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LECCIÓN 1 – EL CONFLICTO CÓSMICO – PARA EL 7 DE ABRIL DE 2018

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«Guerra en los Cielos»  Por Pieter Paul Rubens (1577-1640),  Alemania


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Letra Negra: Lección de Escuela Sabática

Letra Ocre: Lección de Escuela Sabática 

Letra Roja: La Biblia

Letra Café: Nuestro comentario

Letra Azul: Espíritu de profecía


Lección 1: Para el 7 de abril de 2018

EL CONFLICTO CÓSMICO

Sábado 31 de marzo_________________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Ezequiel 28:1, 2, 11-17; Génesis 3:1-7; Apocalipsis 12:1-17; Romanos 8:31-39; Apocalipsis 14:12.

PARA MEMORIZAR:

“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apoc. 12:17).

El Conflicto Cósmico, a veces denominado “el Gran Conflicto”, es la cosmovisión bíblica. Constituye el trasfondo en el que se despliega el drama de nuestro mundo, e incluso del universo. El pecado, el sufrimiento, la muerte, el surgimiento y la caída de las naciones, la difusión del evangelio, los acontecimientos de los últimos días, todo esto ocurre en el contexto del Conflicto Cósmico.

Esta semana analizaremos algunos lugares determinantes en los que se instaló el conflicto que, por alguna razón misteriosa, se inició en el corazón de Lucifer, un ser perfecto, quien trajo su rebelión a la Tierra a través de la caída de Adán y de Eva, otros seres perfectos. A partir de estos dos “puntos de articulación” (la caída de Lucifer y, luego, la de nuestros primeros padres), el Gran Conflicto se estableció y ha hecho estragos desde entonces. Cada uno de nosotros es parte de ese drama cósmico.

Lo bueno no es solo que, un día, esto terminará, sino también que terminará con la victoria total de Cristo sobre Satanás. Y lo mejor de todo es que, debido a la exhaustividad de lo que Jesús hizo en la Cruz, todos podemos participar en esa victoria. Y, como parte de esa victoria, Dios nos llama a la fe y a la obediencia ahora, mientras esperamos todo lo que se nos ha prometido en Jesús, cuya venida está garantizada.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El mundo caído es el campo de batalla del mayor conflicto que el universo celestial y los poderes de la tierra hayan presenciado jamás. Fue señalado como el escenario en el cual se libraría la mayor lucha entre el bien y el mal, entre el cielo y el infierno. Todo ser humano desempeña una parte en este conflicto. Nadie puede permanecer en terreno neutral. Los hombres pueden aceptar o rechazar al Redentor del mundo. Todos son testigos, en favor o en contra de Cristo. Cristo llama a los que se alistan bajo su estandarte para que entren con él en el conflicto como fieles soldados, para que puedan heredar la corona de la vida. Han sido adoptados como hijos e hijas de Dios. Cristo les ha dejado su promesa segura de que habrá un gran galardón en el reino de los cielos para que participen en su humillación y sufrimientos por causa de la verdad.

La cruz del Calvario desafía, y vencerá finalmente a todos los poderes terrenales e infernales. Toda influencia se concentra en la cruz, y de ella irradia en todas direcciones. Es el gran centro de atracción, porque en ella Cristo dio su vida por la raza humana. El sacrificio fue ofrecido con el propósito de restaurar al hombre a su perfección original; aún más, fue ofrecido para transformar completamente su carácter, y hacerlo más que vencedor. Los que venzan al gran enemigo de Dios y el hombre con la fortaleza de Cristo, ocuparán un puesto en las cortes celestiales superior al de los ángeles que nunca cayeron (Hijos e hijas de Dios, {HHD}, p. 244).

Nadie que reciba la palabra de Dios quedará libre de dificultades y pruebas; pero cuando se presenta la aflicción, el verdadero cristiano no se inquieta, no pierde la confianza ni se desalienta. Aunque no podamos ver los resultados finales, ni podamos discernir el propósito de las providencias de Dios, no hemos de desechar nuestra confianza. Recordando las tiernas misericordias del Señor, debemos descargar en él nuestra inquietud y esperar con paciencia su salvación.

La vida espiritual se fortalece con el conflicto. Las pruebas, cuando se las sobrelleva bien, desarrollan la firmeza de carácter y las preciosas gracias espirituales. El fruto perfecto de la fe, la mansedumbre y el amor, a menudo maduran mejor entre las nubes tormentosas y la oscuridad (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, pp. 40, 41).

Hay muchos que no comprenden el conflicto que se lleva a cabo entre Cristo y Satanás por las almas de los hombres. No advierten que si quieren permanecer bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emanuel, deben estar dispuestos a ser partícipes de sus conflictos y sostener una guerra resuelta contra los poderes de las tinieblas…

La obtención de la vida eterna siempre será una lucha, un conflicto. Debemos pelear continuamente la buena batalla de la fe. Somos soldados de Cristo y los que se alistan en su ejército deben esperar hacer una obra difícil que exigirá sus energías hasta lo sumo. Debemos comprender que la vida de un soldado es de lucha agresiva, de perseverancia y paciencia. Por causa de Cristo hemos de soportar pruebas (En los lugares celestiales, {ELC}, p. 261).

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Lección 1 | Domingo 1º de abril____________________________________________________

LA CAÍDA DE UN SER PERFECTO

Si el conflicto cósmico constituye el marco de la cosmovisión bíblica, surge una serie de preguntas. Una cuestión importante es: ¿Cómo empezó todo? Dado que el universo fue creado por un Dios amante, es razonable asumir que el mal, la violencia y el conflicto indudablemente no formaban parte de la Creación desde el principio. El Conflicto debió haber surgido al margen de la creación original y es indudable que no fue necesariamente un resultado de ella. Sin embargo, el Conflicto está aquí, es real y todos estamos involucrados.

Lee Ezequiel 28:1 y 2, y 11 al 17; e Isaías 14:12 al 14. ¿Qué nos enseñan estos pasajes sobre la caída de Lucifer y el surgimiento del mal?

Ezequiel 28:1-2, y 11-17

1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:  Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios;

 

11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:  12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.  13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.  14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.  15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.  17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.

Isaías 14:12-14

12 !!Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.  13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;  14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

Lucifer era un ser perfecto que vivía en el cielo. ¿Cómo pudo haber surgido la iniquidad en él, especialmente en un ambiente como ese? No lo sabemos. Quizá sea esa la razón por la que la Biblia habla del “misterio de la iniquidad” (2 Tes. 2:7).

Más allá de la realidad del libre albedrío que Dios les ha dado a todas sus criaturas inteligentes, no existe ninguna razón para la caída de Lucifer. Elena de White expresó estos pensamientos profundos: “Es imposible explicar el origen del pecado y dar una razón para su existencia […]. El pecado es un intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es misterioso, inexplicable; excusarlo equivale a defenderlo. Si se pudiera encontrar alguna excusa para ello o mostrar la causa de su existencia, dejaría de ser pecado” (CS 484).

Reemplaza la palabra pecado por mal, y la declaración funciona igual de bien. “Es imposible explicar el origen del [mal] y dar una razón para su existencia […]. El [mal] es un intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es misterioso, inexplicable; excusarlo equivale a defenderlo. Si se pudiera encontrar alguna excusa para ello o mostrar la causa de su existencia, dejaría de ser [malo]”.

Piensa en tu propia experiencia con la realidad del libre albedrío. ¿Por qué debemos meditar, cuidadosamente y en oración, sobre las decisiones que tomamos haciendo uso de nuestro libre albedrío?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Con enorme gratitud y renovada esperanza, iniciamos un nuevo trimestre … todavía en este planeta. ¡Cómo quisiéramos comenzarlo en la casa del Padre, con nuestro amadísimo Salvador!

En vista de que nos toca seguir deambulando en la Tierra, invitemos hoy al Espíritu para que nos conduzca a toda verdad en el estudio de la Palabra; que nos prepare para el fin del tiempo del fin.

Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.  13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.  14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.  15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.  16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.  17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. (Ezequiel 28)

Vamos a comenzar estudiando el nombre de Lucifer. Para esto recurrimos al Departamento de Investigaciones Bíblicas de la Iglesia Adventista del 7mo Día y ellos nos dan una respuesta muy interesante:

¿Cuál es el origen del nombre “Lucifer”?

«En realidad, hasta donde sepamos, este nombre no aparece en ninguna de las versiones en español. En inglés, aparece solamente en la versión King James, en Isaías 14:12. Esta pregunta nos brinda la oportunidad de examinar el papel de las antiguas traducciones en la interpretación del texto bíblico. Mi respuesta puede parecer algo técnica, pero si sigue la discusión entenderá algunas de las complejidades del tema. Afortunadamente, podemos identificar cómo el nombre Lucifer llegó hasta nuestros días.

1. Origen del título «Lucifer». El término Lucifer es la traducción al español del término hebreo helel (“dar luz”, “brillar”). El significado del sustantivo hebreo fue preservado en la traducción griega de la Biblia hebrea a través del término heōsfóros (“portador del alba” o “estrella matutina”). El vocablo castellano “Lucifer” proviene del latín, que traduce el griego heōsfóros al latíno lucifer, que simplemente significa “portador de luz”. Los padres de la iglesia primitiva emplearon el término latino “Lucifer” como un nombre propio para referirse a Satanás. Los traductores de la versión King James decidieron retener el término latino en su traducción, que llegó a ser “Lucifer”, otro nombre de Satanás. El término hebreo no es un nombre propio, sino un epíteto {epíteto = apodo, sobrenombre, adjetivo calificativo}.

2. El significado hebreo. La expresión hebrea utilizada en Isaías 14:12 podría ser traducida como “el que brilla [helel] hijo de la mañana [ben shajar]”. Tradicionalmente, helel, utilizado sólo aquí en el Antiguo Testamento, ha sido entendido como una designación de algo que es brillante o refulgente, que proviene del verbo halal, “brillar”, “dar luz”. Se ha sugerido que el término hebreo se refiere a Venus, el astro matinal, pero no existe ninguna evidencia lingüística que apoye esta interpretación. La sugerencia podría estar fundamentada en que, en ocasiones, el término griego heōsfóros y el latino lucifer son utilizados para designar a Venus.

Otro argumento que podría ser utilizado está fundamentado en el significado de la frase “hijo de la mañana”. En este caso, el término hijo expresa la idea de “perteneciente a”; es decir, su brillantez pertenece a la mañana o es la luz de ella. Las versiones griega y latina rezan “[la estrella de la mañana] que asoma temprano”, en lugar de “hijo de la mañana”, fortaleciendo la idea de que “estrella matutina” se refiere a Venus. El sustantivo sajres utilizado en el Antiguo Testamento para denominar la primera luz o claridad de la mañana, el alba. El hebreo podría ser traducido como “lucero [estrella], la claridad de la mañana” y podría estar refiriéndose a Venus, tal como éste aparece en el cielo matutino. Esta interpretación es muy probable, pero aún está lejos de ser certera y descansa demasiado en antiguas traducciones.

Probablemente, sea mejor entender “Lucero, hijo de la mañana” como una manera de enfatizar la gloria de su ser, al igual que su posición de privilegio. Está siendo comparado con la belleza del alba matutina, la primera luz de la mañana que anuncia el comienzo de un nuevo día. Esa posición gloriosa y destacada es empleada metafóricamente para referirse a este glorioso ser. El nombre “Lucifer” viene a expresar la idea de un ser celestial; y a eso hace referencia la idea básica del texto bíblico.

3. Alcances teológicos.  La imagen retórica del Nuevo Testamento de la estrella matutina, sugerida por el griego, se aplica a Jesús. Originalmente, “Lucifer” no estuvo totalmente satisfecho con su posición celestial y buscó ascender al cielo, entronarse en el monte celestial del testimonio (Isa. 14:13). Esta búsqueda de grandeza provocó su caída del cielo. En contraste, Jesús no persiguió la grandeza; voluntariamente, descendió de su elevada posición para servir a otros, y Dios “lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre” (Fil. 2:9, NVI). Cristo es el único que puede reclamar verdaderamente el título de “la estrella resplandeciente de la mañana” (Apoc. 22:16). Esperamos, expectantes, el momento en el que nuestro Lucero de la mañana aparezca para traernos salvación (ver 2 Ped. 1:19).»

Si Dios sabía que Lucifer se rebelaría, ¿por qué lo creó?

 Esta es una de las preguntas que muchas personas, tanto cristianas como ateas, se hacen constantemente. La respuesta la sacamos nuevamente del Instituto de Investigación Bíblica, con sede en la Oficina Mundial de la Iglesia Adventista de 7mo Día, en Silver Spring, Maryland  USA;  y en esta ocasión la respuesta la da el pastor Ángel Manuel Rodríguez:

 Por favor lea despacio y lea varias veces esta declaración, para que llegue a la  completa comprensión y dominio de sta importante información provista para usted.

«Esta es una pregunta a la que es prácticamente imposible dar una respuesta definitiva. Este tema no es abordado explícitamente en la Biblia. Por lo tanto, todo intento de respuesta será incompleto y en algún sentido incluirá elementos de la especulación. Preguntas como estas cargan en su interior el temor a que Dios, de alguna manera, pueda estar implicado en el origen del pecado en el universo. Permítame compartir algunos pensamientos.

1. La conexión de Dios con el pecado y el mal. Cuando se refiere al origen del pecado y del mal, la Biblia rechaza el monismo (Dios es el originador tanto del bien como del mal) y el dualismo (el bien y el mal son dos principios eternos que han estado peleando eternamente entre sí). La Biblia ofrece un dualismo modificado que niega la naturaleza eterna del pecado y el mal, al afirmar que este fenómeno tuvo un comienzo y también tendrá un final. Dado que Dios es eterno y el pecado y el mal no, podemos llegar a la conclusión de que no pertenecen a la esencia divina. Pero ¿podrían formar parte de la actividad creativa de Dios? ¿Los creó Dios? La respuesta bíblica es clara: todo lo que Dios creó «era bueno en gran manera» (Gén. 1:31). Esto afirma la virtud esencial de lo que vino a la existencia por medio del poder creativo de Dios.

2. La conexión de Dios con Lucifer. ¿Y con respecto a Lucifer? Fue creado por Dios. La Biblia declara tres cosas importantes acerca de él. Primero, es una criatura; segundo, cuando Dios lo creó, era «perfecto»; y tercero, posteriormente «se halló en [él] maldad» (Eze. 28:15). El texto afirma la virtud de la creación de Dios, al mismo tiempo que reconoce que algo horrible le ocurrió a esta criatura («se halló en ti maldad»). Pero la última frase, ¿sugiere algo intrínsecamente malo en Lucifer que, en algún momento, se hizo manifiesto?

Aquí enfrentamos el misterio del origen del pecado: su irracionalidad. Si bien el querubín perfecto se puede explicar claramente como el producto de la creación divina, la maldad es un fenómeno inesperado que «se halló» (del hebreo matsá) en él. El uso pasivo del verbo en otros contextos legales nos lleva a concluir que aquí también tiene un sentido legal (ver Ester 2:23; Sal. 17:3; 1 Sam. 25:28). La conducta extraña del querubín fue examinada legalmente y resultó ser malvada. El procedimiento legal era necesario porque la conducta del querubín no correspondía con lo que se esperaba de él. La corte llegó a la conclusión de que había «maldad» en él.

{Comentario de Escuela Sabática para Maestros: En éste último párrafo la parte esencial que necesitamos comprender es el verbo hebreo MATSÁ. Este verbo denota una acción legal o un juicio, por ejemplo Ester 2 23 dice: » Se hizo investigación (MATSA) del asunto, y fue hallado cierto; por tanto, los dos eunucos fueron colgados en una horca. Y fue escrito el caso en el libro de las crónicas del rey. A Lucifer no fue que se le declaró su pecado solo por ver su comportamiento, ¡no!, hubo un juicio en el cielo, se  celebró juicio en contra de él, y en el juicio se le encontró «Maldad»}

3. Explorando la mente divina. El hecho de que Dios sea omnisciente significa que sabía por anticipado que Lucifer, el portador de luz, se convertiría en Satanás, el acusador.

Dado que Dios es omnipotente, el pecado y el mal existen porque Dios permitió que existieran. ¿Por qué Dios lo permitió? Esta es la pregunta básica.

Algunos teólogos han establecido una distinción entre la naturaleza de Lucifer y su voluntad. Su naturaleza, tal como fue creada por Dios, era buena; pero su voluntad, tal como fue utilizada por él, lo condujo al pecado y al mal. Dios es responsable de lo primero, {DE SU NATURALEZA PERFECTA} pero no de lo segundo {DE SU VOLUNTAD}. El mal uso de la voluntad está basado en la libertad que Dios otorgó a sus criaturas inteligentes, pero no estuvo predeterminado por Dios.

¡Pero Dios no es como nosotros! Una vez que decidió crear, ninguna fuerza real o potencial lo forzaría a alterar sus planes. De otra manera, el temor al pecado lo hubiera derrotado antes de crear algo.

Dios es el Valiente que, sin cambiar su plan, decidió enfrentar el problema del pecado y del mal, y resolverlo de una vez por todas por medio de su Hijo. ¡Y lo hizo!

Quizá esto es lo que sucedió, aunque no puedo demostrarlo en forma categórica. Sigamos el razonamiento de la profetisa inspirada:

«Los habitantes del cielo y de los demás mundos, no estando preparados para comprender la naturaleza ni las consecuencias del pecado, no podrían haber reconocido la justicia y misericordia de Dios en la destrucción de Satanás. De haber sido éste aniquilado inmediatamente, aquéllos habrían servido a Dios por miedo más bien que por amor. La influencia del seductor no habría quedado destruida del todo, ni el espíritu de rebelión habría sido extirpado por completo. Para bien del universo entero a través de las edades sin fin, era preciso dejar que el mal llegase a su madurez, y que Satanás desarrollase más completamente sus principios, a fin de que todos los seres creados reconociesen el verdadero carácter de los cargos que arrojara él contra el gobierno divino y a fin de que quedaran para siempre incontrovertibles la justicia y la misericordia de Dios, así como el carácter inmutable de su ley. {CI 11.3}»

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El primer pecador fue uno a quien Dios había ensalzado grandemente… Poco a poco Satanás fue complaciendo el deseo de ensalzamiento propio. Las Escrituras dicen: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor”. “Tú que decías en tu corazón: … En lo alto, junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono… seré semejante al Altísimo”. Aunque toda su gloria provenía de Dios, este poderoso ángel llegó a considerarla como algo propio No contento con su posición, aunque era honrado por encima de la hueste celestial, se atrevió a codiciar un homenaje que solo corresponde al Creador. En vez de procurar que Dios fuera supremo en el afecto y en la lealtad de todos los seres creados, procuró conseguir para sí mismo ese servicio y esa lealtad. Y al codiciar la gloria que el Padre infinito ha conferido a su Hijo, este príncipe de los ángeles aspiraba a un poder que solo correspondía a Cristo (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, {4BC}, t. 4, p. 1183).

Satanás es un engañador. Cuando él pecó en el cielo, aun los ángeles leales no discernieron plenamente su carácter. Esta es la razón por la cual Dios no destruyó en el acto a Satanás. Si lo hubiese hecho, los santos ángeles no hubieran percibido la justicia y el amor de Dios. Una duda acerca de la bondad de Dios habría sido una mala semilla productora de amargos frutos de pecado y dolor. Por lo tanto, el autor del mal fue dejado con vida hasta que desarrollase plenamente su carácter. A través de las largas edades, Dios ha soportado la angustia de contemplar la obra del mal, y otorgó el infinito Don del Calvario antes de permitir que alguien fuese engañado por las falsas interpretaciones del maligno; pues la cizaña no podía ser extirpada sin peligro de desarraigar también el grano precioso. ¿Y no seremos nosotros tan tolerantes para con nuestros semejantes como el Señor del cielo y de la tierra lo es con Satanás? (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, p. 51).

Dios nos ha dado la facultad de elección; a nosotros nos toca ejercitarla. No podemos cambiar nuestros corazones ni dirigir nuestros pensamientos, impulsos y afectos. No podemos hacernos puros, propios para el servicio de Dios. Pero sí podemos escoger el servir a Dios; podemos entregarle nuestra voluntad, y entonces él obrará en nosotros el querer y el hacer según su buena voluntad. Así toda nuestra naturaleza se someterá a la dirección de Cristo.

Mediante el debido uso de la voluntad, cambiará enteramente la conducta. Al someter nuestra voluntad a Cristo, nos aliamos con el poder divino. Recibimos fuerza de lo alto para mantenernos firmes. Una vida pura y noble, de victoria sobre nuestros apetitos y pasiones, es posible para todo el que une su débil y vacilante voluntad a la omnipotente e invariable voluntad de Dios (Ministerio de curación, {MC}, p. 131).

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Lunes 2 de abril | Lección 1________________________________________________________

MÁS QUE CONOCIMIENTO INTELECTUAL

Aunque no podemos explicar por qué surgió el mal (ya que no hay justificación para su existencia), la Biblia revela que comenzó en el corazón de Lucifer en el cielo. Además de las fascinantes revelaciones que obtenemos de los escritos de Elena de White (por ej., ver CS, cap. “El origen del mal”), la Biblia no nos dice mucho más acerca de cómo comenzó en el cielo. No obstante, la Palabra de Dios es más explícita en cuanto al modo en que surgió en la Tierra.

Lee Génesis 3:1 al 7. ¿Qué sucedió aquí que muestra la culpabilidad de Adán y de Eva en lo que ocurrió?

Génesis 3:1-7

1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?  Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;  pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.  Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;  sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.  Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.  Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Lo triste de esto es que Eva sabía cuáles habían sido las palabras de Dios. Ella las repitió: “Del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” (Gén. 3:3). Aunque la Biblia no menciona nada en cuanto a tocar el fruto, ella sabía a ciencia cierta que comer de él conduciría a la muerte.

Satanás, entonces, abierta y descaradamente, contradice estas palabras. “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis” (Gén. 3:4). ¿Podría haber un contraste más marcado? Aunque el planteamiento de Satanás fue sutil al principio, una vez que captó la atención de ella y vio que no se resistía, desafió en forma abierta el mandato del Señor. Y lo trágico es que Eva no estaba obrando desde una posición de ignorancia. No podía decir: “No lo sabía, no lo sabía”.

Porque ella sí lo sabía.

Sin embargo, a pesar de este conocimiento, ella actuó mal de todos modos. Si, incluso en el entorno perfecto del Edén, el conocimiento no fue suficiente en sí para evitar que Eva (y luego Adán, que también sabía la verdad) pecara, no debemos engañarnos al creer que el conocimiento alcanza para salvarnos ahora. Sí, tenemos que saber lo que nos dice la Palabra de Dios. Pero, además de saber, necesitamos la clase de entrega en la que también obedecemos lo que nos dice.

Dios dijo una cosa, Satanás dijo otra. A pesar del conocimiento que Adán y Eva tenían, eligieron escuchar a Satanás. Piensa en cuán poco ha cambiado esto a través de los milenios. ¿De qué modo podemos evitar cometer el mismo tipo de error?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Satanás siempre ataca la parte más débil del humano. Si nosotros sabemos cual es la parte más débil de nuestra vida, tenemos que cuidarla más que las demás partes, pues es allí donde Satanás dirigirá su ataque primeramente.

Eva contempló el fruto prohibido y el resultado fue la muerte, Acan contempló las barras de oro y el resultado fue la muerte, Acab contempló la viña de Nabot y el resultado fue la muerte.

En el capítulo 1 y 2 de Génesis podemos leer muchas veces la frase; «y dijo Dios» ahora en el capítulo 3 aparece la frase: «y dijo la serpiente»  Desde que entró el pecado al mundo, siempre después de la Palabra de Dios, viene la palabra del Diablo.

Esto sucedió en el Edén y aún sigue sucediendo en nuestro días; Dios habla, y luego aparece Satanás para distorsionar la Palabra de Dios.

En nuestros días modernos Satanás nos habla por los diferentes medios de comunicaciones que existen, también nos habla y nos susurra al oído tentaciones que estimulan nuestras debilidades y nuestro lado pecaminoso, y muchas veces nos habla por nuestros propios hermanos de la iglesia.

Mientras desde el púlpito se está predicando la necesidad de practicar el amor, la unidad y la fe, muchas veces el que está a nuestro lado nos está susurrando al oído todo lo contrario.

Muchas veces nosotros somos las serpientes que usa Satanás en las iglesias para susurrar a nuestros hermanos ir en contra de los principios divinos y en contra de nuestros propios hermanos.  Este tipo de pecado es doblemente castigado por el cielo, ya que no solo nos estamos perdiendo nosotros, sino que estamos siendo ministros del infierno para llevarnos a otros con nosotros.

“¿Dónde estás tú?”

Esta es la primera pregunta que Dios hace al primer hombre de la tierra y también nos hace la misma pregunta a todos nosotros.  ¿Donde estás tu? es la pregunta esencial de Dios como el primer misionero del universo, buscando y rescatando al hombre que se ha perdido. 

Adán cuando pecó en el Edén, hubiera comenzado a correr por el jardín buscando a Dios; quizás hubiera comenzado a dar voces diciendo:  ¡Señor; ¿Dónde estás tu? he pecado contra ti, ven y socórreme, necesito tu ayuda! Pero en vez de esto, Adán va y se esconde. La experiencia de Adán nos demuestra que el pecador no vino en busca de Dios, Dios vino en busca del pecador; el hombre no busca a Dios, Dios busca al hombre.

 Los relojeros construyen hermosos relojes, los venden y nunca piensan más en ellos, los constructores de barcos también hacen lo mismo, y el humano en general hace obras con sus manos y nunca vuelve a pensar en esas cosas que construyó ó edificó.

Muchos creen que esa es la misma acción de Dios, él nos creó  y se olvidó de nosotros.

Creer de esta manera es un error, el texto prueba que Dios pensaba en Adán, y también nos da muchas pruebas para que nosotros creamos que Dios no nos ha olvidado, Dios aún sigue pensando en nosotros.

De la  misma manera que una madre prende la lumbrera para sus hijos al caer la tarde, de la misma manera Dios manda el sol todas las mañanas para bendición de sus hijos. Dios siempre piensa en nosotros, nosotros estamos invitados a pensar en él, en la mañana cuando despertamos, durante el día y en la noche antes de acostarnos a dormir.

-Ceder a la tentación es generalmente seguida por una mala conciencia que tiene efectos que destruyen nuestra salud física y mental.

-Ceder a la tentación es generalmente seguida por un grave alejamiento de Dios, descuidando la oración y la Palabra de Dios.

-Ceder a la tentación es generalmente seguida  por el incremento de lo profano en nuestras vidas

-Ceder a la tentación es generalmente seguida por la crítica a otros y la crítica a nosotros mismos

-Ceder a la tentación es generalmente seguida por los desengaños y los estragos que la realidad del pecado hace en nuestras vidas:

Satanás prometió Eva que ellos conocerían el bien y el mal y ellos lo que conocieron fue su desnudez, Satanás prometió a Eva que ellos serían como Dios, y en vez de eso ellos andaban huyendo y escondiéndose de Dios.

11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

Adán no contestó de una manera directa y franca a Dios, Adán no confesó su pecado de haber comido el fruto prohibido, aunque no lo podía negar, lo que hizo fue admitir su pecado, a través de la crítica a Eva.

Hay una gran diferencia entre admitir y confesar. Admitir es reconocer que hubo un determinado error y confesar es el acto de tomar completa responsabilidad de ese error.

El  ex vice-presidente de los Estados Unidos, Dick Cheney fue llevado a la corte por haber herido de bala a otro ciudadano mientras se encontraban de cacería. El ex-presidente admitió el percance, reconoció que una bala de su rifle había herido a la otra persona; pero no acepto la responsabilidad. El ex vice-presidente dijo que la otra persona estaba en el lugar equivocado, a la hora equivocada. El quedó absuelto, si hubiera tomado responsabilidad de este percance, entonces la sentencia hubiera sido diferente.

Eso fue precisamente lo que pasó con Adán en el jardín del Edén, ante las preguntas de Dios, Adán lentamente admitió el haber comido del fruto prohibido, pero no admitió su culpa, la culpa fue de otra persona,

Adán dijo: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Ante el cuestionamiento de un Dios que lo sabe todo, Adán admitió su pecado, pero en ese momento no confesó su pecado.

Esté comportamiento de nuestros primeros padres, ha sido transmitido de generación a generación hasta el día de hoy.  Cuando pecamos casi siempre la culpa no es nuestra, casi siempre la culpa es compartida con otro y si es posible culpamos a la otra persona cien por ciento.

En la triste historia de Adán y Eva, que nosotros también la repetimos día a día, encontramos y descubrimos los siguientes comportamientos o características en un pecador:

1- La justificación propia es parte de cada pecador. Adán admitió parte de la culpabilidad, pero había resuelto no aceptar más culpabilidad de la que el creía que era necesaria y justa. 

Aún en la culpabilidad, Adán estaba encontrando una virtud ó una vía de escape, un mérito que lo hacía a él no tan culpable. Adán dividió la culpabilidad en dos, al hacerlo él quedaba menos culpable y aún quedaba con un mérito a su favor, y su mérito era: todo esto no hubiera pasado si no hubiera sido por Eva.

2- El endurecido egoísmo es parte del pecador: Adán no dudo por un momento en culpar a la persona más amada de su vida, no perdonó a la mujer de su vida, no apreció a su esposa. En vez de humildemente aceptar la culpabilidad,  depositó la culpabilidad en Eva sin pensar en el sufrimiento de ella. Todo esto sucedió en un momento; ¡que rápido se pueden ver los resultados del pecado!

3-La blasfemia es una las ingratitud mas predominante en contra de Dios, de parte de un pecador: «La mujer que me diste por compañera» El amor de Dios en darle una compañera para su vida  fue menospreciado por Adán, y el mismísimo regalo que Dios dio a Adán, fue ridiculizado y criticado por Adán.

4-El pecador siempre trata convertir su falta en algo insignificante: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”  ¡Que lindo el niño Adán! eso fue  todo lo que pasó; ¿Qué más simple que eso?; ¿Qué más natural que eso?; ¿Qué más inocente que eso?; ¿Qué más le tocaba al pobrecito Adán, sino comer del fruto prohibido que le ofreció Eva?

¡Que desgracia total hace el pecado en nuestras vidas! Adán; que hace unos momentos atrás era perfecto, sublime, majestuoso, sabio, grande, genio, elevado y santo; en cuestión de unos minutos es un ser totalmente diferente, es un ser degradado, egoísta, indiferente, ingrato, blasfemo y pecador.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cuando Satanás se dió plena cuenta de que no había posibilidad de que regresase al favor de Dios, su malicia y su odio comenzaron a manifestarse. Consultó a sus ángeles, y trazó un plan para seguir obrando contra el gobierno de Dios. Cuando Adán y Eva fueron puestos en el hermoso huerto, Satanás estaba haciendo planes para destruirlos. De ningún modo podía verse privada de su felicidad esa pareja dichosa si obedecía a Dios. Satanás no podía ejercer su poder contra ella a menos que primero desobedeciesen a Dios y perdiesen su derecho al favor divino. Había que idear algún plan para inducirlos a desobedecer a fin de que incurriesen en la desaprobación de Dios y fuesen puestos bajo la influencia más directa de Satanás y sus ángeles. Se decidió que Satanás asumiría otra forma y manifestaría interés en el hombre. Tenía que hacerle insinuaciones contra la veracidad de Dios y crear dudas acerca de si Dios quería decir precisamente lo que decía; luego, excitar la curiosidad de la pareja e inducirla a tratar de inmiscuirse en los planes insondables de Dios—es decir cometer el mismo pecado del cual Satanás se había hecho culpable (Primeros escritos, {PE}, p. 146).

Mientras Dios buscaba el bien del hombre, Satanás buscaba su ruina. Cuando Eva, al desobedecer la advertencia del Señor en cuanto al árbol prohibido, se atrevió a acercarse a él, se puso en contacto con el enemigo. Tan pronto se despertaron su interés y su curiosidad, Satanás procedió a negar la palabra de Dios, y a insinuar desconfianza en su sabiduría y bondad…

Aunque Satanás decía haber recibido mucho bien por haber comido del fruto prohibido, ocultó el hecho de que a causa de la transgresión había sido arrojado del cielo. Esa mentira estaba tan escondida bajo una apariencia de verdad, que Eva, infatuada, halagada y hechizada, no se percató del engaño. Codició el fruto que Dios había prohibido; desconfió de su sabiduría. Echó a un lado la fe, la llave del conocimiento.

Cuando Eva vio que “el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y deseable para alcanzar la sabiduría […] tomó de su fruto, y comió”. Era de sabor agradable, y a medida que comía, le parecía sentir un poder vivificador y se imaginó que penetraba en un estado superior de existencia. Una vez que hubo pecado, se transformó en tentadora de su esposo “el cual comió así como ella” Génesis 3:6 (La educación, {ED}, pp. 24, 25).

Tanto Adán como Eva comieron del fruto prohibido, y obtuvieron un conocimiento—la experiencia de desobedecer y traicionar a Dios, el conocimiento de que estaban desnudos—que, si hubieran obedecido a Dios, nunca hubieran tenido. Desapareció el ropaje de la inocencia, el manto divino que los rodeaba. Ellos suplantaron este ropaje celestial cosiendo hojas de higuera para hacerse delantales…

Si Adán y Eva nunca hubiesen tocado el árbol prohibido, el Señor les hubiera impartido conocimiento: un conocimiento sin la maldición del pecado, un conocimiento que les hubiera traído gozo imperecedero (Conflicto y valor, {CV}. P. 17).

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Lección 1 | Martes 3 de abril_______________________________________________________

GUERRA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA

La caída de nuestros primeros padres sumió al mundo en el pecado, la maldad y la muerte. Se puede discrepar de las causas inmediatas, o de quién tiene la culpa, pero ¿quién puede negar la realidad de la agitación, la violencia, los trastornos y los conflictos que nos afligen aquí?

Hablamos de un conflicto cósmico; y está bien y es cierto. Pero, por más que este conflicto tenga orígenes cósmicos, también se está librando aquí en la Tierra. De hecho, toda la historia bíblica, desde la caída en el Edén hasta los acontecimientos finales que conducen a la segunda venida de Jesús, en muchos sentidos es la exposición bíblica del Gran Conflicto. Vivimos en medio de este conflicto. La Palabra de Dios nos explica lo que está sucediendo, lo que está detrás de él y más aún: cómo va a terminar.

Lee Apocalipsis 12:1 al 17. ¿Qué batallas describe este capítulo que se libraron tanto en el cielo como en la Tierra?

Apocalipsis 12:1-17

1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.  Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.  También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;  y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.  Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.  Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.  Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;  pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.  Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.  10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.  11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.  12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. !!Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.  13 Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.  14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.  15 Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río.  16 Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.  17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

Vemos una batalla en el cielo, y también batallas en la Tierra. La primera es entre el dragón (Satanás, Apoc. 12:7-9) y Miguel (significado hebreo: “¿Quién es como Dios?”). El rebelde Lucifer llegó a conocerse como Satanás (Adversario), que es simplemente un ser creado que lucha contra el eterno Creador, Jesús (Heb. 1:1, 2; Juan 1:1-4).

Lucifer se rebeló contra su Hacedor. El Gran Conflicto no se trata de un duelo de dioses; se trata de una criatura que se rebela contra su Creador y que manifiesta esa rebelión atacando también a la Creación.

Al fracasar en la batalla contra Cristo en el cielo, Satanás trató de perseguirlo en la Tierra inmediatamente después de su nacimiento humano (Apoc. 12:4). Como fracasó en su batalla contra Cristo aquí, y luego volvió a fracasar contra él en el desierto y más tarde en la Cruz, Satanás (después de su derrota irreversible en el Calvario) se fue a hacer guerra contra el pueblo de Cristo. Esta guerra se ha prolongado durante gran parte de la historia cristiana (Apoc. 12:6, 14-16), y continuará hasta el final (Apoc. 12:17), hasta que Satanás enfrente otra derrota, esta vez en la segunda venida de Jesús.

Lee Apocalipsis 12:10 al 12. ¿Qué esperanza encontramos en estos versículos en medio de todo el conflicto que vemos en los otros pasajes?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

{Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.}

13 Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. 14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. 15 Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río 16 Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca. 17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

La pregunta para contestar en este día es: ¿Cuándo fue que se realizó la gran batalla en el cielo entre Miguel y el dragón? Si leemos detenidamente el capítulo 12 de Apocalipsis, nos damos cuenta de que los versículos 7 al 12 son un paréntesis que se le hace a la lectura; es decir, que si leemos del versículo 1 al 6, y del 13 en adelante, le encontraremos mucho sentido y fluidez a la lectura del capítulo 12.

En los versículos 4 y 5 encontramos el corazón de este conflicto; allí nos damos cuenta de que la Biblia describe al dragón en espera del nacimiento del bebé Mesías, para destruirlo lo más pronto posible.

Con la información que obtenemos del capítulo 12 de Apocalipsis, llegamos a la conclusión de que esta batalla en el cielo entre Miguel y el dragón, calza con los sucesos que se dieron en los días de la muerte de Cristo, ya que ocurre después del nacimiento del Mesías pero antes de la persecución de la iglesia;  exactamente entre el nacimiento del Mesías y la persecución de la iglesia, está la muerte de Cristo.

El mejor lugar para colocar la expulsión de Satanás es alrededor de la cruz de Cristo. Cristo aseguró que la expulsión de Satanás del cielo, ocurriría como resultado de su muerte:

17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. Lucas 10

31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. 32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. 33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.  Juan 12

 En el siguiente texto, nos relata la expulsión de Satanás del cielo, y también se nos hace un recordatorio de que este que fue expulsado es la misma «serpiente antigua”, la que estaba en el Edén, la que engañó a nuestros primeros padres, y su nombre es diablo y Satanás.  Esta expulsión del dragón del cielo, o sea Satanás, está ligada precisamente con la muerte de Cristo.

Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Apocalípsis 12

En Isaías 14:12 encontramos que un ser celestial es arrojado a la Tierra después de fracasar en su intento por hacerse a sí mismo como Dios. Esta expulsión declara con todas sus letras que la expulsión fue del cielo a la tierra.

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Isaías 14

 Ya descubrimos una expulsión de Satanás del cielo, suceso que ocurre con la muerte de Jesucristo. Pero si recurrimos al Espíritu de Profecía, descubrimos que son dos expulsiones del cielo las que ha sufrido Satanás: una expulsión sucedió antes  de que la tierra fuera creada, y la segunda expulsión tuvo lugar al final del ministerio del Mesías, después de la muerte de Jesús.

“Rebelarse contra el gobierno de Dios era un crimen enorme. Todo el cielo parecía estar en conmoción. Los ángeles se ordenaron en compañías; cada división tenía un ángel comandante al frente. Satanás estaba combatiendo contra la ley de Dios por su ambición de exaltarse a sí mismo y no someterse a la autoridad del Hijo de Dios, el gran comandante celestial.

Se convocó a toda la hueste angélica para que compareciera ante el Padre, a fin de que cada caso quedase decidido. Satanás manifestó con osadía su descontento porque Cristo había sido preferido antes que él. Se puso de pie orgullosamente y sostuvo que debía ser igual a Dios y participar en los concilios con el Padre y comprender sus propósitos.

El Señor informó a Satanás que sólo revelaría sus secretos designios a su Hijo, y que requería que toda la familia celestial, incluido Satanás, le rindiera una obediencia absoluta e incuestionable; pero que él (Satanás) había demostrado que no merecía ocupar un lugar en el cielo.

Entonces el enemigo señaló con regocijo a sus simpatizantes, que eran cerca de la mitad de los ángeles, y exclamó: “¡Ellos están conmigo! ¿Los expulsarás también y dejarás semejante vacío en el cielo?” Declaró entonces que estaba preparado para hacer frente a la autoridad de Cristo y defender su lugar en el cielo por la fuerza de su poder, fuerza contra fuerza.  {Historia de la Redención 18.1}

Entonces hubo guerra en el cielo. El Hijo de Dios, el Príncipe celestial y sus ángeles leales entraron en conflicto con el archirrebelde y los que se le unieron.

El Hijo de Dios y los ángeles fieles prevalecieron, y Satanás y sus seguidores fueron expulsados del cielo. Toda la hueste celestial reconoció y adoró al Dios de justicia. Ni un vestigio de rebeldía quedó en el cielo. Todo volvió a ser pacífico y armonioso como antes. Los ángeles lamentaron la suerte de los que habían sido sus compañeros de felicidad y bienaventuranza. El cielo sintió su pérdida. {Historia de la Redención  19.1}

Si notamos en esta primera expulsión de Satanás, Satanás no fue arrojado a la tierra como muchos creen y enseñan, ya que la tierra aún no había sido creada. 

Satanás en esta primera expulsión tampoco fue a otros planetas ¿A dónde fue? A ningún lugar, se quedó a la entrada del cielo,

Entonces hubo guerra en el cielo. El Hijo de Dios, el Príncipe celestial y sus ángeles leales entraron en conflicto con el archirrebelde y los que se le unieron. El Hijo de Dios y los ángeles fieles prevalecieron, y Satanás y sus seguidores fueron expulsados del cielo.—La Historia de la Redención, 19.

Los ángeles se empeñaron en batalla; Satanás quiso vencer al Hijo de Dios y a aquellos que se sometían a su voluntad. Pero prevalecieron los ángeles buenos y fieles, y Satanás, con sus secuaces, fue expulsado del cielo.—Primeros Escritos, 146.

«Satanás tembló al contemplar su obra. Meditaba a solas en el pasado, el presente y sus planes para el futuro. Su poderosa contextura temblaba como si fuera sacudida por una tempestad. Entonces pasó un ángel del cielo. Lo llamó y le suplicó que le consiguiera una entrevista con Cristo. Le fue concedida. Entonces le dijo al Hijo de Dios que se había arrepentido de su rebelión y deseaba obtener nuevamente el favor de Dios. Deseaba ocupar el lugar que Dios le había designado previamente, y permanecer bajo su sabia dirección. Cristo lloró ante la desgracia de Satanás, pero le dijo, comunicándole la decisión de Dios, que nunca más sería recibido en el cielo… Las semillas de la rebelión todavía estaban dentro de él…

Cuando Satanás se convenció plenamente de que no había posibilidad alguna de recuperar el favor de Dios, manifestó su maldad con odio acrecentado y ardiente vehemencia…

Como no pudo lograr que lo admitieran en el cielo, montó guardia en la entrada misma de él, para mofarse de los ángeles y buscar contiendas con ellos cuando entraban y salían.—La Historia de la Redención, 24-27.

 Ahora en medio de todo este problema que tcon Satanás y sus ángeles, viene la creación de la tierra; pareciera que Dios creó una vía de escape, para que Satanás tuviera un lugar donde ir y continuar el combate entre el bien y el mal.

Entonces nos formulamos la pregunta ¿Para qué realmente creó Dios al hombre? La respuesta es que el propósito de Dios en la creación del hombre era repoblar el cielo.

Ya la mitad de la población angelical ya se había perdido, y la intención de Dios, cuando creo al hombre, era repoblar ese vacío dejado por los ángeles con el mismo hombre. Tenemos que recordar que los ángeles no se pueden procrear, pero a los humanos se les dio esa facultad y esa bendición de poder procrearse. 

Después de la caída del hombre, el plan de Dios para repoblar el vacío dejado por los ángeles en el cielo, aún sigue en pie, ya que los redimidos llenarán la vacante dejada por los ángeles.

«Dios creó al hombre para la gloria divina, para que después de pasar por la prueba y la aflicción la familia humana pudiera llegar a ser una con la familia celestial. El propósito de Dios era repoblar el cielo con la familia humana.»—Comentario Bíblico Adventista 1:1096.

«Las vacantes que se produjeron en el cielo por la caída de Satanás y sus ángeles, serán llenadas por los redimidos del Señor.»—The Review and Herald, 29 de mayo de 1900

Tenemos que recordar que Satanás no tenía en la mira vencer a la tierra solamente, el creía que en la misma forma que pudo engañar a la mitad de la población angelina, tenía la capacidad de engañar a los otros mundos; por lo tanto su plan era de alcance universal, no solamente terrenal.

«El gobierno de Dios no sólo incluía a los habitantes del cielo sino también a los de todos los mundos creados. Satanás pensó que si él podía arrastrar a las inteligencias celestiales en su rebelión, también podía hacerlo con los seres de otros mundos.»—The Review and Herald, 9 de marzo de 1886. {La Verdad Acerca de los Ángeles 39.2}

 Las verdaderas intenciones  o motivos de Satanás en hacer caer a los habitantes de la tierra fueron dos:

El primer motivo y prioridad número uno, interesantemente, fue buscar una segunda oportunidad para obtener la misericordia y el perdón de Dios. Satanás creía que si el hombre pecaba, la misericordia de Dios perdonaría al hombre y entre el hombre se los podría incluir a ellos.

«Los seguidores de Satanás salieron a su encuentro, y él se levantó, asumiendo un aire arrogante, y les informó acerca de sus planes para apartar de Dios al noble Adán y a su compañera Eva. Si de alguna manera podía inducirlos a desobedecer, Dios haría algo para perdonarlos; entonces él y todos los ángeles caídos dispondrían de una buena oportunidad para compartir con ellos la misericordia de Dios.” {HR 28.1 Historia de la Redención }

La segunda prioridad, por si la primera fallaba, era posesionarse del árbol de la vida; una vez logrado esto, ellos pensaban tener un territorio de acción; su oficina universal sería la tierra, y el árbol de la vida les garantizaría la vida eterna.

 «Si eso fallaba, podrían unirse con Adán y Eva, pues una vez que hubieran transgredido la ley de Dios estarían sometidos a la ira divina lo mismo que ellos. Su transgresión también los pondría a ellos en estado de rebelión, y podrían unirse con Adán y Eva para tomar posesión del Edén y establecer allí su morada. Y si lograban tener acceso al árbol de la vida que estaba en medio del jardín, su fortaleza sería, según ellos, igual a la de los ángeles santos, y ni Dios mismo podría expulsarlos de allí.» {HR 28.1 Historia de la Redención }

Pero no contaba Satanás con la idea de que Dios tomaría posesión inmediatamente del árbol de la vida. No sólo tomó posesión del árbol de la vida solamente, sino de todo el complejo jardín del Edén.

De acuerdo con el Espíritu de Profecía, el jardín del Edén fue trasladado al cielo antes del diluvio, y Dios lo tiene guardado y remodelado para ser entregado de nuevo a su antiguos dueños -los seres humanos redimidos-, cuando la tierra sea renovada

«Santos ángeles fueron enviados a conducir a la pareja desobediente fuera del jardín, mientras otros ángeles guardaban el camino al árbol de la vida. Cada uno de estos poderosos ángeles tenía una espada resplandeciente en su mano derecha.»—Spiritual Gifts 3:45.  (Regalos Espirituales)

«Ángeles poderosos, con rayos de luz que parecían espadas encendidas que se movían en todas direcciones, fueron colocados como centinelas para evitar que Satanás o la pareja culpable tuvieran acceso al árbol de la vida.»—The Review and Herald, 24 de febrero de 1874. 

«El huerto del Edén permaneció en la tierra mucho tiempo después que el hombre fuera expulsado de sus agradables senderos. Durante mucho tiempo después, se le permitió a la raza caída contemplar de lejos el hogar de la inocencia, cuya entrada estaba vedada por los vigilantes ángeles.»—Historia de los Patriarcas y Profetas,

 Entonces llegamos a la conclusión de que ha habido dos expulsiones de Satanás del cielo: La primera se da después de su rebelión y la segunda se da después de la muerte de Cristo.

Yo personalmente creo que la segunda expulsión de Satanás se dio en el mismo domingo de la resurrección; el domingo en la mañana, cuando María lo encontró; Jesús no permitió el contacto físico de ella con él. Ella estaba a punto de abrazarlo, pero Jesús se lo impidió: «Le dice Jesús: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.» Juan 20: 17    María es comisionada para dar las buenas nuevas a los discípulos, y allí mismo también Jesús le indica que irá inmediatamente al trono del Padre en los cielos.

Más tarde en ese mismo día Jesús se le presenta a los 11 discípulos a la hora de la cena, y él los invita a tocarlo y darse cuenta de que él no era un espíritu:  36 Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.  37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu.  38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? 39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.  40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. (Lucas 24)

Jesús se negó a recibir el homenaje de los suyos hasta tener la seguridad de que su sacrificio era aceptado por el Padre. Ascendió a los atrios celestiales, y de Dios mismo oyó la seguridad de que su expiación por los pecados de los hombres había sido amplia, de que por su sangre todos podían obtener vida eterna. El Padre ratificó el pacto hecho con Cristo, de que recibiría a los hombres arrepentidos y obedientes y los amaría como a su Hijo. Cristo había de completar su obra y cumplir su promesa de hacer “más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ophir al hombre.”3 En cielo y tierra toda potestad era dada al Príncipe de la vida, y él volvía a sus seguidores en un mundo de pecado para darles su poder y gloria. « {Deseado de Todas las Gentes 734.3}

Ese día domingo, fue un día muy especial: Jesús se presentó en el cielo para recibir la aprobación del Padre por su sacrificio. Su obra se había realizado en armonía con las expectativas del Padre y cumplía con las demandas del Cielo para la salvación del hombre.

El imperio de Satanás había caído. Ahora Jesús, con su muerte, con su resurrección y con la aprobación de Dios, había logrado arrebatar la tierra a su antiguo príncipe. Para mí, es allí donde se cumplen las palabras de capítulo 12 de Apocalípsis:

 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

Elena de White, visitó el cielo en varias ocasiones y encontró el sistema de seguridad angelical a la entrada del cielo; posiblemente para evitar el acceso al cielo de algún ser no deseado o expulsado anteriormente:

«En la santa ciudad hay perfecto orden y armonía. Todos los ángeles comisionados para visitar la tierra llevan una tarjeta de oro que, al salir o entrar en la ciudad, presentan a los ángeles de la puerta. El cielo es un lugar agradable. Yo anhelo estar allí y contemplar a mi hermoso Jesús que por mí dió la vida, y ser transmutada a su gloriosa imagen. ¡Oh! ¡quién me diera palabras para expresar la gloria del brillante mundo venidero! Estoy sedienta de las vivas corrientes que alegran la ciudad de nuestro Dios.» {Primeros Escritos 39.2}

Sí, amado lector: todo esfuerzo o trabajo que hagamos en esta tierra por pregonar a Cristo crucificado y resucitado, amerita los resultados.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El usurpador continuó justificándose a sí mismo hasta el mismo fin del conflicto en el cielo. Cuando se anunció que junto con todos sus simpatizantes debía ser expulsado de las moradas de gloria, entonces el caudillo rebelde atrevidamente expresó su desprecio por la ley del Creador. Condenó los estatutos divinos como una restricción de la libertad de sus seguidores y declaró que tenía el propósito de conseguir que la ley fuera abolida. Unánimemente, Satanás y su hueste echaron toda la culpa de su rebelión a Cristo, declarando que si no hubiesen sido reprobados, nunca se hubieran rebelado.

La rebelión de Satanás habría de ser una lección para el universo a través de todos los siglos venideros, un testimonio perpetuo de la naturaleza y de los terribles resultados del pecado. La actuación del gobierno de Satanás, sus efectos tanto sobre los hombres como sobre los ángeles, demostrarían cuál es el inevitable fruto de desechar la autoridad divina. Testificarían que el bienestar de todas las criaturas que Dios ha hecho depende de la existencia del gobierno divino y de su ley. De modo que la historia de este terrible ensayo de rebelión habría de ser una salvaguardia perpetua para todos los seres santos inteligentes, para impedir que fueran engañados en cuanto a la naturaleza de la transgresión, para librarlos de cometer pecados y sufrir su castigo (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, {4BC}, t. 4, pp. 1183, 1184).

Si permitimos que el exceso de trabajo nos aleje de nuestro propósito de buscar diariamente al Señor, cometeremos los mayores errores; incurriremos en pérdidas, porque el Señor no está con nosotros; así hemos cerrado la puerta para que él no tenga acceso a nuestras almas. Pero si oramos aun cuando tenemos las manos ocupadas, los oídos del Salvador están abiertos para escuchar nuestras peticiones. Si estamos decididos a no separarnos de la fuente de nuestra fortaleza, Jesús se pondrá decididamente a nuestra mano derecha para ayudarnos, a fin de que nuestros enemigos no nos avergüencen. La gracia de Cristo puede cumplir por nosotros todo lo que nuestros esfuerzos fallarán en hacer. Los que aman y temen a Dios pueden estar rodeados por una multitud de cuidados, y sin embargo no fallar ni hacer sendas torcidas para sus pies. Dios se ocupa de vosotros en el lugar donde desempeñáis vuestro deber. Pero aseguraos de ir con frecuencia al lugar donde se acostumbra a orar… [Los salvos] vencieron por medio de la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio. En medio de la contaminación moral que prevalecía en todas partes, se mantuvieron firmes en su integridad, ¿y por qué? Porque participaban de la naturaleza divina, y así escaparon de la corrupción que se encuentra en el mundo a causa de la concupiscencia… Solamente una vida que depende constantemente del Salvador es una vida de santidad (Consejos sobre la salud, {CSI}, p. 421).

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Miércoles 4 de abril | Lección 1____________________________________________________

CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN

El libro de Apocalipsis predijo la persecución que el pueblo de Dios afrontaría durante buena parte de la historia de la iglesia. Los 1.260 días proféticos de Apocalipsis 12:6 (ver además Apoc. 12:14) apuntan a 1.260 años durante los cuales se persigue a la iglesia.

“Esas persecuciones, que empezaron bajo Nerón cerca del tiempo del martirio de Pablo, continuaron con mayor o menor furia por varios siglos. Los cristianos eran inculpados calumniosamente de los más espantosos crímenes y eran señalados como la causa de las mayores calamidades: hambres, pestes y terremotos. Como llegaron a ser objeto de los odios y las sospechas populares, no faltaban los delatores que, por vil interés, estaban listos para vender a los inocentes. Se los condenaba como rebeldes contra el Imperio, enemigos de la religión y azotes de la sociedad. Muchos eran arrojados a las fieras o quemados vivos en los anfiteatros” (CS 38).

Al mismo tiempo, la mujer (iglesia) huyó al desierto (Apoc. 12:6). Se la describe con dos alas como de águila. Esto da la idea de huir en busca de ayuda. Ella fue cuidada en el desierto, y la serpiente, o Satanás, no pudo llegar a ella (Apoc. 12:14). Dios siempre ha conservado un remanente, incluso durante las persecuciones importantes, y lo volverá a hacer en el tiempo del fin.

En el contexto de los peligros de los últimos días, Cristo le dijo a su pueblo: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:20). ¿Cómo entendemos esta maravillosa promesa, incluso frente al vasto martirio de muchos de sus seguidores? (Ver Rom. 8:31-39; Mat. 10:28.)

Romanos 8:31-39

31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?  32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?  33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.  34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.  35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.  37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.  38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,  39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Mateo 10:28

28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

Nada, ni siquiera la persecución, ni el hambre, ni la muerte pueden separarnos del amor de Dios. La presencia de Cristo con nosotros, ya sea ahora o en los últimos tiempos, no significa que nos libraremos del dolor, el sufrimiento, las pruebas o, incluso, la muerte. Nunca se nos prometió esas exenciones en esta vida. Sí significa que, por medio de Jesús y de lo que él hizo por nosotros, podemos vivir con la esperanza y la promesa de que Dios está con nosotros en estas pruebas y que tenemos la promesa de vida eterna en el cielo nuevo y la Tierra Nueva. Podemos vivir con la esperanza de que, más allá de lo que nos pase aquí, al igual que Pablo, podemos estar seguros de que “me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Tim. 4:8). Nosotros, que “ama[mos] su venida”, podemos reclamar esta esperanza y promesa para nosotros también.

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.   (Mateo 28)

 «…apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios…» (Hechos 1:3)

«Cuarenta días» es un espacio de tiempo muy significante en la Biblia. Dios usa el número 40 como un término de prueba antes de que algún suceso importante ocurra con algo que tenga que ver con el reino de Dios.

  • Moisés estuvo cuarenta días y cuarenta noches antes de recibir los diez mandamientos
  • Después de que Moisés destruyó las tablas de piedras originales, pasó otros cuarenta día con el Señor, antes de recibir las nuevas tablas de los mandamientos
  • Los espías tomaron cuarenta días para explorar la tierra prometida
  • Cuarenta años peregrinó Israel por el desierto
  • Cuarenta días caminó Elías a través del desierto, dirigido por Dios hasta llegar al monte Horeb
  • Cuarenta días dio Dios a Nínive para que se arrepintieran sus habitantes
  • A los cuarenta días Jesús fue presentado en el templo
  • Cuarenta días Jesús oró y ayunó antes de ser tentado y comenzar su ministerio
  • Y ahora encontramos que Jesús tomó cuarenta días para estar con sus discípulos antes de su ascensión al cielo

Lo significante de este número en verdad no lo sabemos, pero la repetición de este espacio de tiempo y que usualmente está conectado con eventos importantes, nos lleva a pensar que hay un misterio divino es este espacio de tiempo que Dios usa para con los humanos.

Estas son las apariciones de Jesús registradas por la Biblia durante esos cuarenta días:

  • A María Magdalena (Marcos 16 y Juan 20)
  • A la mujer que lo visitó en el sepulcro, la misma que llevó a los discípulos el mensaje de reunirse con Jesús en Galilea (Mateo 28: 1-10)
  • A Pedro (Lucas 24:33))
  • A Cleofas y el otro, en el camino a Emaús  (Lucas 24: 36-43)
  • A los 11 discípulos en Jerusalén, con la ausencia de Tomás (Lucas 24: 36-43)
  • «Ochos días después» a los discípulos, estando Tomás presente (Marcos 16:14)
  • A algunos discípulos mientras pescaban en el mar de Galilea (Juan 21: 1-24)
  • A Santiago (1 Corintios 15: 7)
  • A los discípulos, posiblemente todos ellos en cierta montaña de Galilea (1 Corintios 15: 6)
  • En la mañana de la ascensión (Lucas 24: 43-51)

 Jesús deseaba asegurar a sus discípulos que su resurrección era real. Jesús deseaba que, antes de partir, en los discípulos no quedara ni la menor duda de su existencia, por lo tanto una sola reunión no era suficiente.

Las pruebas de su existencia fueron multiplicadas y sus visitas se repetían constantemente. Su aspecto se hizo familiar a los discípulos, lo escucharon hablar, comió con ellos, incluso les preparó alimentos a la orilla del mar de Galilea.

Cuando Cristo partió, en la mente de los discípulos no quedó la idea de haber recibido una visión vaga acerca de la resurrección de Cristo; ellos quedaron convencidos de que la presencia de Jesús después de su resurrección era real, ellos lo presenciaron y lo palparon. Jesús era real: había vencido la muerte.

Esos cuarenta días de Jesús con sus discípulos, darían sus frutos en los siguientes cuarenta años de gracia que tenía Jerusalén, antes de ser destruida por los romanos.

Si comenzamos a contar esos 40 días que Jesús estuvo con sus discípulos, desde su resurrección que fue el domingo por la mañana hasta el día de su ascensión al cielo, podríamos llegar a la conclusión que el día que Jesús regresó al cielo fue un viernes.

1-Domingo, 2-lunes, 3-martes, 4-miércoles, 5-jueves, 6-viernes, 7-sábado

8-domingo, 9-lunes, 10-martes, 11-miércoles, 12-jueves, 13-viernes, 14-sábado,

15-domingo, 16-lunes, 17-martes, 18-miércoles, 19-jueves, 20-viernes,  21-sábado

22-domingo, 23-lunes, 24-martes, 25-miércoles, 26-jueves, 27-viernes, 28-sábado,

29-domingo, 30-lunes, 31-martes, 32-miércoles, 33-jueves, 34-viernes, 35-sábado,

36-domingo, 37-lunes, 38-martes, 39-miércoles, 40-jueves.

«…apareciéndoseles durante cuarenta días” Hasta el día jueves se les apareció.  El día 41, que ya era viernes, era el día de partir, para pasar su primer día de descanso en el cielo, en compañía del Padre y todas las huestes que se hicieron presentes en esa ocasión especial, en el que daba  la bienvenida al Rey de reyes y Señor de señores, que regresaba triunfante a la patria celestial.

Fue al final de esos 40 días que Jesús pronunció esta hermosa promesa: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”

En la Biblia encontramos dos despedidas que hace Jesús a su iglesia: la primera es la de Mateo 28, donde hay una conversación íntima entre Jesucristo y sus discípulos. Jesús les dice «yo me voy, pero aunque me vaya “yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Es una promesa que nos alcanza aun a nosotros y alcanzará a todos aquellos que crean en Cristo hasta que este mundo de pecado llegue a su final.

La segunda despedida de Cristo la encontramos precisamente al cerrar la Escritura, en Apocalipsis 22 donde leemos: «12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra 20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús». En estos versículos encontramos que el amor de Jesús para con su iglesia es el mismo, a pesar de que la iglesia está privada de su presencia corporal.

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.  (Mateo 28)

Antes de partir, Jesús se dirige primeramente al departamento de ministerios personales -obra misionera: 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Inmediatamente después de haberse dirigido al departamento de obra misionera, Cristo se dirige a la Asociación Ministerial -departamento pastoral de la iglesia: 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado

El Señor impartió ánimo, aliento y esperanza para que la obra se termine aquí en la tierra. El dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.”

También dijo: «y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»

La promesa no es solo hasta el fin del mundo, sino que también todos los días, sin interrupción. Cada palabra en esta expresión es muy enfática. Cristo estaría ausente con su presencia visible, pero estaría presente con su presencia espiritual. Por eso prometió la presencia permanente del Espíritu Santo.

Jesucristo, con su muerte en la cruz, quedó -por así decirlo- «clavado» a la naturaleza humana. En pocas palabras, Jesús es un ser humano que camina por los cielos, una vez que dejó de ser la persona de la Deidad que era antes de su nacimiento en este mundo, perdió uno de sus atributos más grandes -la omnipresencia, hoy ya no puede estar en todos lugares al mismo tiempo, como antes de su nacimiento; con todo esto no ha dejado de ser Dios.

Cuando Cristo ascendió a los cielos, prometió estar todos los días, hasta el fin del mundo, a través de la presencia del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es el único y verdadero representante de Cristo en la tierra, Por su medio, estará con nosotros todos los días hasta que Cristo regrese de nuevo a la tierra, para recoger a sus santos…

Esta es una esperanza gloriosa y bienaventurada. Como seguidores de Cristo, somos realmente muy bendecidos al contar hoy con esas promesas poderosas y confiables.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La historia de la verdad ha sido siempre el relato de una lucha entre el bien y el mal. La proclamación del Evangelio se ha realizado siempre en este mundo haciendo frente a la oposición, los peligros, las pérdidas y el sufrimiento.

¿Cuál fué la fortaleza de los que en tiempos pasados padecieron persecución por causa de Cristo? Consistió en su unión con Dios, con el Espíritu Santo y con Cristo. El vituperio y la persecución han separado a muchos de sus amigos terrenales, pero nunca del amor de Cristo. Nunca es tan amada de su Salvador el alma combatida por las tormentas de la prueba como cuando padece afrenta por la verdad. “Yo le amaré, y me manifestaré a él,” dijo Cristo. Juan 14:21. Cuando el creyente se sienta en el banquillo de los acusados ante los tribunales terrenales por causa de la verdad, está Cristo a su lado. Cuando se ve recluído entre las paredes de una cárcel, Cristo se le manifiesta y le consuela con su amor. Cuando padece la muerte por causa de Cristo, el Salvador le dice: Podrán matar el cuerpo, pero no podrán dañar el alma. “Confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33. “No temas, que yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10 (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, pp. 69, 70).

Aquellos que procuran ser fieles a Dios deben negarse muchos de los placeres mundanos; su camino puede ser cortado, y su obra puede ser estorbada por los enemigos de la verdad; pero no hay ningún poder capaz de cerrar la puerta de comunicación entre Dios y sus almas. El cristiano mismo puede cerrar esta puerta por indulgencia en el pecado, o por rechazo de la luz celestial. Puede apartar sus oídos del mensaje de verdad, y mediante este procedimiento cortar la conexión entre Dios y su alma. …

Todos los días tenemos el precioso privilegio de conectarnos con Cristo, quien ha abierto una puerta delante de nosotros. Todo el cielo está a nuestras órdenes. Si somos hijos obedientes de Dios, obtendremos diariamente una medida de gracia. No importa qué tentaciones, dificultades o persecuciones nos sobrevengan, no debemos desanimarnos. Ni el hombre ni Satanás pueden cerrar la puerta que Cristo ha abierto para nosotros (Nuestra elevada vocación, {NEV}, p. 130).

Dios no conduce nunca a sus hijos de otra manera que la que ellos elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio, y discernir la gloria del propósito que están cumpliendo como colaboradores suyos. Ni Enoc, que fué trasladado al cielo, ni Elías, que ascendió en un carro de fuego, fueron mayores o más honrados que Juan el Bautista, que pereció solo en la mazmorra, “A vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él.” Y de todos los dones que el Cielo puede conceder a los hombres, la comunión con Cristo en sus sufrimientos es el más grave cometido y el más alto honor (El Deseado de todas las gentes, {DTG}, p. 197).

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Lección 1 | Jueves 5 de abril________________________________________________________

LA LEY Y EL EVANGELIO

Como adventistas del séptimo día, nuestro nombre proclama gran parte de lo que representamos. El vocablo Adventista señala nuestra creencia en la segunda venida de Jesús, una verdad que solo puede existir debido a lo que Cristo hizo con su muerte expiatoria en su primer advenimiento. La expresión “del séptimo día” representa el día de reposo sabático, que apunta a nuestra creencia no solo en ese Mandamiento específico, sino también incluye implícitamente todo los Mandamientos. Por lo tanto, nuestro nombre Adventista del Séptimo Día señala dos componentes fundamentales e inseparables de la verdad presente: la ley y el evangelio.

¿De qué modo estos versículos indican el estrecho vínculo entre la Ley y el evangelio?

Jeremías 44:23

23 Porque ofrecisteis incienso y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis a la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley ni en sus estatutos ni en sus testimonios; por tanto, ha venido sobre vosotros este mal, como hasta hoy.

Romanos 3:20-26

20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. 21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;  22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,  23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,  24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,  25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,  26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Romanos 7:7

¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

El evangelio es una buena noticia, la buena nueva de que, aunque hayamos pecado al infringir la Ley de Dios, podemos recibir el perdón de nuestros pecados mediante la fe en lo que Cristo hizo por nosotros en la Cruz. Además, se nos ha dado el poder de obedecer plenamente esa Ley.

Entonces, no es de extrañar que, en el contexto de los últimos días, cuando el Gran Conflicto brame con especial ferocidad, se describa al pueblo de Dios de una manera muy específica.

Lee Apocalipsis 14:12. ¿En qué forma revela este versículo el vínculo entre la Ley y el evangelio?

Apocalipsis 14:12

12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

Como adventistas del séptimo día, un pueblo que cree en la obediencia a la Ley de Dios, ¿de qué modo podemos mostrarles a los demás que la obediencia a la Ley no es legalismo, sino que es una consecuencia natural de amar a Dios y ser salvos por él? ¿De qué manera versículos como Deuteronomio 11:1 y 1 Juan 5:3 pueden reforzar este tema?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

El estudio de este día se comprende muy bien con la información del folleto y el Espíritu de Profecía.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

A fin de ser candidatos para el cielo, debemos hacer frente a los requerimientos de la ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Lucas 10:27. Sólo podemos hacer esto al aferrarnos por fe de la justicia de Cristo. Contemplando a Jesús recibimos en el corazón un principio viviente y que se expande; el Espíritu Santo lleva a cabo la obra y el creyente progresa de gracia en gracia, de fortaleza en fortaleza, de carácter en carácter. Se amolda a la imagen de Cristo hasta que en crecimiento espiritual alcanza la medida de la estatura plena de Cristo Jesús. Así Cristo pone fin a la maldición del pecado y libera al alma creyente de su acción y efecto.

Sólo Cristo puede hacer esto, pues “debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del mundo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”. Hebreos 2:17, 18 (Mensajes selectos, {1MS}, t. 1, p. 463).

Cristo llevó verdaderamente el castigo de los pecados del mundo, para que su justicia pudiese ser imputada a los pecadores, para que por medio del arrepentimiento y la fe pudieran llegar a ser semejantes a él en santidad del carácter. Él dice: “Yo llevo la culpa de los pecados del hombre. Permíteme llevar el castigo, y que el pecador arrepentido esté inocente delante de ti”. En el momento en que el pecador crea en Cristo, es considerado a la vista de Dios como sin condenación; porque la justicia de Cristo es suya: le es imputada la obediencia perfecta de Cristo. Pero debe colaborar con el poder divino, y ejercer su esfuerzo humano en subyugar el pecado, y levantarse completo en Cristo.

El rescate pagado por Cristo es suficiente para la salvación de todos los hombres; pero se aplicará solo a aquellos que lleguen a ser nuevas criaturas en Cristo Jesús, sujetos leales al reino eterno de Dios. Su sufrimiento no escudará del castigo al pecador desleal, no arrepentido (Fundamentals of Christian Education, pp. 429, 430).

El apóstol Pablo, refiriéndose a los últimos días, dijo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina”. 2 Timoteo 4:3. Ya hemos entrado de lleno en ese tiempo. Las multitudes se niegan a recibir las verdades bíblicas porque estas contrarían los deseos de los corazones pecaminosos y mundanos; y Satanás les proporciona los engaños en que se complacen.

Pero Dios tendrá en la tierra un pueblo que sostendrá la Biblia y la Biblia sola, como piedra de toque de todas las doctrinas y base de todas las reformas. Ni las opiniones de los sabios, ni las deducciones de la ciencia, ni los credos o decisiones de concilios tan numerosos y discordantes como lo son las iglesias que representan, ni la voz de las mayorías, nada de esto, ni en conjunto ni en parte, debe ser considerado como evidencia en favor o en contra de cualquier punto de fe religiosa. Antes de aceptar cualquier doctrina o precepto debemos cerciorarnos de si los autoriza un categórico “Así dice Jehová”.

Satanás trata continuamente de atraer la atención hacia los hombres en lugar de atraerla hacia Dios. Hace que el pueblo considere como sus guías a los obispos, pastores y profesores de teología, en vez de estudiar las Escrituras para saber por sí mismo cuáles son sus deberes. Dirigiendo luego la inteligencia de esos mismos guías, puede entonces también encaminar las multitudes a su voluntad (El conflicto de los siglos, {CS}, pp. 580, 581).

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Viernes 6 de abril | Lección 1_______________________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee Apocalipsis 12:9 al 12; y “El origen del mal”, en Patriarcas y profetas, pp. 11-23.

“Mientras todos los seres creados reconocieron la lealtad del amor, hubo perfecta armonía en el universo de Dios. Cumplir los designios de su Creador era el gozo de las huestes celestiales. Se deleitaban en reflejar la gloria de Dios y en manifestarle alabanza. Y, mientras el amor de Dios fue supremo, el amor de unos por otros fue confiado y desinteresado. No había nota de discordia que echara a perder las armonías celestiales. Pero, se produjo un cambio en ese estado de felicidad. Hubo uno que pervirtió la libertad que Dios había otorgado a sus criaturas. El pecado se originó en aquel que, después de Cristo, había sido el más honrado por Dios” (PP 13).

Observa las palabras de Elena de White: la “lealtad del amor”. Esta frase poderosa, llena de significado, apunta al hecho de que el amor conduce a la lealtad, a la fidelidad. Un cónyuge que ama a su pareja manifestará ese amor a través de la lealtad. Fue así con estos seres celestiales, y así debería ser ahora con nosotros en nuestra relación con Dios.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Qué evidencias bíblicas tenemos, que indiquen la realidad no solo de Satanás, sino también de su papel en el Gran Conflicto? ¿De qué formas podemos ayudar a otros a entender que Satanás es un ser real y personal, y no solo un símbolo del mal en el corazón humano?
  2. Como adventistas del séptimo día, hemos sido bendecidos con una cantidad increíble de conocimiento con respecto a la verdad bíblica. Aunque este conocimiento es maravilloso, ¿por qué tenerlo no es suficiente para salvarnos? ¿Qué necesitamos además del conocimiento intelectual?
  3. ¿De qué maneras has experimentado la presencia de Jesús en tu vida, incluso ahora? ¿Cómo pueden ayudarte estas experiencias en cualquier tiempo de angustia que tengas que afrontar?
  4. Dialoguen en la clase acerca de la expresión “la lealtad del amor”. ¿En qué sentido esta idea puede ayudarnos a entender mejor la relación entre la Ley y la gracia, y entre la fe y la obediencia? ¿Qué nos enseña sobre la libertad inherente a la idea del amor? ¿Cómo podemos revelar, incluso ahora, la “lealtad del amor”?

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Escrito por: Tony García.

Gramática revisada por:
Pastor Noel Ruiloba y Nory Ester Garcia-Marenko

Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
http://www.sevendayradio.com
http://www.escuelasabaticamaestros.com
Madrid, España 2018

2 pensamientos en “LECCIÓN 1 – EL CONFLICTO CÓSMICO – PARA EL 7 DE ABRIL DE 2018

  1. Gracias a Dios por la bendicion de tener personas como ustedes para nutrir a su pueblo,que Dios siga bendiciendoles y proveyendo los medios para continuar esparciendo este mensaje de salvacion.

  2. Muchas gracias hermano Tony. Dios le siga bendiciendo. Feliz sábado. Saludos a su esposa e hijos.
    Saludos al Ptr. Ruiloba y a la hermana Nory Esther

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