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Lección 11 – UN PUEBLO REINCIDENTE – Para el 14 de diciembre de 2019

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Lección 11: Para el 14 de diciembre de 2019

UN PUEBLO REINCIDENTE

Sábado 7 de diciembre_________________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Nehemías 13:1–9; Deuteronomio 23:3–6; Nehemías 13:10–14; Números 18:21–24; Nehemías 13:15–22; Juan 5:5–16.

PARA MEMORIZAR:

“Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia” (Neh. 13:22).

En el ínterin entre los capítulos 12 y 13, Nehemías regresa a Babilonia. Aunque no sabemos por cuánto tiempo se ausentó, cuando regresó (probablemente, alrededor de 430–425 a.C.), el pueblo había reincidido en sus malos hábitos. Si bien había pactado con Dios en estas cuestiones (no casarse con idólatras, guardar fielmente el sábado, y ocuparse del Templo y su personal mediante los diezmos y las ofrendas [Neh. 10]), había violado las tres promesas.

Cuando Nehemías regresó, los encontró muy descuidados en su devoción a Dios. El pueblo había dejado de devolver los diezmos y las ofrendas, comenzó a usar las salas del Templo para otros fines, dejó de guardar el sábado correctamente e incluso volvió a celebrar matrimonios con las naciones circundantes. Lo peor de todo es que los dirigentes que él había dejado a cargo fueron los que contribuyeron al deterioro de la relación de los israelitas con Dios. No es de extrañar que Nehemías haya quedado devastado cuando se enteró de cuánto habían cambiado. Sin embargo, en lugar de aceptarlo, una vez más, como lo exigía su carácter, intervino para la gloria de Dios.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El origen de todos los pecados y excesos de Salomón se puede encontrar en su gran error al dejar de depender de Dios en lo que respecta a sabiduría, y al no caminar humildemente delante de él.

La lección que debemos aprender de la historia de esta vida pervertida es la necesidad de depender continuamente de los consejos de Dios, de vigilar cuidadosamente las inclinaciones de nuestra conducta, de reformar cada hábito que tienda a alejarnos de Dios. Nos enseña que se necesitan gran precaución, vigilancia y oración para mantener inmaculadas la sencillez y la pureza de nuestra fe. Si nos eleváramos a la excelencia moral más acabada y lográramos la perfección del carácter religioso, ¡cuánto cuidado emplearíamos en la formación de amistades y en la elección de un cónyuge para la vidas! (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 2, pp. 1024, 1025).

Muchos, como el rey de Israel, siguen sus propios deseos carnales y establecen vínculos matrimoniales no santificados. Muchos que comienzan su vida, dentro de su esfera limitada, con una mañana tan bella y promisoria como la tuvo Salomón en su excelso cargo, pierden su alma y arrastran a otros consigo a la ruina debido a un paso en falso, irreparable, en su relación matrimonial. Así como las esposas de Salomón desviaron su corazón de Dios y lo inclinaron a la idolatría, también los cónyuges frívolos, no están arraigados en los principios, desvían el corazón de los que una vez fueron nobles y leales, llevándolos a la vanidad, a los placeres corruptores y al vicio absoluto (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 2, p. 1025).

Los cristianos deben mantenerse distintos y separados del mundo, de su espíritu y de su influencia. Dios tiene pleno poder para guardarnos en el mundo, pero no debemos formar parte de él. El amor de Dios no es incierto ni fluctuante. El vela siempre sobre sus hijos con un cuidado inconmensurable. Pero requiere una fidelidad indivisa. “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir a Dios y a Mammón”. Mateo 6:24 (Profetas y reyes, {PR}, p. 42).

Cuando se ha limpiado el alma, el deber del cristiano es mantenerla inmaculada. Muchos parecen pensar que la religión de Cristo no demanda el abandono de los pecados diarios, la ruptura con los hábitos que habían mantenido el alma en servidumbre. Renuncian a algunas cosas condenadas por la conciencia, pero no representan a Cristo en la vida diaria…

Para guardar el corazón debemos ser constantes en la oración e incansables en las peticiones en procura de ayuda ante el trono de la gracia. Los que toman el nombre de cristianos debieran acudir a Dios suplicando ayuda con fervor y humildad. El Salvador nos ha dicho que oremos sin cesar. El cristiano no puede estar siempre en una posición que indique que está orando, pero puede elevar constantemente sus pensamientos y deseos. Nuestra confianza propia se desvanecería si habláramos menos y oráramos más (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 3, p. 1175).

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Lección 11 | Domingo 8 de diciembre_________________________________________

LOS DIRIGENTES DEL TEMPLO SE CORROMPEN

Nehemías 13 comienza con una preocupación respecto de los extranjeros/idólatras amonitas y moabitas en medio de ellos (Neh. 13:1-3). Estos versículos no hablan de expulsar a gente de otra nación o raza que seguía a Dios, sino de expulsar a quienes tenían una fe diferente: no a los conversos, sino a los idólatras. (Ver, además, Deut. 23:3–6.)

Lee Nehemías 13:1 al 9. ¿Quiénes eran Eliasib y Tobías? ¿Por qué es inaceptable lo que hicieron? Analiza Nehemías 2:10 y 19; 3:1; 12:10 y 22; y 13:28.

Nehemías 13:1-9

1 Aquel día se leyó en el libro de Moisés, oyéndolo el pueblo, y fue hallado escrito en él que los amonitas y moabitas no debían entrar jamás en la congregación de Dios, por cuanto no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, sino que dieron dinero a Balaam para que los maldijera; mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición. Cuando oyeron, pues, la ley, separaron de Israel a todos los mezclados con extranjeros. Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías, y le había hecho una gran cámara, en la cual guardaban antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del grano, del vino y del aceite, que estaba mandado dar a los levitas, a los cantores y a los porteros, y la ofrenda de los sacerdotes. Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia fui al rey; y al cabo de algunos días pedí permiso al rey para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios. Y me dolió en gran manera; y arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara, y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso.

Nehemías 2:10 y 19

10 Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.

19 Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?

Nehemías 3:1

1 Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel.

Nehemías 12:10 y 22

10 Jesúa engendró a Joiacim, y Joiacim engendró a Eliasib, y Eliasib engendró a Joiada;

22 Los levitas en días de Eliasib, de Joiada, de Johanán y de Jadúa fueron inscritos por jefes de familias; también los sacerdotes, hasta el reinado de Darío el persa.

Nehemías 13:28

28 Y uno de los hijos de Joiada hijo del sumo sacerdote Eliasib era yerno de Sanbalat horonita; por tanto, lo ahuyenté de mí.

Tanto Eliasib como Tobías son figuras conocidas en el libro de Nehemías. Eliasib era el sumo sacerdote de la nación, y también estaba a cargo del Templo. Se menciona a Tobías como el enemigo amonita de Nehemías que se opuso vehementemente a su trabajo en Jerusalén. La alianza de Eliasib y Tobías sugiere una relación establecida a través del matrimonio.

Aunque no se han conservado los registros de la conexión matrimonial, sabemos que Tobías tenía un nombre judío (que significa “el Señor es bueno”) y, por lo tanto, muy probablemente haya sido de origen judío. Se cree que los familiares de su esposa, los descendientes de Ara, aunque no se los identifica, estaban emparentados con la familia de Eliasib. Además, Sanbalat el horonita, el otro adversario de Nehemías, tenía una hija que estaba casada con el nieto de Eliasib. Por lo tanto, el círculo de intriga alrededor de Nehemías debió haber sido intenso, ya que los funcionarios de más alto rango de la región estaban emparentados y aliados contra el liderazgo de Nehemías.

Durante la ausencia del gobernador, el sumo sacerdote le dio a Tobías una de las habitaciones del Templo que estaba destinada a guardar el diezmo, los regalos y las ofrendas. A Tobías se le otorgó residencia permanente en el Templo, una forma de establecerlo como uno de los líderes de la nación. Los enemigos de Nehemías finalmente lograron lo que siempre quisieron: desplazar a Nehemías y asumir el liderazgo ellos mismos. Afortunadamente, Nehemías no iba a quedarse sentado sin hacer nada.

El pueblo de Dios a lo largo de la historia sagrada (los judíos del antiguo Israel o los cristianos que los siguieron durante y después de la época neotestamentaria) ¿se dejaba engañar muy fácilmente? ¿Cómo podemos evitar sus errores?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cuando por un tiempo dejó de sentir la influencia de Esdras y Nehemías, muchos se apartaron del Señor. Nehemías había vuelto a Persia. Durante su ausencia de Jerusalén se infiltraron males que amenazaban con pervertir a la nación. No sólo penetraron idólatras en la ciudad, sino que contaminaban con su presencia las mismas dependencias del templo. Mediante alianzas matrimoniales se había creado amistad entre el sumo sacerdote Eliasib y Tobías el amonita, acerbo enemigo de Israel. Como resultado de esta alianza profana, Eliasib había permitido a Tobías que ocupase una dependencia del templo hasta entonces utilizada como almacén para los diezmos y ofrendas del pueblo.

Debido a la crueldad y traición de los amonitas y moabitas para con Israel, Dios había declarado por Moisés que debía mantenérselos para siempre excluídos de la congregación de su pueblo. Deuteronomio 23:3-6. Desafiando estas instrucciones, el sumo sacerdote había sacado las ofrendas de la cámara situada en la casa de Dios, para dar lugar a aquel representante de una raza proscrita. No podría haberse manifestado mayor desprecio hacia Dios que el revelado al conferir un favor tal a ese enemigo de Dios y de su verdad (Profetas y reyes, {PR}, p. 669).

Si los hermanos dirigentes no cumplen fielmente su deber, los dirigidos no cumplirán el suyo. Los que están a la cabeza de la obra en Battle Creek deben ser ejemplos del rebaño en todo lugar. Si hacen esto, tendrán una gran recompensa. Si no hacen esto y de todos modos aceptan tales posiciones, tendrán que dar una cuenta pavorosa (Testimonios para la iglesia, {1TI}, t. 1, p. 678).

Vivimos en tiempos peligrosos. Los adventistas profesan ser el pueblo de Dios que guarda los mandamientos, pero están perdiendo su espíritu de devoción. El espíritu de reverencia a Dios enseña a los hombres cómo deben aproximarse a su Hacedor: con santidad y respeto mediante la fe, no en sí mismos, sino en un Mediador. Así es como el hombre se mantiene seguro bajo cualquier circunstancia en que se lo coloque. El hombre debe ponerse de rodillas, como un súbdito de la gracia, cuando suplica ante el estrado de la misericordia. Y puesto que recibe diariamente los dones de la mano de Dios, siempre debería tener gratitud en el corazón y expresarla en palabras de agradecimiento y alabanza por esos favores inmerecidos. Los ángeles han guardado su camino durante toda su vida, y no ha visto muchas de las trampas de las que ha sido librado. Y en vista de esa protección y esos cuidados prestados por seres cuyos ojos nunca dormitan ni duermen, debe reconocer en cada oración el servicio que Dios realiza por él (Mensajes selectos, {2MS}, t. 2, p. 363).

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Lunes 9 de diciembre | Lección 11_____________________________________________

LOS LEVITAS EN LOS CAMPOS

Lee Nehemías 13:10 al 14. ¿Qué intenta solucionar Nehemías aquí?

Nehemías 13:10-14

10 Encontré asimismo que las porciones para los levitas no les habían sido dadas, y que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada uno a su heredad. 11 Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos. 12 Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, a los almacenes. 13 Y puse por mayordomos de ellos al sacerdote Selemías y al escriba Sadoc, y de los levitas a Pedaías; y al servicio de ellos a Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque eran tenidos por fieles, y ellos tenían que repartir a sus hermanos. 14 Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y en su servicio.

Los cantantes, los guardianes y otros servidores del Templo tuvieron que volver a trabajar al campo para alimentar a sus familias, porque el pueblo no estaba sosteniendo la obra de Dios. Todo el sistema de diezmos y ofrendas que fue establecido con tanto cuidado ahora estaba en ruinas. Nehemías tuvo que empezar de nuevo. El acto de arrojar todo afuera de la habitación muestra desesperación.

“No solo se había profanado el Templo, sino también se había dado una aplicación incorrecta a las ofrendas. Esto propendió a desalentar la liberalidad del pueblo. Habiendo este perdido su celo y su fervor, le costaba mucho pagar sus diezmos. La tesorería de la casa del Señor estaba mal provista, y muchos de los cantores y otros empleados en el servicio del Templo, al no recibir suficiente sustento, habían dejado la obra de Dios para trabajar en otra parte” (PR 491).

Es fascinante ver que todo Judá se volvió a reunir y reconstruyó lo que se había destruido. El pueblo estaba de parte de Nehemías contra Tobías y Eliasib, porque debieron de haber notado que Nehemías hacía todo lo posible en beneficio del pueblo. Además, Nehemías les confió los cargos de supervisores de los terrenos del Templo a hombres a quienes consideraba fieles y dignos de confianza. A ellos se les encomendó la tarea de recolectar los diezmos y las ofrendas, asegurarse de que las mercaderías se almacenaran correctamente y distribuir los recursos a las partes correspondientes. En otras palabras, Nehemías entró y arrancó de raíz el sistema corrupto de liderazgo, aparentemente de un plumazo.

Aunque Nehemías designó a hombres fieles en la organización del Templo, el corrupto sumo sacerdote, Eliasib, no perdió su puesto, ya que se transmitía a través de los descendientes de Aarón. Su trabajo en el Templo es posible que haya quedado paralizado por las medidas de Nehemías de asignar a otros para algunas de las responsabilidades del sumo sacerdote, pero él todavía seguía siendo el sumo sacerdote.

Nehemías había orado: “¡Recuerda esto, Dios mío, y favoréceme; no olvides todo el bien que hice por el Templo de mi Dios y de su culto!” (Neh. 13:14, NVI). ¿Por qué era tan humana esta oración?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El diezmo es sagrado y ha sido reservado por Dios para sí mismo. Hay que traerlo a su tesorería para que se use en el sostén de los obreros evangélicos…

Algunos no han estado satisfechos y han dicho: “No seguiré pagando el diezmo, porque no tengo confianza en la forma como se administran las cosas en el corazón de la obra. ¿Pero robaréis a Dios porque pensáis que la dirección de la obra no es adecuada? Presentad vuestras quejas claramente y con franqueza, con el espíritu debido y a las personas responsables. Pedid que se hagan los ajustes necesarios; pero no retengáis lo que le corresponde a la obra de Dios, y no seáis infieles, porque otras personas no están obrando correctamente (Testimonios para la iglesia, {9TI}, t. 9, p. 200).

La obra de evangelizar el mundo ha sido gravemente obstaculizada a causa del egoísmo personal. Algunos, aun entre los cristianos profesos, son incapaces de ver que la obra del Evangelio debe ser sostenida por los recursos que Cristo les ha dado. Se necesita dinero para que la obra que se efectúa en todo el mundo pueda continuar realizándose. Miles y miles de personas perecen en el pecado, y la falta de recursos está obstaculizando la proclamación de la verdad que debe anunciarse a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Hay hombres listos para ir como mensajeros del Señor, pero por falta de recursos en la tesorería, no pueden ser enviados a donde la gente está rogando que vaya alguien a enseñarles la verdad.

Hay muchos en nuestro mundo que anhelan escuchar la palabra de vida. ¿Pero cómo pueden oírla sin un predicador? ¿Y cómo podrían vivir sin sostén los que sean enviados a enseñarles? Dios desea que las vidas de sus obreros sean sostenidas con cuidado. Son su propiedad, y él es deshonrado cuando ellos se ven compelidos a trabajar en una forma que perjudica su salud. El es también deshonrado cuando los obreros no pueden ser enviados a lugares necesitados por falta de recursos (Testimonios para la iglesia, {9TI}, t. 9, p. 42).

El verdadero cristiano es siervo de Cristo. Su obra en favor de Cristo debe ser perfectamente bien hecha. No debe permitir que nada desvíe su mente de su obra. Puede atender como se debe otros asuntos, pero deben ocupar un segundo lugar, pues el servicio de Cristo requiere todo su ser: el corazón, la mente, el alma y la fuerza. El Señor no aceptará un corazón dividido. Espera que hagamos lo mejor. Y nada que se haga fielmente por él será insignificante a su vista.

Cada cual debe hacer la obra que Dios le ha asignado. Deberíamos estar dispuestos a prestar pequeños servicios, llevar a cabo las cosas que se deben hacer, que alguien las debe hacer, aprovechando las pequeñas oportunidades. Si éstas fueran las únicas que se nos presentan, aún así debemos trabajar fielmente…

Cuando alguien ama a Dios por sobre todas las cosas y a su prójimo como a sí mismo, no se va a detener a averiguar si lo que puede hacer le va a proporcionar mucho o poco. Hará el trabajo, y aceptará el sueldo que se le ofrezca. No va a dar el mal ejemplo de rechazar un empleo porque no puede recibir un sueldo tan bueno como a él le parece que debiera recibir (Cada día con Dios, {CDCD}, p. 159).

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Lección 11 | Martes 10 de diciembre__________________________________________

DIEZMOS Y OFRENDAS

Las reformas de los servicios del Templo por parte de Nehemías incluían la implementación de diezmos y ofrendas.

Lee Números 18:21 al 24; Malaquías 3:10; Mateo 23:23; 1 Corintios 9:7 al 14; 2 Corintios 9:6 al 8; y Hebreos 7:1 y 2. ¿Qué nos enseñan estos pasajes acerca de la importancia de los diezmos y las ofrendas, no solo en el servicio del Templo, sino también en la actualidad?

Números 18:21-24

21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. 22 Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual mueran. 23 Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel. 24 Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad.

Malaquías 3:10

10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

Mateo 23:23

23 ¡¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.

1 Corintios 9:7-14

¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, 10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. 11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? 12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. 13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? 14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

2 Corintios 9:6-8

Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

Hebreos 7:1-2

1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

Si no se recolectaban los diezmos y las ofrendas, el Templo no podía funcionar. Cuando cesó el diezmo, los servicios del Templo se vinieron abajo y todo el sistema de adoración corría peligro. Como el personal del Templo tuvo que salir a buscar otros trabajos para alimentar a sus familias, no podían concentrarse en atender el Templo. En consecuencia, la adoración a Dios disminuyó.

“El sistema del diezmo es hermoso por su sencillez. Su equidad se revela en la obligación proporcional que coloca sobre ricos y pobres. En proporción a la manera en que Dios nos ha dado el uso de su propiedad, así también debemos devolverle el diezmo.

“Cuando Dios pide nuestros diezmos (Mal. 3:10), no apela a nuestra gratitud ni a nuestra generosidad. Si bien es cierto que la gratitud debería tener una parte en todas nuestras expresiones a Dios, diezmamos porque Dios lo ha ordenado. El diezmo pertenece al Señor, y él requiere que se lo devolvamos” (Creencias de los adventistas del séptimo día, p. 375).

Tal como sucedió con el Templo israelita, nuestra iglesia se vendría abajo sin el apoyo de los diezmos y las ofrendas de los miembros. Nuestros servicios religiosos no funcionarían sin gente a la que se le paga para dedicar tiempo de calidad a un ministerio, a una planificación y a una gestión eclesiástica para Dios. La adoración a Dios también disminuiría en calidad. Pero, lo más importante es que sin diezmos y ofrendas no habría evangelización.

Además, diezmamos porque Dios estableció el sistema en su Palabra. Hay veces en las que Dios no tiene que explicar por qué establece algo. Él espera que confiemos en que él ejerce el control. Nosotros debemos averiguar y estar informados de cómo funciona el sistema, pero luego confiar todo en sus manos.

¿Por qué el diezmo es tan importante para nuestra espiritualidad, y como medida de nuestra confianza en Dios?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Dios extiende su mano sobre los diezmos tanto como sobre los donativos y las ofrendas, y dice: “Esto me pertenece. Cuando os confié mis bienes especifiqué que una parte debía ser vuestra, para suplir vuestras necesidades, y otra porción debía devolvérseme”.

Cuando reuníais vuestra cosecha y llenabais vuestros galpones y graneros para vuestra propia comodidad, ¿devolvisteis a Dios fielmente el diezmo? ¿Le presentasteis vuestros donativos y ofrendas para que su causa no sufriera? ¿Habéis cuidado de los huérfanos y las viudas? Esto constituye un ramo de la actividad misionera que por ninguna razón debería descuidarse (Consejos sobre mayordomía cristiana, {CMC}, p. 50).

Dios está constantemente derramando sobre vosotros las bendiciones de esta vida; y si os pide que ayudéis en los diversos ramos de su obra, lo hace en vuestro propio interés temporal y espiritual, para que así reconozcáis que Dios es el dador de toda bendición. Dios, como Obrero principal colabora con los hombres en la tarea de proporcionar los medios necesarios para su mantenimiento; por eso requiere que ellos colaboren con él en la salvación de las almas. Ha colocado en manos de sus siervos los recursos necesarios para promover su obra en las misiones nacionales y extranjeras. Pero si tan sólo la mitad de la gente cumple con su deber, la tesorería carecerá de los fondos necesarios, y como resultado muchas partes de la obra de Dios quedarán incompletas (Consejos sobre mayordomía cristiana, {CMC}, p. 51).

Dios pudo haber llevado acabo su obra en el mundo, haber provisto para los pobres, sin la colaboración de los hombres. Él pide nuestro servicio y nuestros dones, no solo para que así manifestemos nuestro amor por él y por nuestros semejantes, sino porque el servicio y el sacrificio en bien de los demás fortalece el espíritu de benevolencia en el corazón del dador y nos alía más de cerca con aquel que fue rico, mas por nuestro bien se hizo pobre, para que por medio de su pobreza pudiésemos ser ricos. Solo así habremos de imitar el ejemplo del Salvador a fin de que nuestros caracteres se desarrollen a semejanza de él (In Heavenly Places, p. 303).

Ahora, precisamente ahora, todo el que pretende ser hijo de Dios debiera traer de sus medios a la tesorería del Señor, a fin de que haya una provisión de la cual extraer medios para proveer a los obreros de lo necesario para entrar en nuevos lugares a fin de presentar la verdad a los que nunca la han oído. No debe haber escasez en la tesorería del Señor. Es de su tesoro de donde Dios suple todas nuestras necesidades. ¿Seremos solamente consumidores? ¿No debiéramos ser productores, dando de nuestros medios a fin de que la verdad pueda ser presentada a mucha gente que reconocerá el mensaje y devolverá, a su vez, a Dios?…

No debemos recibir solamente los dones de Dios. Con un sentido pleno de nuestra responsabilidad debemos devolverle lo que es suyo, a fin de que haya abundancia de medios en su tesorería para el avance de su obra, una abundancia de la cual sus obreros pueden extraer lo necesario para llevar el mensaje de ciudad en ciudad, y de país en país. Debiera proveerse a los abnegados obreros de Dios con los medios suficientes para hacer de su obra un éxito (Alza tus ojos, {ATO}, p. 3580.

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Miércoles 11 de diciembre | Lección 11_______________________________________

PISANDO EN LAGARES EN SÁBADO

Lee Nehemías 13:15 y 16. ¿Cuál es el problema que Nehemías trata aquí?

Nehemías 13:15-16

15 En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en el día de reposo, y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día de reposo; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. 16 También había en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en día de reposo[c] a los hijos de Judá en Jerusalén.

No es fácil alzarse a favor de Dios cuando eres minoría. Como Dios dijo que el sábado era un día santo en el que nadie debía trabajar, Nehemías tenía el objetivo de asegurarse de que este mandato se cumpliera en Jerusalén. Sin duda, sintió la obligación moral de asumir esa postura y luego actuar en consecuencia.

El sábado se creó como la corona de la semana de la Creación porque es un día especial en el que las personas deben renovarse y recrearse al dedicarle tiempo a Dios de una manera que no pueden hacerlo mientras se dedican a sus ocupaciones o a otras actividades seculares.

Un famoso escritor judío ha dicho que “más que guardar Israel el shabat, el shabat ha guardado a Israel”. El hecho es que el día de reposo sabático fue, y sigue siendo, un medio poderoso para ayudar a mantener viva la fe en quienes, por la gracia de Dios, buscan guardarlo y disfrutar de los beneficios físicos y espirituales que les ofrece.

Lee Nehemías 13:17 al 22. ¿Qué hace Nehemías para detener la “compraventa” en el día de reposo?

Nehemías 13:17-22

17 Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo? 18 ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo? 19 Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de reposo no introdujeran carga. 20 Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía. 21 Y les amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en día de reposo. 22 Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia.

Como Nehemías es el gobernador de Judá, considera que su rol es hacer cumplir las reglas. Debido a que las reglas de Judá se basaban en la Ley de Dios, él se convierte en guardián de esa Ley, incluyendo el sábado. Tal vez si los nobles de Judá hubieran resistido la corrupción provocada por el sumo sacerdote, Nehemías no se habría encontrado en esta situación. Sin embargo, los gobernantes y los nobles quizá ya estaban molestos con Nehemías porque anteriormente les había hecho devolver a los pobres; por lo tanto, parece que tampoco se opusieron a los cambios que introdujeron Eliasib y Tobías.

Nehemías reprende primero a los nobles, y luego ordena que se cierren las puertas y coloca a los criados en las puertas para protegerlas. Cuando el mercado simplemente se muda del interior de la ciudad hacia el exterior, toma medidas aún más drásticas y amenaza con echar mano sobre los negociantes al siguiente sábado. Nehemías debió haber sido un hombre de palabra, porque los negociantes entendieron y no se aparecieron de allí en más.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Otro resultado de [interactuar] con los idólatras era el desprecio en que se tenía al sábado, o sea la señal que distinguía a los israelitas de todas las demás naciones como adoradores del Dios verdadero. Nehemías comprobó que los mercaderes y traficantes paganos de la comarca venían a Jerusalén y habían inducido a muchos de los israelitas a comerciar en sábado. A algunos no los habían podido persuadir a sacrificar sus principios; pero otros habían transgredido y participado con los paganos en los esfuerzos de éstos para vencer los escrúpulos de los más concienzudos. Muchos se atrevían a violar abiertamente el sábado. Nehemías escribe: “En aquellos días vi en Judá algunos que pisaban en lagares el sábado, y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos, y toda suerte de carga, y traían a Jerusalén en día de sábado… También estaban en ella Tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en sábado a los hijos de Judá” (Profetas y reyes, {PR}, p. 495).

En la obra de reforma que debe ejecutarse hoy, se necesitan hombres que, como Esdras y Nehemías, no reconocerán paliativos ni excusas para el pecado, ni rehuirán de vindicar el honor de Dios. Aquellos sobre quienes recae el peso de esta obra no callarán cuando vean que se obra mal ni cubrirán a éste con un manto de falsa caridad…

En su obra, Esdras y Nehemías se humillaron delante de Dios, confesaron sus pecados y los del pueblo, y pidieron perdón como si ellos mismos hubiesen sido los culpables. Con paciencia trabajaron, oraron y sufrieron. Lo que más dificultó su obra no fue la franca hostilidad de los paganos, sino la oposición secreta de los que se decían sus amigos, quienes, al prestar su influencia al servicio del mal, decuplicaban la carga de los siervos de Dios…

El éxito que acompañó los esfuerzos de Nehemías revela lo que lograrán la oración, la fe y la acción sabia y enérgica (Profetas y reyes, {PR}, p. 498).

Durante la dispensación cristiana, el gran enemigo de la felicidad del hombre hizo al sábado del cuarto mandamiento objeto de ataques especiales. Satanás dice: “Obraré en forma contraria a los propósitos de Dios. Daré a mis secuaces poder para desechar el monumento de Dios, el séptimo día como día de reposo. Así demostraré al mundo que el día santificado y bendecido por Dios fue cambiado. Ese día no vivirá en la mente del pueblo. Borraré su recuerdo. Pondré en su lugar un día que no lleva las credenciales de Dios, un día que no puede ser una señal entre Dios y su pueblo. Induciré a los que acepten este día a que lo revistan de la santidad que Dios dio al séptimo día…

Por el establecimiento de un falso día de reposo, el enemigo pensó cambiar los tiempos y las leyes. Pero ¿logró realmente cambiar la ley de Dios? La respuesta se encuentra en las palabras del capítulo 31 de Éxodo. El que es el mismo ayer, hoy y por los siglos, declaró acerca del día de reposo, o sábado: “Es señal entre mí y vosotros por vuestras edades.” “Señal es para siempre.” Éxodo 31:13, 17 (Profetas y reyes, {PR}, pp. 136, 137).

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Lección 11 | Jueves 12 de diciembre___________________________________________

¿NO HICIERON ASÍ VUESTROS PADRES?

El celo de Nehemías por el sábado es admirable. Nehemías era tan ferviente en observar el sábado correctamente que incluso prometió “echar mano” de los negociantes de otras naciones. En otras palabras, él habría intervenido personalmente si los hubiera vuelto a atrapar en sábado en la ciudad o junto a las puertas. Como gobernador, sentía la responsabilidad oficial de garantizar que este mandamiento se cumpliera correctamente.

“Nehemías los reprendió intrépidamente por haber descuidado su deber. Les preguntó severamente: ‘¡Ustedes están pecando al profanar el día sábado! Lo mismo hicieron sus antepasados, y por eso nuestro Dios envió toda esta desgracia sobre nosotros y sobre esta ciudad. ¿Acaso quieren que aumente la ira de Dios sobre Israel por profanar el sábado?’ Luego ordenó que ‘se cerraran las puertas […] al caer la tarde […] antes de que comenzara el sábado’, y que no se volviesen a abrir ‘hasta después de ese día’ (Miq. 4:8). Y, teniendo más confianza en sus propios criados que en aquellos a quienes pudieran designar los magistrados de Jerusalén, los puso al lado de las puertas para que hiciesen cumplir sus órdenes” (PR 496).

La advertencia de Nehemías sobre la profanación del sábado, junto con otras advertencias relacionadas con su violación, aparentemente encontró eco a través de los siglos hasta la época de Jesús, solo que él luchó no contra la profanación del sábado, sino contra su observancia legalista.

Lee Mateo 12:1 al 8; Marcos 3:1 al 6; Lucas 6:6 al 11; y Juan 5:5 al 16. ¿Cuál era el problema aquí? Entender la historia del antiguo Israel, ¿cómo nos ayuda a explicar por qué surgió el conflicto?

Mateo 12:1-8

 1 En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

Marcos 3:1-6

1 Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. Y le acechaban para ver si en el día de reposo[a] le sanaría, a fin de poder acusarle. Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo[b] hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.

Lucas 6:6-11

Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla? 10 Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. 11 Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.

Juan 5:5-16

Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. 10 Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. 11 El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? 13 Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. 15 El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. 16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.

En su celo (aunque equivocado) por garantizar que el sábado no fuera profanado, estos líderes religiosos eran tan fanáticos que acusaron a Jesús, el “Señor del día de reposo” (Luc. 6:5), de violarlo. La ironía es que, si bien muchos de estos hombres expresaban gran preocupación por la Ley, olvidaban “lo más importante” de esa ley: “la justicia, la misericordia y la fe” (Mat. 23:23).

¿Cómo podemos nosotros, individualmente y como iglesia, cuidarnos de no cometer el mismo error que estos hombres, ya sea con el sábado o con otra cosa que creemos que es importante para la fe?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Si estaba bien que David satisficiese su hambre comiendo el pan que había sido apartado para un uso santo, entonces estaba bien que los discípulos supliesen su necesidad recogiendo granos en las horas sagradas del sábado…

Cristo quería enseñar a sus discípulos y a sus enemigos que el servicio de Dios está antes que cualquier otra cosa. El objeto de la obra de Dios en este mundo es la redención del hombre; por lo tanto, lo que es necesario hacer en sábado en cumplimiento de esta obra, está de acuerdo con la ley del sábado. Jesús coronó luego su argumento declarándose “Señor del sábado,” es decir un Ser por encima de toda duda y de toda ley…

Jesús no dejó pasar el asunto con la administración de una reprensión a sus enemigos. Declaró que su ceguera había interpretado mal el objeto del sábado. Dijo: “Si supieseis qué es: Misericordia quiero y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes.” Sus muchos ritos formalistas no podían suplir la falta de aquella integridad veraz y amor tierno que siempre caracterizarán al verdadero adorador de Dios (El Deseado de todas las gentes, {DTG}, pp. 251, 252).

Algunos estaban muy sorprendidos de que el sábado nos esforzáramos por traerlos a la reunión. Se les había enseñado que la observancia del sábado consistía mayormente en inactividad física; y pensaban que porque éramos celosos en la observancia del sábado lo guardaríamos de acuerdo con las enseñanzas de los fariseos.

Les dijimos a nuestros amigos que en cuanto a la observancia del sábado, hemos estudiado el ejemplo y las enseñanzas de Cristo, quien a menudo pasaba el sábado haciendo esfuerzos fervientes para sanar y enseñar; que creíamos que una de nuestras hermanas que estaba cuidando a una familia enferma estaba guardando el sábado tanto como quien dirigía una división de la escuela sabática; que Cristo no pudo agradar a los fariseos de su tiempo, y que no esperábamos que nuestros esfuerzos para servir al Señor satisficieran a los fariseos modernos (Mensajes selectos, {2MS}, t. 3, p. 295).

La escuela sabática y la reunión del culto ocupan sólo una parte del sábado. La parte que queda para la familia puede abarcar las más sagradas y preciosas horas del sábado. Mucho de este tiempo deben pasarlo los padres con sus hijos.

¡Oh el sábado! Sea el más dulce y el más bendito de todos los días de la semana…

Los padres pueden… hacer del sábado una delicia, si toman la debida actitud. A los niños puede interesarse en la buena lectura o en la conversación en cuanto a la salvación de su alma. Pero habrán de ser educados y preparados. El corazón natural no está propenso a pensar en Dios, el cielo ni las cosas celestiales. Deberá contrarrestarse continuamente la corriente de mundanalidad e inclinación al mal y deberá fomentarse la luz celestial (Conducción del niño, {CN}, p. 504).

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Viernes 13 de diciembre | Lección 11__________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee Elena de White, El camino a Cristo, “La fuente de regocijo y felicidad”, pp. 115-126.

“Cuando les hubo presentado los mandatos y las amenazas de Dios, así como los terribles castigos que en lo pasado habían caído sobre Israel por ese preciso pecado, se les despertó la conciencia, y se inició una obra de reforma que desvió de ellos la ira de Dios, y les atrajo su aprobación y bendición.

“Algunos que desempeñaban cargos sagrados rogaron por sus esposas paganas, declarando que no podían separarse de ellas. Pero, no se hizo distinción alguna; no se respetaron la jerarquía ni los puestos. Cualquiera de los sacerdotes o de los gobernantes que rehusó cortar sus vínculos con los idólatras quedó inmediatamente separado del servicio del Señor. Un nieto del sumo sacerdote, casado con una hija del notorio Sanbalat, no solo fue destituido de su cargo sino también prestamente desterrado de Israel. Nehemías oró así: ‘Acuérdate de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los levitas’ ” (PR 497).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Lee la cita anterior de Elena de White. En clase, comparte lo que piensas sobre lo que hizo Nehemías, que no dio lugar a ninguna excepción, incluso con quienes parecían amar verdaderamente a sus esposas y no querían separarse de ellas. ¿Crees que Nehemías era demasiado enérgico, demasiado inflexible, y que podría haber hecho algunas excepciones? ¿Por qué? En este mismo contexto, ¿de qué manera la iglesia ejerce la disciplina con amor y comprensión, y al mismo tiempo es coherente y no atenúa los parámetros divinos de la verdad?
  2. Aunque sabemos que no tiene nada de legalista guardar el día de reposo sabático, al igual que no es legalista no codiciar, no robar ni mentir, ¿cómo podemos asegurarnos de que la observancia del sábado (o la obediencia de cualquier mandamiento) no se convierta en algo legalista? Tener siempre presente la Cruz y lo que Cristo ha hecho por nosotros en ella, ¿por qué es la protección más poderosa contra la trampa del legalismo?
  3. Por otro lado, ¿cómo podemos protegernos contra los peligros que surgen de una transigencia lenta pero constante, como la que enfrentó Nehemías?

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Un pensamiento en “Lección 11 – UN PUEBLO REINCIDENTE – Para el 14 de diciembre de 2019

  1. Muchas bendiciones por tan grande labor

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