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Lección 10 – LA UNIDAD Y LAS RELACIONES ROTAS – Para el 8 de diciembre de 2018

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Estos son los diez países con el mas alto índice de lectores durante la semana pasada (lección 9) :

1-Estados Unidos

2-México

3-Perú

4-Colombia

5-Chile

6-Argentina

7-Venezuela

8-Ecuador

9-España

10-Guatemala


Lección 10: Para el 8 de diciembre de 2018

LA UNIDAD Y LAS RELACIONES ROTAS

Sábado 1º de diciembre_____________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 2 Timoteo 4:11; Filemón 1-25; 2 Corintios 10:12-15; Romanos 5:8-11; Efesios 4:26; Mateo 18:15-17.

PARA MEMORIZAR:

“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Rom. 5:10).

Como hemos visto, incluso después del Pentecostés, la relación entre los creyentes a veces era tensa. El Nuevo Testamento registra repetidos ejemplos de la forma en que los dirigentes de la iglesia y los miembros individuales manejaban esos desafíos. Estos principios son extremadamente valiosos para la iglesia actual. Revelan los resultados positivos que pueden surgir cuando utilizamos los principios bíblicos para enfrentar los conflictos y preservar nuestra unidad en Cristo.

En la lección de esta semana, nos enfocaremos en el restablecimiento de las relaciones y en cómo las relaciones humanas impactan nuestra unidad en Cristo. El ministerio del Espíritu Santo implica acercar a las personas a Dios y a los demás. Incluye derribar las barreras en nuestra relación con Dios y con los demás. En resumen, la mayor demostración del poder del evangelio no es necesariamente lo que la iglesia dice, sino cómo vive la iglesia.

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Sin este amor, todo lo que digamos sobre la unidad de la iglesia quedará en la nada.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

A Jesús, quien se entregó por entero para la salvación de la humanidad perdida, se le dio sin medida el Espíritu Santo. Así será dado también a cada seguidor de Cristo siempre que le entregue su corazón como morada. Nuestro Señor mismo nos ordenó: “Sed llenos de Espíritu”, y este mandamiento es también una promesa de su cumplimiento. Era la voluntad del Padre que en Cristo “habitase toda la plenitud”; y “vosotros estáis completos en él” (El discurso maestro de Jesucristo, p. 22).

La vida del Salvador sobre la tierra, aunque vivida en medio del conflicto, era una vida de paz. Aunque los airados enemigos estaban constantemente persiguiéndolo, él dijo: “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada”… Y él nos dice: “Mi paz os doy”.

Quienes se tomen de la palabra de Cristo, y sometan sus almas a los mandatos de Él, sus vidas a las órdenes de Él, encontrarán paz y quietud. Nada del mundo puede hacerlos apesadumbrarse cuando Jesús los alegra con su presencia. En la perfecta entrega hay perfecta confianza. El Señor dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. Isaías 26:3 (Reflejemos a Jesús, p. 270).

La religión de Jesucristo significa poder; significa avanzar en dirección ascendente hacia una norma más santa y elevada. El cristiano cuyo corazón ha sido conmovido por la belleza del carácter del Salvador, debe poner en práctica lo que aprende en la escuela de Cristo. Debemos ser alumnos aptos en la escuela de Cristo, y aprender de buena voluntad lo que él nos enseña día tras día.

Nunca podremos alcanzar la perfección de carácter si no oímos la voz de Dios ni obedecemos su consejo. Esta instrucción no se aplica sencillamente a los que han tenido pruebas que podrían disgustar a sus hermanos, sino que se aplica a los que han sido heridos, a los que han sufrido perjuicios financieros, reproches y críticas, incomprensiones y prejuicios. Los tales no deben permitir que el odio entre en el corazón, ni permitir que surjan los sentimientos negativos cuando consideran a los que los han perjudicado (Hijos e hijas de Dios, p. 92).

Es de suma importancia entender que el pueblo de Cristo debe ser unido en uno solo; pues esta unidad liga a los hombres con Dios con los lazos dorados del amor, y coloca a cada uno bajo una obligación de obrar por sus semejantes. El Capitán de nuestra salvación murió por la raza humana a fin de que los hombres pudieran ser hechos unos con él y con sus semejantes… No han de levantarse muros de división entre hombre y hombre. Cristo, como el gran centro, debe unir a todos en uno (Fundamentals of Christian Education, p. 479).

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Domingo 2 de diciembre | Lección 10______________________________________________

AMISTAD RESTAURADA

Pablo y Bernabé trabajaban juntos dando testimonio de Jesús. Pero tuvieron un desacuerdo sobre si podían confiar en alguien tan temeroso como Juan Marcos (Hech. 15:36-39). Los peligros potenciales de predicar el evangelio hicieron que Juan Marcos en un momento abandonara a Pablo y a Bernabé, y regresara a casa (Hech. 13:13).

“Esta deserción indujo a Pablo a juzgar desfavorable y aun severamente por un tiempo a Marcos. Bernabé, por otro lado, se inclinaba a excusarlo por causa de su inexperiencia. Anhelaba que Marcos no abandonase el ministerio, porque veía en él cualidades que lo habilitarían para ser un obrero útil para Cristo” (HAp 138).

Aunque Dios usó a todos estos hombres, los problemas entre ellos debían resolverse. El apóstol que predicaba de la gracia necesitaba conceder la gracia a un joven predicador que lo había decepcionado. El apóstol del perdón necesitaba perdonar. Juan Marcos creció bajo la tutoría positiva de Bernabé (Hech. 15:39) y, finalmente, el corazón de Pablo aparentemente se conmovió por los cambios.

¿Cómo revelan las cartas de Pablo a Timoteo y a la iglesia de Colosas su renovada relación con Juan Marcos y una nueva confianza en este joven predicador? Col. 4:10, 11; 2 Tim. 4:11.

Colosenses 4:10-11

10 Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle; 11 y Jesús, llamado Justo; que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo.

2 Timoteo 4:11

11 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio.

Aunque los detalles de la reconciliación de Pablo con Juan Marcos quizá sean imprecisos, el registro bíblico es claro. Juan Marcos llegó a ser uno de los compañeros de confianza del apóstol. Pablo recomendó a Juan Marcos como un colaborador a la iglesia de Colosas. Al final de su vida, Pablo le recomendó encarecidamente a Timoteo que llevara a Juan Marcos con él a Roma porque le era “útil para el ministerio” (2 Tim. 4:11). El ministerio de Pablo se vio enriquecido por el joven predicador, a quien obviamente había perdonado. La barrera entre ellos se había quebrado, y pudieron trabajar juntos en la causa del evangelio. Más allá de los problemas que hubo entre ellos, y aunque Pablo creyera que su actitud anterior hacia Juan Marcos tenía sus razones, ahora todo había quedado atrás.

¿Cómo podemos aprender a perdonar a quienes nos han herido o decepcionado? Al mismo tiempo, ¿por qué el perdón no siempre incluye una restauración completa de una relación previa? ¿Por qué no siempre es necesario?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

11 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. (2 Timoteo 4)

Como una regla general, no hay cosa mas miserable que prestar atención y martillar los fracaso y debilidades de otras personas. En el estudio de este día encontramos el altercado entre Pablo y Bernabé por culpa de Juan.

Pablo y Bernabé ya habían realizado el primer viaje misionero juntos, habían compartido los peligros y las glorias en la predicación del evangelio, pero en este primer viaje misionero los dos ellos habían quedado con un amargo sabor en el paladar por la deserción de Juan, pero este problema afectaba y molestaba especialmente a Pablo.

En el momento en que más se necesitaba, Marcos desertó de la misión, abandonando de esa manera a Pablo y a Bernabé en Panfilia.

Cuando llegó el momento de planear un nuevo viaje misionero, Bernabé salió con la brillante idea de invitar de nuevo, al miedoso y desertor Juan Marcos.

Por un lado, encontramos a Pablo que tenía una consistencia y una bravura para hacer las cosas inamovible-mente y que consideraba que Marcos por su debilidad y miedo, no era la persona correcta para enfrentar los peligros de cualquier viaje misionero de esa época.

No importa cuan espiritual sea el hombre, éste siempre está sujeto a cometer fallas y errores. Descubrimos que un hombre avanza en la santidad y en la espiritualidad, una vez que logra conquistar los errores y las debilidades de su propio carácter.

Bernabé tenía sus razones para confiar en Marcos, y Pablo también tenía sus razones para desconfiar de él. Los dos estaban correctos y los dos estaban equivocados. El segundo viaje misionero había comenzado con un desacuerdo y una disputa entre los dos evangelistas del mundo gentil.

Nosotros nunca debemos esperar que las cosas se hagan de la manera en que nosotros las decimos o las pensamos, inclusive cuando estemos conscientes que tenemos la razón. Muchas veces las palabras acaloradas pueden terminar con la amistad de años, los golpes de un hacha pueden terminar con la vida de un roble que le tomó decenas de años de crecimiento.

Bernabé era tío de Marcos, por lo tanto, lo conocía mejor que Pablo, también lo amaba más que Pablo. Aquel mismo espíritu de confianza que uso Bernabé en Jerusalén para darle la bienvenida al recién convertido perseguidor, ahora Bernabé lo está usando nuevamente para darle una nueva oportunidad al cobarde y reincidente.

Si vemos este caso desde el punto de vista disciplinario, no hay duda en la grandeza de Pablo, pero cuando una persona desea darle una nueva oportunidad a un joven que cometió un error, esa persona realmente está viviendo el verdadero espíritu de la cruz.

La caridad de Bernabé no era ninguna garantía para que Marcos no volviera a cometer el mismo error; cuando se une la caridad con el afecto nace la indulgencia.

Muchas veces la indulgencia o la benevolencia coloca a un determinado hombre en una determinada responsabilidad, aún cuando se está consciente que dicho hombre no es apto para ella.  Pero la caridad de Bernabé deseaba darle una nueva oportunidad al joven evangelista, realmente podemos pensar que Bernabé era un gran hombre.

Necesitamos prestar atención al método que usamos para aplicar la disciplina. Cuando en los tiempos mozos cometimos errores, siempre hubieron hombres que tuvieron la compasión de darnos una segunda oportunidad en nuestras vidas,  a ellos les debemos mucho de lo que nosotros somos ahora, ¡gracias a Dios por ellos!

Dios usa trabajadores que son imperfectos para su obra; ¿Porqué Dios usa estos hombres, aún sabiendo de sus imperfecciones? Bueno, por que esos son los único que tiene disponible aquí en la tierra; pero hay que recordar que Dios es glorificado cuando estos hombres logran vencer las debilidades y los defectos de carácter.

Tanto Pablo y Bernabé era hombres honestos; y muchas veces nos toca trabajar y lidiar con hombre honestos aun cuando ellos se nos opongan.

Después de este problema entre Pablo y Bernabé, la Biblia solo menciona una vez mas a Bernabé en 1 Corintios 9: 6: ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?» Pero Marcos es mencionado tres veces en la Biblia:

13 La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan. (1 Pedro 5)  Marcos es muy amado también por Pedro, él le llama hijo.

10 Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle;  (Colosenses 4)  En estos dos versículos Marcos aún no estando arrestado, es compañero de prisión de Pablo.

23 Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, 24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. (Filemón 1)

Mientras Pablo estuvo prisionero en Roma, escribió la segunda carta a Timoteo, y allí hizo una honorable y afectuosa mención de aquel que diez y siete años mas temprano, lo había considerado incapaz, cobarde y débil.

11 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. (2 Timoteo 4)

¡Muy bien hecho Marcos! ¡Muy bien hecho Pablo! Son pocos los hombres que tienen la capacidad y el coraje de corregirse a ellos mismos, de una manera franca, abierta y sincera; Y son pocos los hombres que tienen la capacidad de reparar los errores con los cuales han ofendido a otros, ya sea consciente o inconscientemente.

¿A quién de los dos maestros debía más Marcos su carácter y su nobleza?

Por un lado, tenemos la protección y la fe paternal que depositó Bernabé en él. Por el otro lado tenemos la administración dura que Pablo aplicó al negligente.

La mirada seria y penetrante de un hombre firme y valiente, muchas veces hace crecer en nosotros el valor y el respeto propio; por el otro lado después de nuestros errores, el simple hecho de saber que aún existe una persona que cree y confía en nosotros, es una de las cosas más alentadoras que nos pueden ocurrir en la vida.

Al final no sabemos que escuela hizo más impacto en la mente de Marcos, posiblemente los dos; hay alumnos que necesitan a los dos maestros, posiblemente hay alumnos que solo necesita a uno de ellos, cualquiera sea la necesidad del alumno en la escuela divina, Dios tiene a los dos maestros disponibles para la enseñanza del alumno.

Muchas veces esos jóvenes que no presentan ningún futuro prometedor, dan sorpresas muy interesantes por sus desarrollos posteriores. Muchos soldados que huyeron en el primer combate, llegaron mas tarde a conseguir altos honores y reconocimientos, por sus valientes comportamientos y actos de heroísmos.

Eso paso con Marcos, la comprensión y el aprecio de Bernabé hacia él, más el punzante y afilado sistema administrativo de Pablo, hicieron de él un hombre de elevada estatura. Ambos hombres se necesitan para el evangelio; tanto Pablo, como Bernabé son útiles.

Tengamos paciencia cuando tratamos con nuestro semejante:

Nuestra paciencia, afecto y respeto al tratar con una persona cobarde, puede lograr hacer que el cobarde se convierta en uno de esos valientes capaces de arrebatar el reino de los cielos, nuestra paciencia, afecto y respeto al tratar con un pecador, puede lograr inscribir su nombre en el libro de la vida

 

Pregunta del trimestre pasado:

¿Es Juan el mismo Marcos?

El trimestre pasado se publico el siguiente párrafo:

«ABANDONA EL BARCO»

Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante… 13 Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. (Hechos 13)

¡El primer disidente! No seamos tan duros con Juan, el discípulo amado del Señor.

Saulo era una personas altamente educada, pero no lo era Juan; su cuna era muy humilde, sus amigos no eran universitarios, ni personas ilustres; sus mejores amigos eran pescadores, entre ellos su favorito era Pedro.

Juan era de corazón muy tierno. Este discípulo había crecido con su madre y había sido el encargado de cuidar a su nueva madre –María, la madre de Jesús.

Juan era el niño consentido y amado de estas dos mujeres. Como se dice en inglés, John was mom’s little boy. Era tan tierno su corazón, que también era el discípulo a quien Jesús amaba con un amor especial; leemos que Juan solía recostarse en el regazo de Jesús.

Su corazón estaba en Jerusalén, su ciudad amada; su mente era judaica de sangre pura; su mejor amigo era Pedro, no Saulo. Pronto Juan descubrió que su oficio favorito no estaba asociado con el mundo gentil; su oficina aún se encontraba en Jerusalén, pero más tarde sería movida a la Isla de Patmos –aunque no por voluntad propia– donde, bajo la unción del Espíritu Santo, elaboraría una de las obras literarias más importantes, más trascendentales, más profundas y más esperanzadoras en la historia de este mundo, en la historia de la religión, y en la historia humana.

¡No, Juan! Cuando llegues a las montañas escabrosas de Perge y de Pisidia, y te imagines los países paganos que están al otro lado, y te enfrentes a las gentes feroces de las tribus bárbaras, descubrirás que ese no es tu llamado.

Recordarás que en Jerusalén están tus madres, tus amigos, tu maestro y tu iglesia. De todas maneras, te cuesta comprender las doctrinas, enseñanzas y conversaciones de Saulo y Bernabé; tu espíritu es muy corto para ponerte a la par de las exigencias de esos dos y las exigencias de esos peligrosos viajes, así es… ¡Nos vamos de regreso a Jerusalén!

De esto aprendemos que hay muchas personas que elegimos o se eligen ellas solas para llamados que no les pertenecen. El hecho de que fracasaron en una empresa, no significa que son unos fracasados en toda la vida. Es nuestro deber ayudarles a encontrar la oficina correcta, donde se encuentra la aplicación correspondiente para poder realizar el llamado de sus vidas.

El discípulo amado había sido llamado como escritor, maestro y profeta. Además del evangelio que lleva su nombre, escribió las tres cartas generales de Juan y cerró la Biblia con el impresionante libro de Apocalipsis.

Recibió las fundamentales visiones que revelan el futuro de la iglesia cristiana desde su época, hasta la venida de Cristo. Su texto apocalíptico contempla aún más allá, llegando hasta la aniquilación total del pecado y los pecadores.

El discípulo del amor no pudo ser compañero de las tribulaciones, peligros, sufrimientos y privaciones de los discípulos misioneros; eran dos materias totalmente diferentes para un joven delicado.  Dios tenía un ministerio diferente para él.

 

En esta publicación es muy clara mi postura acerca de que Marcos  o Juan Marcos es el mismo discípulo amado, es decir, Juan.

Recibí muchas cartas acerca de este tema, y todas ellas estaban en contra de esta postura, el 100% de las cartas apoyaban la idea de que Juan -el discípulo amado- y Juan Marcos son dos personas diferentes.

La parte interesante de todas estas cartas, es que nadie dio ninguna evidencia, nadie presentó una prueba que apoyara la posición de que éstos dos personajes no son los mismos. La mayoría de los que nos escribieron, dijeron que ellos se quedaban con la información de la Biblia, acerca de Juan Marcos, y por lo tanto no creían que ellos eran las mismas personas.

¿Pero que dice la Biblia y el espíritu de profecía acerca de Juan Marcos? La verdad no dice mucho, solamente encontramos cuatro textos acerca de él:

El abandono de Juan a Pablo a Bernabé:

Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante… 13 Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. (Hechos 13)

Marcos aparece en tres saludos dos de Pablo y uno de Pedro:

13 La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan. (1 Pedro 5)

10 Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle;   (Colosenses 4 )

23 Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, 24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.  (Filemón 1)

Y el último texto, es donde Pablo pide su presencia en la prisión:

11 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. 2 Timoteo 4

Por lo tanto, si alguien me dice que se queda con lo que la Biblia dice acerca de Marcos, la Biblia no dice mucho, y no se encuentra ninguna evidencia que indique que son dos personas diferentes.

 

Todo cambia, si estudiamos a Juan, porque de Juan la Biblia si habla mucho de él.

 

Primera evidencia: Juan tenía un carácter decidido:

Estaba decidido a destruir una ciudad junto con su hermano

Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? (Lucas 9: 54)

Por esta acción Cristo les llamo los hijos del trueno:

…a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno; (Marcos 3: 17)

Juan era un líder exclusivista

Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.  (Marcos 3: 98)

Juan estaba decidido a sentarse al lado de Cristo, inclusive involucró a su madre para pedir ese puesto a Cristo:

20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.  21 El le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. (Mateo 20: 20)

Cristo estaba para morir,  y Judas y Juan estaban peleando por un puesto

Consejos para la Iglesia, p. 543.1 (Ellen Gould White)

Cuando los discípulos entraron en el aposento alto, sus corazones estaban llenos de resentimiento. Judas se mantenía al lado de Cristo, a la izquierda; Juan estaba a la derecha. Si había un puesto más alto que los otros, Judas estaba resuelto a obtenerlo, y se pensaba que este puesto era al lado de Cristo. Y Judas era traidor.

Por estas razones arribas mencionadas, para mi no es raro que Juan en un momento dado, simplemente tomó la decisión de abandonar a Pablo y a Bernabé en el primer viaje misionero

 

Segunda evidencia: La persona que se va con Pablo y Bernabé en el primer viaje misionero es Juan, no Marcos

Es interesante que en el primer viaje misionero se menciona que Pablo y Bernabé se llevaron con ellos a Juan, y no a Marcos. ¿Cual Juan? solo conocemos dos «Juan» en la Biblia, uno de ellos era Juan el Bautista que para esta fecha ya había sido asesinado y el otro Juan que conocemos en la Biblia, es Juan el díscipulo amado, por lo tanto del Juan que habla estos textos, no es otro que Juan el discipulo amado.

Podemos encontrar problemas con otros nombres por ejemplo Jacobo o Santiago, ya que encontramos a varios de ellos, está Santiago hijo de Alfeo, Santiago hijo del Cebedeo (hermano de Juan), Santiago el menor, Santiago hermano de José, y Santiago hermano de Jesús. Pero este no es el caso con Juan, cuando la Biblia habla de Juan, le llama simplemente Juan, y cuando la Biblia habla del otro Juan, le llama Juan el bautista.

Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante. (Hechos 13: 5) (Recordemos que Juan estaba bien joven, no se sabe con exacitud la edad para esta fecha, pero si se sabe que era muy joven, se cree que Juan murió alrededor del año 99 después de Cristo, fue el último apostol en morir)

También se menciona que quien se regresó de ese viaje fue Juan, y no Marcos:

Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén.  (Hechos 13: 13)

Es hasta en el segundo viaje misionero, que Bernabé se quiere llevar de nuevo al mismo Juan y ahora el detallista médico Lucas, agrega una nueva información, y es que ese mismo Juan del primer viaje misionero, también es conocido como Marcos.

Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; (Hechos 15: 37)

 

Tercera evidencia:  La madre de Juan y Jacobo, se llama María o Salomé, en la tradición religiosa se le conoce como María Salomé

…entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.  (Marcos 27: 56)

También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, (Marcos 15: 40)

Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena (Juan 19: 25)  {Posiblemente Salomé era hermana de María, por lo tanto una pudo haberse llamado María y la otra hermana María Salomé}  

Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.  (Lucas 24: 10)

Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. (Hechos 12 12)

 

Cuarta evidencia: La casa o el aposento alto

Esta casa tiene una gran historia para contarnos, allí sucedieron cosas muy importante, en verdad los primeros acontecimientos de la iglesia cristiana tienen su historia en esa casa.

En esta casa:

-Se celebró la santa cena

-Los discípulos se refugiaron después de la muerte de Cristo

-Juan llevó a María a vivir allí

-Jesucristo se reunió con sus discípulos después de la resurrección

-Los discípulos la hicieron su morada temporal

-Se llevó a cabo el derramamiento del Espíritu Santo

-A esa casa fue Pedro la noche que fue liberado por el ángel.

 

El primero que menciona o descubre esta casa, conocida como el aposento alto, fue Jesucristo

Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. (Marcos 14: 15)

 

A esta casa huyeron los discípulos después de la muerte de Cristo

Los Hechos de los Apóstoles, p. 21.3 (Ellen Gould White)

Aplastados por el desaliento, la pena y la desesperación, los discípulos se reunieron en el aposento alto, y cerraron y atrancaron las puertas, temiendo que pudiera sobrevenirles la misma suerte de su amado Maestro. Fué allí donde el Salvador, después de su resurrección se les apareció.

En esta casa se apareció Cristo a sus discípulos después de la resurrección:

El Deseado de Todas las Gentes, p. 747.1 (Ellen Gould White)

Cuando Cristo se encontró por primera vez con los discípulos en el aposento alto, Tomás no estaba con ellos. Oyó el informe de los demás y recibió abundantes pruebas

Los discípulos hicieron de esta casa su hogar temporal y el primer hogar-iglesia

El Deseado de Todas las Gentes, p. 747.3 (Ellen Gould White)

Unos cuantos de los discípulos hicieron entonces del familiar aposento alto su morada temporal, y a la noche se reunían todos excepto Tomás. Una noche, Tomás resolvió reunirse con los demás. A pesar de su incredulidad, tenía una débil esperanza de que fuese verdad la buena nueva. Mientras los discípulos estaban cenando, hablaban de las evidencias que Cristo les había  dado en las profecías. Entonces “vino Jesús, las puertas cerradas, y púsose en medio, y dijo: Paz a vosotros.”

Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. (Hechos 1: 13)

En esta misma casa vivía María, la madre de Jesús, llevada allí por Juan

Después dijo al discípulo: —He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. (Juan 19: 27)

 

En esa misma casa estaba María con los discípulos de Cristo y en esa misma casa se derramó el Espiritu Santo

Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. (Hechos 1: 14)

La Historia de la Redención, p. 252.1 (Ellen Gould White)

Se reunieron entonces en el aposento alto, para unirse en oración con las mujeres creyentes y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. Estos, que habían sido incrédulos, estaban ahora plenamente arraigados en su fe gracias a las escenas que habían presenciado de la crucifixión, la resurrección y la ascensión del Señor. El número de los reunidos era de unos ciento veinte. (Si presta atención a la lectura, fueron los discipulos quienes llegaron a esta casa para unirse a las mujeres de esta casa, estre ellas su dueña, María o Salomé, y María madre de Jesús)

 

A esa misma casa corrió Pedro después de haber sido liberado por el ángel:

Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. (Hechos 12: 12)

Ahora el doctor Lucas nos entrega tres nuevas informaciones:

1-La casa conocida como el aposento alto tenía dueño y la dueña era María

2-Lucas nos informa que María era la madre de Juan, de allí que a la madre de Juan se le llama María Salomé

3-Que ese mismo Juan que se desertó del primer viaje misionero, se le conocía también como Marcos.

Tres veces nos informa Lucas que Juan también es conocido como Marcos:

Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. (Hechos 12: 12)

Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos. (Hechos 12: 25)

Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; (Hechos 15: 37)

¿Sabían ustedes que los eruditos en teología y lenguas de la antigüedad, han hecho nuevos descubrimientos acerca de los escritores de los evangelios?

Al principio todos creían que el primer evangelio que se escribió fue el de Mateo, y que Lucas y Marcos es una copia de Mateo. Pues ahora han descubierto que el primer libro que se escribió fue el libro de Marcos.

También ellos sostienen que el libro de Marcos en verdad es de Pedro, y no se sabe por qué no se le llamo el evangelio de Pedro. Ellos creen que Pedro lo dictó y que Marcos lo escribio. ¿Cuál Marcos? Juan el discipulo amado.

La mayoría concuerdan que la epístola que dictó Pedro, se le puso el nombre de su escritor -Marcos-, porque mas tarde el mismo Marcos escribiría su propia epístola que llevaría su primer nombre, y por eso tenemos el libro de Juan.

Una de las parejas misioneras establecidas por Cristo fue Pedro y Juan, a ellos los podemos encontrar trabajando juntos en los cuatro evangelio y tambien en el libro de los Hechos. ¿Si Pedro deseaba dictar su epístola, quien mejor que su compañero de evangelismo para ayudarle? Pedro le tiene un afecto especial a Juan, le llama «mi hijo» :

13 La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan. (1 Pedro 5)

Por todas estas evidencias, yo sostengo que Juan -el discípulo amado-, es el mismo Marcos.

Posiblemente yo esté equivocado, si usted tiene un pensamiento diferente por favor escribanos, que esta clase es para aprender y aquí aprendemos todos.

Si nos escribe por favor presente evidencias, no nos escriba para decirnos que no está de acuerdo, sin explicarnos el por qué no está de acuerdo. Para presentar, sostener y defender una verdad, son necesarias las evidencias.

Al final, este no es un tema de salvación, nadie se va a salvar o se va a perder, por creer o no creer que Juan es el mismo Marcos.

Este estudio es solamente por la satisfacción de ahondar en la palabra de Dios. Satisfacción que nos concede el cielo, ya que la Biblia es como un tesoro, que mientras mas la exploramos, mas tesoros encontramos.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Marcos propuso a Pablo y Bernabé acompañarlos en su viaje misionero. Sentía la gracia de Dios en su corazón, y anhelaba dedicarse enteramente a la obra del ministerio evangélico…

Su camino era penoso; afrontaban adversidades y privaciones, y estaban acosados por peligros por doquiera… Pero Pablo y Bernabé habían aprendido a confiar en el poder libertador de Dios…

Marcos, abrumado por el temor y el desaliento, vaciló por un tiempo en su propósito de entregarse de todo corazón a la obra del Señor. No acostumbrado a las penurias, se desalentó por los peligros y las privaciones del camino… Tenía todavía que aprender a arrostrar el peligro, la persecución y la adversidad con corazón valiente. Al avanzar los apóstoles, y al sentir la aprensión de dificultades aún mayores. Marcos se intimidó, y perdiendo todo valor, se negó a avanzar, y volvió a Jerusalén.

Esta deserción indujo a Pablo a juzgar desfavorable y aun severamente por un tiempo a Marcos (Conflicto y valor, p. 348).

Entre los asistentes de Pablo en Roma había muchos que habían sido antes sus compañeros y colaboradores… Demas y Marcos estaban también con él…

Desde los primeros años de su profesión de fe, la experiencia cristiana de Marcos se había profundizado. A medida que estudiaba más atentamente la vida y muerte de Cristo, obtenía más claros conceptos de la misión del Salvador, sus afanes y conflictos. Leyendo en las cicatrices de las manos y los pies de Cristo las señales de su servicio polla humanidad, y el extremo a que llega la abnegación para salvar a los extraviados y perdidos, Marcos se constituyó en un seguidor voluntario del Maestro en la senda del sacrificio. Ahora, compartiendo la suerte de Pablo, el preso, comprendía mejor que nunca antes que es una infinita ganancia alcanzar a Cristo, e infinita pérdida ganar el mundo y perder el alma por cuya redención la sangre de Cristo fue derramada. Frente a la severa prueba y adversidad, Marcos continuó firmemente, como sabio y amado ayudador del apóstol (Los hechos de los apóstoles, p. 363).

Si tus hermanos yerran debes perdonarlos. Cuando vienen a ti confesando sus faltas, no debes decir: No creo que sean lo suficientemente humildes. No creo que sientan su confesión…

Nosotros mismos debemos todo a la abundante gracia de Dios. La gracia en el pacto ordenó nuestra adopción. La gracia en el Salvador efectuó nuestra redención, nuestra regeneración y nuestra exaltación a ser coherederos con Cristo. Sea revelada esta gracia a otros…

Nada puede justificar un espíritu no perdonador. El que no es misericordioso hacia otros, muestra que él mismo no es participante de la gracia perdonadora de Dios. En el perdón de Dios el corazón del que yerra se acerca al gran Corazón de amor infinito. La corriente de compasión divina fluye al alma del pecador, y de él hacia las almas de los demás. La ternura y la misericordia que Cristo ha revelado en su propia vida preciosa se verán en los que llegan a ser participantes de su gracia (Palabras de vida del gran Maestro, p. 195, 196).

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Lección 10 | Lunes 3 de diciembre_________________________________________________

DE ESCLAVO A HIJO

Mientras estaba encarcelado en Roma, Pablo conoció a un esclavo fugitivo llamado Onésimo, que había huido de Colosas a Roma. Pablo descubrió que conocía personalmente al amo de Onésimo. La Epístola a Filemón es el llamado personal de Pablo a su amigo para restaurar su relación con el esclavo fugitivo.

Las relaciones eran importantes para Pablo. El apóstol sabía que las relaciones rotas son perjudiciales para el crecimiento espiritual y la unidad de la iglesia. Filemón era un dirigente de la iglesia de Colosas. Si albergaba amargura hacia Onésimo, esta teñiría su testimonio cristiano y el testimonio de la iglesia ante la comunidad no creyente.

Lee Filemón 1 al 25. ¿Qué principios importantes sobre las relaciones restauradas podemos encontrar aquí? Recuerda, la palabra clave es principios.

Filemón 1-25

Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos. Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; 10 te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,11 el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, 12 el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. 13 Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio; 14 pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario. 15 Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; 16 no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. 17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. 18 Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. 19 Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también. 20 Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor. 21 Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo. 22 Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido. 23 Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, 24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. 25 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

A simple vista, es sorprendente que Pablo no hablara más enérgicamente contra los flagelos de la esclavitud. Pero la estrategia de Pablo fue mucho más eficaz. El evangelio, idealmente, derriba todas las distinciones de clase (Gál. 3:28; Col. 3:10, 11). El apóstol envió a Onésimo con Filemón, no como un esclavo, sino como su hijo en Jesús y como el “hermano amado” de Filemón en el Señor (File. 16).

Pablo sabía que los esclavos fugitivos tenían un futuro sombrío. Podrían ser detenidos en cualquier momento. Estaban condenados a una vida de indigencia y pobreza. Pero ahora, como hermano de Filemón en Cristo y obrero voluntario, Onésimo podría tener un futuro mejor. Podría tener comida, alojamiento y trabajo asegurados con Filemón. La restauración de una relación rota podría marcar una diferencia dramática en su vida. Se convirtió en un “amado y fiel hermano” y colaborador de Pablo en el evangelio (Col. 4:9). Pablo fue tan ferviente, tan firme en su deseo de reconciliación entre ellos, que estuvo dispuesto a pagar de su bolsillo cualquier problema financiero que pudiera surgir de lo sucedido entre los dos creyentes en Jesús.

Teniendo como base los principios del evangelio que acabamos de ver, ¿qué puedes rescatar que te ayude a afrontar el estrés y las tensiones, e incluso las grietas, que tienes en las relaciones con los demás? ¿Cómo pueden estos principios prevenir un colapso en la unidad de tu iglesia local?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Onésimo, esclavo pagano que había perjudicado a su amo Filemón… había escapado a Roma. En la bondad de su corazón, Pablo trató de ayudar al desdichado fugitivo en su pobreza y desgracia, y entonces procuró derramar la luz de la verdad en su mente entenebrecida. Onésimo atendió las palabras de vida, confesó sus pecados y se convirtió a la fe de Cristo… Pablo… le aconsejó que regresara sin demora a Filemón, suplicándole su perdón; hizo planes, además, para el futuro…

No era la obra del apóstol trastornar arbitraria o repentinamente el orden establecido en la sociedad. Intentar eso hubiera impedido el éxito del evangelio. Pero enseñó principios que herían el mismo fundamento de la esclavitud, los cuales, llevados a efecto, seguramente minarían todo el sistema… Una vez convertido, el esclavo llegaba a ser miembro del cuerpo de Cristo, y como tal debía ser amado y tratado como un hermano, un coheredero con su amo de las bendiciones de Dios y de los privilegios del evangelio (Conflicto y valor, p. 350).

Pablo propuso voluntariamente tomar a su cargo la deuda de Onésimo para que el culpable pudiera ser librado del oprobio de un castigo y pudiera gozar nuevamente los privilegios que había perdido…

¡Qué adecuada ilustración del amor de Cristo hacia el pecador arrepentido! El siervo que había defraudado a su amo no tenía nada con que hacer la restitución. El pecador que ha robado a Dios años de servicio, no tiene medios para cancelar su deuda. Jesús se interpone entre el pecador y Dios, diciendo: Yo pagaré la deuda. Perdona al pecador; yo sufriré en su lugar (Los hechos de los apóstoles, p. 365).

Nuestras relaciones unos con otros deben ser agradables. Cuando hacemos bien, el testimonio de nuestro propio espíritu y el testimonio del Espíritu de Dios atestiguan de que la mente humana está bajo el control de la mente divina… Su Palabra proporciona evidencias de las cuales podemos concluir que somos, de hecho, sus hijos e hijas… El verdadero amor a Dios implica verdadera confianza reverencial. Y el que ama a Dios, amará a su hermano también (Sons and Daughters of God, p. 193; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 195).

El poseer verdadera piedad significa amarse uno al otro, ayudar el uno al otro, manifestar la religión de Jesús en nuestras vidas. Debemos ser conductos santificados a través de los cuales fluya el amor de Cristo hacia los que necesitan ayuda… El que se aproxima más a la obediencia de la ley divina prestará un mayor servicio a Dios. El que sigue a Cristo, obrando de acuerdo con su bondad, su compasión, su amor por la familia humana, será aceptado por Dios como un obrero juntamente con él…

Cuando el pueblo del Señor se halle colmado de humildad y ternura, comprenderá que su bandera sobre él es amor y su fruto será dulce a su paladar. El cielo comenzará en la tierra. Ellos [los hijos de Dios] harán un cielo aquí abajo en el que se prepararán para el cielo de lo alto (In Heavenly Places, p. 287; parcialmente en En los lugares celestiales, p. 289).

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Martes 4 de diciembre | Lección 10________________________________________________

DONES ESPIRITUALES PARA LA UNIDAD

Como vimos en una lección anterior, la iglesia de Corinto tenía problemas serios. ¿Qué principios describe Pablo en 1 Corintios 3:5 al 11; 12:1 al 11; y 2 Corintios 10:12 al 15; para la sanidad y la restauración, que son tan vitales para la unidad de la iglesia?

1 Corintios 3:5-11

¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.

1 Corintios 12:1-11

1 No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

2 Corintios 10:12-15

12 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos. 13 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros. 14 Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo. 15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla;

En estos pasajes, el apóstol describe principios vitales para la unidad de la iglesia. Señala que Jesús utiliza diferentes obreros para llevar a cabo diversos ministerios en su iglesia, aunque cada uno de ellos trabaja unido para edificar el Reino de Dios (1 Cor. 3:9).

Dios nos llama a cooperar, no a competir. Dios dota a cada creyente para que coopere al servicio del cuerpo de Cristo y de la comunidad (12:11). No hay dones mayores o menores. Todos son necesarios en la iglesia de Cristo (vers. 18-23). Los dones que recibimos de Dios no son para exhibirlos egoístamente, y el Espíritu Santo los concede para el servicio en la propagación del evangelio.

Toda comparación con los demás es imprudente, porque nos hará sentir desanimados o arrogantes. Si pensamos que los demás son muy “superiores” a nosotros, nos sentiremos abatidos cuando nos comparemos con ellos y nos desanimaremos fácilmente en cualquier ministerio en el que estemos. Por otro lado, si pensamos que nuestro trabajo para Cristo es más efectivo que el de los demás, nos sentiremos orgullosos, que es el último sentimiento que cualquier cristiano debería albergar.

Ambas actitudes paralizan nuestra efectividad para Cristo y la comunión que tenemos entre nosotros. Al trabajar dentro de la esfera de influencia que Cristo nos ha dado, encontraremos gozo y contentamiento en nuestra testificación a favor de Cristo. Nuestra obra complementará los esfuerzos de otros miembros, y la iglesia de Cristo hará grandes progresos para el Reino.

¿Recuerdas a alguien cuyos dones en el ministerio te hayan dado celos? (No es demasiado difícil, ¿verdad?) Al mismo tiempo, ¿con qué frecuencia te has sentido orgulloso de tus dones en comparación con los de los demás? La cuestión es que las preocupaciones de Pablo son una realidad siempre presente en los seres humanos caídos. Independientemente del lado en el que caigamos, ¿cómo podemos adquirir las actitudes desinteresadas necesarias para mantener nuestra unidad en Cristo?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

En la fraternidad humana, se requiere toda clase de talento para hacer un perfecto conjunto; y la iglesia de Cristo está compuesta de hombres y mujeres de diversos talentos, y de todas clases. Dios no quiso nunca que el orgullo de los hombres abrogase lo que su sabiduría había ordenado, a saber: la combinación de mentes de toda clase, de todos los diversos talentos para formar un conjunto completo. Nadie debe menoscabar ninguna parte de la gran obra de Dios, sean los agentes encumbrados o humildes. Todos tienen que hacer su parte en cuanto a difundir la luz en diferentes grados (Obreros evangélicos, p. 346).

En el plan de Dios los seres humanos han sido hechos necesarios los unos a los otros. A cada uno Dios ha encomendado talentos, que deben ser usados para ayudar a otros, a fin de que caminen en la senda del bien. Mediante el servicio desinteresado para otros es como mejoramos e incrementamos nuestros talentos.

Como las diferentes partes de una máquina, todos están íntimamente relacionados el uno con el otro y todos dependen de un gran Centro. Debe haber unidad en la diversidad. Ningún miembro de la empresa del Señor puede trabajar exitosamente en forma independiente. Cada uno debe trabajar bajo la supervisión de Dios. Todos deben usar las aptitudes que se les confiaron en el servicio de Dios, de tal forma que cada uno pueda contribuir a la perfección del todo (En los lugares celestiales, p. 289).

¡Cuán grande es la diversidad manifestada en el mundo natural! Cada objeto tiene su esfera peculiar de acción; sin embargo todos se encuentran unidos en un gran todo. Cristo Jesús está en unión con el Padre, y desde ese gran centro esta maravillosa unidad debe extenderse… a través de todas las clases y las diversidades de talentos. Hemos de respetar los talentos de los demás; debemos armonizar en bondad, en pensamientos y acciones desinteresados, porque el Espíritu de Cristo, como el instrumento vivo y que obra, está circulando a través del todo… No son las acciones notables las que producen la unidad; es el molde del Espíritu Santo impreso en el carácter (Nuestra elevada vocación, p. 171).

La unidad cristiana es una fuerza poderosa. Proclama con voz vigorosa que quienes la manifiestan son hijos de Dios. Ejerce una influencia irresistible sobre el mundo, revelando que el hombre dentro de sus características humanas, puede ser participante de la naturaleza divina, habiendo escapado a la corrupción que está en el mundo por concupiscencia. Debemos ser uno con nuestros semejantes y con Cristo, y, en Cristo, uno con Dios. Entonces se podrá decir de nosotros: “En él estáis cumplidos”…

Dios ruega a todos los miembros de su iglesia que reciban el Espíritu Santo, que se unan en comprensión fraternal, y que vinculen sus intereses con amor.

No hay nada que debilite la iglesia en forma tan manifiesta como la desunión y las rencillas. No hay nada que contienda tanto con Cristo y la verdad como un espíritu tal…

Aquel en cuyo corazón mora cristo reconoce a Jesús cuando éste mora en el corazón de los hermanos. Cristo jamás lucha ni ejerce influencia contra sí mismo. Los cristianos deben hacer su obra, sea cual fuere ésta, en unidad de Espíritu, para la perfección de todo el cuerpo (Mi vida hoy, p. 284).

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Lección 10 | Miércoles 5 de diciembre_____________________________________________

EL PERDÓN

¿Qué es el perdón? El perdón ¿justifica el comportamiento de alguien que nos ha hecho un daño terrible? Mi perdón ¿depende del arrepentimiento del ofensor? ¿Qué pasa si la persona con la que estoy enojado no merece perdón?

¿Cómo nos ayudan los siguientes pasajes a comprender la naturaleza bíblica del perdón? Rom. 5:8-11; Luc. 23:31-34; 2 Cor. 5:20, 21; Efe. 4:26.

Romanos 5:8-11

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

Lucas 23:31-34

31 Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará? 32 Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. 33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

2 Corintios 5:20-21

20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Efesios 4:26

26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,

Cristo tomó la iniciativa de reconciliarnos con él. “La bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado” (Rom. 2:4, NTV). En Cristo, fuimos reconciliados con Dios mientras aún éramos pecadores. Nuestro arrepentimiento y nuestra confesión no generan reconciliación. La muerte de Cristo en la Cruz, sí. Nuestra parte es aceptar lo que él hizo por nosotros.

Es verdad que no podemos recibir las bendiciones del perdón hasta que confesemos nuestros pecados. Esto no significa que nuestra confesión produzca el perdón en el corazón de Dios. El perdón estaba en su corazón todo el tiempo. La confesión, en cambio, nos permite recibirlo (1 Juan 1:9). Esta es de vital importancia, no porque cambie la actitud de Dios hacia nosotros, sino porque cambia nuestra actitud hacia él. Cuando nos sometemos al poder de convicción del Espíritu Santo para arrepentirnos y confesar nuestro pecado, somos transformados.

El perdón también es vital para nuestro bienestar espiritual. El hecho de no perdonar a alguien que nos ha causado daño, por más que no merezca el perdón, puede lastimarnos más a nosotros que a la otra persona. Si alguien te ha herido y el dolor se encona en tu interior porque no puedes perdonar, estás permitiéndole que te lastime aún más. ¡Con cuánta frecuencia esos sentimientos y ese dolor son causa de divisiones y tensiones en la iglesia! El daño no resuelto entre los miembros de iglesia daña la unidad del cuerpo de Cristo.

El perdón libera al otro de nuestra condena porque Cristo nos ha liberado de su condenación. No justifica el comportamiento de los demás hacia nosotros. Podemos reconciliarnos con alguien que nos ha agraviado, porque Cristo nos reconcilió consigo mismo cuando lo perjudicamos. Podemos perdonar porque somos perdonados. Podemos amar porque somos amados. El perdón es una decisión. Podemos elegir perdonar a pesar de las acciones o las actitudes de la otra persona. Este es el verdadero espíritu de Jesús.

El hecho de centrarnos en el perdón que tenemos en Cristo ¿cómo puede ayudarnos a aprender a perdonar a los demás? ¿Por qué este perdón es un aspecto tan esencial de nuestra experiencia cristiana?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Como Cristo, perdonaremos a nuestros enemigos, y buscaremos la oportunidad de manifestarles a los que nos han perjudicado que amamos sus almas, y que si podemos, les haremos bien… Si los que nos han perjudicado perseveran en su mala conducta… debemos hacer esfuerzos para reconciliamos con nuestros hermanos, de acuerdo con el plan bíblico, y tal como Cristo mismo nos ha enseñado. Si nuestros hermanos no quieren reconciliarse, no hablemos entonces de ellos, ni perjudiquemos su influencia, sino dejémoslos en las manos de un Dios justo, que juzga a todos los hombres justamente… Los jóvenes pueden profesar tener un gran amor por la causa de Dios; pero mientras no se reconcilien con sus compañeros, no están reconciliados con Dios. Son estos… sentimientos egoístas preciados que impiden la bendición de Dios en nuestros corazones y hogares. Que el amor de Cristo invada el corazón y transforme el carácter; de otra manera no seremos hijos de Dios (Hijos e hijas de Dios, p. 92).

Todo ser humano es objeto del interés amoroso de Aquel que dio su vida para convertir a los hombres a Dios. Como el pastor de su rebaño, cuida de las almas culpables y desamparadas, expuestas a la aniquilación por los ardides de Satanás.

El ejemplo del Salvador debe servimos de modelo para nuestro servicio en pro de los tentados y extraviados. Hemos de manifestar para con los demás el mismo interés, la misma ternura y longanimidad que él manifestó hacia nosotros. “Como os he amado —dice—, que también os améis los unos a los otros” (Juan 13:34). Si Cristo mora en nosotros, manifestaremos su abnegado amor para con todos aquellos con quienes tratemos. Cuando veamos a hombres y mujeres necesitados de simpatía y ayuda, no nos preguntaremos si son dignos, sino cómo podemos beneficiarles (El ministerio de curación, pp. 119, 120).

Cuán a menudo sentimos que se nos ha tratado injustamente, y que se han dicho cosas falsas de nosotros, y que se nos ha presentado bajo una luz mentirosa ante los demás. Cuando se nos prueba de ese modo, necesitamos mantener un dominio estricto sobre nuestro espíritu y nuestras palabras. Necesitamos tener el amor de Cristo para no albergar un espíritu implacable. No pensemos que a menos que los que nos han ofendido confiesen sus errores estaremos justificados si no los perdonamos. No debiéramos acumular agravios, manteniéndolos en el corazón hasta que el que pensamos que es culpable humille su corazón mediante el arrepentimiento y la confesión… Por más dolorosamente que se nos hayan herido, no debiéramos atesorar nuestros agravios y simpatizar con nosotros mismos por causa de las ofensas que se nos han inferido, sino que de la misma manera como esperamos que se nos perdonen nuestras ofensas a Dios, así debemos perdonar a los que nos han hecho mal… Cuando seáis tentados a injuriar, elevad una oración silenciosa de que Dios os de su gracia, y mantenga silenciada la lengua (Sons and Daughters of God, p. 144; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 146).

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Jueves 6 de diciembre | Lección 10________________________________________________

LA RESTAURACIÓN Y LA UNIDAD

Lee Mateo 18:15 al 17. ¿Qué tres pasos nos indica Jesús para ayudarnos a resolver conflictos cuando otro miembro de la iglesia nos hace daño? ¿Cómo debemos aplicar estas palabras en nuestras situaciones contemporáneas?

Mateo 18:15-17

15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

El deseo de Jesús al dar el consejo de Mateo 18 es mantener los conflictos interpersonales dentro de la iglesia en un grupo lo más reducido posible. Su intención es que las dos personas involucradas resuelvan el problema entre sí. Por eso, Jesús declara: “Si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano” (Mat. 18:15). A medida que aumenta el número de personas involucradas en un conflicto entre dos personas, se pueden generar más contiendas y la comunión de los demás creyentes se puede ver muy afectada. La gente toma partido, y todo está listo para la batalla. Pero, cuando los cristianos intentan resolver sus diferencias en privado, y con el espíritu de amor cristiano y de comprensión mutua, se crea un clima de reconciliación. La atmósfera es adecuada para que el Espíritu Santo obre en ellos mientras se esfuerzan por resolver sus diferencias.

En ocasiones, las exhortaciones personales para la resolución de conflictos son infructuosas. En estos casos, Jesús nos invita a llevar a uno o dos más con nosotros. Este segundo paso en el proceso de reconciliación siempre debe seguir al primer paso. El objetivo es unir a las personas, no separarlas más. Los que se suman a la parte ofendida no pretenden hacer valer sus argumentos ni unirse para culpar al otro. Se unen con amor y compasión cristianos como consejeros y compañeros de oración para participar en el proceso de reunir a dos personas separadas.

Hay ocasiones en que no funciona ninguno de los intentos por resolver el problema. En este caso, Jesús nos instruye que presentemos el tema ante la iglesia. Sin duda no está hablando de interrumpir el culto de adoración del sábado por la mañana con una cuestión de conflicto personal. El lugar apropiado para plantear el problema, si los primeros dos pasos no han ayudado a reconciliar a las dos partes, es la reunión de la Junta directiva de la iglesia. Nuevamente, el propósito de Cristo es la reconciliación. No es culpar a una parte y exonerar a la otra.

“No permitan que el resentimiento madure hasta convertirse en malignidad. No dejen que la herida se infecte, y reviente en palabras envenenadas, que contaminarán las mentes de aquellos que las oigan. No permitan que pensamientos de amargura continúen llenando su mente y la de ustedes. Vayan a su hermano y háblenle del asunto con humildad y sinceridad” (OE 516).

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Nuestro Señor enseña que las dificultades entre los cristianos deben arreglarse dentro de la iglesia. No debieran presentarse delante de los que no temen a Dios. Si un cristiano es maltratado por su hermano, no recurra a los incrédulos en un tribunal de justicia. Siga las instrucciones que ha dado Cristo. En vez de tratar de vengarse, trate de salvar a su hermano. Dios guardará los intereses de los que le aman y temen, y con confianza podemos encomendar nuestro caso a Aquel que juzga rectamente.

Con demasiada frecuencia, cuando se cometen faltas en forma repetida y el que las comete las confiesa, el perjudicado se cansa, y piensa que ya ha perdonado lo suficiente. Pero el Salvador nos ha dicho claramente cómo debemos tratar al que yerra: “Si pecare contra ti tu hermano, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale” [Lucas 17:3] (Palabras de vida del gran Maestro, p. 194).

[S]i usted se siente herida porque sus amigos o vecinos están obrando mal… si son sorprendidos en falta, siga la regla bíblica… Y al hablar con el que usted supone que está en error, procure hacerlo con humildad… La única manera de restaurar a los que han cometido errores es por medio de un espíritu de humildad, bondad y tierno amor. Sea cuidadosa con sus modales. Evite todo lo que en la apariencia y en el gesto, en la palabra o el tono de voz, cause la impresión de orgullo o suficiencia propia. Evite toda palabra o mirada que podría exaltarla, o establecer un contraste entre su bondad y justicia y las fallas de ellos… Sobre todo, que no haya ni sombra de odio ni mala voluntad, ni amargura en la expresión. Nada fuera de la bondad y la amabilidad pueden fluir de un corazón lleno de amor… Recuerde que el éxito de la reprensión depende en gran medida del espíritu con que se la da. No descuide la oración ferviente para que pueda poseer una mente humilde, y los ángeles de Dios puedan ir delante de usted para obrar en los corazones que usted está tratando de alcanzar, con el fin de suavizarlos mediante impresiones celestiales, de modo que sus esfuerzos puedan dar resultados. Si algún bien se hace, no se adjudique el crédito. Solo Dios debe ser exaltado. Solo Dios lo ha hecho todo (Testimonios para la iglesia, tomo 2, p. 48).

Todo corazón renovado por el Espíritu de Dios no solo amará al Señor sino a su hermano, y si éste se equivoca, si yerra, debe ser tratado de acuerdo con el plan evangélico. Todos los pasos que se den deben seguir las indicaciones de la Palabra de Dios. “Vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (Gálatas 6:1)…

Tengan cuidado de cómo tratan la herencia adquirida por la sangre de Cristo. Habrá necesidad de reprobar clara y fielmente toda mala acción, pero el que asuma esa tarea debe estar seguro de que él mismo no está separado de Cristo por sus malas obras. Debe ser espiritual y restaurar a esa persona con espíritu de mansedumbre (Cada día con Dios, p. 155).

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Lección 10 | Viernes 7 de diciembre________________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee “Cómo se alcanza el perdón”, en Palabras de vida del gran Maestro, pp. 190-197; El discurso maestro de Jesucristo, pp. 105-108.

“Cuando los obreros tengan un Cristo que more permanentemente en su alma, cuando todo egoísmo esté muerto, cuando no haya rivalidad ni lucha por la supremacía, cuando exista unidad, cuando se santifiquen a sí mismos, de modo que se vea y sienta el amor mutuo, entonces las lluvias de gracia del Espíritu Santo vendrán sobre ellos tan ciertamente como que la promesa de Dios nunca faltará en una jota o tilde” (MS 1:206).

“Si [queremos] subsistir en el gran Día del Señor, con Cristo como nuestro Refugio y nuestra Fortaleza, debemos abandonar toda envidia y contienda por la supremacía. Debemos destruir completamente la raíz de estas cosas impías para que no puedan surgir de nuevo a la vida. Debemos ponernos plenamente del lado del Señor” (EUD 195).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Lee Colosenses 3:12 al 17. Analiza las cualidades cristianas que el apóstol Pablo incentiva a la iglesia de Colosas a buscar. ¿Por qué estas cualidades son la base de la resolución de conflictos? ¿Cómo nos guían para llevar a cabo los principios que Jesús nos presenta en Mateo 18:15 al 18?
  2. Repasa Colosenses 3:12 al 17 y las enseñanzas que se encuentran en estos versículos. ¿Por qué estas cosas son tan esenciales para la unidad de la iglesia?
  3. Si observamos a nuestra iglesia, es decir, a la Iglesia Adventista del Séptimo Día como un todo, ¿qué es lo que más nos impide lograr el tipo de unidad que se necesita para alcanzar el mundo? ¿Son nuestras enseñanzas y doctrinas? Por supuesto que no. Eso es exactamente lo que Dios nos ha dado para proclamar al mundo. Tal vez el problema esté únicamente en nosotros, en nuestras relaciones interpersonales, en nuestros celos mezquinos, en nuestras disputas, en nuestro egoísmo, en nuestro deseo de supremacía y muchas otras cosas. ¿Por qué debes suplicar para que el poder del Espíritu Santo produzca los cambios que deben darse en ti antes de ver a toda la iglesia unida?

Resumen: El evangelio de Jesucristo gira en torno a la sanidad y la transformación. Y, cuando estas se producen, no pueden dejar de afectar nuestra relación con los demás. La Biblia nos proporciona principios poderosos y ejemplos de cómo podemos tener relaciones buenas e íntimas con los demás, incluso en un mundo de pecado.

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5 pensamientos en “Lección 10 – LA UNIDAD Y LAS RELACIONES ROTAS – Para el 8 de diciembre de 2018

  1. Doy Tantas Gracias a Dios por este Ministerio, al Hno. Tony Garcia, su familia y todos sus colaboradores. Podemos aprender y ampliar nuestro conocimiento De Dios, atravez de este estudio. Patrocinó y colaboremos con este ministerio, es de gran bendición 🙏
    Querida familia Dios le bendiga y derrame sus bendiciones sobre ustedes

  2. Muchas gracias hermanos por el apoyo tan importante para mí en lo personal, me ha ayudado mucho para compartir con mis hermanos en la fe el repaso de la lección semanal en mi iglesia. Saludos y que Dios los siga bendiciendo

  3. muchas gracias hermano Tony Garcia, su familia y todos sus colaboradores pues q es una maravilla tener el honor de participar en este proyecto muy harmonioso y también completo porq ya viene con el comentário del Espírito de Profecia.
    q Dios os bendiga para todo lo siempre.
    saludos para todos los hermanos.

  4. En esta publicación es muy clara mi postura acerca de que Marcos o Juan Marcos es el mismo discípulo amado, es decir, Juan.
    Juan Marcos es el Evangelista Marcos.

  5. GRACIAS POR SUS COMENTARIOS QUE ENRIQUECEN MI VIDA ESPÍRITUAL Y ME PERMITE PARTICIPAR CON MIS HERMANOS EN LA FE

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