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Lección 9: Para el 30 de mayo de 2020
LA CREACIÓN: EL GÉNESIS COMO PILAR, PARTE 2
Sábado 23 de mayo_____________________________________________________________
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Job 26:7-10; Génesis 1-2; 5; 11; 1 Crónicas 1:18-27; Mateo 19:4, 5; Juan 1:1-3.
PARA MEMORIZAR:
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal. 19:1).
Muchos grandes pensadores se inspiraron en las Escrituras para explorar el mundo creado por Dios. Como resultado, nació la ciencia moderna. Johannes Kepler, Isaac Newton, John Ray, Robert Boyle y otros grandes científicos de la antigüedad creían que su trabajo dejaba ver aún más la obra creadora de Dios.
Sin embargo, después de la Revolución Francesa, la ciencia del siglo XIX comenzó a pasar de una cosmovisión teísta a basarse en el naturalismo y el materialismo, a menudo sin darle lugar para nada a lo sobrenatural. Charles Darwin popularizó estas ideas filosóficas en El origen de las especies (1859). Desde entonces, la ciencia se ha distanciado cada vez más de su fundamento bíblico, volcándose a una reinterpretación radical de la historia del Génesis.
La Biblia ¿enseña una visión anticuada y no científica de la cosmología? El relato bíblico ¿simplemente fue tomado de las naciones paganas circundantes? La Biblia ¿se vio condicionada culturalmente por el tiempo y el lugar o su naturaleza inspirada nos eleva a una visión de los orígenes que está completa en su esquema divino?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Dios nos habla por medio de la naturaleza. Escuchamos su voz al contemplar la belleza y la riqueza del mundo natural. Vemos su gloria en las hermosuras trazadas por su mano. Contemplamos sus obras sin velo que las cubra. Dios nos ha dado estas cosas, para que al contemplar las obras de sus manos podamos aprender acerca de él (Cada día con Dios, p. 239).
Los que leen y escuchan las sofisterías que predominan en esta época, no conocen a Dios tal como es. Contradicen la Palabra del Señor, exaltan y adoran a la naturaleza en lugar del Creador. Aunque podemos discernir la obra de Dios en las cosas que creó, estas no son Dios… La creación física da testimonio de Dios y de Jesucristo como excelso Creador de todas las cosas. «Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres». Juan 1:3, 4. El salmista testifica: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz». Salmos 19:1-3 (Alza tus ojos, p. 276).
Dependemos de la Biblia para conocer el principio de la historia del mundo, la creación del hombre y su caída. Si eliminamos la Palabra de Dios, ¿qué podemos esperar sino quedamos con fábulas y conjeturas, y con ese debilitamiento del intelecto que es el seguro resultado de aceptar el error?
Necesitamos la verdadera historia del origen de la tierra, la caída de Lucifer y la entrada del pecado en el mundo. Sin la Biblia, estaríamos confundidos por falsas teorías. La mente estaría sometida a la tiranía de la superstición y la falsedad. Pero, puesto que disponemos de la auténtica historia de los comienzos del mundo, no necesitamos enredamos con conjeturas humanas y teorías indignas de confianza (Mente, carácter y personalidad, t. 2, pp. 772, 773).
Estas personas [que no creen el relato de Génesis] han perdido la sencillez de la fe. Debería existir una fe arraigada en la divina autoridad de la Santa Palabra de Dios. La Sagrada Escritura no se ha de juzgar de acuerdo con las ideas científicas de los hombres. La sabiduría humana es una guía en la cual no se puede confiar. Los escépticos que leen la Sagrada Escritura para poder sutilizar acerca de ella, pueden, mediante una comprensión imperfecta de la ciencia o de la revelación, sostener que encuentran contradicciones entre una y otra; pero cuando se entienden correctamente, se las nota en perfecta armonía. Moisés escribió bajo la dirección del Espíritu de Dios; y una teoría geológica correcta no presentará descubrimientos que no puedan conciliarse con los asertos así inspirados. Toda verdad, ya sea en la naturaleza o en la revelación, es consecuente consigo misma en todas sus manifestaciones (Patriarcas y profetas, pp. 105, 106).
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Lección 9 | Domingo 24 de mayo_______________________________________________
¿UNA TIERRA PLANA?
Comúnmente se cree que en el mundo antiguo muchos pensaban que la Tierra era plana. Sin embargo, por diversas razones, la mayoría entendía que la Tierra era redonda. No obstante, incluso hasta el día de hoy, algunos afirman que la Biblia misma enseña que la Tierra es plana.
Lee Apocalipsis 7:1; y 20:7 y 8. ¿Cuál es el contexto de estos versículos? Más aún, ¿enseñan que la Tierra es plana?
Apocalipsis 7:1
1 Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
Apocalipsis 20:7-8
7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.
Juan, el autor de estos versículos, escribió una profecía de los últimos tiempos que describe a los cuatro ángeles del cielo “en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos” (Apoc. 7:1). Repitió la palabra “cuatro” tres veces para unir a los ángeles con los cuatro puntos cardinales.
En resumen, solo utilizó lenguaje figurado, como lo hacemos hoy cuando decimos, por ejemplo, que “el Sol se está poniendo” o que “se levantó viento del este”. Insistir en una interpretación literal de estos textos proféticos cuando el contexto indica una idea figurativa de norte, sur, este y oeste es sacar de contexto estos pasajes y decir que enseñan algo que no enseñan. Después de todo, cuando Jesús dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mat. 15:19), no hablaba de la fisiología humana ni del corazón humano literal. Estaba usando una figura del lenguaje para plantear una cuestión moral.
Lee Job 26:7 al 10; e Isaías 40:21 y 22. ¿Qué nos enseñan acerca de la naturaleza de la Tierra?
Job 26:7-10
7 El extiende el norte sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada. 8 Ata las aguas en sus nubes, Y las nubes no se rompen debajo de ellas. 9 El encubre la faz de su trono, Y sobre él extiende su nube. 10 Puso límite a la superficie de las aguas, Hasta el fin de la luz y las tinieblas.
Isaías 40:21-22
21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? 22 El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.
En Job 26:7, se describe a la Tierra suspendida en el espacio: “Él extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada”. La Tierra es un “círculo”, o esfera (Job 26:10, LBLA, NBLH, PDT). Isaías 40:22 dice: “Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar”.
Ponte en el lugar de alguien que vivió hace miles de años. ¿Qué evidencias tendrías de que la Tierra se mueve? ¿O te resultarían más convincente las evidencias de que está quieta? O ¿qué evidencia encontrarías de que es plana o redonda?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
El Señor parece estar muy cerca de mí mientras escribo, y me siento profundamente conmovida al contemplar esta controversia desde el principio hasta el tiempo actual. Se presentan claramente a mi espíritu las obras de las potestades de las tinieblas. Nos esperan tiempos muy penosos; y Satanás, vestido de ángel, sacudirá a las almas con sus tentaciones, como se presentó a Cristo en el desierto. Citará la Escritura; y a menos que nuestra vida esté escondida con Cristo en Dios, atará ciertamente nuestras almas en la incredulidad.
El tiempo es muy breve, y todo lo que se ha de hacer, debe hacerse prestamente. Los ángeles están reteniendo los cuatro vientos, y Satanás está aprovechándose de todo aquel que no está plenamente establecido en la verdad. Toda alma ha de ser probada. Todo defecto del carácter, a menos que sea vencido por la ayuda del Espíritu de Dios, llegará a ser un seguro medio de destrucción. Siento como nunca antes la necesidad de que nuestro pueblo sea vigorizado por el espíritu de la verdad; porque los designios de Satanás entramparán a toda alma que no haya hecho de Dios su fortaleza (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 540, 541).
El poder de Dios está aún en acción para sostener los objetos de su creación. No late el pulso ni se suceden las respiraciones por el hecho de que el mecanismo una vez puesto en movimiento sigue actuando por su propia energía inherente. Cada respiración, cada latido del corazón es una evidencia del cuidado de Aquel en quien vivimos, nos movemos y somos. Desde el insecto más pequeño, hasta el hombre, toda criatura viviente depende diariamente de su providencia…
El enorme poder que obra en toda la naturaleza y sostiene todas las cosas, no es meramente, como dicen algunos hombres de ciencia, un principio que todo lo penetra, ni una energía activa…
El apóstol Pablo, al escribir movido por el Espíritu Santo, declara de Cristo que «en él fueron creadas todas las cosas… y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten». Colosenses 1: 16, 17. La mano que sostiene los mundos en el espacio, la mano que mantiene en su disposición ordenada y actividad incansable todas las cosas en el universo de Dios, es la mano que fue clavada en la cruz por nosotros (La educación, pp. 131, 132).
Dios invita a los hombres para que contemplen los cielos. Vedlo en las maravillas de los cielos estrellados. [Se cita lsaías 40:26.] No solo debemos contemplar los cielos; debemos considerar las obras de Dios. Él quiere que estudiemos las obras de lo infinito y que por ese estudio aprendamos a amarlo, reverenciarlo y obedecerlo. Los cielos y la tierra, con sus tesoros, deben enseñar las lecciones del amor, el cuidado y el poder de Dios (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 4, p. 1167).
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Lunes 25 de mayo | Lección 9__________________________________________________
LA CREACIÓN EN LA LITERATURA ANTIGUA
Los arqueólogos han descubierto textos del antiguo Egipto y el Cercano Oriente que contienen historias primitivas de la Creación y el Diluvio. Esto hizo que algunos se pregunten si el relato del Génesis fue tomado de estas culturas o si dependía de alguna manera de ellas. Pero ¿es realmente así?
Lee Génesis 1 al 2:4, y luego lee estos extractos de la Epopeya Atra-Hasis: “Cuando los dioses en lugar del hombre / hicieron la obra, llevaron las cargas; / la carga de los dioses era demasiado grande; / la obra, demasiado dura; la molestia, demasiado grande / […] ‘Dejen que la diosa-matriz cree descendencia, / ¡Y que el hombre lleve la carga de los dioses!’ […] A Geshtu-e, un dios que tenía inteligencia, / ellos lo mataron en su asamblea. / Nintu mezcló barro / con su carne y sangre […]” (S. Dalley, Myths from Mesopotamia: Creation, the Flood, Gilgamesh, and Others, pp. 9, 14, 15). ¿Qué diferencias percibes?
Aunque existen similitudes entre las historias (p. ej., los primeros seres humanos fueron hechos de barro), las diferencias son mucho más claras.
(1) En Atra-Hasis el hombre trabaja para los dioses para que los dioses puedan descansar. En Génesis, Dios crea la Tierra y todo lo que hay en ella para la humanidad como el punto culminante de la Creación, y luego descansa con ella. En Génesis, los seres humanos también son puestos en un jardín y se los invita a estar en comunión con Dios y cuidar de su creación, un concepto que no se encuentra en Atra-Hasis.
(2) En Atra-Hasis, un dios menor muere y su sangre se mezcla con barro para formar siete machos y hembras. En Génesis, primeramente, Dios “forma” a Adán personalmente, le sopla aliento de vida, y posteriormente “hace” a la mujer para que sea su “ayuda idónea”. Dios no creó a Adán y a Eva de la sangre de un dios muerto.
(3) No hay señales de conflicto ni de violencia en el relato del Génesis, como vemos en la historia de Atra-Hasis.
El relato bíblico es sublime al representar a un Dios omnipotente que le brinda a la humanidad un propósito digno en un mundo perfecto. Esta diferencia radical ha llevado a los eruditos a la conclusión de que, finalmente, estos relatos de la Creación son muy diferentes.
Algunos han argumentado que, a lo largo de los siglos, las historias de la Creación y el Diluvio se transmitieron parcialmente basadas en lo que realmente había sucedido (de ahí algunas de las similitudes), pero que se distorsionaron con el tiempo. En contraste, Moisés, bajo la inspiración del Espíritu Santo, reveló lo que realmente ocurrió. ¿Por qué este razonamiento explica mejor las pocas similitudes entre los relatos que la conjetura de que Moisés se valió de estas historias paganas?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Al apartarse de la Palabra de Dios para alimentarse en las obras de escritores que no son inspirados de lo alto, la mente se deforma y rebaja. No se relaciona con los principios profundos y amplios de la verdad eterna…
Solamente en la Palabra de Dios hallamos el relato auténtico de la creación… Solamente en ella podremos encontrar la historia de la humanidad sin el sello del prejuicio o el orgullo humano… Allí podemos comulgar con los patriarcas y profetas, y escuchar la voz del Eterno que se dirige a los hombres. Allí contemplamos la Majestad de los Cielos que se humilla hasta convertirse en sustituto y garantía, para hacer frente en inferioridad de condiciones a las potencias de las tinieblas, y luego ganar la victoria para nuestro beneficio. La contemplación reverente de tales temas no puede menos que suavizar, purificar y ennoblecer el corazón, y al mismo tiempo, inspirar nueva fuerza y vigor a la mente (Mi vida hoy, p. 110).
Cuando la mente es aprovisionada con la verdad bíblica, sus principios arraigan profundamente en el alma, y la preferencia y los gustos se entrelazan con la verdad, y no hay deseo de publicaciones rebajantes y excitadoras, que debilitan las facultades morales y destruyen los dones que Dios ha derramado para ser utilizados con fidelidad. El conocimiento bíblico resultará un antídoto contra las venenosas insinuaciones recibidas a través de una lectura incontrolada…
Sin la Biblia seríamos confundidos por las falsas teorías. La mente estaría sujeta a la tiranía de la superstición y la falsedad. Pero poseyendo una historia auténtica del comienzo del mundo, no necesitamos enredamos con conjeturas humanas y teorías indignas de confianza (Mente, carácter y personalidad, t. 1, pp. 98, 99).
Las obras de su creación en los sucesivos días recibieron el calificativo de bueno, pero del hombre, formado a la imagen de su Creador, se dijo que era «bueno en gran manera». Génesis 1:31. Ninguna otra criatura de Dios ha recibido tantas muestras de su amor. Cuando el pecado lo echó todo a perder, Dios dio a su Hijo amado para redimir la raza caída. Su voluntad era que no pereciesen por sus pecados, sino que viviesen para usar sus facultades bendiciendo al mundo y honrando a su Creador. Los cristianos profesos que no viven para beneficio de los demás y siguen su propia y perversa voluntad en Jugar de la de Dios, el Maestro los llamará para que le rindan cuentas por el mal uso de las bendiciones que les ha dado (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 555).
Antes del diluvio, Dios mandó a Noé que diese aviso al mundo, para que los hombres fuesen llevados al arrepentimiento, y para que así escapasen a la destrucción. A medida que se aproxima el momento de la segunda venida de Cristo, el Señor envía a sus siervos al mundo con una amonestación para que los hombres se preparen para ese gran acontecimiento. Multitudes de personas han vivido violando la ley de Dios, y ahora, con toda misericordia, las llama para que obedezcan sus sagrados preceptos. A todos los que abandonen sus pecados mediante el arrepentimiento para con Dios y la fe en Cristo, se les ofrece perdón (Historia de los patriarcas y profetas, p. 91).
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Lección 9 | Martes 26 de mayo_________________________________________________
EL GÉNESIS VERSUS EL PAGANISMO
Lejos de valerse de los antiguos mitos de la Creación paganos, Génesis parece haber sido escrito de una manera que refuta esos mitos y aleja de ellos a Dios como Creador.
Lee Génesis 1:14 al 19. ¿Cómo se describe lo que aparece el cuarto día y cuáles son sus funciones?
Génesis 1:14-19
14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, 15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. 17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.
Seguramente el autor evitó utilizar los términos “Sol” y “Luna” porque en hebreo eran los nombres de los dioses Sol y Luna del antiguo Cercano Oriente y de Egipto, o al menos estaban estrechamente relacionados con esos nombres. El uso de los términos “lumbrera mayor” y “lumbrera menor” muestra que se crearon para funciones específicas, como “señales para las estaciones, para días y años” y “para alumbrar sobre la tierra” (Gén. 1:14, 15). Es decir, el texto muestra muy claramente que el Sol y la Luna no eran dioses sino objetos creados con funciones naturales específicas, tal como lo entendemos hoy.
Lee Génesis 2:7, y 18 al 24. ¿Cómo interviene Dios íntimamente en la creación de Adán y Eva?
Génesis 2:7 y 18-24
7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. 19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. 20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. 21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Los antiguos mitos del Cercano Oriente representan unánimemente la creación del hombre como una idea de último momento, como resultado de un intento de aliviar a los dioses de su ardua labor. Esta idea mítica contradice la idea bíblica de que el hombre gobierna el mundo como el vicerregente de Dios. No hubo improvisación en la creación de los seres humanos. Al contrario, el texto indica que son el punto culminante del relato de la Creación, lo que muestra a las claras cuán diferentes son los relatos paganos del relato bíblico.
Por lo tanto, Génesis presenta una corrección contra los mitos del mundo antiguo. Moisés utilizó algunos términos e ideas incompatibles con los conceptos paganos. Y lo hizo simplemente expresando la interpretación bíblica de la realidad y del papel y el propósito de Dios en la Creación.
Hace miles de años, la historia bíblica de la Creación estaba reñida con la cultura imperante. En la actualidad, la historia bíblica de la Creación está reñida con la cultura predominante. ¿Por qué no deberíamos sorprendernos?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
El pagano inculto aprende sus lecciones a través de la naturaleza y de sus propias necesidades, e insatisfecho con las tinieblas se esfuerza por alcanzar la luz, buscando a Dios en la Primera Gran Causa. En el libro de Génesis se registran varias maneras en las que el Señor habla. Pero es sorprendente el contraste entre la revelación del Altísimo en dicho libro y las ideas de los gentiles. Muchos filósofos paganos tuvieron un conocimiento de Dios que era puro, pero la degeneración, el culto a las cosas creadas, comenzó a oscurecer ese conocimiento. Las obras de las manos de Dios en el mundo natural: el sol, la luna y las estrellas, fueron veneradas (Alza tus ojos, p. 276).
La filosofía humana declara que para la creación del mundo se destinó un período indefinido de tiempo. ¿Presenta Dios el asunto en esta forma? No; él dice: «Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días [no seis períodos indefinidos de tiempo; porque entonces no habría manera posible en que el hombre pudiera observar el día especificado en el cuarto mandamiento] hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó»…
Sin embargo, teniendo ante sí los oráculos vivientes, los que pretenden predicar la Palabra presentan las suposiciones de mentes humanas, las máximas y los mandamientos de hombres. Anulan la ley de Dios por sus tradiciones. Los sofismas referentes a que el mundo ha sido creado en un período indefinido de tiempo son uno de los engaños satánicos. Dios habla a la familia humana en lenguaje que esta puede comprender. Él no deja el tema tan indefinido que los seres humanos puedan acomodarlo a sus teorías (Testimonios para los ministros, pp. 135, 136).
Mediante la influencia de Jezabel y sus sacerdotes impíos, se enseñaba al pueblo que los ídolos que se habían levantado eran divinidades que gobernaban por su poder místico los elementos de la tierra, el fuego y el agua. Todas las bendiciones del cielo: los arroyos y corrientes de aguas vivas, el suave rocío, las lluvias que refrescaban la tierra y hacían fructificar abundantemente los campos, se atribuían al favor de Baal y Astarte, en vez del Dador de todo don perfecto. El pueblo olvidaba que las colinas y los valles, los ríos y los manantiales, estaban en las manos del Dios vivo; y que este regía el sol, las nubes del cielo y todos los poderes de la naturaleza (Profetas y reyes, p. 85).
Mediante el paganismo, Satanás había apartado de Dios a los hombres durante muchos siglos; pero al pervertir la fe de Israel había obtenido su mayor triunfo. Al contemplar y adorar sus propias concepciones, los paganos habían perdido el conocimiento de Dios, y e habían ido corrompiendo cada vez más. Así había sucedido también con Israel. El principio de que el hombre puede salvarse por sus obras, que es fundamento de toda religión pagana, era ya principio de la religión judaica. Satanás lo había implantado; y doquiera se lo adopte, los hombres no tienen defensa contra el pecado (El Deseado de todas las gentes, p. 26).
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Miércoles 27 de mayo | Lección 9______________________________________________
LA CREACIÓN Y EL TIEMPO
Lee Génesis 5 y 11. ¿Cómo traza la Biblia la historia de la humanidad desde Adán hasta Noé, y desde Noé hasta Abraham?
Hay un elemento que hace que estas genealogías sean únicas en la Biblia: contienen el elemento del tiempo, lo que hace que algunos eruditos acertadamente las llamen “cronogenealogías”. Contienen un mecanismo imbricado de información genealógica junto con intervalos de tiempo, de modo que “cuando la Persona Uno tenía X años, fue padre de la Persona Dos. Y la Persona Uno, después del nacimiento de la Persona Dos vivió y años, y tuvo otros hijos e hijas”. Génesis 5 agrega la fórmula: “De modo que la Persona Uno murió a los Z años” (ver NVI). Este sistema imbricado impedía eliminar o añadir generaciones. Génesis 5 y 11 contienen una línea genealógica continua, como lo corrobora 1 Crónicas 1:18 al 27, en el que no hay generaciones agregadas ni ausentes. De esta manera, la Biblia se interpreta a sí misma.
Durante casi dos mil años, los expositores tanto judíos como cristianos han interpretado que estos pasajes representan la historia y que son una manera precisa de determinar la fecha del Diluvio y la edad de la Tierra, al menos desde los siete días de la Creación, como se muestra en Génesis 1 y 2.
En las últimas décadas, ha habido intentos de reinterpretar Génesis 5 y 11 para acomodar edades más largas, como algunas interpretaciones humanas y falibles de datos arqueológicos e históricos pretenden sugerir. Esto plantea serias preguntas sobre la fiabilidad del registro bíblico.
Pero, si queremos entender el concepto divino del tiempo y su evolución a través de la historia, debemos reconocer que estos dos capítulos son “históricos y teológicos, ya que vinculan a Adán con el resto de la humanidad y a Dios con el hombre en el ámbito de los alcances del espacio y el tiempo. Génesis 5 y 11:10 al 26 brindan el marco temporal y la cadena humana que unen al pueblo de Dios con el hombre a quien Dios creó como el punto culminante del acontecimiento de la creación en seis días de este planeta” (G. F. Hasel, “The Meaning of the Chronogenealogies of Genesis 5 and 11”, p. 69). Aunque estos pasajes del Antiguo Testamento existen por razones buenas e importantes, ¿qué dice Pablo en 1 Timoteo 1:4 y Tito 3:9 que debemos tener en cuenta al hablar de este tipo de textos?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Dios creó al hombre conforme a su propia imagen. No hay en esto misterio. No existe fundamento alguno para la suposición de que el hombre llegó a existir mediante un lento proceso evolutivo de las formas bajas de la vida animal o vegetal. Tales enseñanzas rebajan la obra sublime del Creador al nivel de las mezquinas y terrenales concepciones humanas. Los hombres están tan resueltos a excluir a Dios de la soberanía del universo que rebajan al hombre y le privan de la dignidad de su origen. El que colocó los mundos estrellados en la altura y coloreó con delicada maestría las flores del campo, el que llenó la tierra y los cielos con las maravillas de su potencia, cuando quiso coronar su gloriosa obra, colocando a alguien para regir la hermosa tierra, supo crear un ser digno de las manos que le dieron vida. La genealogía de nuestro linaje, como ha sido revelada, no hace remontar su origen a una serie de gérmenes, moluscos o cuadrúpedos, sino al gran Creador. Aunque Adán fue formado del polvo, era el «hijo de Dios». Lucas 3:38 (Historia de los patriarcas y profetas, p. 25).
Los patriarcas desde Adán hasta Noé, con pocas excepciones, vivieron casi mil años. Desde entonces el promedio de la vida ha estado decreciendo.
En el tiempo de la primera venida de Cristo, la raza humana había degenerado tanto, que no solamente ancianos, sino también personas de edad media y jóvenes eran llevados desde todas las ciudades al Salvador, para ser sanados de sus enfermedades. Muchos trabajaban bajo una increíble carga de miseria.
La violación de las leyes físicas, con su consecuente sufrimiento y su muerte prematura, ha prevalecido por tanto tiempo, que estos resultados se consideran como la suerte común de la humanidad; pero Dios no creó a la raza en una condición tan débil. Este estado de cosas no es obra de la Providencia, sino del hombre. Es el producto de hábitos erróneos: es la consecuencia de violar las leyes que Dios ha formulado para gobernar la existencia del hombre. Una transgresión continua de las leyes naturales es una transgresión continua de la ley de Dios (Consejos sobre el régimen alimenticio, pp. 140).
Hay un día que Dios ha designado para la conclusión de la historia de este mundo: «Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin». La profecía se está cumpliendo rápidamente… El día está por llegar cuando el destino de cada uno estará fijado para siempre. Este día del Señor se acerca con prontitud. Los falsos centinelas pronuncian: «Todo está en paz»; pero el día de Dios se acerca rápidamente. Sus pasos están tan apagados que no despiertan el mundo de la somnolencia mortífera en que ha caído… Que nadie se considere libre del peligro de ser sorprendido. Que ninguna interpretación de la profecía Je robe a usted la convicción del conocimiento de los acontecimientos que muestran que este gran evento está cercano (Fundamentals of Christian Education, p. 335).
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Lección 9 | Jueves 28 de mayo_________________________________________________
LA CREACIÓN EN LA ESCRITURA
Lee los siguientes pasajes de las Escrituras y registra de qué manera estos escritores hicieron referencia a Génesis 1 al 11:
Mateo 19:4-5
4 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?
Marcos 10:6-9
6 pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. 7 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. 9 Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
Lucas 11:50-51
50 para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.
Juan 1:1-3
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Hechos 14:15
15 y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.
Romanos 1:20
20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
2 Corintios 4:6
6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Efesios 3:9
9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas;
1 Timoteo 2:12-15
12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 13 Porque Adán fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.
Santiago 3:9
9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
1 Pedro 3:20
20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.
Judas 11, 14
11 ¡¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,
Apocalipsis 2:7
7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Apocalipsis 3:14
14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
Apocalipsis 22:2-3
2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
Jesús y todos los escritores del Nuevo Testamento se remiten a Génesis 1 al 11 como una historia confiable. Jesús se refiere a los escritos de Moisés y a la creación del hombre y la mujer (Mat. 19:4, NVI). Pablo utiliza repetidamente el relato de la Creación para fundamentar los argumentos teológicos que plantea en sus epístolas. Les declaró a los sabios de Atenas: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” (Hech. 17:24). De esta manera, los escritores del Nuevo Testamento se basaron en la naturaleza esencial de Génesis para mostrarle al lector moderno el significado de este acontecimiento literal.
Lee, por ejemplo, Romanos 5. Más de media docena de veces, Pablo establece un vínculo directo entre Adán y Jesús (ver Rom. 5:12, 14-19). Es decir, asume la existencia literal de un Adán histórico, una postura que se ve gravemente afectada cuando un modelo evolutivo de los orígenes reemplaza la lectura literal de los textos.
Si los autores del Nuevo Testamento, inspirados por el Espíritu Santo, y Jesús mismo consideraban que el relato de la Creación es una historia confiable, ¿por qué sería una necedad que, en función de las afirmaciones de seres humanos caídos y falibles, nosotros no lo consideremos de igual manera?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Debido a su relación con el primer Adán, los hombres solo reciben culpabilidad y la sentencia de muerte. Pero Cristo interviene y pasa por el terreno donde cayó Adán, soportando todas las pruebas en lugar del hombre… El perfecto ejemplo de Cristo y la gracia de Dios le son dados para capacitarlo, para preparar a sus hijos e hijas para ser hijos e hijas de Dios. Enseñándoles, línea sobre línea, mandamiento sobre mandamiento, cómo entregar el corazón y la voluntad a Cristo se quebranta el poder de Satanás (Conducción del niño, p. 448).
Cuando vuestros sentidos se deleiten en la amena belleza de la tierra, pensad en el mundo venidero, que nunca conocerá mancha de pecado ni de muerte; donde la faz de la naturaleza no llevará más la sombra de la maldición. Represéntese vuestra imaginación la morada de los salvos; y recordad que será más gloriosa que cuanto pueda figurarse la más brillante imaginación. En los variados dones de Dios en la naturaleza no vemos sino el reflejo más pálido de su gloria. Está escrito: «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano -las cosas grandes que ha preparado Dios para los que le aman». 1 Corintios 2:9.
El poeta y el naturalista tienen muchas cosas que decir acerca de la naturaleza, pero es el creyente quien más goza de la belleza de la tierra, porque reconoce la obra de las manos de su Padre y percibe su amor, en la flor, el arbusto y el árbol. Nadie que no los mire como una expresión del amor de Dios al hombre puede apreciar plenamente la significación de la colina, del valle, del río y del mar (El camino a Cristo, pp. 86, 87).
Hay hermosura en la pavorosa grandeza del valle, en las solemnes y macizas rocas agrietadas; hay majestad en las montañas que parecen tocar el cielo. Ahí están los elevados árboles con sus hojas delicadamente formadas; las briznas de hierba, el capullo que comienza a abrir y las flores abiertas, los árboles del bosque, todos los seres vivientes. Todos orientan la mente hacia el. Dios grande y viviente. Cada facultad de nuestro ser testifica de que hay un Dios vivo, y podemos aprender del abierto libro de la naturaleza las lecciones más preciosas respecto del Señor del cielo.
En este estudio la mente se expande, se eleva y se torna anhelosa de conocer más acerca de Dios y de su majestad. En nuestro corazón se despiertan sentimientos no solo de reverencia y pavor, sino de amor, de fe, de confianza y de completa dependencia de Aquel que es el dador de todo bien. Y cuando contemplo sus maravillosas obras y veo las evidencias de su poder, instantáneamente pregunto: «¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre que lo visites?» Salmo 8:4 …
Estas cosas han de mantener a Dios en nuestro recuerdo, elevar nuestros corazones de las cosas sensuales, y atarlos con vínculos de amor y de gratitud hacia nuestro Creador (Nuestra elevada vocación, p. 252).
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Viernes 29 de mayo | Lección 9________________________________________________
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Él dijo y fue hecho. La Creación en el Antiguo Testamento (G. A. Klingbeil, editor).
“La Biblia es la historia más abarcadora e instructiva que los seres humanos poseen. Vino fresca de la Fuente de verdad eterna, y una mano divina ha conservado su pureza a través de todas las edades. […] Solo aquí podemos encontrar una historia de nuestra raza, libre de la mancha del prejuicio y el orgullo humanos” (TI 5:24).
“Se me mostró que sin la historia bíblica la geología no puede probar nada. Los vestigios hallados en la Tierra dan evidencia de un estado de cosas que difiere en muchos aspectos del presente. Pero, el momento de su existencia y por cuánto tiempo han estado estas cosas en la Tierra solo deben interpretarse mediante la historia bíblica. Quizá sea inocente conjeturar más allá de la historia bíblica, si nuestras suposiciones no contradicen los hechos encontrados en las Sagradas Escrituras. Pero, cuando los hombres abandonan la Palabra de Dios con respecto a la historia de la Creación, y tratan de explicar las obras creadoras de Dios con los principios naturales, se encuentran en un océano ilimitado de incertidumbre. Dios nunca les reveló a los mortales exactamente cómo realizó la obra de la Creación en seis días literales. Sus obras creadoras son tan incomprensibles como su existencia” (SG 3:93).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Cuando las explicaciones científicas sobre la realidad actual (lo que se puede palpar, oír, ver, probar y comprobar) están llenas de debate y polémica, ¿por qué tantos aceptan sin dudar cada declaración científica sobre acontecimientos que supuestamente ocurrieron hace millones o incluso miles de millones de años?
- La ciencia moderna se basa en la suposición (aparentemente razonable) de que no se pueden utilizar medios sobrenaturales para explicar los acontecimientos naturales. Es decir, no podemos intentar explicar, por ejemplo, una hambruna alegando que una bruja lanzó una maldición sobre la Tierra. Sin embargo, ¿cuáles son las limitaciones de este enfoque cuando se trata del relato de la Creación según se describe en Génesis? En otras palabras, el relato de Génesis fue un acontecimiento puramente sobrenatural. Sin embargo, si descartamos automáticamente lo sobrenatural como medio de creación, entonces, ¿por qué cualquier otro modelo que propongas necesariamente estará equivocado?
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