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Los pensamientos pertenecientes a la GUÍA DE ESTUDIO DE LA BIBLIA – EDICIÓN PARA MAESTROS de la Escuela Sabática no representan la postura oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día local, regional ni mundial. Más bien, es el trabajo, esfuerzo y pensamiento de un hermano laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyo principal objetivo es proveer información adicional para quien estudia la lección de Escuela Sabática. Provee una ayuda extra para el maestro, a fin de entenderla mejor, y explicar de una manera más clara y nutrida la lección de Escuela Sabática. Tratamos de no presentar temas controversiales, ni polémicos y evitamos las ideas que promueven el fanatismo y el extremismo en nuestra iglesia. Si nuestro comentario no es de ayuda o de agrado para usted, se le pide que, por favor, lo descarte. Cualquier comentario, pregunta o sugerencia, por favor escriba a elhermanotony@gmail.com
Letra Negra: Lección de Escuela Sabática
Letra Ocre: Lección de Escuela Sabática
Letra Roja: La Biblia
Letra Café: Nuestro comentario
Letra Azul: Espíritu de profecía
Lección 11: Para el 9 de septiembre de 2017
LIBERTAD EN CRISTO
Sábado 2 de septiembre_____________________________________________
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Gálatas 5:1-15; 1 Corintios 6:20; Romanos 8:1; Hebreos 2:14, 15; Romanos 8:4; 13:8.
PARA MEMORIZAR:
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gál. 5:13).
EN GÁLATAS 2:4, Pablo se refirió brevemente a la importancia de proteger la “libertad” que tenemos en Cristo Jesús. Pero ¿qué quiere decir Pablo cuando habla de “libertad”, lo cual hace tan a menudo? ¿Qué incluye esta libertad? ¿Cuán lejos llega esta libertad? ¿Tiene límites? Y, ¿qué conexión tiene la libertad en Cristo con la Ley?
Pablo aborda estas preguntas al advertir a los gálatas acerca de dos peligros. Primero, el legalismo. Los oponentes de Pablo en Galacia estaban tan enfocados en intentar obtener el favor de Dios por medio de su comportamiento que perdieron de vista la naturaleza liberadora de la obra de Cristo, de la salvación que ya tenían en Cristo por la fe. El segundo peligro es la tendencia a abusar de la libertad que Cristo obtuvo por nosotros, cayendo en el libertinaje. Quienes sostienen esta visión suponen erróneamente que la libertad es incompatible con la Ley.
Tanto el legalismo como el libertinaje se oponen a la libertad, porque ambos mantienen a sus adherentes en una forma de esclavitud. Sin embargo, la apelación de Pablo a los gálatas es que permanezcan firmes en la verdadera libertad que es su posesión merecida en Cristo.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Entre sus oyentes, muchos eran atraídos a él con fe, y a éstos les dijo: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará”.
Estas palabras ofendieron a los fariseos. Pasando por alto la larga sujeción de la nación a un yugo extranjero, exclamaron coléricamente: “Simiente de Abraham somos, y jamás servimos a nadie: ¿cómo dices tú: Seréis libres?” Jesús miró a esos hombres esclavos de la malicia, cuyos pensamientos se concentraban en la venganza, y contestó con tristeza: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado”. Ellos estaban en la peor clase de servidumbre: regidos por el espíritu del maligno.
Todo aquel que rehúsa entregarse a Dios está bajo el dominio de otro poder. No es su propio dueño. Puede hablar de libertad, pero está en la más abyecta esclavitud. No le es dado ver la belleza de la verdad, porque su mente está bajo el dominio de Satanás. Mientras se lisonjea de estar siguiendo los dictados de su propio juicio, obedece la voluntad del príncipe de las tinieblas. Cristo vino a romper las cadenas de la esclavitud del pecado para el alma. “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús —se nos dice— me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2) (El Deseado de todas las gentes, p. 431).
Hallaránse algunos con las mentes envilecidas por tanto tiempo que nunca llegarán a ser en esta vida lo que hubieran podido ser si hubiesen vivido en mejores circunstancias. Pero los brillantes rayos del Sol de justicia pueden alumbrar sus almas. Tienen el privilegio de poseer la vida que puede medirse con la vida de Dios. Sembrad en sus mentes pensamientos que eleven y ennoblezcan. Hacedles ver por vuestra vida la diferencia entre el vicio y la pureza, entre las tinieblas y la luz, y por vuestro ejemplo lo que significa ser cristiano. Cristo puede levantar a los más pecadores, y ponerlos donde se les reconozca por hijos de Dios y coherederos con Cristo de la herencia inmortal.
Por el milagro de la gracia divina, muchos pueden prepararse para una vida provechosa. Despreciados y desamparados, cayeron en el mayor desaliento y pueden parecer estoicos e impasibles. Pero bajo la influencia del Espíritu Santo, se desvanecerá la estupidez que hace parecer imposible su levantamiento. La mente lerda y nublada despertará. El esclavo del pecado será libertado. El vicio desaparecerá, y la ignorancia quedará vencida. La fe que obra con amor purificará el corazón e iluminará la mente (Ministerio de curación, p. 126).
Por el servicio del yo, las multitudes están atadas al servicio de Satanás. Son esclavos de sus propios impulsos y pasiones, que se hallan bajo el control del maligno. Al llamarlos a su servicio, Dios les ofrece libertad. La obediencia a Dios es libertad de la servidumbre del pecado, liberación de la pasión y del impulso humanos (Testimonios para los ministros, p. 247).
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Lección 11 // Domingo 3 de septiembre__________________________________
CRISTO NOS HA LIBERADO
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gál. 5:1).
Al igual que el grito de mando de un líder militar a sus tropas vacilantes, Pablo llama a los gálatas a no rendirse con respecto a su libertad en Cristo. La fuerza y la intensidad del tono de Pablo hacen que sus palabras prácticamente salten de la página a la acción. De hecho, esta parece ser justamente la intención de Pablo. Aunque este versículo está conectado temáticamente con lo que precede y lo que sigue, su aparición abrupta y la falta de conexiones sintácticas en griego sugieren que Pablo deseaba que este versículo se destacara como una enorme gigantografía. La libertad en Cristo resume todo el argumento de Pablo, y los gálatas estaban en peligro de entregarla.
Lee Gálatas 1:3 y 4; 2:16; y 3:13. ¿Cuáles son algunas de las metáforas utilizadas en estos versículos, y cómo nos ayudan a entender lo que Cristo ha hecho por nosotros?
Gálatas 1:3-4
3 Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, 4 el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,
Gálatas 2:16
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Gálatas 3:13
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero,
Las palabras de Pablo, “la libertad con que Cristo nos hizo libres” (Gál. 5:1), pueden sugerir que tiene otra metáfora en mente aquí. La construcción de esta frase es similar a la fórmula utilizada en la liberación sagrada (manumisión) de un esclavo. Dado que los esclavos no tenían derechos legales, se suponía que una divinidad podía comprar su libertad y, a cambio, el esclavo, aunque era realmente libre, pertenecería legalmente a esa divinidad. Por supuesto, en la práctica, el proceso era ficción; era el esclavo el que depositaba el dinero por su libertad en la tesorería del templo. Considera, por ejemplo, la fórmula utilizada en una de las casi mil inscripciones encontradas en el templo de Apolo Pitio en Delfos, que datan de 201 a.C. a 100 d.C.: “Por libertad, Apolo el Pitio compró de Sosibo de Ámfisa una mujer esclava cuyo nombre es Nicaea […]. Sin embargo, el pago lo ha hecho Nicaea a Apolo por su libertad”.–Ben Witherington III, Grace in Galatia, p. 340.
Esta fórmula comparte una similitud básica con la terminología de Pablo, pero hay una diferencia fundamental. En la metáfora de Pablo, no hay ficción alguna. Nosotros no pagamos el precio de nuestra libertad (1 Cor. 6:20; 7:23). El precio era demasiado alto para nosotros. Éramos impotentes e incapaces de salvarnos a nosotros mismos, pero Jesús apareció e hizo por nosotros lo que no podíamos hacer por nuestra cuenta (al menos sin perder la vida). Él pagó la penalidad por nuestros pecados, liberándonos así de la condenación.
Examina tu propia vida. ¿Pensaste alguna vez que podrías salvarte tú mismo? ¿Qué debería decirte tu respuesta acerca de cuán agradecido debes estar por lo que se nos ha dado en Jesús?
COMENTARIO DE LA LECCIÓN
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Jesús murió para salvar a su pueblo de sus pecados, y la redención en Cristo significa cesar de transgredir la ley de Dios y liberarse de todo pecado; ningún corazón que está agitado de enemistad contra la ley de Dios está en armonía con Cristo, quien sufrió en el Calvario para vindicar y exaltar la ley delante del universo.
Los que hacen osadas pretensiones de santidad demuestran, por esto mismo, que no se ven a la luz de la ley; no están espiritualmente esclarecidos, y no aborrecen todo género de egoísmo y orgullo. De sus labios contaminados por el pecado fluyen las contradictorias declaraciones: “Soy santo, soy impecable. Jesús me enseña que si guardo la ley estoy destituido de la gracia. La ley es un yugo de esclavitud”. El Señor dice: “Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas de la ciudad”. Deberíamos estudiar cuidadosamente la Palabra de Dios a fin de que podamos tomar decisiones correctas, y actuar consecuentemente; porque entonces obedeceremos la Palabra y estaremos en armonía con la santa ley de Dios (Fe y obras, p. 98).
¡Con qué fervor Cristo realizó la obra de nuestra salvación! ¡Qué devoción reveló su vida mientras procuraba dar estimación al hombre caído mediante la imputación de los méritos de su propia inmaculada justicia a cada pecador arrepentido y creyente! ¡Cuán incansablemente trabajó! En el templo y en la sinagoga, en las calles de las ciudades, en los mercados, en el taller, a la orilla del mar, entre las colinas, él predicó el evangelio y sanó a los enfermos. Dio todo de sí, a fin de poder obrar el plan de la gracia redentora (La maravillosa gracia de Dios, p. 174).
Cristo no estaba bajo obligación para realizar este gran sacrificio. Se prestó voluntariamente para sufrir el castigo del transgresor de su ley. Su amor era su única obligación, y sin una queja soportó cada tormento y recibió con regocijo cada ultraje, los cuales eran parte del plan de salvación (Ser semejante a Jesús, p. 332).
Dios nos ha honrado mostrándonos cuánto nos valora. Fuimos comprados por la sangre preciosa del Hijo de Dios. Cuando su heredad siga conscientemente la palabra del Señor, su bendición descansará sobre ella como respuesta a sus oraciones. “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo” (Joel 2:12, 13)…
¡La oración secreta! ¡Cuán preciosa es! ¡El alma en comunión con Dios!… Con calma, pero con fervor, buscará a Dios… Quien con fe sencilla mantiene comunión con Dios atraerá sobre sí mismo los rayos de luz divina que lo fortalecerán y lo sostendrán en el conflicto con Satanás (That I May Know Him, p. 272; parcialmente en A fin de conocerle, p. 271).
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Lunes 4 de septiembre // Lección 11____________________________________
LA NATURALEZA DE LA LIBERTAD CRISTIANA
El mandato de Pablo de permanecer firme en libertad no aparece aisladamente. Una declaración importante la precede: “Cristo nos hizo libres”. ¿Por qué los cristianos deberían permanecer firmes en su libertad? Porque Cristo ya los ha hecho libres. En otras palabras, nuestra libertad es el resultado de lo que Cristo ya ha hecho por nosotros.
Esta construcción de una declaración de un hecho seguida por una exhortación es típica en las cartas de Pablo (1 Cor. 6:20; 10:13, 14; Col. 2:6). Por ejemplo, Pablo hace varias declaraciones indicativas en Romanos 6 sobre las características de nuestra condición en Cristo, tales como: “Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él” (Rom. 6:6). Sobre la base de esta verdad, Pablo puede luego emitir una exhortación imperativa: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal” (Rom. 6:12). Esta es la manera de Pablo de decir, en esencia: “Conviértanse en lo que ya son en Cristo”. La vida ética del evangelio no presenta la carga de intentar hacer cosas para probar que somos hijos de Dios. Más bien, hacemos lo que hacemos porque ya somos sus hijos.
¿De qué nos ha librado Cristo? Romanos 6:14, 18; 8:1; Gálatas 4:3, 8; 5:1; Hebreos 2:14, 15.
Romanos 6:14, 18
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
Romanos 8:1
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Gálatas 4:3, 8
3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.
8 Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses;
Gálatas 5:1
1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Hebreos 2:14-15
14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
El uso de la palabra “libertad” para describir la vida cristiana es más prominente en las cartas de Pablo que en cualquier otra parte del Nuevo Testamento. La palabra “libertad” y similares aparecen 28 veces en las cartas de Pablo, en contraste con solamente 13 veces en el resto del Nuevo Testamento.
¿Qué quiere decir Pablo con “libertad”? Primero, no es meramente un concepto abstracto. No se refiere a la libertad política ni económica, ni a la libertad de vivir de cualquier manera que se nos plazca. Al contrario, es una libertad que está cimentada en nuestra relación con Jesucristo. El contexto sugiere que Pablo se está refiriendo a la libertad de la esclavitud y la condenación de un cristianismo centrado en la Ley, pero nuestra libertad incluye mucho más que eso. Incluye libertad del pecado, de la muerte eterna y del diablo.
“Fuera de Jesucristo, la existencia humana se caracteriza por la esclavitud: esclavitud a la Ley, esclavitud a los poderes malvados que dominan el mundo, esclavitud al pecado, a la carne y al diablo. Dios envió a su Hijo al mundo para romper con el dominio de esos esclavizadores”.–Timothy George, Galatians, p. 354.
¿Qué cosas en tu vida sientes que te esclavizan? Memoriza Gálatas 5:1 y pídele a Dios que haga de la libertad que tienes en Cristo una realidad en tu vida.
COMENTARIO DE LA LECCIÓN
El comentario de este día, se encuentra junto con el comentario del día de ayer, domingo.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Todos los que eligen el reino de amor, justicia y paz de Cristo, y consideran sus intereses superiores a todo lo demás, están vinculados con el mundo celestial y poseen toda bendición necesaria para esta vida. En el libro de la providencia divina o volumen de la vida, se nos da a cada uno una página. Esa página contiene todo detalle de nuestra historia. Aun los cabellos de nuestra cabeza están contados. Dios no se olvida jamás de sus hijos.
“No os congojéis por el día de mañana”. Hemos de seguir a Cristo día tras día. Dios no nos concede ayuda para mañana. A fin de que no se confundan, él no da a sus hijos todas las indicaciones para el viaje de su vida de una vez. Les explica tan solo lo que pueden recordar y cumplir. La fuerza y sabiduría impartidas son para la emergencia actual. “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría —para hoy— demándela a Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada” (Santiago 1:5) (El Deseado de todas las gentes, p. 280).
Dios pide a los hombres que se opongan a los poderes del mal. Él dice: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad; antes presentaos a Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros a Dios por instrumentos de justicia” (Romanos 6:12, 13)…
En este conflicto de la justicia contra la injusticia, podemos tener éxito únicamente mediante la ayuda divina. Nuestra voluntad finita debe someterse a la voluntad del Infinito; la voluntad humana debe unirse a la voluntad divina. Esto nos proporcionará la ayuda del Espíritu Santo, y cada conquista ayudará a recuperar la posesión adquirida por Dios, a restaurar su imagen en el alma (Nuestra elevada vocación, p. 155).
La muerte entró en el mundo a causa de la transgresión. Pero Cristo dio su vida para que el hombre tuviera otra oportunidad. El no murió en la cruz para abolir la ley de Dios, sino para asegurarle al hombre un segundo tiempo de gracia. No murió para que el pecado llegara a ser un atributo inmortal; murió para asegurar el derecho a destruir a aquel que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo. Sufrió plenamente la sanción que merecía el quebrantamiento de la ley por parte del mundo entero. Esto lo hizo, no para que los hombres continuaran en la transgresión, sino para que reanudaran su lealtad y guardaran los mandamientos de Dios y su ley como la niña de su ojo (Testimonios para los ministros, p. 134).
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Lección 11 // Martes 5 de septiembre___________________________________
LAS CONSECUENCIAS PELIGROSAS DEL LEGALISMO
La manera en que Pablo introduce Gálatas 5:2 al 12 indica la importancia de lo que está por decir. “Escuchen bien” (NVI), “¡Presten atención!” (NTV), “Miren que yo, Pablo, les digo” (RVC). Pablo no está jugando ni bromeando. Con las palabras enfáticas que utiliza, Pablo no solamente está pidiendo la atención completa de sus lectores, sino también invoca su autoridad apostólica. Desea que entiendan que, si los gentiles han de someterse a la circuncisión para ser salvos, entonces los gálatas deben percatarse de las consecuencias peligrosas que implica su decisión.
Lee Gálatas 5:2 al 12. ¿De qué advierte Pablo con respecto a la cuestión de la circuncisión?
Gálatas 5:2-12
2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. 4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. 7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? 8 Esta persuasión no procede de aquel que os llama. 9 Un poco de levadura leuda toda la masa. 10 Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. 11 Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. 12 ¡¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!
Las primeras consecuencias de intentar obtener el favor de Dios al someterse a la circuncisión es que obliga a la persona a guardar toda la Ley. El lenguaje de Pablo en los versículos 2 y 3 incluye un interesante juego de palabras. Cristo, dice él, de nada les aprovechará (ofelesei); antes bien, estarán obligados (ofeiletes) a guardar la Ley. Si una persona desea vivir según la Ley, no puede simplemente seleccionar y elegir los preceptos que desea seguir. Es todo o nada.
Segundo, serán “cortados” (desligados) de Cristo. La decisión de ser justificados por obras implica al mismo tiempo un rechazo a la justificación en Cristo que provee Dios. “No puede ser de las dos maneras. Es imposible recibir a Cristo, reconociendo así que no puedes salvarte a ti mismo, y luego recibir la circuncisión, afirmando que sí puedes”.–John R. W. Stott, The Message of Galatians, p. 133.
La tercera objeción de Pablo a la circuncisión es que detiene el crecimiento espiritual. Su analogía es la de un corredor cuyo camino hacia la meta ha sido deliberadamente obstaculizado. De hecho, la palabra traducida como “estorbar” (vers. 7) se usaba en los círculos militares para referirse a “romper un camino o destruir un puente, o poner un obstáculo en el camino del enemigo para detener su avance” (CBA 6:977).
Por último, la circuncisión quita el tropiezo de la Cruz. ¿De qué manera? El mensaje de la circuncisión implica que puedes salvarte a ti mismo; por lo tanto, es halagador para el orgullo humano. Sin embargo, el mensaje de la Cruz es tropezadero para el orgullo humano, porque debemos reconocer que dependemos completamente de Cristo.
Pablo está tan enojado con esta gente, por su insistencia en la circuncisión, ¡que le dice que desearía que el cuchillo se les resbale y que se castren (mutilen) a sí mismos! Palabras fuertes; pero el tono de Pablo simplemente refleja con cuánta seriedad consideraba este asunto.
COMENTARIO DE LA LECCIÓN
13Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. (1 Corintios 13: 13)
De las tres grandes virtudes que nos acompañan en nuestro camino hacia el cielo, dos de ellas desaparecen a la entrada del cielo.
El amor es más grande que la fe y la esperanza, por varias razones:
1-El amor es mas grande, por que es mas duradero, el amor continua por la eternidad, mientras que la fe y la esperanza nos abandonan justamente a la entrada del cielo.
La fe termina justamente cuando veamos el rostro de Dios, por que viendo lo que tanto creímos, la fe no se necesita mas; viendo lo que tanto hemos esperado, la esperanza tampoco se necesita más.
2-La fe y la esperanza fueron diseñadas después de la caída del hombre, y el trabajo de ellas dos era y es, levantar al hombre de su estado caído. El amor estaba con el hombre desde su primera respiración, el amor es un atributo eterno de un Dios eterno, transmitido al hombre desde el día de su creación.
3-La fe y la esperanza son instrumentos de salvación, pero el amor es el que activa tanto a la fe como a la esperanza.
4-El amor es la raíz de la fe y de la esperanza: Creemos en lo que amamos; también esperamos lo que tanto amamos y deseamos.
5-La fe y la esperanza tiene el interés de salvarnos, el amor no tiene ningún interés, es noble y generoso, el amor nos transporta mas allá de nuestros propios límites.
6-La fe y la esperanza son humanas, el amor es divino, existe, siempre ha existido y siempre existirá, el amor es Dios mismo, el amor se encuentra en lo más alto de la gloria de Dios.
A pesar de la grandeza del amor, sin fe no podemos ser salvo, tampoco sin esperanzas. Estos tres la fe, la esperanza y el amor, son indispensables en nuestro caminar a la patria celestial. Con la ausencia de uno de ellos en nuestras vidas, ponemos en entredicho la salvación.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
El formalismo… parecerán a muchos como que constituyen el poder mismo de Dios, pero cuando se los acepta se convierten en obstáculos que impiden que llegue al mundo la luz de Dios, dada en forma de amonestaciones, reproches y consejos.
[Satanás] está trabajando con todo su poder engañador, para alejar a los hombres del mensaje del tercer ángel, que ha de proclamarse con gran poder. Si Satanás ve que el Señor está bendiciendo a su pueblo y preparándolo para que discierna sus engaños, trabajará con su poder maestro para introducir fanatismo por un lado y frío formalismo por el otro, a fin de asegurarse una cosecha de almas…
A un lado y a otro existen peligros contra los cuales hay que precaverse. Habrá personas sin experiencia, recién llegadas a la fe, que necesitarán ser fortalecidas y recibir un ejemplo correcto. Algunos no utilizarán debidamente la doctrina de la justificación por la fe, sino que la presentarán en forma unilateral…
La fe genuina siempre obra impulsada por el amor… El que es seguidor de Cristo no puede actuar con falta de honradez en los negocios; no puede ser insensible ni carecer de simpatía. No puede hablar con aspereza. No puede estar lleno de ostentación y amor propio. No puede ser dominante ni emplear palabras ásperas, y censurar y condenar (Mensajes selectos, t. 2, p. 21).
La justicia propia no es verdadera justicia, y los que se adhieran a ella tendrán que sufrir las consecuencias de haberse atenido a un fatal engaño. Muchos pretenden hoy día obedecer los mandamientos de Dios, pero no tienen en sus corazones el amor de Dios que fluye hacia otros. Cristo los llama a unirse con él en su obra por la salvación del mundo, pero ellos se contentan diciendo: “Yo, señor, voy”. Pero no van. No cooperan con los que están realizando el servicio de Dios. Son perezosos. Como el hijo infiel, hacen a Dios promesas falsas. Al encargarse del solemne pacto de la iglesia se han comprometido a recibir y obedecer la Palabra de Dios, a entregarse al servicio de Dios; pero no lo hacen. Profesan ser hijos de Dios, pero en su vida y carácter niegan su relación con él. No se rinden a la voluntad de Dios. Están viviendo una mentira (Palabras de vida del gran Maestro, p. 221).
Cuando algunas personas pretenden estar santificadas, con eso dan suficiente evidencia de que están muy lejos de la santidad. Dejan de ver sus propias debilidades y su indigencia. Consideran que ellos reflejan la imagen de Cristo, porque no tienen un verdadero conocimiento de él. Cuanto mayor es la distancia entre ellos y su Salvador, tanto más justos aparecen a sus propios ojos.
Cuando meditamos con arrepentimiento y humilde conciencia en Jesús, a quien traspasaron nuestros pecados y a quien agobiaron nuestros dolores, podemos aprender a andar en sus pasos. Contemplándolo nos transformamos a su divina imagen. Y cuando esta obra se realice en nosotros, no pretenderemos que en nosotros mismos haya justicia, sino que exaltaremos a Cristo Jesús, mientras permitimos que nuestra alma indefensa dependa de sus méritos (La edificación del carácter, p. 6).
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Miércoles 6 de septiembre // Lección 11_________________________________
LIBERTAD, NO LIBERTINAJE
Gálatas 5:13 marca un punto de inflexión importante en el libro de Gálatas. Mientras que hasta este punto Pablo se ha enfocado enteramente en el contenido teológico de su mensaje, ahora se concentra en la temática del comportamiento cristiano. ¿Cómo debería vivir una persona que no es salva por las obras de la Ley?
¿De qué posible mal uso de la libertad quería resguardar Pablo a los gálatas? Gálatas 5:13.
Gálatas 5:13
13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
Pablo era consciente de los posibles malentendidos que acompañaban su énfasis en la gracia y la libertad que los creyentes tienen en Cristo (Rom. 3:8; 6:1, 2). No obstante, el problema no era el evangelio de Pablo sino la tendencia humana a la autocomplacencia. Las páginas de la historia están plagadas de historias de personas, ciudades y naciones cuya corrupción y descenso al caos moral se debieron directamente a su falta de dominio propio. ¿Quién no ha sentido esta tendencia en su propia vida, también? Por eso Pablo llama con tanta claridad a los seguidores de Jesús a evitar complacer los deseos de la carne. De hecho, Pablo desea que hagan lo contrario, que es servirse “por amor los unos a los otros”. Tal y como lo sabe cualquier persona que sirve a otros por amor, esto es algo que solamente puede lograrse por la muerte al yo, la muerte a la carne. Aquellos que sirven a los deseos de su propia carne no son los que tienden a servir a otros. Al contrario.
Por ende, nuestra libertad en Cristo no es meramente una libertad de la esclavitud al pecado, sino un llamado a un nuevo tipo de servicio: la responsabilidad de servir a otros por amor. Es “la oportunidad de amar al prójimo sin impedimentos, la posibilidad de crear comunidades humanas basadas en la entrega mutua en vez de la búsqueda de poder y estatus”.–Sam K. Williams, Galatians, p. 145.
Por nuestra familiaridad con el cristianismo y las traducciones modernas de Gálatas 5:13, es fácil pasar por alto el poder sorprendente que estas palabras tuvieron al ser transmitidas a los gálatas. Primero, el lenguaje en griego indica que el amor que motiva este tipo de servicio no es el amor humano común; eso sería imposible. El amor humano es demasiado condicional. El uso que hace Pablo del artículo (el) antes de la palabra amor, en griego, indica que se está refiriendo a “el” amor divino que recibimos solamente mediante el Espíritu (Rom. 5:5). La verdadera sorpresa se encuentra en el hecho de que la palabra traducida como “servir” es la palabra griega para “estar esclavizado”. Nuestra libertad no es para tener autonomía propia sino para una “esclavitud” mutua, unos con otros, basados en el amor de Dios.
Sé sincero: ¿alguna vez has pensado que podías utilizar la libertad que tienes en Cristo para complacerte con un poquito de pecado, de tanto en tanto? ¿Cuál es el enorme problema con esa clase de pensamiento?
COMENTARIO DE LA LECCIÓN
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Para los que reciben el espíritu de este servicio, no puede nunca llegar a ser una mera ceremonia. Su constante lección será: “Servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13). Al lavar los pies a sus discípulos, Cristo dio evidencia de que haría, por humilde que fuera, cualquier servicio que los hiciese herederos con él de la eterna riqueza del tesoro del cielo. Sus discípulos, al cumplir el mismo rito, se comprometen asimismo a servir a sus hermanos. Dondequiera que este rito se celebra debidamente, los hijos de Dios se ponen en santa relación, para ayudarse y bendecirse unos a otros. Se comprometen a entregar su vida a un ministerio abnegado. Y esto no solo unos por otros. Su campo de labor es tan vasto como lo era el de su Maestro. El mundo está lleno de personas que necesitan nuestro ministerio. Por todos lados, hay pobres desamparados e ignorantes. Los que hayan tenido comunión con Cristo en el aposento alto, saldrán a servir como él sirvió.
Jesús, que era servido por todos, vino a ser siervo de todos. Y porque ministró a todos, volverá a ser servido y honrado por todos. Y los que quieren participar de sus atributos, y con él compartir el gozo de ver almas redimidas, deben seguir su ejemplo de ministerio abnegado (El Deseado de todas las gentes, pp. 606, 607).
El amor es la cuerda de seda que une los corazones. No debemos pensar en erigimos como un modelo. Mientras pensemos en nosotros mismos y en lo que los demás nos deben a nosotros, será imposible realizar nuestra obra para salvar las almas. Cuando Cristo toma posesión de nuestros corazones, entonces ya no hacemos más del estrecho círculo del yo el centro de nuestros pensamientos y de nuestras atenciones.
¡Qué maravillosa reverencia hacia la vida humana expresó Jesús en la misión de su vida! No anduvo entre la gente como un rey, exigiendo atención, reverencia, servicio, sino como uno que anhelaba servir y elevar a la humanidad. Dijo que no había venido para ser servido, sino para servir. … Dondequiera que Cristo veía a un ser humano, veía a uno que necesitaba simpatía humana. Muchos de nosotros estamos dispuestos a servir a ciertas personas en particular —a aquellos que honramos—, pero pasamos por alto, como indignas de ser notadas, a esas mismas personas a quienes Cristo quisiera bendecir por medio de nosotros, si no fuéramos tan fríos de corazón (Nuestra elevada vocación, p. 178).
La [vida] de Cristo fue una vida de servicio abnegado, y su vida es nuestro libro de texto. Tenemos que continuar la obra que él comenzó. Al contemplar su vida de trabajo y sacrificio, ¿vacilarán los que profesan su nombre en negarse a sí mismos, tomar su cruz y seguirlo? Él se humilló a sí mismo hasta lo más profundo para que pudiéramos ser levantados a las alturas de la pureza, la santidad y la integridad. Se hizo pobre a fin de poder llenar con la plenitud de sus riquezas nuestras míseras almas. Sufrió la cruz de vergüenza para que pudiera damos paz, descanso y gozo y hacemos partícipes de las glorias de su trono (En los lugares celestiales, p. 45).
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Lección 11 // Jueves 7 de septiembre____________________________________
CUMPLIR TODA LA LEY
¿Cómo reconcilias los comentarios negativos de Pablo sobre “guardar toda la ley” (Gál. 5:3) con su declaración positiva acerca de cumplir “toda la ley” (Gál. 5:14)? Compara Romanos 10:5; Gálatas 3:10 y 12; y 5:3 con Romanos 8:4; 13:8; y Gálatas 5:14.
Romanos 10:5
5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.
Gálatas 3:10 y 12
10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
Gálatas 5:3
3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.
Romanos 8:4
4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 13:8
8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
Gálatas 5:14
14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Muchos han considerado paradójico el contraste entre los comentarios negativos de Pablo acerca de “guardar toda la ley” y sus aseveraciones positivas. En realidad, no es así. La solución radica en el hecho de que Pablo intencionalmente utiliza cada frase para hacer una distinción importante entre dos formas diferentes de definir el comportamiento cristiano en relación con la Ley. Por ejemplo, es significativo que cuando Pablo se refiere positivamente a la observancia cristiana de la Ley nunca la describe como “guardar la ley”. Reserva esa frase para referirse solamente al comportamiento erróneo de aquellos que están viviendo bajo la Ley y están intentando obtener la aprobación de Dios “haciendo” lo que la Ley manda.
Esto no implica que aquellos que han encontrado la salvación en Cristo no obedecen. Nada podría estar más lejos de la realidad. Pablo dice que ellos “cumplen” la Ley. Lo que quiere decir es que el comportamiento cristiano verdadero es mucho más que una obediencia exterior de solamente “guardar” o “actuar” conforme a la Ley, sino que “cumple” la Ley. Pablo usa la palabra cumplir porque va mucho más allá de simplemente “hacer”. Este tipo de obediencia está fundamentada en Jesús (ver Mat. 5:17). No es un abandono de la Ley, ni una reducción de la Ley solamente al amor, ¡sino que es la manera en la que el creyente puede experimentar la verdadera intención y el verdadero significado de toda la Ley!
Según Pablo, ¿dónde se encuentra el pleno significado de la Ley? Levítico 19:18; Marcos 12:31, 33; Mateo 19:19; Romanos 13:9; Santiago 2:8.
Levítico 19:18
18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
Marcos 12:31, 33
31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.
Mateo 19:19
19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Romanos 13:9
9 Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Santiago 2:8
8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
Aunque se trata de una cita de Levítico, la declaración de Pablo en Gálatas, en última instancia, se basa en el uso que hace Jesús de Levítico 19:18. Sin embargo, Jesús no fue el único maestro judío que se refirió a Levítico 19:18 como al resumen de toda la Ley. El rabino Hillel, que vivió alrededor de una generación antes que Jesús, dijo: “Lo que te resulta odioso a ti no lo hagas a tu prójimo; esa es toda la ley”. Pero la perspectiva de Jesús es radicalmente diferente (Mat. 7:12). No solamente es más positiva, sino también demuestra que la Ley y el amor no son incompatibles. Sin amor, la Ley es vacía y fría; sin la Ley, el amor no tiene rumbo.
¿Qué es más fácil y por qué: amar a otros o simplemente obedecer los Diez Mandamientos? Lleva tu respuesta a la clase.
COMENTARIO DE LA LECCIÓN
ESPÍRITU DE PROFECÍA
En la seguridad del amor de Dios hacia nosotros, Jesús ordena, en un abarcante principio que incluye todas las relaciones humanas, que nos amemos unos a otros.
Los judíos se preocupaban por lo que habían de recibir; su ansia principal era lo que creían merecer en cuanto a poder, respeto y servicio. Cristo enseña que nuestro motivo de ansiedad no debe ser ¿cuánto podemos recibir?, sino ¿cuánto podemos dar? La medida de lo que debemos a los demás es lo que estimaríamos que ellos nos deben a nosotros.
En nuestro trato con otros, pongámonos en su lugar. Comprendamos sus sentimientos, sus dificultades, sus chascos, sus gozos y sus pesares. Identifiquémonos con ellos; luego tratémoslos como quisiéramos que nos trataran a nosotros si cambiásemos de lugar con ellos. Esta es la regla de la verdadera honradez. Es otra manera de expresar esta ley: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39). Es la médula de la enseñanza de los profetas, un principio del cielo. Se desarrollará en todos los que se preparan para el sagrado compañerismo con él…
Nadie que tenga el ideal verdadero de lo que constituye un carácter perfecto dejará de manifestar la simpatía y la ternura de Cristo. La influencia de la gracia debe ablandar el corazón, refinar y purificar los sentimientos, impartir delicadeza celestial y un sentido de lo correcto (El discurso maestro de Jesucristo, p. 113, 114).
La fe en Cristo que salva al alma no es lo que muchos presentan. “Cree, cree —es su pregón—; solo cree en Cristo, y serás salvo. Es lo único que necesitas hacer”. La fe verdadera, a la vez que confía enteramente en Cristo para la salvación, conducirá a la perfecta conformidad con la ley de Dios. La fe se manifiesta en obras. Y el apóstol Juan declara: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4).
Es inseguro confiar en sentimientos o impresiones; éstos no son guías confiables. La ley de Dios es la única norma correcta de santidad. Por esta ley será juzgado el carácter. Si alguien que busca la salvación preguntara: “¿Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”, los modernos maestros de la santificación contestarían: “Tan solo cree que Jesús te salvará”. Pero cuando a Cristo se le formuló esta pregunta, dijo: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” Y cuando el que preguntaba replicó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… y a tu prójimo como a ti mismo”, Jesús dijo: “Bien has respondido; haz esto, y vivirás” (Lucas 10:25-28).
La verdadera santificación se evidenciará por una consideración concienzuda de todos los mandamientos de Dios, por un desarrollo cuidadoso de cada talento, por una conversación circunspecta, por revelar en cada acto la mansedumbre de Cristo (Fe y obras, pp. 52, 53).
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Viernes 8 de septiembre // Lección 11___________________________________
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “La fe genuina siempre obra impulsada por el amor. Cuando miran el Calvario, no lo hacen para tranquilizar vuestra alma en el incumplimiento de vuestro deber, ni para disponerse a dormir, sino para generar fe en Jesús, una fe que obrará purificando el alma del fango del egoísmo. Cuando nos aferramos a Cristo por la fe, nuestra obra acaba de comenzar. Cada hombre tiene hábitos corrompidos y pecaminosos que deben ser vencidos mediante una lucha vigorosa. Cada alma tiene que pelear la batalla de la fe. El que es seguidor de Cristo no puede actuar con falta de honradez en los negocios; no puede ser insensible ni carecer de simpatía. No puede hablar con aspereza. No puede estar lleno de ostentación y amor propio. No puede ser dominante ni emplear palabras ásperas, y censurar y condenar.
“La obra de amor surge de la acción de la fe. La religión de la Biblia significa trabajo constante. ‘Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos’ (Mat. 5:16). Obren vuestra propia salvación con temor y temblor, porque es Dios el que obra en ustedes tanto el querer como el hacer por su buena voluntad. Debemos buscar celosamente las buenas obras, y debemos mantenerlas cuidadosamente. Y el Testigo fiel dice: ‘Yo conozco tus obras’ (Apoc. 2:2).
“Si bien es verdad que nuestras múltiples actividades no nos asegurarán la salvación por sí mismas, también es cierto que la fe que nos une con Cristo estimulará el alma a la actividad” (MS 2:21, 22).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Como clase, repasen sus respuestas a la última pregunta del día jueves. ¿Cuál de las opciones le resultó más fácil a la mayoría, y por qué? ¿Qué verdades importantes sugiere tu respuesta acerca de lo que significa cumplir la Ley?
- Pablo dice que la fe “obra” por el amor. ¿Qué quiere decir?
- Examina la idea de querer usar tu libertad en Cristo para entregarte al pecado. ¿Por qué es tan fácil caer en eso? Sin embargo, cuando la gente piensa de ese modo, ¿en qué trampa está cayendo?
RESUMEN: Libertad es una de las palabras favoritas de Pablo para definir el evangelio. Incluye tanto lo que Cristo ha hecho por nosotros al liberarnos de la esclavitud del mundo como también el modo en que somos llamados a vivir la vida cristiana. Sin embargo, debemos tener cuidado de que nuestra libertad no caiga presa del legalismo ni del libertinaje. Cristo no nos liberó para que nos sirviéramos a nosotros mismos, sino para que pudiéramos entregar nuestra vida a ministrar a nuestro prójimo.
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Escrito por: Tony García.
Gramática revisada por:
Pastor Noel Ruiloba y Nory Ester Garcia-Marenko
Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
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Madrid, España 2017
09/02/2017 en 12:58 PM
Feliz santo sabado hermanos. Son las 2 y 56 aquí en Colombia y acabo de entrar a la pagina y no pude descargar la lección. Les agradezco… feliz semana.
09/02/2017 en 1:04 PM
Jajaja… acabo de leer la nota aclaratoria sobre el archivo pdf… muchas gracias por su labor. Dios los siga bendiciendo.
09/02/2017 en 8:09 PM
Gracias mi hermano Que Dios te bendiga Mil gracias Un abrazo fraternal desde Colombia Medellín Mil gracias
Enviado desde mi smartphone Samsung Galaxy.
09/03/2017 en 4:55 AM
Saludos hno Tony. Veo que no hay comentarios para esta lección de esta semana.