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Lección 7: Para el 18 de mayo de 2019
CLAVES PARA LA UNIDAD FAMILIAR
Sábado 11 de mayo_____________________________________________________________
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 33:12-14; Rut 1:16-18, Juan 17:21-26; Gálatas 3:28; Efesios 2:11-22; 5:21-6:9.
PARA MEMORIZAR:
“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21).
La vida familiar representa diferentes etapas de la vida para diferentes personas. Para la madre y el padre, la llegada de los hijos a su vida representa un cambio importante que durará toda la vida. Y para los hijos, por supuesto, pasar de la inexistencia a la existencia, de hecho, es una transición importante. Luego, también, los hijos atraviesan las diversas etapas de la vida, hasta que se van de casa y quizá tengan sus propios hijos.
Sin embargo, como padres o como hijos de una familia, todos luchamos con lo mismo: nuestra naturaleza pecaminosa y caída, que puede hacer que la unidad de la vida familiar sea muy desafiante, como mínimo.
Sí, en el cuerpo de Jesucristo en la Cruz, toda la humanidad se ha reconciliado con Dios y con los demás (Efe. 2:13-16; Col. 1:21-23); pero en un nivel práctico y diario, debemos apropiarnos de la gracia de Cristo, el único que puede hacer que la unidad familiar sea una experiencia de vida para todos los que la buscan con fe. Debe ser una experiencia diaria en nuestra vida. Afortunadamente, mediante la gracia de Cristo, esto es posible.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Los agentes del amor tienen poder maravilloso, porque son divinos. La respuesta suave que “aparta el enojo,” el amor que “es sufrido y benigno,” el amor que “cubre una multitud de pecados;” si aprendiéramos esta lección ¡de qué poder sanador serían dotadas nuestras vidas! La vida sería transformada y la tierra llegaría a ser la misma semejanza y el goce anticipado del cielo.
Estas preciosas lecciones, enseñadas de un modo sencillo, pueden ser comprendidas hasta por los niñitos. El corazón del niño es tierno y fácilmente impresionable, y cuando nosotros, que somos mayores, lleguemos a ser “como niños,” cuando aprendamos la sencillez, la dulzura y el tierno amor del Salvador, no hallaremos difícil tocar el corazón de los pequeños y enseñarles el ministerio sanador del amor (El hogar cristiano, {HC}, p. 174).
El amor proviene de Dios. Es una planta de crecimiento celestial y no puede vivir y florecer en el corazón natural. Donde existe el amor hay verdad, vida y poder. Pero no puede vivir sin acciones; siempre que se ejercita aumenta y se expande. No se fija en los pequeños errores ni se apresura a reprochar las pequeñas equivocaciones. Tomará el control cuando la discusión y las palabras se muestren vanas e inútiles. El mejor método para reformar el carácter y regular la conducta de su familia es el principio del amor. Le dará fuerza y obrará lo que ni el dinero ni las potencias son capaces de obrar (Testimonios para la iglesia, {4TI}, t. 4, p. 252).
Cuando Jesús se arrodilló a orillas del Jordán después de su bautismo y ofreció una oración por la humanidad, se abrieron los cielos y el Espíritu de Dios, como una paloma de oro bruñido, rodeó la forma del Salvador y una voz del cielo dijo: “Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento”.
¿Qué significa esto para ti? Dice que el cielo se abrió ante tu oración. Dice que eres aceptada en el Amado. Las puertas se abren para cada madre que deposita su carga a los pies del Salvador. Nos dice que Cristo ha rodeado a la raza humana con su brazo humano y con su brazo divino se ha aferrado del trono del Infinito y ha unido al hombre con Dios y a la tierra con el cielo.
Las oraciones de las madres cristianas no son desatendidas por el Padre de todos, que envió a su Hijo a la tierra para rescatar un pueblo para sí. No desdeñará vuestras peticiones ni os dejará a vosotros y a los vuestros para que Satanás os abofetee en el gran día del conflicto final. Habéis de trabajar con sencillez y fidelidad y Dios afirmará la obra de vuestras manos (Conducción del niño, {CN}, pp. 497, 498).
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Lección 7 | Domingo 12 de mayo_______________________________________________
CRISTO, EL CENTRO
¿Qué ilustración utiliza Pablo para describir la nueva unidad que existe en Cristo? ¿Cómo es que de “dos” hombres Cristo hizo “uno”? Efesios 2:11-22; ver además Gálatas 3:28.
Efesios 2:11-22
11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. 17 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. 19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
Gálatas 3:28
28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
La Cruz de Cristo elimina las barreras que separan a la gente entre sí. Las paredes separaban a los fieles en el Templo judío: los hombres, de las mujeres; y los judíos, de los gentiles. Al describir la unidad de judíos y gentiles en Cristo, Pablo utilizó un lenguaje que también se aplica a otras divisiones entre naciones, grupos de personas, estratos sociales o género. “Esto lo hizo para crear en sí mismo de los dos pueblos una nueva humanidad al hacer la paz” (Efe. 2:15, NVI). Esta es una buena noticia que ayuda a las parejas a saber realmente lo que es la unidad de “una sola carne” en el matrimonio. Además, por la fe en Cristo, las familias divididas pueden reconciliarse.
Una cosa es citar textos bíblicos sobre la unidad en Cristo, y otra completamente diferente es experimentarla de verdad. ¿Qué cambios prácticos trae Cristo a nuestra vida que nos permiten experimentar la unidad que se nos ha prometido? Ver, por ejemplo, Romanos 6:4 al 7; 2 Corintios 5:17; Efesios 4:24 al 32.
Romanos 6:4-7
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
2 Corintios 5:17
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Efesios 4:24-32
24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo. 28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
“Representémonos un círculo grande desde el cual parten muchas rayas hacia el centro. Cuanto más se acercan estas rayas al centro, tanto más cerca están una de la otra. […]
“Cuanto más nos acerquemos a Cristo, tanto más cerca estaremos uno del otro” (HC 158).
“Entre padre e hijo, esposo y esposa […] Cristo es el Mediador, ya sea que lo reconozcan como tal o no. No podemos establecer un contacto directo fuera de nosotros salvo a través de él, de su Palabra, y de seguirlo a él”.–D. Bonhoeffer, The Cost of Discipleship, p. 108.
¿Cuán cerca está tu familia, o la familia de la iglesia, del Centro de ese círculo, que es Cristo? ¿Qué más debe suceder para que las relaciones sean como deberían ser?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Cristo honró también las relaciones matrimoniales al hacerlas símbolo de su unión con los redimidos. El es el Esposo, y la esposa es la iglesia, de la cual, como escogida por él, dice: “Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha.” Cantares 4:7.
“Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra, para … que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres.” Efesios 5:25-28.
El vínculo de la familia es el más estrecho, el más tierno y sagrado de la tierra. Estaba destinado a ser una bendición para la humanidad. Y lo es siempre que el pacto matrimonial sea sellado con inteligencia, en el temor de Dios, y con la debida consideración de sus responsabilidades (Ministerio de curación, {MC}, p. 275).
En la relación matrimonial se da un paso muy importante: la fusión de dos vidas en una… Concuerda con la voluntad de Dios que el hombre y su esposa estén unidos en su obra, para realizarla con integridad y santidad. Y ellos pueden hacerlo.
La bendición de Dios en el hogar donde existe esta unión es como la luz del sol que proviene del cielo, porque la voluntad de Dios ordenó que el hombre y su esposa estén unidos por los santos lazos del matrimonio, bajo el gobierno de Jesucristo y la dirección de su Espíritu…
Dios quiere que el hogar sea el lugar más feliz de la tierra, el mismo símbolo del hogar celestial. Mientras llevan las responsabilidades matrimoniales en el hogar, y vinculan sus intereses con Jesucristo, apoyándose en su brazo y en la seguridad de sus promesas, ambos esposos pueden compartir en esta unión una felicidad que los ángeles de Dios elogian (El hogar cristiano, {HC}, p. 86, 87).
Para comprender lo que es en verdad el matrimonio, se requiere toda una vida. Los que se casan ingresan en una escuela en la cual no acabarán nunca sus estudios.
Por mucho cuidado y prudencia con que se haya contraído el matrimonio, pocas son las parejas que hayan llegado a la perfecta unidad al realizarse la ceremonia del casamiento. La unión verdadera de ambos cónyuges es obra de los años subsiguientes.
Cuando la pareja recién casada afronta la vida con sus cargas de perplejidades y cuidados, desaparece el aspecto romántico con que la imaginación suele tan a menudo revestir el matrimonio. Marido y mujer aprenden entonces a conocerse como no podían hacerlo antes de unirse. Este es el período más crítico de su experiencia. La felicidad y utilidad de toda su vida ulterior dependen de que asuman en ese momento una actitud correcta. Muchas veces cada uno descubre en el otro flaquezas y defectos que no sospechaban; pero los corazones unidos por el amor notarán también cualidades desconocidas hasta entonces. Procuren todos descubrir las virtudes más bien que los defectos. Muchas veces, nuestra propia actitud y la atmósfera que nos rodea determinan lo que se nos revelará en otra persona (El hogar cristiano, {HC}, p. 90).
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Lunes 13 de mayo | Lección 7__________________________________________________
LLEGAR A SER UNO MEDIANTE SU AMOR
“Que el Señor los haga crecer para que se amen más y más unos a otros, y a todos, tal como nosotros los amamos a ustedes” (1 Tes. 3:12, NVI).
Jesús oró a su Padre para que sus seguidores “sean uno, así como nosotros somos uno” (Juan 17:22, NVI). Resume lo que quiso decir Jesús, centrándote específicamente en el papel del amor que se necesita para lograr esta unidad.
Juan 17:22
22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
En esta oración, Jesús tenía en mente la unidad entre sus seguidores. Experimentar el amor ágape es fundamental para esta unidad. “Ágape” es la palabra bíblica que se utiliza en esta oración, y en muchos otros lugares del Nuevo Testamento, para el amor de Dios. Ese amor es la naturaleza misma de Dios (1 Juan 4:8) e identifica a los seguidores de Jesús (Juan 13:35). El amor de Dios no es innato en el corazón humano pecaminoso. Llega a la vida cuando Jesús mora en el creyente mediante su Espíritu (Rom. 5:5; 8:9, 11).
“Que os améis unos a otros, como yo os he amado” (Juan 15:12). El discípulo Juan, quien escribió estas palabras, anteriormente no era digno de ser amado; era orgulloso, con ansias de poder, crítico y temperamental (Mar. 3:17; Luc. 9:54, 55; ver además DTG 261). Más adelante en su vida, recordó que Jesús continuó amándolo a pesar de estos rasgos. El amor de Jesús fue cambiando a Juan poco a poco, y esto le permitió amar a los demás en la unidad cristiana. “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19), escribió, y “si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros” (1 Juan 4:11).
Lee 1 Corintios 13:4 al 8. Intenta poner tu nombre donde aparece la palabra “amor”. ¿Cuán bien suena? Pide a Jesús que cree estas cualidades de amor en tu vida mediante su Espíritu. ¿Qué cambios podría sugerirte el Espíritu para alcanzar este ideal cristiano?
1 Corintios 13:4-8
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Amar como Cristo amó significa manifestar abnegación en todo tiempo y en todo lugar, mediante palabras bondadosas y miradas agradables. Esto no les cuesta nada a aquellos que lo hacen, pero dejan tras sí una fragancia que envuelve el alma. Su efecto nunca puede ser estimado. No sólo es una bendición para el que las recibe, sino también para el dador, porque reaccionan sobre él. El amor genuino es un atributo precioso de origen celestial, el cual aumenta en fragancia en proporción a lo que se comparte con otros…
Las almas de aquellos que aman a Jesús estarán rodeadas de una atmósfera pura y fragante. Hay quienes ocultan el hambre de su alma. Estos serán grandemente ayudados por una palabra tierna o un recuerdo bondadoso. Los dones celestiales, derramados abundante y ricamente por Dios, a su vez deben ser derramados por nosotros sobre todos los que se hallan en la esfera de nuestra influencia. Así revelamos un amor que es nacido del cielo, el cual aumentará a medida que lo usemos abundantemente para bendecir a otros. Así glorificamos a Dios (Nuestra elevada vocación, {NEV}, p. 233).
[L]a unidad con Cristo mediante la obediencia a la verdad; éste es el propósito de Dios para nosotros. Por la santificación y la unidad los cristianos deben dar evidencia al mundo de que, mediante Cristo, se hizo una obra perfecta en favor de ellos. De esta manera deben dar testimonio de que Dios envió a su Hijo para salvar a los pecadores.
¿Permitirán Uds. que Cristo realice esta obra de santificación en sus corazones? Hoy pueden ser perfectos en El. Tienen la seguridad de que por medio de la santificación de la verdad pueden ser perfeccionados en la unidad…
Nos dice: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros”. Génesis 6:2. “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos”. Romanos 15:1. Debemos relacionamos correctamente los unos con los otros, aun cuando esto pueda demandar sacrificio. Cristo hizo un sacrificio infinito por nosotros. ¿No debiéramos nosotros estar dispuestos a sacrificamos por otros? Debemos evitar cuidadosamente herir o lastimar los corazones de los hijos de Dios, porque cuando lo hacemos herimos y lastimamos el corazón de Cristo (Alza tus ojos, {ATO}, p. 29).
[S]er cristiano significa ser semejante a Cristo. La lengua testificará acerca de los principios que representan la vida; esto constituye la prueba segura para saber qué poder controla el corazón. Nuestro espíritu y nuestros principios se pueden juzgar por las palabras que brotan de los labios. La lengua siempre debe estar bajo el control del Espíritu Santo.
Cuando las almas pobres, heridas y maltratadas acuden a ustedes en busca de palabras de esperanza, deben hablarles las palabras de Cristo…
Jesús dice: “Un mandamiento nuevo os doy—¿que os toleréis unos a otros?, no—: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado” (Exaltad a Jesús, {EJ}, p. 142).
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Lección 7 | Martes 14 de mayo_________________________________________________
EL EGOÍSMO: EL DESTRUCTOR DE LA FAMILIA
“Si se pusieran a un lado el orgullo y el egoísmo, cinco minutos bastarían para eliminar la mayoría de las dificultades” (PE 119).
Como seres humanos, nuestra naturaleza se ha corrompido por el pecado. Y tal vez el mejor ejemplo de esa corrupción sea la maldición del egoísmo. Parece ser que nacemos egoístas; podemos observar esta realidad en los niñitos, cuya naturaleza básica los induce a querer todo para sí: “Yo, yo, yo…” Cuando alcanzamos la edad adulta, este rasgo puede manifestarse de maneras bastante terribles, especialmente en el hogar.
Por supuesto, Jesús vino a cambiar esto (Efe. 4:24). Su Palabra nos promete que, a través de él, no tenemos por qué dejarnos dominar por este rasgo de carácter destructivo. Toda su vida es un ejemplo perfecto de lo que significa vivir sin egoísmo; en la medida en que emulemos su vida (1 Juan 2:6), venceremos la tendencia a vivir solo para nosotros mismos.
Busca los siguientes textos. ¿Qué nos dicen sobre llevar una vida de abnegación?
Filipenses 2:3-5
3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
1 Juan 3:16-18
16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Según Elena de White escribió al comienzo, si el orgullo y el egoísmo se dejaran de lado, se podrían resolver muchos problemas muy rápidamente, mucho antes de que se agudicen y fermenten, y con el tiempo se conviertan en algo desagradable. Todos los miembros de la familia, especialmente los padres, deben corregir (Prov. 16:6) este pecado al pie de la Cruz (el mejor ejemplo de abnegación en todo el Universo); incluso si eso significa acudir constantemente a la Cruz y arrodillarse en oración, con fe, lágrimas y sumisión.
¿Cuánto tiempo pasas al pie de la Cruz luchando contra el egoísmo que se presenta en tu vida? ¿En qué medida Mateo 7:16 te ayuda a ver si pasas suficiente tiempo allí?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Si el mundo ve que existe perfecta armonía en la iglesia de Dios, será para este una poderosa evidencia en favor de la religión cristiana. Las disensiones, algunas desdichadas divergencias y los enfrentamientos por insignificancias en la iglesia, deshonran a nuestro Redentor. Todas estas cosas pueden ser evitadas si el yo se entrega a Dios y los que siguen a Jesús obedecen la voz de la iglesia. La incredulidad sugiere que la independencia individual aumenta nuestra importancia, que es señal de debilidad renunciar a nuestras ideas de lo que es correcto y propio, para acatar el veredicto de la iglesia; pero es peligroso seguir tales sentimientos y opiniones, y nos llevará a la anarquía y confusión. Cristo vio que la unidad y la comunión cristianas eran necesarias para la causa de Dios y, por lo tanto, las ordenó a sus discípulos. Y la historia del cristianismo desde aquel tiempo hasta ahora demuestra en forma concluyente que tan sólo en la unión hay fuerza…
Los apóstoles sentían la necesidad de la unidad estricta y trabajaban con fervor para alcanzarla. Pablo exhortó a sus hermanos con estas palabras: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”. 1 Corintios 1:10 (Testimonios para la iglesia, {4TI}, t. 4, p. 23).
Cristo nos ha dado un ejemplo de amor y humildad, y ha ordenado a sus seguidores que se amen mutuamente como él los ha amado. Con humildad, debemos estimar a otros superiores a nosotros. Debemos ser severos con nuestros propios defectos de carácter, prontos para discernir nuestros errores y equivocaciones, y tener menos en cuenta las faltas ajenas que las nuestras…
El orgullo del talento, el orgullo del intelecto, no pueden existir en el corazón que está oculto con Cristo en Dios… Humillémonos pues y adoremos a Jesús, pero nunca, nunca, nos exaltemos en lo mínimo… Si los motivos de todas nuestra vida son servir y honrar a Cristo y bendecir a la humanidad en el mundo, entonces el camino más lóbrego del deber nos parecerá iluminado, el camino señalado para que transmiten los rescatados del Señor (A fin de conocerle, {AFC}, p. 177).
El mayor peligro de la iglesia de Cristo no es la oposición del mundo. Es el mal acariciado en los corazones de los creyentes lo que produce el más grave desastre, y lo que, seguramente, más retardará el progreso de la causa de Dios. No hay forma más segura para destruir la espiritualidad que abrigar envidia, sospecha, crítica o malicia. Por otro lado, el testimonio más fuerte de que Dios ha enviado a su Hijo al mundo, es la armonía y unión entre hombres de distintos caracteres que forman su iglesia. El privilegio de los seguidores de Cristo es dar ese testimonio. Pero para poder hacerlo, deben colocarse bajo las órdenes de Cristo. Sus caracteres deben conformarse a su carácter, y sus voluntades a la suya (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, p. 438).
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Miércoles 15 de mayo | Lección 7______________________________________________
LA SUMISIÓN
¿Qué consejo nos da Pablo con respecto a la humildad y el servicio en las relaciones? Efesios 5:21. ¿Crees que esta actitud contribuye a la unidad de la iglesia? ¿Por qué es tan importante en el hogar? Efesios 5:22-6:9.
Efesios 5:21
21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.
Efesios 5:22-6:9
22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. 4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. 5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; 6 no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; 7 sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, 8 sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. 9 Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.
La palabra “someterse” (Efe. 5:21) significa ubicarse humildemente ante otra persona sobre la base de una decisión voluntaria. Este principio único comenzó con Cristo (Mat. 20:26-28; Juan 13:4, 5; Fil. 2:5-8) y caracteriza a quienes están llenos de su Espíritu (Efe. 5:18). La “reverencia a Cristo” (Efe. 5:21, NVI) es lo que motiva a las personas a someterse de esta manera. La reciprocidad en la entrega personal fue y será una enseñanza cristiana revolucionaria acerca de las relaciones sociales. Da vida a la realidad espiritual de que todos somos uno en Cristo; sin excepciones.
Un principio hogareño. El campo de pruebas de la sumisión cristiana es el hogar. Si este principio es efectivo allí, marcará una gran diferencia en la iglesia. Pablo pasa inmediatamente de la introducción del principio de sumisión a analizar su aplicación en la familia.
Tres pares de relaciones se mencionan en Efesios 5:22 al 6:9: las relaciones más comunes y desiguales de la sociedad. La intención no es reforzar un orden social existente, sino mostrar cómo funciona la cultura de la fe en Cristo cuando hay una mutua sumisión voluntaria de los creyentes; lo que es radicalmente diferente.
¿Por qué crees que Pablo siempre habla primero a los que eran socialmente más débiles en aquella cultura: las esposas, los niños y los esclavos? Escribe la frase calificativa adjunta a la sumisión de cada uno de ellos.
Efesios 5:22
22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
Efesios 6:1
1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
Efesios 6:5
5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;
A quienes tenían mayor poder social (esposos, padres, amos) siempre se los menciona en segundo lugar. Cada uno recibe una directiva bastante poco común para su cultura. Estas directivas debieron haber asombrado a los creyentes del siglo I. Allanaron el terreno en torno a la Cruz y abrieron el camino para que las relaciones experimenten la verdadera unidad.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
El Señor ha obrado en su favor, capacitándolo para que haga su parte como obrero; pero hay otros obreros que también deben hacer su parte como instrumentos. Éstos ayudan a formar el cuerpo entero. Todos deberán unirse como partes de un solo y grande organismo. La iglesia del Señor se compone de entidades vivientes y activas, las cuales derivan su poder para actuar del Autor y Consumador de su fe. Han de llevar a cabo en armonía la gran obra que descansa sobre sus hombros. Dios le ha asignado a usted su obra. Pero también tiene otros instrumentos a quienes les ha asignado su obra, para que todos sean, por medio de la santificación de la verdad, miembros del cuerpo de Cristo, y de su carne y de sus huesos. Representamos a Cristo, y trabajamos para el tiempo y la eternidad; y los hombres, aun los mundanos, se fijan en que hemos estado con Jesús y aprendido de él (Testimonios para la iglesia, {8TI}, t. 8, p. 186).
A cada ser nacido en el mundo le es señalada su obra, con el propósito de que prepare un mundo mejor… Cada uno tiene su círculo [de acción], y si el agente humano hace de Dios su consejero, entonces no estará trabajando con fines opuestos a los de Dios. El destina a cada uno un lugar y un trabajo, y si individualmente nos sometemos para ser preparados por el Señor, no importa cuán confusa e intrincada pueda parecer la vida a nuestros ojos, Dios tiene un propósito en todo ello, y la maquinaria humana, obediente bajo la mano de la sabiduría divina, cumplirá los propósitos de Dios…
Nuestro Padre celestial es nuestro Dirigente y debemos someternos a su disciplina. Somos miembros de su familia. Tiene derecho a nuestro servicio, y si uno de los miembros de su familia persistiera en seguir su propio camino, y se empeñara en hacer sólo lo que le placiera, entonces ese espíritu produciría un estado de cosas confuso y desordenado. No debemos hacer planes para seguir nuestra propia senda, sino la senda y la voluntad de Dios (En los lugares celestiales, {ELC}, p. 230).
Cualquiera que sea la senda que Dios ha escogido para nosotros, cualquiera que sea el camino que ordena para nuestros pies, ése es el único camino de seguridad. Diariamente debemos manifestar el espíritu de sumisión infantil, y orar para que nuestros ojos sean ungidos con el colirio celestial, a fin de que podamos discernir las indicaciones de la voluntad divina, para que no se confundan nuestras ideas a causa de la omnipotencia de nuestra propia voluntad. Con los ojos de la fe, con una sumisión infantil como hijos obedientes, debemos mirar a Dios, seguir su dirección, y así desaparecerán las dificultades. La promesa es: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”. Salmos 32:8.
Si acudimos a Dios con una disposición humilde y deseos de aprender, sin llevar preparados nuestros planes antes de pedirle consejo, y dispuestos según nuestra propia voluntad, sino con sumisión, dispuestos a ser enseñados, con fe, será nuestro privilegio reclamar las promesas cada hora del día (A fin de conocerle, {AFC}, p. 251).
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Lección 7 | Jueves 16 de mayo_________________________________________________
VIVIR EL AMOR QUE PROMETIMOS
En última instancia, la cohesión y la unidad de la familia dependen del compromiso de sus miembros, comenzando por el pacto de los cónyuges de preocuparse por el otro. Lamentablemente, la historia bíblica está plagada de ejemplos de promesas incumplidas, de confianzas traicionadas y de falta de compromiso, cuando no debería haber sido así. Las Escrituras también tienen ejemplos conmovedores de personas comunes que, con la ayuda de Dios, asumieron un compromiso con sus amigos y sus familiares, y cumplieron sus promesas.
Observa las siguientes familias y su nivel de compromiso. ¿Cómo se pudo fortalecer el compromiso en algunas familias? ¿Qué fomentó el compromiso demostrado por los demás?
Compromiso entre padres e hijos (Gén. 33:12-14; Éxo. 2:1-10).
Génesis 33:12-14
12 Y Esaú dijo: Anda, vamos; y yo iré delante de ti. 13 Y Jacob le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas. 14 Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir.
Éxodo 2:1-10
1 Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, 2 la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. 3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. 4 Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. 5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. 7 Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? 8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, 9 a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. 10 Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.
Compromiso de hermanos (Gén. 37:17-28).
Génesis 37:17-28
17 Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. 18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. 19 Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. 20 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. 21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. 22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. 23 Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; 24 y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua. 25 Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. 28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
Compromiso familiar (Rut 1:16-18; 2:11, 12, 20; 3:9-13; 4:10, 13).
Rut 1:16-18
16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. 18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.
Rut 2:11-12, 20
11 Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. 12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.
20 Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.
Rut 3:9-13
9 Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano. 10 Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. 11 Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa. 12 Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo. 13 Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana.
Rut 4:10, 13
10 Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy.
13 Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo
Compromiso matrimonial (Ose. 1:2, 3, 6, 8; 3:1-3).
Oseas 1:2-3, 6, 8
2 El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová. 3 Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.
6 Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo.
8 Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo.
Oseas 3:1-3
1 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas. 2 La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. 3 Y le dije: Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo.
Cuando nos comprometemos con otra persona, como en el caso del matrimonio o en la decisión de tener o adoptar un hijo, debe haber una entrega voluntaria de nuestra parte para tomar una decisión diferente en el futuro, una entrega del control sobre un segmento importante de nuestra vida. Las leyes pueden refrenar un comportamiento negativo, pero el matrimonio y las relaciones familiares necesitan amor en su seno para poder prosperar.
¿Qué significa para ti personalmente la promesa de compromiso de Jesús (Heb. 13:5)? ¿Qué efecto debe tener su compromiso contigo en tu compromiso con él, con tu cónyuge, con tus hijos y con los demás creyentes?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
La madre debe cultivar un genio alegre, contento y feliz. Todo esfuerzo hecho en este sentido será recompensado con creces en el bienestar físico y el carácter moral de sus hijos. Un genio alegre fomentará la felicidad de su familia y mejorará en alto grado su propia salud.
Ayude el marido a su esposa con su simpatía y cariño constante. Si quiere que se conserve lozana y alegre, de modo que sea como un rayo de sol en la familia, ayúdele a llevar sus cargas. La bondad y la amable cortesía que le demuestre serán para ella un precioso aliento, y la felicidad que sepa comunicarle allegará gozo y paz a su propio corazón (Ministerio de curación, {MC}, p. 290).
Durante los años en que José había estado separado de sus hermanos, estos hijos de Jacob habían cambiado de carácter. Habían sido envidiosos, turbulentos, engañosos, crueles y vengativos; pero ahora, al ser probados por la adversidad, se mostraron desinteresados, fieles el uno al otro, consagrados a su padre y sujetos a su autoridad, aunque ya tenían bastante edad…
José se había comunicado con ellos mediante un intérprete, y sin sospechar que el gobernador los comprendía, conversaron libremente el uno con el otro en su presencia. Se acusaron mutuamente de cómo habían tratado a José: “Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, que vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le oímos: por eso, ha venido sobre nosotros esta angustia.” Rubén que había querido librarlo en Dotán, agregó: “¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el mozo; y no escuchasteis? He aquí también su sangre es requerida.”
José, que escuchaba, no pudo dominar su emoción, y salió y lloró (Patriarcas y profetas, {PP}, p. 227).
Me gozo en que Jesús nos sostiene firmemente. Nuestro asidero es débil y fácil de quebrantar, pero nuestra seguridad depende de que el Señor nos sostenga fuertemente. Me regocijo en Jesús hoy. Esposo mío, hemos transitado durante treinta años uno al lado del otro afrontando pruebas y aflicciones de la vida en medio de las tentaciones y bofetadas de Satanás, cuyos dardos fueron lanzados hacia nosotros para herimos y destruirnos; pero Jesús ha sido nuestra defensa. Satanás ha sido rechazado. El Espíritu del Señor ha levantado bandera en favor de nosotros contra el enemigo. Nuestro sol está declinando pero no se pondrá en la oscuridad. Jesús siempre vivirá para interceder por nosotros. En los últimos días de nuestra peregrinación reposaremos en Dios y esperaremos en El. Si caminamos con el Señor, nuestra fe brillará más y más hasta que el día sea perfecto, y al final la recompensa de los fieles será nuestra (Alza tus ojos, {ATO}, p. 220).
La paz de que gozamos en la actualidad no debe ser perturbada por pruebas anticipadas, porque Dios nunca abandonará una sola alma que confíe en él. Dios es más poderoso que nuestros temores… Recordemos cada día sus misericordias y disfrutemos de ellas… Regocíjense siempre en Dios. Alaben hoy a Dios por su gracia y sigan alabándolo cada día (Cada día con Dios, {CDCD}, p. 56).
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Viernes 17 de mayo | Lección 7________________________________________________
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El hogar cristiano, “Un círculo sagrado”, pp. 156-159; Testimonios para la iglesia, t. 6, pp. 239-241.
La unidad: la primera obra. “La primera obra de los cristianos consiste en estar unidos en la familia. […]
“Cuanto más estrechamente estén unidos los miembros de una familia en lo que tienen que hacer en el hogar, tanto más elevadora y servicial será la influencia que ejerzan fuera del hogar el padre, la madre, los hijos y las hijas” (HC 31).
El secreto de la unidad familiar. “Lo que causa división y discordia en las familias y en la iglesia es la separación de Cristo. Acercarse a Cristo es acercarse unos a otros. El secreto de la verdadera unidad en la iglesia y en la familia no estriba en la diplomacia ni en la administración, ni en un esfuerzo sobrehumano para vencer las dificultades –aunque habrá que hacer mucho de esto–, sino en la unión con Cristo” (HC 158).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Conversen sobre las fuerzas de su sociedad que obran en contra de la unidad familiar. ¿Qué soluciones prácticas puedes ofrecer a una familia que lucha contra estas influencias?
- ¿Hay una familia en tu iglesia que se haya deshecho? Si es así, ¿qué pueden hacer como clase para ayudar a cada integrante en este momento de crisis?
- Analicen el tema de la sumisión. ¿Cómo debería interpretarse en un contexto cristiano? ¿En qué sentido se ha abusado del principio?
- ¿Qué principios puedes extraer con respecto a la unidad familiar que se pueden aplicar también a la idea de la unidad de la iglesia?
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