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«No Puedo Mantener el Silencio» Propiedad de la Revista El Atalaya
Letra negra: Lección de Escuela Sabática
Letra ocre: Lección de Escuela Sabática
Letra roja: La Biblia
Letra Café: Nuestro comentario
Letra Azul: Espíritu de profecía
Lección 9: Para el 28 de noviembre de 2015
EL YUGO DE JEREMÍAS
Sábado 21 de noviembre_________________________________
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Jeremías 16:1-13; Oseas 1:1-3; Jeremías 27:1-18; Daniel 4:25; Jeremías 28; 2 Timoteo 4:3, 4.
PARA MEMORIZAR: “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Luc. 9:23).
COMO YA VIMOS, LOS PROFETAS DE DIOS predicaron no solo mediante palabras, sino también mediante lecciones objetivas. A veces, los profetas tenían que vivir sus mensajes: era otra manera de presentar los temas.
De este modo, Jeremías otra vez fue llamado a “vivir” las palabras que debía entregar. Primero, tenía que usar un yugo de madera. “Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello” (Jer. 27:2). Eso tuvo que haber sido una carga pesada, aun en las mejores circunstancias; en este caso, llegó a ser más difícil porque un falso profeta desafió lo que había dicho Jeremías. Esta semana podremos dar una mirada a la verdad y al error peleando por el corazón y la mente de las personas. Veremos, también, de qué forma un mensaje de gracia también puede ser un mensaje falso.
Jeremías también tenía prohibido entrar en duelo cuando otros gemían y gozarse cuando otros se gozaban. En estos casos, el punto era ayudar a la gente a percibir lo que se le venía por causa de sus pecados, para que se arrepintieran y obedecieran, y que así se aminoraran las tristes consecuencias de sus acciones pecaminosas.
Satanás está trabajando constantemente; pero pocos tienen idea alguna de su actividad y sutileza. El pueblo de Dios debe estar preparado para resistir al astuto enemigo. Esta resistencia es lo que Satanás teme. El conoce mejor que nosotros el límite de su poder, y cuán fácilmente puede ser vencido si le resistimos y le hacemos frente. Por la fuerza divina, el santo más débil puede más que él y todos sus ángeles, y si se le probase podría mostrar su poder superior. Por lo tanto los pasos de Satanás son silenciosos, sus movimientos furtivos, y sus baterías enmascaradas. El no se atreve a mostrarse abiertamente, no sea que despierte las energías dormidas del cristiano, y le impulse a ir a Dios en oración.
El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista que para muchos es difícil creer que existe, y mucho menos pueden ser convencidos de su asombrosa actividad y poder. Han olvidado mayormente su pasado, y cuando da otro paso adelante, no le reconocen como su enemigo, la serpiente antigua, sino que le consideran como un amigo que está haciendo una buena obra. Jactándose de su independencia, bajo la influencia especiosa y hechicera de Satanás, obedecen a los peores impulsos del corazón humano, y sin embargo creen que Dios los está conduciendo. Si sus ojos pudiesen abrirse para distinguir a su capitán, verían que no están sirviendo a Dios, sino al enemigo de toda justicia. Verían que la independencia de que se jactan es una de las más pesadas cadenas que Satanás pueda forjar en torno de las mentes desequilibradas (Joyas de los testimonios, {2JT}, t. 2, pp. 105, 106).
Es bueno y conveniente leer la Biblia. Sin embargo, nuestra responsabilidad no finaliza allí, puesto que debemos investigar en sus páginas. El conocimiento acerca de Dios no se consigue sin esfuerzo mental, y sin ferviente súplica de la sabiduría que nos permita separar el grano sano de la doctrina verdadera contaminada por el hombre y Satanás. El diablo y su confederación humana se han propuesto mezclar la paja del error con el trigo de la verdad. Con diligencia debemos rastrear los tesoros escondidos, y pedir sabiduría celestial para distinguir las invenciones humanas de los mandamientos divinos. El Espíritu Santo capacitará a los buscadores sinceros para que puedan hallar las preciosas verdades relacionadas con el plan de la redención.
Deseo que todos entiendan bien que un estudio ocasional de la Escrituras no es suficiente. Debemos investigar con todo lo que la expresión implica. El minero explora la tierra con avidez para hallar las vetas de oro. Del mismo modo, debemos rastrear los tesoros escondidos de la Palabra de Dios que Satanás ha tratado de ocultar del hombre desde hace tanto tiempo. El Señor dijo: “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios” (Juan 7:17).
La Palabra de Dios es verdad y luz. Es como una lámpara que guía nuestros pasos hacia los portales de la ciudad de Dios. Por esta razón, Satanás realiza esfuerzos tan desesperados para poner tropiezos en el sendero trazado para que transiten por él los redimidos del Señor. Usted no debe llevar sus ideas a la Biblia y hacer de sus opiniones el centro en torno al cual la verdad se define. Al llegar a la puerta de la investigación, con humildad hay que deponer todas las ideas personales, y con un corazón contrito, con oración sincera y el yo escondido en Cristo hemos de buscar la sabiduría que procede de Dios (Recibiréis poder, {RP}, p. 110).
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Lección 9 // Domingo 22 de noviembre______________________
UNA VIDA SOLITARIA
Sin ninguna duda, la suerte de la vida de Jeremías no fue fácil (él también sería el primero en admitirlo). Sin embargo, las cosas eran aún más duras de lo que podríamos imaginar.
Lee Jeremías 16:1 al 13. ¿Cuál fue el mensaje de Dios a Jeremías aquí? Por severo que fuera, ¿en qué sentido habría sido una bendición para el profeta? (Comparar con Ose. 1:1-3.)
Jeremías 16:1 al 13
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 No tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar. 3 Porque así ha dicho Jehová acerca de los hijos y de las hijas que nazcan en este lugar, de sus madres que los den a luz y de los padres que los engendren en esta tierra: 4 De dolorosas enfermedades morirán; no serán plañidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; con espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. 5 Porque así ha dicho Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles; porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, mi misericordia y mis piedades. 6 Morirán en esta tierra grandes y pequeños; no se enterrarán, ni los plañirán, ni se rasgarán ni se raerán los cabellos por ellos; 7 ni partirán pan por ellos en el luto para consolarlos de sus muertos; ni les darán a beber vaso de consolaciones por su padre o por su madre. 8 Asimismo no entres en casa de banquete, para sentarte con ellos a comer o a beber. 9 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, y toda voz de esposo y toda voz de esposa. 10 Y acontecerá que cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué anuncia Jehová contra nosotros todo este mal tan grande? ¿Qué maldad es la nuestra, o qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová nuestro Dios? 11 Entonces les dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron, y ante ellos se postraron, y me dejaron a mí y no guardaron mi ley; 12 y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí. 13 Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche; porque no os mostraré clemencia.
Oseas 1:1-3
1 Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel. 2 El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová. 3 Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.
En contraste con Oseas, quien debía casarse con una prostituta a fin de mostrar cuán corrompida era la relación entre Israel y Dios debido al adulterio espiritual de la nación, Jeremías debía abstenerse de casarse y de tener hijos. Esto era algo más bien raro y extremo para ese tiempo y cultura. En Israel, comenzar una familia era muy importante para cada joven. Además del amor y el compañerismo de los cónyuges, también era importante mantener el nombre de la familia. ¿Por qué Dios le prohibió esto a Jeremías? Porque así su propia vida sería una lección objetiva sobre cuán terrible sería el tiempo cuando las familias se dividieran y cuando el dolor de la separación llegaría a ser una pesada carga para los sobrevivientes. La falta de vida familiar para Jeremías era una advertencia constante y una lección para sus contemporáneos.
La suerte solitaria de Jeremías se extendía también a otras áreas. Se le prohibió entrar en una casa donde hubiera duelo; esto simbolizaba la actitud de Dios hacia la falta de disposición del pueblo a responder los llamados al arrepentimiento y al reavivamiento.
Junto con el tiempo de duelo, no debía unirse a los festivales de alegría y celebraciones. Esto era para simbolizar que vendría un tiempo cuando los babilonios pondrían fin a todo su gozo y alegría.
De estas maneras, le eran negados a Jeremías los vínculos humanos que se forjan en la tristeza o la alegría. Su vida y las tristezas de su vida habían de ser lecciones objetivas. ¡Si tan solo la nación hubiera aprendido de ellas!
¿De qué forma este informe debe ayudarnos a apreciar el apoyo humano que damos o recibimos? Por importante que sea este soporte, ¿cómo podemos aprender que nuestro mejor apoyo viene solo del Señor?
«No tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas» son las palabras mas fuertes que se le podían decir a un profeta y a un judío, ya que para ese tiempo, el matrimonio no solamente representaba la felicidad del hombre, sino que era también una obligación en la cultura judía.
Encontramos otros textos de la Biblia donde se mencionan pensamientos parecidos en cuanto a la prohibición del matrimonio, como también el nacimiento de niños. En Lucas 23 leemos lo siguiente : 29 Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. También leemos en Mateo 24: 16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; y leemos en 1 Corintios 7: 26 Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está. 27 ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte.
Todos estos textos son consejos que se dieron a poblaciones cristianas de épocas especificas, para evitar el matrimonio y el nacimiento de niños, debido a días de persecución y días de sufrimiento que estas personas estaban por enfrentar.
En el libro de Oseas capítulo 9, encontramos uno de los textos mas crudos en cuanto al sufrimiento de las personas que tienen familia y especialmente los que tienen niños en los días de persecución: 13 Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a la matanza. 14 Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos.
Muchos creen que la iglesia católica, que ha prohibido a sus ministros casarse y tener familia, se basaron en estos textos bíblicos para practicar el celibato; y no es así. La decisión de ellos no fue basada en asuntos bíblicos, si no en asuntos económicos. Toda ésta decisión de la iglesia católica comenzó en el año 580 con el papa Pelagio II, quien lucho para que los sacerdotes de la iglesia católica no se casaran, ni tuvieran familia. En su póliza papal, Pelagio II dijo que estaba bien que los sacerdotes se casaran con la condición que no dejaran ni propiedades, ni riquezas a sus esposas o hijos, al morir ellos. El siguiente papa, el papa Gregorio I fue el papa que prohibió el casamiento. De esa manera las fuertes ofrendas que recibían los sacerdotes, especialmente los cardenales que tenían parroquias grandes y ricas, no se repartían entre la gente que no era de la iglesia, a la hora que estos morían. Todo lo que un sacerdote lograba conseguir con ofrendas y limosnas, todo las cosas que el sacerdote lograba hacer en su vida, como el ahorro de riquezas y la adquisición de propiedades; al no tener familia a quien dejar todas esas fortunas, automáticamente pasaban a la tesorería de la iglesia católica. Ese sistema sigue vigente y se sigue practicando hasta los días de ahora, en la iglesia católica.
Jeremías estaría enfrentando la ruina y la destrucción de su país en un tiempo muy corto después de ésta orden. Por lo tanto la orden de Dios para Jeremías, era una muestra de las bondades de Dios y de la misericordia que Dios tenía para con su siervo, cuando Dios retira la paz de cualquier nación, pronto ese lugar se vuelve un centro de aflicciones y de terror. Muchas veces lo mas prudente y sabio es evitar obligaciones o compromisos, cuando sabemos que estamos por enfrentar días difíciles en nuestras vidas o en nuestros lugares.
3 Porque así ha dicho Jehová acerca de los hijos y de las hijas que nazcan en este lugar, de sus madres que los den a luz y de los padres que los engendren en esta tierra: 4 De dolorosas enfermedades morirán; no serán plañidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; con espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.
La profecía dice que a nadie se le haría duelo, ni nadie sería sepultado; estos dos ritos, tanto el duelo como la sepultura, eran ritos o prácticas extremadamente importantes en las culturas del medio oriente, y siguen siendo hasta el día de hoy.
A la ciudad de Jerusalén muchas veces se le describió y se le llamó «La Ciudad de la Vida» Por la gran afluencia de personas de todas las regiones que llegaban a adorar a Jerusalén, por su geografía, por su belleza, por sus servicios religiosos, por su gobierno y por su comercio; Jerusalén era una ciudad vibrante y se le llamó «La Ciudad de la Vida» Pero ahora Dios le está llamando la ciudad de la muerte. Los cuerpos de los muertos quedaría tirados por las calles, sin ser llorados y si ser enterrados, una situación de las mas precarias, una desgracia nacional de las mas grandes, una miseria que no tiene descripción. Los muertos quedaría tirados por las calles, la descomposición sería inevitable, la venganza de Dios estaba por caer en la nación entera, por sus horrendos crímenes y por sus blasfemo pecado de idolatría.
«… y sus cuerpos servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra…»
Fue tremendo banquete para las bestias del campo y para las aves del cielo, comieron carne de gente idólatra y carne de gente pecadora, una nación entera convertida en un grandioso banquete para los animales de rapiña. Pronto se aproxima otro banquete, donde también se servirá carne de gente idolatra y carne de gente pecadora: 17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Apocalipsis 19 A la venida de Jesús, a las aves del cielo se les preservará la vida, para que limpien la tierra de todos aquellos «que su nombre no se halló escrito en el libro de la vida.»
7 ni partirán pan por ellos en el luto para consolarlos de sus muertos; ni les darán a beber vaso de consolaciones por su padre o por su madre. 8 Asimismo no entres en casa de banquete, para sentarte con ellos a comer o a beber. No era tiempo de endechar, ni de celebrar; hay una prohibición para Jeremías, tanto para evitar la gente que sufría de tristeza y de pena, como también evitar la gente que tenía gozo y fiesta, ninguna de éstas dos acciones armonizaban con los juicios que Dios estaba por traer sobre la tierra.
Dios había llamado al pueblo al arrepentimiento; era tiempo de llorar por los pecados, era tiempo de confesar y apartarse de los pecados, era tiempo de buscar a Dios en oración y ayuno, era tiempo de humillarse ante Dios.
En su infinita sabiduría, Dios prohíbe a Jeremías mezclarse con el pueblo, para no participar con ellos ni del dolor, ni tampoco del gozo. Jeremías estaba predicando y advirtiendo a Judá de la gran calamidad que se acercaba, por lo tanto él mismo y principalmente él, tenía que acatar la orden de Dios y obedecerla al pie de la letra, para poderles dar un ejemplo claro y definido que él creía el mensaje que estaba predicando. Siempre que nosotros creemos y vivimos lo que predicamos, el evangelio se vuelve un evangelio muy poderoso.
Desde el tiempo de su llamamiento hasta el fin de su ministerio, Jeremías se destacó ante Judá como “fortaleza” y “torre” contra la cual no podía prevalecer la ira del hombre. El Señor le había dicho de antemano: “Pelearán contra ti, y no te vencerán: porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Y librarte he de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes” (Jeremías 6:27; 15:20, 21).
Siendo de naturaleza tímida y sosegada, Jeremías anhelaba la paz y la tranquilidad de una vida retraída, en la cual no necesitase presenciar la continua impenitencia de su amada nación. Su corazón quedaba desgarrado por la angustia que le ocasionaba la ruina producida por el pecado. Se lamentaba así: “¡Oh si mi cabeza se tornase aguas, y mis ojos fuentes de aguas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo! ¡Oh quién me diese en el desierto un mesón de caminantes, para que dejase mi pueblo y de ellos me apartase!” (Jeremías 9:1, 2).
Muy crueles eran las burlas que le tocó soportar. Su alma sensible quedaba herida de par en par por las saetas del ridículo dirigidas contra él por aquellos que despreciaban su mensaje y se burlaban de su preocupación por que se convirtieran. Declaró: “Fuí escarnio a todo mi pueblo, canción de ellos todos los días”.“Cada día he sido escarnecido; cada cual se burla de mí”. “Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza” (Lamentaciones 3:14; Jeremías 20:7, 10). Pero el fiel profeta era diariamente fortalecido para resistir…
Cuando fué llamado a beber la copa de la tribulación y la tristeza, y cuando en sus sufrimientos se sentía tentado a decir: “Pereció mi fortaleza, y mi esperanza de Jehová,” recordaba las providencias de Dios en su favor, y exclamaba triunfantemente: “Es por la misericordia de Jehová que no somos consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi parte es Jehová, dijo mi alma; por tanto en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le buscare. Bueno es esperar callando en la salud de Jehová”(Lamentaciones 3:18, 22-26) (Profetas y reyes, {PR}, pp. 308-310).
Todos los que se esfuerzan en seguir a Jesús tendrán que entrar en lucha con este enemigo implacable. Cuanto más fielmente imite el cristiano al divino Modelo, tanto más seguramente será blanco de los ataques de Satanás. Todos los que están activamente empezados en la obra de Dios, tratando de desenmascarar los engaños del enemigo y de presentar a Cristo ante el mundo, podrán unir su testimonio al que da San Pablo cuando habla de servir al Señor con toda humildad y con lágrimas y tentaciones.
Satanás asaltó a Cristo con sus tentaciones más violentas y sutiles; pero siempre fue rechazado. Esas batallas fueron libradas en nuestro favor; esas victorias nos dan la posibilidad de vencer. Cristo dará fuerza a todos los que se la pidan. Nadie, sin su propio consentimiento, puede ser vencido por Satanás. El tentador no tiene el poder de gobernar la voluntad o de obligar al alma a pecar. Puede angustiar, pero no contaminar. Puede causar agonía pero no, corrupción. El hecho de que Cristo venció debería inspirar valor a sus discípulos para sostener denodadamente la lucha contra el pecado y Satanás (El conflicto de los siglos, {CS}, p. 564).
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Lunes 23 de noviembre // Lección 9_________________________
EL YUGO DE JEREMÍAS
Lee Jeremías 27:1 al 18. ¿Cuál es el mensaje de Dios aquí para el pueblo? ¿Por qué para muchos esto podría parecer una traición?
1 En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 2 Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello; 3 y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro, y al rey de Sidón, por mano de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sedequías rey de Judá. 4 Y les mandarás que digan a sus señores: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Así habéis de decir a vuestros señores: 5 Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. 6 Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan. 7 Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes. 8 Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que la acabe yo por su mano. 9 Y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia. 10 Porque ellos os profetizan mentira, para haceros alejar de vuestra tierra, y para que yo os arroje y perezcáis. 11 Mas a la nación que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirviere, la dejaré en su tierra, dice Jehová, y la labrará y morará en ella. 12 Hablé también a Sedequías rey de Judá conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y vivid. 13 ¿Por qué moriréis tú y tu pueblo a espada, de hambre y de pestilencia, según ha dicho Jehová de la nación que no sirviere al rey de Babilonia? 14 No oigáis las palabras de los profetas que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia; porque os profetizan mentira. 15 Porque yo no los envié, dice Jehová, y ellos profetizan falsamente en mi nombre, para que yo os arroje y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan. 16 También a los sacerdotes y a todo este pueblo hablé diciendo: Así ha dicho Jehová: No oigáis las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: He aquí que los utensilios de la casa de Jehová volverán de Babilonia ahora pronto; porque os profetizan mentira. 17 No los oigáis; servid al rey de Babilonia y vivid; ¿por qué ha de ser desolada esta ciudad? 18 Y si ellos son profetas, y si está con ellos la palabra de Jehová, oren ahora a Jehová de los ejércitos para que los utensilios que han quedado en la casa de Jehová y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no vayan a Babilonia. Jeremías 27
El yugo que Jeremías debía poner sobre su cuerpo era una señal inconfundible de la humillación que la nación sufría, era lo que llamamos una ocupación militar (en Deut. 28:48 y 1 Rey. 12:4, la idea de un yugo aparece como una expresión de opresión). Jeremías tenía que experimentar físicamente lo que significaba la invasión babilónica. El yugo de madera que Jeremías puso sobre su cuello y sus hombros tenía un metro y medio de largo, y unos ocho centímetros de profundidad. La esencia de su mensaje era que si un país se rebelaba contra Babilonia Dios lo tomaría como si el país se rebelara contra él y, como resultado, los rebeldes sufrirían.
Aunque hay cierta ambigüedad en los textos originales, parece que Jeremías no tuvo que hacer solo un yugo para sí mismo, sino también para los enviados de países extranjeros que habían ido a Jerusalén y estaban complotando contra Nabucodonosor a pesar de las advertencias del Señor de no hacerlo. La reacción natural sería pelear contra un invasor extranjero, que es lo que ellos querían hacer. Sin duda, entonces, las palabras de Jeremías no fueron de ningún modo bienvenidas.
¿Qué es especialmente importante acerca del mensaje de Jeremías 27:5? (Ver también Dan. 4:25.)
Jeremías 27:5
5 Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise.
Daniel 4:25
25 Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.
Aquí otra vez, como aparece en toda la Biblia –Antiguo y Nuevo Testamentos−, Dios el Creador es Soberano sobre toda la Tierra. Aun en medio de lo que parecía ser caos y catástrofe (invasión y dominio de una nación pagana), se revelaban el poder y la autoridad de Dios, y esto debía ser una fuente de esperanza para el remanente fiel.
Es malo estar bajo un yugo de servidumbre. Sin embargo, pregúntate: ¿He puesto a alguien bajo un yugo injusto? Si es así, ¿por qué no quitarlo ahora?
5 Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. 6 Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan
Dios es el creador de todas las cosas que existen en la tierra; esto abarca tanto la tierra, hombres y también los animales; por lo tanto Dios tiene absoluto derecho sobre todo lo que hay en la tierra; sus minerales, sus frutos, y sus incontables habitantes. Dios le puede entregar a un hombre miles y miles de manzanas de tierra fructífera, y a otro le puede negar una pequeña parcela para que éste construya su casa; y nosotros no tenemos ningún derecho de quejarnos.
Dios reparte la tierra de acuerdo a su única y propia voluntad, Dios no entrega la tierra y las riquezas al hombre, por que el hombre tiene méritos, en éste caso Nabucodonosor no tenía ningún mérito, todo lo contrario, tenía todo en contra de él, para que Dios le hubiera quitados, su país , su reino y hasta su propia vida. Dios entrega las tierra y las riquezas de acuerdo a su infinita sabiduría y también de acuerdo a sus bondades.
Para que nosotros no murmuremos y no nos quejemos en contra de Dios, por la manera que Dios distribuye sus riquezas, tenemos que comprender lo siguiente:
HUMILDAD:
1-Todo lo que nosotros poseemos, no lo poseemos por que tenemos derecho a poseerlo, lo posemos por que es un regalo de Dios; Nosotros somos administradores temporales, y no propietarios. El que mas posee en ésta tierra, tiene que ser el mas humilde, ya que a él se le pedirán las cuentas mas grandes.
Con éste pensamiento en mente, ahora Jeremías se está preparando para darle el mensaje a seis reyes: Al rey de Edom, de Moab, de Amón, de Tiro, de Sidón y de Judá.
1 En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 2 Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello; 3 y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro, y al rey de Sidón, por mano de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sedequías rey de Judá. 4 Y les mandarás que digan a sus señores: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Así habéis de decir a vuestros señores: 5 Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. 6 Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan. 7 Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes. 8 Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que la acabe yo por su mano.
Interesante-mente Dios entrega las bestias del campo bajo el mando de Nabucodonosor, no solamente los caballos que transportaban al ejército de Babilonia, ni solamente los bueyes que transportaban los pertrechos de guerra, si no también las bestias del campo. Las bestias del campo que usan solamente el instinto, entendieron y acataron la orden de Dios; pero el hombre que tiene sabiduría y uso de razón, no escuchó, ni obedeció la voz de Dios, el hombre siempre suele comportarse con Dios, de una manera mas necia y mas bruta que las misma bestias del campo.
En la historia de las naciones el que estudia la Palabra de Dios puede contemplar el cumplimiento literal de la profecía divina. Babilonia, al fin quebrantada, desapareció porque, en tiempos de prosperidad, sus gobernantes se habían considerado independientes de Dios y habían atribuído la gloria de su reino a las hazañas humanas. El reino medo-persa fué objeto de la ira del Cielo porque en él se pisoteaba la ley de Dios. El temor de Jehová no tenía cabida en los corazones de la vasta mayoría del pueblo. Prevalecían la impiedad, la blasfemia y la corrupción. Los reinos que siguieron fueron aun más viles y corruptos; y se fueron hundiendo cada vez más en su falta de valor moral.
El poder ejercido por todo gobernante de la tierra es impartido del Cielo; y del uso que hace de este poder el tal gobernante, depende su éxito. A cada uno de ellos se dirigen estas palabras del Vigía divino: “Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste” (Isaías 45:5). Y para cada uno constituyen la lección de la vida las palabras dirigidas a Nabucodonosor: “Redime tus pecados con justicia, y tus iniquidades con misericordias para con los pobres; que tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad” (Daniel 4:27) (Profetas y reyes, {PR}, pp. 367, 368).
La historia de las naciones nos habla a nosotros hoy. Dios asignó a cada nación e individuo un lugar en su gran plan. Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de Aquel que no comete error. Por su propia elección, cada uno decide su destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos (Profetas y reyes, {PR}, p. 393).
Son muchos aquellos cuyo corazón se conduele bajo una carga de congojas, porque tratan de alcanzar la norma del mundo. Han elegido su servicio, aceptado sus perplejidades, adoptado sus costumbres. Así su carácter queda mancillado y su vida convertida en carga agobiadora. A fin de satisfacer la ambición y los deseos mundanales, hieren la conciencia y traen sobre sí una carga adicional de remordimiento. La congoja continua desgasta las fuerzas vitales. Nuestro Señor desea que pongan a un lado ese yugo de servidumbre. Los invita a aceptar su yugo, y dice: “Mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” Los invita a buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y les promete que todas las cosas que les sean necesarias para esta vida les serán añadidas. La congoja es ciega, y no puede discernir lo futuro; pero Jesús ve el fin desde el principio. En toda dificultad, tiene un camino preparado para traer alivio. Nuestro Padre celestial tiene, para proveernos de lo que necesitamos, mil maneras de las cuales no sabemos nada. Los que aceptan el principio de dar al servicio y la honra de Dios el lugar supremo, verán desvanecerse las perplejidades y percibirán una clara senda delante de sus pies (El Deseado de todas las gentes, {DTG}, p. 297).
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Lección 9 // Martes 24 de noviembre________________________
GUERRA A LOS PROFETAS
Las malas noticias son malas y, a menudo, no queremos escucharlas o deseamos racionalizarlas. Tal fue el caso aquí en Judá, cuando Jeremías y el yugo que llevaba encima eran un mensaje inequívoco de advertencia. “El asombro de los congregados representantes de las naciones no conoció límites cuando Jeremías, llevando un yugo sobre el cuello, les hizo conocer la voluntad de Dios” (PR 327).
Lee Jeremías 28:1 al 9. Imagínate que eres un habitante de Judea observando lo que pasa. ¿A quién creerías? ¿A quién quisieras creer? ¿Qué razón tendrías para creer en Hananías en vez de creer en Jeremías?
1 Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el año cuarto, en el quinto mes, que Hananías hijo de Azur, profeta que era de Gabaón, me habló en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo: 2 Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebranté el yugo del rey de Babilonia. 3 Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia, 4 y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová; porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia. 5 Entonces respondió el profeta Jeremías al profeta Hananías, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la casa de Jehová. 6 Y dijo el profeta Jeremías: Amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los transportados, han de ser devueltos de Babilonia a este lugar. 7 Con todo eso, oye ahora esta palabra que yo hablo en tus oídos y en los oídos de todo el pueblo: 8 Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra, aflicción y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos. 9 El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió. Jeremías 28
Jeremías levantó su voz en el nombre de Dios y Hananías también habló en el nombre de Dios. Pero ¿quién hablaba por Dios? ¡No podían ser ambos! Para nosotros hoy, la respuesta es obvia. Para alguno de ese tiempo, podría haber sido más difícil, aun cuando Jeremías presentó un punto fuerte en los versículos 8 y 9: los profetas en el pasado predicaron el mismo mensaje que yo, de juicio y condenación.
“En presencia de los sacerdotes y del pueblo, Jeremías les rogó que se sometiesen al rey de Babilonia por el plazo que el Señor había especificado. Citó a los hombres de Judá las profecías de Oseas, de Habacuc y de Sofonías, y de otros cuyos mensajes de reprensión y amonestación habían sido similares a los propios. Les recordó acontecimientos que habían sucedido en cumplimiento de profecías relativas a la retribución por el pecado del cual no se habían arrepentido. En lo pasado, los juicios de Dios habían caído sobre los impenitentes en cumplimiento exacto de su propósito tal como había sido revelado por intermedio de sus mensajeros” (PR 327, 328).
Así como hoy debemos aprender lecciones de la historia sagrada, Jeremías procuraba conseguir que el pueblo de su época hiciera lo mismo: aprender del pasado, a fin de no cometer los mismos errores que cometieron sus antepasados. Si había sido duro para ellos escucharlo antes, ahora, con el “ministerio” de Hananías para contrarrestarlo, la tarea de Jeremías era mucho más difícil.
Hananías, cuyo nombre significa “Dios tuvo mucha gracia”, parecía presentar un mensaje de perdón y de salvación. ¿Qué lecciones debemos aprender de este falso predicador de gracia?
Jeremías 27: comienza diciendo: 1 En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 2 Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello
En Jeremías 28 sigue la narración de Jeremías 27 y comienza diciendo: 1 Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá… Esto es solo para corroborar el error de escritura del capítulo 27; el verdadero rey es Sedequías, y en Jeremías 27 encontramos que el escriba, se equivocó de nombre de rey, y en vez de poner Sedequías, puso el nombre de Joacím. La expresión bíblica «Aconteció en el mismo año» significa, el mismo año que la profecía fue dada, y ese año fue en el principio del reinado de Sedequías.
Hananías aparece como un profeta de Dios, y también aparece como un profeta adversario de Jeremías, ésta es la primera vez que éste profeta se menciona en la Biblia y después de éste incidente nunca mas se vuelve a mencionar en la Biblia. Aparentemente Hananías es uno de los líderes religiosos que está luchando para que el rey Ezequías forme una alianza con los países vecinos de Israel, y de ésta manera poder luchar en contra del rey Nabucodonosor.
El aparecimiento de Hananías, es bastante impresionante, aparece con un solemne mensaje y aparente mente verdadero ya que Ananías lo presentó como un mensaje proveniente directamente de Dios. El mensaje de Hananías es entregado públicamente, en frente de todos los sacerdotes y de la gente, y es un mensaje contradictorio al mensaje de Jeremías; el mensaje de Hananías era de paz y prosperidad, y el mensaje de Jeremías era de sufrimiento y esclavitud. Hananías aseguraba que la poderosa mano de Nabucodonosor en contra de Judá, sería quebrantada por Dios en cuestión de dos años; mientras que Jeremías decía que el yugo de Nabucodonosor permanecería sobre el pueblo judío 70 años, la diferencia de las profecías era de 68 años.
El mensaje de Hananías era corto y muy dulce de escuchar: «Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebranté el yugo del rey de Babilonia» Si Hananías hubiera parado allí, realmente no había mucho problema en lo que estaba diciendo, ya que en el plan de Dios estaba quebrantar el yugo de Nabucodonosor para el mundo entero. El problema de Hananías estuvo cuando fijo una fecha equivocada, con arrogancia decía: «…dentro de dos años…» por ésta fatal equivocación, logro conseguir un fatal castigo.
El mensaje de Hananías estaba políticamente incorrecto; Jeremías decía que el rey Jeconías moriría en tierra de Babilonia, pero ahora Hananías estaba diciendo que Dios haría que Jeconías regresara a Judá dentro de dos años. El rey Jeconías estaba preso en Babilonia, cuando todo ésta historia estaba ocurriendo, el rey Jeconías era el verdadero heredero del trono, Jeconías tenía la popularidad, y tenía mas aceptación del pueblo, que su tío Sedequías, a quién el rey Nabucodonosor había puesto sobre Judá como un rey «títere». Si regresaba Jeconías, quería decir que el presente rey que era Sedequías tenía que ceder el trono al verdadero rey, por lo tanto para Sedequías el mensaje de Hananías no era el mejor mensaje para escuchar y aceptar, ya que le predecía la pérdida de su trabajo como rey. A pesar que a Sedequías no le convenía escuchar el mensaje de Hananías, decidió creerle a Ananías. Tanto el «profeta» Hananías como el «rey» Sedequías, los dos eran falsos en sus trabajos y en sus títulos, los dos carecían de sabiduría, los dos eran necios, y los dos estaban políticamente incorrectos. Siempre los falsos maestros toman bando con los grandes, con los fuertes, con los poderosos y con los ricos.
6 Y dijo el profeta Jeremías: Amén, así lo haga Jehová. La respuesta de Jeremías no era hipócritas, sino era una respuesta nacida del corazón y muy llenas de esperanza: ¡Ojalá Hananías tuviera razón!; ¡Ojalá Hananías fuera escuchado por Dios!; ¡Ojalá las palabras de Hananías fueran las palabras de verdad! Ese era el deseo de Jeremías, que Judá no fuera destruida, sino salvada.
Jeremías aún estaba dispuesto a ganarse el título de falso profeta, y a quedar mal, y quedar como el profeta equivocado, con tal que la ciudad, el templo y sus habitantes fueran salvados de la gran desgracia que estaba por acontecer. Pero Jeremías estaba consciente que eso era solamente un deseo, su deseo no se le cumpliría ya que Jeremías recuerda que Joel, Amos, Oseas, Miqueas, Sofonías, Nahum y Habacuc ya había profetizado el mismo mensaje que Dios le había entregado a él, y ese mensaje no era un mensaje de paz, sino que era un mensaje de destrucción, de hambre, de pestilencias, y de muerte; además la condición espiritual de Judá no estaba a la altura, para que Dios cambiara de planes de destrucción y de muerte para con Judá.
Jeremías, en presencia de todos los sacerdotes y del pueblo, dijo que el deseo más sincero de su corazón era que Dios trajera los utensilios del templo y a los cautivos de regreso de Babilonia; pero eso sólo sucedería con la condición de que el pueblo se arrepintiera y, abandonando el camino del mal, regresara a la senda de obediencia a la ley de Dios. Jeremías amaba a su pueblo y deseaba ardientemente que la humillación del pueblo evitara la desolación predicha. Sin embargo, sabía que el deseo era vano. Tenía la esperanza de que el castigo de Israel sería tan suave como fuera
posible y por eso urgía honestamente a sus conciudadanos a someterse al rey de Babilonia durante el tiempo que el Señor había especificado…
Jeremías dijo: “El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió” (Jeremías 28:9). Si Israel escogía correr el riesgo, los acontecimientos futuros decidirían cuál de ellos era el falso profeta.
Hananías, que había montado en cólera, tomó el yugo del cuello de Jeremías y lo rompió. “Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: ‘Así ha dicho Jehová: ‘De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones, dentro de dos años”. Y siguió Jeremías su camino” (Jeremías 28:11). Había cumplido con su parte; había advertido al pueblo del peligro que corría; había indicado la única vía para poder recuperar el favor de Dios. Pero aunque su único delito fue referir fielmente el mensaje de Dios al pueblo infiel, sus palabras fueron objeto de burlas y escarnio y los hombres que ocupaban cargos de responsabilidad lo acusaron e intentaron instigar al pueblo para que lo matara (Testimonios para la iglesia, {4TI}, t. 4, pp. 170, 171)
El hombre que rechaza la Palabra del Señor, que trata de imponer su propio camino y voluntad, despedaza al mensajero y al mensaje que Dios envía para revelarle su pecado. Sus propias inclinaciones han ejercido influencia sobre su conducta, y se ha confirmado en el error. La regla divina es: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Pero él no quiere hacer esto. Cual es el pensamiento de un hombre, tal es él. De adentro, del corazón, proceden los malos pensamientos inspirados por Satanás. Comienza a argumentar acerca de tecnicismos y procedimientos. El espíritu de Satanás lo une con el enemigo para presentar una palabra de crítica sobre asuntos poco importantes. La verdad llega a ser cada vez de menos valor para él. Se convierte en acusador de sus hermanos, etc., y cambia de dirigente. El mundo exterior pesa mas para él que el diluvio de luz que Dios ha derramado sobre el mundo en los mensajes que él mismo dio y en los cuales una vez se gozó (Testimonios para los ministros, {TM}, p. 415).
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Miércoles 25 de noviembre // Lección 9______________________
EL YUGO DE HIERRO
La batalla entre los profetas no fue solo de palabras, sino también de actos. Obedeciendo el mandato de Dios, Jeremías puso el yugo de madera alrededor de su cuello; esto era un símbolo evidente del mensaje que llevaba al pueblo.
¿Cuál fue el simbolismo profético del acto de Hananías? Jer. 28:1-11.
1 Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el año cuarto, en el quinto mes, que Hananías hijo de Azur, profeta que era de Gabaón, me habló en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo: 2 Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebranté el yugo del rey de Babilonia. 3 Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia, 4 y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová; porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia. 5 Entonces respondió el profeta Jeremías al profeta Hananías, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la casa de Jehová. 6 Y dijo el profeta Jeremías: Amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los transportados, han de ser devueltos de Babilonia a este lugar. 7 Con todo eso, oye ahora esta palabra que yo hablo en tus oídos y en los oídos de todo el pueblo: 8 Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra, aflicción y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos. 9 El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió. 10 Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías, y lo quebró. 11 Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones, dentro de dos años. Y siguió Jeremías su camino. Jeremías 28
Imagínate, por ejemplo, que después de que Jesús maldijo la higuera (Mar. 11:13, 19-21) alguien que hubiera escuchado lo que Jesús decía y sabía lo que había pasado hubiera plantado una higuera nueva en el mismo lugar, en un intento de refutar la profecía de Jesús. Esto es lo que hizo Hananías con Jeremías y la profecía que su yugo simbolizaba. Era un acto de desafío abierto a lo que había dicho Jeremías.
Nota, también, la reacción de Jeremías. Los textos no registran nada de lo que dijo después de que el yugo fue quebrado. Solo se dio vuelta y se alejó. Si la historia hubiera terminado allí, habría parecido que el profeta se había retirado, derrotado.
Lee Jeremías 28:12 al 14. ¿Qué sucedió luego? ¿Cuál fue el nuevo mensaje de Jeremías?
12 Y después que el profeta Hananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 13 Ve y habla a Hananías, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yugos de madera quebraste, mas en vez de ellos harás yugos de hierro. 14 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yugo de hierro puse sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor rey de Babilonia, y han de servirle; y aun también le he dado las bestias del campo. Jeremías 28
La respuesta de Jeremías no fue un mensaje de venganza: tú me hiciste esto, así que te haré esto otro. En cambio, fue otro mensaje claro del Señor, pero más fuerte aún que el anterior. Alguien podría haber quebrado un yugo de madera, pero ¿quién puede quebrar uno de hierro? En un sentido, lo que Dios les decía era que, por su obstinación y por rehusar obedecer, solo estaban haciendo que las cosas fueran peores. Si pensaste que un yugo de madera era malo, prueba con uno de hierro.
¿Quién no ha aprendido por el camino difícil que a veces la obstinación hace que las cosas sean peores? Cuando tratamos con el Señor, ¿por qué siempre es mejor someternos y rendirnos de inmediato que seguir peleando y hacer que las cosas sean más difíciles?
MIÉRCOLES Y JUEVES
10 Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías, y lo quebró. 11 Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones, dentro de dos años. Y siguió Jeremías su camino. La conducta de el falso profeta Hananías, nos recuerda la conducta del falso profeta Sedequías: 24 Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti? 25 Y Micaías respondió: He aquí tú lo verás en aquel día, cuando te irás metiendo de aposento en aposento para esconderte.1 Reyes 22
La conducta de Hananías fue violenta y ésta conducta ha sido el caso de muchas controversias en el mundo cristiano. Jeremías dice la Biblia, no se resistió, no se vengó, sino que callado, quieto y pacientemente «… siguió Jeremías su camino…»
Jeremías sabía que si contestaba a Hananías, estaba la posibilidad que contestara mal, sabía que no era prudente contender con un hombre que tenía la sangre hirviendo y también sabía que Dios pronto le hablaría y le daría el mensaje correcto para Hananías, Jeremías dejó todo a Dios, para que él vindicara su honor, y así lo hizo Dios prontamente. Muchas veces es nuestra obligación y también nuestra mas sabia decisión el huir de la violencia, enfrentar las agravios con paciencia, y es mejor apartarse en vez de oponerse.
12 Y después que el profeta Hananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 13 Ve y habla a Hananías, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yugos de madera quebraste, mas en vez de ellos harás yugos de hierro. 14 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yugo de hierro puse sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor rey de Babilonia, y han de servirle; y aun también le he dado las bestias del campo. 15 Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. 16 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová. 17 Y en el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo.
Hananías fue sentenciado a muerte, y la sentencia fue a través de Jeremías, quien no dudó ni por un segundo en comunicárselo, después que Dios se lo encomendó. Todo atentado que haga el hombre por cambiar las ordenes o la voluntad de Dios, lo único que conseguirá será el castigo de Dios y engrandecer su miseria personal aquí en la tierra.
La profecía de muerte en contra de Hananías fue dada en el quinto mes: «Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el año cuarto, en el quinto mes…« y la muerte de Hananías tomó lugar el mes séptimo: 17 Y en el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo.»
¿Que podemos hacer cuando creemos que un ministro está actuando mal? Varias cosas, entre ellas, podemos orar por él, y podemos hablar con él. Podemos acercarnos a ellos y ex-ponerles esos asuntos o problemas que nosotros creemos que se pueden hacer mejor, o que necesitan ser arreglados; y hasta allí no más, es allí donde precisamente tenemos que parar y no pasar de allí. ¿Por qué? por varias razones (sin orden de importancia):
Aquel falso profeta había alimentado la falta de fe del pueblo hacia Jeremías y su mensaje. Con maldad, había declarado que él era el mensajero del Señor y sufrió la muerte como consecuencia de aquel temible delito. El quinto mes Jeremías profetizó la muerte de Hananías y en el séptimo su muerte probó las palabras de profeta verdadero.
Dios había dicho que su pueblo se salvaría, que el yugo que pondría sobre su cuello sería ligero, si se sometía sin quejas a su plan. Su servidumbre estaba representada por el yugo de madera, que era fácil de llevar; pero la resistencia se encontraría con la severidad que le corresponde, representada por el yugo de hierro. Dios había decidido que el Rey de Babilonia no pudiera causar ninguna muerte ni tampoco pudiera oprimir en demasía al pueblo. Pero al hacer escarnio de su advertencia y sus mandamientos, los israelitas trajeron sobre sí todo el rigor de la esclavitud. El pueblo prefirió recibir el mensaje del falso profeta que predijo prosperidad porque era más agradable. Que constantemente les recordaran sus pecados hería el orgullo de los israelitas; habrían preferido mantenerlos escondidos. Se encontraban en unas tinieblas morales tales que no se daban cuenta de la enormidad de su culpa ni apreciaban los mensajes de reprobación y advertencia que les enviaba Dios. Si se hubieran dado cuenta de su desobediencia habrían agradecido la justicia del Señor y habrían reconocido la autoridad de su profeta. Dios los invitaba a arrepentirse y de ese modo podría librarlos de la humillación de que el pueblo escogido por Dios se viera sometido a ser vasallo de una nación idólatra. Sin embargo, se burlaron de su consejo y siguieron a los falsos profetas (Testimonios para la iglesia, {4TI}, t. 4, pp. 171, 172).
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Lección 9 // Jueves 26 de noviembre________________________
CONFIAR EN MENTIRAS
“Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo” (Jer. 28:15).
La respuesta acerca de quién estaba en lo correcto, si Jeremías o Hananías, vino muy pronto. Jeremías 28:16 y 17 cuenta la suerte del falso profeta, que fue exactamente la que el verdadero profeta había dicho que sería.
Aunque Hananías murió, había hecho un gran daño a la nación. Sus obras, en un sentido, lo siguieron. Hizo que el pueblo confiara en mentiras. El hebreo es hifil, una forma causativa del verbo “confiar”. Él hizo que ellos confiaran en una mentira, no en el sentido de forzarlos físicamente, sino por medio de engaño. Aun cuando Dios no lo había enviado, él aseguró que hablaba en nombre de Dios, y eso en Judá tenía gran peso. Además, el mensaje de Hananías de “gracia”, “liberación” y “redención” ciertamente era algo que la gente quería escuchar, considerando la gran amenaza planteada por Babilonia para la nación. Sin embargo, era un falso “evangelio”, un falso mensaje de salvación que Dios no había dado. Así que, en un momento cuando el pueblo necesitaba oír las palabras de Jeremías y el mensaje de redención que él traía, ellos escucharon en cambio las palabras de Hananías, y esto hizo que sus males solo fueran mayores.
¿Qué tienen en común Jeremías 28:15 y los siguientes textos?
15 Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo.
2 Timoteo 4:3, 4
3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
2 Tesalonicenses 2:10-12
10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Las cosas hoy no son diferentes: estamos en medio de una gran controversia, una batalla por los corazones y las mentes de los miles de millones de habitantes del mundo. Satanás está trabajando con diligencia para que, tantos como sea posible, “confíen en una mentira”; y esa mentira puede venir en muchas formas y de diferentes maneras, pero siempre será una mentira. Después de todo, por cuanto Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6), las mentiras de Satanás pueden ser acerca de cualquier cosa (y todas las cosas), mientras no contengan la verdad como es en Jesús.
¿Por qué algunas de las mentiras son tan difundidas hoy en tu cultura? ¿Por qué el aferrarse a Jesús, y a su Palabra, es nuestra única protección contra ellas?
Entre los falsos maestros que había en Babilonia se contaban dos hombres que aseveraban ser santos, pero cuyas vidas eran corrompidas. Jeremías había condenado la mala conducta de esos hombres, y les había advertido su peligro. Airados por la reprensión, procuraron oponerse a la obra del profeta verdadero incitando al pueblo a no creer sus palabras y a obrar contrariamente al consejo de Dios en lo que respectaba a someterse al rey de Babilonia. El Señor atestiguó por medio de Jeremías que esos falsos profetas serían entregados en manos de Nabucodonosor delante de quien serían muertos. Poco después, esta predicción se cumplió literalmente.
Hasta el fin del tiempo, se levantarán hombres que querrán crear confusión y rebelión entre los que aseveran ser representantes del Dios verdadero. Los que profetizan mentiras alentarán a los hombres a considerar el pecado como cosa liviana. Cuando queden manifiestos los terribles resultados de sus malas acciones, procurarán, si pueden, responsabilizar de sus dificultades al que los amonestó fielmente, así como los judíos culparon de su mala suerte a Jeremías. Pero tan seguramente como en la antigüedad quedaron justificadas las palabras de Jehová por medio de su profeta, se demostrará hoy la certidumbre de sus mensajes (Profetas y reyes, {PR}, pp. 325,326).
Antes de la primera venida de Cristo, y en ocasión de ese acontecimiento, los maestros religiosos elucubraron ideas extrañas tan íntimamente mezcladas con porciones de verdad, que llegaron a tener un tremendo poder para engañar, y apartaron a las almas de Dios, aunque seguían conservando el aspecto de verdaderos adoradores del Señor. Encontramos un situación similar en el seno de la sociedad de estos últimos días. Los que se apartan de la fe mezclan con su creencia diversas opiniones humanas. La Biblia es objeto de crítica. ¿Difieren tanto los pastores en su interpretación porque las Escrituras son inconsecuentes o contradictorias? No, el problema consiste en que los hombres están haciendo hoy lo que hicieron en el tiempo de Cristo, y están enseñando los mandamientos de los hombres como si fueran doctrinas. Los maestros religiosos se encuentran en la misma condición de los fariseos de quienes Jesús dijo: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22:29). Se presumía que los mismos hombres a quienes se dirigieron estas palabras debían enseñar las Escrituras al pueblo e interpretarlas.
¿Son vagas e inconsecuentes las Escrituras? ¿Hay base para las opiniones divergentes y las diversas interpretaciones y doctrinas que hallan eco en el mundo religioso? Si así fuera, podríamos albergar dudas acerca de su origen divino, porque no es la inspiración de Dios la que conduce a la gente a albergar diversas opiniones. Los que intentan interpretar la Biblia, corrompen la Palabra de Dios y tuercen el verdadero significado de la Escritura al tratar de que armonice la verdad de Dios con las invenciones y doctrinas de los hombres. Las Escrituras resultan pervertidas y son mal aplicadas, y las gemas de verdad aparecen en el marco del error. Estos maestros están ciegos y no pueden distinguir claramente cuál es el verdadero significado de las Escrituras…
Jesús, que dio su vida para salvar a los hombres, nos ha proporcionado advertencias acerca de lo que había de ocurrir en los últimos días. Los discípulos acudieron a él en privado para interrogarlo acerca del fin del mundo y Jesús les dijo: “Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (Mateo 24:4, 5) (Cada día con Dios, {CDCD}, p. 164).
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Viernes 27 de noviembre // Lección 9_______________________
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Como hemos visto, la gente quiere oír buenas noticias, no malas. Ellos querían creer en el mensaje de Hananías, no en el de Jeremías. Hoy también sucede lo mismo. Muchos todavía insisten, por ejemplo, en que nuestro mundo mejorará con el tiempo. No obstante, un ateo como Terry Eagleton ve cuán ridícula es esa idea: “Si alguna vez hubo un mito piadoso y una superstición crédula, es la creencia liberal-racionalista de que, aparte de algunos saltitos, estamos firmemente en una ruta a un mundo mejor. Este frágil triunfalismo es un resabio de la época heroica del liberalismo, cuando la estrella de la clase media estaba en ascenso. Hoy se encuentra cara a cara con el cinismo, el escepticismo o el nihilismo, en los que mucho de ese honroso linaje se ha degenerado”.−Reason, Faith and Revolution: Reflections on the God Debate, p. 70, ed. Kindle. Aunque algunos aspectos de la vida han mejorado, nuestro mundo, por sí mismo, nos ofrece poca esperanza, poco consuelo, especialmente a la larga. Si hemos de tener alguna esperanza real, ha de ser en algo divino, no terrenal; en algo sobrenatural, no natural. Y, por supuesto, en eso consiste el evangelio: la intervención divina y sobrenatural de Dios en nuestro mundo y nuestra vida. Sin eso, ¿qué otra cosa tenemos fuera de algún Hananías y sus mentiras?
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Piensa en el futuro de nuestra Tierra como un todo, aun desde un punto de vista puramente humano. ¿Aparece como esperanzado y lleno de promesas o parece temeroso, peligroso y lleno de incertidumbre? ¿Qué razones puedes dar para tu respuesta?
- El mensaje de Jeremías, como vimos en el contexto de las mentiras de Hananías, era mirar al pasado, observar la historia y aprender de ella. Elena de White escribió algo similar: “No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada” (NB 216). ¿Qué quiere decir con eso? ¿Qué ha sucedido en nuestro pasado, y cuáles fueron las enseñanzas de Dios que pueden ayudarnos a estar preparados para lo que sin duda ocurrirá en el futuro?
- Hananías dio un falso mensaje de gracia. ¿Cuáles son algunos de los falsos mensajes de gracia, hoy, contra los que debemos prevenirnos? Por supuesto, la gracia es nuestra única esperanza, pero ¿de qué maneras puede presentarse la gracia como una mentira?
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11/21/2015 en 6:30 PM
MUCHAS GRACIAS QUE NUESTRO SEÑOR LOS CONTINUÉ BENDICIENDO
11/22/2015 en 3:05 AM
Dios bendiga la obra que hacen, muchos nos beneficiamos de ella, personalmente la comparto con mis allegados