el que se considera razonablemente bueno y está satisfecho de su condición, no procura participar de la gracia y justicia de Cristo. El orgullo no siente necesidad y cierra la puerta del corazón para no recibir a Cristo ni las bendiciones infinitas que él vino a dar. Jesús no encuentra albergue en el corazón de tal persona. Los que en su propia opinión son ricos y honrados, no piden con fe la bendición de Dios ni la reciben. Se creen saciados, y por eso se retiran vacíos. Los que comprenden bien que les es imposible salvarse y que por sí mismos no pueden hacer ningún acto justo son los que aprecian la ayuda que les ofrece Cristo (El discurso maestro de Jesucristo, p. 12).

¿Cómo se convierten las almas en ovejas de Cristo? Eligiendo recibirle. Pero Cristo las ha elegido antes. Conocía a cada una que respondería a su invitación y conocía a cada una que se inclinaría a recibirlo, pero que, debido a la oposición de las influencias populares, se apartaría de él… Los que oyeron la voz y contemplaron a Jesús como al Cordero de Dios, creyeron en él y llegaron a ser su propiedad por su propia elección. Pero…su elección de Jesús fue en respuesta a la invitación de él. El amor de Jesús nos fue expresado antes de que lo amáramos…

A Jesús ha sido confiada toda la familia humana, como el rebaño de ovejas es confiado al pastor. Esas ovejas y corderos han de recibir un cuidado pastoral. Serán guardados por el fiel Pastor supremo, bajo el cuidado de fieles pastores subalternos. Y si ellos obedecen la voz del Pastor supremo, no serán dejados para que los devoren los lobos (A fin de conocerle, p. 54).

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Martes 5 de diciembre // Lección 10________________________________________________

MISTERIOS

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isa. 55:8, 9).

Lee Romanos 9:17 al 24. Según lo que hemos leído hasta ahora, ¿de qué manera debemos entender el planteamiento de Pablo?

Romanos 9:17-24

17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.  18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.  19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?  20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?  21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?  22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,  23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,  24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?

Al enfrentar a Egipto en el momento del Éxodo de la manera en que lo hizo, Dios estaba obrando en favor de la salvación de la raza humana. Dios planificó revelarse a los egipcios (al igual que a las demás naciones) en las plagas de Egipto y en la liberación de su pueblo para poner de manifiesto que el Dios de Israel era el Dios verdadero. Fue concebido como una invitación para que los pueblos de las naciones abandonaran sus dioses y lo adoraran.

Obviamente, Faraón ya había tomado su decisión en contra de Dios, de modo que al endurecer su corazón Dios no le estaba quitando la oportunidad de la salvación. El endurecimiento era en contra de la petición de dejar ir a Israel, no en contra del llamado de Dios para que Faraón aceptara la salvación personal. Cristo murió por Faraón, al igual que por Moisés, Aarón y el resto de los hijos de Israel.

La cuestión fundamental en todo esto es que como seres humanos caídos tenemos una visión muy estrecha del mundo, de la realidad, de Dios y de cómo él obra en el mundo. ¿Cómo podemos esperar comprender todos los caminos de Dios cuando el mundo natural, todo a nuestro alrededor, contiene misterios que no podemos entender? Por ejemplo, ¡hace solo 171 años que los médicos se dieron cuenta de que sería una buena idea lavarse las manos antes de realizar una cirugía! Esto demuestra cuán inmersos en la ignorancia hemos estado. Y ¿quién sabe, si el tiempo perdura, qué otras cosas descubriremos en el futuro que revelarán cuán inmersos en la ignorancia estamos hoy?

Sin duda, no siempre entendemos los caminos de Dios, pero Jesús vino a revelarnos cómo es Dios (Juan 14:9). ¿Por qué, entonces, en medio de todos los misterios de la vida y de los acontecimientos inesperados, es tan importante que meditemos en el carácter de Cristo, y en lo que nos ha revelado acerca de Dios y de su amor por nosotros? ¿De qué manera el hecho de saber cómo es el carácter de Dios nos ayuda a permanecer fieles en medio de las pruebas que parecen tan injustas?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Hay varios textos en la Biblia, que hablan del barro, entre ellos tenemos los siguientes:

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Génesis 2

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar y derribar y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. 10 Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.    Jeremías 18

16 Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?    Isaías  29

¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces?; o tu obra: ¿No tiene manos?   Isaías 45

Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.  Isaías 64

18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? 20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? 21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?    Romanos 9

El texto para estudio del día de hoy, tiene que ver con la experiencia de Jeremías, que encontramos en el capítulo 18

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. 10 Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.    Jeremías 18

18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? 20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? 21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?    Romanos 9

Por causa del constante rechazo y la persecución que afrontó, sin duda Jeremías quería abandonar todo. ¿Valía la pena luchar y pelear en favor de la nación? A veces, seguramente sintió que la respuesta era un rotundo “¡No!”

Sin embargo, no hay duda de que mientras observaba las manos del alfarero, se le dio una imagen, un símbolo, del modo en que Dios obra con el ser humano, hecho de barro. Aunque hay otras verdades en la imagen del alfarero y el barro, ésta enseña la soberanía total de Dios. Es decir, por desesperanzada que pudiera haber parecido una situación desde la perspectiva de Jeremías, el simbolismo del alfarero y el barro le mostraron que, en última instancia, y a pesar de las decisiones equivocadas –incluso intencionalmente equivocadas– que toma la gente, Dios está en el control del mundo. Él es la fuente absoluta de poder y autoridad, y al final triunfará, no importa cuáles sean ahora las perspectivas.

Siglos después de Jeremías, Pablo toma esta imagen del Antiguo Testamento en Romanos 9 y la usa, básicamente, para enseñar la misma lección que debía enseñar Jeremías. En realidad, en Romanos 9:21, Pablo podría aun referirse directamente a Jeremías 18:6.

A pesar de la realidad de la libertad de elección humana y los resultados frecuentemente calamitosos del abuso del libre albedrío, al final, tenemos la seguridad de que podemos esperar en la absoluta soberanía de nuestro Dios amante y dispuesto al sacrificio propio, cuyo amor se reveló en la Cruz. El mal no triunfará; pero Dios y su amor sí. ¡Qué gloriosa y bienaventurada esperanza tenemos!

La figura del alfarero ha sido usada con bastante frecuencia en la Biblia.  Posiblemente porque es fácil de entender para la mayoría de las generaciones que han vivido en este mundo, ya que la rueda o el torno es una de las herramientas que ha sido modificada muy poco a través de siglos y -por qué no decirlo- a través de los milenios.

En todos los textos bíblicos se enfatiza el poder absoluto que el alfarero tiene sobre el barro; pero hay que notar que el trabajo depende de la calidad y de la constitución del barro.

Según los expertos, hay una clase de barro que es muy dócil y fácil de trabajar; pero hay cierto tipo de barro que es demasiado blando y hay otro que es demasiado duro. Hay barro que es marcadamente blanco y es de este barro que se hacen las finas piezas de porcelana.

También hay otro barro que es riquísimo en hierro y éste se usa para hacer objetos que llevarán colores encendidos y vistosos, ya que la presencia del hierro en el barro, tiende a resaltar los colores en la cerámica.

Otro tipo de barro deja dudas en el alfarero, ya que muchas veces se logra formar un hermoso objeto pero se tiene la sospecha de que se quebrará o se torcerá cuando se introduzca al fuego para su curación.

El barro en el campo espiritual representa al hombre. De la misma manera que se encuentra barro de diferentes naturalezas y consistencias, así también se encuentran hombres con diferentes caracteres y consistencias; algunos son buenos, otros son malos, y otros son indiferentes.

El alfarero nunca descarta ningún barro: si el alfarero  cree que la vasija  saldrá mal, las deshace y la vuelve a hacer. El alfarero no puede usar piedra cuando trabaja el barro; tampoco puede hacer una vasija usando solamente agua.

De la misma manera hay hombres que son como la piedra en las manos de alfarero, que son duros para ser moldeados y hay otros que son tan débiles o flojos, que siempre terminan deformándose en las manos del alfarero.

Pero el Alfarero Divino siempre hace algo con el barro humano. Posiblemente el barro humano no tenga la consistencia para ser una hermosa y gran vasija de porcelana, pero posiblemente tiene las cualidades para ser un pequeño salero, que es muy útil en una casa. Si la materia es el hombre, el Alfarero Divino siempre hará milagros y formará una pieza de arte del barro humano.

Hasta aquí estamos entendiendo todo muy fácilmente; el problema comienza cuando el pequeño salero se da cuenta de que él pudiera ser algo mejor de lo que es. ¿Cómo el hombre puede estar satisfecho cuando está consciente de que no es lo que él quisiera ser? Si esos son muchas veces nuestros pensamientos y nuestros deseos ¿cómo serán los deseos de Dios para con nosotros? Si nosotros estamos inconformes con nosotros mismos, ¿cómo estará el Señor?

Aquí es exactamente donde comienzan las mil preguntas que Dios podría formularse. ¿Estará Dios decepcionado del trabajo que él hizo en mí? ¿Está Dios limitado en su forma de trabajar con nosotros? ¿Intentó Dios con nosotros hacer una fina pieza de porcelana y falló? ¿Acaso no fue el Alfarero el que fue a buscar al barro y él mismo lo trajo  al taller? ¿Acaso no sabía el Alfarero qué clase de barro estaba consiguiendo?

Lo que necesitamos entender es que la fineza y los colores de la cerámica dependen de la calidad  y de la constitución del barro,  y el alfarero no puede hacer nada con respecto a la calidad del barro. El único trabajo del Alfarero es darle forma al barro y él lo hace perfectamente. Si el barro es fino y de alta calidad así será el producto, y si el barro no es lo mejor, también así será el resultado. Entre más crudo y más áspero sea el barro, más se admira la maestría del Alfarero, cuando le está dando forma.

Dios nunca intentó crear a todos los hombres iguales; en la multitud de especímenes de la creación de Dios existe la diversidad, no la uniformidad.

Todos admitimos que no es posible para el hombre que todos tengamos la misma moral, el mismo carácter, los mismos gustos y  los mismos deseos; eso es simplemente imposible. Lo importante que tenemos que aprender en la vida, es ser fieles al propósito para el cual nosotros fuimos creados.  Dios estará contento solamente con lo mejor. Pero ¿qué es lo mejor?  ¿Será lo mejor que todo barro se transforme en una inmaculada cerámica blanca, brillosa y resplandeciente?  La respuesta es no. Lo mejor es que el hábil Alfarero convierta el barro de acuerdo con su calidad  y consistencia en diferentes utensilios que ayuden a todas las diferentes necesidades que existen en la Tierra y que se cumpla el propósito de su creación.

En el mundo encontramos personas con diferentes aptitudes, con diferentes caracteres, con diferente orientación, con diferente mentalidad, y con diferentes habilidades; todos ellos son necesarios, todos ellos son importantes, todos ellos son útiles si se dejan usar por el Alfarero celestial.

También nuestra iglesia está llena de personas con diferentes talentos, espíritus, personalidades, mentalidades, cualidades, ideas, dones, talentos y habilidades; se requiere el concurso de todos ellos para cumplir la voluntad de Dios y todos ellos son necesarios para formar el maravilloso cuerpo de la iglesia de Cristo, donde Cristo mismo es la cabeza.

Dios trabaja perfectamente con el barro y le da la forma perfecta de acuerdo con la calidad y consistencia del barro. Si el barro es de la montaña, de los valles, de la llanura, de los volcanes, o de la costa, siempre es barro. Y sirve para los fines del amoroso y creativo Artista.

El rico, el pobre, el estudiado, el ignorante, el encumbrado, el humilde, el ejecutivo, el obrero, el hombre, la mujer, el blanco, el negro, el niño y el anciano; todos ellos son diferentes, pero es el mismo barro; todos ellos son diferentes, pero son de hechuras hermosas, ya que todos fueron creados a imagen de Dios. No importa con quién nos encontremos en la vida, no importa su origen o su apariencia, es siempre barro, barro que fue formado por el mismo Alfarero; es utilizable por un Alfarero experto y perfecto.

21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? 

¿Cómo Dios puede hacer un vaso para honra y otro para deshonra?

Todo lo que Dios hace es perfecto y justo; Dios no puede hacer las cosas imperfectas aunque a nosotros nos parezca de esa manera. Esto incluye a sus mismos hijos, todos esos hijos de Dios que se van a salvar, todos son hechos diferentes los unos de los otros.

Hay que recordar que no importa cuán buenos y santos sean los hijos de Dios que se salven, ninguno de ellos se merecía la salvación; la salvación es un absoluto y completo regalo de Dios, y las gracias son dadas solamente a Dios por nuestra salvación. De los hijos que se pierdan, la crítica pertenece solamente a ellos, ellos son los únicos culpables de su perdición. Oseas 13: 9 dice: «Te perdiste, oh Israel, mas en mí está tu ayuda.»

¿Cómo es que Dios puede hacer «un vaso para honra y otro para deshonra»?

Esta era una expresión común en el mundo hebreo y no significa lo que nosotros entendemos en nuestro idioma castellano o en otro idioma, inclusive el inglés.

En hebreo un vaso de honra es aquel utensilio hecho para un uso honorable, o diseñado para un uso constante, o para un propósito noble o refinado.

Tanbién en el mismo idioma hebreo,  un vaso de deshonra es todo aquel utensilio hecho o diseñado para un uso común.

Es tan importante el recipiente de barro que se usa para cocinar, como el que se emplea en el servicio sanitario: los dos son importantes, los dos son necesarios, los dos son de barro, los dos son hechos por el mismo alfarero.

En el hebreo a la olla de barro se la puede llamar una vaso de honra, o un vaso especial; y al servicio sanitario se le puede llamar una vaso de deshonra, o un vaso común; al final los dos ellos son sumamente importantes, ambos son hechos del mismo material, aunque de distinta calidad: barro.

Lo que el texto está diciendo enfáticamente es que nosotros los hombres pecadores no tenemos ningún derecho de cuestionar a Dios por sus decisiones.

El versículo denota el absoluto poder de Dios sobre el hombre, representado por el absoluto poder del alfarero sobre el barro. Por lo tanto, nosotros no tenemos ningún derecho de pelear, murmurar ni enojarnos con Dios por las decisiones que él toma: donde él va a depositar sus bendiciones, y sobre quienes él quiere depositar sus bendiciones.

Algunos de sus hijos llegan a ser grandes, sabios, fuertes, ricos y poderosos; otros no. Con esta decisión Dios no le está haciendo ningún mal a nadie, simple y sencillamente él tiene el poder absoluto sobre el humano y Dios es quien decide a quién va a dar y a quién no, a quién lo va hacer para un uso refinado y especial y a quién va a diseñar para un uso común, simple o sencillo; todo esto con base en la disposición del humano para dejarse usar por el Ser supremo.

Al final, el vaso de honra o el de deshonra está hecho exactamente de la misma masa de barro y  cumplirá los designios de su Creador.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Ningún amor profundo por Jesús puede morar en el corazón de aquellos que no ven ni comprenden su propia pecaminosidad. El alma que es transformada por la gracia, admirará su carácter divino; pero si no vemos nuestra propia deformidad moral, es una evidencia inequívoca de que no hemos tenido una visión de la belleza y excelencia de Cristo. Cuanto menos cosas de estima veamos en nosotros mismos, tanto más veremos para apreciar en la infinita pureza y amor de nuestro Salvador. Una visión de nuestra propia pecaminosidad nos conduce hacia Aquel que puede perdonar…

Dios no trata con nosotros de la manera en que un hombre finito trata con otro. Sus pensamientos son pensamientos de misericordia, amor y tierna compasión… Él dice: “Yo deshice como a nube tus rebeliones…”. Isaías 44:22 (Nuestra elevada vocación, p. 29).

Era el propósito de Dios que su gracia se revelara entre los gentiles tanto como entre los israelitas. Esto había sido anunciado claramente en las profecías del Antiguo Testamento. El apóstol usa algunas de estas profecías en su argumento. “¿O no tiene potestad el alfarero —pregunta— para hacer de la misma masa un vaso para honra, y otro para vergüenza? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar la ira y hacer notoria su potencia, soportó con mucha mansedumbre los vasos de ira preparados para muerte, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, mostrólas para con los vasos de misericordia que él ha preparado para gloria; los cuales también ha llamado, es a saber, a nosotros, no solo de los judíos, mas también de los Gentiles? Como…dice: Llamaré al que no era mi pueblo, pueblo mío; y a la no amada, amada. Y será, que en el lugar donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío: allí serán llamados hijos del Dios viviente”. Véase Oseas 1:10 (Los hechos de los apóstoles, p. 302).

Quien no trate de acercarse cada día más a Cristo no podrá conocer el carácter de Dios. El vivir una vida pura por fe en Cristo como Salvador personal le da al creyente un concepto más claro y elevado de Dios. Nadie, cuyo carácter no sea noble y semejante al de Cristo, puede representar a Dios en forma correcta. Puede predicar acerca de él, pero sus oyentes no verán que Cristo sea un huésped permanente en su corazón…

Las cualidades esenciales que todos debemos poseer son las que señalaron la perfección del carácter de Cristo: su amor, su paciencia, su generosidad y su bondad…

Es el mayor y más fatal de los engaños suponer que alguien tenga fe en la vida eterna sin manifestar un amor por sus hermanos que sea semejante al de Cristo. Quien ame a Dios y a su prójimo está lleno de luz y amor. Dios está en él al mismo tiempo que lo envuelve. Los cristianos aman a los que están en tomo de ellos como almas preciosas por las cuales Cristo murió. El cristiano sin amor no existe: “porque Dios es amor” (Cada día con Dios, p. 270).

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Lección 10 // Miércoles 6 de diciembre_____________________________________________

AMMI: “MI PUEBLO”

En Romanos 9:25, Pablo cita Oseas 2:23; y en Romanos 9:26, cita Oseas 1:10. El contexto es que Dios instruyó a Oseas para que tomara “una mujer fornicaria” (Ose. 1:2) como una ilustración de la relación de Dios con Israel, porque la nación había ido tras dioses extraños. Los hijos nacidos de este matrimonio recibieron nombres que representaban el rechazo de Dios y el castigo del Israel idólatra. Al tercer hijo lo llamaron Loammi (Ose. 1:9), que literalmente significa “no mi pueblo”.

Sin embargo, en medio de todo esto, Oseas predijo que llegaría el día en que, después de castigar a su pueblo, Dios restauraría su prosperidad, quitaría sus falsos dioses y haría un pacto con él. (Ver Ose. 2:11-19.) En ese momento, los que eran Loammi, “no mi pueblo”, llegarían a ser Ammi, “mi pueblo”.

En los días de Pablo, los Ammi eran “nosotros, no solo […] los judíos, sino también […] los gentiles” (Rom. 9:24). Qué presentación clara y poderosa del evangelio, un evangelio que desde el principio fue para todo el mundo. No es de extrañar que, como adventistas, tomemos parte de nuestro llamado de Apocalipsis 14:6: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”. Hoy, como en la época de Pablo y como en los días del antiguo Israel, las buenas nuevas de la salvación se difundirán por todo el mundo.

Lee Romanos 9:25 al 29. Observa cuántas veces Pablo cita el Antiguo Testamento para expresar su opinión acerca de las cosas que estaban sucediendo en su época. ¿Cuál es el mensaje básico que se encuentra en este pasaje? ¿Qué esperanza se les ofrece allí a los lectores?

Romanos 9:25-29

25 Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada, amada. 26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente. 27 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo; 28 porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud. 29 Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia, Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes.

 

El hecho de que algunos de los compatriotas de Pablo rechazaran el llamado del evangelio le causaba “gran tristeza y continuo dolor” en su corazón (Rom. 9:2). Pero, al menos había un remanente. Las promesas de Dios no fallan; aunque los seres humanos, sí. La esperanza que podemos tener es que, al final, las promesas de Dios se cumplen, y si reclamamos esas promesas también se cumplirán en nosotros.

¿Con qué frecuencia te fallan las personas? ¿Cuán a menudo te has fallado a ti mismo y a los demás? Probablemente más veces de las que puedas contar, ¿verdad? ¿Qué lecciones puedes aprender de estos fracasos con respecto a dónde debe estar tu mayor confianza?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

25 Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,
    Y a la no amada, amada. 26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente.  27 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo;  28 porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud.  29 Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia,  como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes (Romanos 9).

Ya sea que el profeta Oseas esté escribiendo a las diez tribus de Israel o esté escribiendo al mundo gentil, en verdad no tiene mucha importancia; lo importante del texto es ilustrar que Dios tiene una sabiduría eterna y un derecho incuestionable de transferir  privilegios y bendiciones de pueblos a pueblos, de personas a personas, incluyendo esas personas que en un momento determinado de la vida fueron consideradas reprobadas, extranjeras, gentiles o pecadoras.

Muchas veces los grandes  favoritos de Dios abusan de los dones que se les ha otorgado y los pierden; éste fue el caso típico de la nación hebrea. Consideremos los siguientes puntos:

-A los hebreos se les entregan privilegios de conocimiento teológico monoteísta y un alto progreso espiritual

-A pesar de ese privilegio espiritual que les ha entregado Dios, los hebreos se mantienen en la rebelión y en la apostasía. La rebelión y la apostasía fueron las dos bases fundamentales que condujeron a Israel a la idolatría

-Dios castiga al pueblo de Israel con calamidades, guerras y derrotas hasta que fueron llevados cautivos por potencias extrajeras, amén de otras innumerables humillaciones

-A pesar de los castigos de Dios, ellos incurrían vez tras vez en su mismo pecado en contra de Dios

-Al final, viene la definitiva catástrofe que terminó con la destrucción de Israel y la total dispersión del pueblo por el mundo entero –la diáspora.

Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo (Rom. 9:25).

Ahora los menos favorecidos, son exaltados y trasladados al privilegio que fue quitado al mundo hebreo. Consideremos el caso de los gentiles:

-Se les anunció el evangelio por parte de los apóstoles, especialmente Pablo, debido a que los judíos rechazaron el evangelio

-Los gentiles con gozo aceptaron las buenas nuevas, convirtiéndose de esa manera el evangelio en un poder salvador para las naciones de la tierra

-Los gentiles inmediatamente comenzaron a esparcir el evangelio por todo el mundo

-El imperio romano, consecuentemente, se “convierte” al cristianismo. (Como se ve en la historia de Occidente en el siglo IV, la “conversión” de Constantino fue más nominal y de conveniencia, que profunda y transformacional.)

-De esta manera, aquellos que una vez se consideraron desfavorables en el ámbito espiritual, llegaron a ser “su pueblo”, “sus amados’, “los hijos de Dios”. Así de impredeciblemente compasivo es el Dos nuestro. Ese es el Dios que nos llama sus hijos, herederos de sus promesas.

«Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo»

-Estaban sin Dios

-Estaban sin el conocimiento de la verdad

-Estaban sin esperanza

 

Ello no obstante, hay un feliz cambio en ese pueblo, porque

-Fueron adoptados

-Fueron transformados

-Fueron admitidos  y amistados con Dios. Tal es la verdadera fuente de vida y de felicidad para el ser humano.

Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo (Rom. 9:27). 

El pueblo de Israel fue y sigue siendo un pueblo notablemente numeroso, “como las arenas del mar”. Cuando entraron en Egipto, eran solamente 75 personas; cuando salieron de Egipto, 400 años después, eran alrededor de cinco millones; en los tiempos de Jesús, Israel era increíblemente numeroso; gran parte de ellos perecieron en su incredulidad, y los que quedaron fueron dispersados por toda la tierra. Como nación, Israel llegó a su ruina. Hoy el Estado de Israel –formado en 1948- ocupa 21 mil Km cuadrados en una estrecha franja del Medio Oriente mediterráneo, y 5 millones de habitantes; pero en el resto del mundo hay unos 20 millones más, se estima. Por supuesto, jamás nos unimos a los movimientos antisemíticos, sino que amamos a nuestros hermanos judíos, y oramos para que la luz de la esperanza mesiánica brille en sus mentes mientras dura el tiempo de gracia. Ansiamos que la luz del evangelio les alcance antes de que sea demasiado tarde.

Los que han profesado la religión cristiana en todo el mundo ha sido un pueblo muy numeroso; pero el grupo de verdadera gente santa, en medio de todos los que han profesado la religión, ha sido muy pequeño.

En nuestro tiempo actual somos mil 200 millones los que nos hacemos llamar cristianos; pero de esos millones, hay también muchísimos, quizá una mayoría, que son completamente ignorantes de las verdades fundamentales del evangelio bíblico y el cristianismo. De esos millones de “cristianos”, hay muchos millones que siguen a Cristo solamente por el pedazo de pan y los pececillos. De esos numerosos cristianos hay millones que nunca en su vida han producidos frutos de vida eterna, y otros han llevado frutos tan débiles, miserables y pobres que no clasifican para ser parte del producto de los graneros del Señor.

Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo (Isaías 10:22-24).

De esos millones de cristianos, solamente un pequeño grupo será salvo; la verdadera iglesia de Cristo es relativamente pequeña cuando se compara con todos los habitantes del mundo. Si hasta aquí hemos sido indiferentes con nuestra salvación, deberíamos de tomar en serio esta advertencia bíblica.  “No todos los que estamos somos, ni somos todos los estamos.”

29 Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia, Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes.

La historia del peregrino Lot y de su tío, el peregrino Abrahán, nos enseña una gran lección: Lot escoge el lugar equivocado, y como consecuencia de su nueva mala elección es rescatado por segunda vez; su esposa es muerta por desobedecer el mandato de Dios, sus hijas lo embriagan y cometen incesto con él: los moabitas y los amonitas surgen como resultado de esa relación ilícita. Al final los moabitas y los amonitas son pueblos que desaparecen y los que quedan con vida son diseminados entre las naciones.

Hay un refrán muy interesante que dice: “Las cosas que los necios hacen al final, son las cosas que los sabios hacen al principio”.

En el rescate de Lot, descubrimos que los ángeles de Dios pasaron la noche en medio de un pueblo malo. Los ángeles estuvieron en Sodoma, en su última noche de existencia; estuvieron rodeados por una turba de pecadores, que tenían motivos torcidos y degenerados. Pero eso no fue ningún problema para los ángeles. En medio de la impureza, ellos siguieron siendo ángeles puros y santos.

Si nosotros vamos a Sodoma y a Gomorra a hacer negocios y a obtener ganancias, pronto estaremos contaminados con la suciedad moral de esas ciudades; pero si vamos a Sodoma y a Gomorra a predicar el evangelio que salva a los hombres, como lo hicieron los ángeles, no nos contaminaremos con las impurezas de la ciudad. Muchas veces llegaremos hasta el corazón de Sodoma, donde el aire que se respira está cargado de blasfemias y de pecados, pero si nuestra decisión es salvar al pecador, nada del lodo de esas ciudades se pegará a nuestras vestimentas. Porque ¡la boca de Jehová lo ha hablado!

Si hubiéramos estado en esa última, solemne y temible noche de Sodoma y de Gomorra, nunca hubiéramos sospechado de la inminente destrucción que se deslumbraba al amanecer.

No había nada que indicara el terrible suceso que estaba por acontecer. No había señales extrañas en la noche, ni sonidos raros que despertaran la curiosidad o la superstición de sus habitantes; el sol no había dado ninguna señal especial cuando se ocultó pacíficamente tras las montañas, el ganado regresó tranquilamente a sus establos, mientras se escuchaba a los niños jugar, reír  y gritar en las calles y en los campos de la ciudad.  La luna salió usualmente, mientras miles de insectos entonaron sus monótonas melodías nocturnas.

A pesar de la paz y la quietud en la ciudad, una temible conferencia se estaba llevando a cabo en el suntuoso hogar de Lot.

En ese predio se habían reunidos dos grupos: un grupo de ellos era celestial y el otro grupo era terrenal. La conferencia que se llevaba en ese lugar era totalmente discordante:

-El hombre era un maestro en la cortesía y hospitalidad, los ángeles eran ministros divinos de misericordia y de venganza

-El hombre hablaba de comida y descanso, y los ángeles hablaban de la ira y de la destrucción divina.

-El hombre hablaba de disfrutar una hermosa tarde en un hogar lleno de lujo y de comodidad, con la promesa del retorno de un hermoso amanecer, y los ángeles hablaban de escapar con vida de la ira y de la venganza de Dios.

Dos mundos opuestos que continúan hasta el día de hoy. Uno de ellos dice: disfruta de lo que tienes. El otro dice: escapa por tu vida. Un mundo dice: no te alarmes, siéntete bien y ten una vida llena de placeres. El otro mundo dice – Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas (Génesis 19:17).

15 Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. 16 Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.  (Génesis 19)

Muchas veces los justos tienen que ser apurados:

-Tienen que ser apurados para obedecer a Dios

-Tienen que ser apurados para salir del mundo

-Tienen que ser apurados para no mirar atrás

-Tienen que ser apurados para apurarse en acatar

-Tienen que ser apurados para no escuchar voces opuestas a la de Dios

-Tienen que ser apurados para dar el mensaje a sus familiares

-Tienen que ser apurados en todas las cosas espirituales

 

¿Por qué los justos tienen que ser apurados?

-Porque la carne es débil

-Porque nos gusta el status quo

-Porque nos queda sólo poco tiempo

-Porque ser perseverante el algo difícil de cumplir

-Porque Sodoma tiene una fuerte influencia sobre sus ciudadanos

-Porque los quehaceres de este mundo ocupan la mente humana y muchas veces decidir se vuelve más difícil

-Porque el placer en el sedentarismo es mucho peor; usualmente las personas que son sedentarias en el mundo, también son sedentarias en la religión.

“no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.”

La mitología griega nos relata en su leyenda que Orfeo, con su maravillosa música, podía mover hombres, bestias, aves, peces y aun los árboles y las rocas. La leyenda nos continúa relatando que cuando su esposa Eurídice fue mordida por una serpiente y murió, él la siguió hasta las regiones infernales, donde tocó su música con tan exquisita  maestría, que conmovió al mismo Pluto y a su esposa Proserpina (los dioses del infierno, de acuerdo con la mitología griega).

Pluto le concedió a Orfeo tomar a su esposa de nuevo, al mundo de los vivientes, con una condición: no mirar a su alrededor, mientras ellos ascendían.  La leyenda dice que mientras ascendían al mundo de los vivientes, Orfeo vio a sus alrededores, ya sea por amor, por duda o por olvido, logró ver a su esposa por un corto momento y esa fue la última vez que la vio, ya que ella desapareció para siempre.

Lot dejaba atrás grandes riquezas, dejaba atrás los frutos del trabajo de toda su vida, dejaba atrás a sus yernos que habían rehusado huir de la ciudad con él, dejaba atrás muchos amigos y allí se le entrega una terminante orden: “no mires atrás” 

Cuando se mira atrás regresamos a esas amistades y compañeros antiguos que nos hicieron tanto daño; cuando miramos atrás se despierta la codicia y los deseos de placeres que nos tenían esclavizados; cuando miramos atrás muchas veces es solamente para negociar con el diablo, negocio en el cual siempre salimos perdiendo.

Esta es la segunda vez que Lot es rescatado. La primera vez fue rescatado por un humano: esa vez su tío lo rescata en las montañas de Sodoma y Gomorra, después de las batallas con los reyes. La segunda vez es rescatado por ángeles, y se le ordena ir al mismo lugar de su primer rescate, se le ordena ir a las montañas de Zoar.

Las montañas son baluartes naturales que han servido a los hijos de Dios, cuando buscan refugio de las garras destructoras del mundo pagano.

La misma orden se nos entrega a nosotros en estos días: “escapa por tu vida, y no mires atrás”

No miremos atrás

-Para consultar con el mundo

-Para entablar relaciones con carne ni sangre

-Para “conocer otras opciones”

-Para “disfrutar de la vida”

-Para razonar con el diablo

 

“ni pares en toda esta llanura”

-La llanura de la inestable seguridad humana

-La llanura de los placeres y los deseos

-La llanura de la tardanza y la indecisión

-La llanura de la “filosofía” y la “ciencia”

-La llanura de la duda y la desesperación

 

“escapa a las montañas”

-Quienes se refugian en Cristo encuentran un lugar seguro

-Quienes se refugian en Cristo encuentran descanso para sus almas

-Quienes se refugian en Cristo son bendecidos con la paz del cielo

-Quienes se refugian en Cristo gozan de felicidad verdadera y duradera

-Quienes se refugian en Cristo tiene todo: nada les faltará (Salmo 23:1)

ESPÍRITU DE PROFECÍA

“Porque Dios encerró a todos en incredulidad, para tener misericordia de todos. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le sea pagado? Porque de él, y por él, y en él, son todas las cosas. A él sea gloria por siglos”.

Así muestra Pablo que Dios es abundantemente capaz de transformar el corazón del judío y del gentil igualmente y de conceder a todo creyente en Cristo las bendiciones prometidas a Israel. El repite las declaraciones de Isaías concernientes al pueblo de Dios: “Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena de la mar, las reliquias serán salvas: porque palabra consumadora y abreviadora en justicia, porque palabra abreviada, hará el Señor sobre la tierra. Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado simiente, como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra fuéramos semejantes (Los hechos de los apóstoles, p. 304).

Puede parecer a veces que el Señor olvidó los peligros de su iglesia y el daño que le han hecho sus enemigos. Pero Dios no olvidó. Nada hay en este mundo que su corazón aprecie más que su iglesia. No quiere que una conducta mundanal de conveniencias corrompa su foja de servicios. No quiere que sus hijos sean vencidos por las tentaciones de Satanás. Castigará a los que le representen mal, pero será misericordioso para con todos los que se arrepientan sinceramente. A los que le invocan para obtener fuerza con que desarrollar un carácter cristiano les dará toda la ayuda que necesiten.

En el tiempo del fin, los hijos de Dios estarán suspirando y clamando por las abominaciones cometidas en la tierra. Con lágrimas advertirán a los impíos el peligro que corren al pisotear la ley divina, y con tristeza indecible y penitencia se humillarán delante del Señor. Los impíos se burlarán de su pesar y ridiculizarán sus solemnes súplicas; pero la angustia y la humillación de los hijos de Dios dan evidencia inequívoca de que están recobrando la fuerza y nobleza de carácter perdidas como consecuencia del pecado. Porque se están acercando más a Cristo y sus ojos están fijos en su perfecta pureza, disciernen tan claramente el carácter excesivamente pecaminoso del pecado. La mansedumbre y humildad de corazón son las condiciones indispensables para obtener fuerza y para alcanzar la victoria. Una corona de gloria aguarda a los que se postran al pie de la cruz (Profetas y reyes, p. 433).

Jesús observa nuestros esfuerzos con el mayor interés. Él sabe que los que hacen su obra son hombres que llevan todas las enfermedades de la humanidad y toma nota de sus fracasos y desilusiones con la mayor compasión. Pero los fracasos y defectos pudieran ser menores de lo que son ahora. Si marchamos en armonía con el cielo, los ángeles ministradores trabajarán con nosotros y coronarán nuestros esfuerzos con éxito (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 397).

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Jueves 7 de diciembre // Lección 10________________________________________________

TROPIEZOS

“¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo” (Rom. 9:30-32). ¿Cuál es el mensaje aquí? Y más aún, ¿cómo podemos tomar este mensaje que fue escrito en determinado momento y lugar, y aplicar sus principios a nosotros hoy? ¿De qué modo podemos evitar cometer los mismos errores que los israelitas, en nuestro contexto?

Con palabras inequívocas, Pablo les explica a sus compatriotas por qué se están perdiendo algo que Dios desea que tengan, y que además es algo que en realidad están buscando pero no lo consiguen.

Curiosamente, los gentiles a los que Dios había aceptado ni siquiera se habían esforzado por obtener esa aceptación. Estaban tras sus propios intereses y metas cuando el mensaje del evangelio los alcanzó. Al comprender su valor, lo aceptaron. Dios los declaró justos porque aceptaron a Jesucristo como su Sustituto. Fue una transacción de fe.

El problema con los israelitas era que tropezaron con la piedra de tropiezo (ver Rom. 9:33). Algunos, no todos (ver Hech. 2:41), se negaban a aceptar a Jesús de Nazaret como el Mesías que Dios había enviado. No cumplía con sus expectativas del Mesías; por lo tanto, le dieron la espalda cuando vino.

Antes de concluir este capítulo, Pablo cita otro texto del Antiguo Testamento: “Como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; y el que creyere en él, no será avergonzado” (Rom. 9:33). En este pasaje, Pablo muestra nuevamente cuán decisiva es la fe verdadera en el plan de salvación (ver además 1 Ped. 2:6-8). ¿Una piedra de tropiezo? Y, no obstante, ¿el que creyere en él no será avergonzado? Sí, para muchos, Jesús es una piedra de tropiezo, pero para quienes lo conocen y lo aman es otro tipo de roca, “la roca de mi salvación” (Sal. 89:26).

¿Alguna vez consideraste que Jesús era una “piedra de tropiezo”? Si es así, ¿cómo es eso? Es decir, ¿qué hiciste para caer en esa situación? ¿Cómo saliste, y qué aprendiste para que, ojalá, nunca vuelvas a encontrarte en ese tipo de relación con Jesús?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe;  31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. 32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,

Los gentiles vivían sin la justicia, vivían sin el conocimiento de ésta y vivían sin el deseo de obtener la justicia divina.

La justicia divina se adquiere no por medio de las obras, sino por medio de la fe; la justicia divina se adquiere a través de Cristo.

La justicia divina es un regalo de Dios, es una fuente de indescriptible felicidad y puede ser obtenida por todos.

La justicia divina y las buenas nuevas del evangelio pueden ser rechazadas, si así lo deseamos, pero nuestra condición no mejorará. Eso sería como expulsar a los médicos y destruir la medicina en una ciudad que está sufriendo de una pestilencia: la condición no mejoraría.

Lo mismo podemos hacer con el cristianismo: podemos expulsarlo, podemos deshacer una iglesia, podemos eliminar a los ministros y hacer desaparecer la teología… Pero haciendo esto sólo lograremos empeorar más nuestra situación espiritual, moral y física.  Cada vez que el hombre rechaza la justicia divina, lo único que consigue es hacer su vida más oscura y más enfermiza, sufriendo de más angustias y más dolor.

Esto fue precisamente lo que ocurrió con el mundo hebreo: ellos rechazaron la justicia divina, ellos rechazaron a Cristo, ellos rechazaron una salvación que no costaba otra cosa que aceptarla por fe; ellos querían conseguir la salvación a través de las obras de la ley y, tristemente, su privilegio fue transferido a otro pueblo, que aceptó la salvación como un regalo inmerecido que el Cielo ofrecía al pecador. Ese pueblo somos usted -que lee y acepta las verdades de Cristo-, junto con nosotros que las reproducimos, para la gloria de Dios. Porque en Cristo no hay judío ni gentil, no hay asiático ni americano… Todos somos el pueblo de Dios. ¡Aleluya!

32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,

33 como está escrito:
    He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída;
    Y el que creyere en él, no será avergonzado.

¡Qué profundas palabras encontramos en estos dos textos! ¿Quién es el escritor de estos textos? ¿el apóstol Pablo? No, él está citando dos párrafos que encontramos en el libro de Isaías:

  16 por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure (Isaías 28)

-4 Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. (Isaías 8)

 ¿Fue el profeta Isaías? No, la fuente de estos textos es de Aquel que tiene todo el derecho de escribir grandes y terribles cosas, esas palabras fueron dadas por el gran Jehová.

Jesucristo fue y es una piedra de tropiezo para muchos.

La gran pregunta que se hacía en torno de Jesucristo cuando comenzó su ministerio era: «¿No es éste el hijo del carpintero?» Esta pregunta se la hacían aquellos que eran seguidores de la pompa y de la gloria mundanal.

“a su padre y a su madre conocemos” murmuraba la gente de su propio pueblo.

Los fariseos tropezaron con Cristo porque no se lavaba las manos antes de comer, porque no respetaba las tradiciones, porque sanaba en día sábado y porque era amigo de publicanos y pecadores.

Los saduceos tropezaban con Cristo, porque él enseñaba cosas sobrenaturales y su vida estaba llena de milagros que ellos no se podían explicar.

Toda la vida de Jesús, ya sea en las altas cortes de Pilato y Herodes o entre el vulgo del pueblo hebreo, Jesucristo fue repudiado y rechazado como hombre y como Mesías.

Pero el pueblo de Israel no estaba solo en este repudio; ellos también eran acompañados por griegos y romanos. Muchos de los griegos no vieron en Cristo algo mejor que lo que la filosofía griega les ofrecía. Para los romanos Cristo no fue más que un dirigente religioso seguido por el vulgo y por gente pobre que no tenía muchas esperanzas en la vida.

Más de dos mil años han pasado y ese repudio aún sigue existiendo. Muchos en estos días actuales tropiezan con Cristo por su santidad: creen que Jesucristo es demasiado estricto para ellos y su evangelio es un evangelio que es demasiado intolerante con el pecado.

Otros tropiezan con Cristo por su evangelio basado en la gracia: creen que es un evangelio demasiado humillante y barato, no creen que es lo mejor aceptar la salvación sin hacer nada por ella; desean seguir siendo salvos por medio de las obras que se hacían en el pasado.

Hay otros que tropiezan con Cristo por la inconsistencia de sus seguidores; ésta es una de las más desquiciadas ideas del hombre. Es una ridícula excusa decidir ir directo al infierno, sólo porque otros no caminan en línea recta hacia el cielo.  Si el rey David cayó y fue restaurado, no hay ninguna excusa para que alguien decida irse al infierno; los naufragios que otros sufren en la vida espiritual, son lecciones que necesitamos aprender para navegar en la vida con más cuidado y con más seguridad y puntería.

Y están los últimos que tropiezan en Cristo, simple y sencillamente porque ellos quieren tropezar. No quieren a Cristo como Dios, como Líder, ni como Salvador. Simplemente lo ven como piedra de tropiezo… ¡qué desperdicio, amigo lector! Lamentable, ¿no es cierto?

 

32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,

33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado. (Romanos 9)

16 por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure (Isaías 28)

Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. (Isaías 8)

Jesucristo es para quien así lo desee una piedra preciosa, piedra probada, piedra de fundamento, donde se puede permanecer firme a pesar de las circunstancias de la vida.

Es nuestra decisión ¿qué tipo de piedra será Jesucristo? Hoy tenemos la oportunidad de hacer de Cristo nuestra plataforma segura para permanecer en pie, o podemos hacer de Jesucristo la piedra que nos hará caer en tierra estrepitosamente. Es su decisión: ¿qué elige usted?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El Señor escogió a un pueblo y lo hizo depositario de su verdad. Era su propósito que, mediante la revelación de su carácter por medio de Israel, los hombres fueran atraídos hacia él. La invitación evangélica debía darse a todo el mundo. A través de la enseñanza del sistema de sacrificios, Cristo había de ser exaltado ante las naciones, y todos los que pusieran su vista en él vivirían.

Pero Israel no cumplió el propósito de Dios. Se olvidaron de Dios y perdieron de vista su alto privilegio como representantes suyos. Las bendiciones que habían recibido no trajeron ninguna bendición al mundo. Se aprovecharon de todos sus privilegios empleándolos para su propio ensalzamiento. Le robaron a Dios el servicio que él requería de ellos, y le robaron al prójimo la orientación religiosa y el ejemplo piadoso (Testimonios para la iglesia, t. 8, pp. 32, 33).

Nuestro Redentor es una “Piedra de Fortaleza”. Se ha realizado el experimento, la gran prueba ha sido aplicada con éxito perfecto. En él se ha cumplido todo el propósito de Dios para salvar al mundo perdido. Nunca fundamento alguno fue sometido a una prueba tan severa como esta “Piedra de Fortaleza”. El Señor Jehová sabía lo que podía soportar esta piedra de fundamento. Los pecados de todo el mundo podían acumularse sobre ella. Los elegidos del Señor debían ser perdonados, las puertas del cielo debían ser abiertas para todo aquel que creyera; sus glorias indecibles debían ser entregadas a los vencedores (Nuestra elevada vocación, p. 56).

Para todos los que creen, Cristo es el fundamento seguro. Estos son los que caen sobre la Roca y son quebrantados. Así se representan la sumisión a Cristo y la fe en él. Caer sobre la Roca y ser quebrantado es abandonar nuestra justicia propia e ir a Cristo con la humildad de un niño, arrepentidos de nuestras transgresiones y creyendo en su amor perdonador.

Sobre esta piedra viviente pueden edificar por igual los judíos y los gentiles. Es el único fundamento sobre el cual podemos edificar con seguridad. Es bastante ancho para todos y bastante fuerte para soportar el peso y la carga del mundo entero…

“A aquellos que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes,” Cristo es una roca de escándalo...

El pueblo que rechazó a Cristo, iba a ver pronto su ciudad y su nación destruidas. Su gloria había de ser deshecha y disipada como el polvo delante del viento. ¿Y qué destruyó a los judíos? Fue la roca que hubiera constituido su seguridad si hubiesen edificado sobre ella. Fue la bondad de Dios que habían despreciado, la justicia que habían menospreciado, la misericordia que habían descuidado. Los hombres se opusieron resueltamente a Dios, y todo lo que hubiera sido su salvación fue su ruina… Así será en el gran día final, cuando se pronuncie sentencia sobre los que rechazan la gracia de Dios. Cristo, su roca de escándalo, les parecerá entonces una montaña vengadora. La gloria de su rostro, que es vida para los justos, será fuego consumidor para los impíos. Por causa del amor rechazado, la gracia menospreciada, el pecador será destruido (El Deseado de todas las gentes, p. 551).

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Lección 10 // Viernes 8 de diciembre_______________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La verdad progresa en Inglaterra”, El conflicto de los siglos, pp. 265, 266. Lee, también, “Comentarios de Elena G. de White”, Comentario bíblico adventista, t. 1, pp. 1.099, 1.100.

“Existe una predestinación de individuos y de un pueblo, la única predestinación hallada en la Palabra de Dios, donde el hombre es predestinado a ser salvo. Y muchos han mirado hacia el final, pensando que estaban seguramente predestinados para tener la dicha celestial; pero esa no es la predestinación que revela la Biblia. El hombre está predestinado a ocuparse en su propia salvación con temor y temblor. Está predestinado a ponerse la armadura para pelear la buena batalla de la fe. Está predestinado a usar los medios que Dios ha puesto a su alcance con el fin de guerrear contra toda concupiscencia impía mientras Satanás juega el juego de la vida por su alma. Está predestinado a velar en oración, a investigar las Escrituras y evitar caer en la tentación. Está predestinado a tener fe constantemente. Está predestinado a ser obediente a toda palabra que sale de la boca de Dios, y a que pueda ser no solo oidor sino también hacedor de la Palabra. Esto es predestinación bíblica” (TM 453).

“Ninguna mente finita puede comprender plenamente el carácter o las obras del Ser infinito. No podemos descubrir a Dios por medio de la investigación. Para las mentes más fuertes y mejor cultivadas, lo mismo que para las más débiles e ignorantes, el Ser santo debe permanecer rodeado de misterio. Pero, aunque “nubes y oscuridad alrededor de él; justicia y juicio son el cimiento de su trono” (Sal. 97:2). Podemos comprender lo suficiente de su trato con nosotros para descubrir una misericordia ilimitada unida a un poder infinito. Podemos comprender, de sus propósitos, lo que seamos capaces de asimilar; más allá de esto, debemos confiar en la mano omnipotente, en el corazón lleno de amor” (Ed 169).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Ciertos cristianos enseñan que, incluso antes de nacer, Dios escogió a algunos para salvación y a otros para perdición. Si por casualidad hubieras sido uno de los que Dios, en su infinito amor y sabiduría, predestinó para perdición, entonces no importa las decisiones que tomes, estás condenado a la perdición; que muchos creen que significa quemarse en el infierno por la eternidad. En otras palabras, sin ninguna decisión de nuestra parte, sino solo por la providencia de Dios, algunos están predestinados a vivir sin una relación salvífica con Jesús aquí en esta vida, solo para pasar la próxima vida quemándose para siempre en los fuegos del infierno. ¿Qué hay de malo con esta visión? ¿De qué manera contrasta con nuestra interpretación de estos mismos asuntos?
  2. ¿Crees que la Iglesia Adventista del Séptimo Día y su propósito en el mundo actual se equipara con el papel del antiguo Israel en su época? ¿Cuáles son las similitudes y las diferencias? ¿En qué sentido estamos mejor? ¿O estamos peor? Justifica tu respuesta.

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Escrito por: Tony García.

Gramática revisada por:
Pastor Noel Ruiloba y Nory Ester Garcia-Marenko

Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
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Madrid, España 2017

 

2 pensamientos en “LECCIÓN 10 – HIJOS DE LA PROMESA – PARA EL 9 DE DICIEMBRE DE 2017

  1. Hola hermano Tony, muchas gracias por tus aportes. De un tiempo acá no se puede bajar el archivo en pdf, la opción no está funcionando.

  2. Muchas gracias hermano Tony. Dios le bendiga a usted y a su familia, Feliz sábado

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