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Lección 10 – ADORACIÓN AL SEÑOR – Para el 7 de diciembre de 2019

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Lección 10: Para el 7 de diciembre de 2019

ADORACIÓN AL SEÑOR

Sábado 30 de noviembre_______________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Nehemías 12:27–47; 1 Crónicas 25:6–8; 1 Juan 1:7–9; Juan 1:29, 36; 1 Corintios 5:7; Hebreos 9:1–11.

PARA MEMORIZAR:

“Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel” (Esd. 3:11).

El versículo para memorizar de esta semana nos da una idea de las prácticas de adoración de los hebreos y cómo su gratitud hacia Dios se había desbordado en alabanza a él. En 515 a.C., celebraron la dedicación del nuevo Templo (Esd. 6:15–18) y luego, unos sesenta años después, el pueblo celebró la dedicación del muro completo de Jerusalén (Neh. 6:15–7:3; 12:27 en adelante).

Luego de enumerar las genealogías en Nehemías 11 y 12, el autor hace la transición al momento de la celebración por la dedicación del muro de la ciudad. La nación acostumbraba a dedicar cosas a Dios: el Templo, un muro de la ciudad o incluso casas y edificios públicos. Esa dedicación era preparada con esmero, y era acompañada con cantos, música, banquetes, sacrificios, regocijo, alegría y la purificación del pueblo. David estableció la práctica de los sacrificios durante una dedicación, y luego los dirigentes de Israel siguieron su ejemplo, comenzando con Salomón cuando llevó el arca al Templo (1 Rey. 8:5).

Esta semana veremos cómo adoraron al Señor durante esta oportunidad y veremos cosas que, quienes adoramos al mismo Señor, podemos aplicar a nosotros mismos.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

No necesitamos decir que esta alabanza y este agradecimiento eran completamente apropiados. La casa sobre la cual descansaba su vista era lo bastante importante para el Señor como para que él enviara su mensaje vez tras vez con el fin de animar a los edificadores. El Señor da a sus siervos palabras para hablar; y todos debieran haber… expresado esta gratitud… cuando vieron que se puso el fundamento de la casa (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 3, pp. 1151, 1152).

Los obreros empeñados en preparar los materiales de construcción encontraron entre las ruinas algunas de las inmensas piedras que se habían llevado al sitio del templo en los tiempos de Salomón. Las acomodaron para poder usarlas, y se proveyó además mucho material nuevo; de manera que pronto la obra hubo progresado al punto en que debía ponerse la piedra fundamental. Esto se hizo en presencia de muchos miles que se habían congregado para contemplar el progreso de la obra y para expresar su gozo por tener una parte en ella. Mientras se estaba colocando la piedra angular, el pueblo, acompañado por las trompetas de los sacerdotes y los címbalos de los hijos de Asaf, “cantaban, alabando y confesando a Jehová, y decían: Porque es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel.” Esdras 3:11 (Profetas y reyes, {PR}, p. 411).

Después de que fue acabado el templo, Salomón llamó a todo el pueblo de Israel, y muchas otras naciones vinieron a presenciar la dedicación de la casa de Dios. Fue dedicada con gran esplendor. Salomón se dirige al pueblo, y busca arrancar de las mentes de todos los presentes las supersticiones que han nublado las mentes de las naciones paganas en cuanto a Jehová. Les dice que Dios no es como los dioses paganos, que son confinados a los templos construidos para ellos; sino que el Dios de Israel se encontrará con ellos por medio de su Espíritu cuando el pueblo se reúne en la casa dedicada a su adoración.

Salomón se arrodilla delante de Dios en presencia de toda la inmensa congregación y ofrece su súplica a Dios…

“Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de Jehová llenó la casa. Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre” [2 Crónicas 7:1-3] (Spiritual Gifts, t. 4ª, p. 98).

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Domingo 1º de diciembre | Lección 10________________________________________

ENTONAR EL CANTO PARA JEHOVÁ

Lee Nehemías 12:27 al 29. Observa algunas de las palabras clave que revelan cómo eran la adoración y la alabanza. ¿Cómo las describirías?

Nehemías 12:27-29

27 Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras. 28 Y fueron reunidos los hijos de los cantores, así de la región alrededor de Jerusalén como de las aldeas de los netofatitas; 29 y de la casa de Gilgal, y de los campos de Geba y de Azmavet; porque los cantores se habían edificado aldeas alrededor de Jerusalén.

La nación israelita le había encomendado a una clase específica de levitas que fueran cantores y músicos para los servicios del Templo. Dios dirigía la práctica y dio instrucciones para el servicio, ya que la adoración en el Templo debía ser hermosa y profesionalmente ejecutada.

El rey David había organizado esta práctica en un sistema más elaborado y magnífico que el que se había utilizado anteriormente. Por lo tanto, los descendientes de Asaf, a quienes David había designado como directores de la adoración en el Templo, todavía eran designados como “cantores, sobre la obra de la casa de Dios” (Neh. 11:22).

Busca 1 Crónicas 25:6 al 8. ¿Qué nos enseña esto acerca de cuán esencial e importante era la música para la adoración y para entonar “el canto para Jehová”?

1 Crónicas 25:6-8

Y todos éstos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban por disposición del rey.Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue doscientos ochenta y ocho.Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.

Los cantores eran levitas y, por lo tanto, oficialmente estaban asignados al Templo. Por consiguiente, ofrecer música para los servicios del Templo era su trabajo remunerado. Durante la época del rey David, se organizó una verdadera academia de música que él supervisaba. Tenía maestros y alumnos, jóvenes y ancianos, que trabajaban en turnos en el Templo, ofreciendo música. Algunos eran instrumentistas; otros, cantores; e incluso otros se encargaban de los instrumentos y la ropa que se usaba para los cultos. ¿Cuál era el propósito de una organización tan profesional? Servía para desarrollar talento y la visión de excelencia en la adoración. La excelencia siempre debe ser una meta en la adoración. Las alabanzas deben provenir del corazón y expresarse de la mejor manera para que la gente se eleve espiritualmente. Cabe suponer que los músicos y los cantores que servían en el Templo eran cuidadosamente seleccionados para dirigir el culto de adoración.

¿De qué maneras has experimentado el gozo de la adoración a través de la música? ¿En qué medida esto es importante para ti?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Mientras el pueblo vagaba por el desierto, el canto era un medio de grabar en sus mentes muchas lecciones preciosas. Cuando fueron librados del ejército de Faraón, toda la hueste de Israel se unió en un canto de triunfo. Por el desierto y el mar resonaron a lo lejos las estrofas de júbilo y en las montañas repercutieron los acentos de alabanza: “¡Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido” [Éxodo 15:21]. Con frecuencia se repetía durante el viaje este canto que animaba los corazones y encendía la fe de los peregrinos. Por indicación divina se expresaban también los mandamientos dados desde el Sinaí, con las promesas del favor de Dios y el relato de los milagros que hizo para librarlos, en cantos acompañados de música instrumental, a cuyo compás marchaba el pueblo mientras unía sus voces en alabanza (La educación, {ED}, p. 39).

Con cantos, música y gran pompa, “los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el oratorio de la casa, en el lugar santísimo”.. 2 Crónicas 5:7. Al salir del santuario interior, se colocaron en los lugares que les habían sido asignados. Los cantores, que eran levitas ataviados de lino blanco y equipados con címbalos, salterios y arpas, se hallaban en el extremo situado al oriente del altar, y con ellos había 120 sacerdotes que tocaban las trompetas. 2 Crónicas 5:12.

“Sonaban pues las trompetas, y cantaban con la voz todos a una, para alabar y confesar a Jehová: y cuando alzaban la voz con trompetas y címbalos e instrumentos de música, cuando alababan a Jehová, diciendo: Porque es bueno, porque su misericordia es para siempre: la casa se llenó entonces de una nube, la casa de Jehová. Y no podían los sacerdotes estar para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había henchido la casa de Dios.”. 2 Crónicas 5:13, 14 (Profetas y reyes, {PR}, pp. 27, 28).

Con cantos sagrados y agradecimiento, los adoradores celebraban… mientras que toda clase de música, mezclada con clamores de hosanna, acompañaba el canto al unísono. El templo era el centro del gozo universal. Allí se veía la pompa de las ceremonias de los sacrificios. Allí, alineado a ambos lados de las gradas de mármol blanco del edificio sagrado, el coro de levitas dirigía el servicio de canto. La multitud de los adoradores, agitando sus palmas y ramas de mirto, unía su voz a los acordes, y repetía el coro; y luego la melodía era entonada por voces cercanas y lejanas, hasta que de las colinas circundantes parecían brotar cantos de alabanza (El Deseado de todas las gentes, {DTG}, p. 412).

La música forma parte del culto tributado a Dios en los atrios celestiales, y en nuestros cánticos de alabanza debiéramos procurar aproximarnos tanto como sea posible a la armonía de los coros celestiales. La educación apropiada de la voz es un rasgo importante en la preparación general, y no debe descuidarse. El canto, como parte del servicio religioso, es tanto un acto de culto como lo es la oración. El corazón debe sentir el espíritu del canto, para darle expresión correcta (Profetas y reyes, {PR}, p. 645).

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Lección 10 | Lunes 2 de diciembre_____________________________________________

PURIFICACIÓN

Después de que las Escrituras hablan de la dedicación del muro, y luego de la reunión de los cantores, el siguiente versículo, Nehemías 12:30, habla de la purificación. “Y se purificaron los sacerdotes y los levitas; y purificaron al pueblo, y las puertas, y el muro”.

La raíz de la palabra hebrea para “purificaron”, thr, significa estar limpio, ser puro, y se usa en muchos contextos del Antiguo Testamento, incluyendo los que contienen la idea de ser moralmente puro y limpio delante de Dios.

“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:7–9). ¿Qué nos enseña este pasaje sobre 1) la naturaleza humana, 2) el perdón de Dios y 3) el poder de Dios en nuestra vida?

El Templo y sus servicios eran componentes esenciales de la religión del antiguo Israel. Pero el Templo y sus servicios eran un medio para un fin, no un fin en sí mismos. Y ese fin, por supuesto, era conducir al pueblo a una relación salvadora con su Dios del Pacto, el Señor Jesucristo, y conocer su poder para purificar la vida. Y el hecho de saber lo que Dios ha hecho, de lo que nos ha salvado el Señor, nos lleva a amarlo y adorarlo. Esa es la razón por la que, vez tras vez, los antiguos israelitas relataban lo que Dios había hecho en el pasado. Los ayudaba a conocer la bondad y el amor del Señor, que era fundamental para el gozo y la acción de gracias que debía impregnar su experiencia de adoración.

Para nosotros hoy, la experiencia y el reconocimiento del perdón por el pecado deberían infundir gratitud a Dios, y un sentido de esperanza y gozo. Entonces, es fácil alabar al Señor y expresar aprecio por la belleza de su carácter. Y ¿qué mayor revelación del carácter de Dios podemos tener que ver a Jesús en la Cruz, soportando el castigo por nuestros pecados para que no tengamos que soportarlo nosotros?

Al margen de tus pecados pasados o de tu carácter actual, en la Cruz puedes tener perdón total, incluso ahora. ¿Por qué no reclamas el perdón que Jesús te ofrece ahora mismo?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Nuestro Padre celestial manifiesta una gran bondad cuando permite que seamos colocados bajo circunstancias que disminuyen las atracciones de la tierra y nos conducen a que coloquemos nuestros afectos en las cosas de arriba. Con frecuencia la pérdida de las bendiciones terrenas nos enseña más que el poseerlas. Cuando pasamos por pruebas y aflicciones, no significa que tengamos una evidencia de que Jesús no nos ama y bendice. El misericordioso Cordero de Dios identifica sus intereses con los de sus hijos que sufren. El los guarda en todo momento. Conoce todas sus aflicciones; conoce cada sugestión que hace Satanás, cada duda que tortura el alma. … Defiende el caso del que es tentado, del que yerra, y del que carece de fe. Se esfuerza por elevarlos a un compañerismo con él. Su obra consiste en santificar a su pueblo, en limpiarlo, ennoblecerlo y purificarlo, y llenar sus corazones de paz. Así los está preparando para la gloria, el honor y la vida eterna; para una herencia más rica y más perdurable que la de cualquier príncipe terrenal (Nuestra elevada vocación, {NEV}, p. 329).

Se llega a Dios por medio de Jesucristo, el Mediador, el único camino por el cual él perdona los pecados. Dios no puede perdonar pecados a expensas de su justicia, su santidad y su verdad. Pero es seguro que perdona pecados, y los perdona plenamente. No hay pecados que no perdone en el Señor Jesucristo y por medio él. Esta es la única esperanza del pecador, y si depende de ella con fe sincera, estará seguro del perdón, un perdón pleno y gratuito…

Estas lecciones fueron enseñadas al pueblo escogido de Dios hace miles de años, y fueron repetidas mediante diversos símbolos y representaciones para que la obra de la verdad pudiera ser afianzada en cada corazón: que sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. La gran lección implícita en el sacrificio de cada víctima sangrante, impresa en cada ceremonia e inculcada por Dios mismo, era que únicamente mediante la sangre de Cristo se logra el perdón de los pecados; sin embargo, cuántos sufren el irritante yugo y cuán pocos sienten la fuerza de esta verdad, la tienen en cuenta personalmente y disfrutan de la bendición que podrían recibir mediante una fe perfecta en la sangre del Cordero de Dios (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7, pp. 924, 925).

Hombres y mujeres… Oirán contar la historia del amor manifestado por el Salvador y del perdón concedido gratuitamente a cuantos acuden a él confesando sus pecados.

Bajo tales influencias, muchos pacientes serán llevados al camino de la vida. Los ángeles celestiales cooperan con los agentes humanos para infundir aliento, esperanza, gozo y paz en los corazones de los enfermos y dolientes. En tales condiciones los enfermos reciben doble bendición, y muchos encuentran la salud. El paso débil recobra su elasticidad y la mirada su brillo. El desesperado vuelve a la esperanza. El semblante desanimado reviste expresión de gozo. La voz quejumbrosa se torna alegre y satisfecha (El ministerio de curación, {MC}, p. 205).

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Martes 3 de diciembre | Lección 10____________________________________________

DOS FORMIDABLES COROS DE ACCIÓN DE GRACIAS

Lee Nehemías 12:31 al 42. ¿Por qué la música era una parte tan importante de esta celebración?

Nehemías 12:31-42

31 Hice luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión; el uno a la derecha, sobre el muro, hacia la puerta del Muladar. 32 E iba tras de ellos Osaías con la mitad de los príncipes de Judá, 33 y Azarías, Esdras, Mesulam, 34 Judá y Benjamín, Semaías y Jeremías. 35 Y de los hijos de los sacerdotes iban con trompetas Zacarías hijo de Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf; 36 y sus hermanos Semaías, Azarael, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani, con los instrumentos musicales de David varón de Dios; y el escriba Esdras delante de ellos. 37 Y a la puerta de la Fuente, en frente de ellos, subieron por las gradas de la ciudad de David, por la subida del muro, desde la casa de David hasta la puerta de las Aguas, al oriente. 38 El segundo coro iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho; 39 y desde la puerta de Efraín hasta la puerta Vieja y a la puerta del Pescado, y la torre de Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de las Ovejas; y se detuvieron en la puerta de la Cárcel. 40 Llegaron luego los dos coros a la casa de Dios; y yo, y la mitad de los oficiales conmigo, 41 y los sacerdotes Eliacim, Maaseías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías, con trompetas; 42 y Maasías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer. Y los cantores cantaban en alta voz, e Izrahías era el director.

Parte del servicio de adoración en la época de Nehemías fue crear dos coros de acción de gracias que recorrieran Jerusalén cantando, acompañados de instrumentos. Comenzaban en el mismo lugar y luego se separaban, yendo cada uno en una dirección diferente alrededor de los muros de la ciudad. Un grupo era dirigido por Esdras, que iba al frente, y el otro grupo tenía a Nehemías detrás. Los dos coros se reunían una vez más en la puerta del valle y desde allí entraban en el Templo. Los sacerdotes que tocaban las trompetas cerraban cada procesión. Una vez que los coros ingresaban en el Templo, se paraban uno frente al otro. Eran una procesión y un culto de adoración extraordinariamente organizados.

Para responder por qué la música es una parte tan importante de la celebración y el culto de adoración, debemos observar su significado en el contexto del Templo. La música del Templo no era un concierto que el pueblo iba a disfrutar, como si fuesen a escuchar la 4ª sinfonía de Beethoven en una sala de conciertos. Mientras los músicos cantaban y tocaban los instrumentos, el pueblo se inclinaba en oración. Era parte de su adoración.

El acto central del Templo y de la adoración correspondía a los sacrificios, un acto bastante desagradable en sí. A fin de cuentas, ¿qué otra cosa hacían más que degollar animales inocentes? Escuchar una música tan hermosa, además de elevar los pensamientos del pueblo hacia el Cielo, ayudaba a que toda la experiencia de adoración fuera más placentera.

Busca ejemplos en la Biblia donde la música era un aspecto importante de la adoración. Reflexiona especialmente en Éxodo 15:1; 2 Crónicas 20:21 y 22; y Apocalipsis 15:2 al 4.

Éxodo 15:1

1 Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. 

2 Crónicas 20:21-22

21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. 22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.

Apocalipsis 15:2-4

Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.

Tanto en la Tierra como en el cielo, la música es parte de la experiencia de adoración. Ten en cuenta que, en los versículos anteriores, la temática de los cantos es exclusivamente lo que el Señor ha hecho por su pueblo, incluyendo la victoria “sobre la bestia” (¿De qué otra forma habrían obtenido esa victoria, a fin de cuentas?) Esa alabanza a Dios es por sus actos de salvación.

Menciona algunas de las cosas que Dios ha hecho por ti que son una buena razón para entonarle alabanzas.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente. Éxodo 15:1.

Este canto y la gran liberación que conmemoraba hicieron una impresión imborrable en la memoria del pueblo hebreo. Siglo tras siglo fue repetido por los profetas y los cantores de Israel para atestiguar que Jehová es la fortaleza y la liberación de los que confían en él…

Tal fue el espíritu que saturaba el canto de liberación de Israel, y es el espíritu que debe morar en el corazón de los que aman y temen a Dios. Al libertar nuestras almas de la esclavitud del pecado, Dios ha obrado para nosotros una liberación todavía mayor que la de los hebreos ante el Mar Rojo… Las bendiciones diarias que recibimos de la mano de Dios, y sobre todo, la muerte de Jesús para poner la felicidad y el cielo a nuestro alcance, debieran ser objeto de constante gratitud…

Todos los habitantes del cielo se unen para alabar a Dios. Aprendamos el canto de los ángeles ahora, para que podamos cantarlo cuando nos unamos a sus huestes resplandecientes. Digamos con el salmista: “Alabaré a Jehová en mi vida: cantaré salmos a mi Dios mientras viviere”. Salmos 146:2 (La maravillosa gracia de Dios, {MGD}, p. 352).

Educad el alma en la alegría, la gratitud y la expresión de gracias a Dios por el gran amor con que nos ha amado… La alegría cristiana es la belleza misma de la santidad.

Mientras el pesar y la ansiedad no pueden remediar un solo mal, pueden causar muchísimo daño; en tanto que la alegría y la esperanza, al mismo tiempo que iluminan el sendero a los demás, “son vida a los que las hallan, y medicina a toda carne” (Hijos e hijas de Dios, {HHD}, p. 170).

¿Por qué no despertamos la voz del himno espiritual en los días de nuestro peregrinaje?… Necesitamos estudiar la Palabra de Dios, necesitamos meditar y orar. Entonces tendremos visión espiritual para discernir los atrios interiores del templo celestial. Percibiremos los acordes de acción de gracia entonados por el coro celestial alrededor del trono. Cuando Sion se levante y resplandezca, su luz será más penetrante, y se escucharán himnos de alabanza y gratitud en la asamblea de los santos. Las pequeñas desilusiones y dificultades se perderán de vista.

El Señor es nuestro ayudador… Nadie confió jamás en Dios. Nunca chasquea a quienes ponen su confianza en él. Si tan sólo hiciéramos la obra que el Señor quisiera que hiciésemos, siguiendo las pisadas de Jesús, nuestros corazones se convertirían en arpas sagradas, y cada uno de sus acordes emitiría alabanza y acción de gracias a Aquel que fue enviado por Dios a quitar el pecado del mundo (Conflicto y valor, {CV}, p. 218).

En el santuario del cielo [los ángeles] escuchan los testimonios de los testigos de Cristo que están en el atrio de la tierra, y las alabanzas y los agradecimientos que proceden de la iglesia de abajo, son llevados arriba en la antífona celestial, y la alabanza y el gozo resuenan a través de las cortes celestiales porque Cristo no murió en vano por los hijos caídos de Adán…

En cada asamblea de los santos, aquí abajo, los ángeles de Dios están escuchando las alabanzas, los agradecimientos, las súplicas que ofrece el pueblo de Dios mediante testimonios, cantos y oraciones. Que ellos recuerden que sus alabanzas son apoyadas por los coros de las huestes angélicas de arriba (Nuestra elevada vocación, {NEV}, p. 169).

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Lección 10 | Miércoles 4 de diciembre_________________________________________

LOS SACRIFICIOS COMO PARTE DE LA ADORACIÓN

Lee Nehemías 12:43. ¿Qué tenía de especial ofrecer “numerosas víctimas” como parte de su celebración de adoración?

Nehemías 12:43

43 Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos.

Los sacrificios eran el aspecto más esencial de la adoración en la época del Templo. Se utilizaban varios sacrificios diferentes, ya sea por la promesa del perdón o para expresar la alegría de la comunión y la gratitud a Dios. Los sacrificios proporcionaban la sustancia para la adoración, ya que les recordaban a los adoradores la verdad de Dios y quién es él, y señalaban a la Simiente Prometida, el Mesías, quien sacrificaría su vida por ellos, porque él es el Cordero de Dios.

Lee Juan 1:29 y 36; 1 Corintios 5:7; y Apocalipsis 5:6, 12 y 13. ¿Qué señalaban los sacrificios en última instancia? Si los antiguos israelitas podían regocijarse por un animal de granja muerto, una muerte que podía revelar tanta verdad, ¿cuántas más razones tenemos nosotros que ellos para regocijarnos?

Juan 1:29-36

29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. 31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. 35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. 36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.

1 Corintios 5:7

Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Apocalipsis 5:6, 12-13

Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.

Observa, además, cuántas veces aparece la idea de gozo y regocijo solo en Nehemías 12:43. Es decir, en medio de la reverencia, y tal vez el temor piadoso que experimentaba el pueblo en su culto de adoración (a fin de cuentas, la muerte de un animal por los pecados del pueblo era algo solemne), también había alegría y regocijo. Cuando nos acercamos a Dios, debemos hacerlo con sobrecogimiento y reverencia, y también con regocijo. El Salmo 95 demuestra que un verdadero acto de adoración consiste en una convocación a cantar, aclamar con alegría y hacer música para celebrar a Dios (Sal. 95:1), y también a inclinarse y arrodillarse delante del Señor (Sal. 95:6). Es fundamental tratar de lograr un equilibrio entre el gozo y la reverencia para alabar y adorar a nuestro Creador.

Cuando pensamos que, en la Cruz, el Creador de todo lo creado (ver Juan 1:1–3) murió pendiendo del madero por los pecados de su Creación, ¿cuál es la primera emoción que sentimos? ¿Qué papel puede y debe desempeñar la alegría en nuestra experiencia de la Cruz?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

De las multitudes reunidas para asistir a la Pascua, miles salen para dar la bienvenida a Jesús. Le saludan agitando palmas y prorrumpiendo en cantos sagrados…

Nunca antes en su vida terrenal había permitido Jesús una demostración semejante. Previó claramente el resultado. Le llevaría a la cruz. Pero era su propósito presentarse públicamente de esta manera como el Redentor. Deseaba llamar la atención al sacrificio que había de coronar su misión en favor de un mundo caído. Mientras el pueblo estaba reunido en Jerusalén para celebrar la Pascua, él, el verdadero Cordero de Dios representado por los sacrificios simbólicos, se puso aparte como una oblación. Iba a ser necesario que su iglesia, en todos los siglos subsiguientes, hiciese de su muerte por los pecados del mundo un asunto de profunda meditación y estudio. Cada hecho relacionado con ella debía comprobarse fuera de toda duda. Era necesario, entonces, que los ojos de todo el pueblo se dirigieran ahora a él; los sucesos precedentes a su gran sacrificio debían ser tales que llamasen la atención al sacrificio mismo. Después de una demostración como la que acompañó a su entrada triunfal en Jerusalén, todos los ojos seguirían su rápido avance hacia la escena final (El Deseado de todas las gentes, {DTG}, p. 525).

Demasiado a menudo los ritos que señalan la humillación y los padecimientos de nuestro Señor son considerados como una forma. Fueron instituidos con un propósito. Nuestros sentidos necesitan ser vivificados para comprender el misterio de la piedad. Es patrimonio de todos comprender mucho mejor de lo que los comprendemos los sufrimientos expiatorios de Cristo. “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto,” así el Hijo de Dios fue levantado, “para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna”. [Juan 3:14, 15] Debemos mirar la cruz del Calvario, que sostiene a su Salvador moribundo. Nuestros intereses eternos exigen que manifestemos fe en Cristo…

Contemplando al Redentor crucificado, comprendemos más plenamente la magnitud y el significado del sacrificio hecho por la Majestad del cielo. El plan de salvación queda glorificado delante de nosotros, y el pensamiento del Calvario despierta emociones vivas y sagradas en nuestro corazón. Habrá alabanza a Dios y al Cordero en nuestro corazón y en nuestros labios; porque el orgullo y la adoración del yo no pueden florecer en el alma que mantiene frescas en su memoria las escenas del Calvario (El Deseado de todas las gentes, {DTG}, pp. 615, 616).

“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor”. Salmos 95:6…

La actitud debida cuando se ora a Dios consiste en arrodillarse. Se requirió este acto de culto de los tres hebreos cautivos en Babilonia… Pero ese acto constituía un homenaje que debe rendirse únicamente a Dios, Soberano del mundo y Gobernante del universo; y los tres hebreos rehusaron tributar ese honor a ningún ídolo, aunque estuviera hecho de oro puro. Al hacerlo así, se habrían estado postrando en realidad ante el rey de Babilonia…

Tanto en el culto público como en el privado, nuestro deber consiste en arrodillarnos delante de Dios cuando le ofrecemos nuestras peticiones. Este acto muestra nuestra dependencia de él (Mensajes selectos, {2MS}, t. 2, p. 360).

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Jueves 5 de diciembre | Lección 10____________________________________________

SACERDOTES Y LEVITAS COMO PARTE DE LA ADORACIÓN

Lee Nehemías 12:44 al 47. ¿Por qué se regocijó Judá “con respecto a los sacerdotes y levitas que servían”? ¿Por qué eran importantes?

Nehemías 12:44-47

44 En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían. 45 Y habían cumplido el servicio de su Dios, y el servicio de la expiación, como también los cantores y los porteros, conforme al estatuto de David y de Salomón su hijo. 46 Porque desde el tiempo de David y de Asaf, ya de antiguo, había un director de cantores para los cánticos y alabanzas y acción de gracias a Dios. 47 Y todo Israel en días de Zorobabel y en días de Nehemías daba alimentos a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día; consagraban asimismo sus porciones a los levitas, y los levitas consagraban parte a los hijos de Aarón.

¿Qué simbolizaba el trabajo de los sacerdotes (que eran levitas)? Ver Hebreos 9:1 al 11.

Hebreos 9:1-11

1 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10 ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,

“La intercesión de Cristo en beneficio del hombre en el Santuario celestial es tan esencial para el plan de la salvación como lo fue su muerte en la Cruz. Por medio de su muerte dio inicio a esa obra para cuya conclusión ascendió al cielo después de su resurrección. Por la fe debemos entrar velo adentro, ‘donde Jesús entró por nosotros como precursor’ (Heb. 6:20)” (CS 479).

Nuevamente, aunque el pueblo de ese entonces indudablemente no tenía la luz que tenemos hoy, entendía lo suficiente como para saber que la obra de los levitas, que solo podían servir en el Templo, era muy importante. Estaban entusiasmados de que la obra de Dios se llevara a cabo a través de ellos.

La nación había dedicado tiempo a leer la palabra de Dios, a orar, adorar y rededicarse a él. En medio de todo esto, se dieron cuenta de que los ministerios del Templo habían sido descuidados y debían ser restaurados. Ahora que se volvían a establecer, el pueblo se regocijó por la importante obra que los levitas harían en su nombre. Dios le recalcó a la nación que los ministerios del Templo eran parte de su plan para la adoración.

Desgraciadamente, a menudo damos por sentado a los pastores, los maestros de la Palabra y los músicos. Incluso durante la época de Nehemías, el apoyo a los levitas a veces era enérgico y otras veces muy débil. Los levitas muchas veces tenían que dedicarse a otros trabajos para poder mantener a sus familias, porque el pueblo dejaba de diezmar y de dar ofrendas.

Sin diezmos ni ofrendas, no existe una iglesia mundial organizada. Si queremos que nuestros ministerios continúen, debemos comprometernos a apoyar a nuestros pastores mediante contribuciones monetarias y también expresándoles nuestro reconocimiento. La iglesia quizá nunca sea perfecta, pero eso no debería impedir que demos voluntariamente para que la obra de Dios pueda continuar en todo el mundo.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El tabernáculo construido por Moisés fue hecho según un modelo. El Señor le ordenó: “Conforme a todo lo que yo te mostrare, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus vasos, así lo haréis”… Y San Pablo dice que el primer tabernáculo “era una parábola para aquel tiempo entonces presente; conforme a la cual se ofrecían dones y sacrificios”; que sus santos lugares eran “representaciones de las cosas celestiales”; que los sacerdotes que presentaban las ofrendas según la ley, ministraban lo que era “la mera representación y sombra de las cosas celestiales”, y que “no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios por nosotros”. Hebreos 9:9, 23; 8:5; Hebreos 9:24 (VM).

El Santuario celestial, en el cual Jesús ministra, es el gran modelo, del cual el Santuario edificado por Moisés no era más que trasunto (El conflicto de los siglos, {CS}, p. 409).

En todas sus fiestas los israelitas admitían al pobre, al extranjero y al levita, el cual era a la vez asistente del sacerdote en el santuario y maestro de religión y misionero. A todos se les consideraba como huéspedes del pueblo, para compartir la hospitalidad en todas las festividades sociales y religiosas y ser atendidos con cariño en casos de enfermedad o penuria. A personas como ésas debemos dar buena acogida en nuestras casas. ¡Cuánto podría hacer semejante acogida para alegrar y alentar al enfermero misionero o al maestro, a la madre cargada de cuidados y de duro trabajo, o a las personas débiles y ancianas que viven tan a menudo sin familia, luchando con la pobreza y el desaliento! (El ministerio curación, {MC}, p. 352).

Desde su ascensión, Cristo ha llevado adelante su obra en la tierra mediante embajadores escogidos, por medio de quienes habla aún a los hijos de los hombres y ministra sus necesidades. El que es la gran Cabeza de la iglesia dirige su obra mediante hombres ordenados por Dios para que actúen como sus representantes.

La posición de aquellos que han sido llamados por Dios para trabajar en palabra y en doctrina para la edificación de su iglesia, es de grave responsabilidad. En lugar de Cristo han de suplicar a los hombres y mujeres que se reconcilien con Dios; y pueden cumplir su misión solamente en la medida en que reciban sabiduría y poder de lo alto (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, p. 289).

Se necesitan pastores que, bajo la dirección del Principe de los pastores, busquen a los perdidos y extraviados. Esto significa soportar molestias físicas y sacrificar la comodidad. Significa una tierna solicitud para con los que yerran, una compasión y tolerancia divinas…

El espíritu del verdadero pastor consiste en el olvido de si mismo. El pierde de vista el yo a fin de hacer las obras de Dios. Por la predicación de la palabra y por el ministerio personal en los hogares de la gente, aprende a conocer sus necesidades, sus tristezas, sus pruebas; y, cooperando con Cristo, el gran Aliviador de las cargas de los hombres, comparte sus aflicciones, consuela sus angustias, alivia el hambre de su alma y gana sus corazones para Dios (Obreros evangélicos, {OE}, p. 192).

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Lección 10 | Viernes 6 de diciembre___________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee Elena de White, El camino a Cristo, “El secreto del crecimiento”, pp. 67-75.

“La cruz de Cristo será la ciencia y el canto de los redimidos durante toda la eternidad. En el Cristo glorificado contemplarán al Cristo crucificado. Nunca olvidarán que el Ser cuyo poder creó los innumerables mundos y los sostiene a través de la inmensidad del espacio –el Amado de Dios, la Majestad del cielo, a quien los querubines y los serafines resplandecientes se deleitan en adorar– se humilló para levantar al hombre caído; [nunca olvidarán] que llevó la culpa y la vergüenza del pecado, y sintió el ocultamiento del rostro de su Padre, hasta que la maldición de un mundo perdido quebrantó su corazón y le arrancó la vida en la cruz del Calvario. Que el Hacedor de todos los mundos, el Árbitro de todos los destinos, dejase su gloria y se humillase por amor al hombre despertará eternamente la admiración y la adoración del universo. Cuando las naciones de los salvos miren a su Redentor y contemplen la gloria eterna del Padre brillar en su rostro; cuando contemplen su trono, que es desde la eternidad hasta la eternidad, y sepan que su reino no tendrá fin, prorrumpirán en un cántico de júbilo: ‘¡Digno, digno es el Cordero que fue inmolado, y nos ha redimido para Dios con su propia preciosísima sangre!’ ” (CS 632, 633).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. En clase, hablen de cómo encontrar el equilibrio correcto en la adoración entre la reverencia y la alegría. O resuelvan esta pregunta: La reverencia y la alegría ¿son mutuamente excluyentes?
  2. Los israelitas pusieron el muro de Jerusalén bajo protección divina a través de la ceremonia de dedicación y, por lo tanto, reconocieron que un muro es inútil a menos que Dios lo defienda. Salomón lo expresó bien: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Sal. 127:1). ¿Qué debería decirnos esto sobre nuestros esfuerzos por el Señor?
  3. ¿Cuál es el papel de la música en la experiencia de adoración de tu iglesia?
  4. La Escritura es clara: Jesús es nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario celestial. ¿Qué está haciendo por nosotros allí exactamente? ¿Qué puede enseñarnos el ministerio de los sacerdotes en el Templo terrenal sobre lo que Jesús está haciendo por nosotros en el celestial?

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