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LECCIÓN 3 – JESÚS Y EL LIBRO DE APOCALIPSIS – PARA EL 21 DE ABRIL DE 2018

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Letra Ocre: Lección de Escuela Sabática 

Letra Roja: La Biblia

Letra Café: Nuestro comentario

Letra Azul: Espíritu de profecía


Lección 3: Para el 21 de abril de 2018

JESÚS Y EL LIBRO DE APOCALIPSIS

Sábado 14 de abril__________________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Corintios 10:1-11; Apocalipsis 12:1-17; 19:11-15; Efesios 1:20; Apocalipsis 11:19; 1:10-18.

PARA MEMORIZAR:

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apoc. 3:21).

Una verdad importante: el Nuevo Testamento está directamente ligado al Antiguo Testamento. Vez tras vez, los evangelios y las epístolas se refieren a acontecimientos del Antiguo Testamento o lo citan en forma directa o indirecta. Y, al referirse a sí mismo y a su ministerio, ¿con cuánta frecuencia Jesús mencionó que debían “cumplirse” las “Escrituras”? (Ver Mat. 26:54, 56; Mar. 14:49; Juan 13:18; 17:12.)

Lo mismo puede decirse del libro de Apocalipsis. De hecho, es casi imposible entender el libro de Apocalipsis si prescindimos del Antiguo Testamento, especialmente el libro de Daniel. Esta es una de las razones por las que, a menudo, estudiamos ambos libros juntos.

Un aspecto vital de las referencias del Antiguo Testamento en Apocalipsis es que, junto con el resto del libro, revelan a Cristo. La revelación tiene que ver con Jesús, con quién es él, con lo que ha hecho por su pueblo y con lo que hará por nosotros en el tiempo del fin. Necesariamente, cualquier énfasis en los acontecimientos finales debe poner a Jesús en un lugar protagónico, que es exactamente lo que hace Apocalipsis. La lección de esta semana contempla a Jesús en este libro.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La Palabra de Dios es nuestra consejera; porque nos trasporta de una edad a otra, dando testimonio de la invariabilidad de la verdad No se ha gastado ninguna de las antiguas defensas de la Palabra de Dios, apropiada para épocas especiales. Ninguna parte de la Biblia ha envejecido ni ha muerto. Debemos estudiar hoy la historia antigua del pueblo de Dios, para que podamos beneficiarnos con las enseñanzas e incidentes por ella registrados (Mi vida hoy, p. 25).

Nadie piense que al no poder explicar el significado de cada símbolo del Apocalipsis, es inútil seguir escudriñando el libro en un esfuerzo de conocer el significado de la verdad que contiene. El que reveló esos misterios a Juan dará al investigador diligente de la verdad un goce anticipado de las cosas celestiales. Los que tengan sus corazones abiertos para la recepción de la verdad, serán capacitados para entender sus enseñanzas, y se les otorgará la bendición prometida a los que “oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas” En el Apocalipsis todos los libros de la Biblia se encuentran y terminan. En él está el complemento del libro de Daniel. Uno es una profecía, el otro una revelación (Hechos de tos apóstoles, p. 467).

Los peligros de los últimos días están sobre nosotros, y en nuestro trabajo hemos de amonestar a la gente acerca del peligro en que está. No se dejen sin tratar las solemnes escenas que la profecía ha revelado. Si nuestros hermanos estuvieran despiertos, aunque fuera a medias, si se dieran cuenta de la cercanía de los sucesos descriptos en el Apocalipsis, se realizaría una reforma en nuestras iglesias, y muchos más creerían el mensaje… Dejad que hablen Daniel y el Apocalipsis, y digan cuál es la verdad. Pero sea cual fuere el aspecto del tema que se presente, ensalzad a Jesús como el centro de toda esperanza, «la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana” (Testimonios para los ministros, p. 118).

Cristo está en medio de los siete candeleros de oro, caminando de iglesia en iglesia, de congregación en congregación, de corazón en corazón. El que guarda a Israel no duerme ni descansa. Si el candelero fuera dejado al cuidado de agentes humanos, cuán a menudo la luz titilaría y se extinguiría. Pero Dios no ha puesto a la iglesia en manos de hombres. Cristo, el que dio su vida por el mundo para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna, es el genuino Guardián de la casa. Es el Vigilante fiel y verdadero de los atrios del templo del Señor. Tenemos motivos para agradecer a Dios porque no dependemos de la presencia de sacerdotes o ministros terrenales. Somos guardados por el poder de Dios. La presencia y la gracia de Cristo es el secreto de toda vida y luz (Alza tus ojos, p. 205).

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Lección 3 | Domingo 15 de abril____________________________________________________

LA ESTRUCTURA DE APOCALIPSIS

Entre las muchas cosas que los libros de Daniel y Apocalipsis tienen en común son sus dos divisiones básicas: histórica y escatológica (eventos del tiempo del fin). Ambos conceptos están íntimamente relacionados en cada libro. Podemos visualizar los acontecimientos históricos como precursores (o ejemplos, aunque en menor escala) de grandes acontecimientos mundiales en los últimos días. Es decir, al estudiar lo que pasó en la historia del Antiguo Testamento, podemos tener pistas de lo que sucederá en nuestros días y en el futuro. No obstante, este principio no se limita solamente a Daniel y Apocalipsis.

Lee 1 Corintios 10:1 al 11. En estos versículos, ¿en qué aspectos vemos el principio arriba mencionado?

1 Corintios 10:1-11

1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;  y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,  y todos comieron el mismo alimento espiritual,  y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.  Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.  Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.  Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.  Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.  Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.  10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.  11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

Como estudiamos la semana pasada, algunas de las historias de Daniel (Dan. 3:6, 15, 27; 6:6-9, 21, 22) fueron incidentes históricos localizados que reflejan, de alguna manera, los acontecimientos del tiempo del fin descritos en Apocalipsis. Al estudiar estas historias, podemos obtener vislumbres o pistas, al menos en una escala más amplia, de algunas de las cosas que el pueblo de Dios enfrentará en el fin. Sin embargo, quizás el aspecto más importante es que, más allá de nuestra situación inmediata aquí, tenemos garantizada la liberación final. Todo lo demás que enseña el libro de Apocalipsis les garantiza la victoria a los fieles.

Aunque hay algunas excepciones, la sección histórica de Apocalipsis son los capítulos 1 al 11, seguidos por los capítulos 13 al 22, referentes al tiempo del fin.

Lee Apocalipsis 12:1 al 17. ¿Dónde deberíamos colocar este capítulo: en la sección histórica o en la de los acontecimientos finales? ¿Por qué?

Apocalipsis 12:1-17

1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.  Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.  También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;  y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.  Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.  Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.  Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;  pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.  10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.  11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.  12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. !!Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.  13 Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.  14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.  15 Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río.  16 Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.  17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

Como podemos ver, este capítulo pertenece a ambos segmentos. ¿Por qué? Debido a que habla de conflictos históricos: la expulsión de Satanás del cielo (Apoc. 12:7-9), el ataque de Satanás al niño Jesús (Apoc. 12:4) y la posterior persecución de la iglesia en la historia eclesiástica (Apoc. 12:14-16), seguida por una descripción del ataque del diablo al remanente del tiempo del fin (Apoc. 12:17).

Se ha dicho que una de las lecciones que aprendemos de la historia es que nunca aprendemos de la historia. La idea es que, independientemente de la época en que viva, la gente sigue cometiendo los mismos errores. Con tanta historia en nuestras espaldas de la cual aprender, ¿cómo podemos evitar cometer los mismos errores?

COMENTARIOS DE LA LECCIÓN

El libro de Apocalipsis no es la revelación del dragón, ni de la bestia; es -en primer lugar- la revelación de nuestro Señor Jesucristo; en segundo lugar, Cristo nos revela allí los eventos de nuestros días. Conozcamos mejor a nuestro amante Salvador al estudiar el libro #66 de la Santa Biblia.

Apocalipis puede ser dividido en dos secciones: la primera sección comprende los primeros once capítulos. Allí encontramos a Cristo ministrando en el lugar santo del templo celestial.

 En la segunda parte del Apocalipsis, es decir los últimos once capítulos, podemos descubrir a Cristo ya en la última etapa de su ministerio celestial, ministrando en el lugar santísimo, antes de regresar a la tierra por segunda vez. Los últimos capítulos del Apocalipsis son capítulos escatológicos, que tienen que ver con sucesos de los últimos días, poco antes de la segunda venida de Cristo.

 A la mitad del libro de Apocalipsis, Juan logra ver en visión la parte más sagrada del templo, que es el lugar santísimo, donde está el arca del pacto.

19 Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo. (Apocalipsis 11)   

 Si al libro de Apocalipsis le quitáramos el versículo 11:19 y todo el capítulo 12, ese libro sería como el libro de profecías de Nostradamus, que solamente predice los acontecimientos finales del mundo.

 Pero en el libro de Apocalipsis no es así, porque tenemos el versículo 11:19 y el capítulo 12.

El capítulo 12 nos presenta el porqué del conflicto en la tierra; además, da esperanza al que sufre los eventos de los últimos días de esta tierra, asegurándole la victoria de Cristo sobre las huestes del mal.  Entonces el capítulo 12 hace que el libro de Apocalipsis no solamente sea el libro de las revelaciones del futuro, sino que sea el libro de las revelaciones de nuestro Señor Jesucristo, acorde con Apocalipsis 1:1 que dice:  «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan»

 En los siguientes versículos encontramos la esencia de Apocalipsis, posiblemente la esencia de toda la Biblia, la esencia de la muerte de Cristo y la esencia de nuestra esperanza de salvación en Cristo:

 10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 

11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. (Apocalipsis 12)

 Para entender el capítulo 12 de Apocalipsis, en realidad tenemos que comenzar con el último versículo -que es el 17- ya que el versículo 17 contiene la clave para entender este mensaje:

17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. (Apocalipsis 12)

En este versículo encontramos o descubrimos varios elementos importantes que no podemos pasar por alto: aquí encontramos un dragón, una mujer, una guerra, una descendencia, unos mandamientos  y un testimonio.

 La parte esencial es que uno de esos elementos está airado; ese elemento -que es el dragón- no solamente está molesto, sino que su molestia ha cruzado los límites y ha llegado al campo de la ira. Ahora se decidió a realizar una guerra en contra de la mujer.

 La pregunta es: ¿Qué ha llevado al dragón a tener semejante furia o ira en contra de la mujer?

1-Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.

Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. (Apocalipsis 12)

 La mujer es una mujer sumamente bella,  además en la gran galería de modas y confecciones que existe en el reino de los cielos, Dios el máximo diseñador del universo, le diseño a esta fina mujer un vestido nunca visto antes, es un vestido hecho del incomparable e indescriptible material de una estrella muy brillante llamado sol, el vestido hecho de sol en este caso  puede representar tambien la incomparable e indiscreptible  gloria de Dios.

 Esta mujer está parada sobre la luna. La luna no tiene luz propia; la luna solo puede reflejar la luz y en nuestro caso la luna refleja la luz del sol. Entonces la magnifica gloria de Dios que es representada a través del vestido hecho de sol de la mujer, esta haciendo resplandecer a un astro menor como es la luna, donde la mujer reposa sus pies.

La luna representa al Antiguo Testamento y las leyes ceremoniales, especialmente el sacrificio del cordero, símbolo que fue  sustituido por Cristo, el Cordero de Dios.

 Para aquellos que creen que la iglesia cristiana moderna no tiene nada que ver con el Antiguo Testamento, o creen que el Antiguo Testamento fue abolido, les tenemos malas noticias: el último libro de la Biblia coloca a la iglesia de Cristo parada sobre la luna, es decir, la base donde la mujer está parada es el Antiguo testamento, y el Antiguo Testamento es iluminado por la gran gloria de Dios. 

 Muchas veces escuchamos predicadores decir que la mujer representa la iglesia y eso está correcto. Pero hay veces que predicamos que la solamente la mujer pura y fiel, es la única que representa la iglesia de Cristo y eso está incorrecto.

 La mujer, ya sea fiel o infiel, siempre representa a la iglesia. Ejemplo de eso fue Israel: muchas veces Dios estaba feliz por la fidelidad de su esposa y muchas veces Dios tuvo que reprender a su esposa por toda su infidelidad.

 Esta mujer del capítulo 12 es la misma mujer que encontramos en el  capítulo 17 de Apocalipsis, conocida como la gran ramera o la madre de las otras rameras:

Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación;  y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.  (Apocalipsis 4, énfasis añadido)

 En el capítulo doce de Apocalipsis esta mujer era una mujer fiel a Jesucristo, pero en el capítulo diecisiete -donde se habla de los últimos días de esta tierra-, esa misma mujer se volvió infiel a Cristo: esa iglesia cristiana falsa se unió a Satanás y por eso la Biblia la denomina la gran ramera.

 Es por esta misma razón que en el capitulo 12,  la guerra del dragón no es en contra de la mujer, sino que es en contra de la descendencia de la mujer.

 La gran ramera tuvo muchas hijas, la mayoría de esas hijas siguieron los mismos pasos  de su madre y también se terminaron prostituyendo, menos una de esas hijas.

Esa guerra del dragón es en contra de esa  pequeña hija que no fue en pos de la prostitución, que no es ramera como la madre; es otra pequeña iglesia que tiene dos características especiales e importantes: guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo, es decir, el Espíritu de Profecía : 17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.” (Apocalipsis 12)

1-Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. (Apocalipsis 12)

 Tiene una corona, que es una corona de victoria, y la corona tiene doce estrellas. Para algunos esas doce estrellas representan a los doce patriarcas, o a las doce tribus, o a los doce apóstoles.  Los doce apóstoles calzan mejor en esta escena, ya que ellos estuvieron precisamente en la finalización del Antiguo Testamento y en los comienzos del Nuevo Testamento, en los tiempos de Jesús.

 Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. (Apocalipsis 12)

La mujer estaba embarazada y en el momento de la visión, estaba ya para dar a luz, estaba clamando con dolores de parto y estaba experimentando la angustia de dar a luz un hijo.

 La mujer es símbolo de la iglesia del Antiguo Testamento, pero también es símbolo de la iglesia de Nuevo Testamento. El Mesías tenía que venir dentro del pueblo judío; por lo tanto, esta mujer embarazada es la antigua iglesia de Israel, que después de Cristo se convierte en la nueva iglesia cristiana.

 Tambiéén apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. (Apocalipsis 12)

A este capítulo fácilmente le pudiéramos llamar el «capítulo de la bella y la bestia». Primero aparece una mujer finísima, vestida con un vestido nunca antes visto, y después de ella aparece un dragón que causa espanto y, encima de todo, está terriblemente airado.

No necesitamos indagar mucho sobre este dragón: el mismo capítulo doce, en el versículo nueve, nos da una clara identificación de quién es este dragón.

Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. (Apocalipsis 12)

Interesantemente, Juan nos representa a Satanás como algo espantoso, digno de tenerle miedo. Pero recordemos que Satanás fue un querubín en el cielo y no es tan horroroso como mucha gente piensa.

La mayoría de personas que no conocen el evangelio,  presentan a Sataneas como un ser extremadamente feo, con cuernos, color rojo, medio narizón, con alas de murciélago, con cola de chivo y con un tridente en su mano, todo lo opuesto a lo que él es en realidad.

Pero aquí Juan aparentemente se une al populacho y lo presenta como un dragón que causa espanto. Simplemente la Biblia nos está advirtiendo que aquel que una vez fue un ángel de luz, es capaz de cometer las más grandes atrocidades en contra del pueblo de Dios, especialmente en los últimos días de la tierra.

Existe la tendencia en los libros o historias que leemos y en la películas que vemos, de entablar amistad con las fuerzas del mal, el mensaje es que al fin y al cabo, las huestes del mal no son tan malas ni ofensivas como parecen ser.

La Biblia nos advierte lo contrario, son más malas, ofensivas, criminales y destructoras de lo que suelen aparentar. No debemos, no podemos y no queremos entablar amistad con ellas, de ninguna índole. Tenemos que tomar en serio a Satanás y a todos sus demonios, y esa es la razón por la cual se les presenta en la visión, como un ser que causa espanto y temor .

También aprendemos en Apocalipsis que Satanás no es un mito como muchos creen, no es una figura ficticia ni mitológica; no, no lo es. Es una persona real, que existe como lo describe la Biblia; es un real enemigo de Dios, de la Biblia, de la verdadera religión y, por consiguiente, del pueblo de Dios.

y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. (Apocalipsis 12)

Posiblemente el diablo estuvo esperando el nacimiento de Cristo desde Génesis 3: 15 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”

Con cada niño que nacía en el mundo estaba la posibilidad que ese fuera el Mesías. Los padres de varios niños citados en la Biblia recibieron una profecía en ocasión de su nacimiento, muchos niños tuvieron indicaciones especiales al momento de su nacimiento; por ejemplo, podemos mencionar a Sansón y también a Juan el Bautista, que reunían las características para ser nazarenos. El nacimiento de Abel, Enoc, Elías, Josías y Moisés entre otros, pudieron haber tenido pendiente a Satanás acerca del nacimiento del Mesías.

Cuánto tiempo Satanás estuvo esperando el nacimiento del Mesías, no lo sabemos con exactitud, lo que si sabemos es que es un ser real, y que estaba dispuesto a exterminar al Mesías al no más nacer.

Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. (Apocalipsis 12)

En la aparente destrucción del Mesías en el monte Calvario, estaba oculta la victoria de Cristo, para asegurar la salvación de los hombres.

Fue precisamente en la cruz del Calvario y en la resurrección de Cristo, que Satanás recibió el golpe final de su derrota; fue allí donde recibió el golpe que originará su muerte eterna.

Por esta victoria de Cristo entonces se origina la segunda y última batalla que se efectuó en el cielo. Esa batalla es la que explicamos en la lección 1 de este trimestre. Les invitamos a repasar la lección 1, ya que esa información es demasiado extensa y vasta, para agregarla al estudio en este día.

En el siguiente texto, nos relata la expulsión de Satanás del cielo. También se nos recuerda que éste, el que fue expulsado, es la misma «serpiente antigua”, la que estaba en el Edén, la que engañó a nuestros primeros padres, y su nombre es diablo y Satanás.  Esta expulsión del dragón del cielo, o sea Satanás, está ligada precisamente con la muerte de Cristo.

 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;  pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.  Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.  10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. (apocalipsis 12)

El mejor lugar para colocar la expulsión de Satanás es después de la cruz de Cristo. Cristo aseguró que la expulsión de Satanás sería uno de los resultados de su muerte en la cruz:

17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. (Lucas 10)

31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. 32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. 33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.  (Juan 12)

 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. (Apocalipsis 12)

Entonces surge la pregunta que hicimos al principio ¿Por qué el diablo tiene gran ira? La respuesta es: porque fue expulsado del cielo, y porque sabe que es corto el tiempo que le queda para matar y destruir.

El daño que Satanás infligió a Cristo, no le acarreó más que su propia destrucción. Fue expulsado del cielo de una forma definitiva y a Cristo se le entronó en el cielo como el único regidor de este mundo. Al final, ¡Jesucristo salió victorioso y con su victoria rescató este mundo de las manos del usurpador!

 13 Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.  14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. (Apocalipsis 12)

Al no poder hacer más daño a Cristo, entonces el diablo recure a hacer daño a la mujer que dio a luz a ese Hijo que lo venció en la cruz del Calvario. Un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo, es la doctrina de los 1260 días que conocemos. Según nuestra iglesia ese tiempo fue desde el año 538 hasta el año 1798, cuando el papa fue llevado cautivo.

15 Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. 16 Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.  (Apocalipsis 12)

Al final de esos 1260 años, cuando la iglesia cristiana casi fue exterminada con la muerte de aproximadamente 15 millones de personas, entonces aparece la tierra que ayuda a tragar ese río (gentes) que el dragón había arrojado en contra de la mujer.

Es entonces cuando aparece en el escenario mundial una nueva potencia terrenal: los Estados Unidos de Norte América. Los Estados Unidos de Norte América surge como un país libre para la religión, un país que no tiene rey y una iglesia que no tiene papa.

Estados Unidos se convierte en el baluarte de la libertad civil, de la libertad de expresión y de la libertad religiosa. El surgimiento de los Estados Unidos calza perfectamente con el cautiverio del papa y el cumplimiento de los 1260 días proféticos, equivalentes a años literales.

A Satanás solo le queda un cartucho por quemar y es la última batalla, conocida como la batalla del Armagedón, que la encontramos en el versículo 17 de Apocalipsis 12:

17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. (Apocalipsis 12)

¿Queda clara ahora la importancia de Apocalipsis 11: 19 y todo el capítulo 12?

Felizmente apocalipsis 11:19 y todo el capítulo 12  no es un capítulo acerca del dragón o Satanás; es un capítulo acerca de las victorias de Cristo.

En los primeros capítulos del Apocalipsis encontramos a Cristo ministrando en el lugar santo. El capitulo 12 nos coloca a nosotros en nuestro tiempo actual y coloca a Cristo ya ministrando en el lugar santísimo; de aquí en adelante los siguientes capítulos del Apocalipsis hasta el final, solamente nos hablan de los sucesos futuros, los que pronto caerán sobre la tierra.

En medio de todo este caos, en medio de todo este terror, violencia, persecución y muerte que se aproxima, el capítulo doce nos enseña que la victoria es de Cristo, y nos invita a ser parte de esa gran victoria del Rey de reyes y del Señor de señores, sobre las huestes del mal.

Es nuestro deseo que, por la gracia de Dios, usted y yo seamos parte de esa victoria con CRISTO, el Rey y Señor.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Dediquemos más tiempo al estudio de la Biblia. No entendemos la Palabra como deberíamos. El libro del Apocalipsis se inicia con una orden a entender la instrucción que contiene. “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía —declara Dios—, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”. Cuando como pueblo comprendamos lo que significa este libro para nosotros, se verá entre nosotros un gran reavivamiento. No entendemos plenamente las lecciones que enseña, a pesar del mandato que nos fue dado de escudriñarlo y estudiarlo.

En lo pasado algunos maestros declararon que Daniel y Apocalipsis son libros sellados, y el pueblo se ha apartado de ellos. La propia mano de Dios ha descorrido el velo de estas porciones de su Palabra, cuyo aparente misterio ha impedido que muchos lo levantaran. El mismo nombre Apocalipsis contradice la declaración de que es un libro sellado. “Revelación” significa que algo de importancia es revelado. Las verdades de este libro se dirigen a los que viven en estos últimos días. Nos encontramos en el lugar santo de las cosas sagradas, con el velo quitado. No hemos de estar afuera. Hemos de entrar, no en forma descuidada, con pensamientos irreverentes, no con pasos impetuosos, sino con reverencia y piadoso temor. Nos acercamos al tiempo en que las profecías del libro del Apocalipsis han de cumplirse (Testimonios para los ministros, p. 113).

Usted debiera orar a Dios por sí mismo, creyendo que él escucha cada palabra que usted pronuncia. Abra su corazón para su inspección, confiese sus pecados, pídale que lo perdone, rogando por los méritos de la expiación y entonces, por fe, contemple el gran plan de redención, y el Consolador traerá todas las cosas a su recuerdo. Cuanto más estudie el carácter de Cristo, tanto más atractivo aparecerá ante usted. Llegará a estar cerca de usted, en estrecho compañerismo; sus afectos irán hacia él. Si la mente es moldeada por los objetos con los cuales más se relaciona, entonces pensar en Jesús, hablar de él lo capacitará para ser como él en espíritu y carácter. Reflejará su imagen en lo que es grande y puro y espiritual. Tendrá la mente de Cristo y él lo enviará al mundo como su representante espiritual (Reflejemos a Jesús, p. 57).

El asunto más importante consiste en servir al Señor con corazón indiviso, y tratar de ser, con el corazón y la mente, propiedad del Señor. Todos los que acudan al Salvador en procura de consejo recibirán la ayuda que necesitan, si vienen humildemente, y se aterran con firme/a de esta promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis: llamad, v se os abrirá”. Mateo 7:7 (Cada día con Dios, p. 126).

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Lunes 16 de abril | Lección 3_______________________________________________________

IMÁGENES DE JESÚS

Lee los siguientes versículos de Apocalipsis, que mencionan a Jesús con diferentes nombres y, en algunos casos, lo describen a él y lo que él hizo, hace o hará. ¿Qué nos enseñan estos textos acerca de Jesús?

1:5

y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

1:18

18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

5:8

Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;

19:11-15

11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.  12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

21:6

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

Estos son solo algunos de los muchos pasajes de Apocalipsis que representan a Jesús en varios roles y funciones. Él es el Cordero, lo que señala su primera venida, en la que se ofreció a sí mismo como sacrificio por nuestros pecados. “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (1 Cor. 5:7). Apocalipsis dice que es el que “estuv[o] muerto; mas he aquí que viv[e] por los siglos de los siglos” (1:18), en una clara referencia a su muerte y su resurrección de entre los muertos. “Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día” (Luc. 24:46). Y en el capítulo 19, versículos 11 al 15, se representa a Jesús en su papel en la Segunda Venida, cuando regresará a la Tierra con poder, gloria y juicio. “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mat. 16:27).

¿De qué forma podemos aprender, día a día, a hacer de la vida, la muerte, la resurrección y la venida de Jesús el centro de nuestra existencia y el fundamento de las decisiones morales que tomamos?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

La lección y el espíritu de profecía se complementan muy bien en este día.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El alma que se ha entregado a Cristo es más preciosa a sus ojos que el mundo entero. El Salvador habría pasado por la agonía del Calvario para que uno solo pudiera salvarse en su reino. Nunca abandona a un alma por la cual murió. A menos que sus seguidores escojan abandonarle, él los sostendrá siempre.

En todas nuestras pruebas, tenemos un Ayudador que nunca nos falta. Él no nos deja solos para que luchemos con la tentación, batallemos contra el mal, y seamos finalmente aplastados por las cargas y tristezas. Aunque ahora esté oculto para los ojos mortales, el oído de la fe puede oír su voz que dice: No lemas; yo estoy contigo. Yo soy «el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos». Apocalipsis 1:18. He soportado vuestras tristezas, experimentado vuestras luchas, y hecho frente a vuestras tentaciones. Conozco vuestras lágrimas; yo también he llorado. Conozco los pesares demasiado hondos para ser susurrados a ningún oído humano. No penséis que estáis solitarios y desamparados. Aunque en la tierra vuestro dolor no toque cuerda sensible alguna en ningún corazón, miradme a mí, y vivid. “Porque los montes se moverán, y los collados temblarán: mas no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz vacilará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti. Isaías 54:10 (El Deseado de todas las gentes, p. 446).

Pronto aparece en el este una pequeña nube negra, de un tamaño como la mitad de la palma de la mano. Es la nube que envuelve al Salvador y que a la distancia parece rodeada de oscuridad. El pueblo de Dios sabe que es la señal del Hijo del hombre. En silencio solemne la contemplan mientras va acercándose a la tierra, volviéndose más luminosa y más gloriosa hasta convertirse en una gran nube blanca, cuya base es como fuego consumidor, y sobre ella el arco iris del pacto. Jesús marcha al frente como un gran conquistador. Ya no es “varón de dolores”, que haya de beber el amargo cáliz de la ignominia y de la maldición; victorioso en el cielo y en la tierra, viene a juzgar a vivos y muertos. “Fiel y veraz”, “en justicia juzga y hace guerra”. “Y los ejércitos que están en el cielo le seguían”. Apocalipsis 16:11. 14. Con cantos celestiales los santos ángeles, en inmensa e Innumerable muchedumbre, le acompañan en el descenso. El firmamento parece lleno de formas radiantes, “millones de millones, y millares de millares» Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor… Ninguna corona de espinas hiere ya sus sagradas sienes, ceñidas ahora por gloriosa diadema. Su rostro brilla más que la luz deslumbradora del sol de mediodía. “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”. Apocalipsis 19:16 (El conflicto de los siglos, p. 624).

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Lección 3 | Martes 17 de abril______________________________________________________

EL TEMA DEL SANTUARIO EN APOCALIPSIS

Además de las dos divisiones principales, Apocalipsis también tiene otro nivel estructural, construido alrededor del Santuario hebreo. Este tema del Santuario no se limita a ninguna de las dos divisiones principales, sino que también las atraviesa.

El Santuario terrenal comenzaba en el patio, en el Altar del Holocausto, donde se sacrificaban los animales. Después de la muerte del animal, símbolo de la Cruz, el sacerdote entraba en el primer departamento del Santuario, que era un modelo de lo que Jesús hizo en el Santuario celestial después de su ascensión. Esto es representado por Jesús caminando entre los candeleros (Apoc. 1:13).

Lee Apocalipsis 4:1 y 2. ¿Qué representa la puerta abierta? ¿Dónde se encuentra esta escena? (Ver, además, Hech. 2:33; 5:31; Efe. 1:20; Heb. 10:12, 13; Sal. 110:1; Apoc. 12:5.)

Apocalipsis 4:1-2

1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.  Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.

Hechos 2:33

33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

Hechos 5:31

31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.

Efesios 1:20

20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,

Hebreos 10:12-13

12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;

Salmos 110:1

1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

Apocalipsis 12:5

Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.

Poco después de su ascensión, Cristo inauguró el Lugar Santo del Templo celestial, al ingresar por esta primera puerta abierta. Cuando Cristo aparece por primera vez en el libro de Apocalipsis, está de pie ante los candeleros del primer departamento del Santuario celestial (ver Apoc. 1:10-18).

Lee Apocalipsis 11:19. ¿Cuál es la importancia del hecho de que, cuando se abrió el Templo celestial, Juan pudo ver el Arca del Pacto, que estaba en el segundo departamento del Santuario terrenal (ver Lev. 16:12-14)?

Apocalipsis 11:19

19 Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.

Levítico 16:12-14

12 Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. 13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera. 14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.

La imagen del Arca del Pacto en el Santuario celestial es una referencia indiscutible al Lugar Santísimo, o el segundo departamento. En el libro de Apocalipsis, podemos ver no solo el ministerio de Jesús en ambos departamentos, sino el hecho crucial y reconfortante de que los acontecimientos celestiales y terrenales están relacionados. Incluso en medio de las pruebas de la historia y de los últimos días, descritas en el libro de Apocalipsis, podemos tener la seguridad de que “todo el cielo está empeñado en la tarea de preparar a un pueblo que se mantenga firme en estos días finales. La conexión entre el cielo y la Tierra parece ser muy estrecha” (MLT 307).

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

EL ESTUDIO DE ESTE DÍA, ABARCA EL ESTUDIO DEL DÍA MIÉRCOLES Y EL DÍA JUEVES. 

 Como estudiamos el día domingo, el libro de apocalipsis lo podemos dividir en dos secciones:

La primera sección que serían  los primeros once capítulos y la segunda sección que serían los últimos once capítulos es decir del capitulo once  al veinte y dos.

 En los primeros  once capítulos podemos encontrar a Cristo oficiando en el lugar santo, pero en el último versículo del capitulo 11 de apocalipsis, Juan logra ver por primera vez el arca del pacto en el lugar santísimo y de allí en adelante comienza la segunda sección del apocalipsis, que es Jesucristo ya oficiando en el lugar santísimo. 

 En los capítulos uno, dos y tres, encontramos la introducción del libro y el mensaje a las siete iglesias del apocalipsis.

 El mensaje a la primera iglesia, que es la iglesia de Éfeso, es precisamente donde se descubre a Cristo comenzando a oficiar en el lugar santo del templo.

 El mensaje a la sexta iglesia, es donde descubrimos a Jesucristo ya oficiando en el lugar santísimo. Creemos que debemos dar un estudio mas detenido de estas dos iglesia, para comprender un poco mejor el principio del ministerio de Cristo, tanto en el lugar santo como en el lugar santísimo.

 Los mensajes a las 7 iglesias del Apocalipsis, se les llaman mensajes ESCATOLOGICOS. ¿Por qué? Se les llaman escatológicos, porque son mensajes enviados a dos destinatarios diferentes, en lugares diferentes y en tiempos diferentes.

Las 7 iglesias del Apocalipsis eran Iglesias reales que existían en el tiempo de los apóstoles; recibieron esos nombre por las ciudades donde estaban localizadas, dicho en otras palabras; las ciudades eran reales y las Iglesias también eran reales. Para estas Iglesias reales, eran estos mensajes literales.

Pero estos mensajes tienen otro lado y ese es el lado profético; el mensaje a las 7 siete Iglesias, son mensajes a 7 etapas que la iglesia Cristiana atravesaría, comenzando desde la ascensión de Cristo hasta su segunda venida a esta tierra; estas son las Iglesias:

 Éfeso               Significa DESEABLE            Del año 31 al 100 DC

Esmirna           Significa OLOR AGRADABLE (mirra)    Del año 100 al 313 DC

Pérgamo          Significa ELEVADA 0 EXALTADA  Del año 313 al 538 DC

Tiatira              Significa DULCE SABOR DE SACRIFICIO    Del año 538 al 1517 DC

Sardis              Significa RENOVACION    Del año 1517 al 1755 DC

Filadelfia         Significa AMOR FRATERNAL   Del año 1755 al 1844 DC

Laodicea         Significa JUICIO                  Del año 1844 hasta HOY

Los mensajes a las Iglesias, tiene 4 frases que se repiten en la misma secuencia, en los siete mensajes siempre encontraremos las siguientes frases:

-«ESCRIBE AL ÁNGEL DE LA IGLESIA EN….”

-“YO CONOZCO TUS OBRA”

-“AL QUE VENCIERE…”

-“EL QUE TIENE OÍDO, OIGA LO QUE EL ESPÍRITU DICE A LAS IGLESIAS”

 

IGLESIA DE ÉFESO

Apocalipsis 2: 1-7

1 Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

 “Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso” Los siete mensajes, comienzan con las mismas palabras, a Juan se le ordena que escriba al ángel de cada iglesia. La mayoría de eruditos creen que el ángel de la iglesia de Éfeso era Timoteo.

La Palabra ángel se escribe en griego así: ἀγγέλῳ, se pronuncia “angelo”; interesantemente esta palabra significa “mensajero” Usualmente se le aplica a un ángel que desciende del cielo con un mensaje, pero también la Biblia se lo aplica al humano que trae un mensaje divino.

En Apocalipsis 22: 8 y 9 dice:» 8Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.»

Aquí el ángel Gabriel le indica a Juan que no le adore, ya que los dos son ángeles, (mensajeros), entre los dos llevarán un mensaje para todos los profetas y para todos los que guardan las palabras escritas en el libro de Apocalipsis.

Mateo 11: 10-11 dice: «Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi ángel delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. 11De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.»

En este texto se le está llamando ángel a Juan. La mayoría de versiones dice “mensajero”, pero la palabra que se usa en el original griego es “angelo”

Encontramos muchos textos en la Biblia, donde llama “angelo” a hombres que están portando un mensaje divino (Marcos 1: 2; Lucas 7: 24, 29; Lucas 9: 52; 2 Corintios 12: 7) ETC

El comentario Adventista dice que aquí se refiere a que Juan está recibiendo este mensaje, para que lo imparta a los obispos o pastores, o ancianos de las 7 iglesias, y ellos eran los “angelon” o mensajeros que tenían que dar el mensaje a sus respectivas Iglesias.

Éfeso estaba en la cima de su gloria, en la era de los apóstoles; era la ciudad mas importante de toda Asia, su populación eran de unos cuantos cientos de miles de habitantes. Las ruinas de su teatro todavía existe en estos días y se calcula que ese teatro tenía capacidad para 20,000 espectadores.

Éfeso era una ciudad grande en populación, en comercio, en literatura, en opulencia y en lujos. Allí estaba el famoso templo a Diana, que dicho sea de paso era una de las siete maravillas del mundo clásico. Hay fragmentos de las columnas de sus edificios ricamente esculpidas, estas columnas han sido preservadas y se pueden observar en el museo británico de Londres.

Los problemas mas grandes de esta ciudad era el orgullo del conocimiento, la influencia de la idolatría, el efecto de las riquezas, y la complacencia de los placeres sensuales.

La iglesia de Éfeso era sostenida por la persistente labor de Priscila y de Aquila, disfrutaba de los grandes sermones del elocuente Apolo, y eran bendecidos con el ferviente trabajo de Tíquico.

También disfrutaron la presencia del apóstol Pablo alrededor de tres años y cuando Pablo partió, nombró a Timoteo como el obispo o el pastor mayor de la iglesia. Para cerrar con broche de oro, también el apóstol Juan, el último de los apóstoles, hizo de Éfeso el centro evangelístico para toda la provincia, les impartió su rica experiencia en sus últimos días y les dio la ultima bendición de su vida.

«El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:» (Apocalipsis 2)

Las siete estrellas son los dirigentes de las siete iglesias, Jesús los tiene en su mano derecha, están a su disposición, están a su servicio, él los ha colocado en esa posición, él les proporciona un cuidado especial, una bendición especial y así mismo les ha depositado una responsabilidad especial.

«el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:» (Apocalipsis 2)

La iglesia está en un tiempo obscuro, Jesús está caminando en medio de los candeleros de oro. El día no necesita ni de estrellas, ni de candelero, pero la noche si.

Sacamos una lección extremadamente importante cuando vemos a Cristo caminar en medio de los candeleros de oro: Jesús está en medio de sus santos, ya sea que estos estén bien espiritualmente o estén mal.

El está en medio de su iglesia, allí bien cerca, él está observando a sus iglesias y sus santos con suma diligencia, por eso es que Cristo le dice a las 7 iglesias, con toda seguridad, con toda firmeza, con absoluta confianza y con pleno conocimiento: “Yo conozco tus obras”

Hay muchos hermanos que no vivimos en paz por andar averiguando la vida de otros. A los que nos hemos echado al hombro, ésta terrible, difícil y repugnante tarea, se les invita a no hacerlo, el Dueño de las Iglesias, anda caminando en medio de ellas y él en verdad conoce lo que está sucediendo con los dirigentes y con los miembros de las iglesias, él en verdad conoce lo que le está pasando a la iglesia en general.

Nuestro trabajo es estudiar, orar y predicar. Cristo se mantiene constantemente caminando en medio de las iglesias, él con toda seguridad puede decir: “yo conozco tus obras” Nosotros no ponemos a decir esas palabras, con toda seguridad nos vamos a equivocar, ya que nosotros no conocemos a ciencia cierta las obras de nadie, ni las buenas obras, mucho menos las malas obras.

“has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado…” (Apocalipsis 2)

-Hay varios que se desmayan en el trabajo para Dios, por que lo han encontrado tedioso. Cuando comenzaron el trabajo del evangelio, estaban disfrutando la novedad de éste, por lo tanto no se cansaban, pero cuando la frescura del evangelio desapareció, se dieron cuenta del desgaste y de lo cansador del evangelio, dejaron de disfrutarlo y desmayaron. Ellos posiblemente esperaban una oficina llena de rosas y guirnaldas, pero el evangelio de Cristo es menos romántico que eso. El trabajo por el evangelio es cuesta arriba, tortuoso, cansador y muy laborioso.

-Otros desmayan por el fracaso. Han sembrado arduamente, pero la semilla ha caído en el terreno equivocado y la planta ni siquiera pudo nacer. Nosotros no trabajamos solo por una conquista, nosotros trabajamos por una victoria total.

-Otros desmayan por escusas ridículas:

1-Yo paré de trabajar por que nadie aprecia lo que yo hago.

2-Yo paré de trabajar por que a nadie le importa mi esfuerzo

3- Yo pare de trabajar por que  nadie quiere ayudar.

4-Yo paré de trabajar porque siempre critican lo que yo hago.

La causa real para el desmayo, es la pérdida de la fuerza espiritual. 

Nuestro problema no estriva en la  cantidad de trabajo que hacemos para la obra, nuestro real problema es que tenemos una fuerza espiritual muy débil  y muy frágil,  y muchas veces está muriendo.

Estos son los desmayados de nuestra iglesia:

-Hay unos que nunca desmayan por que nunca trabajan

-Hay otros que trabajaron una vez y allí quedaron desmayados

-Hay otros que están trabajando y están por desmayar

-Pero el peor de todos, son aquellos que sin haber trabajado, ya están desmayados.

Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.”

Esta es una queja de amor; aquí la novia no es que ha sido infiel, tampoco la novia está interesada en otra persona, aquí la novia simplemente ha perdido el interés por su novio; por eso Cristo tiene una queja de amor, su corazón está triste y apesadumbrado por el disimulo y la falta de interés de su novia en él.

Hay muchos de nosotros que crecimos desde nuestra infancia en la gracia de Cristo, y realmente no sabemos en que momento comenzamos a amar y nos enamoramos de Cristo.

Hay otros casos donde se sabe muy bien cuando fue que el principio de ese amor para Cristo, pero no se sabe cuando se perdió ese amor, pero la verdad es que ese primer amor está perdido en los dos casos.

La mayoría de nosotros recuerda ese temprano entusiasmo o afecto para esa persona especial, no había algo mas especial que él o ella en nuestra vida. Nuevas capacidades de trabajar, disfrutar y sufrir por esa persona se comenzaron a revelarse en nuestras vidas, ese primer amor siempre será recordado en nuestras vidas.  

Lo mismo sucedió cuando el amor de Cristo se reveló en nuestro ser. Las cosas espirituales que alguna vez las contemplábamos a lo lejos, se acercaron y tomaron mucho sentido en nuestras vidas. La vida se nos volvió muy valiosa, ya que se llenó completamente del amor de Dios.

Estas son algunas de las características cuando perdemos nuestro primer amor:

-El amor para el mundo crece

-La frialdad en nuestra devoción espiritual crece

-Se pierde el sabor a las delicias del evangelio, es decir, encontramos los servicios de nuestra religión muy tediosos

-Las asociación con amigos mundanos crece

-Desatender, llegar tarde, o irse temprano de las actividades de nuestra iglesia se vuelve algo común

Perder el primer amor, deshonra a Dios, nos roba nuestra felicidad, le da al enemigo ventajas sobre nosotros y nos prepara para una terrible obscuridad a la hora de nuestra muerte.

La queja de amor de Jesús en contra de su novia, no se puede tomar livianamente, esa queja de amor sería suficiente para despertar el fervor de su novia. La queja de amor es una seria reprobación en contra de la iglesia, sus consecuencia son serias y terrible, Jesús dijo: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido” (Apocalipsis 2)

6Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaitas, las cuales yo también aborrezco. (Apocalipsis 2)

Los Nicolaitas era una secta herética “gnóstica” que afectó mucho a la iglesia de los apóstoles. Según la tradición (que es la información escrita no comprobada) se cree que Nicolás era uno de los siete diáconos de la iglesia apostólica en Jerusalén, y luego llegó a fundar la “CIENCIA” de los gnósticos.

La tradición dice que Nicolás tenía una esposa sumamente bella pero extremadamente celosa. Para evitar este constante problema, Nicolás empujó a su esposa a la prostitución. De esta acción de Nicolás nace una congregación que practica y enseña el uso sexual en común de las esposas por los miembros de la iglesia, en otras palabras, los nicolaitas enseñaban el sexo libre en la iglesia, esto era en adición de comer cosas sacrificadas y ofrecidas a los ídolos.

Por esta razón a los nicolaitas, se le compara con Balaam y Jezabel; Balaam puso tropiezo a los hijos de Israel a través de la idolatría y de la fornicación. Jezabel fue la primera esposa de un rey de Israel que fue pagana, como resultado instituyó la idolatría en Israel, como nunca antes se había hecho, además era una asesinadora de los profetas de Dios. Esta secta de los nicolaitas fue expulsada por la iglesia de Éfeso, pero fue aceptada por la iglesia de Pérgamo.

“Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” (apocalipsis 2)

El Jardín del Edén, no era meramente el lugar de vivienda de Adán y Eva; mas que eso era un templo natural donde habían dos árboles muy importantes, uno de ellos era el árbol prohibido conocido como el árbol de la ciencia del bien y del mal y el otro era el árbol de la vida. «Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.» (Génesis 2: 9)

Si el hombre no hubiera pecado, todos los descendientes de Adán tuvieran que haber entrado al hogar de Adán para comer del árbol de la vida, dicho sea en otras palabras, el árbol de la vida era propiedad de Adán, y Adán y lo tenía en el centro de su casa.

El espíritu de profecía dice, que a la caída del hombre, los querubines cuidaron el “Huerto del Edén” por mucho tiempo, y antes de la tierra ser destruida con el diluvio, Dios transportó el huerto al cielo, y lo tiene en el cielo, y lo ha re-modelado para volvérselo a entregar a Adán en la tierra nueva.

El espíritu de profecía dice, que cuando Adán lo reciba de nuevo, se recordará de cada planta y de cada árbol que había allí. En pocas palabras Dios tiene en el cielo, el mismo huerto que estaba en la tierra, lo único es que lo ha re-modelado y lo ha diseñado mejor de como lo tenía Adán.

Pero el huerto del Edén, cuando le sea devuelto a Adán, le faltarán los dos arboles que tenía al principio, le faltará el árbol de la ciencia del bien y el mal, y también le faltara el árbol de la vida.

Juan en la visión de la tierra nueva, contempla ese árbol, ya no en el huerto del Edén, sino en medio de la calle de la Santa Ciudad, ahora no le pertenece a Adán, ahora le pertenece al nuevo Adán, quien con su sangre compró cada alma redimida, y ofrece la vida eterna como regalo a sus fieles.

«En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.» Apocalípsis 22: 2

 

IGLESIA  DE FILADELFIA

7Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. 10Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 11He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 12Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. (Apocalipsis 3)

El ángel o anciano de Filadelfia, fue Demetrio, la tradición dice que fue el apóstol Juan quién lo ordenó como Obispo oficial de Filadelfia.

El nombre de Filadelfia es un derivado de Attalus Filadelfus, quien era rey de Pérgamo 138 años antes que Cristo naciera.

Filadelfia se encontraba situada en la cima del monte Tmolus (temolus) que es un lugar propicio para el cultivo de la uva. A pesar de ser una zona sísmica, la riqueza de su suelo, evitó la deserción total de la población, que huía del lugar debido a los peligros de los terremotos.

De las 7 iglesias cristianas de Asia menor, Filadelfia es la única que se ha preservado de una manera muy espectacular, en su lugar se pueden encontrar las columnas de sus edificios aun en pie.

Una de las iglesias cristianas mas hermosas que han existido, es la iglesia dedicada a San Juan, que se encuentra allí mismo en Filadelfia, tristemente en nuestros días actuales los turcos han convertido este recinto en un basurero que recibe las tripas o las víscera, de las bestias muertas.

En nuestros días modernos los turcos le llaman a Filadelfia, Alah Shahr que significa “ciudad bella” En nuestros días modernos, hay alrededor de 200 casas que pertenecen a cristianos, además de 4 iglesias cristianas en Alahr Shahr o Filadelfia.

8Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

En el siglo XVIII  y XIX  hubieron movimientos religiosos extraordinarios que sucedieron en los Estados Unidos de Norte América y Europa dentro del protestantismo. La religión que se practicaba a través de la iglesia católica era una religión fría y vacía. Estos nuevos movimientos religiosos en los Estados Unidos hicieron de la religión, un asunto de mucha importancia, e hicieron de la religión un asunto personal.

Los mas grandes movimientos se dieron en dos grupos: El surgimiento de los evangélicos y también el surgimiento de los Adventistas del Séptimo Día. En los dos grupos se enseñó el amor fraternal, y se enseñó una religión que se vive en el corazón.

Los Estados Unidos se convirtió en un país de oportunidades para una iglesia reprimida, abusada y perseguida que huía de las garras del papado en todo Europa.

Estados Unidos se convirtió en la cuna de la libertad religiosa y la libre adoración para un cristianismo rejuvenecido y floreciente.

“he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar;” (Apocalipsis 3)

«Una puerta abierta.»

Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. (Apocalipsis3)

«El versículo 7 dice que Cristo tiene «la llave de David», y en el versículo 8 puede sugerir que con esa «llave» abre ante la iglesia de Filadelfia

Los adventistas del séptimo día sostienen que el fin del período de Filadelfia que sucedió en 1844, señala el comienzo del juicio investigador descrito en Daniel 7: 10 y Apocalipsis 14: 6

Ahora bien, el ritual del santuario terrenal consistía esencialmente en dos partes: el lugar santo, el servicio de ministración diaria por el pecado; y en el lugar santísimo, el servicio anual en el día de la expiación, que era considerado como un día de juicio

Puede afirmarse que en el día de la verdadera expiación que comenzó en 1844, nuestro gran Sumo Sacerdote dejó el lugar santo del santuario celestial y entró en el lugar santísimo. Por lo tanto, la «puerta cerrada» sería la del lugar santo del santuario celestial, y la «puerta abierta» la del lugar santísimo, donde Cristo desde ese tiempo ha estado ministrando en la obra del gran día de la verdadera expiación

En otras palabras: la «puerta cerrada» indica la terminación de la primera fase del ministerio celestial de Cristo, y la «puerta abierta», el comienzo de la segunda fase.

Nadie puede cerrar.

«Cristo proseguirá con la obra de la redención hasta terminarla. Los hombres no pueden hacer nada para estorbar su ministerio en las cortes celestiales ni su jurisdicción y dominio sobre los asuntos terrenales”

Comentario Bíblico Adventista – Apocalipsis 3

12Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios

Muchos entienden que en este texto se le está ofreciendo al vencedor, un lugar de importancia en la iglesia de Cristo, cuando esta obtenga la victoria al final de la historia de este mundo.

 Otros creen que este texto, está enfatizando la estabilidad de la iglesia de Cristo, comparada con la inestabilidad que sufrían los templos de Filadelfia, por los grande terremotos que allí ocurrían.

El historiador Strabo escribió: “En Filadelfia no hay una pared que esté nivelada, día a día las paredes son sacudidas por un temblor, haciendo las paredes inestables y agrietadas. A pesar de eso, los habitantes continúan ocupando la tierra, soportando ese sufrimiento, a pesar de eso se mantienen construyendo nuevas casas”

Las columnas de un templo, es sinónimo de santidad, de fuerzas, de permanecía, y de estabilidad.  Este es el regalo de parte de Cristo a todos los miembros de la iglesia de Filadelfia que hayan formado parte del grupo de vencedores.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Los sacrificios y las ofrendas del ritual mosaico señalaban siempre hacia adelante, hacia un servicio mejor, el celestial. El Santuario terrenal “era figura de aquel tiempo presente, en el cual se ofrecían presentes y sacrificios”; y sus dos lugares santos eran “figuras de las cosas celestiales”; pues Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, es hoy “Ministro del Santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no hombre”. Hebreos 9:9, 23; 8:2 (Exaltad a Jesús, p. 20).

A través de esta puerta abierta que da al templo de Dios, vemos la ley real, depositada en el arca del testamento. A través de esta puerta abierta la luz brilla desde esa ley, santa, justa y buena, presentando al hombre la verdadera norma de justicia, para que no cometa error en la formación de un carácter que cumplirá los requerimientos de Dios. Esa ley condena el pecado, y debemos desecharlo. El orgullo y el egoísmo no pueden encontrar lugar en el carácter sin expulsar a Aquel que fue manso y humilde de corazón.

La ley de Dios es la norma mediante la cual se probará el carácter; si establecemos una norma que nos convenga e intentamos seguir un criterio de nuestra propia construcción, finalmente fracasaremos por completo en nuestro esfuerzo por alcanzar el cielo…

Fue el amor de Dios al hombre lo que lo indujo a expresar su voluntad en los diez preceptos del Decálogo… Dios le ha dado al hombre en su ley una regla completa para la vida. Si obedece, vivirá por ello, mediante los méritos de Cristo. Si la transgrede, tiene poder para condenar. La ley envía a los hombres a Cristo, y Cristo les señala la ley (Nuestra elevada vocación, p. 140).

Al acercarse a la cruz del Calvario, se ve allí un amor sin paralelo. Cuando por fe os aferráis al significado del sacrificio, os veis como pecadores condenados por la ley quebrantada. Esto es arrepentimiento. Cuando venís con corazón humilde, encontráis perdón, pues Cristo Jesús está representado como estando continuamente ante el altar, donde ofrece momento tras momento el sacrificio por los pecados del mundo. Es ministro del verdadero tabernáculo que el Señor levantó y no hombre. Las sombras simbólicas del tabernáculo judío no poseen más virtud alguna. No debe realizarse más una expiación simbólica, diaria y anual. Pero el sacrificio expiatorio efectuado por un mediador es esencial debido a que se cometen pecados continuamente. Jesús está oficiando en la presencia de Dios, ofreciendo mi sangre derramada como si hubiera sido la de un cordero sacrificado. Jesús presenta la oblación ofrecida por cada ofensa y cada falta del pecador (Mensajes selectos, tomo 1, p. 403).

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Miércoles 18 de abril | Lección 3___________________________________________________

CRISTO EN APOCALIPSIS: PRIMERA PARTE

Todo en el libro de Apocalipsis, desde la estructura hasta el contenido, tiene un único propósito: revelar a Jesucristo.

Por eso las palabras iniciales del libro son: “La revelación de Jesucristo” (Apocalypsis Iesou Christou). Esto generalmente se entiende como (1) “la revelación Jesucristo” [es decir, dada por él], o (2) “la revelación sobre Jesucristo” [la revelación acerca de él] (Apoc. 1:2). El hecho de que sea una “revelación” va en contra de los que creen que el libro de Apocalipsis es demasiado difícil de entender. ¿Por qué el Señor lo habría incluido en la Biblia si no hubiera querido que lo entendiesen los que lo leyeran?

Lee Apocalipsis 1:1 al 8. ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca de Jesús?

Apocalipsis 1:1-8

1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

En Apocalipsis, se presenta a Cristo como “el soberano de los reyes de la tierra” (Apoc. 1:5) y, cerca del final del libro, se lo describe como “Rey de reyes” (Apoc. 19:16). La mayor noticia aquí es que, en medio de todo el caos y la confusión de la Tierra, podemos tener la seguridad de que nuestro amoroso Señor y Salvador tiene el control absoluto.

En Apocalipsis 1:5, encontramos una clara referencia a Cristo como el Redentor. La frase “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” señala su muerte expiatoria en la cruz. No solo nos justificó, sino también nos santificó (1 Cor. 6:11). En pasajes como este, podemos hallar la garantía de la salvación, porque nos muestra que Jesús es el que lava nuestros pecados; algo que, por cierto, no podemos hacerlo por nuestra cuenta.

Lee Apocalipsis 1:7. ¿Qué nos enseña esto acerca de Jesús?

Apocalipsis 1:7

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.

Para toda la fe cristiana, la promesa del regreso de Cristo “con las nubes” es fundamental. Jesús vendrá otra vez, un regreso literal en un acontecimiento que todo el mundo verá, un suceso que acabará, de una vez por todas, con el sufrimiento, el caos y la ruina de este mundo, y dará comienzo a todas las promesas de la eternidad.

¿Qué nos enseña Apocalipsis 1:8 acerca de Jesús? ¿Qué esperanza podemos encontrar en este versículo que nos pueda dar consuelo en medio de las pruebas que afrontamos?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

El comentario de este día está incluido con el día Martes.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Al descender [Cristo] de su trono, peldaño tras peldaño, su divinidad fue velada por la humanidad. Pero en sus milagros, sus doctrinas, sus sufrimientos, su traición, en la burla que soportó, en su juicio, su muerte por crucifixión, su tumba entre los ricos, su resurrección, sus cuarenta días sobre la tierra, su ascensión, su triunfo, su sacerdocio, están contenidos los inagotables tesoros de la sabiduría, registrados para nosotros por la inspiración en la Palabra de Dios. Las aguas de vida todavía fluyen en corrientes abundantes de salvación. Los misterios de la redención, la mezcla de lo divino con lo humano en Cristo, su encarnación, sacrificio y mediación, serán suficientes para proveer para siempre a las mentes, los corazones, las lenguas y las plumas con temas para el pensamiento y la expresión. El tiempo no será suficiente para agotar las maravillas de la salvación, porque Cristo será la ciencia y el canto de los redimidos durante las edades eternas. Para siempre continuarán produciéndose nuevas evidencias de la perfección y la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Y ahora corresponde manifestar una confianza perfecta en su mérito y su gracia; hay que desconfiar de uno mismo y tener una fe viviente en él (Exaltad a Jesús, p. 34).

El Señor nos vio en una condición desesperada y envió a nuestro mundo al único mensajero a quien le podía confiar su gran tesoro de perdón y gracia. Cristo, el Hijo unigénito de Dios, fue el mensajero delegado. Se le encomendó la realización de una obra que ni siquiera los ángeles del cielo habrían podido cumplir. Únicamente a él se le podía encomendar la tarea requerida para la redención de un mundo completamente endurecido y desfigurado por la maldición. Y en esta dádiva el Padre le entregó todo el cielo al mundo (Exaltad a Jesús, p. 202).

Cristo está listo para recibir a todos los que llegan a él con sinceridad… Él es nuestra única esperanza. Él es nuestro alfa y omega. Es nuestro sol y nuestro escudo, nuestra sabiduría, nuestra santificación, nuestra justicia. Solamente por su poder nuestros corazones pueden ser mantenidos todos los días en el amor de Dios (Desde el corazón, p. 120).

Cuando Cristo vuelva a la tierra, los hombres no le verán como preso rodeado por una turba. Le verán como Rey del cielo. Cristo volverá en su gloria, en la gloria de su Padre y en la gloria de los santos ángeles. Miríadas y miríadas, y miles de miles de ángeles, hermosos y triunfantes hijos de Dios que poseen una belleza y gloria superiores a todo lo que conocemos, le escoltarán en su regreso. Entonces se sentará sobre el trono de su gloria y delante de él se congregarán todas las naciones. Entonces todo ojo le verá y también los que le traspasaron. En lugar de una corona de espinas, llevará una corona de gloria, una corona dentro de otra corona. En lugar de aquel viejo manto de grana, llevará un vestido del blanco más puro, “tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos”. Marcos 9:3. Y en su vestidura y en su muslo estará escrito un nombre: “Rey de reyes y Señor de señores”. Apocalipsis 19:16 (El Deseado de todas las gentes, p. 688).

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Lección 3 | Jueves 19 de abril______________________________________________________

CRISTO EN APOCALIPSIS: SEGUNDA PARTE

Lee Apocalipsis 1:10 al 18. ¿Qué dice Jesús de sí mismo?

Apocalipsis 1:10-18

10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. 12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. 17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

Jesús aparece en estos versículos de pie en el primer departamento del Santuario celestial. Su revelación de sí mismo en esta función fue tan grande que Juan cayó a sus pies con miedo. Jesús, siempre reconfortante, le dice que no tenga miedo y se señala a sí mismo como el Alfa y la Omega, el Primero y el Último: referencias a su existencia eterna como Dios. Más adelante habla de su muerte, y de su resurrección y la esperanza que esta trae. Jesús tiene las llaves de “la muerte y del Hades”. En otras palabras, Jesús le dice a Juan lo que le dijo a Marta al morir su hermano, palabras que Juan también registró: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25, 26).

Con Marta y ahora con Juan, Jesús nos llama la atención a la esperanza de la resurrección, la culminación y el clímax de la fe cristiana. Sin ella, ¿qué esperanza hay?

Lee Apocalipsis 22:7, 12 y 13. ¿Qué revelan también estos versículos acerca de Jesús?

Apocalipsis 22:7, 12-13

!!He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.

“Cristo Jesús es el Alfa y la Omega, el Génesis del Antiguo Testamento y el Apocalipsis del Nuevo Testamento. Ambos se reúnen en Cristo. Adán y Dios son reconciliados por la obediencia del segundo Adán, quien cumplió la obra de vencer las tentaciones de Satanás y de reparar el vergonzoso fracaso y caída de Adán” (“Comentarios de Elena G. de White”, CBA 6:1.092). Sí, Jesús es el Principio y el Fin. Él nos creó en el principio, y nos recreará al final.

De principio a fin, el libro Apocalipsis nos enseña no solo sobre la historia, sino también sobre los acontecimientos del tiempo del fin; por lo tanto, sigue siendo el Apocalypsis Iesou Christou, la Revelación de Jesucristo. Nuevamente, en cualquier cosa que estudiemos acerca de los acontecimientos finales, Jesucristo debe ser el centro de todo.

¿De qué manera podamos mantener a Jesús todos los días en el centro de nuestra vida?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

El comentario de este día está incluido con el día Martes.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Juan, exilado en la isla de Patmos… oye que una voz dice: “Yo soy el Alfa y la Omega”. Vers. 11. Cae como muerto de asombro al escucharla. Es incapaz de soportar la visión de la gloria divina. Pero una mano levanta a Juan y oye una voz que le recuerda la de su Maestro. Se fortalece y puede hablar con el Señor Jesús.

Así será con el pueblo remanente de Dios que está esparcido: algunos en la espesura de la montaña, otros exilados, otros perseguidos. Cuando se oiga la voz de Dios y se manifieste el resplandor de su gloria, cuando termine la prueba y desaparezca la escoria, se percatarán de que están ante la presencia del que los redimió con su propia sangre. Lo que Cristo fue para Juan en el exilio lo será para su pueblo que sentirá la mano de la opresión a causa de su fe y testimonio por Cristo… no hay lugar donde [sus ojos] no puedan penetrar, no hay aflicciones o sufrimientos de su pueblo que escapen a la simpatía de Cristo (A fin de conocerle, p. 362).

[N]o debemos nunca olvidar que el amor —el amor de Cristo— es el único poder que puede enternecer el corazón e inducirlo a la obediencia.

Todas las grandes verdades de las Escrituras se centralizan en Cristo; debidamente comprendidas todas conducen a él. Preséntese a Cristo como el alfa y la omega, el principio y el fin del gran plan de redención. Presentad a la gente temas tales que fortalezcan su confianza en Dios y en su Palabra y la induzcan a investigar sus enseñanzas por sí misma. Y a medida que los hombres avancen paso a paso en el estudio de la Biblia, estarán mejor preparados para apreciar la hermosura y la armonía de estas preciosas verdades (El evangelismo, p. 354).

El Señor Jesús dice: “Porque separados de mí nada podéis hacer”. Nuestro crecimiento en la gracia, nuestro gozo, nuestra utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo. Solo estando en comunión con él diariamente y permaneciendo en él cada hora es como hemos de crecer en la gracia. Él no es solamente el autor de nuestra fe sino también su consumador. Ocupa el primer lugar, el último y todo otro lugar. Estará con nosotros, no solo al principio y al fin de nuestra carrera, sino en cada paso del camino…

Conságrate a Dios todas las mañanas: haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuvo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti”. Este es un asunto diario. Cada mañana, conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus plañes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indicare su providencia Podrás así poner cada día tu vida en las manos de Dios, y ella será cada vez más semejante a la de Cristo.

La vida en Cristo es una vida de reposo. Tal vez no haya éxtasis de los sentimientos, pero debe haber una confianza continua y apacible. Tu esperanza no se cifra en ti mismo, sino en Cristo. Tu debilidad está unida a su fuerza, tu ignorancia a su sabiduría, tu fragilidad a su eterno poder. Así que no has de mirar a ti mismo ni depender de ti, sino mirar a Cristo. Piensa en su amor, en la belleza y perfección de su carácter (El camino a Cristo, pp. 69, 70).

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Viernes 20 de abril | Lección 3_____________________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“En el Apocalipsis están reveladas las cosas profundas de Dios. El nombre mismo que fue dado a sus páginas inspiradas: el Apocalipsis, o Revelación, contradice la afirmación de que es un libro sellado. Una revelación es algo revelado. El Señor mismo reveló a su siervo los misterios contenidos en dicho libro, y es su propósito que estén abiertos al estudio de todos. Sus verdades se dirigen tanto a los que viven en los últimos días de la historia de esta Tierra como a los que vivían en los días de Juan. Algunas de las escenas descritas en esa profecía pertenecen al pasado, otras se están cumpliendo ahora; algunas tienen que ver con el fin del gran conflicto entre los poderes de las tinieblas y el Príncipe del cielo, y otras revelan los triunfos y las alegrías de los redimidos en la Tierra Nueva” (HAp 466).

Los versículos que vimos esta semana, tanto los del comienzo como los del final del libro, muestran que Apocalipsis habla mucho de Jesús. Incluso con todas las referencias del Antiguo Testamento sobre los acontecimientos históricos, el libro de Apocalipsis nos enseña más acerca de nuestro Señor Jesús. Lee, además, Apocalipsis 3:14; 5:5 y 6; 7:14; y 19:11 al 16, que son más versículos de Apocalipsis acerca de Jesús. Cuando reunimos estos textos, podemos obtener una poderosa representación de Jesús y lo que debería significar para nosotros como sus seguidores.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Qué significa para nosotros el hecho de que el Nuevo Testamento constantemente haga referencia al Antiguo Testamento? ¿Qué debería decirnos acerca de cuán esencial tendría que ser la Biblia para nuestra fe y cuán en serio deberíamos tomarnos la Palabra de Dios? ¿Cómo podemos protegernos de todos y cada uno de los intentos de disminuir la autoridad de las Escrituras en nuestra vida personal y en la vida de la iglesia?
  2. Revisa rápidamente el libro de Apocalipsis y recopila la mayor cantidad de versículos posibles que hablen específicamente de Jesús. En la clase, lee los textos en voz alta. ¿Qué más te revelan sobre la naturaleza, la obra, el poder y el carácter de nuestro Señor? ¿Qué consuelo obtienes de lo que revelan estos pasajes?
  3. En un mundo de muerte, ¿de qué modo podemos aprender a encontrar esperanza y consuelo en la promesa de la resurrección de los muertos?

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Escrito por: Tony García.

Gramática revisada por:
Pastor Noel Ruiloba y Nory Ester Garcia-Marenko

Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
http://www.sevendayradio.com
http://www.escuelasabaticamaestros.com
Madrid, España 2018

4 pensamientos en “LECCIÓN 3 – JESÚS Y EL LIBRO DE APOCALIPSIS – PARA EL 21 DE ABRIL DE 2018

  1. Mis hermanos muchísimas gracias por los temas de la lección de escuela sabatica les deseo muchas bendiciones

    Enviado desde mi smartphone Samsung Galaxy.

  2. Me parece a mi personalmente que no solamente es equipo trabaja en la leccion de adultos de la escuela sabatica digo esto por la exelencia de trabajo realizado en la leccion y es asi como tiene que ser en todo. Gracias a Dios primeramente y despues a todo el equipo por una amplia explicacion sencilla sobre temas de mucha importancia para la iglecia.
    Patricioi Leon

    • Las mas lindas enseñanzas se encuentran ej el libro de Daniel y Apocalipsis , pero tambien el Señor Jesus desea ver los mas lindos corazones para tales enseñanzas para honra y Gloria de su nombre.

  3. Gracias por la lección

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