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Lección 13 – CÓMO VIVIR DE ACUERDO CON LA PALABRA DE DIOS – Para el 27 de junio de 2020

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Lección 13: Para el 27 de junio de 2020

CÓMO VIVIR DE ACUERDO CON LA PALABRA DE DIOS

Sábado 20 de junio_____________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Filipenses 2:12-16; Lucas 4:4, 8, 10-12; Salmos 37:7; 46:10; 62:1, 2, 5; Colosenses 3:16.

PARA MEMORIZAR:

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Sant. 1:22).

El mejor método para estudiar la Biblia no sirve de nada si no estamos decididos a vivir de acuerdo con lo que aprendemos de las Escrituras. Lo que es válido para la educación en general también lo es para el estudio de la Biblia en particular: aprendemos mejor no solo leyendo o escuchando, sino practicando lo que sabemos. Esta obediencia abre un tesoro lleno de bendiciones divinas que de otro modo nos estarían vedadas, y nos guía por un camino emocionante que transforma la vida para aumentar nuestra comprensión y nuestro conocimiento. Si no estamos dispuestos a cumplir con la Palabra de Dios y no estamos dispuestos a practicar lo que hemos estudiado, no creceremos. Y nuestro testimonio se verá afectado porque nuestra vida no armoniza con nuestras palabras.

Crecemos en gracia y sabiduría mediante modelos inspiradores que nos ilustran lo que significa vivir según la Palabra de Dios. No hay mejor ejemplo que Jesucristo y ninguna fuerza motivadora más poderosa que él. Él nos dio un modelo para seguir. Vivió en plena armonía con la voluntad de Dios.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Juan y Judas representan a los que profesan ser seguidores de Cristo. Ambos discípulos tuvieron las mismas oportunidades de estudiar y seguir al Modelo divino. Ambos estuvieron íntimamente relacionados con Jesús y tuvieron el privilegio de escuchar sus enseñanzas. Cada uno poseía graves defectos de carácter. Y ambos tuvieron acceso a la gracia divina que transforma el carácter. Pero mientras uno en humildad aprendía de Jesús, el otro reveló que no era un hacedor de la palabra, sino solamente un oidor. El uno, destruyendo diariamente el yo y venciendo al pecado, fue santificado por medio de la verdad; el otro, resistiendo al poder transformador de la gracia y dando rienda suelta a sus deseos egoístas, fue reducido a servidumbre por Satanás.

Semejante transformación de carácter como la observada en la vida de Juan, es siempre resultado de la comunión con Cristo. Pueden existir defectos notables en el carácter de una persona, pero cuando llega a ser un verdadero discípulo de Cristo, el poder de la gracia divina le transforma y santifica. Contemplando como por un espejo la gloria del Señor, es transformado de gloria en gloria, hasta que llega a asemejarse a Aquel a quien adora (Los hechos de los apóstoles, p. 446).

Los que no solo oyen sino que hacen las palabras de Cristo ponen de manifiesto en el carácter la operación del Espíritu Santo. El resultado de la obra interna del Espíritu Santo se demuestra en la conducta externa. La vida del cristiano se oculta con Cristo en Dios, y Dios reconoce a los que son suyos declarando: «Vosotros sois mis testigos». Ellos testifican que el poder divino está influyendo en su corazón y dando forma a su conducta. Sus obras dan evidencia de que el Espíritu está actuando en el hombre interior; los que se relacionan con ellos están convencidos de que tienen a Cristo como su modelo.

Los que están en relación con Dios son canales del poder de su Santo Espíritu… La vida interior se manifiesta por la conducta (In Heavenly Places, p. 22; parcialmente en En los lugares celestiales, p. 24).

Muchos que invocan el nombre de Cristo caminan a la luz de las chispas de su propio fuego, en lugar de seguir tras las pisadas de su profeso Maestro. No representan el mismo carácter que Cristo representaba mediante su amor puro y sincero hacia Dios, y su amor para el hombre caído. No aceptan a Dios al pie de la letra, ni identifican sus intereses con Jesucristo. No forman el hábito de tener comunión con Jesús, de tomarlo como su guía y consejero, y por lo tanto no aprenden el oficio de vivir una vida cristiana bien definida.

Los que no se conforman con escuchar las palabras de Cristo, sino que las ponen en práctica, ponen de manifiesto el carácter de la operación del Espíritu Santo. El resultado de la operación interna del Espíritu de Dios se revela en la conducta exterior. La vida del cristiano está escondida con Cristo en Dios… Sus obras revelan que el Espíritu influye sobre el hombre interior; los que se asocian con ellos se convencen de que han elegido a Jesucristo como su modelo (Exaltad a Jesús, p. 118).

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Lección 13 | Domingo 21 de junio______________________________________________

LA PALABRA VIVA DE DIOS Y EL ESPÍRITU SANTO

Estudiar la Palabra de Dios cuidadosamente y con el método apropiado es muy importante. Pero también es importante, y quizás incluso más, que pongamos en práctica lo que aprendimos. El objetivo final de estudiar la Biblia no radica en adquirir un mayor conocimiento, por maravilloso que sea. El objetivo no es que dominemos la Palabra de Dios, sino que la Palabra de Dios nos domine a nosotros, que cambie nuestra vida y nuestra forma de pensar. Eso es lo que importa. Estar dispuestos a vivir la verdad que hemos aprendido significa estar dispuestos a someternos a esa verdad bíblica. Esta decisión a veces implica una lucha intensa, porque estamos librando una batalla sobre quién tendrá la supremacía en nuestro pensamiento y en nuestra vida. Y, al final, solo hay dos bandos para elegir.

Lee Filipenses 2:12 al 16. ¿Qué dicen estos versículos acerca de cómo debemos vivir?

Filipenses 2:12-16

12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.

Sí, Dios obra en nosotros, pero lo hace a través del Espíritu Santo, el único que nos da sabiduría para entender la Santa Biblia. Además, como seres humanos pecaminosos, a menudo nos oponemos a la verdad de Dios y, librados a nuestras propias maquinaciones, no obedeceríamos la Palabra de Dios (Rom. 1:25; Efe. 4:17, 18). Sin el Espíritu Santo, no hay aprecio por el mensaje de Dios. No hay esperanza, no hay confianza, no hay amor en respuesta. Mediante el Espíritu Santo, Dios en verdad “es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil. 2:13).

El Espíritu Santo es un maestro que desea guiarnos a una comprensión más profunda de las Escrituras y a una apreciación gozosa de la Palabra de Dios. Trae la verdad de la Palabra de Dios a nuestra atención y nos da nuevas ideas sobre esas verdades, para que nuestra vida se caracterice por la fidelidad y una obediencia amante a la voluntad de Dios. “Nadie puede explicar la Biblia sin la ayuda del Espíritu Santo. Pero, cuando reciban la Palabra de Dios con corazón humilde y dócil, los ángeles de Dios estarán a su lado para impresionarlos con las evidencias de la verdad” (MS 1:493). De esta manera, las cosas espirituales se interpretan espiritualmente (1 Cor. 2:13, 14) y podemos seguir con alegría la Palabra de Dios “mañana tras mañana” (Isa. 50:4, 5).

Filipenses 2:16 dice que debemos “asi[rn]os de la palabra de vida”. ¿Qué crees que significa eso? Y ¿cómo lo logramos? Ver además Deuteronomio 4:4, que enseña algo similar. ¿Cuál es nuestro papel en todo este proceso?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El Espíritu divino obra por medio de los poderes y facultades otorgados al hombre. Por naturaleza, no estamos capacitados para armonizar nuestros propósitos, deseos e inclinaciones con la voluntad de Dios; pero si tenemos el deseo de que Dios cree en nosotros la voluntad, el Salvador lo efectuará por nosotros, «destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento a la obediencia de Cristo». 2 Corintios 10:5.

El que desea adquirir un carácter fuerte y armónico, el que desea ser un cristiano equilibrado, debe dar todo y hacer todo por Cristo; porque el Redentor no aceptará un servicio a medias. Diariamente debe aprender el significado de la entrega propia. Debe estudiar la Palabra de Dios, aprendiendo su significado y obedeciendo sus preceptos. Así puede alcanzar la norma de la excelencia cristiana: día tras día Dios trabaja con él, perfeccionando el carácter que resistirá el tiempo de la prueba final; y día tras día el creyente está efectuando ante hombres y ángeles un experimento sublime, el cual demuestra lo que el evangelio puede hacer en favor de los seres humanos caídos (Los hechos de los apóstoles, pp. 384, 385).

Los obreros de Dios deben vivir en perfecta sumisión a la voluntad de Dios. Existe el peligro de que obremos en contra de la voluntad de Dios; porque el hombre quiere obrar a su modo, suponiendo que es la mejor forma de cumplir los propósitos del Señor. Pero no podemos actuar a nuestro gusto y manera. Dios debe obrar en nosotros, por nosotros y por medio de nosotros. Debemos ser en las manos de Dios como la arcilla en las del alfarero, para que él nos modele de acuerdo con la semejanza divina.

Nuestros corazones necesitan ser plenamente consagrados a Dios. No tratemos de hacer las cosas a nuestro modo. Dios nos ha dado su verdad para santificar, refinar y ennoblecer plenamente al hombre (Cada día con Dios, p. 63).

Los cristianos deben distinguirse del mundo como los portaestandartes de Dios, que muestren en sus vidas la influencia de la gracia transformadora de Cristo. Se los ha reunido para que se sienten con Cristo en lugares celestiales, para que puedan revelar al mundo, a los ángeles y a los hombres una representación perdurable del mundo eterno. Deben mantener la palabra de vida, advirtiendo a los hombres acerca de las demandas obligatorias de la ley de Dios. Dios quiere que sus siervos sean superiores. Desea que obedezcan sus preceptos que son más elevados que los del mundo: preceptos que son una copia de su carácter…

Dios derramará el poder del Espíritu Santo sobre todos los que quieran colaborar con él en el cultivo de sus dotes y talentos, para que estén en un terreno ventajoso (A fin de conocerle, p. 303).

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Lunes 22 de junio | Lección 13_________________________________________________

APRENDAMOS DE JESÚS

No hay mejor ejemplo para seguir, ni más inspirador, que Jesucristo. Él conocía las Escrituras, y estuvo dispuesto a seguir la Palabra escrita de Dios y cumplirla.

Lee Lucas 4:4, 8 y 10 al 12. ¿Cómo utiliza Jesús las Escrituras para contrarrestar las tentaciones de Satanás? ¿Qué nos dice esto sobre cuán medular debe ser la Biblia para nuestra fe, especialmente en momentos de tentación?

Lucas 4:4, 8 y 10-12

Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.

8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

10 porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; 11 y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. 12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

Jesús conocía bien las Escrituras. Estaba tan íntimamente familiarizado con la Palabra de Dios que podía citarla de memoria. Esta familiaridad con la Palabra escrita de Dios debió haber sido el resultado de un valioso tiempo de calidad con Dios al estudiar las Escrituras.

Si no hubiera sabido las palabras exactas de las Escrituras y el contexto en el que aparecen, podría haber sido engañado fácilmente por el diablo. El mismo diablo citó las Escrituras y las utilizó para sus propósitos engañosos. Por lo tanto, el solo hecho de citar las Escrituras, como lo hizo el diablo, no es suficiente. También es necesario saber qué más tiene que decir la Escritura sobre un tema y saber su significado correcto. Solo esa familiaridad con la Palabra de Dios nos ayudará, como Jesús, a no ser engañados por el adversario de Dios, sino a resistir los ataques de Satanás. Vez tras vez leemos que Jesús abría la mente de sus seguidores para entender la Escritura al remitirlos a lo que “está escrito” (Luc. 24:45, 46; Mat. 11:10; Juan 6:45; y otros). Daba por sentado que quienes leen las Escrituras pueden llegar a comprender correctamente su significado: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” (Luc. 10:26). Para Jesús, lo que está escrito en la Biblia es la norma por la que debemos vivir.

En Juan 7:38, Jesús, el Verbo de Dios hecho carne, les señaló a sus seguidores lo que dice la Escritura. Solo mediante la Biblia sabemos que Jesús es el Mesías prometido. Son las Escrituras las que dan testimonio de él (Juan 5:39). Jesús mismo estuvo dispuesto a cumplir con las Escrituras, la Palabra de Dios puesta por escrito. Si él estuvo dispuesto a hacerlo, ¿qué nos dice esto sobre lo que deberíamos hacer nosotros también?

¿Cuál ha sido tu experiencia al utilizar las Escrituras en tu lucha contra la tentación? Es decir, cuando te viste tentado, ¿comenzaste a leer la Biblia o a citar las Escrituras? ¿Qué sucedió como resultado y qué aprendiste de esa experiencia?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Aquellos que comprenden su debilidad confían en un poder más elevado que el yo, y mientras contemplan a Dios, Satanás no tiene poder contra ellos. Pero aquellos que confían en el yo son fácilmente derrotados. Recordemos que si no prestamos atención a las precauciones que Dios nos da, hay una caída ante nosotros. Cristo no salvará de las heridas a aquel que se coloca por su voluntad en el terreno del enemigo. Deja que el autosuficiente, que actúa como si supiera más que su Señor, siga en su supuesta fortaleza. Luego viene el sufrimiento y una vida inválida, o tal vez la derrota y la muerte.

En la batalla, el enemigo se aprovecha de los puntos más débiles en la defensa de aquellos a quienes ataca. Aquí es donde hace sus asaltos más fieros. El cristiano no debiera tener ningún punto débil en su defensa. Debiera estar protegido por el sostén que las Escrituras dan a aquel que hace la voluntad de Dios. El alma tentada ganará la victoria si sigue el ejemplo de Aquel que hizo frente al tentador con estas palabras: «Escrito está». Puede estar seguro bajo la protección de un «Así dice Jehová» (Nuestra elevada vocación, p. 309).

Satanás llegóse con palabras de la inspiración divina, pues dijo: «Porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra». Pero Jesús le respondió: «Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios». Quería Satanás que Jesús presumiese de la misericordia de su Padre, y arriesgara la vida antes de cumplir su misión. Esperaba que fracasase el plan de salvación, pero este plan estaba cimentado tan profundamente que Satanás no podía entorpecerlo ni desbaratarlo.

Cristo es el ejemplo para todos los cristianos. Cuando la tentación les asalte o se les disputen sus derechos, deben sobrellevarlo pacientemente. No se han de considerar con derecho a pedir al Señor que ostente su poder para darles la victoria sobre sus enemigos, a menos que por ello Dios haya de recibir honra y gloria. Si Jesús se hubiese arrojado al suelo desde las almenas del templo, no hubiera glorificado con ello a su Padre, porque nadie sino Satanás y los ángeles de Dios habrían presenciado aquel acto. Y hubiera sido tentar a Dios para que desplegase su poder ante su más acerbo enemigo. Hubiera sido mostrarse condescendiente con aquel a quien Jesús había venido a vencer (Primeros escritos, p. 156).

El universo celestial había sido testigo de las armas que fueron escogidas por el Príncipe de la vida: las palabras de la Escritura, «escrito está»; y las armas usadas por el príncipe del mundo: la falsedad y el engaño. Ellos habían visto al Príncipe de la vida moverse en líneas rectas de verdad, honestidad e integridad, mientras que el príncipe del mundo ejercía su poder con astucia, hábil secreto, intriga, enemistad y venganza. Habían visto a Aquel que llevaba el estandarte de la verdad sacrificarlo todo, aun su vida para sostener la verdad, mientras que el que llevaba el estandarte de la rebelión continuaba fortaleciendo sus acusaciones contra el Dios de verdad (Reflejemos a Jesús, p. 52).

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Lección 13 | Martes 23 de junio________________________________________________

¿JESÚS VERSUS LAS ESCRITURAS?

Lee Juan 5:45 al 47. ¿Qué poderoso mensaje nos da Jesús acerca de su relación con la Biblia?

Juan 5:45-47

45 No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. 46 Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?

Algunos afirman que cuando Jesús hablaba sus palabras reflejaban un marcado contraste con las palabras de las Escrituras, según se encuentran en el Antiguo Testamento. Dicen que las palabras de Jesús estaban incluso por encima de las palabras de la Biblia.

En el Nuevo Testamento, leemos que Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho […]. Pero yo os digo […]” (Mat. 5:43, 44; comparar con Mat. 5:21, 22, 27, 28, 33, 34, 38, 39). Cuando Jesús pronunció estas famosas palabras en el Sermón del Monte, no trató de desechar ni de abolir el Antiguo Testamento, como afirman algunos intérpretes. Él respondió a varias interpretaciones de las Escrituras y a las tradiciones orales que algunos intérpretes de su época utilizaban para justificar su comportamiento hacia los demás que Dios no toleraba y que nunca ordenó, como aborrecer al enemigo (ver Mat. 5:43).

Jesús de ningún modo abolió el Antiguo Testamento ni disminuyó su autoridad en ninguna medida. Al contrario. El Antiguo Testamento, por cierto, prueba quién es él. Es más, Jesús profundizó el significado de las declaraciones del Antiguo Testamento al señalarnos las intenciones originales de Dios.

Utilizar la autoridad de Jesús para descalificar la Santa Biblia o para denigrar algunas de sus partes como no inspiradas quizá sea una de las críticas más sutiles a las Escrituras, y sin embargo es la más peligrosa, porque se hace en el nombre mismo de Jesús. Tenemos el ejemplo de Jesús de cuánta autoridad le dio a las Escrituras, que, en su época, consistía solo en el Antiguo Testamento. ¿Qué más evidencia necesitamos sobre cómo deberíamos considerar el Antiguo Testamento también?

Lejos de debilitar la autoridad de la Escritura, Jesús siempre la defendió como una guía confiable. De hecho, declara inequívocamente, en el mismo Sermón del Monte: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mat. 5:17). Y sigue diciendo que “cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos” (Mat. 5:19).

¿Cuáles son algunas de las doctrinas clave que, hasta el día de hoy, se fundamentan en el Antiguo Testamento? Piensa, por ejemplo, en la Creación (Gén. 1; 2) y la caída (Gén. 3). ¿Qué otras verdades cristianas primordiales encontramos en el Antiguo Testamento que luego se amplifican en el Nuevo Testamento?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cristo declaró que las verdades del Antiguo Testamento son tan valiosas como las del Nuevo. Cristo fue el Redentor del hombre en el principio del mundo en igual grado en que lo es hoy. Antes de revestir él su divinidad de humanidad y venir a nuestro mundo, el mensaje evangélico fue dado por Adán, Set, Enoc, Matusalén y Noé. Abraham en Canaán y Lot en Sodoma llevaron el mensaje, y de generación en generación fieles mensajeros proclamaron a Aquel que había de venir…

Cuando Cristo deseó revelar a sus discípulos la verdad de su resurrección, comenzó «desde Moisés, y de todos los profetas», y «declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían». Lucas 24:27. Pero es la luz que brilla en el nuevo desarrollo de la verdad la que glorifica lo viejo. Aquel que rechaza o descuida lo nuevo no posee realmente lo viejo. Para él la verdad pierde su poder vital y llega a ser solamente una forma muerta (Exaltad a Jesús, p. 300).

La verdad, tal como se halla en Cristo, puede ser experimentada, pero nunca explicada. Su altura, anchura y profundidad sobrepujan nuestro conocimiento. Podemos esforzar hasta lo sumo nuestra imaginación para ver solo turbiamente la vislumbre de un amor inexplicable, tan alto como los cielos, pero que ha descendido hasta la tierra a estampar la imagen de Dios en todo el género humano.

Sin embargo, nos es posible ver todo lo que podemos soportar de la compasión divina. Esta se descubre al alma humilde y contrita. Entenderemos la compasión de Dios en la misma proporción en que apreciamos su sacrificio por nosotros. Al estudiar la Palabra de Dios con humildad de corazón, el grandioso tema de la redención se abrirá a nuestra investigación. Aumentará en brillo mientras lo contemplemos; y mientras aspiremos a entenderlo, su altura y profundidad irán continuamente en aumento.

Nuestra vida ha de estar unida con la de Cristo; hemos de recibir constantemente de él, participando de él, el pan vivo que descendió del cielo, bebiendo de una fuente siempre fresca, que siempre ofrece sus abundantes tesoros. Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros, permitiendo que nuestros corazones expresen el agradecimiento y la alabanza a él debidos, tendremos una frescura perdurable en nuestra vida religiosa. Nuestras oraciones tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo. Él nos dirá personalmente sus misterios. A menudo nos vendrá un dulce y gozoso sentimiento de la presencia de Jesús. A menudo nuestros corazones arderán dentro de nosotros mientras él se acerque para ponerse en comunión con nosotros como lo hizo con Enoc. Cuando esta es en verdad la experiencia del cristiano, se ven en su vida una sencillez, una humildad, una mansedumbre y bondad de corazón que muestran a todo aquel con quien se relacione que ha estado con Jesús y aprendido de él (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 99, 100).

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Miércoles 24 de junio | Lección 13_____________________________________________

TIEMPO A SOLAS CON LA PALABRA DE DIOS

Nuestra vida tiende a ser agitada, y llena de tensión y estrés. A veces tenemos que trabajar mucho, solo para sobrevivir y poner comida en la mesa. Otras veces, incluso cuando tenemos cubiertas las necesidades básicas de la vida, nos atosigamos porque queremos cada vez más. Queremos las cosas que creemos que nos harán sentir felices y realizados. Pero, como nos advierte Salomón en el libro de Eclesiastés, eso no siempre es así.

Cualquiera que sea la razón, quizás estemos tremendamente ocupados en nuestra vida, por lo que es muy fácil desplazar a Dios en medio del ajetreo. No es que no creamos en él, sino que simplemente no pasamos tiempo de calidad leyendo, orando y acercándonos al Señor “en cuya mano está tu vida” (Dan. 5:23). Podemos estar demasiado distraídos con otras cosas como para pasar tiempo de calidad con Dios. Todos necesitamos momentos en los que deliberadamente reduzcamos la velocidad para encontrarnos con el que es nuestro Salvador, Jesús. ¿Cómo puede hablarnos el Espíritu Santo si no hacemos una pausa para escuchar? En el momento especial a solas con Dios, en la lectura de su Palabra y en la comunicación de la oración está la fuente de nuestra vida espiritual.

Lee Salmos 37:7; 46:10; y 62: 1, 2 y 5. ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre pasar tiempo a solas con Dios? ¿Por qué es tan importante este tiempo a solas con Dios?

Salmos 37:7

Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.

Salmos 46:10

10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

Salmos 62: 1-2 y 5

1 En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación. 2 El solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no resbalaré mucho.

Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.

Si amas a alguien, disfrutas pasar tiempo a solas con ese ser amado. Elige un lugar en el que puedas leer y reflexionar sobre la Palabra de Dios sin interrupciones. En nuestra vida agitada, esto puede tener éxito solo si deliberadamente reservas un tiempo específico para este encuentro. A menudo, el comienzo del día es ideal para estos minutos de tranquilidad y reflexión. Esos momentos antes de que comience el día de trabajo pueden convertirse en una bendición para el resto del día, porque los valiosos pensamientos que obtienes te acompañarán durante muchas horas. Pero, sé creativo para hallar el tiempo de calidad adecuado que necesitas para encontrarte con Dios sin interrupciones.

Estar conectado con el Dios viviente de la Biblia mediante la oración afecta tu vida como ninguna otra cosa. Con el tiempo, esto contribuirá a que seas más semejante a Jesús.

¿Cuán deliberado eres al hacerte un tiempo para pasar a solas con el Señor? ¿Cómo son esos tiempos y cómo te ayudan a conocer aún mejor la realidad y el amor de Dios?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La vida en Cristo es una vida de reposo. Tal vez no haya éxtasis de los sentimientos, pero debe haber una confianza continua y apacible. Tu esperanza no se cifra en ti mismo, sino en Cristo. Tu debilidad está unida a su fuerza, tu ignorancia a su sabiduría, tu fragilidad a su eterno poder. Así que no has de mirar a ti mismo ni depender de ti, sino mirar a Cristo. Piensa en su amor, en la belleza y perfección de su carácter. Cristo en su abnegación, Cristo en su humillación, Cristo en su pureza y santidad, Cristo en su incomparable amor: tal es el tema que debe contemplar el alma. Amándole, imitándole, dependiendo enteramente de El, es como serás transformado a su semejanza.

El Señor dice: «Permaneced en mí». Estas palabras expresan una idea de descanso, estabilidad, confianza. También nos invita: «¡Venid a mí… y os daré descanso!» Mateo 11:28. Las palabras del salmista hacen resaltar el mismo pensamiento: «Confía calladamente en Jehová, y espérale con paciencia». E Isaías asegura que «en quietud y en confianza será vuestra fortaleza». Salmo 37:7; Isaías 30:15. Este descanso no se obtiene en la inactividad; porque en la invitación del Salvador la promesa de descanso va unida con un llamamiento a trabajar: «Tomad mi yugo sobre vosotros, y… hallaréis descanso». Mateo 11:29. El corazón que más plenamente descansa en Cristo es el más ardiente y activo en el trabajo para él (El camino a Cristo, pp. 70, 71).

Frecuentemente, cuando teníamos que vemos en situaciones de apremio, pasábamos toda la noche en oración ferviente y agonizante, con lágrimas, en busca de la ayuda de Dios y de luz que resplandeciera sobre su Palabra. Cuando llegaba la luz y las nubes habían sido rechazadas, ¡qué gozo y qué felicidad agradecida descansaba sobre los ansiosos y fervientes investigadores! Nuestra gratitud a Dios era tan completa como había sido nuestro ferviente y anhelante clamor por luz. Algunas noches no podíamos dormir porque nuestros corazones estaban desbordando de amor y gratitud a Dios (Testimonios para la iglesia, t. 3, pp. 358, 359).

En una vida dedicada por completo a hacer bien a los demás, el Salvador creía necesario dejar a veces su incesante actividad y el contacto con las necesidades humanas, para buscar retiro y comunión no interrumpida con su Padre. Al marcharse la muchedumbre que le había seguido, se fue él al monte, y allí, a solas con Dios, derramó su alma en oración por aquellos dolientes, pecaminosos y necesitados.

Al decir Jesús a sus discípulos que la mies era mucha y pocos los obreros, no insistió en que trabajaran sin descanso, sino que les mandó: «Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies». Mateo 9:38. Y hoy también el Señor dice a sus obreros fatigados lo que dijera a sus primeros discípulos: «Venid vosotros aparte… y reposad un poco» (El ministerio de curación, p. 36).

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Lección 13 | Jueves 25 de junio_________________________________________________

LA MEMORIA Y EL CANTO

“En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Sal. 119:11).

Memorizar las Escrituras trae bendiciones multiplicadas. Cuando conservamos pasajes preciosos de la Palabra de Dios en nuestra mente, podemos dar nueva vida a lo que aprendimos de memoria y aplicarlo en circunstancias nuevas y cambiantes. De esa manera, la Biblia impacta directamente en nuestro pensamiento y nuestras decisiones, e influye en nuestros valores y comportamiento. Memorizar las Escrituras da vida a la Biblia en nuestra experiencia diaria. Además, nos ayuda a adorar a Dios y a vivir una vida fiel, de acuerdo con las Escrituras.

Recordar las Escrituras palabra por palabra es una tremenda protección contra los engaños y las falsas interpretaciones. Aprender las Escrituras de memoria nos permite citarlas, incluso cuando no tenemos una Biblia a mano. Esto puede convertirse en un tremendo poder para el bien en situaciones en que surgen tentaciones o cuando nos enfrentamos a desafíos adversos. Recordar las promesas de Dios, y fijar nuestra mente en la Palabra de Dios antes que en nuestros problemas, eleva nuestros pensamientos a Dios, quien tiene mil maneras de ayudarnos cuando nosotros no vemos ninguna.

Lee Efesios 5:19 y Colosenses 3:16. Cantar la Palabra de Dios, ¿cómo puede establecerla y fortalecerla en nuestra mente?

Efesios 5:19

19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;

Colosenses 3:16

16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.

Entonar las palabras de la Biblia también puede ser una forma poderosa de memorizar pasajes de las Escrituras. Al cantar, recordamos más fácilmente las palabras de la Biblia. Combinar las palabras de las Escrituras con bellas melodías las arraigará en nuestros pensamientos con mayor firmeza y será una forma efectiva de disipar los estados de ánimo ansiosos. Niños y adultos por igual fácilmente pueden entonar y memorizar pasajes de las Escrituras relacionados con melodías sencillas pero armoniosas. Las Escrituras fueron la inspiración para numerosos oratorios, sinfonías y otras obras musicales de fama mundial que han dado forma a la cultura cristiana y la han influenciado a lo largo de los siglos. Las composiciones que elevan nuestra mente y dirigen nuestros pensamientos a Dios y su Palabra son una bendición maravillosa y una influencia positiva en nuestra vida.

“La música forma parte del culto tributado a Dios en los atrios celestiales, y en nuestros cánticos de alabanza deberíamos procurar aproximarnos tanto como sea posible a la armonía de los coros celestiales” (PP 645).

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Debería haber un interés vivo y creciente en llenar la mente de la verdad bíblica. El precioso conocimiento así adquirido erigirá una barrera en derredor del alma, de manera que aunque esté acosada por la tentación tendrá una firme confianza en Jesús por medio del conocimiento de Aquel que nos ha llamado a su gloria y virtud (Consejos sobre la obra de la escuela sabática, pp. 38, 39).

Desde el tiempo en que los padres de Jesús le encontraron en el templo, su conducta fue un misterio para ellos. No quería entrar en controversia; y, sin embargo, su ejemplo era una lección constante. Parecía puesto aparte. Hallaba sus horas de felicidad cuando estaba a solas con la naturaleza y con Dios. Siempre que podía, se apartaba del escenario de su trabajo, para ir a los campos a meditar en los verdes valles, para estar en comunión con Dios en la ladera de la montaña, o entre los árboles del bosque. La madrugada le encontraba con frecuencia en algún lugar aislado, meditando, escudriñando las Escrituras, u orando. De estas horas de quietud, volvía a su casa para reanudar sus deberes y para dar un ejemplo de trabajo paciente (El Deseado de todas las gentes, p. 69).

Cualquiera que sea vuestra disposición, Dios puede amoldarla de tal manera que llegue a ser mansa y semejante a la de Cristo. Por el ejercicio de una fe viva podemos separamos de todo lo que no esté de acuerdo con la voluntad de Dios, y así poner el cielo en nuestra vida terrenal. Haciendo esto, tendremos alegría a cada paso. Cuando el enemigo procure envolver con tinieblas el alma, cantemos y hablemos con fe, y encontraremos que cantando y hablando habremos pasado a la luz.

Somos nosotros los que nos abrimos las esclusas de la desgracia o las del gozo. Si permitimos que las dificultades y trivialidades de la tierra embarguen nuestros pensamientos, nuestro corazón se llenará de incredulidad, lobreguez y presentimientos. Si fijamos nuestros afectos en las cosas de lo alto, la voz de Jesús hablará a nuestro corazón, las murmuraciones cesarán, y los pensamientos afligentes se transformarán en alabanzas a nuestro Redentor. Los que se espacian en las grandes misericordias de Dios, y que no se olvidan de sus beneficios menores, se ceñirán de alegría, y habrá en su corazón melodías para el Señor. Entonces disfrutarán de su trabajo. Permanecerán firmes en sus puestos del deber. Tendrán un genio plácido, un espíritu confiado (Consejos para los maestros, p. 222).

Hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y canciones espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones. Efesios 5: 19.

La melodía de la alabanza es la atmósfera del cielo; y cuando el cielo se pone en contacto con la tierra, se oye música y alabanza, «acciones de gracia y voz de melodía».

Por encima de la tierra recién creada, hermosa e inmaculada, bajo la sonrisa de Dios, «a una cantaron las estrellas de la mañana, y gritaron de alegría todos los hijos de Dios». Los corazones humanos, simpatizando con el cielo, han respondido a la bondad de Dios con notas de alabanza (La fe por la cual vivo, p. 244).

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Viernes 26 de junio | Lección 13_______________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee Elena de White, El camino a Cristo, “El privilegio de orar”, pp. 79-89.

“El ojo natural no puede nunca contemplar la gracia y la belleza de Cristo. La iluminación interior, obra del Espíritu Santo, que revela al alma su real impotencia, su condición desesperada, desprovista de la misericordia y el perdón del que cargó con el pecado –de la total suficiencia de Cristo–, es lo único que puede capacitar al hombre para discernir la infinita misericordia, el inconmensurable amor, la benevolencia y la gloria de Jesús” (ATO 153).

“Habría que aprender de memoria algunas porciones de la Biblia, incluso capítulos enteros, para repetirlos cuando Satanás aparece con sus tentaciones […]. Cuando Satanás trata de conducir la mente para que piense en cosas terrenas y sensuales, la forma más eficaz de resistirlo es decir: ‘Escrito está’ ” (MCP 2:661).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Qué papel juega la realidad del libre albedrío en todas nuestras decisiones en lo relacionado con la fe y la obediencia? Aunque muchos aspectos de la vida escapan a nuestro control, tenemos libertad de elección con respecto a las cosas cruciales, las que pertenecen a la vida eterna. ¿Qué estás haciendo con el libre albedrío que Dios te ha dado? ¿Qué tipo de decisiones espirituales estás tomando?
  2. Piensa en el papel que el sábado puede y debe desempeñar en términos de darnos un tiempo a solas con Dios. ¿De qué manera guardar el sábado te protege de estar tan atrapado trabajando y haciendo cosas que no pasas suficiente tiempo con Dios? ¿Cómo puedes aprender a hacer del sábado la bendición espiritual para la que fue creado?
  3. ¿Cuál es tu experiencia de pasar tiempo a solas con Dios en oración y estudio? ¿Cómo impacta tu fe en esta práctica espiritual? ¿Cómo debería impactar tu fe? En clase, si se sienten cómodos, hablen de los momentos personales de lectura y oración y lo que obtienen de ellos. ¿Cómo podrían beneficiarse los demás de lo que aprendiste?
  4. ¿Cuáles son algunos de tus versículos de memoria preferidos? ¿Qué es lo que te gusta de ellos? ¿Por qué ha sido una bendición memorizarlos?

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2 pensamientos en “Lección 13 – CÓMO VIVIR DE ACUERDO CON LA PALABRA DE DIOS – Para el 27 de junio de 2020

  1. Hermano Tony gracias por los aportes espirituales de Escuela Sabática que recibimos cada semana a mas de esto que el Señor lo bendiga por la valiosa obra de la compilación de los escritos del Espíritu de Profecía estaremos orando para que nuestro Padre celestial lo ayude en su abnegado ministerio, bendiciones.

  2. Es la primera vez que le escribo. Este es un trabajo exelente que realiza y deseo grandemente que Dios le de salud y visión. Gracias lider Tony por su dedicación.

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