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LECCIÓN 1 – LA VENIDA DE JESÚS – PARA EL 4 DE ABRIL DE 2015

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Toda información dada en éste documento es tomada de la vastedad de libros que la Iglesia Adventista del 7mo Día tiene disponible gratuitamente para el público en general, en Ingles y Español. A éste documento también se le agrega otras informaciones de otros libros, que también se encuentran disponible en el Internet para el uso del  público en general.

Aquí no le estamos presentando una nueva luz, nuestro trabajo es sencillamente recopilar información, y presentarla en un lenguaje sencillo y entendible,  para que se le haga mas fácil al maestro de Escuela Sabática comprender y prepararse mejor, para impartir la lección de Escuela Sabática.

 Deseamos compartir con ustedes los tópicos  de las lecciones de los próximos años.

4 trimestres por año

2015:  (3)»Misioneros» (4)»Jeremías»

2016:  (1)»La Gran Controversia» (2)»El libro de Mateo» (3)»El Papel de la Iglesia en la Comunidad» (4)»Job»

2017:  (1)»El Espíritu Santo y la Espiritualidad» (2)»1ra y 2da de Pedro» (3)»Unidad en Cristo» (4)»Asuntos de Justicia Social»

2018:   (1)»Mayordomía» (2)»Preparación para los Días Finales» (3)»El libro de los Hechos» (4)»El Libro de Apocalipsis»

2019: (1)»Esdras-Nehemías» (2)»El Libro de Daniel» (3)»Romanos» (4)»Como interpretar las escrituras»

Nuevas: 2020:(1) «Educación» (2) Juan

Recordamos a los hermanos que ésta información está sujeta a cambios.


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Lección 1: Para el 4 de abril de 2015

LA VENIDA DE JESÚS

Sábado 28 de marzo___________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 1:2, 3; 2 Timoteo 3:16; Lucas 1:5-22; Deuteronomio 18:15; Lucas 2:9-12, 25-32.

PARA MEMORIZAR: 
“Porque nada hay imposible para Dios” (Luc. 1:37).

EL EVANGELIO DE LUCAS fue escrito principalmente para los gentiles. Lucas mismo era gentil (lo que está implícito en Col. 4:10-14), como lo era Teófilo, a quien dirigió su Evangelio.
 Además de ser médico, Lucas fue un historiador meticuloso. Al introducir su Evangelio, Lucas sitúa a Jesús en la historia real; es decir, pone la historia en el contexto histórico de su tiempo: Herodes era el rey de Judea (Luc. 1:5), Augusto reinaba sobre el Imperio Romano (Luc. 2:1) y un sacerdote llamado Zacarías cumplía su turno en el Templo de Jerusalén (Luc. 1:5, 9). En el capítulo 3, Lucas menciona seis fechas contemporáneas relacionadas con el ministerio de Juan el Bautista, el precursor de Jesús.

De este modo, Lucas ubica el relato de Jesús en la historia –personas reales, tiempos reales− a fin de eliminar cualquier idea de mitología en su narración. Sus lectores deben sentir respeto y asombro por el hecho de que Jesús sea real y de que, por medio de él, Dios haya invadido la historia con el “Salvador, que es Cristo el Señor” (Luc. 2:11).

Cuanto más pensamos acerca de Cristo convirtiéndose en un bebé sobre la tierra, tanto más admirable parece este tema. ¿Cómo podía ser que el niño indefenso del pesebre de Belén siguiera siendo el divino Hijo de Dios? Aunque no podamos entenderlo, podemos creer que Aquel que hizo los mundos, por causa de nosotros se convirtió en un niño indefenso. Aunque era más encumbrado que ninguno de los ángeles, aunque era tan grande como el Padre en su trono de los cielos, llegó a ser uno con nosotros. En él, Dios y el hombre se hicieron uno; y es en este acto donde encontramos la esperanza de nuestra raza caída. Mirando a Cristo en la carne, miramos a Dios en la humanidad, y vemos en él el brillo de la gloria divina, la imagen expresa de Dios el Padre. 

Al contemplar la encarnación de Cristo en la humanidad, quedamos atónitos frente a un misterio insondable que la mente humana no puede comprender. Mientras más reflexionamos acerca de él, más extraordinario nos parece. ¡Cuán vasto es el contraste entre la divinidad de Cristo y el impotente bebecito del pesebre de Belén! ¿Cómo se puede medir la diferencia que hay entre el Dios todopoderoso y un niño impotente? Sin embargo el Creador de los mundos, Aquel en quien moraba la plenitud de la Deidad corporalmente, se manifestó en el desvalido bebé del pesebre. ¡Incomparablemente más elevado que todos los ángeles, igual al Padre en dignidad y gloria, y sin embargo vestido con la ropa de la humanidad! La divinidad y la humanidad se hallaban combinadas misteriosamente, y el hombre y Dios fueron uno solo. En esta unión es donde encontramos la esperanza de la raza caída. (Exaltad a Jesús, {EJ}, p. 69).

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Lección 1 // Domingo 29 de marzo
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UN INFORME ORDENADO (LUC. 1:1-3; HECH. 1:1-3)

Hechos 1:1 nos dice que, antes de escribir Hechos, su autor escribió un “primer tratado”. Esto, y el que ambos fueran dirigidos a Teófilo, ayuda a que concluyamos que un mismo autor fue responsable de ambos libros. Los dos informes pueden considerarse como las partes 1 y 2 de “El origen y la historia de la iglesia cristiana”. La parte 1 (el Evangelio de Lucas) es una narración de la vida y la obra de Jesús, y la parte 2 (Hechos de los apóstoles) es un relato de la difusión del mensaje de Jesús y de la iglesia primitiva.

¿Cómo se escribió este Evangelio? Luc. 1:2, 3; 2 Tim. 3:16.

tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, Lucas 1

y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Lucas 3

16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 2 Timoteo 3

Lucas sabía que muchos habían escrito acerca de los eventos que sacudieron la ciudad de Jerusalén respecto de Jesucristo. Las fuentes de tales obras literarias incluían a muchos “testigos presenciales y servidores de la palabra” (Luc. 1:2, NVI), una referencia clara a los discípulos y a otros contemporáneos de Jesús. Lucas mismo estuvo expuesto a estos testigos y ministros (como Pablo y otros dirigentes apostólicos) y, posiblemente, también a los evangelios escritos por Marcos y Mateo. Obviamente, Lucas no fue un testigo de la historia de Jesús, pero fue un converso auténtico y creíble de Cristo.

Mateo escribió a un público judío, presentando a Jesús como el gran Maestro, el cumplimiento de la profecía y el Rey de los judíos. A menudo se refirió a las profecías del Antiguo Testamento cumplidas en Cristo. Marcos escribió acerca de Jesús a una audiencia romana, la persona en acción. Lucas, médico y gentil, escribió para los griegos y los gentiles acerca del Jesús universal, el Salvador del mundo. Lucas menciona que el propósito de su escrito es doble: presentar “en orden la historia” (Luc. 1:3) y proporcionar certeza de las grandes enseñanzas de esa era nueva. La verdad como es en Jesús es una de las metas de su Evangelio.

Lucas, un autor inspirado de la Escritura, usó otros materiales al escribir. Esto es muy interesante, y el uso de otras fuentes no niega la inspiración o la autoridad de lo que escribió. ¿Qué lecciones hay en esto para nosotros, como adventistas, con respecto a la manera en que la inspiración, canónica o no canónica, actúa sobre los escritores inspirados?

El evangelio de Lucas es universalmente reconocido como una obra literaria de Lucas; el nombre Lucas es un diminutivo del nombre Lucano, de la mima manera que Silas es un diminutivo del nombre Silvano. A pesar que en los dos libros que escribió Lucas, no se dice absolutamente nada acerca de su oficio, ésta información la encontramos en Colosenses 4: 14: «Lucas, el médico amado, os envía saludos, y también Demas.« Además en los versículos 10 y 11 del mismo capítulo encontramos que Lucas no era Judío de nacimiento, Lucas era un gentil: «10-Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual recibisteis mandamientos; si viniere a vosotros, recibidle; 11-Y Jesús, el que se llama Justo; los cuales son de la circuncisión: éstos solos son los que me ayudan en el reino de Dios, y me han sido consuelo.» Después de estos versículos el apóstol Pablo comienza con los saludos de los que no son de la circuncisión ó Judíos, y entre ellos se encuentra Lucas. Muchos creen que Lucas pertenecía a un grupo llamados «libertinus» ó «hombres libres» ya que era costumbre de los romanos de esa época, devolver los títulos de médicos a aquellos que alguna vez fueron esclavos y dejar en libertad a aquellas personas que ejercían tan noble trabajo, como lo era el arte de la sanación.

Otra de las cosas que hay que notar en Lucas, tiene gran intimidad con el idioma griego clásico, ésta es una demostración más de su origen gentil. El historiador Eusebio dice que Lucas era originario de Antioquía, si ésto es verdad, entonces es fácil entender su gran destreza en la escritura del idioma griego clásico y su conocimiento médico.

El tiempo en que Lucas se unió al ministerio del apóstol Pablo es muy señalado en el libro de los Hechos de los Apóstoles en el capítulo 16: 10: «Y como vió la visión, luego procuramos partir á Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.» Antes de éste versículo, Lucas se refiere como «él» cuando habla de los trabajos de Pablo, pero a partir de éste versículo el cambia la palabra «él» por «nosotros» dando a notar que se ha incorporado al grupo de trabajo de Pablo; de allí en adelante es compañero inseparable de Pablo hasta el día de su martirio.

El libro histórico de Lucas es muy peculiar, mientras los demás evangelistas escribían sus epístolas para el mundo en general, no poniendo en sus libros ninguna dedicación especial ó inscripción a una persona determinada; Lucas dedica éste libro a una persona  llamado Teófilo. El nombre Teófilo significa: «Amigo de Dios» ó «Amado por Dios» se cree que Teófilo fue un gentil convertido al cristianismo, y su nombre con su bello significado espiritual pudo haber sido adoptado a la hora de su bautismo, ya que ésta era una práctica muy común entre los gentiles, en cambiar sus nombre a nombres con significados bíblicos a la hora de su bautismo.

Hay que notar que Lucas saluda a Teófilo con : «Excelentísimo Teófilo» Esta expresión solo la encontramos tres veces más en la Biblia; en Hechos 24: «2-Después que llamaron a Pablo, Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo al gobernador: Ya que por ti hemos obtenido mucha paz, y que por providencia tuya se están llevando a cabo reformas en favor de esta nación, 3-nosotros, por todos los medios y en todas partes, reconocemos esto con profunda gratitud, oh excelentísimo Félix.» Además encontramos en Hechos 26: 25: «Mas Pablo dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.» y la otra cita la hallamos en hechos 23: 26: «Claudio Lisias, al excelentísimo gobernador Félix: Salud.»
El adjetivo «excelentísimo» refleja a una persona de un nivel social muy alto, y cabe la posibilidad que también sea un rango oficial. Después de ésta corta información, no se sabe más de Teófilo, solo queda la idea de un gentil de muy alto nivel social, que se convirtió al cristianismo y que había sido parcialmente informado ó instruido en la historia de Jesucristo y de su evangelio.

«Puesto que ya muchos han intentado poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros son ciertísimas»
Lucas está hablando que muchos han tratado de escribir asuntos del evangelio, muchos creen que Lucas en éste versículo está dando a entender que algunos de ellos han escrito la historia de Jesús y el evangelio, pero han dado una falsa historia. Hay registros que en los tiempos de  la iglesia primitiva, salieron otros evangelios como el evangelio de los nazarenos, el evangelio de Tomas, el evangelio de Matías, el evangelio de Nicodemo y otros, que la iglesia tomó cartas en el asunto inmediatamente, rechazándolos, ya que su información no era fidedigna, ni correcta.

No hay información bíblica en cuanto a la muerte de Lucas, pero la mayoría de historiadores contemporáneos a los apóstoles aseguran que la muerte de Lucas fue de causas naturales, solo uno de ellos; Gregorio Naziazen, afirma que Lucas murió como un mártir.

No ha habido ni una sola nube que ha caído sobre la iglesia para la cual Dios no haya hecho provisión; no se ha levantado ni una sola fuerza opositora para contrarrestar la obra de Dios que él no haya previsto. Todo ha ocurrido como lo predijo por medio de sus profetas. No ha dejado a su iglesia en tinieblas y olvidada, sino que ha mostrado mediante declaraciones proféticas lo que ocurriría, y obrando por medio de su providencia en el lugar designado de la historia del mundo, ha dado lugar a aquello que el Espíritu Santo reveló a sus profetas para que lo predijeran. Todos sus propósitos se cumplirán y se afirmarán. Su ley está unida con su trono, y los instrumentos satánicos combinados con los instrumentos humanos no pueden destruirla. La verdad es inspirada y está protegida por Dios; perdurará y tendrá buen éxito, aunque algunas veces aparezca oscurecida. El evangelio de Cristo es la ley ejemplificada en el carácter. Los engaños practicados contra ella, toda invención destinada a vindicar la falsedad, y todo error forjado por los instrumentos satánicos, llegarán a ser desbaratados para siempre, y el triunfo de la verdad será como la apariencia del sol en el mediodía. El Sol de Justicia brillará con poder sanador en sus rayos, y toda la tierra estará llena de su gloria. (¡Maranata: El Señor viene!, p. 16).

“Dios se ha dignado comunicar la verdad al mundo por medio del instrumento humano, y él mismo, por su Santo Espíritu, habilitó a hombres y los hizo capaces de realizar esta obra. Guió la inteligencia de ellos en la elección de lo que debían decir y escribir. El tesoro fue confiado a vasos de barro, pero no por eso deja de ser del cielo…. y el hijo de Dios, obediente y creyente, contempla en ello la gloria de un poder divino, lleno de gracia y de verdad.”

“Los escritores de la Biblia tuvieron que expresar sus ideas en un lenguaje humano. Fue escrita por seres humanos; pero éstos fueron inspirados por el Espíritu Santo …“Las Escrituras no fueron dadas en forma de una cadena ininterrumpida sino parte por parte a través de las generaciones, como Dios en su providencia vio conveniente para impresionar al hombre en distintos tiempos y lugares …

“No hay siempre un orden perfecto o aparente unidad en las Escrituras … Las verdades de la Biblia son como perlas escondidas. Tienen que ser buscadas ahondando con esfuerzo perseverante. Los que echan un vistazo superficial sobre la Escritura, con el conocimiento superficial que ellos consideran muy profundo, hablan de las contradicciones de la Biblia y ponen en duda su autoridad. Pero aquellos cuyos corazones están en armonía con la verdad y el deber escudriñarán las Escrituras con el corazón preparado para recibir las impresiones divinas.” (La fe por la cual vivo, {FV},  p. 13).

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Lunes 30 de marzo // Lección 1___________________

“SE LLAMARÁ JUAN”

El silencio divino marcó la historia de Israel por casi cuatrocientos años después de Malaquías. Con los anuncios de los nacimientos de Juan el Bautista y de Jesús, se quebró el silencio divino.

Las historias del nacimiento de Juan y de Jesús tienen semejanzas. Ambos fueron milagrosos: en el caso de Juan, Elisabet ya había pasado por mucho la edad de tener hijos; en el caso de Jesús, una virgen tendría un hijo. El ángel Gabriel anunció ambas promesas de nacimiento. Los dos anuncios fueron recibidos con un espíritu de asombro, gozo y entrega a la voluntad de Dios. Ambos bebés debían crecer y llegar a ser fuertes en el Espíritu (Luc. 1:80; 2:40).

Pero, la misión y el ministerio de los dos bebés milagrosos eran diferentes. Juan había de ser el que preparara el camino para Jesús (Luc. 1:13-17). Jesús era “el Hijo de Dios” (vers. 35) y el cumplimiento de las profecías mesiánicas (vers. 31-33).

Lee Lucas 1:5 al 22. Aunque se presenta a Zacarías como “irreprensible”, su falta de fe ante el anuncio del ángel resultó en una reprensión. ¿Cómo nos ayuda esto a comprender el concepto de “irreprensible” para un creyente en Jesús?

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada. Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. 11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. 12 Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. 13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; 15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. 16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. 17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. 18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. 19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. 20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. 21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario. 22 Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo. Lucas 1

“El nacimiento del hijo de Zacarías, como el del hijo de Abraham y el de María, había de enseñar una gran verdad espiritual, una verdad que somos tardos en aprender y propensos a olvidar. Por nosotros mismos somos incapaces de hacer bien; pero lo que nosotros no podemos hacer será hecho por el poder de Dios en toda alma sumisa y creyente. Fue mediante la fe como fue dado el hijo de la promesa. Es por la fe como se engendra la vida espiritual, y somos capacitados para hacer las obras de justicia” (DTG 73).

El milagro de Juan tuvo un propósito decisivo en el trato de Dios con su pueblo. Después de cuatrocientos años de ausencia profética en la historia de Israel, Juan irrumpió en esa historia con un mensaje específico y con poder decisivo. La misión y el mensaje de Juan eran “preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Luc. 1:17). Había de ser el precursor del Mesías, el que prepararía el camino para la misión de Jesús.

Los padres de Juan el Bautista eran personas pecadoras como nosotros, pero tenían la característica de ser personas piadosas  e integras. No tenían hijos y a la edad avanzada que los dos tenían, tampoco estaban con esperanzas de conseguir un niño. No podemos esperar un milagro en nuestras vidas si no lo pedimos, tampoco podemos esperar que nuestras pedidos sean siempre aceptados, pero una cosa debemos estar seguros, que todas aquellas oraciones hechas con fe, nunca son descartadas en el cielo, todas esas oraciones son archivadas y serán contestadas de acuerdo a la santa voluntad de nuestro Padre Celestial, a su tiempo perfecto y  de acuerdo al infalible conocimiento que él posee.

Muchas veces hacemos oraciones y pedidos con mucha fe y devoción, cuando estamos haciendo nuestra entrada a éste mundo ó cuando somos jóvenes, y muchas de esas oraciones son contestadas  cuando estamos ya para salir de éste mundo y somos viejos. La oración que Zacarias había elevado muchos años atrás, había quedado archivada en los registros de pedidos importantes que llegan al cielo, esa oración estaba alzada en el cartapacio divino de oraciones que tenían prioridades  y que tenían que ser contestadas positivamente, a su debido tiempo, y en su lugar correcto. Muchas oraciones son escuchadas y contestadas inmediatamente, pero en otras oraciones; las respuestas son pospuestas por largos periodos de tiempo, muchas veces se hace para probar la fe y la paciencia de los santos, y otras veces Dios lo hace para que el santo descubra y adquiera más sabiduría, poder, y santidad que provienen de Dios

Las misericordias de Dios son doblemente dulces cuando Dios nos las concede debido a una oración que elevamos a él, pidiéndole su gracia y su favor. Esta fue precisamente la experiencia de Zacarías y Elizabeth, tendrían un hijo a una edad muy avanzada, un hijo que sería un instrumento escogido para la conversión de muchas almas, un hijo que prepararía al mundo para recibir el evangelio de Jesucristo,  y a Jesucristo y su evangelio. Un hijo que iría uno años antes del ministerio de Jesucristo, con garras, coraje, con celo divino, con santidad, y con una mente totalmente muerta a los intereses y placeres que éste mundo puede ofrecer.  Los desobedientes y rebeldes serían traídos de vuelta a los caminos de Dios, y a los descarriados se les presentaría el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo.

Es muy hermoso notar que el ángel Gabriel llama a Zacarias por su nombre; los hombres santos son conocidos a los ángeles por sus nombres, vez tras vez encontramos en la Biblia a los ángeles llamando por sus nombres a hombres especiales, hombres que han sido llamados para llevar a cabo una tarea especial;  para este tipo de hombres,  los ángeles son espíritus ministradores de parte del cielo. Ante la turbación y el espanto de Zacarias, el ángel lo llama a la calma y le afirma que su oración ha sido contestada.

13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.

En idioma hebreo el nombre de Juan es Jochanan y significa: «Dios es clemente; o misericordioso; o lleno de gracia» nombre perfecto para un hombre que fue dotado con los regalos y la gracia del Espíritu; Juan fuel el heraldo de Jesucristo, quien era completo en gracia y verdad; Juan fue el que marcó el comienzo de reinado del Mesías, por medio de  quien conseguimos la gracia y la salvación. Jesús dijo de Juan:  «De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista…» Mateo 11:11

Dios había llamado al hijo de Zacarías a una gran obra, la mayor que hubiera sido confiada alguna vez a los hombres. A fin de ejecutar esta obra, el Señor debía obrar con él. Y el Espíritu de Dios estaría con él si prestaba atención a las instrucciones del ángel.

Juan había de salir como mensajero de Jehová, para comunicar a los hombres la luz de Dios. Debía dar una nueva dirección a sus pensamientos. Debía hacerles sentir la santidad de los requerimientos de Dios, y su necesidad de la perfecta justicia divina. Un mensajero tal debía ser santo. Debía ser templo del Espíritu de Dios. A fin de cumplir su misión, debía tener una constitución física sana, y fuerza mental y espiritual. Por lo tanto, le sería necesario dominar sus apetitos y pasiones. Debía poder dominar todas sus facultades, para poder permanecer entre los hombres tan inconmovible frente a las circunstancias que le rodeasen como las rocas y montañas del desierto. (El deseado de todas las gentes, {DTG}, p. 75).

Juan el Bautista, el precursor de Cristo, recibió de sus padres su primera preparación. Pasó la mayor parte de su vida en el desierto…. Prefirió Juan dejar de lado los goces y lujos de la vida en la ciudad para someterse a la severa disciplina del desierto. Allí el ambiente era favorable para los hábitos de sencillez y abnegación. Allí, sin que le interrumpiera el clamor del mundo, podía estudiar las lecciones de la naturaleza, de la revelación y de la providencia…. Desde la infancia se le había recordado su misión, y él había aceptado el cometido santo. La soledad del desierto le proporcionaba una grata oportunidad de escapar de una sociedad en que las sospechas, la incredulidad y la impureza lo dominaban casi todo. Desconfiaba de su propia fuerza para resistir la tentación y rehuía el contacto constante con el pecado, no fuese que hubiese de perder el sentido de su excesiva pecaminosidad. (El hogar cristiano, {HC}, pp. 116, 117).

El mismo acto con el cual Herodías pensó que libraría al mundo de la influencia del profeta, lo transformó en un mártir santo, no solo para sus discípulos sino para aquellos que no se sabían atrevido a declararse sus seguidores. Muchos que habían escuchado su mensaje y advertencias, y que secretamente estaban convencidos de sus enseñanzas, ahora, espantados por el horrible crimen a sangre fría, se declararon públicamente sus discípulos. Herodías fracasó en su intento de silenciar la influencia de las enseñanzas de Juan; éstas habrían de extenderse generación tras generación hasta el fin del tiempo, mientras que la vida corrupta de esa mujer vengativa cosecharía solamente infamia (The Spirit of Prophecy, t. 2, p. 81).

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Lección 1 // Martes 31 de marzo___________________

“LLAMARÁS SU NOMBRE JESÚS”

El nacimiento de Jesucristo no fue un acontecimiento normal. Fue señalado en el eterno calendario de Dios y, “cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer” (Gál. 4:4). Fue el cumplimiento de la primera promesa que hizo Dios después de la entrada del pecado en el Edén (Gén. 3:15).

Lee los siguientes pares de textos. En cada uno, ¿de qué forma el nacimiento de Jesús fue un cumplimiento asombroso de la profecía? ¿Qué nos dice esto acerca de por qué tenemos que aprender a confiar en todas las promesas de Dios? Deut. 18:15 y Hech. 3:22-24; Isa. 7:14 y Mat. 1:22, 23; Miq. 5:2 y Luc. 2:4-7.

15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; Deuteronomio 18

22 Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; 23 y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo. 24 Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días. Hechos 3

14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Isaias 7

22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: 23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel,  que traducido es: Dios con nosotros. Mateo 1

Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Miqueas 5

Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2

Seis meses después de que Gabriel anunciara a Zacarías el venidero nacimiento de Juan, anunció también a María de Nazaret un milagro aún mayor: siendo virgen “concebirás […] y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús” (Luc. 1:31).

El nacimiento virginal de Jesús va contra la naturaleza, y no puede explicarse en forma natural ni con la filosofía naturalista. Aun María planteó la pregunta: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (vers. 34). El ángel le aseguró que sería la obra del Espíritu Santo (vers. 35), y que “nada hay imposible para Dios” (vers. 37). La sumisión inmediata y fiel de María fue notable: “Hágase conmigo conforme a tu palabra” (vers. 38). Toda duda humana, no importa cuán natural o lógica sea, debe dar lugar a la respuesta divina. Sea la Creación o la Cruz, la Encarnación o la Resurrección, el descenso del maná o el derramamiento en Pentecostés, la iniciativa divina demanda la entrega y la aceptación humanas.

Aunque María respondió con sumisión y entrega a la soberanía y los propósitos eternos de Dios, Gabriel la afirmó con otra gran respuesta: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado

Hijo de Dios” (vers. 35).

Algunas culturas secularizadas han sido constreñidas a creer que todo, en última instancia, tiene una explicación naturalista y científica. ¿Por qué esta es una visión estrecha, incluso superficial, de la majestuosidad y la grandeza de la realidad?

Si el venerable y experimentado ministro-sacerdote Zacarías quedó perturbado ante la aparición del ángel, ahora podemos imaginarnos a la joven e inexperta María, en la presencia de Gabriel.

María que estaba sujeta peculiarmente y naturalmente a la inclinación de su sexo, que es el miedo; estaba perpleja y turbada ante la presencia del cuarto ser más poderoso del cielo y del universo. El ángel Gabriel se ha hecho presente en la tierra, cuando hay obras especiales para ser hechas  ó  mensajes especiales para ser entregados, y aquí no podía faltar, estaba anunciando al Salvador del mundo.

María recibe , probablemente el saludo mas venerable y honroso que un humano haya podido recibir de un ser celestial: «Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo; bendita eres tú entre las mujeres.» Lucas 1: 24 

Posiblemente en su mente se formularon muchas preguntas: ¿Que significa éste saludo?; ¿Que tengo que ver en ser más favorecida y bendita entre todas las mujeres?; ¿Lo que estoy viendo es cierto?; ¿Es éste un ángel de Dios?; Tenemos que recordar, que según la historia, no era usual que en el pueblo judío, un hombre saludara a una mujer, mas que eso, era en contra la ley judaica que un hombre hiciera un saludo a una mujer no importando la manera ó la forma del saludo, y esto incluía aún a los mismos esposos, por lo tanto María pudo haber estado muy inquieta con el significado de ese saludo, especialmente cuando Gabriel uso ese lenguaje tan especial, saludándola como favorecida de Dios y bendita entre todas las mujeres.

Nuevamente, como en el caso de Zacarías, María tiene que ser calmada, para poder asimilar el mensaje que el ángel tiene para ella. De todas las debilidades que los humanos tenemos, el miedo es una de las peores de ellas, el miedo hace cobarde al corazón, y un corazón aterrorizado no puede captar ningún mensaje, aunque éste sea divino. Todos aquellos que hemos sido favorecidos por Dios, no tenemos que ceder al destructor e inquietante miedo. ¿Hemos sido favorecidos por Dios? entonces no tengamos miedo ¿Está Dios con nosotros? Entonces no importa quién ó que, esté en contra de nosotros.

 

{llena eres de gracia}, El Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres” – versión Bulgata Latina

«{¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.»-versión Reina Valera Gómez

“ave gratia plena, Salve, llena de gracia.”-versión Bulgata Latina original

Aquí encontramos una discrepancia en la traducción bíblica del idioma griego al latín. El nuevo testamento fue escrito originalmente en el idioma griego; así como Martín Lutero dedicó tiempo para traducir la Biblia al idioma alemán, San Jerónimo, en el siglo IV hizo lo mismo traduciendo la Biblia al idioma latín. Pero en éste texto particularmente de Lucas 1: 28, San Jerónimo comete un error al traducir «llena eres de gracia» en vez de traducir «salve, muy favorecida»

(otra palabra para dar a entender la palabra «salve» es «gozo,» ó en éste caso «gozosa»)

ENTENDIENDO LA PALABRA GRIEGA KARITOS:

  •  χαριτόω (karitos):  que recibe bondad dada por gracia, don gratuito, “grandemente favorecida”                            Dictionary of Biblical Languages with Semantic Domains
  • χαριτόω  (karitos): “altamente favorecida” “hechos aceptos”; 1 querido, amado, agradable. 2 observar con gracia, rodear con favor. 3 Honrar con bendiciones.  ( Strong, J. (1996). The exhaustive concordance of the Bible

La frase “llena eres de gracia” en el idioma griego es “PLARAS KARITOS” y aparece solo dos veces en el Nuevo Testamento:

“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad,»  Juan 1:14

«Esteban, lleno de gracia y poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.» Hechos 6:8

Las palabras » muy favorecida» ó «grandemente favorecida» en el idioma griego es «KEXARITOMENA» que se traduce como: «muy favorecida»; «que recibe gracia» ó «aceptada» Esta palabra la encontramos solamente en Efesios 1: 6 y dice: «para alabanza de la gloria de su gracia, en la cual nos hizo aceptos en el Amado,« que es la misma palabra usada en Lucas 1: 30: «Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.»

¿Porqué es importante saber la diferencia entre «llena eres de gracia» y  «muy favorecida»?

Por que de la frase «llena eres de gracia» la iglesia católica ha creado ciertas dogmas ó doctrinas que ha hecho mucho daño y ha creado mucha confusión a millones de cristianos; entre ellas podemos mencionar las dos más predominantes como son: La concepción sin pecado y la redención sin pecado.

La concepción sin pecado es la dogma que sostiene que desde el mismo momento en que ella queda embarazada, su vida es puesta en santidad completa, en otras palabras desde la concepción, María nunca vuelve a pecar. De acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica, par 722: dice -en ella- «reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente» queriendo decir que Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo, han hecho de María su residencia, ella es aún mas grande que cada uno de ellos, ya que abarca a las tres personas de la trinidad, por lo tanto ella es merecedora de alabanza y adoración, además ellos enseñan, que ella tiene el poder de interceder por los humanos en el cielo, atributo que solo le pertenece a Cristo.

La segunda doctrina es muy parecida a la primera, y es la dogma de «la inmaculada concepción» Esta dogma fue proclamada por el papa Pío IX en 1845 y dice:  «…la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano (CIC, par. 491).»

«De la descendencia de Eva, Dios eligió a la Virgen María para ser la Madre de su Hijo. Ella, «llena de gracia», es «el fruto excelente de la redención» (SC 103)»; » desde el primer instante de su concepción, fue totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida. (CIC, par. 508).»

Entre las dos doctrinas, ellos enseñan que debido a la santidad que consiguió en la concepción, ella es digna de alabanza y gloria, lo mismo  que Dios es Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

No hay ninguna duda que María fue muy especial, fue escogida y se le encomendó la noble y delicada tarea de crecer al Salvador del mundo en ésta tierra; por eso el ángel la saluda y le dice: «Bendita tu entre las mujeres», pero Dios nos compara a todos nosotros con María y también nos llama «benditos»:

«27-Y aconteció que diciendo estas cosas, una mujer de la compañía, levantando la voz, le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los pechos que mamaste. 28-Y él dijo: Antes («al contrario»;Biblia de las Américas) bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.» Lucas 11 

Usted y yo que hemos creído y guardamos la palabra de Dios, compartimos esa misma felicidad, dicha, y bendición que tuvo María cuando dio a luz, amamantó y creció al hijo de Dios. María es madre de Jesús hombre, pero no es madre de Dios.

Cuando la Majestad del cielo se convirtió en una criatura y fue confiada a María, ésta no tenía mucho que ofrecer por ese precioso don. Llevó al altar solamente dos tórtolas, que eran la ofrenda designada para los pobres; pero fue un sacrificio aceptable para el Señor. Ella no pudo presentar tesoros preciosos como los que los sabios del Oriente ofrecieron al Hijo de Dios en Belén; sin embargo la madre de Jesús no fue rechazada debido a la pequeñez de su don. Fue la disposición de su corazón lo que el Señor contempló, y su amor tornó suave la ofrenda. Así también Dios aceptará nuestro don, aunque éste sea pequeño, si es lo mejor que tenemos y si se lo ofrecemos con amor. (Consejos sobre la mayordomía cristiana, {CMC}, p. 182).

No sólo cuando vino el Salvador, sino a través de todos los siglos después de la caída del hombre y de la promesa de la redención, “Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí”. 2 Corintios 5:19. Cristo era el fundamento y el centro del sistema de sacrificios, tanto en la era patriarcal como en la judía. Desde que pecaron nuestros primeros padres, no ha habido comunicación directa entre Dios y el hombre. El Padre puso el mundo en manos de Cristo para que por su obra mediadora redimiera al hombre y vindicara la autoridad y santidad de la ley divina. Toda comunicación entre el cielo y la raza caída se ha hecho por medio de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a nuestros primeros padres la promesa de la redención. Fue él quien se reveló a los patriarcas… Fue él quien dio la ley a Israel. (La maravillosa gracia de Dios, {MGD}, p.43).

Cristo no había cambiado su divinidad por humanidad; sino que revistió su divinidad con humanidad.

Sed cuidadosos, sumamente cuidadosos en la forma en que os ocupáis de la naturaleza de Cristo. No lo presentéis ante la gente como un hombre con tendencias al pecado. Él es el segundo Adán. El primer Adán fue creado como un ser puro y sin pecado, sin una mancha de pecado sobre él; era la imagen de Dios. Podía caer, y cayó por la transgresión. Por causa del pecado del pecado su posteridad nació con tendencias inherentes a la desobediencia. Pero Jesucristo era el unigénito Hijo de Dios. Tomó sobre sí la naturaleza humana. Podría haber pecado; podría caído, pero en ningún momento hubo en él tendencia alguna al mal. Fue asediado por las tentaciones en el Edén …

Su nacimiento fue un milagro de Dios, pues el ángel dijo: “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel : ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”.

Estas palabras no se refieren a ningún ser humano, excepto al Hijo del Dios infinito. Nunca dejéis, en forma alguna, la más leve impresión en las mentes humanas de que una mancha de corrupción. Fue tentado en todo como el hombre es tentado, y sin embargo él es llamado “el Santo Ser”. Que Cristo pudiera ser tentado en todo como lo somos nosotros y sin embargo fuera sin pecado, es un misterio que no ha sido explicado a los mortales. La encarnación de Cristo siempre ha sido un misterio, y siempre seguirá siéndolo. Lo que se ha revelado es para nosotros y para nuestros hijos; pero que cada ser humano permanezca en guardia para que no haga a Cristo completamente humano, como uno de nosotros, porque esto no puede ser. No es necesario que sepamos el momento exacto cuando la humanidad se combinó con la divinidad. Debemos mantener nuestros pies sobre la roca que es Cristo Jesús, como Dios revelado en la humanidad (Comentario bíblico adventista, t. 5, pp. 1102, 1103).

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Miércoles 1o de abril // Lección 1__________________

EL PESEBRE EN BELÉN

Lucas comienza el relato de Belén con una nota histórica. José y María salieron de su hogar en Nazaret para viajar a su pueblo ancestral de Belén, por causa de un censo decretado por Augusto César, emperador de Roma, cuando Cirenio era gobernador de Siria. Estos datos históricos deben conducirnos a notar la sumisión de Lucas al Espíritu Santo, de modo que pudo registrar los detalles de la Encarnación dentro del marco de la historia.

Reflexiona en la pobreza de Jesús como se revela en Lucas 2:7. Compara las imágenes de “pañales”, el “pesebre” y “no había lugar para ellos en el mesón” con la descripción de Pablo de la condescendencia de Jesús en Filipenses 2:5 al 8. ¿Qué camino tuvo que recorrer Jesús en nuestro favor?

Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2

El ambiente de pobreza en el que el Señor se encarnó sigue con los primeros visitantes que tuvo el establo: los pastores. No se dieron las “nuevas de gran gozo” (Luc. 2:10) a los ricos o a los poderosos, ni a los escribas o los sacerdotes, ni a los gobernantes que dominaban el país, sino a unos pastores humildes y despreciados. Observa la sencillez del mensaje: Un Salvador les ha nacido. En la ciudad de David. Él es Cristo, el Señor, el Ungido. Lo encontrarán envuelto en pañales (traducción del autor). El don más precioso del Cielo vino en un envase sencillo, como ocurre a menudo. Pero, el don trae “gloria a Dios”, “a la tierra paz” y “buena voluntad para con los hombres” (vers. 14).

El registro de Lucas (2:9-12) plantea tres asuntos vitales de la teología cristiana. Primero, las buenas nuevas del evangelio son “para todo el pueblo”. En Jesús, tanto judíos como gentiles llegan a ser el pueblo de Dios. Segundo, Jesús es el Salvador, y no hay otro. Tercero, Jesús es Cristo, el Señor. Estos tres temas, tan claramente establecidos en Lucas, más tarde son el fundamento de la predicación apostólica, particularmente la de Pablo.

Piensa en lo que creemos: el Creador de todo lo que fue hecho (Juan 1:1-3) entró en este mundo caído como un ser humano, y vivió una vida dura, solo para terminar en la cruz. Si realmente creyéramos esto, ¿por qué todo otro aspecto de nuestra vida debería vivirse en sumisión a esta verdad asombrosa? ¿Qué partes de tu vida reflejan tu creencia en la historia de Jesús y qué partes no lo hacen?

Cuando un niño judío nacía, era bañado con agua, era frotado con sal, y era envuelto en paños, dejando sus extremidades (brazos y piernas) muy bien atadas a su cuerpo, en el caso de Jesús no hubo nada especial preparado para su nacimiento; esa era la descripción específica que el ángel dio a los pastores: el niño está en un pesebre y  está envuelto en pañales.

La palabra «pesebre» significa «dormitorio ó lugar donde el ganado es alimentado» La hospitalidad fue muy practicada en los tiempos de Jesús, pero cuando habían viajes masivos era muy difícil hospedar tantas personas al mismo tiempo. Por eso se construían pesebres, que eran unas grandes estructuras, donde el viajero podía entrar libremente y poder descansar junto con sus bestias. Estos pesebres eran construidos a cada cierta distancia del camino, para que el viajero pudiera descansar y  pasar la noche.
Este fue el lugar del nacimiento de Jesús; y el acto de haber nacido en un pesebre no era tanto por la pobreza de Jose y María, sino por la necesidad; esto no quita la verdad que ellos en realidad era personas pobres y que Jesucristo nació pobre.
Cuando Cristo nació, no fue heredado con propiedades terrenales, no fue cuidado y crecido en una palacio, mansión ó casa suntuosa, no tenía amigos ricos, pero tenia padres muy buenos y piadosos, que eso es de más valor para un niño que tener padres ricos; y ésta es una de las pruebas más grande que no es un deshonor el nacer pobre.
Felices son los niños, que sus padres ya sean ricos ó pobres, son buenos y piadosos. No importa si el niño nace sin riquezas, sin ropas finas ó sin una casa suntuosa, importa que el niño sea criado a semejanza de Jesús y que sea bendecido por nuestro Padre Celestial, de la misma manera que bendijo a Jesús

Jesús vino a este mundo en humildad. Era de familia pobre. La Majestad de los cielos, el Rey de gloria, el Jefe de las huestes angélicas, se rebajó hasta aceptar la humanidad y escogió una vida de pobreza y humillación. No tuvo oportunidades que no tengan los pobres. El trabajo rudo, las penurias y privaciones eran parte de su suerte diaria. “Las zorras tienen cuevas—decía,—y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recline la cabeza” (Lucas 9:58).

Jesús no buscó la admiración ni los aplausos de los hombres. No mandó ejército alguno. No gobernó reino terrenal alguno. No corrió tras los favores de los ricos y de aquellos a quienes el mundo honra. No procuró figurar entre los caudillos de la nación. Vivió entre la gente humilde. No tuvo en cuenta las distinciones artificiosas de la sociedad. Desdeñó la aristocracia de nacimiento, fortuna, talento, instrucción y categoría social. (El ministerio de curación, {MC}, p. 149).

El Salvador continúa realizando hoy la misma obra que cuando ofreció el agua de vida a la mujer samaritana. Los que se llaman sus discípulos pueden despreciar y rehuir a los parias; pero el amor de él hacia los hombres no se deja desviar por ninguna circunstancia de nacimiento, nacionalidad, o condición de vida. A toda alma, por pecaminosa que sea, Jesús dice: Si me pidieras, yo te daría el agua de la vida.

No debemos estrechar la invitación del Evangelio y presentarla solamente a unos pocos elegidos, que, suponemos nosotros, nos honrarán aceptándola. El mensaje ha de proclamarse a todos. Doquiera haya corazones abiertos para recibir la verdad, Cristo está listo para instruirlos. El les revela al Padre y la adoración que es aceptable para Aquel que lee el corazón. Para los tales no usa parábolas. A ellos, como a la mujer samaritana al lado del pozo, dice: “Yo soy, que hablo contigo” (El deseado de todas la gentes, {DTG}, p. 165).

Los padres de Jesús eran pobres y dependían de su trabajo diario para su sostén. El conoció la pobreza, la abnegación y las privaciones. Esto fué para él una salvaguardia. En su vida laboriosa, no había momentos ociosos que invitasen a la tentación. No había horas vacías que preparasen el camino para las compañías corruptas. En cuanto le era posible, cerraba la puerta al tentador. Ni la ganancia ni el placer, ni los aplausos ni la censura, podían inducirle a consentir en un acto pecaminoso. Era sabio para discernir el mal, y fuerte para resistirlo.Cristo fué el único ser que vivió sin pecar en esta tierra. Sin embargo, durante casi treinta años moró entre los perversos habitantes de Nazaret. Este hecho es una reprensión para los que creen que dependen del lugar, la fortuna o la prosperidad para vivir una vida sin mácula. La tentación, la pobreza, la adversidad son la disciplina que se necesita para desarrollar pureza y firmeza. Jesús vivió en un hogar de artesanos, y con fidelidad y alegría desempeñó su parte en llevar las cargas de la familia. Había sido el generalísimo del cielo, y los ángeles se habían deleitado cumpliendo su palabra; ahora era un siervo voluntario, un hijo amante y obediente. Aprendió un oficio, y con sus propias manos trabajaba en la carpintería con José. Vestido como un obrero común, recorría las calles de la pequeña ciudad, yendo a su humilde trabajo y volviendo de él. No empleaba su poder divino para disminuir sus cargas ni aliviar su trabajo. (El deseado de todas las gentes, {DTG}, pp. 52, 53).

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Lección 1 // Jueves 2 de abril_____________________

LOS TESTIGOS DEL SALVADOR

Aunque escribía principalmente para los gentiles, Lucas percibía la importancia de la herencia judía a través del Antiguo Testamento. Se preocupó por vincular la historia del Nuevo Testamento con el Antiguo, y proveyó la hermosa escena de María y José cuando circuncidaron al bebé Jesús al octavo día y lo llevaron al templo de Jerusalén, todo de acuerdo con la ley mosaica (Luc. 2:22-24).

Lee Lucas 2:25 al 32. Nota tres puntos acerca de la teología de la salvación que Simeón presenta: la salvación es mediante Jesús; la salvación es provista por Dios; la salvación es para todos los pueblos: para los gentiles así como para Israel. ¿De qué modo estas verdades se vinculan con el mensaje del primer ángel de Apocalipsis 14:6 y 7?

25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: 29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30 Porque han visto mis ojos tu salvación, 31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32 Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel. Lucas 2

Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Apocalipsis 14

La profecía de Simeón también destacaba dos rasgos importantes del ministerio de Jesús.

Primero, Cristo está “puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel” (Luc. 2:34). Sí, Cristo ha traído luz y salvación para todos, pero no sin un costo para quien lo recibe. Con Cristo, no hay terreno neutral: aceptación o rechazo, y la salvación de la persona depende de que dé la respuesta apropiada. Cristo demanda exclusividad; permanecemos en él o no lo hacemos. Los que permanecen en él se levantarán y serán parte de su Reino; los que lo rechazan o permanecen indiferentes hacia él caen y perecen sin esperanza. La fe en Cristo no es negociable.

Segundo, Simeón le profetizó a María: “una espada traspasará tu misma alma” (Luc. 2:35). La referencia es sin duda a la Cruz, que María presenciará. María y todas las generaciones que la siguieron deberían recordar que, sin la Cruz, no hay salvación. La Cruz es el eje alrededor del cual gira todo el plan de salvación.

La salvación es un don, y no podemos hacer nada para ganarla. No obstante, todavía puede ser muy costoso para los que la reclaman para sí. ¿Qué te costó el seguir a Cristo, y por qué este costo, cualquiera que sea, resulta tan barato?

25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: 29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30 Porque han visto mis ojos tu salvación, 31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32 Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.

Aqui encontramos a un total desconocido esperando por Jesús; es un hombre venerable por su edad, por su justicia y piedad. Era un hombre muy devoto, justo y piadoso para con sus prójimos y santo hacia las cosas de Dios, y estaba esperando la «consolación de Israel» una frase muy común cuando se refiere a el acto de esperar El Mesías.

Y el Espíritu Santo estaba sobre él. En pocas palabras, Simeón era un profeta, Dios había premiado a Simeón con una hermosa revelación y promesa; que él no moriría sin ver al Salvador del mundo. De una manera secreta, pero con el  impulso y la dirección fuerte, es movido por el Espíritu Santo hacia el templo, cuando sus padres circuncidaban a Jesús.

Tomándolo en su brazos, Simeón bendijo a Dios, por haber descubierto a Jesús por la iluminación supernatural divina, y ahora después que su deseo de muchos años se ha convertido en una realidad, el de poder contemplar la Salvación en persona, su vida está lista para pasar al descanso. Podemos contemplar en ésta escena lo confortable que es la muerte para un hombre santo, a esa hora crítica se puede partir en paz con Dios, en paz con su propia conciencia y en paz con la muerte.

Todos los que le hemos dado la bienvenida a Jesús a nuestras vidas, también podemos darle la bienvenida en paz y conformidad a la muerte, cuando llegue el momento de pasar al descanso.

Simeón estaba muy versado con los escritos de profecías, y sabía que Jesús era el Autor de nuestra Salvación, el sabía que en Jesús residía la sabiduría, el poder y el amor de Dios, reconocía en Jesús nuestra canción, nuestra esperanza, y no solo para el pueblo judío solamente, el sabía que el evangelio también sería para los gentiles. María y José, estaban maravillados de escuchar al hombre y su vasto conocimiento del niño, a pesar que ellos no comprendían enteramente el mensaje.

“puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel”

Para la caída de los Fariseos, Herodianos, Saduceos, Nazarenos, Gadarenos y también para el levantamiento de muchos, de todos aquellos que por las generaciones crean en él, como lo hizo Pedro y el ladrón que moría en la cruz. La historia registra que después de la ascensión de Jesús al cielo, casi por trescientos años, unos años con más intensidad que otros, el nombre de Jesús y de sus seguidores ha sido un nombre lleno de vergüenza, un nombre que ha incendiado odio, y que se ha menospreciado indescriptible-mente; No solo por los romanos que hablaban con amargura contra el nombre de Jesús, sino también por las mismas personas judías; en esos años Jesús era conocido como: «El impostor»; «el hombre»; «el colgado» Estas expresiones están registradas que fueron usadas por las florecientes escuelas rabínicas en los primeros días de la cristiandad.

“una espada traspasará tu misma alma” Profecía dedicada a María solamente; Simeón sabía que el bebe que sostenía en sus brazos, causaría el más profundo dolor al corazón de la amante madre. No hay amor más profundo, grande y noble que el amor de una madre para su criatura, no hay sufrimiento más grande que el de una madre cuando contempla la agonía y sufrimiento de un hijo, esa sería la experiencia que María tendría que atravesar con ese hermoso niño que recién había dado a luz, esa era la sentencia para ese hermoso niño al venir al mundo, sufrir la muerte y muerte de cruz con tal de salvarte a ti y a mi.

Esta profecía no se quedo solo con María, ésta profecía también ha tocado a muchas generaciones que han sido fiel al dulce nombre de Jesús, que han preferido el sufrimiento y la muerte antes que negar el nombre de Jesús. En diferentes lugares y en diferentes tiempos han habido violentas persecuciones, castigos, encarcelamientos y muerte para los seguidores que se han mantenido leal a Cristo. En cada tierra y en cada época los seguidores de Jesús han sido expuestos a hostilidades, al reproche, a pérdidas económicas y terrenales, a la desventaja social, degradados de posición, a una vida de sufrimiento y a un espíritu lastimado.

Nuestro Señor nos invita a que mejor tengamos una vida espiritualmente íntegra, llena  de honor y bendición, en vez de tener una vida llena de deshonra y maldición: «10-Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia (o rectitud)  porque de ellos es el Reino de los cielos. 11-Bienaventurados sois cuando os vituperen y os persigan, y se dijere toda clase de mal de vosotros por mi causa, mintiendo. 12-Gozaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en los cielos; que así persiguieron a los profetas que estuvieron antes de vosotros.»  Mateo 5

María esperaba el reinado del Mesías en el trono de David, pero no veía el bautismo de sufrimiento por cuyo medio debía ganarlo. Simeón reveló el hecho de que el Mesías no iba a encontrar una senda expedita por el mundo. En las palabras dirigidas a María: “Una espada traspasará tu alma,” Dios, en su misericordia, dió a conocer a la madre de Jesús la angustia que por él ya había empezado a sufrir (El deseado de todas las gentes, pp. 38, 39).

Jesús no se interpuso para librar a su siervo. Sabía que Juan soportaría la prueba. Gozosamente habría ido el Salvador a Juan, para alegrar la lobreguez de la mazmorra con su presencia. Pero no debía colocarse en las manos de sus enemigos, ni hacer peligrar su propia misión. Gustosamente habría librado a su siervo fiel. Pero por causa de los millares que en años ulteriores debían pasar de la cárcel a la muerte, Juan había de beber la copa del martirio. Mientras los discípulos de Jesús languideciesen en solitarias celdas, o pereciesen por la espada, el potro o la hoguera… ¡qué apoyo iba a ser para su corazón el pensamiento de que Juan el Bautista, cuya fidelidad Cristo mismo había atestiguado, había experimentado algo similar! . Se le permitió a Satanás abreviar la vida terrenal del mensajero de Dios; pero el destructor no podía alcanzar esa vida que “está escondida con Cristo en Dios”. Colosenses 3:3. Se regocijó por haber causado pesar a Cristo; pero no había logrado vencer a Juan. La misma muerte le puso para siempre fuera del alcance de la tentación…

Dios no conduce nunca a sus hijos de otra manera que la que ellos elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio, y discernir la gloria del propósito que están cumpliendo como colaboradores suyos. Ni Enoc, que fue trasladado al cielo, ni Elías, que ascendió en un carro de fuego, fueron mayores o más honrados que Juan el Bautista, que pereció solo en la mazmorra. “A vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él”. Filipenses 1:29. Y de todos los dones que el Cielo puede conceder a los hombres, la comunión con Cristo en sus sufrimientos es el más grave cometido y el más alto honor (Conflicto y valor, {CV}, p. 278).

Al aceptar a Jesucristo, tambien debemos aceptar las condiciones y requerimientos que ello significa. Es hacer del reino de Dios nuestra prioridad en la vida. Las dificultades y obstrucciones aparecerán, especialmente aquellas que tienen que ver con el yo, porque Cristo demanda el corazón, el alma, la mente y la fuerza de cada ser humano. “No sois vuestros. Porque habéis sido comprados por precios; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espiritu, los cuales son de Dios” (Corintios 6:19, 20). Requerirá humillación, abnegación y sacrificios, y un constante conflicto con las pasiones humanas. En la senda preparada para los redimidos del Señor no hay lugar para expresar nuestro temperamento natural. Los que profesan caminar en la senda angosta pero practican las acciones de los no convertidos, solo tendrán como resultado vergüenza y desgracia (Bible Training School, octubre 1, 1916).

Aquel que cree plenamente en Cristo llega a ser un participante de la naturaleza divina, y el poder así recibido le servirá para hacer frente a cualquier tentación. No caerá en la tentación ni será derrotado por falta de ayuda. En los momentos de prueba podrá valerse de las promesas y por medio de ellas escapar de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia…

Para hacernos participantes de la naturaleza divina, el cielo entregó su tesoro más valioso. El Hijo de Dios se quitó su manto real y su corona y descendió a la tierra en la forma de un niño. Resolvió vivir una vida perfecta desde la infancia hasta la madurez. Se comprometió a permanecer como representante del Padre en un mundo caído. Y hasta moriría en beneficio de la raza caída. ¡Qué obra maravillosa ésta! (Dios nos cuida, {DNC}, p. 60).

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Viernes 3 de abril // Lección 1____________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “Lucas, autor del Evangelio que lleva su nombre, era médico misionero. En las Escrituras se lo llama ‘el médico amado’ (Col. 4:14). El apóstol Pablo oyó hablar de su pericia en la ciencia médica, y so- licitó sus servicios por considerar que el Señor le había encomendado una obra especial. Se aseguró su cooperación y, por algún tiempo, Lucas acompañó al apóstol en sus viajes de lugar en lugar. Más tarde, Pablo dejó a Lucas en Filipos de Macedonia, donde, por varios años, prosiguió su trabajo como médico y maestro del evangelio. Como médico, atendía a los enfermos y luego oraba a Dios para que su poder curativo obrara en los afligidos. De esta manera, quedaba expedito el camino para el mensaje del evangelio. El éxito de Lucas como médico le daba muchas oportunidades para predicar a Cristo entre los paganos. Es el plan divino que trabajemos como trabajaron los discípulos” (MC 100).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Si Lucas tuvo en cuenta materiales previamente publicados al escribir su Evangelio, ¿cómo hemos de entender la inspiración de las Escrituras (2 Tim. 3:16)? ¿De qué modo actúa la inspiración? Ver “La inspiración de los escritores proféticos”, Mensajes selectos, t. 1, pp. 17-26.
  2. El nacimiento virginal fue realizado por Dios, marcado por su misterio, majestad y misión. También está más allá de la comprensión humana. Pero, la pregunta es: “¿Y ahora qué?” ¿Cuántas cosas seculares hay que están más allá de la comprensión humana? Si Dios existe, y él tiene el poder de crear y sostener el universo, ¿por qué algo como el nacimiento virginal habría de estar fuera de su poder? Solo aquellos que tienen una concepción del mundo limitada únicamente a las leyes naturales (al menos, las que por ahora comprendemos) podrían, a priori, eliminar la idea del nacimiento virginal. En contraste, aquellos cuya cosmovisión incorpora lo sobrenatural no tienen, a priori, ninguna razón para rechazarlo. Después de todo, considera lo que el ángel le dijo a María después de darle tan increíble noticia: “Porque nada hay imposible para Dios” (Luc. 1:37).
  3. Se cuenta que un conocido entrevistador estadounidense dijo que, si tu- viera la oportunidad, la persona a la que más le gustaría entrevistar sería Jesús, y que le haría solo una pregunta: “¿Realmente naciste de una virgen?” ¿Por qué esa pregunta, y su respuesta, son tan importantes?

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2 pensamientos en “LECCIÓN 1 – LA VENIDA DE JESÚS – PARA EL 4 DE ABRIL DE 2015

  1. el miedo no es una debilidad,mucho menos propia del sexo femenino.el miedo es una emocion.DIOS nos creo asi,claro que despues del pecado todo cambio tambien nuestras emociones.

    • Si hermana, usted tiene razón, que el miedo es una emoción, si contempla el miedo desde el punto de vista humano. Pero si contempla el miedo desde el punto de vista divino, el miedo es mas que una emoción, aun mas que una debilidad; el miedo es casi comparado con el pecado. El miedo es la demostración de la falta de confianza en Dios. Adán y Eva se escondieron de Dios, porque tuvieron miedo; a Josue se le dijo: «Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes…» Acan escondió los tesoros robados por miedo… Otro versículo hermoso dice: «En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.» 1 Juan 14: 18 Y en cuanto al miedo de la mujer, también tiene razón; por eso es que dice: «la tendencia natural de su sexo» quiere decir que no todas son miedosas, hay mujeres muy valientes, de la misma manera que hay hombres muy miedosos.
      Otro ejemplo podría ser: «la tendencia natural del sexo masculino es el machismo», quiere decir que esa es la tendencia, pero siempre existe la excepción.
      Su hermano en Cristo, Tony Garcia

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