Este es un estudio libre para toda persona que lo desee usar ó compartir. Es una cortesía de SevenDay Radio y su servidor Tony García. Cualquier pregunta ó comentario por favor escriba a tonygarcialopez@yahoo.com ó tglopez@sevendayradio.com Este documento es subido a la red los días Domingos a las 6:00 de la mañana hora de Madrid, España; la media noche del día Sábado de la costa este de los Estados Unidos.
Toda información dada en éste documento es tomada estrictamente de la bastedad de libros que la Iglesia Adventista tiene disponible gratuitamente para el público en general en Ingles y Español. Aquí no le estamos presentando una nueva luz, nuestro trabajo es sencillamente recopilar información para que se le haga mas fácil al maestro de Escuela Sabática impartir la lección.
Deseamos compartir con ustedes los tópicos de las lecciones de los próximos años.
4 trimestres por año
2015: (1)»Proverbios» (2)»El Libro de Lucas» (3)»Misioneros» (4) «Jeremías»
2016: (1)»La Gran Controversia» (2)»El libro de Mateo» (3)»El Papel de la Iglesia en la Comunidad» (4) «Job»
2017: (1)»El Espíritu Santo y la Espiritualidad» (2) «1ra y 2da de Pedro» (3)»Unidad en Cristo» (4)»Asuntos de Justicia Social»
2018: (1)»Mayordomía» (2) «Preparación para los Días Finales» (3)»El libro de los Hechos» (4) «El Libro de Apocalipsis»
2019: 1er trimestre «Esdras-Nehemías»; 2do trimestre «El Libro de Daniel»; Tercer trimestre «Romanos»; 4to Trimestre «Como interpretar las escrituras»
Recordamos a los hermanos que ésta información está sujeta a cambios.
Lección 3: Para el 18 de octubre de 2014
SOPORTAR LA TENTACION
Sábado 11 de octubre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Santiago 1:12-21; Salmo 119:11; Génesis 3:1-6; Tito 3:5-7; Romanos 13:12; Efesios 4:22.
PARA MEMORIZAR:
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” (Sant. 1:12).
TODOS LO HEMOS EXPERIMENTADO. Resolvemos no ceder a la tentación. Pero, en el calor de la batalla, esa resolución se derrite y -para vergüenza y desprecio propio– caemos en pecado. A veces, cuanto más nos concentramos en no pecar, más impotentes nos sentimos, y más desesperada parece nuestra condición. Nos preguntamos si realmente somos salvos. Todo cristiano se ha preguntado acerca de su propia salvación, especialmente justo después de haber caído en pecado.
Afortunadamente, podemos tener la victoria sobre las tentaciones que tan fácilmente nos entrampan. Todos, no importa cuán envueltos estemos en el pecado, tenemos esperanza, pues nuestro “Padre de las luces” (Sant. 1:17) es mayor que nuestra inclinación al mal, y solo en él y por su palabra podemos tener la victoria.
Ese es el mensaje que estudiaremos esta semana. Claro, las tentaciones y el pecado son reales, y la batalla contra el yo es muy real. Pero Dios también es real, y por medio de él podemos más que vencer las tentaciones que desean destruirnos.
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La lección de ésta semana comienza con la palabra «Bienaventurado» La palabra griega usada para «bienaventurado» es MAKARIO (makário) y es la misma palabra usada por Jesucristo especialmente en el Sermón del Monte.
Usualmente cuando estamos pasando por una prueba nos consideramos desventurados, desdichados y de la misma manera vemos y consideramos a cualquier persona que esté atravesando una prueba; nos damos lástima a nosotros mismos.
Pero aquí el apóstol Santiago nos está diciendo todo lo contrario; él está diciendo «DICHOSO, FELIZ» el que está pasando por una prueba. En pocas palabras nosotros tenemos que corregir esa manera incorrecta de interpretar y de ver los problemas, pruebas ó dificultades que enfrentamos en nuestras vidas. En ves de sentirnos tristes y desdichados, tendríamos que sentirnos feliz y dichosos.
Pero el pensamiento no termina aquí; no es el acto de soportar una prueba solamente, es el acto de soportarla, resistirla, y salir victorioso. Cuando somos tentados ó puestos a pruebas y caemos ante ella, entonces si nos podemos considerar desdichados y tristes. Hay que recordar que aún en ésta situación está la esperanza de hacer las cosas mejor en nuestra siguiente prueba.
Otro punto que tenemos que aprender en ésta lección es la palabra que se usa para «TENTACION» Esta es la palabra griega «PEIRASMOS» (peirasmós).
La palabra peirasmós significa «cualquier situación que ponga a prueba la fe ó el carácter». Esto incluye cualquier aflicción que tengamos que pasar ya sean, calamidades, pobrezas, enfermedades, y también la insinuación directa al pecado ó tentación.
La lección de ésta semana se está enfocando a las tentaciones, que es una insinuación ó invitación directa a pecar. La tentación, es un atentado contra la espiritualidad y santidad de una persona.
Lección 3 // Domingo 12 de octubre
LA RAÍZ DE LA TENTACIÓN
Lee Santiago 1:13 y 14. ¿Por qué es importante saber que Dios no tienta a ninguno? ¿Dónde se origina la tentación, y cómo puede ayudarnos este conocimiento en nuestra lucha con el pecado?
13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Santiago es enfático. No solo Dios no es el autor del mal, sino tampoco es la fuente de la tentación. El mal mismo es la cuna de la tentación. De acuerdo con este pasaje, el problema reside dentro de nosotros, y por eso es tan difícil de resistir.
De este modo, la batalla contra el pecado comienza en la mente. Aunque muchos no quieran oírla, la verdad es que nosotros elegimos pecar. Nadie puede forzarnos (Rom. 6:16-18). Los deseos, las inclinaciones y las propensiones pecaminosas capturan constantemente nuestra atención. Al usar términos comunes de la caza y la pesca, Santiago 1:14 describe esas incitaciones. Nuestros propios deseos nos atraen y nos seducen, y cuando cedemos a ellos finalmente nos enganchan y atrapan.
Lee Efesios 6:17, Salmo 119:11 y Lucas 4:8. ¿Qué tema común se ve en estos textos, y cómo se relacionan con el tema de la victoria sobre la tentación?
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; Efesios 6
11 En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Salmos 119
8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Lucas 4
En los pasajes de Santiago, este separa claramente la tentación del pecado. Ser tentado desde adentro no es pecado. Aun Jesús fue tentado. El problema no es la tentación misma, sino cómo respondemos a ella. Tener una naturaleza pecaminosa no es, en sí mismo y por sí mismo, pecado; sin embargo, permitir que la naturaleza pecaminosa controle nuestros pensamientos y dicte nuestras elecciones sí lo es. Por eso, tenemos las promesas que se encuentran en la Palabra de Dios, que nos ofrecen la seguridad de la victoria, si las reclamamos para nosotros y nos aferramos a ellas con fe.
Medita en la idea de que el pecado es siempre una elección nuestra. (Después de todo, si no fuera nuestra propia elección, ¿cómo podríamos ser condenados por elegirlo?) ¿Qué cosas podemos hacer en el práctico y diario que nos puede impedir hacer elecciones equivocadas?
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La tradición clasifica los pecados en «pecado mortal». «pecado venial» y «pecado original»
El «pecado original» es el pecado que se obtiene naturalmente en nuestro nacimiento; debido al pecado original cometido por Adán y Eva en el Jardín del Edén. Estos pecados se consideran muy leves debido a la tendencia de nuestra naturaleza pecaminosa
El «pecado venial» está en medio del pecado original y el pecado mortal. De acuerdo a la tradición éste tipo de pecado no rompe la relación con Dios pero si la debilita. Quién no cuida de éste tipo de pecado está expuesto y propenso a cometer un pecado mortal. Este tipo de pecado se comete sin completo conocimiento ó consentimiento, por lo tanto no necesita ser confesado.
El «pecado mortal» es serio y grave, y es cometido con total conocimiento y en forma deliberada en contra de los mandamientos de Dios. Entre estos pecados están: el secuestro, asesinato, robo, adulterio, aborto, suicidio, ETC.
Esta es nuestra respuesta a esas doctrinas:
-Nacemos con la tendencia al mal heredada por nuestros padres.
-Todo pecado nos separa de Dios.
-Todo pecado tiene que ser confesado.
¿Que dice la Biblia? Santiago nos dice que la tentación nace en nuestra mente, y también nos aclara que el ser tentado no es un problema en sí, el problema comienza cuando tomamos la decisión equivocada frente a la tentación.
La tentación tiene tres orígenes fundamentales: 1-Satanás, 2-Nuestra naturaleza pecaminosa, 3- Nuestro prójimo.
1-Satanás: La semana pasada estuvimos estudiando que Dios no tienta a nadie; Dios permite la prueba y cuando la permite, tiene como fin la edificación y el crecimiento espiritual de la persona. La tentación viene del diablo y tiene como fin la destrucción espiritual de la persona.
2-Nuestra naturaleza pecaminosa; muchas veces el diablo no tiene que ver en la tentación, nosotros nos descuidamos en nuestros momentos de ociosidad y muchas veces nos inventamos ó se nos ocurren malos pensamientos debido a nuestra naturaleza pecaminosa. Cuando esto ocurre una de las soluciones ó remedios, es el abandono inmediato de la tentación, colocando nuestra mente en un lugar seguro, sano y elevado; que permita nuestra mente espaciarse en asuntos sublimes. Toda negociación ó razonamiento con la tentación, es la formula perfecta para sucumbir ante ella, avanzando al siguiente paso que es el pecado.
3-Nuestro prójimo: Muchas veces la tentación también viene de parte de nuestro prójimo. Este es uno de los pecados mas severamente condenados y castigados por Dios, cuando tentamos a nuestro prójimo ó nuestro prójimo nos tienta. Tenemos dos pecados en uno; el que estoy cometiendo personalmente y el que hago cometer a mi prójimo. Si él sucumbe ante la tentación, la persona que hace caer a su prójimo en tentación, aparte de su pecado, también se ha convertido en un agente de Satanás en su obra pecaminosa.
Lunes 13 de octubre // Lección 3
CUANDO LA CONCUPISCENCIA CONCIBE
Lee Santiago 1:13 al 15. ¿Cuándo una tentación llega a ser pecado?
13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Se usan varias palabras griegas para describir cómo comienza el pecado, todas conectadas con dar a luz. Cuando se nutre un deseo equivocado, el pecado “es concebido”, como un bebé. “Y el pecado, cuando ha crecido, da a luz la muerte” (Sant. 1:15, traducción literal del autor).
El cuadro es paradójico. El proceso que debe dar vida resulta en muerte (comparar con Rom. 7:10-13). El pecado, como el cáncer, se adueña del cuerpo y lo consume. Todos lo sabemos, porque todos fuimos arruinados por el pecado. Nuestros corazones son malos, y no podemos cambiarlos.
Lee Génesis 3:1 al 6. La experiencia de Eva ilustra vívidamente el conflicto con el pecado. ¿Qué pasos la condujeron al pecado?
1EMPERO la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo á la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2Y la mujer respondió á la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos; 3Mas del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis. 4Entonces la serpiente dijo á la mujer: No moriréis; 5Mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal. 6Y vió la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable á los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dió también á su marido, el cual comió así como ella.
El pecado comienza con desconfiar de Dios. Satanás usa el mismo método con el cual engañó a un tercio de los ángeles (Apoc. 12:4, 7-9): puso dudas en Eva acerca del carácter de Dios (Gén. 3:1-5). Acercarse al árbol prohibido no era pecado, pero tomar y comer su fruto sí lo era. Pensamientos equivocados tal vez precedieron su acto (Gén. 3:6). Ella adoptó las sugerencias de Satanás como propias.
El pecado siempre comienza en la mente. Como Eva, podemos pensar en sus supuestos “beneficios”. Luego, la imaginación y los sentimientos se hacen cargo, y pronto caemos en pecado.
A menudo nos preguntamos: ¿cómo pudo suceder? La respuesta es fácil: nosotros dejamos que suceda. Nadie nos forzó a pecar.
“Por la oración ferviente y una fe viviente, podemos resistir los asaltos de Satanás y mantener nuestros corazones sin mancha de contaminación.
“La tentación más poderosa no es una excusa para pecar. Por grande que sea la presión sobre el alma, la transgresión es siempre un acto nuestro. Ni la Tierra ni el infierno tienen poder para obligar a ninguno a pecar. La voluntad tiene que consentir, el corazón tiene que ceder, o la pasión no puede sobreponerse a la razón; ni la iniquidad, triunfar sobre la justicia” (ST, “Christian Privileges and Duties”, 4 de octubre de 1883).
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El estudio del día de ayer, estudiamos que la tentación se origina en nuestra mente; el día de hoy estamos estudiando que el pecado lo mismo que la tentación, también se origina en nuestra mente. En pocas palabras el origen del pecado no está fuera del hombre, sino dentro de él.
En el tiempo antiguo, incluyendo los tiempos de Jesús, se creía que los «dioses» originaban las tentaciones de los hombres. Esta idea de alguna manera directa ó indirectamente había llegado a ser parte del pensamiento cristiano en los tiempos del apóstol Santiago. Esta acusación tiene su origen en la caída de nuestros primeros padres: Adán acusa a la mujer que Dios le dio por esposa; y Eva acusa a la serpiente que fue creada de Dios. Al final de la conversación aparentemente Dios, tiene la culpa por haber creado a Lucifer, a Eva y a la serpiente. El mensaje que hace el apóstol Santiago contra ésta creencia es clara y explícita; Dios no tienta a nadie, va contra su misma naturaleza santa y perfecta.
La palabra CONCUPISCENCIA viene del griego EPITHUMIA (epithumía) y significa: «Deseo», «Sed», «Anhelo» Hay una combinación de los deseos carnales de una persona y el diablo y sus demonios, que siempre están tratando de buscar aprovecharse de nuestras malas tendencias.
Los «deseos» en el hombre por sí solos, no son equivalentes de pecado. Dios puso «deseos» en el hombre que son naturales y legítimos. Uno de ellos pueden ser la alimentación. La alimentación acompañada de un mal deseo, nos puede llevar a la glotonería. De ésta manera podemos ir agregando deseos naturales como el sexo, que de la misma manera combinados con un mal deseo se puede desencadenar en cualquier clase de aberración sexual. La concupiscencia es el deseo, sed o anhelo de hacer el mal.
Los verdaderos instigadores en la tentación son Satanás y sus demonios, ellos constantemente están buscando la ocasión de hacer pecar al humano al cual muchas veces es correspondido por la inclinación del hombre hacia el mal.
«Ningún hombre puede ser obligado a pecar. Primeramente debe ser ganado su propio consentimiento; el alma debe proponerse el acto pecaminoso antes de que la pasión pueda dominar la razón ó la iniquidad triunfar sobre la conciencia» (MJ 65)
Lección 3 // Martes 14 de octubre
TODA BUENA DÁDIVA Y TODO DON PERFECTO
“Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Sant. 1:16, 17).
Aunque el pecado dé a luz la muerte, Dios es la fuente de la vida. Él es el “Padre de las luces” (Sant. 1:17), una referencia a la Creación (Gén. 1:14-18). Dios nos da a luz a una nueva vida, que es el regalo más grande que podamos recibir “de lo alto” (comparar Sant. 1:17 con Juan 3:3).
Como Pablo, quien habla de la salvación como el resultado de la gracia de Dios (Rom. 3:23, 24; Efe. 2:8; 2 Tim. 1:9), Santiago 1:17 llama a la salvación una “dádiva”. Pero más, en el versículo siguiente, Santiago deja bien claro que la salvación, este nuevo nacimiento, es el resultado del propósito y la voluntad de Dios para nosotros: “Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad” (Sant. 1:18, NVI). Es decir, Dios quiere que seamos salvos. Era su voluntad, aun desde antes de que existiéramos, que tuviéramos la salvación y una vida nueva en él ahora, y por toda la eternidad.
¿Cómo se compara la representación de Santiago con la descripción de Pablo y de Pedro del nuevo nacimiento? Ver Tito 3:5 al 7; 1 Pedro 1:23.
5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Tito 3
23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 1 Pedro 1
Jesús, Pablo, Pedro y Santiago: todos conectan la salvación con el nuevo nacimiento. Todo el propósito de Dios en el plan de la redención es reconectar a los seres humanos, golpeados por el pecado y quebrados, con el Cielo. El abismo era tan grande y ancho que nada que los humanos pudieran hacer sería capaz de cruzarlo. Solo la Palabra de Dios en forma humana, Jesús, podía reconectar el Cielo con la Tierra. La Palabra inspirada (2 Tim. 3:16) es singularmente capaz de inspirar vida espiritual en aquellos cuyos corazones están abiertos para recibir el don.
Es decir, nuestro “Padre de las luces” nos ama tanto que, aun sin ser no merecedores, nos da “toda buena dádiva y todo don perfecto” (Sant. 1:17), el mejor de todos los dones, Jesús, y el nuevo nacimiento que él ofrece.
¿Cuáles son los dones que te fueron dados “de lo alto”? ¿Por qué es tan importante meditar en ellos? ¿Qué sucede si no lo hacemos?
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Como estudiamos al principio de ésta lección la palabra PEIRASMO (peiramós) significa «pruebas», «aflicción», «dificultad» y también significa «tentación» La palabra peirasmós también incluye aflicciones, como la enfermedad, calamidad, pobreza y persecución. «Las dificultades, ya que hayan sido causadas expresamente por Satanás para tentar a un hombre a pecar, o sólo para molestarlo y acosarlo, son siempre una prueba de la vida cristiana» CB-520
Se nos es fácil llegar a la comprensión de que Dios no provoca la tentación para nadie, eso va en contra de su naturaleza pura y santa. La parte que nosotros los humanos tenemos problemas es cuando el dolor y el sufrimiento toca a nuestras puertas. Allí precisamente comienza nuestro problema cuando comenzamos a cuestionar el amor y el poder de Dios. Cuando la desgracia ó la muerte nos visita, la primera pregunta que hacemos es ¿Dónde estaba Dios?, ¿Si Dios es amor, porqué lo permitió?
La ironía de la vida consiste en que muy pocas veces agradecemos a Dios cuando las cosas marchan bien; pero cuando las cosas marchan mal, encontramos a alguien a quien echarle las culpas, y siempre el culpable es Dios. Este proceder lo hemos aprendido desde el Edén, Adán culpó a Eva, (creada por Dios para Adán), Eva culpó a la serpiente, que era creación de Dios.
Santiago está empeñado en enseñarnos que todo lo malo que pasa en éste mundo y en nuestras vidas no viene de parte de Dios. El está enfatizando que de Dios proviene toda buena dádiva, y todo don perfecto.
Hasta los más fervientes cristianos con mucha frecuencia no pueden comprender el ministerio del sufrimiento y de las pruebas en la formación del carácter. Como resultado no sólo no aprovechan esa vicisitudes como podrían hacerlo, sino que hacen que su camino sea mas duro, y pierden la comunión con Dios que, de otra manera, podría haber sido suya. No hay ninguna vicisitud de la vida, no importa cuan amarga ó desanimadora sea, que por la providencia de Dios y la gracia de Cristo no pueda contribuir al crecimiento cristiano, a acercarnos mas a Dios y a enriquecer nuestra comprensión de su amor para con nosotros CB-250
Tomado de la lección «nuestro amante Padre Celestial» (1ro de Julio-2014)
El sufrimiento trasciende, traspasa y no respeta clase social, raza, grupo étnico, culturas, ricos, pobres, viejos ó niños. En la tierra no ha quedado ningún rincón que no haya sido tocado por el sufrimiento.
Uno de los problemas del humano es que cuando enfrentamos el sufrimiento inmediatamente lo relacionamos con Dios. Al ser tocados por la tragedia la primera pregunta que nos formulamos es ¿Dónde estaba Dios? Aparentemente llegamos a la conclusión que cada vez que el sufrimiento nos visitas es por que Dios está involucrado en esta tragedia, es como si Dios estuviera dirigiendo u orquestando estas calamidades en nuestras vidas.
Estas son unas de la razones por la cual nosotros sufrimos en éste mundo:
–Sufrimos por nuestras decisiones equivocadas: Muchas veces nosotros los humanos somos nuestros propios enemigos, y nos convertimos en auto-destructores. Casos patéticos son: Adan y Eva, Jonás, David, Saul, Judas.
-Muchas veces se sufre por los pecados de otros: Dios nunca causaría éste tipo de sufrimiento, ni lo comenzaría , ni lo apoyaría; todo lo contrario va en contra de su naturaleza que es santa y pura. Ejemplo de estos casos son Betsabe, Daniel, Tamar, Oseas, El Buen Samaritano, Pablo, ETC.
-Algunas veces se sufre sencillamente por desgracias que ocurren en la vida: Hay un interesante dicho que usa el mundo de habla inglesa y se podría traducir así: «Hasta el mejor santo de Dios, tiene su noche obscura» Este tipo de sufrimiento no es ningún indicador de abandono divino, no; simple y sencillamente la vida es dura.
-Muchas veces su sufre con enfermedades y muerte: Esto pasa y pasará a cada persona de éste mundo sin excepción. Tenemos cero protección en contra de la muerte, Jesús lloró húmedas y saladas lágrimas a la muerte y dolor de sus amigos.
-Muchas veces sufrimos por la tierra: Vivimos en una tierra físicamente con vida que es afectada por tornados, terremotos, fuegos, maremotos, huracanes. Desastres naturales son partes naturales de este sistema viviente, cambiante y fluctuante mundo en que vivimos. Entre mas destruyamos la tierra, mas va a protestar en contra de su destrucción.
-Muchas veces sufrimos por nuestros enemigos viciosos: Hay muchos enemigos viciosos que están dispuestos a robar, matar y destruir toda cosa que sea bonitas y buenas.
-Al final sufrimos por el pecado en general: ¿Está Dios presente en nuestro sufrimiento? Si allí está, y sufre con nosotros. La única manera que Dios nos protegería de las consecuencias del pecado sería apartándonos de éste mundo y llevándonos al cielo, así como lo hizo con Elías y Enóc. Pronto lo va a hacer y lo va a hacer colectivamente, mientras eso llega nos tocará sufrir las consecuencias del pecado y eso nunca estuvo en su plan con los humanos, el lo predijo y así sucede, muchas veces nos libra de la muerte y el dolor otras veces lo permite ¿Porqué? no sabemos, se lo pregunta a él cuando llegue al cielo.
Todos los sufrimientos que tenemos en nuestras vidas nunca los promueve ó los inventa Dios; pero si nos ajustamos a su santa voluntad, el tomará esa desgracias y sin sabores y las hará trabajar para nuestro propio bien hasta que termine la obra que comenzó en usted y en mí.
Miércoles 15 de octubre // Lección 3
TARDO PARA HABLAR
Lee Santiago 1:19 y 20. ¿Qué punto importante se presenta aquí?
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
La Palabra de Dios tiene poder, pero también lo tienen las palabras humanas. ¿Cuán a menudo hemos dicho palabras que más tarde hubiéramos querido poder retirar? Lamentablemente, solo percibir cuán dañinas pueden ser las palabras equivocadas y cuán destructiva es la ira poco nos ayuda a sujetarnos bajo control. Dejados a nuestras propias iniciativas, nunca podremos cambiar realmente. Por esto necesitamos escuchar más a Dios y permitirle que obre en nosotros.
“Cuando toda otra voz calla, y tranquilos esperamos en su presencia, el silencio del alma hace más perceptible la voz de Dios. ‘Él nos pide: Estad quietos y conoced que yo soy Dios’ (Sal. 46:10)’ ” (MC 37).
En contraste, surgen problemas cuando dejamos de escuchar a Dios, y los unos a los otros. Sea en el hogar, en el trabajo o en la iglesia, siguen las discusiones cuando dejamos de escuchar. Cuando eso sucede, el hablar comienza a acelerarse y aumenta la ira. Estas comunicaciones pecaminosas, como los deseos interiores no controlados de Santiago 1:14 y 15, nunca podrán producir la justicia de Dios.
Por esto Santiago pone lado a lado la justicia de Dios y la ira humana. Mientras dependamos de lo que surge de nuestras naturalezas pecaminosas, el poder creativo de la Palabra de Dios se bloquea y nuestras propias palabras, que no ayudan y a veces hacen doler, surgen en su lugar. No es extraño que, después de hablar acerca de todo lo que el “Padre de las luces” hace por nosotros al darnos una vida nueva, Santiago diga que seamos cuidadosos con lo que decimos.
¿Qué nos enseñan los siguientes pasajes acerca de las palabras? Prov. 15:1; Isa. 50:4; Efe. 4:29; 5:4; Col. 4:6.
La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. Proverbios 15: 1
4 Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. Isaías 50
29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4
6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. Colosenses 4
Piensa en la última vez que alguien te devastó con sus palabras. La profundidad de las emociones que sentiste debería mostrarte cuán poderosas pueden ser las palabras, para el bien o para el mal. ¿Qué puedes hacer para mantener tus palabras bajo control? ¿Por qué es tan importante pensar antes de hablar?
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«tardo para hablar,» Significa ser lentos para comenzar a hablar, no significa que hay que hablar lentamente.
Entre uno de los dichos que nuestra gente de edad nos solía repetir era: «mire, oiga y calle»
Había un General del ejercito norte americano en la guerra de la independencia que estaba extremadamente furioso con un subalterno. Pidió una audiencia para hablar con George Washington acerca del problema y se le fue concedida. Estando en la audiencia expuso sus puntos en contra de sus subalterno, al mismo tiempo que solicitaba permiso para ir a visitar a éste hombre y darle una reprimenda. Mientras Washington lo escuchaba llegó a la conclusión que éste hombre realmente estaba furioso e indignado por el mal proceder del otro militar. Washington después de escucharlo se fue al estante consiguió papel, pluma y tintero, y entregándolo en la mano del General le dijo: Escribe en éste papel, la carta mas fuerte que puedas contra este hombre, no dejes a un lado ningún detalle, cólera ó indignación contra el proceder de éste hombre, hazla con toda sinceridad y con libertad de pensamiento, yo estoy contigo en éste problema, yo te apoyo, porque yo también estoy enojado e indignado por este problema.
El hombre regresó a las horas con el papel, donde había desahogado con tinta toda su cólera e indignación. Washington la leyó detenidamente y al terminar de leerla le dijo: Esto no era lo que esperaba de ti, ve y hazla de nuevo y escribe realmente la cólera que hay en ti; quiero ver tu indignación plasmada en un papel, ese hombre se lo merece y mucho mas.
El General regresó a las horas con la segunda carta; una carta terriblemente fuerte donde exponía inclusive sus sentimientos de castigo para éste militar. Nuevamente Washington la volvió a leer y se le dibujó una sonrisa en el rostro y le dijo: -Ya estas llegando donde quiero que llegues, ésta carta me gusta mucho mas, pero no es suficiente; ve y haz una nueva carta e imagínate tu hablando con éste hombre cara a cara, reprendiéndole por su proceder.-
Washington leyó la tercera carta, la mas fuerte de ellas, se la devolvió al General y le dijo: Esta es la carta perfecta, ese hombre se lo merece. Al mismo tiempo le entregaba un papel donde lo autorizaba para ir a hablar con el militar.
El General se sentó en la oficina de George Washington totalmente desconcertado con el permiso en la mano y le dijo a Washington: – Ya no tengo mas palabras fuertes para éste hombre, su problema no es tan grande como yo lo creía-
Para aprender de memoria y elevar nuestro nivel de sabiduría:
19En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. Proverbios 10
27 El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido. 28 Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido. Proverbio 17
2No te des prisa en hablar, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra; por tanto sean pocas tus palabras. Eclesiastés 5
Las iglesias trabajarán mejor, si se evitara el juzgar, el chismear y el criticar en todos los niveles de la iglesia. Este pequeño miembro de nuestro cuerpo; «LA LENGUA», ha traído tantos problemas a la iglesia cuando no pensamos para hablar, cuando somos movidos por la envidia y el orgullo, cuando somos movidos por la IMPACIENCIA .
«Como el rocío y las lluvias suaves caen sobre las plantas agostadas, caigan también con suavidad vuestras palabras, cuando procuréis sacar a los hombres del error. El plan de Dios consiste en llegar primero al corazón. Debemos decir la verdad con amor, confiados en que él le dará poder, para reformar la conducta. El Espíritu Santo aplicará al alma, la palabra dicha con amor.»
«El primer requisito del lenguaje es el de ser puro, bueno y sincero: (es) «La expresión externa de una gracia interior»… La mejor escuela para éste estudio del lenguaje es el hogar.»
Lección 3 // Jueves 16 de octubre
SALVADOS POR RECIBIR
Lee Santiago 1:21. ¿Qué función tiene la “palabra” en lo que Santiago está diciendo?
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Este versículo concluye todo lo que ha dicho hasta aquí sobre la fe y la salvación. Es una apelación a poner a un lado toda impureza y separarnos de la maldad. La orden “desechar” se usa siete de las nueve veces que aparece en el Nuevo Testamento para separarse de los malos hábitos que no tienen lugar en una vida sometida a Cristo (Rom. 13:12; Efe. 4:22, 25; Col. 3:8; Heb. 12:1; 1 Ped. 2:1). También puede referirse a quitarse la ropa (Hech. 7:58), y puede implicar el sacarse los “trapos de inmundicia” del pecado (comparar con Isa. 64:6). De hecho, la palabra “inmundicia” aparece en Santiago como los “trapos de inmundicia” de los pobres en contraste con la vestimenta brillante y limpia de los ricos (Sant. 2:2). Como Jesús, Santiago censura la tendencia humana a estar muy preocupado por la apariencia exterior, porque Dios se interesa por sobre todo por la condición de nuestros corazones.
En la traducción griega del Antiguo Testamento, la palabra inmundicia (rupáros) se usa solo en un pasaje: Zacarías 3:3 y 4, donde Josué, el sumo sacerdote, representa al Israel pecador. Dios quita la vestimenta sucia del sumo sacerdote y lo viste con un manto limpio, que simboliza el perdón y la purificación de Israel.
Esta escena es muy diferente de la imagen cristiana que vemos de Jesús poniendo un manto blanco limpio sobre la vestimenta sucia y manchada del pecador. ¿Quién haría eso en la vida real? Nadie se pone ropa limpia encima de la sucia. Del mismo modo, en Zacarías, la ropa sucia es quitada antes de que se le ponga el manto limpio. Esto no significa que debemos estar sin pecado antes de que podamos ser vestidos con la justicia de Cristo. Si eso fuera cierto, ¿quién podría ser salvo? Tampoco significa que, después de aceptar a Jesús, perdemos la salvación si caemos en pecado. En cambio, significa que debemos entregarnos completamente a él, eligiendo morir a nuestros caminos pecaminosos y permitirle crearnos a su imagen. El perfecto manto de justicia de Cristo, entonces, nos cubrirá.
Lee Santiago 1:21. ¿Cómo puedes aplicar esto en tu vida? ¿Qué significa que la Palabra esté “implantada” en tu corazón, y cómo puedes hacerlo?
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19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
El mensaje de éste día se concentra en aprender a escuchar la Palabra de Dios. A través de toda la Biblia se exhorta al cristiano a seguir creciendo en el conocimiento de Dios.
El estudio de la Escuela Sabática tiene como fin el crecimiento espiritual del creyente a través del estudio de la palabra de Dios. Muchos de los maestros de Escuela Sabática estudian la lección por compromiso y responsabilidad. Nosotros estamos observando día a día las estadísticas del número de persona que estudian la lección. (no sabemos sus nombres, solo sabemos cantidades) Podemos observar la cantidad increíble de hermanos que entran a éste estudio el día Viernes por la noche y el día Sábado por la mañana. Durante toda la semana no han estudiado su lección y el Viernes por la noche estudian lo que tendrían que haber estudiado en toda la semana. Estos hermanos si fueran mas sinceros, tendrían que hacer dos cosas para corregir éste problema. La primera sería educarse ellos solos y hacer del estudio de la palabra de Dios, un medio diario para estar conectados con el cielo y crecer en el conocimiento espiritual. La segunda, que no es la recomendable, es entregar éste privilegio para que una persona que es consiente y honesta pueda desempeñar éste privilegio de una manera mas sincera y de corazón. Hay otros maestros que llegan al extremo estudiando la lección unos minutos antes de darla. Con que tristeza se escucha a maestros impartir la clase a sus alumnos, sin tener la capacidad y la preparación y el conocimiento necesario para impartir éste santo privilegio. Perdiendo así el tiempo de ellos y haciendo perder valiosas enseñanzas que tendrían que ser impartidas a sus alumnos en ese día. De esa negligencia sin duda Dios va a pedir cuenta; si a usted Dios le dio el don de la enseñanza, desempéñelo con todo fervor, de otra manera le será quitado y entregado a otro.
«Tardos para airarse» Que tremendo es cuando nosotros no podemos dominar el mal genio. La ira ó cólera es completamente dañina e inapropiada cuando se manifiesta en los asuntos religiosos. Una persona airada en la iglesia no demuestra que tiene el espíritu de Cristo, es totalmente lo opuesto, una persona que se aíra fácilmente demuestra la ausencia de un Dios amante en su vida.
«Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.»
Este versículo nos invita a desechar toda inmundicia y abundancia de MALICIA y recibir con MANSEDUMBRE la palabra implantada, la cual nos puede salvar.
La palabra griega que se usa para MALICIA nunca se le va a olvidar y es KAKIA (kakía). Kakía se puede traducir como «MALA VOLUNTAD», «MAL» ó «IMPIEDAD».
El problema de la lengua sin control es la evidencia de «kakía» en nuestra mente y corazón.
Después de limpiarnos de la abundancia de MALICIA, se nos ordena recibir «la palabra implantada» pero con un requisito y ese requisito es MANSEDUMBRE.
Mansedumbre es lo opuesto de la ira. La mansedumbre no significa que uno se subestime ó se desprecie. La mansedumbre significa tener un «espíritu humilde, suave y perdonador, y una disposición de tranquilidad y de perdón»
Realmente la carta de Santiago es hermosa, nos da paso por paso, con lógica y orden los pasos para arreglar problemas espirituales graves y destructivos en nuestras vidas espirituales. Personalmente creo que al final del estudio de éste trimestre seremos mucho mas mejores hijos de Dios, si ponemos en práctica lo que estamos aprendiendo, con la gracia de Jesucristo, al amor del Padre y la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Viernes 17 de octubre // Lección 3
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee acerca del pecado y del poder para cambiar, en El camino a Cristo, “Un poder misterioso que convence”, pp. 21-35, y resume los puntos principales.
“El plan de redención contempla nuestro completo rescate del poder de Satanás. Cristo separa siempre del pecado al alma contrita. Vino para destruir las obras del diablo, y ha hecho provisión para que el Espíritu Santo sea impartido a toda alma arrepentida, para guardarla de pecar” (DTG 277).
“Si habéis aceptado a Cristo como vuestro Salvador personal, habéis de olvidar vuestro yo, y tratar de ayudar a otros. Hablad del amor de Cristo, de su bondad. Cumplid con todo deber que se presente. Llevad la carga de las almas sobre vuestro corazón, y por todos los medios que estén a vuestro alcance tratad de salvar a los perdidos. A medida que recibáis el espíritu de Cristo –el espíritu de amor desinteresado y de trabajo por otros–, iréis creciendo y dando frutos. Las gracias del Espíritu madurarán en vuestro carácter. Se aumentará vuestra fe, vuestras convicciones se profundizarán, vuestro amor se perfeccionará. Reflejaréis más y más la semejanza de Cristo en todo lo que es puro, noble y bello” (PVGM 47).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Piensa más en la realidad del poder de las palabras. ¿Por qué son tan poderosas? ¿Cómo puede el lenguaje ser tan fácilmente manipulado? ¿Cuán a menudo cómo decimos algo o lo escribimos es tan importante, o aun más importante, que lo que decimos o escribimos?
2. De todos los dones que recibiste “de lo alto”, ¿cuál es el mayor, y por qué?
3. Lee Santiago 1:12 al 21. ¿Cuál es el mensaje esencial allí? ¿Qué esperanzas y promesas hay allí para nosotros?
4. La concupiscencia da a luz el pecado, y el pecado da a luz la muerte. ¿Por qué, con tanto en juego delante de nosotros, no tenemos las victorias que deberían ser nuestras? ¿De qué modo racionalizamos el pecado, y por qué ese es un juego mental muy peligroso?
5. Lee la última declaración de Elena de White arriba. ¿Qué consejo vital se encuentra allí, especialmente para quienes pueden estar vacilando en su fe?
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