Letra en roja: Biblia
Letra en Azul-Libros de la iglesia Adventista
Letra de este color: Contribución de SevenDay Radio
♥♥♥♥♥ Estudio de la lección sin contribución. Muchas veces los días de estudio de la lección vienen tan fáciles de entender que no hay necesidad de agregar extra información. Otras veces ya son estudios que se comienzan a repetir, esto sucede especialmente a la finalización de cada trimestre. Cuando esto suceda le agregaremos 5 corazones y así usted sabrá que no fue necesario agregar información extra al estudio de ese día.
Este es un estudio libre, no hay derechos reservados. Usted lo puede estudiar, compartir, imprimir, distribuir.
Este Documento es subido al internet todos los días Domingos a las 6:00 AM hora de Madrid, España; 12 de la noche del día Sábado, hora del Este del los Estados Unidos.
Hemos cambiado un poco el formato de la lección para este trimestre. Estamos tratando de presentar la lección de la misma manera que aparece son su folleto de Escuela Sabática y nuestra aportación en letra marrón o café obscuro. Siempre estamos tratando de presentar lo mejor para usted.
Uno de los problemas mas comunes que escuchamos es la dificultad de encontrar la página en el internet. Esa dificultad nosotros mismo la hemos pasado. La clave para que usted llegue a nuestra página es escribiendo todo el nombre sin espacios y agregándole la palabra «.com» al final, al hacerlo así el sistema lo va a llevar directamente a nuestra pagina, recuerde maestros es en plural. ejemplo: escuelasabaticamaestros.com
Lección 3: Para el 19 de julio de 2014
EL ESPÍRITU SANTO
Sábado 12 de julio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 14:16-18, 26; 15; 26; Mateo 12:31, 32; Juan 16:8; 3:5-8; Lucas 11:9-13.
PARA MEMORIZAR:
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16).
DE LAS TRES PERSONAS DE LA DEIDAD, el Espíritu Santo es el menos com- prendido. Es irónico que la Persona que está más cerca de nosotros, nos hace nacer de nuevo, habita en nosotros y nos transforma sea aquella de quien sabemos tan poco.
Esto se debe a que la Biblia es menos explícita respecto del Espíritu Santo que del Padre y del Hijo. Aunque hay muchas referencias al Espíritu en las Escrituras, muchas de ellas son metafóricas o simbólicas. La Biblia habla ampliamente acerca de la obra del Espíritu, pero muy poco de su naturaleza.
Otra razón surge del ministerio del Espíritu Santo. Él está tratando constantemente de centrar nuestra atención en Cristo, no en sí mismo. En el plan de salvación, el Espíritu desempeña un rol subordinado al Padre y al Hijo, aunque esta función no implica que sea de naturaleza inferior.
Esta semana, al escuchar lo que Jesús enseñó acerca del Espíritu, oremos fervientemente por su presencia transformadora en nuestra vida.
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Esta semana estaremos estudiando al ESPIRITU SANTO, como la misma lección lo explica es un tema difícil de dar, ya que hay mucha información en cuanto al trabajo del Espíritu Santo, pero hay muy poquita información en cuanto a su naturaleza. Si, sabemos que es Dios, tanto como el Padre, así como el Hijo, el también forma parte de la Deidad. También sabemos que es una persona. Cuando usted pregunta a una persona que opina ó piensa acerca del Espíritu Santo, la mayoría va a contestar que el Espíritu Santo es como una fuerza. Este concepto tenemos que combatirlo en el estudio de ésta semana. Por lo tanto no hay mucho que podemos aportarle en ésta semana, por favor lea la lección que el material disponible es claro y preciso.
El Diccionario Adventista habla con respecto a éste tema y esto es lo que se opina: Existió y existe mucha especulación con respecto a la naturaleza del Espíritu Santo, pero la revelación ha mantenido bastante silencio sobre el tema. Queda implícita (o verificada) su personalidad, por que se lo presenta realizando actos como los de una persona: escudriña, conoce, intercede, ayuda, guía; Existió y existe mucha especulación con respecto a la naturaleza del Espíritu Santo, pero la revelación ha mantenido bastante silencio sobre el tema. Se lo enumera con las otras personas: Dios el Padre y Jesucristo el Hijo, de tal modo que queda implícito que él también es una persona. Pero con respecto a su naturaleza esencial, el silencio es oro.
Vamos a dar a usted en la introducción , la mayor información que tengamos con respecto al Espíritu Santo y le invitamos a que estudie los siguientes días de la semana y aplique lo mejor que pueda ésta información.
La palabra hebrea y aramea «RUAJ QODESH» es la palabra que se usa en toda la Biblia sola y exclusivamente cuando se refiere al ESPIRITU SANTO.
Muchas veces se le llama el Espíritu de Dios, ó el Espíritu de Jehová. Partiendo de aquí en adelante el Espíritu Santo; -la tercera persona de la Deidad- ejerce el papel del agente divino de Dios en todo los actos creadores, pudiendo ser:
-La creación de la tierra
-La creación de la naturaleza
-La creación de la iglesia
-La creación de la nueva vida,
-La creación del nuevo hombre.
Cada vez que la Biblia está refiriéndose a la tercera persona de la Deidad, usa letra mayúscula por ejemplo: Espíritu Santo.
Cada vez que la Biblia menciona la palabra «espíritu» con «e» minúscula, no está hablando del Espíritu Santo. En ésta caso está usando la palabra «RUAJ» solamente. La palabra RUAJ ó «espíritu» con «e» minúscula tiene varios significados, entre ellos están: 1- Aliento 2- Viento 3-Elemento vital 4-Mente 5-Pensamiento 6-Vitalidad 7-Valor 8-Mal genio ó ira 9-Disposición de ánimos 10-Carácter Moral 11-Asiento de emociones 12-Actitud 13-Estado de sentimientos
Un ejemplo de esto son los siguientes versículos: «Pon un espíritu recto dentro de mi» está diciendo pon un pensamiento recto dentro de mi. Otro texto dice: «estaré con vosotros en espíritu» Simple y sencillamente está diciendo estaré con vosotros en pensamiento. Cuando Elías partió al cielo la Biblia dice: «el espíritu de Elías reposó sobre Eliseo» Este texto se pudiera traducir así: y el pensamiento, ó la mente, ó el carácter de Elías reposo sobre Eliseo.
También la Biblia habla de otros espíritus, entre ellos están: «espíritu de celos» (Núm. 5: 14, 30), «espíritu angustiado» (Isa. 61: 3), «espíritu de fornicaciones» (Ose. 4: 12), «espíritu de enfermedad» (Luc. 13: 11), «espíritu de mansedumbre» (1 Cor. 4: 21), «espíritu de cobardía» (2 Tim. 1: 7), «espíritu de error» (1 Juan 4: 6), «espíritu de sueño» (Isa. 29: 10), «espíritu de vértigo» (Isa. 19: 14), «espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y temor de Jehová» (Isa. 11: 2) «espíritu de tristeza» (Isa. 54:6) Todos estos no son personas, son sencillamente estados de ánimos, actitudes ó sentimientos.
Esta palabra «espíritu» con «e» minúscula genera mucha confusión al mundo cristiano en general. La mayoría cree que es una persona ó un ser existiendo dentro de otra persona, es como un ser viviendo dentro de otro ser.
La palabra «espíritu» con «e» minúscula nunca se refiere a una persona, siempre se refiere a una cosa.
La Biblia dice que cuando una persona muere el «espíritu» con «e» minúscula vuelve a Dios que lo dio. Muchos creen que la parte consiente de una persona que muere vuelve a Dios, y de allí aparece uno de los fundamentos de la inmortalidad del alma. A Dios no vuelve ninguna forma de ser ó persona, a Dios simple y sencillamente vuelve el «aliento de vida» que Dios mismo lo había dado en forma de préstamo. Eclesiastes 3: 19 dice: que el «RUAJ» (espíritu) del hombre es igual al «RUAJ» (espíritu) de los animales, y en la muerte los dos «RUAJ» vuelven a Dios; por lo tanto este texto demuestra que no es persona, en éste caso es «ALIENTO DE VIDA» pudiéramos decir una licencia para vivir.
Por lo tanto queremos dejar claro que cuando usted lea el nombre «Espíritu Santo» ó «Espíritu», se está refiriendo a una persona y es la tercera persona de la deidad; pero cuando usted lea la palabra «espíritu» nunca se refiere a una persona, ni divina ni humana, se está refiriendo a una cosa.
Otro punto importantísimo que tenemos que denotar en esta semana es que el Espíritu Santo ha estado en la tierra desde el principio de la creación, su función primordial ó completa, comienza con la ascensión de Cristo al cielo, donde él toma completo control del trabajo aquí en la tierra con respecto a la salvación del hombre.
A continuación dejamos versículos encontrados en toda la Biblia que nos ayudarán a comprender un poco mas el trabajo del Espíritu Santo aquí en la tierra.
El Espíritu Santo estuvo para la creación del mundo, aún más, antes que el mundo fuese creado él ya estaba presente, estudiando podríamos decir, la situación y el estado de éste planeta antes de iniciarse la creación.
1- En el principio crió Dios el cielo y la tierra. 2-La tierra empero, estaba informe y vacía, y las tinieblas cubrían las superficies del abismo: y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas.
El Espíritu Santo en la decisión de enviar el diluvio Génesis 6: 3 Y dijo Jehová: No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
Toda la obra que José realizo en ésta tierra, fue a través y con la ayuda del Espíritu Santo Génesis 41: 38 Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien esté el Espíritu de Dios? 39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. 40 Tú serás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo: solamente en el trono seré yo mayor que tú.
El Espíritu Santo estuvo presente en la construcción del Santuario hecho por el pueblo de Israel Exodo 31: 3 Y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, y en inteligencia, y en ciencia, y en todo artificio, 4 para inventar diseños, para trabajar en oro, y en plata, y en bronce, 5 y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para obrar en toda clase de labor
El Espíritu Santo además de haber esta presente en a construcción del santuario, él también estuvo a cargo de su dirección
Hebreos 9
1 Ahora bien, el primer pacto tenía en verdad ordenanzas de servicio a Dios y un santuario terrenal.
2 Porque el tabernáculo fue edificado así; la primera parte, en donde estaba el candelero, y la mesa, y los panes de la proposición; el cual es llamado el Santuario.
3 Y tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo que es llamado el Lugar Santísimo;
4 el cual tenía el incensario de oro, y el arca del pacto cubierta de todas partes alrededor de oro; en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, y la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;
5 y sobre ella los querubines de gloria que cubrían con su sombra el propiciatorio; cosas de las cuales no podemos ahora hablar en particular.
6 Y cuando estas cosas fueron así ordenadas, los sacerdotes siempre entraban en la primera parte del tabernáculo para hacer los oficios del servicio a Dios;
7 pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrecía por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo.
8 Dando en esto a entender el Espíritu Santo, que aún no estaba descubierto el camino al lugar santísimo, entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie.
El Espíritu Santo estuvo en el antiguo con profetas y jueces
Números 24
2 Y alzando Balaam sus ojos vio a Israel acampado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él
Jueces 3
9 Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová; Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.
10 Y el Espíritu de Jehová fue sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim, rey de Mesopotamia, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim.
Jueces 14
5 Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un cachorro de león que venía rugiendo hacia él.
6 Y el Espíritu de Jehová cayó sobre él, y lo despedazó como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; pero no contó ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.
1 Samuel 10
10 Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él, y el Espíritu de Dios vino sobre él, y profetizó entre ellos.
El antiguo Israel tentó al Espíritu Santo y el Espíritu Santo fue quién los exterminó
Isaías 63: 10 Mas ellos fueron rebeldes e hicieron enojar a su Santo Espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos
David sabía y reconocía la necesidad del Espíritu Santo
Salmos 51: 11 No me eches de delante de ti; y no quites de mí tu Santo Espíritu.
El Espíritu Santo uno con el Padre y el Hijo
1 Juan 5 :7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra; el Espíritu, el agua, y la sangre; y estos tres concuerdan en uno.
El Espíritu Santo es el que sella
Efesios 1
13 En el cual también confiasteis vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación; en quien también, desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
El Espíritu Santo da los cargos en la iglesia
Hechos 20
28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre.
El Espíritu Santo es también Creador
Job 33 4 El Espíritu de Dios me hizo, y la inspiración del Omnipotente me dio vida.
Nuestros cuerpos le pertenecen al Espíritu Santo y a Dios
1 Corintios 6: 19 ¿O ignoráis que vuestros cuerpos es templo del Espíritu Santo que está en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros?
Pensamiento del espíritu de profecía para el día Sábado
Cuando Cristo dio a sus discípulos la promesa del Espíritu, se estaba acercando el fin de su ministerio terrenal. Estaba a la sombra de la cruz, con una comprensión plena de la carga de la culpa que estaba por descansar sobre él como portador del pecado. Antes de ofrecerse así mismo como víctima destinada al sacrificio, instruyó a sus discípulos en cuanto a la dádiva mas esencial y completa que iba a conceder a sus seguidores: el don que iba a poner ante ellos los recursos inagotables de la gracia. Yo rogare al Padre -dijo él- y el os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede percibir, porque no le ve, no le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros y será en vosotros (Juan 14: 16-17) El Salvador estaba señalando adelante al tiempo cuando el Espíritu Santo vendría para realizar una obra poderosa como su representante. El mal que se había estado acumulando durante siglos, habría de ser resistido por el divino poder del Espíritu Santo. (LHA Pag. 39)
Lección 3 // Domingo 13 de julio
EL REPRESENTANTE DE CRISTO
Con temor y tristeza, los discípulos escucharon mientras Jesús anunciaba su muerte inminente. Privados de su presencia, ¿quién sería su Maestro, Amigo y Consejero? Conociendo su desesperada necesidad, Cristo les prometió enviar a su representante para que esté con ellos.
¿Que nombre uso Cristo para su representante? Juan 14: 16-18 ¿En qué sentido este nombre era tan apropiado? Juan 14:26.
Ayudador, Consejero, Consolador, son diferentes traducciones de la palabra griega paraklētos, que está formada por la preposición para, “al lado de”, y el adjetivo klētos, “llamado”. Literalmente, significa “uno llamado para estar al lado de” alguien, dando la idea de “una persona convocada en auxilio de uno”. Se puede referir a un mediador, un intercesor, un ayudador, un consejero o un abogado.
Solamente Juan usa el término paraklētos en el Nuevo Testamento. Es interesante notar que también aplicó esta palabra a Jesús (1 Juan 2:1).
Durante su ministerio terrenal, Cristo fue el Consejero, Ayudador y Consolador de los discípulos. Por lo tanto, es muy apropiado que su sucesor recibiera el mismo nombre. El Espíritu Santo es enviado por el Padre a pedido del Hijo y en el nombre del Hijo (Juan 14:16, 27). El Espíritu continúa la obra de Cristo en esta Tierra.
Mediante el Espíritu Santo, los discípulos tenían la presencia de Jesús. “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (Juan 14:18), dijo el Señor. No se refería a visitarlos ocasionalmente, lo que habría sido de muy poco consuelo para indefensos “huérfanos”. Más bien, les estaba anunciando una relación permanente e íntima: “yo en vosotros” (Juan 14:20). Esto sería posible solo mediante la presencia del Espíritu Santo en los creyentes.
La naturaleza humana de Cristo le impedía estar personalmente en todas partes al mismo tiempo. El Espíritu Santo, por el otro lado, es omnipresente (Sal. 139:7). Mediante el Espíritu, nuestro Salvador estaría accesible para todos, independientemente de donde estuvieran o la distancia física que los separara de Cristo.
¿De qué maneras has experimentado la realidad del Espíritu Santo, aunque su naturaleza y la forma en la que obra en nuestra vida no sean fáciles de entender?
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Pensamiento del espíritu de profecía para el día Domingo
Antes de ofrecerse como víctima para el sacrificio, Cristo buscó el don mas esencial y completo que pudiese otorgar a sus seguidores, un don que pusiese a su alcance los ilimitados recursos de la gracia. “Yo rogaré al Padre—dijo,—y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.”
Antes de esto, el Espíritu había estado en el mundo; desde el mismo principio de la obra de redención había estado moviendo los corazones humanos. Pero mientras Cristo estaba en la tierra, los discípulos no habían deseado otro ayudador. Y antes de verse privados de su presencia no sentirían su necesidad del Espíritu, per entonces vendría.
El Espíritu Santo es el representante de Cristo, pero despojado de la personalidad humana e independiente de ella. Estorbado por la humanidad, Cristo no podía estar en todo lugar personalmente. Por lo tanto, convenía a sus discípulos que fuese al Padre y enviase el Espíritu como su sucesor en la tierra. Nadie podría entonces tener ventaja por su situación o su contacto personal con Cristo. Por el Espíritu, el Salvador sería accesible a todos. En este sentido, estaría más cerca de ellos que si no hubiese ascendido a lo alto. El Consolador es llamado el “Espíritu de verdad.” Su obra consiste en definir y mantener la verdad. Primero mora en el corazón como el Espíritu de verdad, y así llega a ser el Consolador.
El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había estado fortaleciendo durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo.
Deseado de todas las Gentes Pag 622-625
Lunes 14 de julio // Lección 3
EL ESPÍRITU SANTO ES UNA PERSONA
Elena de White escribió que “la naturaleza del Espíritu Santo es un misterio. Los hombres no pueden explicarla, porque el Señor no se la ha revelado. […] En cuanto a estos misterios, demasiado profundos para el entendimiento humano, el silencio es oro” (HAp 43).
No obstante, ella también afirmó que “el Espíritu Santo es una persona, porque testifica en nuestros espíritus que somos hijos de Dios. […] Debe ser una persona divina, además, porque en caso contrario no podría escudriñar los secretos que están ocultos en la mente de Dios” (Ev 447). Esta declaración está basada en la Biblia (Rom. 8:16; 1 Cor. 2:10, 11). Así que, aunque estamos limitados por nuestra naturaleza humana, mediante las Escrituras al menos podemos saber que el Espíritu Santo es una Persona y que es divino. Lo que Jesús dijo acerca del Espíritu Santo confirma esta conclusión.
¿Cuáles son algunas de las acciones del Espíritu Santo que muestran que él es una Persona? Juan 14:26; 15; 26; 16:7-14.
Jesús mencionó varias actividades que realiza el Espíritu, y todas implican una personalidad. ¿Quién mejor que una persona podría enseñarnos y recordarnos todo lo que Cristo dijo (Juan 14:26)? O ¿quién mejor que un ser personal para testificar de Jesús (Juan 15:26), convencer al mundo (Juan 16:8), guiarnos a toda verdad, escuchar y hablar (Juan 16:13)? Y solo una persona inteligente puede glorificar a Cristo (Juan 16:14).
Siguiendo las enseñanzas de Jesús, los escritores del Nuevo Testamento dejan en claro que el Espíritu Santo tiene las características esenciales de una persona: voluntad (1 Cor. 12:11), inteligencia (Hech. 15:28; Rom. 8:27) y emociones (Rom. 15:30; Efe. 4:30).
Porque el Espíritu Santo es una Persona divina, debemos someternos humildemente a su voluntad y dirección. Lo invitaremos a morar en nuestros corazones (Rom. 8:9), transformar nuestra vida (Tit. 3:5) y producir el fruto del Espíritu en nuestros caracteres (Gal. 5:22, 23). Solos no podemos hacer nada; únicamente por medio de su poder obrando en nosotros podemos llegar a ser lo que Jesús nos prometió que seríamos.
El Espíritu Santo es un regalo; como casi todos los regalos, puede ser rechazado. ¿De qué modo puedes asegurarte, día tras día, de que no estás rechazando lo que el Espíritu Santo procura hacer en tu vida?
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Pensamiento del espíritu de profecía para éste día
El Espíritu Santo tiene personalidad, de lo contrario no podría dar testimonio a nuestros espíritus (mentes, pensamientos) y con nuestros espíritus de que somos hijos de Dios. Debe ser una persona divina, además, porque en caso contrario no podría escudriñar los secretos que están ocultos en la mente de Dios «Porqué ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu (pensamiento) del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios (1 Corintios 12:11) (El Evangelismo Pág. 447)
El Espíritu Santo habilitó a los discípulos para exaltar solamente al Señor, y guió la pluma de los historiadores sagrados, para que el mundo tuviese registradas las palabras y las obras de Cristo. Hoy día este Espíritu están obrando constantemente, tratando de atraer la atención de los hombres al gran sacrificio hecho en la cruz del Calvario, para revelar al mundo el amor de Dios al hombre, y para dar al alma convencida acceso a las promesas de las Escrituras. (Obreros Evangélicos Pág. 303)
Lección 3 // Martes 15 de julio
EL ESPÍRITU SANTO ES DE NATURALEZA DIVINA
Cuando Jesús presentó al Espíritu Santo a los discípulos, lo llamó “otro” Consolador (Juan 14:16). La palabra griega que Jesús usó para “otro” es allos, que hace referencia a “otro de la misma clase”, en contraste con heteros, “otro de una clase o cualidad diferente”. La misma igualdad de naturaleza que une al Padre y al Hijo se exhibe entre el Hijo y el Espíritu Santo.
Jesús dijo que el Espíritu Santo “os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13). Solo un ser divino puede anunciar el futuro (Isa. 46:9, 10).
La divinidad del Espíritu Santo también se muestra en su rol en la inspiración de las Escrituras, una función que Jesús reconoció explícitamente. Argumentó que “David dijo por el Espíritu Santo” (Mar. 12:36) lo que está registrado en Salmo 110:1.
Mientras vivió en esta Tierra, Jesús estuvo constantemente bajo la dirección del Espíritu Santo. Después de ser ungido por el Espíritu en su bautismo (Mat. 3:16, 17), “fue llevado por el Espíritu al desierto” (Luc. 4:1). Victorioso sobre el tentador, Jesús “volvió en el poder del Espíritu a Galilea” para llevar adelante su ministerio (Luc. 4:14). Los milagros que realizó fueron hechos por el Espíritu Santo (Mat. 12:28). El hecho de que el Hijo de Dios dependiera del Espíritu es otra demostración del carácter divino del Espíritu, porque es difícil imaginarse al Hijo de Dios dependiendo de alguien menos que divino.
Más evidencia de la divinidad del Espíritu se observa en su asociación con el Padre y el Hijo en textos que mencionan a las tres Personas como iguales. Jesús comisionó a los apóstoles para que bautizaran a los nuevos discípulos “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mat. 28:19).
¿De qué manera los siguientes versículos nos ayudan a entender la divinidad del Espíritu Santo? Mateo 12:31, 32.
La comparación entre hablar contra el Hijo del Hombre, un pecado que puede ser perdonado, y hablar contra el Espíritu Santo, un pecado que no puede ser perdonado, muestra que el Espíritu no es un ser común. La blasfemia es un pecado cometido directamente contra Dios. Concluimos, pues, que el Espíritu Santo es una de las tres Personas de la Deidad. Aunque mucho se ha escrito acerca del “pecado imperdonable”, el contexto inmediato se refiere a personas tan endurecidas contra el Espíritu y su obra salvadora que atribuyen su obra al diablo.
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Pensamiento del espíritu de profecía para este día
Debemos orar con tanto fervor por el advenimiento del Espíritu Santo, como oraron los discípulos por él en el día de Pentecostés. Si ellos lo necesitaban en aquel tiempo, más lo necesitamos nosotros hoy. Toda clase de doctrinas falsas, herejías y engaños, está descarriando las mentes de los hombres; y sin la ayuda del Espíritu, nuestros esfuerzos por presentar la verdad divina, serán en vano.
Estamos viviendo en el tiempo del derramamiento del poder del Espíritu Santo. El Espíritu procura manifestarse mediante los instrumentos humanos, aumentando de esta manera su influencia en el mundo. Porque cualquier hombre que bebe del agua de la vida, será “una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:14); y la bendición no quedará confinada a él mismo, sino que será compartida por otros. …
Rechazar el Espíritu Santo, a través de cuyo poder vencemos la fuerza del mal, es el pecado que sobrepasa a todos los demás, porque nos separa de la fuente de nuestro poder—de Cristo y de la comunión con él. …
La batalla entre el bien y el mal no ha disminuido en violencia desde los días del Salvador. El camino que conduce al cielo no es más suave ahora que entonces. Todos nuestros pecados deben ser abandonados. Toda complaciente indulgencia que obstruye nuestra vida religiosa debe desaparecer. El ojo derecho y la mano derecha deben ser sacrificados, si es que son motivo de ofensa. ¿Estamos dispuestos a renunciar a nuestra propia sabiduría y a recibir el reino del cielo, como niñitos? ¿Estamos dispuestos a abandonar nuestra justicia propia? ¿Estamos dispuestos a sacrificar la aprobación de los hombres? El precio de la vida eterna es de valor infinito. ¿Estamos dispuestos a recibir la ayuda del Espíritu Santo, a colaborar con él, realizando esfuerzos y sacrificios proporcionales al valor del objeto que debemos alcanzar?— The Review and Herald, 28 de agosto de 1896
El corazón del hombre debe ser la morada del Espíritu Santo. La paz de Cristo, que sobrepasa a toda comprensión, debe descansar en vuestra alma, y el poder transformador de su gracia debe obrar en vuestra vida y capacitaros para las cortes de gloria.— {Nuestra elevada vocación Pág 157}
Miércoles 16 de julio // Lección 3
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
Ya hemos visto el importante rol del Espíritu Santo en la vida del Cristo encarnado y en la inspiración de las Escrituras. Consideremos ahora lo que Jesús enseñó acerca de la obra del Espíritu para nuestra salvación.
¿Qué tarea indispensable realiza el Espíritu Santo a fin de preparar- nos para aceptar al Salvador? Juan 16:8.
¿Quién toma una medicina si no reconoce que está enfermo? De la misma manera, no podemos ser salvos a menos que reconozcamos que somos peca- dores. De forma suave pero constante, el Espíritu Santo nos convence de que hemos pecado, somos culpables y estamos bajo el juicio justo de Dios.
Entonces, el Espíritu nos guía a Cristo, testificando acerca de él (Juan 15:26), el único que puede salvarnos. Dado que Jesús es la verdad (Juan 14:6), al llevarnos a Jesús el Espíritu también nos lleva “a toda la verdad” (Juan 16:13). El Espíritu Santo es llamado justamente “el Espíritu de verdad” (Juan 14:17).
Una vez que hemos sido convencidos de pecado (lo que implica arrepentirnos de nuestros pecados), y guiados a Jesús y su verdad, estamos listos para que el Espíritu Santo realice su mayor obra en nosotros.
¿Por qué es tan crucial haber “nacido del Espíritu”? Juan 3:5-8.
Aquellos que han tratado de reformar su vida por sí mismos saben cuán inútiles son sus esfuerzos. Nos resulta imposible, sin la intervención divina, transformar nuestra vida deteriorada y pecaminosa en un nuevo ser. La regeneración de un pecador requiere un poder creador tal que solo puede ser provisto por el Espíritu Santo. Somos salvados “por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tit. 3:5). Lo que hace el Espíritu no es una modificación o mejora de nuestra vida antigua, sino una transformación de la naturaleza, la creación de una nueva vida. Los resultados de tal milagro son claramente visibles y constituyen un argumento irrefutable en favor del evangelio.
Necesitamos la obra del Espíritu Santo no solo al comienzo de nuestra vida cristiana, sino constantemente. Para fomentar nuestro crecimiento espiritual, él nos enseña y recuerda todo lo que Jesús enseñó (Juan 14:26). Si se lo permitimos, habitará en nosotros para siempre como nuestro Ayudador, Consolador y Consejero (Juan 14:16).
Los malos hábitos son difíciles de cambiar. ¿Qué nos deberían decir nuestras debilidades y nuestra tendencia a pecar acerca de nuestra necesidad constante de someternos al Espíritu Santo?
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Pensamiento del espíritu de profecía para este día
El oficio del Espíritu Santo se especifica claramente en las palabras de Cristo: “Cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio.” Juan 16:8. Es el Espíritu Santo el que convence de pecado. Si el pecador responde a la influencia vivificadora del Espíritu, será inducido a arrepentirse y a comprender la importancia de obedecer los requerimientos divinos. – {HAp 43.1}
Al pecador arrepentido, que tiene hambre y sed de justicia, el Espíritu Santo le revela el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. “Tomará de lo mío, y os lo hará saber,” dijo Cristo. “El os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.” Juan 16:14; 14:26. – {HAp 43.2}
El Espíritu Santo se da como agente regenerador, para hacer efectiva la salvación obrada por la muerte de nuestro Redentor. El Espíritu Santo está tratando constantemente de llamar la atención de los hombres a la gran ofrenda hecha en la cruz del Calvario, de exponer al mundo el amor de Dios, y abrir al alma arrepentida las cosas preciosas de las Escrituras. – {HAp 43.3}
Después de convencer de pecado, y de presentar ante la mente la norma de justicia, el Espíritu Santo quita los afectos de las cosas de esta tierra, y llena el alma con un deseo de santidad. “El os guiará a toda verdad” (Juan 16:13), declaró el Salvador. Si los hombres están dispuestos a ser amoldados, se efectuará la santificación de todo el ser. El Espíritu tomará las cosas de Dios y las imprimirá en el alma. Mediante su poder, el camino de la vida será hecho tan claro que nadie necesite errar. – {HAp 43.4}
Desde el principio Dios ha estado obrando por su Espíritu Santo mediante instrumentos humanos para el cumplimiento de su propósito en favor de la raza caída. Esto se manifestó en la vida de los patriarcas. A la iglesia del desierto también, en los días de Moisés, Dios le dió su “espíritu para enseñarlos.” Nehemías 9:20. Y en los días de los apóstoles obró poderosamente en favor de su iglesia por medio del Espíritu Santo. El mismo poder que sostuvo a los patriarcas, que dió fe y ánimo a Caleb y Josué, y que hizo eficaz la obra de la iglesia apostólica, sostuvo a los fieles hijos de Dios en cada siglo sucesivo. Fué el poder del Espíritu Santo lo que durante la época del obscurantismo permitió a los cristianos valdenses contribuir a la preparación del terreno para la Reforma. Fué el mismo poder lo que hizo eficaces los esfuerzos de muchos nobles hombres y mujeres que abrieron el camino para el establecimiento de las misiones modernas, y para la traducción de la Biblia a los idiomas y dialectos de todas las naciones y pueblos. – {HAp 43.5}
Y hoy, Dios sigue usando su iglesia para dar a conocer su propósito en la tierra. Hoy los heraldos de la cruz van de ciudad en ciudad, y de país en país para preparar el camino para la segunda venida de Cristo. Se exalta la norma de la ley de Dios. El Espíritu del Todopoderoso conmueve el corazón de los hombres, y los que responden a su influencia llegan a ser testigos de Dios y de su verdad. Pueden verse en muchos lugares hombres y mujeres consagrados comunicando a otros la luz que les aclaró el camino de la salvación por Cristo. Y mientras continúan haciendo brillar su luz, como aquellos que fueron bautizados con el Espíritu en el día de Pentecostés, reciben más y aun más del poder del Espíritu. Así la tierra ha de ser iluminada con la gloria de Dios. – {HAp 44.1} – HAp 43-44
Lección 3 // Jueves 17 de julio
LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO
Saber quién es el Espíritu Santo solo tiene sentido si nos lleva a abrir completamente nuestra vida para ser llenos de él. Si no invitamos diariamente al Huésped celestial para que habite en nosotros, otra clase de espíritu entrará en la vida vacía y producirá un desastre espiritual (Mat. 12:43-45). Jesús mismo fue “lleno del Espíritu Santo” (Luc. 4:1). “Diariamente recibía un nuevo bautismo del Espíritu Santo” (PVGM 105).
¿Qué dice Lucas 11:9 al 13 acerca de la manera en que podemos recibir al Espíritu Santo, y de la generosa disposición del Padre para dárnoslo?
En la Última Cena, Jesús prometió a sus discípulos el Espíritu Santo, enfatizando su ministerio consolador y docente para atender las necesidades de ellos en ese momento. Después de la resurrección de Cristo, sin embargo, el contexto era diferente, y los discípulos enfrentaban nuevos desafíos.
¿Cuál fue el tema central de la promesa que Jesús hizo después de su resurrección? Hechos 1:4-8. Hechos 1:5 constituye el único registro de Jesús hablando de ser “bautizados con el Espíritu Santo”. Juan el Bautista había anunciado este bautismo especial (Mat. 3:11; Juan 1:33), promesa que solo pudo cumplirse después de la ascensión de Cristo.
¿Qué significa ser bautizado con el Espíritu? En Hechos 1:8, Jesús mismo lo explicó con una expresión paralela. Vosotros estaréis “bautizados con el Espíritu Santo” (vers. 5) “cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” (vers. 8). Ser bautizado es estar totalmente inmerso en algo, normalmente agua. Incluye a la persona completa. El bautismo con el Espíritu Santo significa estar totalmente bajo su influencia, totalmente “llenos del Espíritu Santo” (Efe. 5:18). Esta no es una experiencia que ocurre “una vez para siempre”, sino que necesita ser renovada constantemente.
Si alguien te preguntara si alguna vez fuiste “lleno del Espíritu”, ¿qué le respon- derías? ¿Por qué?
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Pensamiento del espíritu de profecía para éste día
Sólo mediante la confesión y el abandono del pecado, la oración ferviente y la consagración a Dios, los discípulos pudieron estar preparados para el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Una obra semejante, pero en un grado superlativo, debe hacerse ahora. Luego, lo único que necesita realizar el agente humano es solicitar la bendición, y esperar que el Señor lo perfeccione. Es Dios quien comienza y termina la obra que hace al creyente completo en Cristo Jesús. Sin embargo, no debemos ser descuidados con la gracia representada por la lluvia temprana. Únicamente los que viven en armonía con la iluminación obtenida, recibirán más luz. A menos que avancemos diariamente en la ejemplificación de las activas virtudes cristianas, no estaremos en condiciones de reconocer la manifestación del Espíritu Santo en la lluvia tardía. Alrededor, otros corazones la podrán estar recibiendo, pero nosotros no lo advertiremos ni la recibiremos.—The Review and Herald, 2 de marzo de 1897. – {RP 27.4}
A nosotros hoy, tan ciertamente como a los primeros discípulos, pertenece la promesa del Espíritu. Dios dotará hoy a hombres y mujeres del poder de lo alto, como dotó a los que, en el día de Pentecostés, oyeron la palabra de salvación. En este mismo momento su Espíritu y su gracia son para todos los que los necesitan y quieran aceptar su palabra al pie de la letra. – {3JT 210.3}
Notemos que el Espíritu fué derramado después que los discípulos hubieron llegado a la unidad perfecta, cuando ya no contendían por el puesto más elevado. Eran unánimes. Habían desechado todas las diferencias. Y el testimonio que se da de ellos después que les fué dado el Espíritu es el mismo. Notemos la expresión: “La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma.” Hechos 4:32. El Espiritu de Aquel que había muerto para que los pecadores viviesen animaba a toda la congregación de los creyentes. – {3JT 210.4}
Los discípulos no pidieron una bendición para sí mismos. Sentían preocupación por las almas. El Evangelio había de ser proclamado hasta los confines de la tierra y solicitaban la medida de poder que Cristo había prometido. Entonces fué cuando se derramó el Espíritu Santo y miles se convirtieron en un día. – {3JT 211.}
Así puede suceder ahora. Desechen los cristianos todas las disensiones, y entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición prometida, y ella les vendrá. El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fué “la lluvia temprana,” y glorioso fué el resultado. Pero la lluvia tardía será más abundante. ¿Cuál es la promesa hecha a los que viven en estos postreros días? “Tornaos a la fortaleza, oh presos de esperanza: hoy también os anuncio que os daré doblado.” “Pedid a Jehová lluvia en la sazón tardía: Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba en el campo a cada uno.” Zacarías 9:12; 10:1. – {3JT 211.2} – 3JT 210-211
Viernes 18 de julio // Lección 3
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La promesa del Espíritu”, Joyas de los testimonios, t. 3, pp. 209-214; “El don del Espíritu” , Los hechos de los apóstoles, pp. 39-46.
“En toda ocasión y lugar, en todas las tristezas y aflicciones, cuando la perspectiva parece sombría y el futuro nos deja perplejos, y nos sentimos impotentes y solos, se envía al Consolador en respuesta a la oración de fe. Las circunstancias pueden separarnos de todo amigo terrenal, pero ninguna circunstancia ni distancia puede separarnos del Consolador celestial. Donde- quiera que estemos, dondequiera que vayamos, está siempre a nuestra diestra para apoyarnos, sostenernos y animarnos” (DTG 623).
“El Espíritu Santo era el más elevado de todos los dones que podía solicitar de su Padre para la exaltación de su pueblo. El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había estado fortaleciendo durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera Persona de la Deidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo” (DTG 625).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Dada la tendencia humana a la exaltación propia, ¿qué lecciones nos enseña la obra humilde y subordinada del Espíritu Santo?
2. En diálogo con Nicodemo, Jesús comparó al Espíritu con el viento. ¿Qué lecciones espirituales podemos aprender de esa comparación?
3. Algunas personas afirman que la evidencia de ser “llenos del Espíritu” es la habilidad de hablar en lo que comúnmente se denominan “lenguas”. ¿Cómo deberíamos responder a esta afirmación?
4. Tenemos la tendencia a pensar en la obra del Espíritu Santo en nosotros desde un punto de vista individual, lo que, por supuesto, es correcto. Al mismo tiempo, ¿cómo podemos, como cuerpo colectivo, experimentar la realidad de su presencia en nuestra iglesia como un todo?