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Lección 11 – LA UNIDAD EN LA ADORACIÓN – Para el 15 de diciembre de 2018

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Lección 11: Para el 15 de diciembre de 2018

LA UNIDAD EN LA ADORACIÓN

Sábado 8 de diciembre_____________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Apocalipsis 4:8, 11; Mateo 4:8, 9; Daniel 3:8-18; Apocalipsis 14:9; Apocalipsis 14:6, 7; Hechos 4:23-31.

PARA MEMORIZAR:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apoc. 14:6, 7).

Poco después del Pentecostés, los primeros cristianos pasaban gran parte de su tiempo en adoración. “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hech. 2:42). La alegría que sentían de saber que Jesús era el Mesías llenaba su corazón de acción de gracias y gratitud a Dios. Ellos sentían la necesidad de reunirse para dedicar tiempo a la comunión, el estudio y la oración; para agradecerle a Dios por revelarse mediante la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, y por lo que había hecho en su vida.

La iglesia de Jesucristo es una comunidad de adoración, creada por Dios a fin de ser “casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Ped. 2:5). La gratitud a Dios expresada en la adoración comunitaria transforma el corazón y la mente de las personas según el carácter de Dios y las prepara para el servicio.

Esta semana nos enfocaremos en la adoración y la unidad de la iglesia.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Necesitamos alabar más a Dios por su “misericordia’’ “y sus maravillas para con los hijos de los hombres” [Salmo 107:8]. Nuestros ejercicios de devoción no deben consistir enteramente en pedir y recibir. No estemos pensando siempre en nuestras necesidades y nunca en los beneficios que recibimos. No oramos nunca demasiado, pero somos muy parcos en dar gracias. Constantemente estamos recibiendo las misericordias de Dios y, sin embargo, ¡cuán poca gratitud expresamos! ¡Cuán poco le alabamos por lo que ha hecho en nuestro favor!…

Nuestro Dios es un Padre tierno y misericordioso… Él quiere que quienes vengan a adorarle se lleven pensamientos preciosos acerca de su amor y cuidado, a fin de que estén alentados en toda ocasión de la vida y tengan gracia para obrar honrada y fielmente en todo…

El alma puede elevarse hacia el cielo en alas de la alabanza. Dios es adorado con cánticos y música en las mansiones celestiales, y al expresar nuestra gratitud nos aproximamos al culto que rinden los habitantes del cielo. Se nos dice: “El que ofrece sacrificio de alabanza me glorificará” [Salmo 50:23]. Presentémonos, pues, con gozo reverente delante de nuestro Creador, con “acciones de gracias y voz de melodía» [Isaías 51:3] (El camino a Cristo, p. 103, 104).

Nuestras reuniones deben… estar impregnadas por la misma atmósfera del cielo. No haya discursos largos y áridos ni oraciones formales simplemente para ocupar el tiempo… Esto es ofrecer a Dios un culto aceptable. Su servicio debe ser hecho interesante y atrayente, y no dejarse que degenere en una forma árida. Debemos vivir por Cristo minuto tras minuto, hora tras hora y día tras día. Entonces Cristo morará en nosotros, y cuando nos reunamos, su amor estará en nuestro corazón, y al brotar como un manantial en el desierto, refrescará a todos y dará a los que están por perecer avidez por beber las aguas de vida (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 573).

Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida, se desechan los pensamientos pecaminosos, se renuncia a las malas acciones; el amor, la humildad y la paz ocupan el lugar de la ira, la envidia y las rencillas. La tristeza es desplazada por la alegría y el semblante refleja el gozo del cielo…

La religión que viene de Dios es la única que llevará a Dios. Para servirlo rectamente, debemos haber nacido del Espíritu divino. Este purificará el corazón y renovará la mente, dándonos una capacidad nueva para conocer y amar al Señor. Nos inspirará a obedecer voluntariamente todos sus requerimientos. Esto es verdadero culto. Tal es el fruto de la obra del Espíritu Santo. El Espíritu redacta cada oración sincera, para que sea aceptable a Dios. Cuandoquiera que un alma busca a Dios, se manifiesta la obra del Espíritu, y Dios se revela a esa alma. Esos son los adoradores que él busca. Aguarda para recibirlos y convertirlos en hijos suyos (Mi vida hoy, p. 47).

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Lección 11 | Domingo 9 de diciembre______________________________________________

ADOREMOS A NUESTRO CREADOR Y REDENTOR

Al tocar el tema de la adoración, a menudo destacamos cuáles son los elementos de la adoración, lo que esta incluye y cómo se realiza. Pero ¿cuál es el significado profundo de la adoración? ¿Qué significa adorar a Dios? Y, ¿por qué lo hacemos? En el Salmo 29:2, David declara: “Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”. Este salmo nos indica la dirección correcta para comprender el significado de la adoración. Adorar al Señor es darle la gloria y el honor que él se merece.

Apocalipsis 4 y 5 describe la investidura de Jesús en el cielo luego de su ascensión. ¿Qué razones dan los habitantes celestiales para adorar a Dios y a Jesús, el Cordero de Dios? Ver Apoc. 4:8, 11; 5:9, 10, 12, 13.

Apocalipsis 4:8, 11

Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.

11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Apocalipsis 5:9-10, 12-13

y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.

Esta descripción de la adoración en la sala del Trono celestial, cuando Jesús es presentado como el Cordero de Dios y el Salvador del mundo, es inspiradora. La adoración surge cuando la creación de Dios le responde con palabras de adoración y agradecimiento por lo que él ha hecho. La adoración es la respuesta de una persona agradecida por la creación y la salvación divinas. Al final de los tiempos, los redimidos también se unirán en adoración y responderán de manera similar a la salvación de Dios. “Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Pues solo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado” (Apoc. 15:3, 4).

De esta manera, la adoración es una respuesta de nuestra fe en Dios por sus obras poderosas: en primer lugar, por crearnos; y en segundo lugar, por redimirnos. En la adoración le rendimos culto, reverencia, alabanza, amor y obediencia a Dios porque creemos que es digno de recibirlos. Por supuesto, lo que sabemos acerca de Dios, como nuestro Creador y Salvador, procede de lo que nos reveló en las Escrituras. Además, lo que los cristianos saben de Dios se reveló más plenamente en la persona y el ministerio de Jesús (ver Juan 14:8-14). Por esta razón los cristianos adoran a Jesús como su Salvador y Redentor, ya que su muerte sacrificial y su resurrección son la esencia de la adoración.

Cuando los cristianos se reúnen para adorar, es por este espíritu de reverencia y agradecimiento que nuestra adoración debe proseguir.

Considera lo que hemos recibido en Cristo como nuestro Creador y Salvador, de qué cosas nos ha librado y lo que nos ofrece, todo porque voluntariamente murió en nuestro lugar. ¿Por qué estas verdades deberían ser el fundamento de nuestra adoración?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

[Dios] desea que cada persona triunfe con el poder y el cuidado del Redentor. El salmista dice: “Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.

La iglesia de Dios en la tierra es una con la iglesia de Dios en el cielo. Los creyentes de la tierra y los seres del cielo, que nunca han caído constituyen una sola iglesia. Todo ser celestial está interesado en las asambleas de los santos que en la tierra se congregan para adorar a Dios. En el atrio interior del cielo, escuchan el testimonio que dan los testigos de Cristo en el atrio exterior de la tierra. Las alabanzas de los adoradores de este mundo hallan su complemento en la antífona celestial, y el loor y el regocijo repercuten por todos los atrios celestiales porque Cristo no murió en vano por los caídos hijos de Adán (Testimonios para la iglesia, tomo 6, p. 366).

La gloria culminante de los atributos de Cristo es su santidad. Los ángeles se postran delante de él en adoración, exclamando: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 4:8). Él es declarado glorioso en su santidad. Estudiad el carácter de Dios. Contemplando a Cristo, buscándole con fe y oración, podéis llegar a ser como él (Consejos para los maestros, p. 388).

Todo el mundo natural da testimonio de las obras del Dios viviente. La naturaleza es nuestro libro de texto, que nos ha dado Dios, el Creador de todas las cosas. No debemos adjudicar el nombre de Dios a las cosas de la naturaleza. Manifiestan su carácter, pero no son Dios. Por medio de las cosas creadas podemos comprender a Dios, su amor, su poder y su gloria, pero existe el gran peligro de que los hombres adoren a la naturaleza como si fuera Dios…

El poder de Dios se manifiesta constantemente como una fuerza capaz de realizar milagros, para que la familia humana, muy por encima y más allá de las cosas creadas, pueda saber que él creó a ese ser que llamamos hombre, como asimismo todas las bellezas del mundo natural (Cada día con Dios, p. 271).

El lugar de culto puede ser muy humilde… pero no por eso deja el Señor de reconocerlo. Para los que adoran a Dios en espíritu y en verdad y en la belleza de la santidad, será como la puerta del cielo. Cuando se entonan cánticos de alabanza, cuando se elevan fervientes oraciones al cielo, cuando se repiten las asombrosas lecciones de las obras de Dios y cuando la gratitud del corazón se expresa en oración y canto, los ángeles del cielo se unen a la melodía en alabanza y agradecimiento a Dios.

Estas prácticas rechazan el poder de Satanás. Expulsan el descontento y las quejas, y Satanás pierde terreno. Dios nos enseña que debemos congregamos en su casa para cultivar los atributos del amor perfecto. Esto preparará a los moradores de la tierra para habitar en las mansiones que Cristo fue a preparar para todos los que le aman. Entonces, ellos se congregarán en el santuario de sábado en sábado, de una nueva luna a otra, uniéndose en los acordes de exaltados cánticos, a fin de agradecer y alabar al que está sentado en el trono y al Cordero por siempre jamás (El Cristo triunfante, p. 246).

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Lunes 10 de diciembre | Lección 11________________________________________________

LA ADORACIÓN FALSA

Lee Mateo 4:8 y 9. ¿Cuál fue la tercera tentación de Jesús en el desierto?

Mateo 4:8-9

Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.

Con orgullo y arrogancia, Satanás se autoproclamó gobernante legítimo del mundo, dueño de todas sus riquezas y gloria, y reclamaba el honor y el respeto de todos los que viven en él, como si él hubiera creado el mundo. ¡Qué insulto al Creador! Satanás reveló que él sabe exactamente de qué se trata la adoración: es honrar y respetar al dueño legítimo del universo.

Compara la experiencia de los tres amigos hebreos de Daniel 3 (especialmente los vers. 8-18) con el poder del tiempo del fin de Apocalipsis 13:4 y 14:9 al 11. ¿Qué está en juego en el tiempo del fin? ¿Cuál es el problema esencial en ambos relatos?

Daniel 3

1 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado. Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. 10 Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; 11 y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 12 Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado. 13 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. 14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? 15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos? 16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. 17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. 19 Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. 20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. 21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. 22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo. 24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. 26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. 27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían. 28 Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. 29 Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste. 30 Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.

Apocalipsis 13:4

y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?

Apocalipsis 14:9-11

Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

Desde Caín y Abel, pasando por los tres muchachos hebreos en Babilonia, hasta los acontecimientos finales en torno a “la marca de la bestia” (Apoc. 16:2), Satanás busca establecer un sistema de adoración falso que aparte a la gente del Dios verdadero y, en forma sutil, dirigir la adoración hacia su persona. Al fin y al cabo, incluso antes de la caída, él quería ser como Dios (Isa. 14:14). No es casualidad que, así como los tres jóvenes soportaron la amenaza de muerte salvo que adorasen una “imagen”, en los últimos días los fieles de Dios enfrentarán la amenaza de muerte a menos que también adoren una “imagen”. ¿Por qué deberíamos adorar una “imagen” cualquiera cuando somos llamados a adorar al verdadero Dios?

“Importantes son las lecciones que debemos aprender de lo experimentado por los jóvenes hebreos en la llanura de Dura. […]

“El tiempo de angustia que espera al pueblo de Dios requerirá una fe inquebrantable. Sus hijos deberán dejar manifiesto que él es el único objeto de su adoración, y que por ninguna consideración, ni siquiera de la vida misma, pueden ser inducidos a hacer la menor concesión a un culto falso. Para el corazón leal, los mandamientos de hombres pecaminosos y finitos son insignificantes frente a la Palabra del Dios eterno. Obedecerán a la verdad aunque el resultado haya de ser encarcelamiento, destierro o muerte” (PR 376).

¿Cuáles son las diferentes formas, incluso en la actualidad, en que podemos vernos tentados a adorar a otro que no sea el único Ser digno de nuestra adoración? La adoración falsa ¿en qué sentido podría ser una amenaza más sutil de lo que pensamos? ¿Cuáles son algunas de las cosas que quizás ahora estemos tentados a adorar?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Satanás seduce hoy día a los hombres como sedujo a Eva en el Edén, lisonjeándolos, alentando en ellos el deseo de conocimientos prohibidos y despertando en ellos la ambición de exaltarse a sí mismos. Fue alimentando esos males como cayó él mismo, y por ellos trata de acarrear la mina de los hombres. “Y seréis como Dios -dijo él- conocedores del bien y del mal”. Génesis 3:5 (VM). El espiritismo enseña “que el hombre es un ser susceptible de adelanto; que su destino consiste en progresar desde su nacimiento, aun hasta la eternidad, hacia la divinidad”… Un maestro espiritista dijo cuando «la conciencia espiritual” se despertó en él: “Todos mis semejantes eran semidioses no caídos”. Y otro dice: “Todo ser justo y perfecto es Cristo”.

Así, en lugar de la justicia y perfección del Dios infinito que es el verdadero objeto de la adoración; en lugar de la justicia perfecta de la ley, que es el verdadero modelo de la perfección humana. Satanás ha colocado la naturaleza pecadora del hombre sujeto al error, como único objeto de adoración, única regla del juicio o modelo del carácter (El conflicto de los siglos, p. 542).

El día señalado había llegado, y la inmensa multitud se hallaba reunida, cuando recibió el rey la noticia de que los tres hebreos a quienes había puesto sobre la provincia de Babilonia habían rehusado adorar la imagen… Lleno de ira, el monarca los llama a su presencia, y señalando el homo flamígero, les dice cuál será el castigo para ellos si rehúsan obediencia a su voluntad.

En vano fueron las amenazas del rey. No pudo desviar a estos nobles hombres de su lealtad al gran Gobernante de las naciones. Ellos habían aprendido a través de la historia de sus padres que la desobediencia a Dios es deshonor, desastre y mina; que el temor del Señor es no solamente el comienzo de la sabiduría, sino el fundamento de toda verdadera prosperidad. Miran con calma el homo ardiente y la turba idólatra. Ellos han confiado en Dios, y él no les faltará ahora. Su respuesta es respetuosa, pero decidida: “Sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”. Daniel 3:18 (La edificación del carácter, p. 35).

El Señor presenta su supremacía. Pero Satanás bien sabe que el culto del Dios viviente eleva, ennoblece y ensalza a una nación. Él sabe que el culto a los ídolos no eleva, sino que degrada las ideas de los hombres al asociar con el culto lo que es vil y corrupto. Se empeña continuamente en apartar la mente del único Dios verdadero y viviente…

Que los hombres adoren y sirvan al Señor Dios, y solo a él. No se ensalce el orgullo egoísta ni sea servido como un dios. No se haga del dinero un dios. Si la sensualidad no es mantenida bajo el control de las facultades superiores de la mente, las bajas pasiones gobernarán al ser. Cualquier cosa que se convierta en objeto de atención y admiración indebidas, que absorba la mente, es un dios que se escoge antes que al Señor. Dios es un escudriñador del corazón. El distingue entre el verdadero servicio del corazón y la idolatría (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 4, p. 1167).

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Lección 11 | Martes 11 de diciembre________________________________________________

EL MENSAJE DEL PRIMER ÁNGEL

Los adventistas del séptimo día consideran que el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12 representa su misión y la esencia de su mensaje justo antes de la segunda venida de Jesús (Apoc. 14:14-20). Estos son los importantes mensajes que debemos predicar “a gran voz” a todos los habitantes de la Tierra.

Lee Apocalipsis 14:6 y 7. ¿Cuál es el mensaje del primer ángel y qué dice acerca de Dios? ¿Por qué hay una referencia a la adoración en este mensaje?

Apocalipsis 14:6-7

Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

El primer mensaje de los tres ángeles proclama un mensaje al mundo entero. Este es el cumplimiento de la predicción de Jesús en Mateo 24:14. Hay un sentido de urgencia y premura en la descripción de estos tres ángeles y su misión. El primer mensaje insta a la gente a concentrarse en Dios porque “la hora de su juicio ha llegado” (Apoc. 14:7). La segunda venida de Jesús es el catalizador para el Juicio.

“Temed a Dios”, dice el ángel (Apoc. 14:7). Para quienes no se toman muy en serio a Dios, este mensaje y llamado a la acción en realidad generará miedo en su mente. Pero, a quienes han sido seguidores de Jesús este llamado les causará admiración y respeto. Contemplan a Dios y ven el cumplimiento de sus promesas. Los invade una sensación de reverencia agradecida por Dios.

“Y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apoc. 14:7). Este lenguaje hace una alusión inequívoca al mandamiento del sábado, con su referencia a la Creación (ver Éxo. 20:8-11). El Dios de la Creación, que instituyó el sábado como monumento conmemorativo de su poder creador, es a quien debemos adorar y reverenciar.

Es interesante notar que, al final de los tiempos, la adoración se identifica como un tema clave en el gran conflicto por la lealtad de la raza humana. Este anuncio mundial es un llamado a adorar al Creador.

“El tema central en la crisis final será la adoración. La revelación deja en claro que la prueba no será la negación de la adoración, sino más bien a quién se adora. En el tiempo del fin, solo habrá dos grupos de personas en el mundo: los que temen y adoran al Dios verdadero (11:1, 18; 14:7) y los que odian la verdad y son adoradores del dragón y la bestia (13:4-8; 14:9-11). […]

“Si la adoración es el tema central en el conflicto final, no es extraño que Dios envíe su evangelio del tiempo del fin instando a los habitantes de la Tierra a tomarlo en serio y a adorarlo como Creador, el único digno de adoración” (R. Stefanovic, Revelation of Jesus Christ: Commentary on the Book of Revelation, pp. 444, 445).

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El hecho de que Dios demande reverencia y adoración por sobre los dioses paganos se funda en que él es el Creador, y que todas las demás criaturas le deben a él su existencia. Así lo presenta la Biblia… El sábado, como recordatorio del poder creador de Dios, le señala a él como Hacedor de los cielos y de la tierra. Por lo tanto, es un testimonio perpetuo de su existencia, y un recuerdo de su grandeza, su sabiduría y su amor. Si el sábado se hubiera santificado siempre, jamás habría podido haber ateos ni idólatras (Patriarcas y profetas, p. 348).

En esta época precisamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, Dios necesita hombres que preparen un pueblo para que esté en pie en el gran día del Señor. En estos últimos días se debe efectuar una obra igual a la que hizo Juan. Mediante los agentes que el Señor ha elegido, él está dando mensajes a su pueblo, y quiere que todos presten atención a las admoniciones y amonestaciones que envía… nuestro mensaje no es de paz y seguridad. En nuestra condición de pueblo que cree en la pronta aparición de Cristo, tenemos un mensaje definido para dar: “prepárate para encontrarte con tu Dios”…

En este tiempo de apostasía casi universal, Dios exige que sus mensajeros proclamen su ley con el espíritu y el poder de Elias. Así como Juan el Bautista, al preparar un pueblo para el primer advenimiento de Cristo, llamó su atención a los Diez Mandamientos, así debemos dar el mensaje nítidamente: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado”. Debemos esforzarnos para preparar el camino para el segundo advenimiento de Cristo, con el mismo fervor que caracterizó a Elias el profeta y a Juan el Bautista (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, tomo 4, pp. 1205, 1206).

Los que poseen solamente una teoría de la verdad, los que tocan la verdad solo con la punta de los dedos, los que no han llevado sus principios al santuario interior del alma sino que han mantenido la verdad en el atrio exterior, no verán nada de sagrado en la historia pasada de este pueblo que lo ha hecho lo que actualmente es, y que ha establecido a sus miembros como misioneros fervorosos y decididos que trabajan en el mundo.

La verdad para este tiempo es preciosa, pero aquellos cuyos corazones no han sido quebrantados al caer sobre la Roca que es Cristo Jesús, no verán ni comprenderán qué es la verdad. Aceptarán aquello que place a sus ideas y comenzarán a preparar otro fundamento diferente del que ya ha sido puesto. Halagarán su propia vanidad y estima pensando que son capaces de quitar las columnas de nuestra fe para reemplazarlas por pilares inventados por ellos (Mensajes selectos, tomo 2, pp. 447, 448).

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Miércoles 12 de diciembre | Lección 11____________________________________________

EL ESTUDIO DE LA BIBLIA Y LA COMUNIÓN

Lee Hechos 2:42. ¿Cuáles eran algunos de los elementos de la adoración cristiana primitiva?

Hechos 2:42

42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hech. 2:42). Desde los orígenes de la iglesia, la adoración se ha caracterizado por la centralidad del estudio de la Palabra de Dios que nos dieron los apóstoles. Los primeros cristianos eran fieles en el estudio de las Escrituras en cuanto a lo que decían acerca de Jesús, el Mesías. Estaban en comunión constante para compartir entre ellos las bendiciones que Dios les había dado y para animarse mutuamente en su andar espiritual con Dios. En la Palabra exploraron las verdades sagradas que se convirtieron en la base de su mensaje al mundo.

¿Qué dicen los siguientes pasajes acerca de la importancia de estudiar la Palabra de Dios en comunión con otros creyentes?

2 Reyes 22:8-13

Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó. Viniendo luego el escriba Safán al rey, dio cuenta al rey y dijo: Tus siervos han recogido el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová. 10 Asimismo el escriba Safán declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey. 11 Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos. 12 Luego el rey dio orden al sacerdote Hilcías, a Ahicam hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías siervo del rey, diciendo: 13 Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.

Hechos 17:10-11

10 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. 11 Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.

2 Timoteo 3:14-17

14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; 15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

“Doquiera se proclamen las verdades del evangelio, los que desean sinceramente hacer lo recto son inducidos a escudriñar diligentemente las Escrituras. Si en las escenas finales de la historia terrenal aquellos a quienes se proclaman las verdades probatorias siguieran el ejemplo de los bereanos, escudriñando diariamente las Escrituras, comparando con la Palabra de Dios los mensajes que se les dan, habría un gran número de leales a los preceptos de la Ley de Dios donde ahora hay comparativamente pocos” (HAp 188, 189).

Somos un pueblo unido debido a las verdades que proclamamos, las cuales encontramos en la Palabra de Dios. Esto se aplica a la iglesia de Dios en sus orígenes, y también a la iglesia actual. El estudio de la Palabra de Dios forma la esencia de nuestra adoración a Dios y de nuestra unidad como pueblo que ha sido llamado a proclamar el mensaje de los tres ángeles al mundo. Cuando nos unimos como familia para compartir y adorar, las Escrituras nos transmiten las palabras de Dios para guiar nuestra vida en preparación para nuestra misión y para la segunda venida de Jesús.

¿Cuán firme es tu cimiento en tus creencias bíblicas? Es decir, ¿estás suficientemente arraigado en la Biblia como para poder mantenerte firme frente a la muerte como los tres muchachos hebreos?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Leed las advertencias que la Palabra de Dios presenta con tanta abundancia acerca de los profetas falsos que vendrán con sus herejías y que engañarán hasta a los escogidos, de ser eso posible. Puesto que la iglesia cuenta con estas advertencias, ¿por qué no distingue lo falso de lo genuino? Los que han sido descarriados necesitan humillarse delante de Dios y arrepentirse sinceramente porque han sido desviados con mucha facilidad. No han distinguido la voz del Pastor verdadero de la voz del extraño. Que tales personas repasen este capítulo de su experiencia…

Han ocurrido apostasías y el Señor ha permitido que asuntos de esa naturaleza se desarrollasen en el pasado a fin de mostrar con cuánta facilidad sus hijos serán descarriados cuando dependan de las palabras de los hombres en vez de investigar por sí mismos las Escrituras, como hicieron los nobles bereanos, para ver si esas cosas eran así. Y el Señor ha permitido que acontezcan cosas de esta índole para que se den advertencias de que tales cosas ocurrirán (Mensajes selectos, t. 2. p. 454).

¿Qué otro libro puede enseñar al hombre a amar, temer y obedecer a Dios como la Biblia?… Claramente retrata la justicia, y vaticina la consecuencia de la desobediencia a la ley de Jehová. A nadie se deja en la oscuridad en cuanto a lo que Dios aprueba o desaprueba. Estudiando las Escrituras llegamos a conocer a Dios y somos encaminados hacia la comprensión de nuestra relación con Cristo, quien llevó nuestros pecados, y es el garante, el sustituto de nuestra humanidad caída. Estas verdades atañen a nuestros intereses presentes y eternos. La Biblia descuella entre los libros, y su estudio tiene un valor superior al de otra literatura para dar vigor y expansión a la mente. Pablo dice: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad”. “Empero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra” (La educación cristiana, p. 53).

La Biblia es el libro de texto, y debería ser estudiada diligentemente, no como se lee cualquier libro. Debe ser para nosotros el libro que satisface las necesidades del alma. Este libro hará sabio para la salvación al hombre que lo estudie y lo obedezca. Así como el alimento no puede nutrir el cuerpo a menos que se lo coma y se lo digiera, tampoco puede la Palabra del Dios vivo satisfacer el alma a menos que se la reciba como Maestra de un sistema de educación superior, que está por encima de todo artificio humano; a menos que sus principios sean obedecidos porque son la sabiduría de Dios (Cada día con Dios, p. 125).

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Lección 11 | Jueves 13 de diciembre_______________________________________________

EL PARTIMIENTO DEL PAN Y LA ORACIÓN

Más allá de los desafíos que enfrentaron los miembros de la iglesia primitiva, estaban unidos en su fe común en Jesús y en la verdad que se les había confiado para esparcirla al mundo. Es lo que Pedro incluso llamó “verdad presente” (2 Ped. 1:12). Y así, unidos en la verdad, expresaron su unidad de varias maneras.

“Y perseveraban […] en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hech. 2:42). Esta referencia al partimiento del pan probablemente se refiera a una comida de confraternidad o a las comidas regulares que compartían entre los creyentes. En algún momento durante una comida de confraternidad, alguien ofrecería una bendición especial sobre el pan y la bebida en memoria de la muerte y la resurrección de Jesús, a la espera de su pronto regreso. Los primeros cristianos dedicaban tiempo a recordar el significado de la vida y el ministerio de Jesús, y les encantaba hablar de ello en las comidas de confraternidad. Las comidas que compartían se convirtieron en momentos de adoración. “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hech. 2:46, 47). Sin duda, este tiempo de confraternidad ayudó mucho a fortalecer el sentido de unidad que tenían en Jesús.

¿Qué ejemplos tenemos, en el libro de Hechos, de los primeros cristianos que oraban juntos? ¿Por qué oraban?

Hechos 1:14

14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Hechos 4:23-31

23 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; 25 que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? 26 Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. 27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, 28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. 29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. 31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Hechos 12:12

12 Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.

La iglesia primitiva apreciaba la oportunidad de comunicarse directamente con Dios y nunca dejaba de elevar sus peticiones cuando se reunía en adoración. Pablo, en su primera Epístola a Timoteo, menciona la importancia de la oración cuando los cristianos se reúnen (1 Tim. 2:1). A los efesios, también les recalcó la necesidad de la oración: “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio” (Efe. 6:18, 19).

¿De qué forma podemos experimentar una unidad más profunda mediante el poder de la oración intercesora por causas comunes? ¿De qué manera esta oración nos ayuda a unirnos como iglesia?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Jesús, cuando se preparaba para una gran prueba o para algún trabajo importante, se retiraba a la soledad de los montes, y pasaba la noche orando a su Padre. Una noche de oración precedió a la ordenación de los apóstoles, al Sermón del Monte, a la transfiguración, y a la, agonía del pretorio y de la cruz, así como la gloria de la resurrección.

Nosotros también debemos destinar momentos especiales para meditar, orar y recibir refrigerio espiritual. No reconocemos debidamente el valor del poder y la eficacia de la oración. La oración y la fe harán lo que ningún poder en la tierra podrá hacer. Raramente nos encontramos dos veces en la misma situación. Hemos de pasar continuamente por nuevos escenarios y nuevas pruebas, en que la experiencia pasada no puede ser una guía suficiente. Debemos tener la luz continua que procede de Dios (El ministerio de curación, p. 407).

Si conocemos a Dios, y a Cristo Jesús a quien él ha enviado, un gozo inefable llenará el alma. ¡Oh, cuánto necesitamos la presencia divina! Todo obrero debiera estar exhalando su oración a Dios por el bautismo del Espíritu Santo. Debieran reunirse grupos para pedir a Dios ayuda especial, sabiduría celestial, a fin de que el pueblo de Dios sepa cómo planear, proyectar y ejecutar la obra.

Especialmente deben orar los hombres porque el Señor elija sus instrumentos y bautice a sus misioneros con el Espíritu Santo. Durante diez días oraron los discípulos antes que viniera la bendición pentecostal. Se necesitó todo ese tiempo para que pudieran comprender lo que significaba ofrecer una oración eficaz, acercarse más y más a Dios, confesar sus pecados, humillar sus corazones delante del Señor, contemplar a Jesús por la fe y ser transformados a su imagen. Cuando la bendición vino, llenó todo el lugar donde estaban reunidos, y dotados de poder, salieron a hacer una obra eficaz para el Maestro (Testimonios pura los ministros, pp. 169, 170).

En visiones de la noche pasó delante de mí un gran movimiento de reforma en el seno del pueblo de Dios. Los enfermos eran sanados y se efectuaban otros milagros. Se advertía un espíritu de oración como lo hubo antes del gran día de Pentecostés. Veíase a centenares y miles de personas visitando las familias y explicándoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos por el poder del Espíritu Santo, y se manifestaba un espíritu de sincera conversión. En todas partes las puertas se abrían de par en par para la proclamación de la verdad. El mundo parecía iluminado por la influencia divina. Los verdaderos y sinceros hijos de Dios recibían grandes bendiciones. Oí las alabanzas y las acciones de gracias: parecía una reforma análoga a la del año 1844 (Testimonios para la iglesia, tomo 9, p. 102).

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Viernes 14 de diciembre | Lección 11_________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee “Alabad a Dios”, en Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 295-298; “Un signo de grandeza”, en Palabras de vida del gran Maestro, pp. 116-128.

“ ‘La importancia del sábado, como institución conmemorativa de la Creación, consiste en que nos recuerda siempre la verdadera razón por la cual se debe adorar a Dios’: porque él es el Creador, y nosotros somos sus criaturas. ‘Por consiguiente, el sábado forma parte del fundamento mismo de la adoración divina, pues enseña esta gran verdad del modo más contundente, como no lo hace ninguna otra institución. El verdadero motivo de la adoración divina –no solo la que se tributa en el séptimo día, sino de toda adoración– reside en la distinción entre el Creador y sus criaturas. Este hecho capital jamás llegará a ser obsoleto y jamás deber ser olvidado’ (J. N. Andrews, History of the Sabbath, cap. 27). Fue para que esta verdad jamás se borrara de la mente de los hombres que Dios instituyó el sábado en el Edén; y, mientras el ser él nuestro Creador siga siendo motivo para que lo adoremos, el sábado seguirá siendo su señal y monumento. Si el sábado se hubiese observado universalmente, los pensamientos y las inclinaciones de los hombres se habrían dirigido hacia el Creador como objeto de reverencia y adoración, y jamás habría habido un idólatra, un ateo o un infiel. La observancia del sábado es una señal de lealtad al Dios verdadero, ‘que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de agua’. De esto se desprende que el mensaje que manda a los hombres adorar a Dios y guardar sus mandamientos los ha de invitar especialmente a observar el cuarto Mandamiento” (CS 433).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

          1. La adoración, la creación y la salvación están estrechamente entrelazados, ¿crees que la celebración del sábado podría ser el antídoto para la adoración falsa? ¿Qué papel desempeña el sábado en la profecía de Apocalipsis 14:6 y 7? ¿Por qué se hace referencia al sábado en el mensaje del primer ángel?
          2. A menudo hablamos de la adoración como una cuestión de contenido: cosas que debemos hacer o no hacer durante la adoración. Eso ¿es suficiente? ¿De qué se trata realmente la adoración? ¿Qué hace tu iglesia local para lograr una adoración significativa?
          3. En algunas sociedades, la adoración comunitaria cristiana lentamente va quedando en el olvido y el abandono, incluso en las comunidades adventistas. ¿Qué puede hacer tu iglesia local para contrarrestar esta tendencia?

Resumen: La adoración es la respuesta agradecida del creyente cristiano a Dios por su don de la salvación. También es un elemento esencial de la experiencia de unidad y confraternidad de la comunidad cristiana. Sin oración ni estudio de la Biblia en un deseo de conocer la verdad de Dios para nosotros, nuestra comunidad no podrá experimentar la unidad en Cristo.

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