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Lección 8 – EDUCACIÓN Y REDENCIÓN – Para el 21 de noviembre de 2020

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Lección 8: Para el 21 de noviembre de 2020

EDUCACIÓN Y REDENCIÓN

Sábado 14 de noviembre__________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 1:26, 27; Isaías 11:1–9; 2 Timoteo 3:14–17; 1 Reyes 4:29–34; Juan 14:17; 1 Corintios 2:1–16.

PARA MEMORIZAR:

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Tim. 3:16).

La Biblia cuenta una larga historia acerca de Dios y su pueblo. A veces se la considera una historia de amor que terminó mal, al menos temporalmente. O puede verse como una historia de un padre y sus hijos rebeldes, que al final entran en razón.

Pero, para los propósitos de la lección de esta semana, descubriremos otra temática en la historia bíblica, a saber, la de un maestro y sus alumnos. Ellos siguen desaprobando sus exámenes, pero él les explica pacientemente sus lecciones vez tras vez, hasta que, por fin, algunos aprenden.

La historia bíblica no difiere mucho de nuestras propias historias humanas que conocemos tan bien, con una excepción: la historia de Dios y su pueblo tiene garantizado un final feliz; logra su objetivo. La gracia divina hacia su pueblo asegura ese resultado. La responsabilidad humana en esta relación a menudo ha sido malinterpretada, e incluso temida, por muchos que la han considerado onerosa. Pero, de hecho, la historia de la Biblia es esencialmente una invitación a conocer a Dios y comprender su voluntad. Por cierto, aprender a conocer a Dios es nuestra principal respuesta a su gracia. No podemos ganar esa gracia, pero podemos aprenderla; y ¿qué es la educación cristiana, si no la educación que nos enseña acerca de esta gracia?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Los talentos naturales y adquiridos son todos dones de Dios y deben ser conservados constantemente bajo la dirección de la potencia divina y santificadora de su Espíritu. Necesitan sentir profundamente su falta de experiencia en esta obra, y esforzarse con celo en adquirir el conocimiento y la sabiduría necesarios para emplear cada facultad del cuerpo y de la mente de tal manera que glorifique a Dios.

«Os daré corazón nuevo». Cristo debe morar en nuestro corazón, así como la sangre está en nuestro cuerpo y circula por él como una potencia vivificadora. No podemos insistir demasiado en este punto. Al par que la verdad debe ser nuestra armadura, nuestras convicciones deben ser fortalecidas por la simpatía viva que caracterizaba la vida del Salvador. Ningún hombre puede subsistir a menos que la verdad viva se manifieste en su carácter. Hay un solo poder que puede hacernos o mantenernos firmes, y es la gracia de Dios en la verdad. El que confía en otra cosa está ya tambaleando, pronto a caer.

El Señor desea que se apoyen en él. Aprovechen al máximo cada ocasión para acercarse a la luz. Si se mantienen alejados de las santas influencias que emanan de Dios, ¿cómo podrán discernir las cosas espirituales (Testimonios para la iglesia, t. 7, p. 180).

Los que despojan su corazón de vanidad y escoria, por la gracia de Dios pueden purificar la mente, y hacer de ella un alfolí de conocimiento, pureza y verdad, que estará continuamente expandiéndose más allá de los estrechos límites del pensamiento mundanal, a la vastedad de lo infinito. La justicia y la misericordia de Dios serán reveladas a la percepción moral. Se discernirá el carácter atroz del pecado y sus resultados. El carácter de Dios, su amor manifestado al dar a su Hijo para morir por el mundo, y la belleza de la santidad son temas exaltadas para la contemplación. Fortalecerán el intelecto y atraerán al hombre a una comunión estrecha con el Infinito (Fundamentals of Christian Education, p. 49).

Dedicamos nuestro tiempo y pensamiento a las cosas triviales y vulgares del mundo, y descuidamos los grandes intereses que atañen a la vida eterna. Las nobles facultades de la mente se empequeñecen y debilitan porque no se las ejercita en temas que son dignos de su concentración. «Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad». Filipenses 4:8… A medida que meditamos en la perfección de nuestro Modelo divino, desearemos transformamos y renovarnos más cabalmente a la imagen de su pureza; se nos pide que salgamos y nos separemos del mundo, para que seamos hijos e hijas del Altísimo (Sons and Daughters of God, p. 107; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 109).

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Domingo 15 de noviembre | Lección 8____________________________________________

A IMAGEN DE DIOS

Lee Génesis 1:26 y 27; y 5:1 y 3. ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca de cómo Dios creó originalmente a la humanidad y lo que sucedió con la humanidad después del pecado?

Génesis 1:26-27

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Génesis 5:1 y 3

1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. 

Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

La frase “a imagen de Dios” ha cautivado a los intérpretes de la Biblia durante siglos. ¿Cuál es esta imagen con la que se creó a los primeros seres humanos? Por ejemplo, ¿significa que Dios se miró en un espejo y formó su nueva Creación parecida a sí mismo? ¿O significa que los seres humanos se asemejan más a Dios que a todas las demás formas de vida? ¿O se refiere a una similitud y compatibilidad espiritual e intelectual entre el Creador y su creación humana? Las Escrituras no dan ninguna explicación precisa de esta expresión, a pesar de que los eruditos han extraído de las Escrituras muchas interpretaciones de lo que podría significar. Sin embargo, podemos ver que después del pecado esta imagen cambió, fue distorsionada; razón por la cual Elena de White escribió que el objetivo de la educación es restaurar en el hombre la imagen de su hacedor (Ed 14-16).

¿Cómo puede la educación lograr un objetivo tan notable?

En primer lugar, debemos recordar que Dios hizo que tuviésemos una relación con él, algo similar a lo que hacen los padres con sus hijos. Nos hizo a su imagen, de la misma manera en que los padres humanos tienen hijos a su imagen (Gén. 5:1), para que él pudiera educarnos como hijos suyos que pertenecen a su familia. El Señor se puede comunicar con nosotros y formar una relación duradera con nosotros. Por ende, la imagen de Dios es más una “imagen mental” que permite que dos seres, uno divino y otro humano, tengan una convergencia de ideas. Esto es precisamente lo que sucede en la educación, primero en el hogar entre padres e hijos, y luego en la escuela, cuando los maestros se hacen cargo de la obra educativa. Evidentemente, Dios planificó este proceso de educación, que conocemos tan bien, cuando al distinguirnos de muchas otras formas de vida nos hizo a su imagen: lo hizo para poder enseñarnos y para que podemos aprender de él, hasta que su imagen (su mente) se refleje en la nuestra.

La historia de la Redención es una historia de educación desde la Creación hasta la Encarnación, y desde la Encarnación hasta la Recreación. Dios es un Maestro, y el cielo es una escuela por la eternidad (ver Ed 301). ¿Cuáles son las implicaciones de este pensamiento para nuestro compromiso con la educación cristiana en el hogar, en la iglesia, en la escuela, en la universidad y durante toda la vida?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La vida de Cristo se debe revelar en la humanidad. El ser humano constituyó la corona de la obra creadora de Dios, hecho a la misma imagen divina y diseñado para ser un complemento de Dios; pero Satanás se ha esforzado por borrar la imagen de Dios en el hombre y por imprimirle la suya propia. El ser humano es muy querido para Dios, porque fue formado a su propia imagen. Este hecho debería impresionar sobre nosotros la importancia de enseñar por precepto y ejemplo lo que significa el pecado de la degradación del cuerpo que fue formado para representar a Dios ante el mundo…

Para poder comprender el valor que Dios le da al hombre, necesitamos entender el plan de la redención: el costoso sacrificio hecho por nuestro Salvador para rescatar a la raza humana de la ruina eterna. Jesús murió para obtener nuevamente posesión de la perla de gran precio… La vida de los hijos de Dios es una vida de abnegación, de autosacrificio, una vida de humildad. Los que no participan de los sacrificios de Cristo no pueden abrigar la esperanza de compartir su gloria… Hemos de ser juzgados de acuerdo con la manera en que utilizamos el conocimiento de la verdad que nos ha sido presentado (Exaltad a Jesús, p. 42).

En estos tiempos se habla mucho de la naturaleza e importancia de la «educación superior». Aquel con quien están «la sabiduría y el poder». Job 12:13 y de cuya boca «viene el conocimiento y la inteligencia» Proverbios 2:6, imparte la verdadera educación superior.

Todo verdadero conocimiento y desarrollo tienen su origen en el conocimiento de Dios. Doquiera nos dirijamos: al dominio físico, mental y espiritual; cualquier cosa que contemplemos, fuera de la marchitez del pecado, en todo vemos revelado este conocimiento. Cualquier ramo de investigación que emprendamos, con el sincero propósito de llegar a la verdad, nos pone en contacto con la Inteligencia poderosa e invisible que obra en todas las cosas y por medio de ellas. La mente del hombre se pone en comunión con la mente de Dios; lo finito, con lo infinito. El efecto que tiene esta comunión sobre el cuerpo, la mente y el alma sobrepuja toda estimación.

En esta comunión se halla la educación más elevada. Es el método propio que Dios tiene para lograr el desarrollo del hombre. «Vuelve ahora en amistad con él». Job 22:21, es su mensaje para la humanidad. El método trazado en estas palabras era el que se seguía en la educación del padre de nuestra especie. Así instruyó Dios a Adán cuando, en la gloria de una virilidad exenta de pecado, habitaba este en el sagrado jardín del Edén (La educación, p. 14).

La gracia de Dios debe invadir las cámaras de la mente, la imaginación debe contemplar temas celestiales, y todo factor de la naturaleza debe ser purificado y vitalizado por el Espíritu de Dios.

Los pensamientos deben ser atados, restringidos, debe impedírseles que se desvíen en la contemplación de cosas que solamente debilitan y contaminan el alma. Los pensamientos deben ser puros, las meditaciones del corazón deben ser limpias… Las nobles facultades de la mente nos han sido dadas por el Señor para que las empleemos en contemplar las cosas celestiales. Dios ha hecho provisiones abundantes para que el alma continúe progresando en la vida divina (Hijos e hijas de Dios, p. 109).

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Lección 8 | Lunes 16 de noviembre_______________________________________________

JESÚS COMO MAESTRO

La Biblia utiliza muchos términos para describir a Jesús. Él es el Hijo de Dios, el Mesías, el Hijo del Hombre, el Salvador, el Redentor, el Señor, el Cordero de Dios, por mencionar tan solo algunos. Pero, para quienes lo conocieron mejor durante sus más de tres años de ministerio público en Judea y Galilea, era un Maestro. Lo llamaban “Maestro”, o “Rabí”. Ambos significan lo mismo, a saber, “Maestro”.

Por lo tanto, la profesión docente y la obra de enseñanza debieron haber sido una forma particularmente adecuada para que Jesús llevara a cabo su ministerio público. De alguna manera, su obra de redención es similar a la obra de enseñanza. Es más, el profeta evangélico lo predijo.

Lee Isaías 11:1 al 9. ¿Qué revela sobre la función docente de Jesús?

Isaías 11:1-9

1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.

Una de las profecías mesiánicas más sorprendentes en las Escrituras se encuentra en Isaías 11. Los versículos 1 al 3 retratan al Mesías venidero en términos educativos, alguien que aporta conocimiento, consejos, sabiduría y entendimiento. Todo el pasaje concluye con esta notable promesa: “La tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Isa. 11:9). Quizás esas enseñanzas de las Escrituras hayan sido las que inspiraron a Elena de White, en su libro sobre la educación, a señalar que la obra de la educación y la obra de la redención son una (ver Ed 30).

Lee Juan 3:1 al 3. Nicodemo se dirigió a Jesús como un rabino, y además identificó que los dones de enseñanza de Jesús provenían de Dios, debido a las señales que Jesús realizó: sus milagros y sus revelaciones sobre el significado de la vida. Indudablemente, Jesús reconoció el origen de sus dones de enseñanza (si bien no el título que este le dio) cuando respondió a Nicodemo que debía nacer de nuevo para ver (comprender y entrar en) el Reino de Dios. Esto significa que la autoridad para enseñar a los demás, incluso en el caso de Jesús, proviene de Dios.

Sin duda, la enseñanza es un don de Dios. Es encomendado por Dios, fue adoptado por Jesús, y quienes reciben la enseñanza reconocen que tiene autoridad divina.

¿Cuál es nuestro papel al observar el cumplimiento de esta profecía en cuanto al conocimiento del Señor que se esparce por todo el mundo?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La obra que el Salvador haría en la tierra había sido bosquejada plena y claramente: «Y reposará sobre él el espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y harále entender diligente en el temor de Jehová». El así ungido vendría «a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos abertura de la cárcel; a promulgar año de la buena voluntad de Jehová, y día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar a Sión a los enlutados, para darles gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya». Isaías 11:2, 3; 61:1-3 (Los hechos de los apóstoles, p. 182).

[Jesús] reprendió la vanidad manifestada al codiciar el título de rabino o maestro. Declaró que este título no pertenecía a los hombres, sino a Cristo. Los sacerdotes, escribas, gobernantes, expositores y administradores de la ley, eran todos hermanos, hijos de un mismo Padre. Jesús enseñó enfáticamente a la gente que no debía dar a ningún hombre un título de honor que indicase su dominio de la conciencia y la fe.

Si Cristo estuviese en la tierra hoy rodeado por aquellos que llevan el título de «Reverendo» o «Reverendísimo», ¿no repetiría su aserto: »Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo»?…

[Jesús dijo:] «El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se ensalzare, será humillado; y el que se humillare, será ensalzado». Repetidas veces Cristo había enseñado que la verdadera grandeza se mide por el valor moral. En la estima del cielo, la grandeza de carácter consiste en vivir para el bienestar de nuestros semejantes, en hacer obras de amor y misericordia. Cristo, el Rey de gloria, fue siervo del hombre caído (El Deseado de todas las gentes, p. 565).

[Jesús] dio luego una prueba por la cual podía distinguirse al verdadero maestro del impostor: «El que habla de sí mismo, su propia gloria busca; mas el que busca la gloria del que le envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia». El que busca su propia gloria habla tan solo de sí mismo. El espíritu de exaltación propia delata su origen. Pero Cristo estaba buscando la gloria de Dios. Pronunciaba las palabras de Dios. Tal era la evidencia de su autoridad como maestro de la verdad (El Deseado de todas las gentes, p. 420).

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Martes 17 de noviembre | Lección 8______________________________________________

MOISÉS Y LOS PROFETAS

Lee 2 Timoteo 3:14 al 17. ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre el papel de las Escrituras en la educación cristiana?

2 Timoteo 3:14-17

14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; 15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

La palabra para la primera parte de la Biblia, la Torá, a veces se traduce como “la Ley”, en parte porque hay muchas leyes en estos libros. Pero la Torá realmente significa “enseñanza”, o “instrucción”. Esta interpretación es muy diferente de lo que muchos piensan que es la “Ley” en la Biblia: las normas y los reglamentos que debemos seguir para contar con la buena voluntad de Dios. No es así; la Ley es un material didáctico que nos enseña a vivir en forma exitosa y segura en una relación de pacto con Dios, que él tuvo en mente ya al crearnos.

Las siguientes partes de la Biblia hebrea, los profetas, informan con cuánto éxito el pueblo de Dios dominó este material didáctico y lo puso en práctica (los profetas primeros, o libros históricos), y lo que debería haber aprendido de este material didáctico (los profetas postreros). La parte restante del Antiguo Testamento (llamada “escritos”, en hebreo) está llena de ejemplos de maestros y alumnos exitosos y no tan exitosos, junto con sus experiencias educativas. Ejemplos de éxito educativo en estos libros serían Ester, Rut, Daniel y Job. Entre los fracasos, estarían los cuatro amigos de Job. Por supuesto, el libro de Salmos es un himnario, pero este incluso tiene al menos tres salmos educativos: Salmo 1, Salmo 37 y Salmo 73.

Los evangelios abundan en materiales destinados a fines educativos, especialmente en las parábolas de Jesús. Muchas de las cartas de Pablo comienzan con una fuerte proclamación del evangelio, pero terminan con material educativo, lecciones prácticas sobre la vida diaria de los cristianos. El libro de Apocalipsis está lleno de material educativo. Por ejemplo, toda la información, o el desarrollo del futuro de la iglesia de Cristo, se revela en un libro que solo el Cordero de Dios, Jesús, el gran Maestro, puede abrir (Apoc. 5:1–5).

Algunos quizá digan que no todo el material didáctico en los libros de Moisés se aplica a nuestra época, y eso es cierto. Deuteronomio 17:14 al 20, las indicaciones relacionadas con los reyes, tiene algunas instrucciones muy explícitas sobre la selección de alguien para ocupar el cargo real. Hoy, por supuesto, no elegimos reyes en nuestra iglesia. ¿Cómo determinamos la aplicación adecuada de todo este material didáctico de las Escrituras para nuestro tiempo?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El no haber estudiado la Palabra de Dios es la gran causa de la debilidad e ineficiencia mentales. Al apartarse de ella para alimentarse en los escritos de hombres no inspirados, la mente se empequeñece y degenera. No se pone en contacto con los principios profundos y amplios de la verdad eterna. El entendimiento se adapta a la comprensión de las cosas con las cuales está familiarizado, y en esta devoción a lo finito se debilita, su poder se contrae, y después de un tiempo se vuelve incapaz de expandirse.

Todo esto es falsa educación. La obra de cada maestro debe ser aferrar la mente de los jóvenes a las grandes verdades de la Palabra inspirada. Esta es la educación esencial para esta vida y para la venidera (Exaltad a Jesús, p. 113).

La Palabra de Dios es un gran Libro educador. Pero mientras muchos pretenden respetarla, ponen otros libros por encima de ella. Se exalta la razón humana por sobre la divina…

La Biblia es el libro de texto, y debería ser estudiada diligentemente, no como se lee cualquier libro. Debe ser para nosotros el libro que satisface las necesidades del alma. Este libro hará sabio para la salvación al hombre que lo estudie y lo obedezca. Así como el alimento no puede nutrir el cuerpo a menos que se lo coma y se lo digiera, tampoco puede la Palabra del Dios vivo satisfacer el alma a menos que se la reciba como Maestra de un sistema de educación superior, que está por encima de todo artificio humano; a menos que sus principios sean obedecidos porque son la sabiduría de Dios (Cada día con Dios, p. 125).

No es la mayor cantidad de trabajo lo que el Señor recompensa. Él no considera la magnitud de la obra tanto como la fidelidad con que se ha hecho. El siervo bueno y fiel es recompensado. En la medida en que cultivemos las facultades que Dios nos ha concedido, creceremos en conocimiento y percepción, y seremos capacitados para comprender y valorar la vida inmortal. Los que han despreciado los privilegios que Dios les ha dado y han estado conformes con su ignorancia, y han permitido que sus mentes estén completamente ocupadas con asuntos de valor trivial para ellos mismos o para otros, no comprenderán su responsabilidad personal, no subyugarán sus malas inclinaciones, ni fortalecerán sus resoluciones para una vida más pura, elevada y santa.

Los jóvenes deben ser aprendices para el mundo venidero. La perseverancia en la adquisición de conocimientos, regida por el temor y el amor de Dios, dará a los jóvenes crecidas fuerzas para el bien en esta vida; y los que saquen el mejor partido de sus oportunidades para alcanzar altas realizaciones, las llevarán consigo a la vida futura. Han procurado y obtenido lo que es imperecedero. La capacidad de apreciar las glorias que «ojo no vio, ni oído oyó» (1 Corintios 2:9), será proporcional a las realizaciones alcanzadas en el cultivo de las facultades en la vida ahora (Fundamentals of Christian Education, pp. 48, 49).

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Lección 8 | Miércoles 18 de noviembre___________________________________________

LOS SABIOS

Las palabras escuela, estudio y educación se entienden claramente en la actualidad, pero no son comunes en la Biblia. Hay una palabra, sabiduría/sabio, que es mucho más común. Por ejemplo, el Antiguo Testamento menciona a hombres y mujeres sabios (2 Sam. 20:16; Prov. 16:23).

Lee 1 Reyes 4:29 al 34. ¿Qué nos enseña esto sobre la importancia de la sabiduría?

1 Reyes 4:29-34

29 Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. 30 Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios. 31 Aun fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta, y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas las naciones de alrededor. 32 Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. 33 También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces. 34 Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría.

El rey Salomón se destaca como un hombre muy sabio, que habló con autoridad sobre la vida animal y vegetal, y compuso proverbios con gran sabiduría, es decir, como hombre culto (1 Rey. 4:29–34). Los libros de Proverbios y Eclesiastés contienen muchas enseñanzas sabias sobre diversos temas, atribuidas a Salomón, así como a otros sabios maestros de la antigüedad (Prov. 1:1; 25:1; 30:1; 31:1).

Según la Biblia, la sabiduría es muy semejante a nuestra educación actual. Es algo que uno aprende de padres y maestros, especialmente de joven (Ecl. 12:1), pero en realidad una persona acumula sabiduría a lo largo de la vida. En segundo lugar, la sabiduría generalmente tiene un lado práctico; por ejemplo, aprende de las hormigas, que recogen en el verano para tener suficiente provisión para el invierno (Prov. 6:6–8).

Con todo, la sabiduría no es solo práctica; también tiene un lado teórico, ya que comienza con la fe en Dios y sigue ciertos principios fundamentales (Prov. 1:7). La sabiduría nos ayuda a vivir de manera responsable y en beneficio de los demás, y también nos ayuda a protegernos de la desgracia. Finalmente, al igual que la educación actual, la sabiduría no responde todas las preguntas que nos planteamos, pero nos permite contentarnos con lo que sabemos mientras continuamos buscando lo que aún no conocemos. Y esta es una buena posición desde la cual podemos aprender a conocer a Dios y confiar en su gracia. Según Jeremías 18:18, el rol del maestro sabio es equiparable a los roles de sacerdote y profeta. Los tres transmiten mensajes de Dios a su pueblo, en forma de enseñanza de la Ley, consejos educativos y mensajes especiales de Dios.

¿Cómo podemos aprender la sabiduría y luego transmitirla a los que vienen después de nosotros? ¿Por qué es tan importante que hagamos esto, como pueblo?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El nombre de Jehová fue grandemente honrado durante la primera parte del reinado de Salomón. La sabiduría y la justicia reveladas por el rey atestiguaban ante todas las naciones la excelencia de los atributos del Dios a quien servía. Durante un tiempo Israel fue como la luz del mundo y puso de manifiesto la grandeza de Jehová. La gloria verdadera de Salomón durante la primera parte de su reinado no estribaba en su sabiduría sobresaliente, sus riquezas fabulosas o su extenso poder y fama, sino en la honra que reportaba al nombre del Dios de Israel mediante el uso sabio que hacía de los dones del cielo.

A medida que transcurrían los años y aumentaba la fama de Salomón, procuró él honrar a Dios incrementando su fortaleza mental y espiritual e impartiendo de continuo a otros las bendiciones que recibía. Nadie comprendía mejor que él que el favor de Jehová le había dado poder, sabiduría y comprensión, y que esos dones le eran otorgados para que pudiese comunicar al mundo el conocimiento del Rey de reyes (Profetas y reyes, pp. 22, 23).

Si la influencia de nuestro colegio es la que debería ser, los jóvenes que están en él estarán capacitados para discernir a Dios y glorificarlo en toda su obra. Mientras estén ocupados cultivando las facultades que Dios les ha dado se prepararán para rendirle un servicio aún más eficaz. El intelecto santificado, abrirá los tesoros de la palabra de Dios y juntará sus preciosas gemas para presentarlas a otras mentes y moverlas también a buscar las profundas cosas de Dios. El conocimiento de la riqueza de su gracia ennoblecerá y enaltecerá el alma humana y mediante la conexión con Cristo será partícipe de la naturaleza divina y obtendrá poder para resistir los envites de Satanás.

El hecho de que el conocimiento solo, puesto en manos del enemigo de todo bien, puede ser un poder que los destruya debe quedar grabado en la mente de los alumnos. Quien finalmente se declaró en rebeldía fue un ser muy inteligente que ocupó una posición muy elevada entre la multitud de ángeles y más de una mente privilegiada está ahora cautiva de su poder. El conocimiento santificado que Dios imparte es de la mejor calidad y hablará de su Gloria (Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 414,415).

El pecado mancilló y casi borró la semejanza divina. Las facultades físicas del hombre se debilitaron, su capacidad mental disminuyó, su visión espiritual se oscureció. Quedó sujeto a la muerte. No obstante, la especie humana no fue dejada sin esperanza. Con infinito amor y misericordia había sido trazado el plan de salvación y se le otorgó una vida de prueba. La obra de la redención debía restaurar en el hombre la imagen de su Hacedor, devolverlo a la perfección con que había sido creado, promover el desarrollo del cuerpo, la mente y el alma, a fin de que se llevase a cabo el propósito divino de su creación. Este es el objeto de la educación, el gran objeto de la vida (La educación, pp. 15,16).

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Jueves 19 de noviembre | Lección 8______________________________________________

LA EDUCACIÓN EN LA IGLESIA PRIMITIVA

Uno de los principios notables de la educación en las Escrituras surge cuando Jesús, el gran Maestro, se prepara para dejar a sus alumnos, o discípulos. Habían estado con él durante tres años y medio, aproximadamente la cantidad de tiempo que destinamos a la educación secundaria o superior. Al finalizar cualquiera de estos períodos, según la persona, los estudiantes a menudo consideran que están listos para valerse por sí solos.

Pero Jesús sabía más, y por eso proporcionó a sus seguidores educación continua bajo la tutela del Espíritu Santo. En otro lado se identifica a ese maestro o guía como Consolador, o Abogado (en griego, paracletos), que les será dado a los seguidores de Jesús en forma permanente (Juan 14:16, 17). Se lo identifica como el Espíritu de Verdad. Si bien el Espíritu Santo no se identifica como educador, la obra del Espíritu indudablemente es educativa, especialmente en lo que respecta a buscar y encontrar la verdad.

Lee 1 Corintios 2:1 al 16. ¿Qué dice Pablo que es sumamente importante en el contexto de la educación?

1 Corintios 2:1-16

1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. 9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Pablo comienza recordando a la iglesia de Corinto que, cuando fue a ellos por primera vez, no habló de nada más que de Jesucristo y de su crucifixión (1 Cor. 2:2): nada de sabiduría astuta, solo la proclamación del evangelio. Pero ese no fue todo (2:6), porque una vez que estos nuevos cristianos maduraran, el apóstol volvería para enseñarles sabiduría, las cosas que Dios escondió antes del comienzo del mundo (2:7), incluso las cosas profundas de Dios (2:10). Todo será estudiado bajo la guía del Espíritu de Dios cuando este se una al espíritu del alumno.

¿Cuán profundo será ese estudio y cuánto acceso al aprendizaje habrá para quienes sean guiados por el Espíritu? El capítulo concluye con una cita del profeta Isaías: “¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?” (Isa. 40:13). El profeta que hablaba a la gente común de su época diría que nadie puede hacer eso. Pero Pablo corrigió esa percepción, al concluir: “Nosotros tenemos la mente de Cristo”, lo que significa que los cristianos llenos del Espíritu tienen acceso incluso a la mente de Dios y, por lo tanto, a cualquier cantidad de aprendizaje y entendimiento (1 Cor. 2:10-13), necesarios para conocer el camino de la justicia.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

«Hablamos sabiduría entre perfectos -declaró más tarde Pablo–; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen; mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria: la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció: porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria: antes, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que ha Dios preparado para aquellos que Je aman. Empero Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios». 1 Corintios 2:6-10:

Pablo comprendía que su suficiencia no estaba en él, sino en la presencia del Espíritu Santo, cuya misericordiosa influencia llenaba su corazón y ponía todo pensamiento en sujeción a Cristo. Hablando de sí mismo, afirmaba que llevaba «siempre por todas partes la muerte de Jesús en el cuerpo, para que también la vida de Jesús sea manifestaba en nuestros cuerpos». 2 Corintios 4:10. En las enseñanzas del apóstol, Cristo era la figura central. «Vivo -declaraba-,no ya yo, mas vive Cristo en mí». Gálatas 2:20. El yo estaba escondido; Cristo era revelado y ensalzado (Los hechos de los apóstoles, p. 240).

Todos debieran comprender la necesidad de la obra del Espíritu Santo. A menos que este Espíritu sea aceptado y albergado como el representante de Cristo, cuya obra consiste en renovar y santificar el ser entero, las verdades trascendentales que les han sido confiadas a los seres humanos perderán su poder sobre la mente. No es suficiente que poseamos un conocimiento de la verdad. Hemos de caminar y obrar en amor, conformando nuestra voluntad a la voluntad de Dios. De los que hacen esto el Señor dice: «Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré». Hebreos 8:10… Así se renueva la relación divina entre el hombre y Dios. «Y seré a ellos por Dios», dice, «y ellos me serán a mí por pueblo» (En los lugares celestiales, p. 337).

«Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad». Juan 14:16, 17…

La promesa nos pertenece ahora tan ciertamente como perteneció a los discípulos… Que cada miembro de iglesia se arrodille delante de Dios y ore fervientemente por la recepción del Espíritu. Clamad: «Señor, aumenta mi fe. Hazme comprender tu Palabra; porque la entrada de tu Palabra da luz. Refrigérame con tu presencia. Llena mi corazón con tu Espíritu».

En toda ocasión y lugar, en todas las tristezas y aflicciones, cuando la perspectiva parece sombría y el futuro nos deja perplejos y nos sentimos impotentes y solos, se envía el Consolador en respuesta a la oración de fe (La maravillosa gracia de Dios, p. 191).

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Lección 8 | Viernes 20 de noviembre_____________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

La Gran Comisión evangélica (Mat. 28:18-20) puso en marcha un notable movimiento religioso en todo el mundo. Aquí, unos pocos apóstoles o misioneros (las dos palabras significan lo mismo: “los que son enviados”) recorrieron todo el mundo y reunieron alumnos, los convirtieron en discípulos, los llamaron a creer en Jesús, los bautizaron, y procedieron a enseñarles todas las cosas que Jesús les había mandado. La imagen es la de cristianos convertidos de todo el mundo, que representan diferentes culturas y hablan diferentes idiomas, que salen de las aguas del bautismo solo para ingresar en una escuela y comenzar su educación. Esto no es de extrañar, ya que todavía tienen mucho que aprender.

La razón por la que los cristianos siempre están aprendiendo no es solo por curiosidad intelectual o el afán de dominar el conocimiento, sino porque la vida y la fe cristianas impregnan cada rincón de la vida diaria. Hay mucho que aprender. Debido a eso, las cartas del Nuevo Testamento contienen tanto la proclamación sobre Jesús (a veces el Nuevo Testamento utiliza la palabra kerygma para esto) como la educación en todas las cosas que los cristianos tienen que aprender (a veces el Nuevo Testamento la llama didaché). Podemos ver un buen ejemplo de proclamación en 1 Corintios 2:2, mientras que la educación comienza en 1 Corintios 4 y continúa de tanto en tanto en el resto de la carta. ¿Qué es lo que los cristianos tienen que aprender?

Trabajo, descanso, cuestiones sociales, relaciones comunitarias, iglesia y adoración, economía, filantropía, relaciones con las autoridades, asesoramiento, sistemas familiares, relaciones matrimoniales y crianza de los hijos, comida y su preparación, vestimenta, incluso envejecer y prepararse para el final de la vida, tanto la vida personal como la vida en este mundo. Ser cristiano significa aprender algo sobre todas estas cosas y más. Comprenderlas no es algo que suceda naturalmente; hay que aprenderlas.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Cuán importante es la obra educativa para la misión de la iglesia?
  2. ¿Qué quiso decir Elena de White cuando escribió: “El cielo es una escuela” (Ed 301)?
  3. Vuelve a leer 1 Corintios 2:1 al 16. Observa lo que dice Pablo acerca de lo que Dios nos revela mediante la Iluminación. Piensa en su declaración de que los gobernantes y la sabiduría de la época perecen. Si él pudo decir eso en aquel entonces, ¿qué decir de parte de la “sabiduría” de nuestra época también?

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COMENTARIOS DEL VIDEO

 

VERSÍCULOS DE LA BIBLIA CON LA FRASE “IMAGEN DE DIOS”

Génesis 1:26

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Génesis 1:27

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Génesis 9:6

El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

1 Corintios 11:7

Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.

2 Corintios 4:4

en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

 

¿QUE ES LA IMAGEN DE DIOS?

El hombre había de llevar la imagen de Dios, tanto en la semejanza exterior, como en el carácter […]. Era santo y se sentía feliz de llevar la imagen de Dios y de mantenerse en perfecta obediencia a la voluntad de su Padre.  HD 20.4 Hijas de Dios

Al principio, el hombre fué creado a la semejanza de Dios, no sólo en carácter, sino también en lo que se refiere a la forma y a la fisonomía. El pecado borró e hizo desaparecer casi por completo la imagen divina; pero Cristo vino a restaurar lo que se había malogrado.  CI 103.2

LA CREACIÓN DEL HOMBRE A LA IMAGEN DE DIOS

Todo el cielo se interesó profunda y gozosamente en la creación del mundo y el hombre. Los seres humanos constituían una clase nueva y distinta. Fueron hechos “a imagen de Dios”, y era el propósito del Creador que poblaran la tierra. Habían de vivir en íntima comunión con el cielo, recibiendo poder de la Fuente de todo poder. Sostenidos por Dios, habían de vivir vidas libres de pecado.—The Review and Herald, 11 de febrero de 1902.  HHD 9.2      Hijos e Hijas de Dios

Formada a la imagen de Dios, la familia humana es, después de los ángeles, la más noble de sus obras creadas.—The Review and Herald, 3 de diciembre de 1908.

¿QUIENES MAS TIENEN LA IMAGEN DE DIOS EN EL UNIVERSO?

Los serafines que se encuentran delante del trono están tan llenos de temor reverente al contemplar la gloria de Dios, que ni por un instante se miran a sí mismos con complacencia propia, admirándose a sí mismos o el uno al otro. Su alabanza y gloria son para Jehová de los ejércitos… Están plenamente satisfechos al glorificar a Dios, y en su presencia, bajo su sonrisa de aprobación, no tienen ningún otro deseo. Sus mayores ambiciones están plenamente logradas al llevar la imagen de Dios, al estar a su servicio y al adorarlo. —Ibid..

  1. 233.5. Conflicto y Valor

2 Corintios 4:4

en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

LA SABIDURÍA DEL HOMBRE

 Adán estuvo rodeado con todo lo que podía desear su corazón. Estaba atendida cada necesidad suya. No había pecado ni había señales de decadencia en el glorioso Edén. Los ángeles de Dios conversaban libre y amablemente con la santa pareja. Las felices aves canoras gorjeaban sus inocentes y gozosos cantos de alabanza a su Creador. Los pacíficos cuadrúpedos, en su feliz inocencia, jugaban en torno de Adán y Eva, obedientes a la palabra de ellos. Adán se hallaba en la perfección de su virilidad, y era la más noble obra del Creador. Estaba creado a la imagen de Dios, pero era un poco menor que los ángeles.

1MS 314.1

 El Señor… había dotado a Adán con poderes mentales superiores a los de cualquier otra criatura viviente que él había hecho. Su poder mental era sólo un poco menor que el de los ángeles.—The Review and Herald, 24 de febrero de 1874.

Daniel – Salomón

 «Tú, Ezequiel, dile de mi parte al rey de Tiro:

“Eres demasiado orgulloso.
Hasta crees que eres un dios
porque reinas en medio del mar.
Pero no te creas tan sabio,
porque no eres más que un hombre.
No eres más sabio que el profeta Daniel,
ni conoces todos los secretos,
pero ciertamente eres muy listo:
has logrado amontonar oro y plata,
y te has hecho muy rico.   Ezequiel 28.        TLA Traducción en Lenguaje actual

— Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor Dios:

Tienes corazón altanero,
y dices: “Yo soy un dios
instalado en morada divina,
allí en el corazón del mar”.
Pero sólo eres un hombre, no Dios,
aunque hayas puesto tu corazón
a la altura del corazón de los dioses.
¡Te crees más sabio que Daniel,
ningún enigma se te oculta!                   BLP La Palabra España

«Hijo de hombre, dale al príncipe de Tiro este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“En tu gran arrogancia afirmaste: ‘¡Soy un dios!
Estoy sentado en un trono divino, en el corazón del mar’;
pero eres solo un hombre y no un dios,
aunque te jactes de ser un dios.
Te crees más sabio que Daniel
y piensas que ningún secreto está oculto de ti.
Con tu sabiduría y entendimiento has acumulado mucha riqueza:
oro y plata para tus tesoros.    NTV.  Nueva traducción viviente

 

LAS DIFERENTES SABIDURÍAS QUE EL HOMBRE TIENE

Santiago 3

13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;

15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

¿PORQUE EL HOMBRE PERDIO LA IMAGEN DE DIOS?

El pecado es una cosa detestable. Por su causa fué marchitada la hermosura moral de un gran número de ángeles. Ha penetrado en el mundo y ha borrado casi por completo la imagen de Dios en el hombre. Mas, en su gran amor, Dios ha ofrecido al hombre la posibilidad de recuperar la posición que había perdido al ceder al tentador. Cristo vino a ponerse a la cabeza de la humanidad para desarrollar en favor nuestro un carácter perfecto. Los que le reciben son regenerados.  5TS 138.2 Testimonios Selectos

El Señor no creó al hombre para que fuera redimido, sino para que tuviera [siempre] su imagen. Pero, debido al pecado, el hombre perdió la imagen de Dios. Y es solamente por la redención del hombre como Dios puede llevar a cabo su propósito en su favor al hacerlo un hijo de Dios.    3MS 152.1. Mensajes Selectos

DESPUÉS QUE EL HOMBRE PECO, YA NO SOMOS A SEMEJANZA DE DIOS, SINO QUE A SEMEJANZA DE NUESTROS PADRES

Set aventajaba en estatura a Caín y Abel, y se parecía a su padre Adán más que sus otros hermanos. Tenía un carácter digno, y seguía las huellas de Abel. Sin embargo, no habría heredado más bondad natural que Caín. Acerca de la creación de Adán se dice: “A la semejanza de Dios lo hizo” pero el hombre, después de la caída, “engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen”.  CT. 40.3.      El Cristo Triunfante

¿SE PUEDE VOLVER A RESTAURAR LA IMAGEN DE DIOS EN EL HOMBRE?

El hombre fue el acto culminante de la creación de Dios, hecho a la imagen de Dios, y destinado a ser una contraparte de Dios… El hombre es muy querido para Dios, porque fue formado a su propia imagen. Este hecho debe impresionarnos con la importancia de enseñar por precepto y por ejemplo el pecado de contaminar, por la indulgencia del apetito o por cualquier otra práctica pecaminosa, el cuerpo que está destinado a representar a Dios ante el mundo.—The Review and Herald, 18 de junio de 1895.

La educación que puede obtenerse por el escudriñamiento de las Escrituras, es un conocimiento experimental del plan de la salvación. Tal educación restaurará la imagen de Dios en el alma. Fortalecerá y vigorizará la mente contra la tentación, y habilitará al estudiante para ser un colaborador de Cristo en su misión de misericordia al mundo. Lo convertirá en un miembro de la familia celestial, y lo preparará para compartir la herencia de los santos en luz.

PVGM. 24.2. Palabras de Vida del Gran Maestro

La educación superior es un conocimiento experimental del plan de la salvación, y se la obtiene por el estudio fervoroso y diligente de las Escrituras. Esta educación renovará la mente y transformará el carácter, restaurando la imagen de Dios en el alma. Fortalecerá la mente contra las engañosas insinuaciones del adversario, y nos habilitará para comprender la voz de Dios. Enseñará al alumno a ser colaborador con Jesucristo, a disipar las tinieblas morales que lo rodean e impartir luz y conocimiento a los hombres. La sencillez de la verdadera piedad es nuestro pasaporte de la escuela preparatoria de la tierra a la escuela superior del cielo.

CM 13.1. Consejo para los Maestros

Por medio de la contemplación el hombre no podrá menos que admirar y ser más atraído hacia él; queda más encantado y con más deseos de ser semejante a Jesús, hasta que se asimile a su imagen y tenga la mente de Cristo. Anda con Dios como Enoc. Su mente queda llena de los pensamientos de Jesús. El es su mejor amigo.  3MS 192.1.  Mensajes Selectos (III)

Tenemos ante Dios la obligación solemne y sagrada de criar a nuestros niños para él y no para el mundo; de enseñarles a no hacer alianza con el mundo sino a amar y temer a Dios y a guardar sus mandamientos. Se les debe inculcar el pensamiento de que están formados a la imagen de su Creador y de que Cristo es el Modelo al cual deben adaptarse. Debe prestarse la más seria atención a la educación que impartirá un conocimiento de la salvación, y amoldará la vida y el carácter a la semejanza divina.   CPI 367.2.        Consejos para la Iglesia

Por medio del poder de Cristo, los hombres y las mujeres han quebrantado las cadenas de los hábitos pecaminosos. Han renunciado al egoísmo. El profano se transforma en reverente, el borracho en sobrio, el libertino en puro. Las almas que reflejaban la imagen de Satanás han llegado a transformarse a la imagen de Dios.—Los Hechos de los Apóstoles, 392 (1911).

¿QUE TIENE VER LA SANTIFICACIÓN EN SER A IMAGEN DE DIOS?

Dios nos ha ordenado: “Sed santos, porque yo soy santo;” y un apóstol inspirado declara que sin la santidad “nadie verá al Señor.” 1 Pedro 1:16; Hebreos 12:14. La santidad consiste en concordar con Dios. Por el pecado la imagen de Dios en el hombre ha sido estropeada y casi borrada; es obra del Evangelio restaurar lo que se había perdido; y hemos de cooperar con el agente divino en esta obra. Y ¿cómo podemos volver a estar en armonía con Dios? ¿cómo recibiremos su semejanza a menos que obtengamos un conocimiento de él? Este conocimiento es lo que Cristo vino a revelarnos.        2JT 339.3 Joyas de los Testimonios

Dios exige de nosotros la conformidad con su imagen. La santidad es el reflejo que emite su pueblo de los rayos brillantes de su gloria. Pero a fin de reflejar esa gloria, el hombre debe trabajar con Dios. El corazón y la mente deben vaciarse de todo lo que conduce al mal. La Palabra de Dios debe ser leída y estudiada con un deseo ferviente de obtener de ella poder espiritual. El pan de vida debe comerse y digerirse para que llegue a ser una parte de la vida. Así ganamos la vida eterna. Entonces será contestada la oración del Salvador: “Santifícalos en tu verdad; tu Palabra es verdad”.—Carta 153, 1902.   3MS 231.2. Mensajes Selectos

Tenemos hombres que dicen estar santificados. Sus obras demostrarán si están transformados a imagen de Cristo. La santificación no se produce instantáneamente, sino que se consigue subiendo los ocho peldaños de la escalera de Pedro. Debemos pisar en el primero para alcanzar el más alto. Esta escalera llega desde la tierra al cielo, y toda alma que entre en la ciudad de Dios tendrá que ascender esta escalera de abnegación, y esto puede lograrse echando mano de los méritos de un Salvador crucificado y resucitado. Sin esta fuerza, la tentación nos arrastrará con el torrente hacia la destrucción final.  3MI 78.4. MANUSCRITOS INEDITOS

 

ENOC LOGRO REESTABLECER LA IMAGEN DE DIOS EN SU VIDA

En medio de una vida de labor activa, Enoc mantuvo constantemente su comunión con Dios. Cuanto mayores y más apremiantes eran sus labores, tanto más constantes y fervientes eran sus oraciones. El seguía excluyéndose de toda sociedad en ciertos períodos. Después de permanecer por un tiempo entre la gente, trabajando para beneficiarla por su instrucción y ejemplo, se retiraba, para pasar un tiempo en la soledad, con hambre y sed de aquel conocimiento divino que sólo Dios puede impartir. Al comulgar así con Dios, Enoc llegó a reflejar más y más la imagen divina. Su rostro irradiaba una santa luz, la luz que brilla en el rostro de Jesús. Al terminar estos períodos de comunión divina, hasta los impíos contemplaban con reverente temor el sello que el cielo había puesto sobre su rostro. Su fe se volvía más fuerte, su amor más ardiente, con el transcurso de los siglos. Para él la oración era como el aliento del alma. Vivía en la atmósfera del cielo.  OE. 53.3.  Obreros Evangélicos

EL CIELO ENTERO ESTA INTERESADO EN QUE EL HOMBRE RESTAURE LA IMAGEN DE DIOS

 El Espíritu Santo es un auxiliador eficaz para restaurar la imagen de Dios en el alma humana; pero su eficiencia y poder no han sido apreciados en nuestras escuelas. Penetró en las escuelas de los profetas, poniendo hasta los pensamientos en armonía con la voluntad de Dios. Había una conexión viva entre el cielo y estas escuelas; y el gozo y agradecimiento de corazones amantes hallaban su expresión en cantos de alabanza a los cuales se unían los ángeles.

CM 66.2. Consejos para los Ministros

Cristo ha declarado cuál es su posición. “El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Es la estrella resplandeciente de la mañana. Es el sol de justicia, el resplandor de la gloria del Padre. Es la “luz verdadera, que alumbra a todo hombre” que viene a este mundo. Juan 1:9. Como médico, vino a restaurar en el hombre la imagen moral de Dios, que se había perdido debido a la transgresión.  CDCD 355.4. Cada Día Con Dios

Cuando Adán salió de las manos del Creador, llevaba en su naturaleza física, mental y espiritual, la semejanza de su Hacedor… El pecado mancilló y casi borró la semejanza divina. Las facultades físicas del hombre se debilitaron, su capacidad mental disminuyó, su visión espiritual se oscureció. Quedó sujeto a la muerte. No obstante, la especie humana no fue dejada sin esperanza. Con infinito amor y misericordia había sido trazado el plan de salvación y se le otorgaba una vida de prueba. La obra de la redención debía restaurar en el hombre la imagen de su Hacedor, hacerlo volver a la perfección con que había sido creado, promover el desarrollo del cuerpo, la mente y el alma, a fin de que se llevase a cabo el propósito divino de su creación. —La Educación, 12, 13.

Todo el cielo se interesa en el hombre, y desea su salvación. Este es el gran blanco a que apunta todo el trato de Dios con los seres individualmente. … Causa gran admiración en las huestes celestiales ver cuán poco se preocupan de ser libertados de la esclavitud de las influencias malignas, ver a tan pocos dispuestos a ejercitar todas sus facultades en armonía con Cristo en la gran hora de la liberación. Si los hombres pudieran ver desplegadas ante ellos las obras del gran engañador, destinadas a mantenerlos en la hiel de la amargura y en la esclavitud de la iniquidad, cuán deseosos estarían de renunciar a las obras de las tinieblas, cuán cuidadosos serían de no ceder a la tentación, con cuánto cuidado verían y quitarían todo defecto que mancha la imagen de Dios en ellos; cómo se apegarían a Jesús, y qué súplicas fervientes ascenderían al cielo en busca de una experiencia más serena, más estrecha y más feliz con Dios.—Ibid.  NEV. 323.4. Nuestra Elevada Vocación

LOS ÁNGELES NO COMPRENDEN PORQUE DECIDIMOS MEJOR TENER LA IMAGEN DE SATANAS Y NO LA DE DIOS

Para los ángeles, el camino que siguen los seres humanos parece extrañamente inconsecuente. Ven claramente cómo la degradación se revela por la incredulidad y la indulgencia en el apetito. Ven cuán incansablemente trabaja Satanás para destruir la imagen de Dios en el hombre. Se preguntan por qué seres que dependen de su Creador para cada inspiración, actúan en forma tan irrazonable e inconsistente; por qué eligen el bando de aquel que crucificó a Cristo y llenó el mundo de luchas, envidias y celos…   ATO. 319.2. Alza tus Ojos

DESDE AHORA PODEMOS COMENZAR A TENER LA IMAGEN DE DIOS EN NUESTRAS VIDAS, NO LA FÍSICA, SINO LA ESPIRITUAL

Tenemos el privilegio, al estudiar fervientemente la Palabra, de ser conscientes de si estamos manifestando o no sus principios en nuestra vida diaria. Y así como el espejo revela nuestros defectos, mediante la oración ferviente y la fe debemos tratar de eliminarlos y alcanzar la norma que se nos ha propuesto. Al tratar de llegar a la perfección que Dios desea que logremos, se irá manifestando para nosotros insensiblemente la imagen de Dios mediante nuestras palabras, nuestros actos y nuestro espíritu. El ser humano recibirá el molde del Ser divino.—Carta 300, del 29 de septiembre de 1907, dirigida al pastor O. A. Olsen, presidente de la Unión Australasiana.

Aunque la imagen moral de Dios fue prácticamente eliminada por el pecado de Adán, puede ser renovada por los méritos y el poder de Jesús. El hombre puede permanecer de pie con la imagen moral de Dios en su carácter; porque Jesús se la dará.—The S.D.A. Bible Commentary 6:1078.   MGD 246.4.  La Maravillosa Gracia de Dios

EN LA RESURRECION SERA REINSTAURADA LA IMAGEN DE DIOS EN LOS SALVOS, TANTO LA IMAGEN FISICA, COMO LA ESPIRITUAL

Todos salen de sus tumbas de igual estatura que cuando en ellas fueran depositados. Adán, que se encuentra entre la multitud resucitada, es de soberbia altura y formas majestuosas, de porte poco inferior al del Hijo de Dios. Presenta un contraste notable con los hombres de las generaciones posteriores; en este respecto se nota la gran degeneración de la raza humana. Pero todos se levantan con la lozanía y el vigor de eterna juventud. Al principio, el hombre fué creado a la semejanza de Dios, no sólo en carácter, sino también en lo que se refiere a la forma y a la fisonomía. El pecado borró e hizo desaparecer casi por completo la imagen divina; pero Cristo vino a restaurar lo que se había malogrado. El transformará nuestros cuerpos viles y los hará semejantes a la imagen de su cuerpo glorioso. La forma mortal y corruptible, desprovista de gracia, manchada en otro tiempo por el pecado, se vuelve perfecta, hermosa e inmortal. Todas las imperfecciones y deformidades quedan en la tumba. Reintegrados en su derecho al árbol de la vida, en el desde tanto tiempo perdido Edén, los redimidos crecerán hasta alcanzar la estatura perfecta de la raza humana en su gloria primitiva. Las últimas señales de la maldición del pecado serán quitadas, y los fieles discípulos de Cristo aparecerán en “la hermosura de Jehová nuestro Dios,” reflejando en espíritu, cuerpo y alma la imagen perfecta de su Señor. ¡Oh maravillosa redención, tan descrita y tan esperada, contemplada con anticipación febril, pero jamás enteramente comprendida!  CI 103.2.   Conflicto inminente

LECTURAS AUXILIARES

Hoy día Dios da a los hombres la oportunidad de mostrar si aman a sus prójimos. El que verdaderamente ama a Dios y a su prójimo es aquel que manifiesta misericordia hacia los desheredados, los dolientes, los heridos, los que se están muriendo. Dios insta a cada hombre a empeñarse en realizar la obra que ha descuidado, a que restaure la imagen moral del Creador en la humanidad.   CPI 513.1

En la oración que Cristo dirigió al Padre, dio al mundo una lección que debe ser grabada en la mente y el alma. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”Juan 17:3. Esta es la verdadera educación. Imparte poder. El conocimiento experimental de Dios y de Cristo Jesús, a quien El ha enviado, transforma al hombre a la imagen de Dios. Le da dominio propio, sujetando cada impulso y pasión de la baja naturaleza del gobierno de las facultades superiores de la mente. Convierte a su poseedor en hijo de Dios y heredero del cielo. Lo pone en comunión con la mente del Infinito y le abre los ricos tesoros del universo.  RJ  109.4

Aunque el viento mismo es invisible, produce efectos que se ven y sienten. Así también la obra del Espíritu en el alma se revelará en toda acción de quien haya sentido su poder salvador. Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Los pensamientos pecaminosos son puestos a un lado, las malas acciones son abandonadas; el amor, la humildad y la paz, reemplazan a la ira, la envidia y las contenciones. La alegría reemplaza a la tristeza, y el rostro refleja la luz del cielo. Nadie ve la mano que alza la carga, ni contempla la luz que desciende de los atrios celestiales. La bendición viene cuando por la fe el alma se entrega a Dios. Entonces ese poder que ningún ojo humano puede ver, crea un nuevo ser a la imagen de Dios.

DTG 144.1

Se me ha presentado la condición miserable del mundo en la actualidad. Desde la caída de Adán la raza humana se ha ido degenerando. Se me mostraron algunas de las razones por la deplorable condición actual de hombres y mujeres que fueron formados a la imagen de Dios. Y una idea de cuánto debe hacerse para detener, aun en cierta medida, la decadencia física, mental y moral, hizo que mi corazón se enfermara y desmayase. Dios no creó a la humanidad en su actual condición débil. Este estado de cosas no es la obra de la Providencia, sino la obra del hombre; lo han causado los hábitos erróneos y los abusos, por la violación de las leyes que Dios ha hecho para gobernar la existencia de los seres humanos. A través de la tentación a complacer el apetito, Adán y Eva cayeron primero de su elevado estado, santo y feliz. Y es a través de la misma tentación que la raza humana se ha debilitado. Han permitido que el apetito y la pasión tomen el trono, y que la razón y el intelecto sean puestos en sujeción.  3TI 155.3.  3 Joyas de los Testimonios

Nuestros ruegos por ayuda divina para asemejarnos a la imagen de Cristo pueden no ser contestados de acuerdo a nuestros deseos. Puede ser que seamos probados si Dios ve que lo mejor para nosotros es ponernos bajo la disciplina, que es tan esencial para capacitarnos para la bendición que anhelamos. Y no debiéramos desanimarnos, ni dar lugar a la duda, ni pensar que nuestras oraciones no han sido contestadas. Debiéramos confiar más en Cristo y dejar nuestro caso a Dios para que responda nuestras oraciones de acuerdo a su voluntad. Dios no ha prometido que va a conceder su bendición sobre los planes que nosotros mismos hacemos; es demasiado sabio para errar y demasiado cuidadoso de nosotros para permitirnos elegir nuestro propio camino.  HD 228.2

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