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Lección 11 – LA BIBLIA Y LA PROFECÍA – Para el 13 de junio de 2020

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Lección 11: Para el 13 de junio de 2020

LA BIBLIA Y LA PROFECÍA

Sábado 6 de junio_______________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Daniel 2:27-45; Juan 14:29; Números 14:34; Daniel 7:1-25; 8:14; 1 Corintios 10:1-13.

PARA MEMORIZAR:

“Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado” (Dan. 8:14).

La profecía bíblica es fundamental para nuestra identidad y misión. La profecía provee un mecanismo interno y externo para confirmar la exactitud de la Palabra de Dios. Jesús dijo: “Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis” (Juan 14:29; ver además Juan 13:19). La pregunta esencial es: ¿Cómo interpretar la profecía correctamente para saber cuándo se ha cumplido?

Durante la Reforma, los reformadores siguieron el método historicista. Este método es el mismo que usaron Daniel y Juan como la clave para su interpretación. El método historicista considera que la profecía tiene un cumplimiento progresivo y continuo en la historia, que comienza en el pasado y termina con el Reino eterno de Dios.

Esta semana, estudiaremos los pilares de la interpretación profética historicista. “Hemos de ver en la historia el cumplimiento de la profecía, estudiar las intervenciones de la Providencia en los grandes movimientos de reforma y entender la progresión de los eventos que culminan en la reunión de las naciones para la última batalla del gran conflicto” (TI 8:321).

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cristo anunció a sus discípulos lo que les esperaba en su trabajo de evangelización. Sabía cuáles serían sus sufrimientos, y cuáles las pruebas y tribulaciones que tendrían que sobrellevar. No quiso ocultarles lo que iba a sucederles, no fuese que las dificultades, al sobrevenir repentinamente, hiciesen vacilar su fe. «Y ahora os lo he dicho antes que suceda –dice él-, para que cuando suceda, creáis». Juan 14:29. La prueba, en vez de minar su fe, debía afirmarla. Unos a otros debían repetirse: »Nos había dicho que esto vendría y cómo hacerle frente» (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 189).

Al pronunciar el ay sobre Judas, Cristo tenía también un propósito de misericordia para con sus discípulos. Les dio así la evidencia culminante de su carácter de Mesías. «Os lo digo antes que se haga –dijo-, para que cuando se hiciere, creáis que yo soy». Si Jesús hubiese guardado silencio, en aparente ignorancia de lo que iba a sobrevenirle, los discípulos podrían haber pensado que su Maestro no tenía previsión divina, y que había sido sorprendido y entregado en las manos de la turba homicida. Un año antes, Jesús había dicho a los discípulos que había escogido a doce, y que uno de ellos era diablo. Ahora las palabras que había dirigido a Judas demostraban que su Maestro conocía plenamente su traición e iban a fortalecer la fe de los discípulos fieles durante su humillación. Y cuando Judas hubiese llegado a su horrendo fin, recordarían el ay pronunciado por Jesús sobre el traidor.

El Salvador tenía otro propósito aún. No había privado de su ministerio a aquel que sabía era el traidor. Los discípulos no comprendieron sus palabras cuando dijo, mientras les lavaba los pies: »No estáis limpios todos», ni tampoco cuando declaró en la mesa: «El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar». Pero más tarde, cuando su significado quedó aclarado, vieron allí pruebas de la paciencia y misericordia de Dios hacia el que más gravemente pecara (El Deseado de todas las gentes, pp. 611,612).

Mientras se burlaban del Salvador, los hombres que profesaban ser expositores de la profecía repetían las mismas palabras que la Inspiración había predicho que pronunciarían en esta ocasión. Sin embargo, en su ceguera, no vieron que estaban cumpliendo la profecía. Los que con irrisión dijeron: «Confió en Dios: líbrele ahora si le quiere: porque ha dicho: Soy Hijo de Dios», no pensaron que su testimonio repercutiría a través de los siglos. Pero aunque fueron dichas en son de burla, estas palabras indujeron a los hombres a escudriñar las Escrituras como nunca lo habían hecho antes. Hombres sabios oyeron, escudriñaron, reflexionaron y oraron. Hubo quienes no descansaron hasta que, por la comparación de un pasaje de la Escritura con otro, vieron el significado de la misión de Cristo (El Deseado de todas las gentes, pp. 696, 697).

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Lección 11 | Domingo 7 de junio_______________________________________________

EL HISTORICISMO Y LA PROFECÍA

El método básico que los Adventistas del Séptimo Día aplican para estudiar las profecías se llama historicismo. Es la idea de que muchas de las profecías más importantes de la Biblia siguen un flujo lineal ininterrumpido de la historia, desde el pasado hasta el presente y hacia el futuro. Se asemeja a la forma de estudiar historia en la escuela. Lo hacemos de esta manera porque así es como la Biblia interpreta estas profecías para nosotros.

Lee Daniel 2:27 al 45. ¿Qué aspectos del sueño indican una sucesión continua e ininterrumpida de poderes a lo largo de la historia? ¿De qué manera la Biblia nos muestra cómo interpretar la profecía apocalíptica (del tiempo del fin)?

Daniel 2:27-45

27 Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. 28 Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama: 29 Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. 30 Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. 31 Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. 32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; 33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. 36 Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey. 37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. 38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. 39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. 40 Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. 41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. 42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. 43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. 44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, 45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.

Fíjate que el reino de Nabucodonosor se reconoce como la cabeza de oro. De este modo, Daniel identifica a Babilonia como el primer reino (Dan. 2:38). Entonces, Daniel dice: “Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino” (Dan. 2:39), y luego un cuarto (Dan. 2:40). El hecho de que estén sucesivamente uno tras otro, sin espacios, está igualmente implícito en la imagen, ya que cada uno de los reinos está representado en las partes de un cuerpo mayor que va desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Están conectados, así como el tiempo y la historia también están conectados.

En Daniel 7 y 8, en vez de una imagen, se utilizan símbolos de bestias específicas, pero la enseñanza es la misma. Se nos da una secuencia ininterrumpida de cuatro reinos terrenales (tres en Dan. 8). Comienzan en la antigüedad, atraviesan la historia hasta el presente y continúan en el futuro, cuando Cristo regrese y Dios establezca su Reino eterno.

De este modo, la imagen de Daniel 2 y las visiones sucesivas de Daniel 7 y 8 proveyeron la base para la interpretación profética historicista protestante, que los Adventistas del Séptimo Día aún mantienen en la actualidad.

Lee Juan 14:29. ¿Qué dice Jesús que nos ayuda a entender cómo puede funcionar la profecía?

Juan 14:29

29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.

¿Qué gran ventaja tenemos los que vivimos en la actualidad, cuando ya ha transcurrido tanta historia, con respecto a alguien que vivió en los tiempos de Babilonia?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Hay un estudio de la historia que no se ha de condenar. La historia sagrada era una de las asignaturas en las escuelas de los profetas. En el registro de sus relaciones con las naciones se trazaban las pisadas de Jehová. Asimismo, hoy hemos de considerar las relaciones de Dios con las naciones de la tierra. Hemos de ver en la historia el cumplimiento de la profecía, estudiar las intervenciones de la Providencia en Los grandes movimientos de reforma, y entender La progresión de los eventos que culminan en la reunión de las naciones para la última batalla del gran conflicto (Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 321).

Hay en las Escrituras algunas cosas que son difíciles de comprender y que, según el lenguaje de Pedro, los ignorantes e inestables tuercen para su propia perdición. Tal vez no podamos en esta vida explicar el significado de todo pasaje de la Escritura; pero no hay puntos de verdad práctica que hayan de quedar envueltos en el misterio. Cuando llegue el momento en que, según la providencia de Dios, el mundo deba ser probado respecto de la verdad para este tiempo, su Espíritu inducirá a las mentes a escudriñar las Escrituras, aun con ayuno y oración, hasta que descubran eslabón tras eslabón, y los unan en una cadena perfecta. Todo hecho que se relacione directamente con la salvación de las almas quedará tan claro que nadie necesitará errar ni andar en las tinieblas.

A medida que hemos seguido la cadena de la profecía, se ha visto claramente y explicado la verdad revelada para nuestro tiempo. Somos responsables de los privilegios que disfrutamos y de la luz que resplandece sobre nuestra senda. Los que vivieron en generaciones pasadas fueron responsables de la luz que se dejó brillar sobre ellos. Su mente se preocupó con respecto a diferentes puntos de La Escritura que los probaban. Pero no comprendían las verdades que nosotros comprendemos. No fueron responsables de la luz que no recibieron. Tuvieron la Biblia como nosotros; pero el tiempo en que debía revelarse la verdad especial relacionada con las escenas finales de la historia de esta tierra había de coincidir con las últimas generaciones que iban a vivir en la tierra (Testimonios para la iglesia, t. 2, pp. 609, 610).

En su vasta gama de estilo y temas, la Biblia tiene algo para interesar a cada mente y atraer cada corazón. Sus páginas encierran historia antiquísima; biografías fieles a la vida; principios de gobierno para regir al estado y gobernar la casa, principios que la sabiduría humana nunca ha conseguido igualar. Contiene la más profunda filosofía, la poesía más dulce y sublime, apasionada y patética. Los escritos de la Biblia, aun considerados de esta manera, son inconmensurablemente superiores en valor a las producciones de cualquier autor humano, pero considerados en su relación con su gran pensamiento central, son de alcance infinitamente más amplio, de valor infinitamente mayor. Desde este punto de vista, cada tema adquiere nuevo significado. En las verdades más sencillamente enunciadas se encierran principios tan altos como el cielo, y que abarcan la eternidad (La educación, p. 125).

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Lunes 8 de junio | Lección 11__________________________________________________

EL PRINCIPIO DE DÍA POR AÑO

Una de las claves interpretativas del historicismo es el principio de día por año. Muchos eruditos, a lo largo de los siglos, aplicaron este principio a las profecías de tiempo de Daniel y Apocalipsis. Ellos extrajeron el principio de varios textos clave y del contexto inmediato de las profecías mismas.

Lee Números 14:34 y Ezequiel 4:6. ¿Cómo enuncia Dios el principio de día por año en estos versículos específicos?

Números 14:34

34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.

Ezequiel 4:6

Cumplidos éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado.

En estos pasajes, podemos ver muy claramente la idea del principio de día por año. Pero ¿cómo justificamos el uso de este principio con algunas de las profecías de tiempo, como en Daniel 7:25 y Daniel 8:14, así como en Apocalipsis 11:2 y 3; 12:6 y 14; y 13:5?

Otros tres elementos respaldan el principio de día por año en estas profecías de Daniel y Apocalipsis: el uso de símbolos, los largos espacios de tiempo y algunas expresiones peculiares.

En primer lugar, la naturaleza simbólica de las bestias y los cuernos que representan reinos sugiere que las expresiones temporales también deben interpretarse como simbólicas. Las bestias y los cuernos no deben tomarse literalmente. Son símbolos de otra cosa. Por lo tanto, debido a que el resto de la profecía es simbólica, no literal, ¿por qué deberíamos tomar como literales solo las profecías de tiempo? La respuesta es, por supuesto, que no deberíamos.

En segundo lugar, muchos de los acontecimientos y los reinos representados en las profecías cubren un lapso de muchos siglos, lo que sería imposible si las profecías de tiempo que los representan se tomaran literalmente. Una vez que se aplica el principio de día por año, el tiempo se ajusta a los acontecimientos de una manera notablemente precisa.

Finalmente, las expresiones peculiares utilizadas para designar estos períodos sugieren una interpretación simbólica. En otras palabras, las formas en que el tiempo se expresa en estas profecías (p. ej., “dos mil trescientas tardes y mañanas”, de Dan. 8:14) no son las formas normales de expresar el tiempo, lo que indica que los períodos que se muestran deben tomarse en forma simbólica, no literal.

Observa la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:24 al 27. Leemos que “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe” (Dan. 9:25), habrá literalmente 69 semanas, o solo un año, 4 meses y una semana. Si esta profecía se la interpretara literalmente, no tendría sentido, ¿verdad? Sin embargo, ¿qué sucede cuando aplicamos el principio bíblico de día por año, y las 70 semanas se convierten en 490 años?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El mensaje evangélico, tal como lo daba el Salvador mismo, se basaba en las profecías. El «tiempo» que él declaraba cumplido, era el período dado a conocer a Daniel por el ángel Gabriel. «Setenta semanas-dijo el ángel-están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos». Daniel 9:24. En la profecía, un día representa un año. Ver Números 14:34; Ezequiel 4:6. Las setenta semanas, o cuatrocientos noventa días, representaban cuatrocientos noventa años. Y se había dado un punto de partida para este período: «Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas», (Daniel 9:25) sesenta y nueve semanas, es decir, cuatrocientos ochenta y tres años. La orden de restaurar y edificar a Jerusalén, completada por el decreto de Artajerjes Longímano, (ver Esdras 6:14; 7:1, 9) entró a regir en el otoño del año 457 antes de C. Desde ese tiempo, cuatrocientos ochenta y tres años llegan hasta el otoño del año 27 de J. C. Según la profecía, este período había de llegar hasta el Mesías, el Ungido. En el año 27 de nuestra era, Jesús, en ocasión de su bautismo, recibió la unción del Espíritu Santo, y poco después empezó su ministerio. Entonces fue proclamado el mensaje: «El tiempo es cumplido» (El Deseado de todas las gentes, p. 200).

Las grandes verdades reveladas por la palabra del Redentor están destinadas a aquellos que investigan la verdad para encontrar los tesoros escondidos. Daniel era un hombre de edad. Su vida había transcurrido entre las fascinaciones de una corte pagana, y su mente estaba fatigada con los asuntos de un gran imperio. Sin embargo, él se aparta de todas estas cosas para afligir su alma delante de Dios, y buscar un conocimiento de los propósitos del Altísimo. Y en respuesta a sus súplicas, se le envía luz de las cortes del cielo, destinada a aquellos que vivieran en los días finales. ¡Con qué fervor, pues, debiéramos buscar a Dios, a fin de que él nos abra nuestro entendimiento para comprender las verdades que nos fueron traídas del cielo! (La edificación del carácter, p. 48).

Estamos viviendo en medio de las escenas finales de la historia de esta tierra. Las profecías se están cumpliendo rápidamente. Están transcurriendo velozmente las horas del tiempo de gracia. No tenemos tiempo que perder, ni un momento. No seamos hallados durmiendo en la guardia. Nadie diga en su corazón o por sus obras: «Mi Señor se tarda en venir». Resuene el mensaje del pronto regreso de Cristo en fervientes palabras de advertencia. Persuadamos a hombres y mujeres por doquiera a arrepentirse y huir de la ira venidera. Despertémoslos para que se preparen inmediatamente porque muy poco sabemos de lo que nos espera (Testimonios para la iglesia, t. 8, pp. 263, 264).

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Lección 11 | Martes 9 de junio_________________________________________________

IDENTIFICACIÓN DEL CUERNO PEQUEÑO

Durante siglos, los reformadores protestantes identificaron el poder del cuerno pequeño de Daniel 7 y 8 como la iglesia romana. ¿Por qué?

Lee Daniel 7:1 al 25 y 8:1 al 13. ¿Cuáles son las características comunes del cuerno pequeño en ambos capítulos? ¿Cómo podemos identificarlo?

Daniel 7:1-25

1 En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y relató lo principal del asunto. Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar. Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre. Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne. Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio. Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. 10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. 11 Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. 12 Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. 13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. 15 Se me turbó el espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron. 16 Me acerqué a uno de los que asistían, y le pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me habló, y me hizo conocer la interpretación de las cosas. 17 Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. 18 Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre. 19 Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; 20 asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros. 21 Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, 22 hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. 23 Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. 24 Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. 25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.

Daniel 8:1-13

1 En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apareció una visión a mí, Daniel, después de aquella que me había aparecido antes. Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai. Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos. Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder. Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo. Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. 10 Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. 11 Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. 12 Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. 13 Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?

Hay siete características comunes entre el cuerno pequeño de Daniel 7 y 8: (1) se describe a ambos como un cuerno; (2) ambos son poderes perseguidores (Dan. 7:21, 25; 8:10, 24); (3) ambos se exaltan a sí mismos y son blasfemos (Dan. 7:8, 20, 25; 8:10, 11, 25); (4) ambos atacan al pueblo de Dios (Dan. 7:25; 8:24); (5) el tiempo profético delinea aspectos de la actividad de ambos (Dan. 7:25; 8:13, 14); (6) ambos se extienden hasta el fin del tiempo (Dan. 7:25, 26; 8:17, 19); y (7) ambos serán destruidos en forma sobrenatural (Dan. 7:11, 26; 8:25).

La historia identifica al primer reino como Babilonia (Dan. 2:38); al segundo, como Medopersia (Dan. 8:20); y al tercero, como Grecia (Dan. 8:21). La historia es inequívoca: después de estos imperios mundiales viene Roma.

En Daniel 2, el hierro que representa a Roma continúa en los pies de hierro mezclado con barro cocido; es decir, hasta el fin de los tiempos. El cuerno pequeño de Daniel 7 surge de la cuarta bestia, pero sigue siendo parte de esta cuarta bestia.

¿Qué poder salió de Roma y continuó con su influencia político-religiosa durante al menos 1.260 años (ver Dan. 7:25)? Solo un poder encaja con la historia y la profecía: el Papado. El Papado llegó al poder entre las diez tribus bárbaras de Europa y eliminó a tres de ellas (Dan. 7:24). El Papado era “diferente de los primeros” (Dan. 7:24), lo que indica su singularidad en comparación con las otras tribus. El Papado hablaba “palabras contra el Altísimo” (Dan. 7:25) y “se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos” (Dan. 8:11) al usurpar el papel de Jesús y reemplazarlo por el del Papa. El Papado cumplió la predicción de perseguir a “los santos del Altísimo” (Dan. 7:25) y de echar por tierra a “parte del ejército” (Dan 8:10) durante la Contrarreforma cuando los protestantes fueron masacrados. El Papado procuró “cambiar los tiempos y la ley” (Dan. 7:25) al eliminar el segundo Mandamiento y cambiar el día de reposo del sábado al domingo.

En Daniel 2, 7 y 8, después de Grecia, surge un poder que existe hasta el fin. ¿Qué otro poder podría ser ese aparte de Roma, ahora en su etapa papal? Por más políticamente incorrecta que sea, ¿por qué esta es una enseñanza vital del mensaje de los tres ángeles y, por lo tanto, un componente vital de la Verdad Presente?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El agente principal de Satanás al guerrear contra Cristo y su pueblo durante los primeros siglos de la era cristiana, fue el Imperio Romano, en el cual prevalecía la religión pagana. Así que si bien el dragón representa primero a Satanás, en sentido derivado es un símbolo de la Roma pagana.

En el capítulo 13 [de Apocalipsis] (versículos 1-10, VM), se describe otra bestia, «parecida a un leopardo», a la cual el dragón dio «su poder y su trono, y grande autoridad». Este símbolo, como lo han creído la mayoría de los protestantes, representa al papado, el cual heredó el poder y la autoridad del antiguo Imperio Romano. Se dice de la bestia parecida a un leopardo: «Le fue dada una boca que hablaba cosas grandes, y blasfemias… Y abrió su boca para decir blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y a los que habitan en el cielo. Y Je fue permitido hacer guerra contra los santos, y vencerlos: y le fue dada autoridad sobre toda tribu, y pueblo, y lengua, y nación». Esta profecía, que es casi la misma que la descripción del cuerno pequeño en Daniel 7, se refiere sin duda al papado (El conflicto de los siglos, p. 434).

La Iglesia Católica le pone actualmente al mundo una cara apacible, y presenta disculpas por sus horribles crueldades. Se ha puesto vestiduras como las de Cristo; pero en realidad no ha cambiado. Todos los principios formulados por el papismo en edades pasadas subsisten en nuestros días. Las doctrinas inventadas en los siglos más tenebrosos siguen profesándose aún. Nadie se engañe. El papado que los protestantes están ahora tan dispuestos a honrar, es el mismo que gobernaba al mundo en tiempos de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro de sus vidas para denunciar la iniquidad de él… Su espíritu no es hoy menos cruel ni despótico que cuando destruía la libertad humana y mataba a los santos del Altísimo.

El papado es precisamente lo que la profecía declaró que sería: la apostasía de los postreros días. 2 Tesalonicenses 2:3, 4. Forma parte de su política asumir el carácter que le permita realizar mejor sus fines; pero bajo la apariencia variable del camaleón oculta el mismo veneno de la serpiente (El conflicto de los siglos, p. 558).

Hemos llegado al período predicho en estos pasajes. El tiempo del fin ha llegado, las visiones de los profetas están deselladas, y sus solemnes amonestaciones nos indican que la venida de nuestro Señor en gloria está cercana.

Los judíos interpretaron erróneamente y aplicaron mal la palabra de Dios, y no reconocieron el tiempo de su visitación. Esos años del ministerio de Cristo y sus apóstoles -los preciosos últimos años de gracia concedidos al pueblo escogido- los dedicaron a tramar la destrucción de los mensajeros del Señor. Las ambiciones terrenales los absorbieron, y el ofrecimiento del reino espiritual les fue hecho en vano. Así también hoy el reino de este mundo absorbe los pensamientos de los hombres, y no toman nota de las profecías que se cumplen rápidamente y de los indicios de que el reino de Dios llega presto (El Deseado de todas las gentes, p. 202).

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Miércoles 10 de junio | Lección 11_____________________________________________

EL JUICIO INVESTIGADOR

El bosquejo profético estudiado esta semana ha encontrado un apoyo abrumador entre los historicistas protestantes desde la Reforma. Pero no fue hasta el movimiento millerita a principios del siglo XIX que los 2.300 días y el Juicio Investigador fueron cuidadosamente reconsiderados y estudiados. Mira el siguiente cuadro:

Daniel 7 Daniel 8
Babilonia (león) No aparece en este capítulo
Medopersia (oso) Medopersia (carnero)
Grecia (leopardo) Grecia (macho cabrío)
Roma pagana (cuarta bestia) Roma pagana (el cuerno avanza horizontalmente)
Roma papal (cuerno pequeño) Roma papal (el cuerno avanza verticalmente)

Lee Daniel 7:9 al 14; y 8:14 y 26. ¿Qué ocurre en el cielo según muestran estos versículos?

Daniel 7:9-14

Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. 10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. 11 Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. 12 Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. 13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.

Daniel 8:14-26

14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. 15 Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. 16 Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión. 17 Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. 18 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. 19 Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. 20 En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. 21 El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero. 22 Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él. 23 Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. 24 Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. 25 Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana. 26 La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días.

Después del período de persecución medieval, que terminó en 1798 con la captura y la reclusión del Papa por parte del general Berthier (Apoc. 13:3), Daniel 7 y 8 hablan de juicio. El Juicio se llevará a cabo en el cielo, donde “el Juez se sentó” (Dan. 7:10) y “con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días” (Dan. 7:13). Esta es una escena de juicio que ocurre después de 1798 y antes de la segunda venida de Jesús.

Esta escena de juicio en Daniel 7 es directamente análoga a la purificación del Santuario en Daniel 8:14. Hablan de lo mismo. Según Daniel 8:14, el tiempo de esta “purificación del santuario”, que es la terminología del Día de la Expiación, es de 2.300 tardes-mañanas, o días. Con el principio de día por año, estos días representan 2.300 años.

El punto de partida de los 2.300 años se encuentra en Daniel 9:24, en el que la profecía de las 70 semanas (490 años) está chatak, “cortada” o “determinada”, de la visión de los 2.300 días (Dan. 9:24). De hecho, muchos eruditos consideran acertadamente que la profecía de 2.300 días (años) de Daniel 8:14 y la profecía de las 70 semanas (490 años) de Daniel 9:24 al 27 son dos partes de una profecía. El siguiente versículo de la profecía de las 70 semanas, Daniel 9:25, indica el comienzo del período: “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén”. La fecha para este hecho es “el séptimo año del rey Artajerjes” (Esd. 7:7), o 457 a.C. Si contamos 2.300 años hacia delante, llegamos a 1844, que no es mucho después de 1798 y antes de la segunda venida de Jesús. Esto es cuando Jesús entró en el Lugar Santísimo y comenzó su obra de intercesión, de purificación del Santuario celestial. Observa la tabla en el estudio del viernes.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Siguiendo la regla que se había impuesto, de dejar que las Sagradas Escrituras se interpretasen a sí mismas, Miller llegó a saber que un día en la profecía simbólica representa un año (Números 14:34; Ezequiel 4:6); vio que el período de los 2.300 días proféticos, o años literales, se extendía mucho más allá del fin de la era judaica, y que por consiguiente no podía referirse al santuario de aquella economía. Miller aceptaba la creencia general de que durante la era cristiana la tierra es el santuario, y dedujo por consiguiente que la purificación del santuario predicha en (Daniel 8:14) representaba la purificación de la tierra con fuego en el segundo advenimiento de Cristo. Llegó pues a la conclusión de que si se podía encontrar el punto de partida de los 2.300 días, sería fácil fijar el tiempo del segundo advenimiento (El conflicto de los siglos, p. 324).

El servicio del sacerdote durante el año en el primer departamento del santuario, «adentro del velo» que formaba la entrada y separaba el Lugar Santo del atrio exterior, representa la obra y el servicio a que dio principio Cristo al ascender al cielo. La obra del sacerdote en el servicio diario consistía en presentar ante Dios la sangre del holocausto, como también el incienso que subía con las oraciones de Israel. Así es como Cristo ofrece su sangre ante el Padre en beneficio de los pecadores, y así es como presenta ante él, además, junto con el precioso perfume de su propia justicia, las oraciones de los creyentes arrepentidos. Tal era la obra desempeñada en el primer departamento del santuario en el cielo…

Este ministerio siguió efectuándose durante dieciocho siglos en el primer departamento del Santuario. La sangre de Cristo, ofrecida en beneficio de los creyentes arrepentidos, les aseguraba perdón y aceptación cerca del Padre, pero no obstante sus pecados permanecían inscritos en los libros de registro. Como en el servicio típico había una obra de expiación al fin del año, así también, antes de que la obra de Cristo para la redención de los hombres se complete, queda por hacer una obra de expiación para quitar el pecado del Santuario. Este es el servicio que empezó cuando terminaron los 2.300 días. Entonces, así como lo había anunciado Daniel el profeta, nuestro Sumo Sacerdote entró en el Lugar Santísimo, para cumplir la última parte de su solemne obra: la purificación del Santuario…

Así como la purificación típica de lo terrenal se efectuaba quitando los pecados con los cuales había sido contaminado, así también la purificación real de lo celestial debe efectuarse quitando o borrando los pecados registrados en el cielo. Pero antes de que esto pueda cumplirse deben examinarse los registros para determinar quiénes son los que, por su arrepentimiento del pecado y su fe en Cristo, tienen derecho a los beneficios de la expiación cumplida por él. La purificación del Santuario implica por lo tanto una obra de investigación, una obra de juicio. Esta obra debe realizarse antes de que venga Cristo para redimir a su pueblo, pues cuando venga, su galardón está con él, para que pueda otorgar la recompensa a cada uno según haya sido su obra. Apocalipsis 22:12 (El conflicto de los siglos, pp. 415,416).

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Lección 11 | Jueves 11 de junio_________________________________________________

LA TIPOLOGÍA COMO PROFECÍA

Los símbolos de las profecías apocalípticas, como los que se encuentran en Daniel y Apocalipsis, tienen un cumplimiento único. Por ejemplo, el macho cabrío encontró su cumplimiento en Grecia, un reino singular (Dan. 8:21). ¡Al fin y al cabo, el texto lo menciona directamente! ¿Podría ser más evidente?

Sin embargo, la tipología se centra en personas, hechos o instituciones reales del Antiguo Testamento basados en una realidad histórica, pero que señalan a una realidad mayor en el futuro. El uso de la tipología como método de interpretación se remonta a Jesús y a los autores del Nuevo Testamento, e incluso la encontramos en el Antiguo Testamento. La única guía para reconocer un tipo y un antitipo es cuando un escritor inspirado de las Escrituras los identifica.

Lee 1 Corintios 10:1 al 13. ¿A qué acontecimientos históricos se refiere Pablo al amonestar a la iglesia de Corinto? ¿Qué relación tiene esto con nosotros hoy?

1 Corintios 10:1-13

1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. 10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. 11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

Pablo se remite a la realidad histórica del Éxodo y elabora una tipología basada en la experiencia de los antiguos hebreos en el desierto. De esta manera, Pablo muestra que Dios, quien inspiró a Moisés para registrar estos acontecimientos, quiso que “estas cosas sucedier[a]n como ejemplos para nosotros” (1 Cor. 10:6), y de ese modo amonestaran al Israel espiritual para que resistiera la tentación mientras vivimos en los últimos días.

Lee los siguientes pasajes y escribe el tipo y el cumplimiento del antitipo de cada uno, según lo describen Jesús y los autores del Nuevo Testamento.

Mateo 12:40

40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

Juan 19:36

36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.

Juan 3:14-15

14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Romanos 5:14

14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

Juan 1:29

29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

En cada caso, Jesús y los escritores del Nuevo Testamento aplican el tipo y la interpretación antitípica que permiten resaltar el significado profético. De esta manera, apuntan a un mayor cumplimiento de la realidad histórica.

Piensa en el servicio del Santuario terrenal, que funcionaba como un tipo de todo el plan de salvación. ¿Qué nos enseña esto acerca de la importancia del mensaje del Santuario para nosotros hoy?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La Biblia contiene todos los principios que los hombres necesitan comprender, a fin de prepararse para esta vida o para la venidera. Estos principios pueden ser comprendidos por todos. Nadie que tenga disposición para apreciar su enseñanza puede leer un solo pasaje de la Biblia sin obtener de él algún pensamiento útil. Pero la enseñanza más valiosa de la Biblia no se obtiene por medio de un estudio ocasional o aislado. Su gran sistema de verdad no se presenta de tal manera que pueda descubrirlo el lector apresurado o descuidado. Muchos de sus tesoros están lejos de la superficie, y solo pueden ser obtenidos por medio de una investigación diligente y de un esfuerzo continuo. Las verdades que forman el gran todo deben ser buscadas y reunidas »un poquito allí, otro poquito allá». Isaías 28:10.

Una vez buscadas y reunidas, corresponderán perfectamente unas a otras. Cada Evangelio es un complemento de los demás; cada profecía, una explicación de la otra; cada verdad, el desarrollo de otra verdad. El evangelio explica los símbolos del sistema judaico. Cada principio de la Palabra de Dios tiene su lugar; cada hecho, su relación. Y la estructura completa, tanto en su propósito como en su ejecución, da testimonio de su Autor. Solo el Ser infinito pudo concebir y dar forma a esa estructura (La educación, pp. 123,124).

El Santuario terrenal construido por Moisés por orden de Dios de acuerdo con el modelo que se le mostró en el Monte, era «símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios»; que sus dos lugares santos eran «figuras de las cosas celestiales»; que Cristo, nuestro gran sumo sacerdote, es «ministro del santuario y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre»; y que «no entró Cristo en el Santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios». Hebreos 9:9,23; 8:2; 9:24 (La historia de la redención, pp. 394,395).

La ruina de Jerusalén sería símbolo de la ruina final que abrumará al mundo. Las profecías que se cumplieron en parte en la destrucción de Jerusalén, se aplican más directamente a los días finales. Estamos ahora en el umbral de acontecimientos grandes y solemnes. Nos espera una crisis como jamás ha presenciado el mundo. Tal como a los primeros discípulos, nos resulta dulce la segura promesa de que el reino de Dios se levanta sobre todo. El programa de los acontecimientos venideros está en manos de nuestro Hacedor. La Majestad del cielo tiene a su cargo el destino de las naciones, así como también lo que atañe a la iglesia. El Instructor divino dice a todo instrumento en el desarrollo de sus planes, como dijo a Ciro: «Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste». Isaías 45:5 (El discurso maestro de Jesucristo, p. 102).

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Viernes 12 de junio | Lección 11_______________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee 1844: Hecho simple, de Clifford Goldstein, como un lugar entre tantos para encontrar más material sobre la profecía de los 2.300 días.

Estudia el siguiente cuadro:

Daniel 7 Daniel 8
Babilonia (león) No aparece en este capítulo
Medopersia (oso) Medopersia (carnero)
Grecia (leopardo) Grecia (macho cabrío)
Roma pagana (cuarta bestia) Roma pagana (el cuerno avanza horizontalmente)
Roma papal (cuerno pequeño) Roma papal (el cuerno avanza verticalmente)
Juicio en el cielo Purificación del Santuario celestial

El aspecto central que se debe considerar aquí es que la escena del Juicio de Daniel 7, que tiene lugar después de 1.260 años de persecución (Dan. 7:25), es lo mismo que la purificación del Santuario de Daniel 8:14. Y esta escena de Juicio celestial es lo que conduce, en última instancia, al establecimiento del Reino eterno de Dios al final de la triste historia de esta Tierra caída. Por lo tanto, tenemos poderosas evidencias bíblicas de la gran importancia que las Escrituras le dan a Daniel 8:14 y al acontecimiento que representa.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Repasa Daniel 2. Fíjate con qué claridad se revela el método historicista: una secuencia ininterrumpida de imperios mundiales, que comienza en la antigüedad y termina con el establecimiento del Reino eterno de Dios. Dios nos da la clave para interpretar estas profecías. Sin embargo, ¿qué dice sobre el estado del mundo cristiano el hecho de que muy pocos cristianos empleen el método historicista en la actualidad? ¿Por qué este hecho ayuda a establecer aún más la relevancia del mensaje adventista para el mundo en este tiempo?
  2. ¿Qué tan bien entiendes la profecía los 2.300 días de Daniel 8:14? Si no la entiendes, ¿por qué no te tomas el tiempo necesario para estudiarla y compartirla con la clase? Quizá te sorprendas con la solidez de nuestra interpretación de esta profecía.
  3. Lee Daniel 7:18, 21, 22, 25 y 27. Observa el enfoque en lo que les sucede a los santos. ¿Qué les hace el cuerno pequeño? En contraste, ¿qué hace el Señor por ellos? ¿Cuáles son las buenas noticias para los santos con respecto al Juicio? ¿Qué les da finalmente el Juicio?

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Un pensamiento en “Lección 11 – LA BIBLIA Y LA PROFECÍA – Para el 13 de junio de 2020

  1. excelente leccion, muchas bendiciones

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