Este es un estudio libre para toda persona que lo desee usar, compartir ó distribuir. Es una cortesía de SevenDay Radio y su servidor, Tony García. Cualquier pregunta ó comentario por favor escriba a tonygarcialopez@yahoo.com ó tglopez@sevendayradio.com Este documento es subido a la red los días Domingos a las 6:00 de la mañana hora de Madrid, España; la media noche del día Sábado de la costa este de los Estados Unidos.
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Aquí no le estamos presentando una nueva luz, nuestro trabajo es sencillamente recopilar información, y presentarla en un lenguaje sencillo y entendible, para que se le haga mas fácil al maestro de Escuela Sabática comprender y prepararse mejor, para impartir la lección de Escuela Sabática.
Deseamos compartir con ustedes los tópicos de las lecciones de los próximos años.
4 trimestres por año
2015: (2)»El Libro de Lucas» (3)»Misioneros» (4)»Jeremías»
2016: (1)»La Gran Controversia» (2)»El libro de Mateo» (3)»El Papel de la Iglesia en la Comunidad» (4)»Job»
2017: (1)»El Espíritu Santo y la Espiritualidad» (2)»1ra y 2da de Pedro» (3)»Unidad en Cristo» (4)»Asuntos de Justicia Social»
2018: (1)»Mayordomía» (2)»Preparación para los Días Finales» (3)»El libro de los Hechos» (4)»El Libro de Apocalipsis»
2019: (1)»Esdras-Nehemías» (2)»El Libro de Daniel» (3)»Romanos» (4)»Como interpretar las escrituras»
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Lección 7: Para el 14 de febrero de 2015
CÓMO TRATAR CON LAS PELEAS
Sábado 7 de febrero___________________________________
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Proverbios 17; 1 Corintios 13:5-7; Juan 8:1-11; Proverbios 18; Proverbios 19; Deuteronomio 24:10-22.
PARA MEMORIZAR: “Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones” (Prov. 17:1).
Proverbios denuncia otra vez el engaño de las apariencias. Puede ser que parezcamos tener todo lo que el mundo ofrece −riqueza, poder, placeres, fama−, no obstante, detrás de la fachada florecen la tensión y la miseria. Aun es posible que la causa de esta tensión y miseria sean, precisamente, la riqueza y los placeres que la gente persigue con tanto afán. Como lo destaca un proverbio egipcio: “Mejor es el pan con un corazón contento, que la riqueza con fastidio” (Miriam Lichtheim, “Instructions”, Ancient Egyptian Literature, II:156).
De acuerdo con el libro de Proverbios, el primer paso para resolver este problema es reconocer cuáles son nuestras prioridades: las relaciones pacíficas son más importantes que la riqueza (Prov. 17:1). Lo que importa no es tanto lo que tenemos, sino quiénes somos dentro de nosotros mismos. El consejo que sigue ayudará a restaurar esta prioridad y a conducirnos a tener paz interior (hebreo, shalom), que aumentará nuestra felicidad.
Las lecciones de Escuela Sabática del trimestre pasado, como el del trimestre presente, son unas lecciones bastante fuertes. Estos estudios están golpeando fuertemente todos los errores que cometemos como iglesia y como individuos. Nuestro propósito en 7DayRadio no es criticar, ni golpear a nuestra organización, ni mucho menos a dirigentes ó a dirigidos. Pero también encontramos en estos estudios muchas verdades que nos las podemos pasar por alto; si las pasamos por alto, entonces somos malos obreros y Dios nos tendrá por responsables. Entre una de las cosas que tenemos que entender es que no hay nada, ni nadie perfecto en nuestra tierra; tanto los dirigentes ya sean mundiales, regionales ó locales estamos manchados por el pecado y caemos bajo las sanciones de la Biblia y de Dios, cada quién en un diferente nivel. Esto mismo se aplica a los dirigidos, ya que ambos; dirigentes ó dirigidos somos pertenecientes a la raza caída. Tampoco nuestra iglesia es perfecta, nuestra iglesia está plagada de cualquier clase de problemas en todos los diferentes niveles y departamentos de la iglesia; Dios llama a la novia de su Hijo quién es la iglesia, a que se prepare para el día de la gran boda con el Cordero. Dios estipuló que el vestido de novia que use la iglesia cuando contraiga nupcias con Cristo tiene que estar libres de «manchas y arrugas» y para eso Dios nos dejó la Biblia, para que sea luz y guía mientras llega ese hermoso día. ¿Cómo podemos limpiar nuestros vestidos y prepararnos para la gran boda con el Cordero? Estudiando la Palabra de Dios, buscando y reconociendo en que parte de la vida espiritual estamos fallando, tanto como iglesia y como individuos; llevarle nuestras penas, cargas, debilidades y pecados a Dios; pedir su Santo Espíritu para la renovación de nuestras vidas, pedir su gracia para la salvación de nuestras vidas y su sangre preciosa vertida en la cruz para la limpieza de nuestros pecado. Solamente la sangre de Cristo nos puede limpiar de esa terrible mancha que se llama pecado, solamente la sangre de Cristo nos puede limpiar nuestros vestidos.
La paz de Cristo no puede ser comprada con dinero; el talento brillante no puede disponer de ella; el intelecto no la puede asegurar: es un don de Dios. ¿Cómo podría yo hacer comprender a todos la gran pérdida que experimentan si no siguen los santos principios de la religión de Cristo en la vida diaria? La mansedumbre y la humildad de Cristo constituyen el poder del cristiano. Son a la verdad más preciosas que todo lo que el genio puede crear o las riquezas comprar. De todas las cosas buscadas, apreciadas o cultivadas, no hay nada tan valioso a la vista de Dios como un corazón puro, una disposición rebosante de agradecimiento y paz (Joyas de los testimonios, {1JT}, t. 1, p. 579).
Dios nos ha colocado en este mundo en mutuo compañerismo. Caminemos unidos en amor, dedicando nuestras energías a la obra de salvar almas. Al servir así a Dios en santa camaradería, comprobaremos que somos obreros juntamente con El (Alza tus ojos, {ATO}, p. 364).
La verdad, implantada en el corazón por el Espíritu de Dios, desplazará el amor a las riquezas. El amor a Jesús y el amor al dinero no pueden morar en el mismo corazón. El amor a Dios sobrepasa de tal modo al amor al dinero, que su poseedor se aparta de sus riquezas y transfiere sus afectos a Dios. Luego, mediante el amor es inducido a satisfacer las necesidades de los menesterosos y a ayudar a la causa de Dios. Encuentra su satisfacción más intensa en disponer acertadamente de los bienes de su Señor. No considera como suyo todo lo que tiene, de modo que cumple fielmente su deber como mayordomo de Dios. Así puede observar los dos grandes mandamientos de la ley: “Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:5); “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18) (Consejos sobre mayordomía cristiana, {CMC}, pp. 163, 164).
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Lección 7 // Domingo 8 de febrero________________________
EL PECADO Y LOS AMIGOS
Lee Proverbios 17:9 y 19:11. ¿Qué punto vital se presenta en estos textos? ¿De qué forma debemos tratar con otros que caen?
9 El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo. Proverbios 17
11 La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa. Proverbios 19
Cuando alguien comete un error, es muy tentador difundir la historia, contarla a otros. ¿Oíste acerca de lo que hizo Fulano de Tal? Aunque actuemos como si estuviéramos consternados por la acción, seguimos con el deseo de contar a otros lo que sucedió. Esto significa que estamos chismeando, y es precisamente en contra de eso que se nos advierte, porque esta conducta generará contiendas, aun entre amigos cercanos. Después de todo, si un amigo tuyo tiene una caída, ¿qué clase de amigo eres, si vas por allí contándoselo a otros?
En cambio, se nos advierte que debemos “cubrir” la falta. Sin embargo, esto no implica que debamos esconder el pecado, actuar como si nunca hubiera ocurrido, como si la persona nunca hubiese hecho nada malo. El pecado que está encubierto todavía está presente, pero escondido. En realidad, en esta expresión, la palabra hebrea para “cubrir” tiene la connotación específica de “perdonar” (Sal. 85:2; Neh. 4:5). El amor, y no el chisme, debe ser nuestra respuesta a la equivocación de una persona.
Lee Proverbios 17:17 y 1 Corintios 13:5 al 7. ¿De qué modo el amor ayuda a afrontar la equivocación de un amigo?
17 En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Corintios 13
Uno no ama a su cónyuge o a un amigo porque sean perfectos: los amamos a pesar de sus errores y fallas. Solo mediante el amor aprendemos a no juzgar a otros porque, a causa de nuestras propias faltas y errores, podemos ser tan culpables como ellos. En cambio, podemos lamentarnos con ellos por lo que hicieron y procurar, de cualquier manera en que podamos hacerlo, ayudarlos a superar la situación. Después de todo, ¿para qué están los amigos, si no para esto?
Piensa en una ocasión en que te equivocaste mucho y te perdonaron, te ayudaron y te consolaron. ¿Qué te dice esto acerca de cómo debes comportarte con otros?
Este día el estudio se ha concentrado en dos tópicos muy interesantes: Cubrir las faltas y controlar el enojo
Una de las manera de preservar la paz cuando nos relacionamos con nuestros semejantes es tratando de hacer los mejor que se pueda en todo, no en andarle contado a otros los que se ha dicho de ellos ó los que se les ha hecho a ellos; no buscar ó prestar atención a las cosa que se han dicho en contra de nuestro prójimo ó en contra de nosotros mismos, lo contrario de ésto es disculpar todas esa cosas, cada vez y cuando ésto no afecte la seguridad de nuestro prójimo ó la nuestra. Si algo fue hecho por descuido, hagámonos de la vista gorda; si algo fue hecho por un olvido, olvidémonos de eso; si algo que se nos hizo, que al final de todo no nos hizo nada, hagamos de eso, una nada también.
En pocas palabras, no podemos andar hablando con otras personas de nuestros amigos, ni tampoco podemos andar hablando con nuestros amigos de otras personas. Por que El que cubre la falta busca amistad; todo aquel que sepulta en el olvido alguna transgresión cometida en contra de él, ó en contra de un amigo ó en contra de cualquier persona, lo perdona y lo olvida, y nunca más habla del asunto, entonces se declara una persona que busca la amistad. Todas las persona que poseen éstas características son universalmente admirados, respetados y amados.
Por el otro lado encontramos a los «REPETIDORES». Estas personas son las encargadas de andar constantemente repitiendo e informando a todas las personas lo que se ha dicho ó se ha hecho en contra de ellos. Muchas veces nosotros caemos en éste grupo especial tan detestado por la sociedad, por la iglesia, por la familia y por Dios. A veces creemos que la amistad que tenemos para con alguien nos obliga a contarle a éstas personas de todo lo que se dice ó se hace en su contra; en el estudio de éste día, la Biblia nos ha mostrado que el hacer ésto es incorrecto con los amigos. En verdad cuando lo hacemos no estamos buscando su amistad , sino su destrucción, ya que al hacerlos le va a afectar anímicamente, emocionalmente, físicamente, espiritualmente y está la gran probabilidad que el problema se vuelva mas serio y más complicado de lo que está. Al hacer ésto nosotros conseguimos practicar y perfeccionar el pecado del chisme, nos enredamos en problemas y conseguimos el título de chismosos. No andarás chismeando entre tu pueblo. No te pondrás contra la sangre de tu prójimo: Yo Jehová. Levítico 19: 16
Ahora viene la pregunta: ¿Que hacemos si encontramos a alguien en pecado ó en faltas?; ¿Tenemos que cubrir esas faltas? La respuestas a ésta pregunta la tiene la misma Biblia:«Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.» Mateo 18: 15-16 Ante la transgresión de mi semejante yo tengo dos alternativas; la primera es quedarme en silencio y la segunda es ir y HABLAR CON EL A SOLAS. Si la persona nos escucha, hasta allí termina todo. Ahora si la persona no me escucha, también tengo dos alternativas: guardar silencio, ya que salimos de nuestra obligación de hablar con el hermano, y la segunda es buscar a una tercera ó cuarta persona para tratar el asunto. Aquí es donde está el problema donde la mayoría de nosotros fallamos. Muchas veces no tenemos el valor de ir y hablar con la persona, pero si tenemos el valor de contar el problema de «X» persona a nuestros esposos ó esposas, posiblemente al anciano ó al pastor de la iglesia. Esto se llama chisme y es pecado ante los ojos de Dios. Nadie tiene el permiso, derecho ó la autoridad de ir a hablar con una tercera persona, no importa quien sea la tercera persona, si no ha conversado primeramente con el ofensor. No andarás chismeando entre tu pueblo. No te pondrás contra la sangre de tu prójimo: Yo Jehová. Levíticos 19: 16
El segundo tópico de éste día es acerca de como controlar ó parar el enojo ó la colera. Un hombre sabio tiene dos principios básicos en la manera de controlar el enojo: 1- No ser apresurado en sus resentimientos: El sabio considera todos los méritos de la provocación, lo contempla con toda la luz y los pesa de una manera justa; de ésta manera nunca toma decisiones equivocadas ya sea en palabras ó en actos, que tenga mas tarde que lamentar. 2-El sabio no es extenso en sus resentimientos: «Y su honra es pasar por alto la ofensa» El sabio aparenta que no ve y que no oye, aunque tiene perfecto conocimiento de lo que está pasando, decide perdonar todo inmediatamente y no le da espacio a su mente para meditar en la venganza, el sabio toma muy en serio las palabras de Salmos 38: 13 que dice: «Mas yo, como el sordo, no oigo; soy como el mudo que no abre la boca.«
La cólera ó el enojo es algo heredado en nuestra naturaleza, por lo tanto no es mala en si misma, la Biblia nos da permiso para enojarnos, pero nos ordena que en nuestro enojo no pequemos. El problema del enojo es cuando lo encausamos al objeto ó la persona equivocada ó la cantidad y duración de un enojo desproporcional a la ofensa que se ha cometido. En pocas palabras muchas veces nos desquitamos la cólera con la persona equivocada, y muchas veces nos enojamos demasiado ó por largo tiempo por cosas que en verdad no tienen mucho significado. La historia cuenta que el emperador romano Julio Cesar cuando era provocado, tenía la costumbre de repetir el alfabeto romano, antes de responder a su adversario; cierta vez le dijo a su esclavo: -En éste momento pudiera castigarte por tus actos, pero no lo hago por que estoy encolerizado.-
La cólera castiga a la infeliz persona que lo está practicando, la cólera daña al cuerpo terriblemente, manda una cantidad de sangre demasiado fuerte y demasiado rápida por los estrechos canales del cuerpo, destruyendo de ésta manera tejidos y glándulas muy frágiles, que son muy vitales para el buen funcionamiento del cuerpo. A las personas coléricas, tarde ó temprano el cuerpo les pasará una factura demasiado alta, gracias a su falta de control de su carácter. Hay un pensamiento muy interesante que dice: «Enojarse; es el acto de tomar venganza en contra de nuestro propio cuerpo, por las malas acciones de otros»
“Mas si no perdonareis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Nada puede justificar un espíritu no perdonador. El que no es misericordioso hacia otros, muestra que él mismo no es participante de la gracia perdonadora de Dios. En el perdón de Dios el corazón del que yerra se acerca al gran Corazón de amor infinito. La corriente de compasión divina fluye al alma del pecador, y de él hacia las almas de los demás. La ternura y la misericordia que Cristo ha revelado en su propia vida preciosa se verán en los que llegan a ser participantes de su gracia. Pero “si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él”. Está alejado de Dios, listo solamente para la separación eterna de él (Palabras de vida del Gran Maestro, {PVGM}, p. 196).
“Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con la que medís, os será medido” (Mateo 7:2). Recordad que vuestros hermanos son personas falibles como vosotros mismos, y considerad sus tropiezos y errores con la misma misericordia y paciencia que quisierais que ellos mostrasen hacia vosotros. No deben ser vigilados ni sus errores exhibidos abiertamente para que el mundo se deleite en ellos. Los que se atreven a hacer esto, se han subido al tribunal y se han constituido en jueces, mientras que han descuidado el huerto de sus propios corazones y permitido que la maleza venenosa crezca en gran abundancia.
Cada uno de nosotros, individualmente, tiene un caso pendiente en el tribunal del cielo. El carácter está siendo pesado en las balanzas del santuario y debiera ser el sincero deseo de todos caminar con humildad y cuidado, no sea que, olvidando dejar brillar su luz ante el mundo no obtengan la gracia de Dios y pierdan todo lo que es de valor. Toda disensión, toda diferencia y crítica debe ser puesta a un lado, junto con toda maledicencia y amargura; deben atesorarse la bondad, el amor y la compasión mutuas, para que la oración de Cristo de que sus discípulos fuesen uno como lo son él y su Padre pueda ser contestada. La armonía y la unidad de la iglesia son las credenciales que ellos presentan ante el mundo demostrando que Jesús es el Hijo de Dios. La conversión genuina siempre conducirá hacia el amor genuino por Jesús y por todos aquellos por quienes él murió.
Todo el que hace lo que pueda por Dios, que es leal y celoso por hacer el bien a los que lo rodean, recibirá la bendición de Dios sobre sus esfuerzos. Un hombre puede rendir un servicio eficaz para Dios, aunque no sea la cabeza o el corazón del cuerpo de Cristo. El servicio representado en la Palabra de Dios por la mano o el pie, aunque humilde, de todos modos es importante. No es la grandeza de la obra sino el amor con que se hace, el motivo tras la acción, lo que determina su valor. Hay obra que hacer por nuestros vecinos y por aquellos con quienes nos asociamos. No estamos libres para cesar nuestras labores pacientes y dedicadas en favor de las almas, mientras queden algunas fuera del arca de salvación. No hay tregua en esta guerra. Somos soldados de Cristo y estamos bajo la obligación de velar, no sea que el enemigo nos gane la delantera y capte para servicio suyo almas que pudiéramos haber ganado para Cristo (Testimonios para la iglesia, {5TI}, t. 5, pp. 259, 260
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Lunes 9 de febrero // Lección 7__________________________
¡SÉ JUSTO!
El amor verdadero no es ciego. El que “cubramos” con amor el error de alguien no significa que no veamos el pecado ni que no lo reconozcamos como tal. El amor y la justicia van juntos. La palabra hebrea para “justicia”, tsedeq, también significa “amor”, “caridad”. No podemos tener compasión verdadera si no somos justos, y no podemos ser justos si no tenemos compasión y amor. Los dos conceptos deben estar unidos.
Por ejemplo, el ejercicio de la caridad hacia los pobres no debe ser hecho a expensas de la justicia; por eso, está la recomendación de no favorecer al pobre en el tribunal (Éxo. 23:3). Si el amor nos obliga a ayudar a los pobres, sería injusto favorecerlos cuando están equivocados sencillamente por ser pobres. La justicia y la verdad deben, por lo tanto, ir juntas con el amor y la compasión. Este sabio equilibrio caracteriza la Torá y la Ley de Dios, y se enseña y promueve en el libro de Proverbios.
Lee Proverbios 17:10 y 19:25. ¿Qué dicen estos textos acerca de la necesidad de la reprensión y la confrontación?
10 La reprensión aprovecha al entendido, Más que cien azotes al necio. Proverbios 17
25 Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; Y corrigiendo al entendido, entenderá ciencia. Proverbios 19
El hecho de que Proverbios 17:10 siga inmediatamente al llamado de cubrir los errores mediante el amor (Prov. 17:9) no es por casualidad. Esta mención de “reprensión” en relación con el “amor” pone al amor en la perspectiva correcta. El texto implica una reprensión severa.
Lee Juan 8:1 al 11. ¿De qué modo trató Jesús con el pecado?
1 y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Juan 8
La lección de éste día nos muestras dos textos muy interesantes donde se nos está explicando de los diferentes castigos que reciben tres personas, cada uno de ellos con diferente carácter: Tenemos al necio, al simple y al sabio. Como ya estudiamos en lecciones pasadas, vamos a repasar lo siguiente:
Los «necios» son el tipo de personas más difíciles de ser enseñadas, ya que han alcanzado el nivel mas profundo de la maldad. La característica especial de estas personas es que odian el conocimiento, no pueden tolerar nuevas ideas, ni opiniones; ellos creen que lo saben todo y son los únicos que saben hacer las cosas bien. En un gran número de casos son personas que con mucha frecuencia han echado raíces profundas de descontento, amargura y odio contra Dios, la vida y la sociedad
Los «simples» son aquellos que no tienen un concepto claro de las cosas espirituales, son muy superficiales en todos los aspectos de la vida. No logran ó quieren comprender los caminos de Dios. Los «simples» son aquellas personas que debido a su falta de conocimiento y a su falta de convicción son fácilmente arrastrados tanto hacia el bien como al mal. Los simples pueden entrar a la iglesia por una emoción y fácilmente se van de la iglesia por un pequeño problema.
Los «sabios» son los que saben escuchar, aman el conocimiento, tienen humildad para aprender y ponen en práctica lo aprendido.
Podemos ver a estas tres personas desde otro punto de vista: El «necio» es el hombre que está en contra de la religión, el «simple» es el hombre que no tiene religión, y el «sabio» es el hombre con religión; el «necio» vive en la maldad, el «simple» es un potencial para hacer la maldad; y el «sabio» se aleja de la maldad y procura en vez de la maldad, obtener santidad.
10 La reprensión aprovecha al entendido, Más que cien azotes al necio. Proverbios 17 25 Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; Y corrigiendo al entendido, entenderá ciencia. Proverbios 19
Los tres castigos son: El azote para el necio, la advertencia ó amenaza para el simple y la corrección para el sabio.
El azote del necio tiene como fin corregirlo de su mal camino, pero hay que tener en cuenta que es un castigo al cuerpo solamente, no se puede azotar la moral de ninguna persona, solo se puede azotar el cuerpo. Este tipo de castigo espanta y atemoriza al simple, cuando el simple contempla el sufrimiento del necio, simple y sencillamente le entra terror y queda advertido y amenazado de cual será su futuro si se atreve a entrar en el campo del error. Por lo tanto los latigazos del necio, le ayuda mucho al simple. Usualmente el simple tiene suficiente con contemplar lo que le sucede al necio.
Pero nos vamos a concentrar en el castigo de los sabios: El castigo de los sabios consiste es una reprensión verbal, en pocas palabras: «el vivo a señas y el tonto a leña» Para el sabio las palabras son suficientes: hay que tomar en cuenta que la corrección del sabio, tiene mucho dolor, mucho más dolor que la corrección del necio. El látigo penetra la piel del necio, pero las palabras de reprensión al sabio, penetran el alma, penetran el corazón y perforan la conciencia; llevando al sabio a la humillación, confesión y reforma de su mal proceder.
Ante la amenaza de castigo, Faraón permaneció resuelto y en rebelión en contra de Dios, hasta que tocó lo más profundo del sufrimiento, ante las palabras de reprensión que el profeta Natán diera a el rey David con mucho cuidado y tacto, David se humilla, confesa y se arrepiente ante Dios de su terrible crimen cometido en contra de Urías Heteo. Las palabras que pronunció Jesús a Judas «¿Con un beso entregas a tu Maestros?» perforó la conciencia de Judas, penosamente él tomó la decisión equivocada. La pregunta que Jesús formuló a Pedro: Pedro; «¿En verdad me amas?» atravesó la conciencia y el corazón de Pedro, recordando aquellos momentos tristes de la negación de Jesús, Pedro fue movido a entregar todo por su Maestro incluyendo su propia vida.
«SE JUSTO» no tratemos al sabio, de la misma manera que se trata al necio ó al simple; no tratemos al simple de la misma manera que se trata al necio. Tengamos en cuenta que la forma en que tratamos a nuestros semejantes, también refleja a que grupo pertenecemos.
«En su acto de perdonar a esta mujer y estimularla a vivir una vida mejor, el carácter de Jesús resplandece con la belleza de la justicia perfecta. Aunque no toleró el pecado ni redujo el sentido de la culpabilidad, no trató de condenar sino de salvar. El mundo tenía, para esta mujer pecadora, solamente desprecio y escarnio; pero Jesús le dirigió palabras de consuelo y esperanza. El Ser sin pecado se compadece de las debilidades de la pecadora, y le tiende una mano ayudadora. Mientras los fariseos hipócritas la denuncian, Jesús le ordena: ‘Vete, y no peques más’ ” (DTG 427).
Dios no nos trata como los hombres se tratan entre sí. Los pensamientos de El son pensamientos de misericordia, de amor y de la más tierna compasión. El dice: “¡Deje el malo su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá compasión de él, y a nuestro Dios, porque es grande en perdonar!” “He borrado, como nublado, tus transgresiones, y como una nube, tus pecados” (Isaías 55:7; 44:22) (El camino a Cristo, {CC}, p. 53).
El amor divino dirige sus más conmovedores llamamientos al corazón cuando nos pide que manifestemos la misma tierna compasión que Cristo mostró. Solamente el hombre que tiene un amor desinteresado por su hermano, ama verdaderamente a Dios. El verdadero cristiano no permitirá voluntariamente que un alma en peligro y necesidad camine desprevenida y desamparada. No podrá mantenerse apartado del que yerra, dejando que se hunda en la tristeza y desánimo, o que caiga en el campo de batalla de Satanás.
Los que nunca experimentaron el tierno y persuasivo amor de Cristo, no pueden guiar a otros a la fuente de la vida. Su amor en el corazón es un poder competente, que induce a los hombres a revelarlo en su conversación, por un espíritu tierno y compasivo, y en la elevación de las vidas de aquellos con quienes se asocian (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, p. 439).
Tal como el arco iris se forma en las nubes por la unión de los rayos del sol y las gotas de lluvia, el arco iris que rodea el trono representa el poder combinado de la misericordia y la justicia. No sólo hay que afirmar la justicia, porque eclipsaría la gloria del arco iris de la promesa que está sobre el trono; los hombres sólo verían la condenación de la ley. Si no hubiera justicia ni sanción, el gobierno de Dios carecería de estabilidad. La unión de la justicia y la misericordia perfecciona la salvación…
La misericordia nos invita a entrar en la ciudad de Dios a través de sus puertas, y la justicia se complace en otorgar a toda alma obediente los privilegios plenos que le corresponden como miembro de la familia real e hijo del Rey del cielo. Si tuviéramos defectos de carácter, no podríamos franquear las puertas que la misericordia ha abierto para los obedientes; porque la justicia está en pie junto a la entrada y requiere santidad de todos los que quieran ver a Dios (¡Maranata: El Señor viene!, {MSV76), p. 324).
No deberíamos estimular nada más en su caso, pero sí hacer lo mejor dentro de nuestras posibilidades para salvar su alma de la muerte y cubrir una multitud de pecados. A veces me siento muy perpleja, y casi he llegado a la conclusión de que, cuando me presenten casos de error o pecado grave no diré nada a mis hermanos administradores si ellos no han llegado a saber del asunto, sino que trabajaré por el errante. Lo animaré para que confíe en la misericordia de Dios y se aferre a los méritos del Salvador crucificado y resucitado, para que mire al Cordero de Dios en una actitud de arrepentimiento y contrición, y para que viva con la fuerza que procede de él. “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
No existe una combinación de elementos de carácter que pueda conducir a la misericordia, al amor de Dios y a una preciosa armonía. Hay demasiada conversación, demasiadas palabras fuertes y demasiados sentimientos duros con los cuales nada tiene que ver el Señor, y esos sentimientos influyen sobre nuestros buenos hermanos.
Me siento compelida a tratar el pecado con franqueza y a censurarlo. Llevo esa carga sobre mi corazón, puesta allí por el Espíritu de Cristo, para trabajar con fe, tierna simpatía y compasión por los errantes. No los abandonaré: no los dejaré para que sean burla a causa de las tentaciones de Satanás. No quisiera hacer el papel del adversario de las almas, como fue representado por Josué y el ángel. Las almas costaron el precio de la sangre de mi Redentor (Testimonios acerca de conducta sexual, adulterio y divorcio, {TCS}, pp. 269, 270).
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Lección 7 // Martes 10 de febrero_________________________
OTRA VEZ LAS PALABRAS
Lee Proverbios 18. Aunque aquí se presentan diversos temas, con céntrate en lo que dice acerca de nuestras palabras. ¿Qué conceptos importantes se presentan aquí con respecto a lo que decimos o a lo que no decimos?
1 Su deseo busca el que se desvía, Y se entremete en todo negocio. 2 No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en que su corazón se descubra. 3 Cuando viene el impío, viene también el menosprecio, Y con el deshonrador la afrenta. 4 Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría. 5 Tener respeto a la persona del impío, Para pervertir el derecho del justo, no es bueno. 6 Los labios del necio traen contienda; Y su boca los azotes llama. 7 La boca del necio es quebrantamiento para sí, Y sus labios son lazos para su alma. 8 Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas. 9 También el que es negligente en su trabajo Es hermano del hombre disipador. 10 Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado. 11 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada, Y como un muro alto en su imaginación. 12 Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, Y antes de la honra es el abatimiento. 13 Al que responde palabra antes de oír, Le es fatuidad y oprobio. 14 El ánimo del hombre soportará su enfermedad; Mas ¿quién soportará al ánimo angustiado? 15 El corazón del entendido adquiere sabiduría; Y el oído de los sabios busca la ciencia. 16 La dádiva del hombre le ensancha el camino Y le lleva delante de los grandes. 17 Justo parece el primero que aboga por su causa; Pero viene su adversario, y le descubre. 18 La suerte pone fin a los pleitos, Y decide entre los poderosos. 19 El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar. 20 Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto de sus labios. 21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos. 22 El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová. 23 El pobre habla con ruegos, Mas el rico responde durezas. 24 El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano. Proverbios 18
Otra vez se nos confronta con el poder de las palabras; en este caso, vemos cómo los necios usan sus bocas para su propia destrucción. El versículo 13 es especialmente iluminador. Cuán fácil es hablar antes de escuchar con cuidado y discernir lo que se nos dijo. Cuántas veces podríamos habernos ahorrado, a nosotros y a otros, un dolor innecesario si solo hubiéramos aprendido a pensar con cuidado lo que acabamos de escuchar antes de responder a ello. Además, también es cierto que hay momentos en que el silencio es la mejor respuesta.
Lee Proverbios 18:4. ¿Por qué las palabras de los sabios son como aguas profundas?
4 Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría. Proverbios 18
La imagen de “aguas profundas” se usa en el libro de Proverbios para representar la sabiduría (Prov. 20:5). Transmite la idea de tranquilidad y, también, de profundidad y riqueza. Los sabios no son superficiales. Obtienen sus palabras de lo profundo de su reflexión y de experiencias personales. ¿Quién no se ha maravillado, a veces, por los pensamientos profundos de quienes tienen sabiduría y conocimiento?
Lee Proverbios 18:21. ¿Qué significa esto?
21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos. Proverbios 18
Proverbios nos dice de nuevo lo que deberíamos saber: nuestras palabras son poderosas, y pueden constituirse en una fuerza para el bien o para el mal, para la vida o para la muerte. Por eso debemos ser cuidadosos al usar esta potente herramienta.
Piensa en una ocasión en la que las palabras de alguien te hirieron muchísimo. ¿Qué te enseñó eso acerca de cuán poderosas son las palabras? ¿Qué te enseña acerca de cuán cuidadoso debes ser con lo que dices?
Un hermoso texto elegantemente pronunciado: Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.
Nuestro mundo está lleno de palabras muy superficiales, palabras que a veces son solo sonidos, nuestra sociedad, nuestras familias y nuestras iglesias están muchas veces llenas solamente de palabras que no tienen peso, palabras que son vacías.
Lo contrario de esto encontramos que las palabras de los sabios son como aguas profundas y como un arroyo rebosante. Las aguas profundas no hacen ruido, son apaciblemente silenciosas, son abundantes y difícilmente pueden ser medidas; de la misma manera es el misterio de la profunda gracia de Dios, la sabiduría es un misterio de Dios, que depositada en la mente del hombre, elimina la jactancia en el hombre y hacen del hombre un instrumento humilde al servicio de Dios.
Además se compara la palabra de los sabios con arroyos rebosantes, las palabras de los sabios, se vierten con una gran facilidad y naturalidad, son pensamientos libres, honestos, lúcidos, limpios y refrescantes.
La muerte y la vida están en poder de la lengua: El hombre puede hacer de la lengua un gran instrumento tanto para el bien como para mal. Muchos han encontrado la muerte por tener una lengua que habla falsedades, y muchos han mandado a otros a la muerte, también por una lengua que habla falsedades. De la misma manera muchos se han salvado por tener una lengua gentil, controlada y verdadera; además muchos han sido salvados por otros gracias al testimonio dado por una lengua justa y verdadera.
La lengua es una gran bendición, el don del habla es de uno de los mas hermosos dones que Dios ha dado a la humanidad. El mundo animal no tiene éste don. Con éste don el humano puede pronunciar las mas hermosas alabanzas a un Dios Creador, también se puede expresar la alegría de la naturaleza, se puede transmitir el hermoso mundo de la poesía, se puede expresar el sentido común entre los humanos y transmitir los conocimiento de generación a generación.
La lengua nunca habla por hablar, la lengua habla de la abundancia del corazón, a través de la lengua se le hace propaganda aun corazón saludable y bueno ó a un corazón enfermizo y malo. Las palabras ociosas hablan de un corazón que nunca fue cultivado, las palabras severas denuncia un corazón salvaje y malicioso, las palabras encolerizadas denuncian un corazón lleno de fuego infernal, las palabras jactanciosas denuncian un corazón arrogante, las palabras susurradas denuncian un corazón traicionero y las palabras falsas denuncian a un corazón mentiroso.
La lengua puede ser sanada solamente contemplando a Jesucristo quien es el Autor y el Consumador de nuestra fe, solamente estudiando su excelencia y obteniendo su Santo Espíritu, es la única manera que nuestro lengua puede llegar a ser fuente de consejería, fuente de bendiciones y fuente de salvación.
Cuando las almas pobres, heridas y maltratadas acuden a ustedes en busca de palabras de esperanza, deben hablarles las palabras de Cristo. ¿Rehúsan ustedes dirigirles palabras amables, corteses y bondadosas? Los que hablan como lo hizo Cristo nunca plantarán palabras amargas, como flechas dentadas, en el alma herida. “El Señor escuchó y oyó”. ¿Quisiéramos tener en mente el hecho de que el Señor escucha las palabras que hablamos y que conoce el espíritu que motiva nuestras acciones? Cristo es la defensa de todos los que se esconden en él (Exaltad a Jesús, {EJ}, p. 142).
Hemos de acostumbrarnos a hablar en tonos agradables, a usar un lenguaje puro y correcto, y palabras bondadosas y corteses. Las palabras dulces, amables, son como el rocío y la suave lluvia para el alma. La Escritura dice de Cristo, que la gracia fue derramada en sus labios, para que pudiera “hablar en sazón palabra al cansado”. Y el Señor nos insta: “Sea vuestra palabra siempre con gracia”, “para que dé gracia a los oyentes” (La voz: su educación y uso correcto, {VEUC}, p. 192).
Querida amiga: Debe producirse en usted una transformación completa, o en caso contrario será pesada en la balanza y hallada falta. En la Iglesia de ___, especialmente las mujeres que hablan mucho, tienen una lección que aprender. “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana” (Santiago 1:26). Muchos serán pesados en la balanza y hallados faltos en este asunto de tan gran importancia. ¿Dónde están los cristianos que se van a someter a esta regla; que se van a poner de parte de Dios contra los que practican la maledicencia; que van a complacer a Dios y poner guardia, una guardia continua delante de su boca, y van a guardar la puerta de sus labios? No hable mal de nadie. No escuche ningún mal informe acerca de nadie. Porque si no hubiera oyentes, no habría maledicentes. Si alguien habla mal de otro en su presencia, no se lo permita. Rehúse escucharlo, aunque sus modales sean suaves y su voz dulce. Esa persona puede profesar aprecio, no obstante lo cual puede lanzar insinuaciones encubiertas para apuñalar el carácter en medio de la oscuridad.
Evite resueltamente escuchar, aunque el murmurador insista en que se sentirá abrumado hasta que pueda hablar. ¡Abrumado, por cierto! por un secreto maldito capaz de separar a los mejores amigos. Vayan, ustedes los abrumados, y libérense de su carga en la forma en que Dios lo indicó. Primeramente vayan y hablen con su hermano acerca de su falta entre ustedes y él solos. Si esto falla, lleven a dos amigos y háblenle en su presencia. Si estos pasos no dan resultados, entonces díganlo a la iglesia. Ni un solo incrédulo debe estar al tanto del más mínimo detalle del asunto. Comunicarlo a la iglesia es el último paso que se debe dar. No lo publiquen entre los enemigos de nuestra fe. Estos no tienen derecho a estar enterados de los asuntos de la iglesia, no sea que las debilidades y los errores de los seguidores de Cristo queden en evidencia (Testimonios para la iglesia, {2TI}, t. 2, p. 50).
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Miércoles 11 de febrero // Lección 7_______________________
LOS DOS LADOS DE UNA HISTORIA
Lee Proverbios 18:2 (si es posible, en la Nueva Versión Internacional). ¿Por qué los necios necesitan tiempo para formar sus opiniones?
2 Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia opinión. 18 {Nueva Version Internacional)
Los necios están tan seguros de sí mismos y tan ansiosos de expresar sus propias opiniones (es decir, descubrir su corazón) que no se interesan en aprender de otros. Sus mentes cerradas se conjugan con sus bocas abiertas. Esta es una combinación mortal. Cuán cuidadosos debemos ser, para que no nos encontremos haciendo lo mismo, especialmente en un tema en el que estamos convencidos de estar en lo cierto.
Después de todo, ¿no nos hemos sentido muy seguros sobre un tema en algún momento, solo para encontrar más tarde que estábamos equivocados? Esto no significa que no debamos tener convicciones o estar seguros de nuestros conceptos; solo significa que necesitamos algo de humildad, pues ninguno de nosotros tiene todas las respuestas, y aun cuando nuestras respuestas sean correctas, la verdad a menudo es más profunda y tiene más matices de los que podemos apreciar o comprender.
Lee Proverbios 18:17. ¿Qué punto importante se presenta aquí?
17 Justo parece el primero que aboga por su causa; Pero viene su adversario, y le descubre. Proverbios 18
Solo Dios no necesita una segunda opinión, precisamente porque su naturaleza ya la tiene pues sus ojos están en todas partes (Prov. 15:3). Dios tiene la capacidad de ver todos los lados de un asunto. Nosotros, por el contrario, solemos tener una visión muy limitada de las cosas; idea que tiende a volverse aún más estrecha cuando nos decidimos por una posición, especialmente en asuntos que nosotros pensamos que son importantes.
Sin embargo, como ya debemos saber, siempre hay dos o más lados en una historia, y cuanta más información tengamos más correcta será nuestra visión acerca del tema.
Piensa en una ocasión en que estabas absolutamente convencido de algo, tal vez una idea que tuviste toda la vida, solo para descubrir más tarde que habías estado equivocado todo ese tiempo. ¿Qué debe decirte esto acerca de tu necesidad de estar abierto a la posibilidad de que puedas estar equivocado acerca de las cosas que ahora te entusiasman más?
El estudio de éste día está basado en otros dos textos bíblicos; el primer texto habla de como el necio se complace en hacer saber su opinión y el segundo texto habla de los necios cuando cuentan historias personales donde la exageración es el ingrediente principal.
Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia opinión: El necio puede pretender que comprende las cosas, solo para salvar su personalidad, pasar la notas de la escuela ó complacer a sus amigos; pero en la realidad, el necio no le gusta sus libros, ni el negocio, ni la Biblia, ni las oraciones; prefiere dedicar su tiempo a practicar su deporte favorito que es el de la necedad.
El necio no encuentra delicia en entender las cosas; ésto significa que no encuentra placer en la sabiduría de otra persona, el encuentra alegría solamente en hacer saber su propia opinión a los demás y mostrar su grandeza en público. El necio piensa que al imponer su propia opinión demuestra su superioridad a otros y que está beneficiando al mundo grandemente. Esta forma de actuar del necio proviene del deseo de satisfacción propia sin tener realmente un conocimiento del mismo.
El segundo texto para el estudio de éste día golpea casi a la mayoría de nosotros, especialmente cuando somo jóvenes. A la edad de la juventud tenemos la costumbre de contar historias excitantes y llenas de aventuras de nuestras vidas, donde los factores mas predominantes de la historia es la exageración y la fantasía. La exageración y la fantasía hace de las películas del cine y la televisión grandes éxitos; entre más exageración y fantasía se le agrega a una película, mas grande es su éxito.
Justo parece el primero que defiende su causa hasta que otro viene y lo examina. Esto significa que la historia ó lo que estemos contando parece correcto hasta que aparece alguien que nos descubre en nuestra mentira ó fantasía y nos confronta. Cada vez que decimos algo; ó contamos una historia; ó cuando sostenemos una verdad, tenemos que ser realmente cuidadosos en decir la verdad en su esencia. Muchas veces en las cortes mientra se está planteando un caso, toda la historia parece real; el asunto se torna difícil cuando llega la examinación de los abogados defensores, y se descubre el otro lado de la moneda, mostrando la falsedad y la mentira usada en plantear un caso.
Muchas veces se nos llama a testificar, no solo en una corte, puede ser que en la iglesia se nos pida nuestra opinión sobre algún asunto ó sobre alguna persona; ó también con nuestros familiares y amigos; cuando estemos en ésta situación hay que recordar que la naturaleza humana ha quedado torcida después de la entrada del pecado a éste mundo. Muchas veces el amor propio nos hace torcer nuestro corazón y otras veces el interés personal nos hace alejarnos de dar un testimonio verdadero. Cuando planteemos una verdad donde estamos consciente de ella, tenemos que tener la capacidad y la honestidad de no tomar bando, ni de ocultar ninguna evidencia, pecado a los ojos de Dios es hacer esto. Otra cosa que tenemos que recordar es que si se nos interroga y estamos alejados de la verdad, ó hemos tomado bando, ó estamos ocultando evidencias, pronto seremos descubiertos, el ser descubierto es una situación muy embarazosa y además las otras personas pierden la confianza en nuestras palabras.
Otras situaciones serán diferentes, posiblemente nos encontremos en medio de una situación donde se nos ha llamado para ayudar a resolver un problema entre dos personas ó grupos, recordemos que Dios nos ha provisto de dos orejas, para escuchar los dos lados del problema, escuchando los dos lados de la historia con calma, cuidado y atención, nos ayudará a dar una opinión justa, equitativa é imparcial.
Cuenta la historia de un niño que fue a la corte a testificar, cuando el abogado acusador estaba interrogándolo no hallaba la forma de entrampar al niño con sus preguntas, muy disgustado el abogado le dijo al niño: -Te apuesto que en tu casa tu padre te estuvo entrenando para este juicio; ¿No es cierto? preguntó al niño- El niño le contesto, -si señor, usted tiene toda la razón, mi padre me estuvo entrenando toda la semana pasada. Mi padre me dijo cuando llegues a ese lugar vas a encontrar mucha gente que te van a hacer muchas preguntas, algunas de esas personas te van a querer confundir y cambiar tus palabras por cosas que no son; lo que tu tienes que hacer es siempre ser cuidadoso en decir la verdad y solamente la verdad. La verdad es la única y fiel compañera en un juicio.- Cuando el abogado escuchó esas palabras se dirigió al juez y le dijo; -no tengo mas preguntas para éste niño.-
En resumidas cuentas cada vez que hablemos para contar alguna historia persona personal, para dar nuestra opinión sobre algún asunto ó persona, o que tengamos que tomar una decisión sobre algún asunto de la vida, tenemos que ser verdaderos y justos. La exageración, la fantasía, tomar bandos y la omisión de la verdad se tiene que evitar, siguiendo el consejo bíblico nos evitaremos muchos bochornos, y lo más importante nos evitaremos pecar contra nuestros hermanos y contra Dios.
Debéis aprender a mirar con la mente tanto como con los ojos. Debéis educar el juicio para que no sea débil e ineficiente. Debéis orar en busca de dirección y confiar vuestros caminos al Señor. Debéis cerrar el corazón a toda necedad y pecado, y abrirlo a toda influencia celestial. Debéis emplear la mayor parte del tiempo y las oportunidades en el desarrollo de un carácter simétrico…
Debemos estar “cumplidos en él”. “De la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él”. Esto significa que debéis estudiar la vida de Cristo. La debéis estudiar con mucho más seriedad de la que se emplea al estudiar los cursos de estudios comunes, ya que los intereses eternos son más importantes que los estudios temporales y terrenos. Si apreciáis el valor y la santidad de las cosas eternas, aportaréis vuestros pensamientos más claros, vuestras mejores energías a la solución del problema que implica el eterno bienestar; porque cualquier otro interés desaparece en la insignificancia en comparación con ése (Hijos e hijas de Dios, {HHD}, p. 285).
El hermano G se vanagloria de su independencia de criterio y juicio, y al mismo tiempo corta el paso a los pecadores con su vida disoluta y su oposición a la obra, combatiendo ciegamente a Cristo en la persona de sus siervos. Se ha engañado respecto de la calidad de la verdadera independencia. La independencia no es obstinación, aunque a menudo ésta se confunda con aquélla. Cuando el hermano G se ha formado una opinión y la expresa en la familia o la iglesia con considerable confianza y de manera pública, está inclinado a hacer que parezca que él tiene la razón valiéndose de todos los argumentos que se le ocurren. Con esa insistencia corre el peligro, el gran peligro, de cerrar los ojos y violar su conciencia; el enemigo lo tienta con fuerza. Su arrogancia en la opinión es difícil de vencer, aun cuando se enfrente a suficientes evidencias para convencerlo, si estuviera dispuesto. Piensa que admitir su error sería una mancha en su juicio y discernimiento.
Hermano G, corre el gran peligro de perder su alma. Ansia la preeminencia. A veces cree que es menoscabado. No es feliz. No será feliz si abandona el pueblo de Dios, porque considera una ofensa las palabras claras y los hechos como hicieron muchos de los seguidores de Cristo porque la verdad declarada era demasiado evidente. No será un hombre feliz porque seguirá siendo usted mismo. No está a bien consigo mismo. Su temperamento es su enemigo y, vaya donde vaya, llevará consigo su carga de infelicidad…
Hay muchos asuntos relacionados con la obra de Dios en los que usted encuentra faltas, encontrar faltas es cosa natural en usted. Puesto que se ha vuelto contra la luz de Dios que sobre usted se le ha revelado, rápidamente pierde su discernimiento y, más que nunca, está pronto a encontrar defectos en todas las cosas. Da su opinión con confianza dictatorial y trata las consultas de los demás al respecto de sus opiniones como una crueldad personal. Ciertamente, la independencia refinada nunca desdeña pedir el consejo de los experimentados y los sabios y los trata con respeto (Testimonios para la iglesia, {4TI}, t. 4, p. 236).
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Lección 7 // Jueves 12 de febrero_________________________
SÉ VERAZ
Un rey necesitó designar un nuevo ministro para el cargo más alto de su reino. Para ello, organizó un concurso especial acerca de la mentira: quién podría pronunciar la mentira más grande. Todos sus ministros se inscribieron, y cada uno fue y dijo su mentira más grande. Pero el rey no estuvo satisfecho; sus mentiras parecían pobres. El rey, entonces, preguntó a su consejero más confiable:
–¿Por qué no te presentaste al concurso?
–Majestad, lamento haberlo defraudado, pero no puedo inscribirme en ese concurso –contestó el consejero.
−¿Por qué no? –preguntó el rey. −Porque nunca miento –respondió el consejero. El rey decidió designarlo a él para el cargo. Como pecadores, mentir es para nosotros más fácil de lo que pensamos; por ello, cuán cuidadosos debemos ser con nuestras palabras.
Lee Proverbios 19. Aunque aquí aparecen muchos temas, ¿qué dice acerca del mentir?
1 Mejor es el pobre que camina en integridad, Que el de perversos labios y fatuo. 2 El alma sin ciencia no es buena, Y aquel que se apresura con los pies, peca. 3 La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón. 4 Las riquezas traen muchos amigos; Mas el pobre es apartado de su amigo. 5 El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras no escapará. 6 Muchos buscan el favor del generoso, Y cada uno es amigo del hombre que da. 7 Todos los hermanos del pobre le aborrecen; !!Cuánto más sus amigos se alejarán de él! Buscará la palabra, y no la hallará. 8 El que posee entendimiento ama su alma; El que guarda la inteligencia hallará el bien. 9 El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras perecerá. 10 No conviene al necio el deleite; !!Cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes! 11 La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa. 12 Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, Y su favor como el rocío sobre la hierba. 13 Dolor es para su padre el hijo necio, Y gotera continua las contiendas de la mujer. 14 La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente. 15 La pereza hace caer en profundo sueño, Y el alma negligente padecerá hambre. 16 El que guarda el mandamiento guarda su alma; Mas el que menosprecia sus caminos morirá. 17 A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar. 18 Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo. 19 El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias, añadirá nuevos males. 20 Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez. 21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá. 22 Contentamiento es a los hombres hacer misericordia; Pero mejor es el pobre que el mentiroso. 23 El temor de Jehová es para vida, Y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será visitado de mal. 24 El perezoso mete su mano en el plato, Y ni aun a su boca la llevará. 25 Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; Y corrigiendo al entendido, entenderá ciencia. 26 El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, Es hijo que causa verg:uenza y acarrea oprobio. 27 Cesa, hijo mío, de oír las enseñanzas Que te hacen divagar de las razones de sabiduría. 28 El testigo perverso se burlará del juicio, Y la boca de los impíos encubrirá la iniquidad. 29 Preparados están juicios para los escarnecedores, Y azotes para las espaldas de los necios. Proverbios 19
El libro de Proverbios sostiene una elevada norma ética. Es mejor continuar siendo pobre o aun perder una promoción si, para obtenerla, tenemos que mentir o sacrificar nuestra integridad (Prov. 19:1), si tenemos que hacer trampas o el precio es la falta de fidelidad (Prov. 19:22).
Lee Proverbios 19:9. ¿Cuál es la responsabilidad de un testigo?
9 El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras perecerá. Proverbios 19
Mentir, en sí mismo, ya es bastante malo; pero hacerlo en un tribunal y bajo juramento es aún peor. En muchos países, el perjurio es un crimen, y muy serio. El testigo, por lo tanto, debe dar un testimonio veraz. No es accidental que este versículo siga a la mención de los “amigos de quienes reparten regalos” (Prov. 19:6, NVI), y del pobre que es odiado por sus amigos y aun por sus hermanos (Prov. 19:7). El punto es: los testigos no deben ser influenciados por sobornos o por la condición social de aquel de quien testifican.
Lee Deuteronomio 24:10 al 22. ¿Qué principio importante se ve aquí, y cómo debemos aplicar esto a nosotros mismos y en nuestro trato con los necesitados?
“El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa” (Sofonías 3:13).
Según el diccionario de la Real Academia Española, una persona VERAZ es aquella que dice, usa o profesa siempre la verdad. En el estudio de éste día se está hablando en contra de la mentira en un grado más elevado. Una mentira en un grado más elevado se le llama PERJURIO.
El PERJURIO es una ofensa criminal que se hace bajo juramento. El perjurio ocurre cuando una persona da un falso testimonio, después que ha sido juramentado en prometer decir «solamente la verdad» en una situación legal. Un ejemplo de ésto, es aquella persona que miente en un juicio de una corte, ésta persona corre el riesgo de ser acusada de perjurio.
Dios es muy enfático, estricto y severo en el pecado del perjurio: El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras perecerá.
Todo hombre que de evidencias equivocadas, y que no sea confiable en una conversación común, Dios asegura que ésta persona será castigada de una manera u otra. No hay nada que la Biblia nos trate de inculcar más; a que seamos verdadero, justos y rectos. Los mandamientos de Dios son llamados «VERDAD» y esto significa que al guardarlos, descansamos en una de las mas confiables reglas de universo que nos mantendrán seguros y alejados de toda consecuencia fatal. NO MENTIRAS es uno de los mandamientos de la ley de Dios. Todos las mentiras, traiciones y fraudes que podamos cometer es una abominación a los ojos de Dios, y también son inconsistentes con los gobiernos de la tierra.
La ley mosaica requería que todo aquel que se descubriera mintiendo en un juicio en contra de su prójimo, se le aplicara el mismo castigo que el acusado hubiera sufrido si se hubiera encontrado culpable. En otras palabras, si a alguien se le estaba acusando de cualquier delito y el castigo era veinte latigazos, y se encontraba que el testigo estaba mintiendo, entonces soltaban al inocente y al mentiroso se le aplicaban los veinte latigazos.
Encontramos muchas veces como el libro de Proverbios y la Biblia entera habla en contra de la mentira, el chisme, la calumnia y el falso testimonio. Vez tras vez, se nos trata de presentar la monstruosidad de éste pecado, las consecuencias que esperan a las persona que los practican y la terrible miseria que las mentiras y calumnias traen a sus víctimas. Se cree que nueve de cada diez casos que se ventilan en un tribunal, nueve de ellos pasan sin traer justicia a las personas, y ésto es gracias a una lengua falsa. Dicho en otras palabra, sólo un caso de diez casos, se hace justicia correctamente, ya que en los otros nueves casos hubo la intervención de la mentira.
Encontramos la falsedad en todas partes del mundo; la falsedad tiene su enjambre en casi todos los departamentos de la vida; encontramos la falsedad en los mercados, en las campañas políticas, en los parlamentos, en los santuarios de las religiones, en las cortes de justicias, en los gobiernos, en las amistades y hasta en nuestras familias.
Hay pecado que tienen consecuencias físicas, al ladrón se le encarcela, al asesino de le sigue la pista y en la mayoría de los casos se le captura y se le castiga; pero esto no sucede con el mentiroso y la mentira. La falsedad ha permeado tanto nuestra sociedad, que lo único que se puede hacer es la predicación del evangelio con un mensaje claro a la conciencia de cada persona, ésta luz divina es la única que puede salvar al mundo de éste virus tan fatal llamado falsedad.
El ladrón destruye la vida a una persona, el adultero destruye la vida de dos personas, el calumniador destruye la vida de tres personas; la de él mismo, a quién le miente y en contra de quien miente.
La sociedad y las leyes se les hace difícil castigar al mentiroso, pero no ha Dios; él ha prometido castigo y muerte a todo aquel que miente: El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras perecerá.
Dios abomina mentira en todas sus formas, la caída de éste mundo fue iniciada por una mentira.
Los labios mentirosos le son abominación. Declara que en la santa ciudad “no entrará … ninguna cosa sucia, o que hace abominación y mentira” (Apocalipsis 21:27). Aferrémonos a la veracidad con mano firme, y sea ella parte de nuestra vida. Practicar el disimulo y jugar al tira y afloja con la verdad, para acomodar los planes egoístas de uno, significa provocar el naufragio de la fe. “Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad” (Efesios 6:14). El que declara falsedades, vende su alma a bajo precio. Sus mentiras pueden parecerle útiles en casos de apuro; de esta manera le parecerá que adelanta en sus negocios como no podría hacerlo mediante un proceder correcto, pero llega finalmente al punto en que no puede confiar en nadie. Al ser él mismo un falsario, no tiene confianza en la palabra de otros.
Ningún hombre puede enorgullecerse de su veracidad, porque no sabe lo que es a menos que haya vencido. Nadie conoce la fuerza de su veracidad y honradez hasta que se pase la prueba de fuego que significa la tentación de adquirir fortuna por medios dudosos.
Aquel cuyo corazón está henchido del amor que procede de Dios, no admite en su vida la exaltación del yo ni la falta de honradez. El que ha “nacido de nuevo” del Espíritu revela a Cristo en su vida diaria. Es recto en todo lo que emprende. No obra con maña, astucia, ni en secreto. El buen fruto que revela su vida da fe de la situación de su corazón (Meditaciones matinales 1952, {MeM}, p. 341).
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Viernes 13 de febrero // Lección 7_________________________
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “El espíritu de la chismografía es uno de los agentes esenciales que tiene Satanás para sembrar discordia y disensión, para separar amigos y minar la fe de muchos en la veracidad de nuestra posición. Hay hermanos y hermanas que propenden demasiado a hablar de las faltas y de los errores que creen ver en los demás, y especialmente en aquellos que han dado sin vacilar los mensajes de reprensión y amonestación que Dios les confiara” (JT 1:492; TI 4:193).
“Los hijos de estos quejosos escuchan con oídos abiertos y reciben el veneno del desafecto. Los padres están así cerrando ciegamente las avenidas por medio de las cuales se podrían alcanzar los corazones de los hijos. Cuántas familias sazonan sus comidas diarias con dudas y preguntas. Disecan el carácter de sus amigos, y lo sirven como un delicado postre. Circula por la mesa un precioso trozo de calumnia, para que lo comenten no solamente los adultos, sino también los niños. Esto deshonra a Dios. Jesús dijo: ‘En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis’ ” (TI 4:193, 194)
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Siempre resulta difícil callar cuando los que amas se equivocan. Y es tan fácil tratar de disimularlo. ¿De qué modo alcanzamos un equilibrio correcto en situaciones como estas? Ciertamente, necesitamos mostrar gracia, así como recibimos gracia por nuestros errores. Pero ¿significa esto que siempre, o alguna vez, la persona pueda seguir pecando con impunidad y no afrontar las consecuencias? ¿Cuál es el camino correcto en situaciones como estas?
- Tal como dice la lección de esta semana, la mayor parte de las cosas de la vida son muy complicadas y tienen muchas facetas. Por eso, aun aquellas cosas en las que estamos en lo correcto pueden ser más complejas de lo que entendemos. ¿Cómo podemos aprender a tener la mente abierta y, al mismo tiempo, no ser necios acerca de ello?
- ¿Cuáles son algunas maneras en que podemos mentir sin usar ninguna palabra?
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