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LECCIONES FUTURAS DE ESCUELA SABÁTICA
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1 & 2 de Corintios | Mayordomía | Eclesiología | Ezequiel |
2028 |
* Religion in the Market Place
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Lección 10: Para el 9 de diciembre de 2023
MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE
Sábado 2 de diciembre__________________________________________________
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Hechos 17; 1 Corintios 2:2; Romanos 1:18-25.
PARA MEMORIZAR:
“El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” (Hech. 17:24).
Al describir lo que Pablo hizo en Atenas, Lucas escribió: “Así, razonaba en la sinagoga con los judíos y con otros piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían” (Hech. 17:17). Naturalmente, Pablo habría estado más cómodo trabajando entre los judíos, su propia carne y sangre. Pero el apóstol se negó a conformarse con trabajar únicamente entre los suyos. Había sido llamado a alcanzar a otros también. O Pablo podría haber trabajado solo con los gentiles “temerosos de Dios”, cuya visión del mundo ya había experimentado un cambio sustancial. Estos tenían una base bíblica sobre la que Pablo podía construir, aunque todavía necesitaran conocer al Dios a quien “temían”: Jesús, el Mesías.
Pero, no. Mientras estuvo en Atenas, una ciudad famosa por su filosofía, Pablo trató de llegar a la gente de allí también, que tenía un trasfondo y una cosmovisión radicalmente diferentes de la de los hebreos y su historia sagrada, que constituía el fundamento de la fe que Pablo quería enseñar a los atenienses.
¿Cómo trató Pablo de llegar a esa gente y qué podemos aprender de sus intentos?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
El Señor Jesús considera cada alma con profundo interés. Ha afirmado que las características espirituales de su iglesia deben ser cuidadosamente preservadas. La iglesia está en el mundo y debe trabajar para el mundo…
La verdad debe ser proclamada hoy a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Cristo desea que la obra se haga de tal manera que no suscite prejuicio, porque cuando este se manifiesta, algunos no quieren oír la verdad…
Todavía estamos en este mundo, donde existen estas barreras, y debemos trabajar de tal manera que alcancemos a todas las clases sociales. No permitan que los obstáculos presentes destruyan su fe y su confianza en Dios (Cada día con Dios, p. 267).
El apóstol [Pablo] no se engañaba por lo que veía en ese centro del saber [Atenas]. Su naturaleza espiritual estaba tan despierta a los atractivos de las cosas celestiales, que el gozo y la gloria de las riquezas que no perecerán nunca, invalidaban a sus ojos la pompa y el esplendor que lo rodeaban. Al ver la magnificencia de Atenas, comprendía su poder seductor para los amantes del arte y de la ciencia, y quedó profundamente impresionada su mente por la importancia de la obra que tenía por delante…
«Disputaba en la sinagoga con los judíos y religiosos; y en la plaza cada día con los que le ocurrían.» Pero su principal labor era proclamar las nuevas de la salvación a aquellos que no tenían un concepto claro de Dios y de su propósito en favor de la especie caída. El apóstol había de encontrarse pronto con el paganismo en su forma más sutil y seductora (Los hechos de los apóstoles, pp. 190, 191).
[A] menos que los miembros de la iglesia de Dios hoy tengan una relación viva con la fuente de todo crecimiento espiritual, no estarán listos para el tiempo de la siega. A menos que mantengan sus lámparas aparejadas y ardiendo, no recibirán la gracia adicional en tiempo de necesidad especial.
Únicamente los que estén recibiendo constantemente nueva provisión de gracia, tendrán una fuerza proporcional a su necesidad diaria y a su capacidad de emplearla. En vez de esperar algún tiempo futuro en que, mediante el otorgamiento de un poder espiritual especial, sean milagrosamente hechos idóneos para ganar almas, se entregan diariamente a Dios, para que los haga vasos dignos de ser empleados por él. Diariamente están aprovechando las oportunidades de servir que están a su alcance. Diariamente están testificando por el Maestro dondequiera que estén, ora sea en alguna humilde esfera de trabajo o en el hogar, o en un ramo público de utilidad (Los hechos de los apóstoles, p. 45).
Domingo 3 de diciembre________________________________________________
UN HEBREO EN ATENAS
Lee Hechos 17:1 al 16. ¿Cómo terminó Pablo en Atenas y cómo respondió a lo que encontró allí?
Hechos 17:1-16
1 Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 2 Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, 3 declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo. 4 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas. 5 Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. 6 Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; 7 a los cuales Jasón ha recibido; y todos estos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. 8 Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas. 9 Pero obtenida fianza de Jasón y de los demás, los soltaron. 10 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. 11 Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. 12 Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres. 13 Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes. 14 Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí. 15 Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron.
La ciudad de Atenas estaba “llena de ídolos” (Hech. 17:16). Como Pablo conocía la historia de su propio pueblo y sus tendencias a la idolatría (a pesar de las interminables advertencias), estaba molesto por todos los ídolos que también encontró en Atenas. Sin duda, Pablo estaba motivado por la compasión hacia los atenienses, que morirían en sus pecados si no llegaban a conocer al Dios verdadero.
En la actualidad, nuestras ciudades siguen llenas de ídolos, aunque sean menos evidentes que los que vio Pablo. Y, por desgracia, muchos creyentes pueden pasearse tranquilamente por una ciudad sin reaccionar en lo más mínimo ante sus ídolos. Sin embargo, Pablo tenía suficiente sintonía con el Espíritu Santo como para responder. A diferencia de otros creyentes que aún no comprendían que el evangelio es para todo el mundo, Pablo sabía que Dios quería que los atenienses se salvaran junto con todos los demás. Comprendía que el concepto de misión global consistía en llevar el evangelio a los grupos de personas no alcanzadas de ninguna forma, incluyendo a los paganos idólatras, así como a los filósofos que atestaban las calles de Atenas.
Por lo tanto, Pablo frecuentaba el mercado, donde se encontraba esta gente. Podríamos decir que formó el primer Centro de Estudios de Misión Global, donde utilizó el mercado con el fin de estudiar y probar métodos para llegar al corazón y la mente de esos paganos.
Pablo sabía que no podía acercarse a los atenienses de la misma manera que se acercaba a los judíos o incluso a los gentiles temerosos de Dios. Eran personas cuyo punto de partida no era el Dios de Israel ni las obras que había manifestado en medio de la nación de Israel. Por más que estos conceptos y creencias fueran esenciales para los judíos e incluso para los gentiles temerosos de Dios, no significaban nada para la gente que Pablo encontraba en el mercado ateniense. Por lo tanto, se necesitaba una estrategia totalmente nueva.
En la actualidad, a menudo tratamos de llegar a personas cuyo trasfondo no tiene nada en común con lo que se ha dado en llamar “la herencia judeocristiana”. De allí que, como Pablo, tengamos que adaptarnos. Un abordaje que podría funcionar bien, por ejemplo, en Quito, podría ser inútil en Bangkok.
¿Qué tipo de ídolos adora la gente en tu sociedad y cómo puedes abrirles los ojos para que vean lo inútil que es todo eso?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Los judíos incrédulos de Tesalónica, llenos de celo y odio hacia los apóstoles, y no conformes con haberlos ahuyentado de su ciudad, los siguieron a Berea y despertaron contra ellos las pasiones excitables de la clase inferior. Temiendo que se hiciese violencia a Pablo si permanecía allí, los hermanos le enviaron a Atenas, acompañado por algunos de los bereanos que acababan de aceptar la fe.
De ciudad en ciudad sufrían persecución los maestros de la verdad. Los enemigos de Cristo no podían impedir el progreso del evangelio; pero sí, lograban dificultar extraordinariamente la obra de los apóstoles. Con todo, frente a la oposición y a los conflictos, Pablo avanzaba firmemente, determinado a realizar el propósito de Dios como se le había revelado en la visión de Jerusalén: «Ve, porque yo te tengo que enviar lejos a los Gentiles». Hechos 22:21 (Los hechos de los apóstoles, p. 189).
La ciudad de Atenas era la metrópoli del paganismo. Allí Pablo no se encontró con un populacho ignorante y crédulo como en Listra, sino con gente famosa por su inteligencia y cultura. Por doquiera se veían estatuas de sus dioses y de los héroes deificados de la historia y la poesía, mientras magníficas esculturas y pinturas representaban la gloria nacional y el culto popular de las deidades paganas. Los sentidos de la gente se extasiaban con la belleza y el esplendor del arte. Por doquiera los santuarios y templos, que representaban gastos incalculables, levantaban sus macizas formas. Las victorias de las armas y los hechos de hombres célebres eran conmemorados mediante esculturas, altares e inscripciones. Todo esto convertía a Atenas en una vasta galería de arte.
Cuando Pablo vio la hermosura y grandeza que lo rodeaban, y la ciudad enteramente entregada a la idolatría, su espíritu se llenó de celo por Dios, a quien veía deshonrado por todas partes; y su corazón se llenó de compasión por la gente de Atenas, que, no obstante su cultura intelectual, no conocía al Dios verdadero (Los hechos de los apóstoles, p. 190).
La unión con Cristo mediante una fe viviente es duradera; toda otra unión perecerá. Cristo nos escogió a nosotros primero pagando un precio infinito por nuestra redención; y el verdadero creyente escoge a Cristo como el primero, el último y el mejor en todo; pero esta unión tiene su precio. El ser orgulloso entra en una unión de dependencia total. Todos los que entran en esta unión han de sentir su necesidad de la sangre expiatoria de Cristo. Han de experimentar un cambio de corazón. Han de someter su voluntad a la voluntad de Dios. Se llevará a cabo una obra dolorosa de desprendimiento tanto como de acercamiento. El orgullo, el egoísmo, la vanidad, la mundanalidad —el pecado en todas sus formas— han de vencerse si hemos de entrar en unión con Cristo. La razón por la que muchos encuentran la vida cristiana tan lamentablemente dura y porque son tan veleidosos y variables, es que procuran vincularse a sí mismos con Cristo sin haberse primero desprendido de sus ídolos acariciados (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 214).
Lunes 4 de diciembre___________________________________________________
PABLO EN EL AREÓPAGO
Sin importar dónde estuviera, como Dios lo había comisionado, Pablo predicaba el evangelio. Y eso es exactamente lo que trató de hacer en Atenas.
Lee Hechos 17:18 al 21. ¿Cómo reaccionaron los paganos de la plaza ante las palabras y las preguntas de Pablo?
Hechos 17:18-21
18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. 19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? 20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. 21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
Es evidente que, con sus “dioses extraños”, Pablo impresionó a la gente del mercado (Hech. 17:18), por lo que lo llevaron al Areópago, una parte de la ciudad donde se dirimían asuntos legales y religiosos; aunque al parecer Pablo no enfrentó ningún tipo de juicio legal. Por lo visto, querían escucharlo a él y su “nueva doctrina” (Hech. 17:19). Sería difícil ignorar a alguien con la elocuencia, la pasión y la inteligencia de Pablo, aunque promoviera ideas que a aquella gente le parecían muy extrañas.
Hechos 17:21 dice que los atenienses no hacían más que hablar y escuchar sobre las últimas ideas. ¿Lucas los estaba acusando de perezosos? Probablemente, no. Lo más probable es que señalara que eran pensadores y polemistas experimentados. Al fin y al cabo, la sociedad griega generó pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles, filósofos cuya influencia ha llegado hasta nuestros días. Atenas había sido considerada durante siglos el centro del pensamiento intelectual y filosófico. Aunque algunos de estos pensadores no eran ateos, desde luego no en el sentido en que hoy concebimos el ateísmo, muchas de sus ideas filosóficas diferían radicalmente de las enseñanzas del cristianismo. Es difícil, por ejemplo, encontrar en la filosofía de los epicúreos y los estoicos un lugar para algo como un Mesías resucitado.
En Atenas, Pablo había esperado que el Espíritu Santo pudiera utilizar sus conocimientos y sus habilidades oratorias, que había adquirido en su educación con Gamaliel. Pero, en realidad, fue la educación de Pablo en las calles de Atenas lo que el Espíritu Santo pudo utilizar aún más. “Sus más sabios oyentes estaban asombrados al escuchar su razonamiento. Demostró que estaba familiarizado con sus obras de arte, su literatura y su religión” (Elena de White, Los hechos de los apóstoles, p. 195).
Después de la experiencia de Pablo en Atenas con estos paganos y filósofos, escribió a los corintios: “Me propuse no saber nada entre ustedes sino a Jesucristo, y a él crucificado” (1 Cor. 2:2). ¿Qué lección podemos encontrar aquí acerca de que Cristo debe ocupar un lugar central en nuestro mensaje, sin importar a quiénes les estemos predicando?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Los grandes hombres de Atenas no tardaron en enterarse de la presencia en su ciudad de un maestro singular, que estaba presentando a las gentes doctrinas nuevas y extrañas. Algunos de esos hombres buscaron a Pablo, y entablaron conversación con él. Pronto una multitud de oyentes se reunió en torno de ellos. Algunos estaban listos para ridiculizar al apóstol como a uno muy inferior a ellos tanto social como intelectualmente, y ésos dijeron con mofa: «¿Qué quiere decir este palabrero?» Otros, «porque les predicaba a Jesús y la resurrección,» dijeron: «Parece que es predicador de nuevos dioses.»
Entre aquellos que se encontraron con Pablo en la plaza, había «algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estoicos;» pero estos, y todos los demás que trataron con él, vieron pronto que tenía un caudal de conocimiento aun mayor que el de ellos. Sus facultades intelectuales imponían el respeto de los letrados; mientras su fervor, su lógico razonamiento y el poder de su oratoria llamaban la atención de todo su auditorio. Sus oyentes reconocieron el hecho de que no era un novicio, sino un hombre capaz de hacer frente a todas las clases de argumentos convincentes en defensa de la doctrina que enseñaba. Así el apóstol permaneció impávido, haciendo frente a sus opositores en su propio terreno, haciendo frente a la lógica con la lógica, a la filosofía con la filosofía, a la elocuencia con la elocuencia (Los hechos de los apóstoles, p. 191).
Mientras Pablo escudriñaba las Escrituras, descubrió que a través de los siglos, «no … muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles; antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es: para que ninguna carne se jacte en su presencia.» 1 Corintios 1:26-29. Y así, viendo la sabiduría del mundo a la luz de la cruz, Pablo se propuso «no conocer nada, … sino a Jesucristo, y a este crucificado.» 1 Corintios 2:2 (VM).
En el curso de su ministerio ulterior, Pablo nunca perdió de vista la fuente de su sabiduría y fuerza. Oídlo años más tarde declarar todavía: «Para mí el vivir es Cristo.» Filipenses 1:21. Y otra vez: «Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo,… para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus padecimientos.» Filipenses 3:8-10 (Los hechos de los apóstoles, pp. 104, 105).
¿Esperamos morar con Cristo en el mundo eterno? Entonces debemos morar con él aquí para que pueda ayudarnos cada vez que se presenten pruebas y tentaciones y nos prepare para su venida en las nubes del cielo… No podemos mantener a Cristo tan apartado de, nuestra vida como lo hacemos, y sin embargo ser idóneos para su compañerismo en el cielo. Él es el todo en el cielo, y debe ser nuestro todo en la tierra (That I May Know Him, p. 119; parcialmente en A fin de conocerle, p. 120).
Martes 5 de diciembre__________________________________________________
PABLO Y EL DIOS DESCONOCIDO
Fíjate que Pablo no menospreció la falsa religión ni los falsos dioses de los atenienses. Recogió todos los puntos positivos que pudo encontrar, aunque fuesen pocos, y los aprovechó.
Lee Hechos 17:22 y 23. ¿Qué estaba haciendo Pablo aquí en su intento de alcanzar a estas personas con el evangelio?
Hechos 17:22-23
22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
“Atenienses, en todo los veo muy religiosos” (Hech. 17:22). Pablo estaba elogiando a los paganos. Su religión era errónea en todos los sentidos; sin embargo, Pablo elogió su devoción a ella, porque la devoción incluso a una espiritualidad errónea es más encomiable que no tener ningún interés espiritual.
Pablo continuó: “Porque al pasar y observar los monumentos de su culto…” (Hech. 17:23). Al describir su propio estudio de la religión ateniense, Pablo comunicó una actitud respetuosa hacia la gente. No se precipitaba como un autoproclamado experto con todas las respuestas sobre cómo tenía que cambiar la gente. En realidad, sí era un experto y tenía las respuestas que la gente necesitaba. Pero no se presentó de ese modo, pues de lo contrario lo habrían rechazado de plano. En cambio, lo percibieron como alguien que se preocupaba por la gente y deseaba su bien.
Al comentar la inscripción “Al Dios desconocido” (Hech. 17:23), Pablo aprovechó lo que podía considerarse un terreno común. Creían en Dios (en muchos dioses, en realidad), lo cual era un gran comienzo (algunos de aquel entonces no creían), y podía abrir el camino a una conversación más profunda. No se burló de la idea negativa de un altar a un dios desconocido, sino que apreció y admiró a un pueblo que se preocupaba lo suficiente por las cosas espirituales como para hacer el esfuerzo y el gasto de adorar algo que ni siquiera conocían, por si les faltaba algo.
¿Estaban equivocados? Por supuesto, pero eso tenía solución. Lo importante al principio era que fueran devotos en lo que sí entendían. Pablo reconoció que eso era material con el que el Espíritu Santo podía trabajar.
Pablo había encontrado un tema de conversación que despertaría el interés de ellos.
¿Qué puentes y puntos de contacto se te ocurren que abrirían oportunidades para una conversación más profunda con otras personas con las que entras en contacto?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Veamos a Pablo en Atenas frente al concilio del Areópago… Notemos como con tacto nacido del amor divino señaló a Jehová como el «Dios desconocido» que sus oyentes estaban adorando sin saberlo; y con palabras escritas por uno de sus poetas les presentó al Padre, de quien ellos eran hijos. En una época cuando se daba tanto valor a las castas, cuando los derechos del hombre como tal eran totalmente desconocidos, escuchémoslo presentar la gran verdad de la fraternidad humana, cuando declaró que Dios «de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra». Y a continuación mostró cómo en todo el trato de Dios con los hombres corre como un hilo de oro su propósito de gracia y misericordia (La historia de la redención, pp. 327, 328).
Estando en medio del Areópago, Pablo presentó delante de los habitantes de Atenas la majestad del Dios viviente en contraste con su culto idolátrico.
Les dijo: «Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anunció. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo el Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, pueden hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres». Hechos 17:22-29 (Mensajes selectos, t. 1, p. 344).
Dios busca frutos en su iglesia: frutos que respondan a las lecciones de Cristo, que sean dignos de la verdad que profesamos creer y que revelen la sabiduría y la misericordia de Cristo. El Señor pide un ministerio convertido, un ministerio que vaya al encuentro de las personas allí donde están, que esté de acuerdo con ellas siempre que pueda, pero que no niegue la verdad. No debemos encerrarnos entre cuatro paredes, para que nuestra luz no pueda llegar a los demás. Hay un terreno común donde podemos encontrarnos con los que no son de nuestra fe, donde podemos estar de acuerdo en los principios y en lo que respecta a la lección de Cristo. Pocos se volverán combativos a causa de estos principios santos (Manuscript Releases, t. 6, p. 104, 1898).
Miércoles 6 de diciembre________________________________________________
CÓMO PRESENTAR A UN NUEVO DIOS
Una vez que Pablo hubo captado la atención de los pensadores de Atenas, dirigió a su audiencia al Dios del Cielo.
Lee Hechos 17:24 al 27. ¿Qué método adoptó Pablo aquí en un intento de llegar a estas personas?
Hechos 17:24-27
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
Para un pueblo que se preocupaba lo suficiente por las cosas espirituales como para construir un altar a un dios desconocido, las palabras de Pablo eran intrigantes: un Dios creador que no vive en un templo no necesita nada de los humanos, sino que él suple las necesidades humanas. Para una cultura impregnada de mitología griega, en la que los dioses eran impredecibles, egocéntricos y crueles, la idea de un Dios como el que describía Pablo era un pensamiento maravillosamente intrigante. Y los hombres del Areópago dieron sus primeros pasos hacia un Dios de amor.
El hecho es que este Dios, al que no conocían, ¡se daba a conocer! De hecho, también deseaba que lo conocieran.
Es probable que Pablo haya compartido más conceptos en el Areópago que las pocas palabras que Lucas registró en esta historia. Parece razonable, por cuestiones de espacio, que Lucas se limitara a resumir el discurso de Pablo. Si eso es cierto, entonces probablemente Pablo haya desarrollado en detalle cada uno de los conceptos que hemos leído hasta ahora. Entonces, desglosemos el discurso de Pablo en conceptos:
- Primeramente Pablo elogió su actual percepción espiritual y su sinceridad.
- Luego, mostró que había estudiado sus creencias y que había encontrado algunas cosas que respetaba entre lo que había aprendido.
- A continuación, les habló de una cosa en particular que había descubierto en el estudio de su religión y que ellos admitían que no entendían.
- Después de eso, compartió el aspecto de Dios que sabía que necesitaban desesperadamente, que es el hecho de que Dios existe, y que los amaba y no estaba lejos.
- Por último, al final de su discurso, Pablo pasó a advertirles lo que significa rechazar el conocimiento de este Dios que aún no conocían.
Pablo los llevó tan lejos como pudo, según lo que sabía que ellos creían. Si pudo guiarlos hasta allí, su progreso fue importante.
Presta atención a la apelación de Pablo al mundo creado y a Dios como Creador (ver también Rom. 1:18-25). ¿Por qué es este un buen método con la mayoría de la gente, al menos para empezar? ¿Qué tiene el mundo creado que señala a Dios con tanta fuerza?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
En palabras de incomparable belleza y ternura, el apóstol Pablo presentó a los sabios de Atenas el propósito que Dios había tenido en la creación y distribución de las razas y naciones. Declaró el apóstol: «El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay… de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos; para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen». Hechos 17:24-27.
Dios indicó claramente que todo aquel que quiere, puede entrar «en vínculo de concierto». Ezequiel 20:37. Al crear la tierra, quería que fuese habitada por seres cuya existencia resultara de beneficio propio y mutuo, al mismo tiempo que honrara a su Creador. Todos los que quieran pueden identificarse con este propósito. Acerca de ellos se dice: «Este pueblo crie para mí; mis alabanzas publicará». Isaías 43:21 (Profetas y reyes, p. 366).
La verdadera reverencia hacia Dios nos es inspirada por un sentido de su infinita grandeza y un reconocimiento de su presencia. Este sentido del Invisible debe impresionar profundamente todo corazón. La presencia de Dios hace que tanto el lugar como la hora de la oración sean sagrados. Y al manifestar reverencia por nuestra actitud y conducta, se profundiza en nosotros el sentimiento que la inspira. «Santo y temible es su nombre» (Salmo 111:9, VM), declara el salmista. Los ángeles se velan el rostro cuando pronuncian ese nombre. ¡Con qué reverencia debieran pronunciarlo nuestros labios, puesto que somos seres caídos y pecaminosos! (Profetas y reyes, p. 34).
Pablo tenía vivísimos deseos de que se viese y comprendiese la humillación de Cristo. Estaba convencido de que, con tal que se lograse que los hombres considerasen el asombroso sacrificio realizado por la Majestad del cielo, el egoísmo sería desterrado de sus corazones. El apóstol se detiene en un detalle tras otro para que de algún modo alcancemos a darnos cuenta de la admirable condescendencia del Salvador para con los pecadores. Dirige primero el pensamiento a la contemplación del puesto que Cristo ocupaba en el cielo, en el seno de su Padre. Después lo presenta abdicando de su gloria, sometiéndose voluntariamente a las humillantes condiciones de la vida humana, asumiendo las responsabilidades de un siervo, y haciéndose obediente hasta la muerte más ignominiosa, repulsiva y dolorosa: la muerte en la cruz. ¿Podemos contemplar tan admirable manifestación del amor de Dios sin agradecimiento ni amor, y sin un sentimiento profundo de que ya no somos nuestros? A un Maestro como Cristo no debe servírsele impulsado por móviles forzados y egoístas (El ministerio de curación, p. 401).
El amor de Cristo es una cadena áurea que une con el Dios infinito a los seres humanos limitados que creen en Jesucristo. El amor que el Señor tiene por sus hijos supera al entendimiento. Ninguna ciencia puede definirlo o explicarlo. Ninguna sabiduría humana puede sondearlo. Mientras más sintamos la influencia de este amor, más mansos y humildes seremos (Mente, carácter y personalidad, t. 2, p. 833).
Jueves 7 de diciembre__________________________________________________
CRUZAR LA LINEA
Lee Hechos 17:24 al 34. ¿Cómo continúa Pablo su testimonio?
Hechos 17:24-34
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. 29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. 30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. 32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. 33 Y así Pablo salió de en medio de ellos. 34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.
También es interesante señalar que Pablo citó a algunos de los autores atenienses que habían escrito algo bastante cercano a la verdad bíblica, lo que le brindó a Pablo la oportunidad de llevar a sus oyentes un paso más adelante. Es decir, utilizó su familiaridad con las creencias de ellos para buscar un terreno común y así llevarlos un paso más allá. No cabe duda: al tratar de alcanzar a otros, el hecho de estar familiarizados con lo que creen y buscar puntos en común puede ser un método poderoso para alcanzar a la gente.
Observa también que Pablo utiliza estos puntos de coincidencia con ellos para luego llegar adonde él quería: la resurrección de Jesús y la esperanza que ofrecía a todos. Lucas describe las reacciones a las últimas palabras de Pablo sobre la resurrección. Algunos se burlaron de la idea; otros dijeron que querían que Pablo les volviera a hablar del asunto; y algunos creyeron. Lo clave en esta historia, en el marco de nuestro estudio, es que todos ellos realmente habían escuchado. Y esa era la esperanza de Pablo desde el principio.
Sabemos que algunos rechazarán el evangelio, pero debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que, antes de que lo rechacen, entiendan lo que están rechazando. Pablo, con su método de trabajo entre los atenienses y su uso estratégico de lo que había estudiado y aprendido de ellos, se aseguró de que oyeran, con la mente abierta, que existía un Dios al que no conocían pero que los había creado. Este Dios los amaba y quería darse a conocer. Había sido misericordioso con ellos, a pesar de su ignorancia. Pero se acercaba el día del Juicio Final. Y, si todo esto sonaba demasiado increíble, había pruebas verificables de ello en la resurrección de Cristo.
Ahora que la gente realmente había escuchado y comprendido el mensaje, tenía que decidir personalmente si lo rechazaría de plano o investigaría más a fondo. Y algunos investigaron más y se convirtieron en seguidores de Jesús (Hech. 17:34).
Desafío: En oración, pide a Dios que te guíe específicamente para saber cuál es la mejor manera de testificar a alguien que conoces.
Desafío avanzado: Explora las redes sociales como un posible “Areópago”, para que presentes el evangelio a los no creyentes con la claridad y la discreción de Pablo.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
[Pablo] estaba en una posición desde donde hubiera podido fácilmente decir algo que irritara a sus orgullosos oyentes y lo metiera en dificultad. Si su discurso hubiera sido un ataque directo contra sus dioses y los grandes hombres de la ciudad, hubiera estado expuesto a sufrir la suerte de Sócrates. Pero con un tacto nacido del amor divino, apartó cuidadosamente sus mentes de las deidades paganas, y les reveló el Dios verdadero, que era desconocido para ellos (Los hechos de los apóstoles, p. 241).
[Clon palabras tomadas de un poeta suyo pintó al Dios infinito como a un Padre cuyos hijos eran. «En él vivimos, y nos movemos, y somos —declaró—; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de este somos también, Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la Divinidad ser semejante a oro, o a plata, o a piedra, escultura de artificio o de imaginación de hombres…
Al hablar Pablo de la resurrección de los muertos, «unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez»…
Entre los que escucharon las palabras de Pablo había algunos en cuyas mentes produjeron convicción las verdades presentadas; pero no quisieron humillarse para reconocer a Dios y aceptar el plan de la salvación. Ninguna elocuencia de palabras, ni fuerza de argumentos, puede convertir al pecador. Solo el poder de Dios puede aplicar la verdad al corazón. El que se aparta persistentemente de este poder no puede ser alcanzado. Los griegos buscaban sabiduría; sin embargo, el mensaje de la cruz era locura para ellos porque estimaban su propia sabiduría más que la que viene de lo alto (Los hechos de los apóstoles, pp. 194, 195).
La promesa de Dios es: «Me buscaréis y me hallaréis cuando me buscareis de todo vuestro corazón». Jeremías 29:13.
Debemos dar a Dios todo el corazón, o no se realizará el cambio que se ha de efectuar en nosotros, por el cual hemos de ser transformados conforme a la semejanza divina. Por naturaleza estamos enemistados con Dios. El Espíritu Santo describe nuestra condición en palabras como estas: «Muertos en las transgresiones y los pecados» (Efesios 2: 1), «la cabeza toda está ya enferma, el corazón todo desfallecido,» «no queda ya en él cosa sana». Isaías 1:5, 6. Nos sujetan firmemente los lazos de Satanás, «por el cual» hemos «sido apresados, para hacer su voluntad». 2 Timoteo 2:26. Dios quiere sanarnos y libertarnos. Pero como esto exige una transformación completa y la renovación de toda nuestra naturaleza, debemos entregarnos a él completamente (El camino a Cristo, p. 43).
[C]ada hombre está libre para elegir el poder que quiera ver dominar sobre él. Nadie ha caído tan bajo, nadie es tan vil que no pueda hallar liberación en Cristo. El endemoniado, en vez de oraciones, solo podía pronunciar las palabras de Satanás; sin embargo, la muda súplica de su corazón fue oída. Ningún clamor de un alma en necesidad, aunque no llegue a expresarse en palabras, quedará sin ser oído. Los que consienten en hacer pacto con el Dios del cielo no serán abandonados al poder de Satanás ni a las flaquezas de su propia naturaleza (El ministerio de curación, p. 62).
Viernes 8 de diciembre_________________________________________________
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Una de las principales conclusiones de la narración de la experiencia de Pablo en el Areópago es su estudio en el lugar de los hechos de cómo abordar a un grupo de incrédulos no alcanzados, que se tradujo en un pequeño grupo de creyentes en Atenas.
“Las palabras del apóstol y la descripción de su actitud y del ambiente que lo rodeaba, como los traza la Pluma inspirada, habían de transmitirse a todas las generaciones venideras como testimonio de su firme confianza, su valor en la soledad y la adversidad, así como de la victoria ganada en favor del cristianismo en el mismo corazón del paganismo.
“Las palabras de Pablo contienen un tesoro de conocimiento para la iglesia. Estaba en una posición desde donde hubiera podido fácilmente decir algo que irritara a sus orgullosos oyentes y lo metiera en dificultades. Si su discurso hubiera sido un ataque directo contra sus dioses y los grandes hombres de la ciudad, habría estado expuesto a sufrir la suerte de Sócrates. Pero, con un tacto nacido del amor divino, apartó cuidadosamente sus mentes de las deidades paganas, y les reveló el Dios verdadero, que era desconocido para ellos” (Elena de White, Los hechos de los apóstoles, p. 198).
Por medio del contacto directo con la gente, el estudio de su cultura y religión, y el respeto por su devoción a las cosas espirituales, Pablo consiguió algo notable en Atenas, algo que es un tesoro de conocimiento para la iglesia. Evitó irritar a sus oyentes. Esto fue en sí un logro importante, inspirado por Dios. Según Elena de White, este es el tesoro de conocimiento al que nosotros, como iglesia, debemos prestar atención en esta historia.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Si tomamos como modelo la historia de Pablo en Atenas, ¿cuál es el primer paso que debe dar todo el que inicie obra evangelizadora en una ciudad?
- ¿Qué tipo de conducta se espera de un cristiano para tender puentes hacia la gente de la ciudad (y, por cierto, de cualquier otro lugar) que no conoce a Dios?
- Cuando nos sentimos provocados por los tipos de ídolos modernos, ¿qué debemos evitar hacer, especialmente al principio, al iniciar obra evangelizadora entre la gente que adora esos ídolos?
- Pablo podría haberse limitado a presentarles a este Dios que los amaba, y ellos se habrían sentido muy complacidos. Pero luego cruzó una línea que hizo que la gente pensara que era un iluso, cuando presentó la resurrección. ¿Debería haber hecho eso? ¿Por qué sí o por qué no?