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Lección 11: Para el 13 de marzo de 2021
AMOR A CAMBIO
Sábado 6 de marzo__________________________________________________________
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 55:1–7; 55:6–13; 58:1–12; 58:13, 14.
PARA MEMORIZAR:
“Y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía” (Isa. 58:10).
Un director de cantos judío y su esposa, que vivían en Lincoln, Nebraska, EE. UU., comenzaron a recibir llamadas telefónicas amenazantes y obscenas. Descubrieron que las llamadas provenían de un cabecilla de un grupo discriminatorio estadounidense, el Ku Klux Klan. Al descubrir su identidad, podrían haberlo entregado a la policía. Pero optaron por un enfoque más radical. Cuando se enteraron de que era lisiado, ¡llamaron a su puerta con un pollo preparado para la cena! Él se quedó completamente atónito. El odio que sentía se deshizo ante el amor de ellos. La pareja siguió visitándolo y la amistad creció. ¡Incluso pensó en hacerse judío!
“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento […]?” (Isa. 58:6, 7). Irónicamente, la pareja de Lincoln ayunó al compartir su cena con un opresor hambriento, ¡y por ende lo liberó de sus propias ataduras de prejuicio injusto!
Aprendamos más sobre este importante principio espiritual, según lo describe el profeta Isaías.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Las buenas acciones son una doble bendición, pues aprovechan al que las hace y al que recibe sus beneficios. La conciencia de haber hecho el bien es una de las mejores medicinas para las mentes y los cuerpos enfermos. Cuando el espíritu goza de libertad y dicha por el sentimiento del deber cumplido y por haber proporcionado felicidad a otros, la influencia alegre y reconstituyente que de ello resulta infunde vida nueva al ser entero.
Procure el desvalido manifestar simpatía, en vez de requerirla siempre. Echad sobre el compasivo Salvador la carga de vuestra propia flaqueza, tristeza y dolor. Abrid vuestro corazón a su amor, y haced que rebose sobre los demás. Recordad que todos tienen que arrostrar duras pruebas y resistir rudas tentaciones, y que algo podéis hacer para aliviar estas cargas. Expresad vuestra gratitud por las bendiciones de que gozáis: demostrad el aprecio que os merecen las atenciones de que sois objeto. Conservad vuestro corazón lleno de las preciosas promesas de Dios, a fin de que podáis extraer de ese tesoro palabras de consuelo y aliento para el prójimo. Esto os envolverá en una atmósfera provechosa y enaltecedora. Proponeos ser motivo de bendición para los que os rodean, y veréis cómo encontraréis modo de ayudar a vuestra familia y también a otros (El ministerio de curación, pp. 199, 200).
Leed Isaías 58 vosotros que pretendéis ser hijos de la luz. Leedlo especialmente una y otra vez vosotros que os habéis sentido tan poco inclinados a molestaros para favorecer a los necesitados. Vosotros, cuyos corazones y hogares son demasiado estrechos para dar cabida a los que no tienen casa, leedlo; leedlo vosotros, que podéis ver a los huérfanos y a las viudas oprimidos por la mano de hierro de la pobreza, y humillados por los mundanos de duro corazón. Leedlo si teméis que vais a introducir en vuestras familias una influencia que os va a dar más trabajo. Vuestros temores pueden ser infundados, y os puede alcanzar una bendición que conoceréis y experimentaréis cada día. Pero si así no fuera, si efectivamente se requiriera trabajo extra, podéis invocar al que prometió: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación (salud) se dejará ver pronto”… El profeta se dirige a observadores del sábado, no a incrédulos, sino a quienes hacen gran alarde de piedad… Nuestras almas deben ensancharse. Entonces Dios las hará semejantes a huertas de riego cuyas aguas nunca faltan (Testimonios para la iglesia, t. 2, pp. 33, 34).
La obra de beneficencia ordenada en dicho capítulo es la que Dios requiere que su pueblo haga en este tiempo. Es una obra señalada por él. No nos deja en dudas en cuanto al lugar donde se aplica el mensaje, y al tiempo de su cumplimiento… y cuanto más nos acercamos al fin, tanto más urgente se vuelve esta obra. Todos los que amen a Dios demostrarán que llevan su sello observando sus mandamientos. Son los restauradores de la senda en que se ha de andar… Este es el ministerio que el pueblo de Dios debe realizar en [este tiempo. Esta obra,] debidamente cumplido, impartirá abundantes bendiciones a la Iglesia (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 268).
Domingo 7 de marzo_________________________________________________________
¿COMPRAR ALGO GRATIS? (ISA. 55:1–7)
Lee este versículo: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed” (Isa. 55:1). ¿Qué contradicción ves aquí?
Isaías 55:1
1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
Supongamos que llevas comida y te paras en la calle de una gran ciudad, y anuncias a los hambrientos y sin techo: “¡Vengan a comprar y a comer los que no tengan dinero!” (Isa. 55:1, NVI). Pero ¿cómo pueden comprar si no tienen dinero?
Sin embargo, si agregas las palabras, como lo hizo Isaías: “sin dinero y sin precio” (Isa. 55:1), la cuestión se aclara. Isaías hace un llamado a los que acepten el perdón (Isa. 55:7) libremente. Sin embargo, la palabra comprar enfatiza que lo que Dios les ofrece a las personas para satisfacer sus necesidades y deseos es valioso; en consecuencia, recibirlo requiere una transacción (transferencia de algo de valor). Dios ofrece libremente el perdón en el marco de una relación de pacto restaurada con su pueblo, pero no porque fuera gratis para él: lo compró a un precio espantoso y con sangre de su propio Siervo divino. Aunque es gratuito, el precio que él pagó fue asombroso.
¿Cuál fue el precio de nuestra salvación? Ver 1 Pedro 1:18 y 19.
1 Pedro 1:18-19
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
El abordaje que hace Isaías de la salvación ¿cómo se compara con el del Nuevo Testamento? Efesios 2:8, 9.
Efesios 2:8-9
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Isaías encapsula el evangelio en el Antiguo Testamento, y es lo mismo que el evangelio en el Nuevo Testamento. Ninguna salvación por obras del “antiguo pacto” habría de ser reemplazada por la salvación por gracia del “nuevo pacto”. Desde que Dios les hizo la promesa de un Libertador a Adán y a Eva (Gén. 3:15), solo ha habido un camino a la salvación: por gracia, mediante la fe (Efe. 2:8); “El regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Rom. 6:23, NTV).
La salvación es gratuita porque no hay nada que podamos hacer para obtenerla. Nuestras obras nunca pueden ser lo suficientemente buenas como para salvarnos. Sin embargo, al mismo tiempo, nos puede costar todo. ¿Qué significa eso? Ver, por ejemplo, Mateo 10:39; Lucas 9:23; 14:26; Filipenses 3:8.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
No se obtiene la justicia por conflictos penosos, ni por rudo trabajo, ni aun por dones o sacrificios; es concedida gratuitamente a toda alma que tiene hambre y sed de recibirla. “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad, y comed… sin dinero y sin precio”. “Su justicia es de mí, dice Jehová”. “Este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, Justicia Nuestra”. Isaías 55:1; 54:17; Jeremías 23:6.
No hay agente humano que pueda proporcionar lo que satisfaga el hambre y la sed del alma. Pero dice Jesús: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” Apocalipsis 3:20; Juan 6:35…
Al modo como el viajero fatigado que, hallando en el desierto la buscada fuente, apaga su sed abrasadora, el cristiano buscará y obtendrá el agua pura de la vida, cuyo manantial es Cristo (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 20, 21).
La salvación es un don gratuito, y sin embargo ha de ser comprado y vendido. En el mercado administrado por la misericordia divina, la perla preciosa se representa vendiéndose sin dinero y sin precio. En este mercado, todos pueden obtener las mercancías del cielo. La tesorería que guarda las joyas de la verdad está abierta para todos. “He aquí he dado una puerta abierta delante de ti —declara el Señor—, la cual ninguno puede cerrar”. Ninguna espada guarda el paso por esa puerta. Las voces que provienen de los que están adentro y de los que están a la puerta dicen: Ven. La voz del Salvador nos invita con amor fervoroso: “Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico”. Apocalipsis 3:8, 18.
El evangelio de Cristo es una bendición que todos pueden poseer. El más pobre es tan capaz de comprar la salvación como el más rico; porque no se puede conseguir por ninguna cantidad de riqueza mundanal. La obtenemos por una obediencia voluntaria, entregándonos a Cristo como su propia posesión comprada…
No podemos ganar la salvación, pero debemos buscarla con tanto interés y perseverancia como si abandonáramos todas las cosas del mundo por ella (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 88, 89).
Vivir para el yo es perecer. La codicia, el deseo de obtener beneficios personales, separa el alma de la vida. El espíritu de Satanás es acaparar, atraer hacia el yo. El Espíritu de Cristo es dar, sacrificar el yo por el bien de los demás.
En la vida de aquel que sigue al Salvador no puede haber una búsqueda egoísta…
El verdadero cristiano trabaja incansablemente y en forma desinteresada para su Maestro. No busca la tranquilidad o la complacencia de sí mismo, sino que somete todo, aun la vida misma, al llamamiento de Dios. Y para él se pronuncian estas palabras: “El que perdiere su vida por causa de mí, la hallará”. Mateo 10:39 (Nuestra elevada vocación, p. 289).
Lunes 8 de marzo____________________________________________________________
ALTOS PENSAMIENTOS Y CAMINOS (ISA. 55:6–13)
¿Por qué dice Dios que sus pensamientos y sus caminos son más altos que los nuestros, “como son más altos los cielos que la tierra” (Isa. 55:8, 9)? ¿Qué crees que significa eso?
Isaías 55:8-9
8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Indudablemente, el Dios que creó un universo en el que incluso algunas de las cosas más simples contienen misterios que nuestra mente no puede siquiera empezar a entender es un Dios cuyos caminos están más allá de lo que podemos comenzar a percibir plenamente. En consecuencia, este conocimiento de su superioridad infinita debería ayudarnos a recibir humildemente su ayuda (ver Isa. 57:15).
Lee Isaías 55:6 al 9. ¿Cuál es el contexto en el que el Señor habla acerca de que sus caminos y sus pensamientos son más altos de lo que podemos imaginar? ¿Qué dice que hace que sea tan difícil de entender para nosotros?
Isaías 55:6-9
6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. 8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
De todos los grandes misterios del Universo, sin duda el más grande de todos es el plan de salvación, un misterio que apenas podemos comenzar a entender (ver Efe. 6:19). El hecho de que el Creador del Universo se rebajara al revestirse de humanidad y llevar una vida de sufrimiento y trabajo duro, solo para morir en nuestro favor como sacrificio por el pecado, y todo, para poder perdonarnos y mostrarnos misericordia, es una verdad que conmoverá el corazón de los seres creados de Dios por toda la eternidad.
“El tema de la redención es uno en el que ‘anhelan mirar los ángeles’. Será la ciencia y canción de los redimidos por los siglos sin fin de la eternidad. ¿Acaso no merece ser estudiado y meditado cuidadosamente ahora?” (VAAn 303, 304).
“El tema es inagotable. El estudio de la encarnación de Cristo, su sacrificio expiatorio y su obra de mediación embargarán la mente del estudiante diligente mientras dure el tiempo; y mirando al cielo con sus innumerables años, exclamará: ‘Grande es el misterio de la piedad’” (PVGM 106).
Considera las cosas malas que has hecho: las personas a las que has lastimado, las palabras desagradables que pronunciaste, la manera en que decepcionas-te a los demás, por no decir a ti mismo. Y, sin embargo, Jesús puede perdonarte todas estas cosas y en este momento tú puedes presentarte ante la vista de Dios como perfecto y justo. Si eso no es un misterio, ¿qué es?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Nosotros no comprendemos la grandeza y la majestad de Dios ni recordamos la inconmensurable distancia que existe entre el Creador y las criaturas que formó con su mano. Aquel que está entronizado en los cielos, blandiendo el cetro del universo en su mano, no juzga conforme a nuestra norma finita, ni calcula conforme a nuestros cómputos. Nos equivocamos si pensamos que lo que es grande para nosotros debe ser grande para Dios, y que lo que es pequeño para nosotros debe ser pequeño para él. No sería más exaltado que nosotros si solo poseyera las mismas facultades (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 316).
Puesto que la ley divina es tan sagrada como el mismo Dios, solo uno igual a Dios podría expiar su transgresión. Ninguno sino Cristo podía salvar al hombre de la maldición de la ley, y colocarlo otra vez en armonía con el Cielo. Cristo cargaría con la culpa y la vergüenza del pecado, que era algo tan abominable a los ojos de Dios que iba a separar al Padre y su Hijo. Cristo descendería a la profundidad de la desgracia para rescatar la raza caída.
Cristo intercedió ante el Padre en favor del pecador, mientras la hueste celestial esperaba los resultados con tan intenso interés que la palabra no puede expresarlo. Mucho tiempo duró aquella misteriosa conversación, el “consejo de paz” (Zacarías 6:13) en favor del hombre caído. El plan de la salvación había sido concebido antes de la creación del mundo; pues Cristo es “el Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo”. Apocalipsis 13:8. Sin embargo, fue una lucha, aun para el mismo Rey del universo, entregar a su Hijo a la muerte por la raza culpable… ¡Oh, el misterio de la redención! ¡El amor de Dios hacia un mundo que no le amaba! ¿Quién puede comprender la profundidad de ese amor “que excede a todo conocimiento”? Al través de los siglos sin fin, las mentes inmortales, tratando de entender el misterio de ese incomprensible amor, se maravillarán y adorarán a Dios (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 48, 49).
Cuanto más se acerque a Jesús, tanto más culpable aparecerá ante sus propios ojos, porque su visión será más clara, y sus imperfecciones serán vistas en un contraste más nítido con su perfecta naturaleza. Pero no se desanime. Esta es una evidencia de que los engaños de Satanás han perdido su poder; de que la influencia vivificante del Espíritu de Dios está surgiendo en usted, y que su indiferencia y despreocupación están desapareciendo…
Dios no trata con nosotros de la manera en que un hombre finito trata con otro. Sus pensamientos son pensamientos de misericordia, amor y tierna compasión… Él dice: “Yo deshice como a nube tus rebeliones…”. Isaías 44.22.
Mire hacia arriba, usted que está en dificultades, tentado y desanimado. Mire hacia arriba… La mano del Infinito se extiende desde las almenas del cielo para asir la suya en un fuerte apretón. El poderoso Ayudador está cerca para bendecir, levantar y animar a los que más yerran, a los más pecadores, si ellos quieren contemplarlo por fe. Pero el pecador debe contemplarlo (Nuestra elevada vocación, p. 29).
Martes 9 de marzo__________________________________________________________
AMIGOS DE AYUNO (ISA. 58:1–8)
¿A qué se refiere el “ayuno” en Isaías 58:3?
Isaías 58:3
3 ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.
Este debe ser el ayuno del Día de la Expiación, el único ayuno ordenado por Dios (Lev. 16:29, 31; 23:27–32). Esto se confirma en Isaías 58:3 por la expresión paralela “humillamos”, que sigue la terminología de Levítico. Humillarse/afligirse se refería a varias formas de abnegación, incluido el ayuno (comparar con Sal. 35:13; Dan. 10:2, 3, 12).
El contexto del Día de la Expiación explica el mandato de Dios: “Alza tu voz como trompeta” (Isa. 58:1). Este tipo de trompeta de cuerno de carnero, llamado shofar, debía hacerse sonar como recordatorio diez días antes del Día de la Expiación (Lev. 23:24). Además, cada cincuenta años, en el Día de la Expiación, era para anunciar el comienzo del año del Jubileo (Lev. 25:9, 10; comparar con Isa. 27:13).
Lee Isaías 58:3 al 7. ¿Qué queja les presenta el Señor? ¿Qué tenía de malo su “ayuno”?
Isaías 58:3-7
3 ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. 4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. 5 ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? 6 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? 7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Parece que el pueblo esperaba que el Señor lo felicitara por su “piedad”. Por supuesto, hacían todo al revés. Practicar la abnegación en el Día de la Expiación era expresar su gratitud y su lealtad hacia Dios el día en que el sumo sacerdote acudía a Dios para purificar el Santuario y así limpiarlos de los pecados por los que ya habían sido perdonados (Lev. 16; comparar con el cap. 4). Sus actos debían haberse realizado en agradecimiento y gratitud al Dios que los salvó en el Día del Juicio, no para obtener la aprobación de Dios por su “piedad” y “devoción”. Al fin y al cabo, eran los pecados del pueblo los que habían contaminado el Santuario de Dios. Había que purificarlo con sangre derramada por lo que ellos habían hecho.
Una de las lecciones concluyentes que extraemos de estos pasajes apunta a la diferencia entre ser simplemente religioso y ser un verdadero seguidor de Cristo. ¿Qué diferencia encontramos aquí? ¿En qué medida nosotros, individualmente, afrontamos este mismo peligro, que es creer que nuestros rituales religiosos de alguna manera muestran que realmente estamos siguiendo al Señor como él nos lo pide?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
El día de la expiación, se llevaban dos machos cabríos a la puerta del tabernáculo, y se echaba suerte sobre ellos, “la una suerte por Jehová, y la otra suerte por Azazel”. El macho cabrío sobre el cual caía la primera suerte debía matarse como ofrenda por el pecado del pueblo. Y el sacerdote había de llevar la sangre más allá del velo, y rociarla sobre el propiciatorio. “Y limpiará el santuario, de las inmundicias de los hijos de Israel y de sus rebeliones, y de todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo del testimonio, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias”.
“Y pondrá Aarón ambas manos suyas sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada: y dejará ir el macho cabrío por el desierto”. Vers. 21, 22. Solo después de haberse alejado al macho cabrío de esta manera, se consideraba el pueblo libre de la carga de sus pecados. Todo hombre había de contristar su alma mientras se verificaba la obra de expiación. Todos los negocios se suspendían, y toda la congregación de Israel pasaba el día en solemne humillación delante de Dios, en oración, ayuno y profundo análisis del corazón (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 368, 369).
Todos estos dones [de Dios] han de ser empleados en beneficiar a la humanidad, en aliviar a los dolientes y menesterosos. Debemos alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, cuidar de la viuda y los huérfanos, servir a los angustiados y oprimidos. Dios no quiso nunca que existiese la extensa miseria que hay en el mundo. Nunca quiso que un hombre tuviese abundancia de los lujos de la vida mientras que los hijos de otros llorasen por pan. Los recursos que superan las necesidades reales de la vida, son confiados al hombre para hacer bien, para beneficiar a la humanidad. El Señor dice:… “Desatar las ligaduras de impiedad”, “deshacer los haces de opresión”, “dejar ir libres a los quebrantados”, “que rompáis todo yugo”. “Que partas tu pan con el hambriento”, que “a los pobres errantes metas en casa”. “Cuando vieres al desnudo, lo cubras”. Que “saciares el alma afligida”. Isaías 58:6, 7, 10. “Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura”. Marcos 16:15 Estas son las órdenes del Señor. ¿Está haciendo esta obra el conjunto de los que profesan ser cristianos? (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 304, 305).
Miércoles 10 de marzo______________________________________________________
LUCHA DE AYUNO (ISA. 58:1–12)
Diez días después de que las trompetas recuerdan al pueblo de Dios que el Señor es aclamado como su Rey el mismo Día de la Expiación, cuando la humildad de ellos, a través de la abnegación, confirma su lealtad a él como Rey, el profeta alza su voz como una trompeta para declarar que se están rebelando contra él (Isa. 58:1).
Lee Isaías 58:6 al 12. ¿Cuáles son los actos que Dios considera verdaderos actos de abnegación? A fin de cuentas, ¿qué es más difícil, saltearse algunas comidas o usar tu tiempo y tu dinero para alimentar a los sin techo de tu ciudad? ¿Cuál es el principio que se distingue detrás de estos actos? ¿En qué medida estos actos forman parte de la verdadera religión?
Isaías 58:6-12
6 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? 7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? 8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. 9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; 10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. 11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. 12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
Cualquiera puede ser religioso; cualquiera puede participar de rituales religiosos. Pero, por más que los cumpla en forma correcta, en el momento apropiado y siguiendo todas las normas, eso no es todo lo que el Señor quiere. Analiza la vida de Jesús. Aunque él era fiel a los rituales religiosos de su época, los autores de los evangelios se centraron mucho más en sus actos de misericordia, curación, alimentación y perdón a los necesitados que en su fidelidad a los ritos.
El Señor pretende una iglesia, un pueblo, que predique la verdad al mundo. Pero ¿qué atraerá más a la gente a la verdad tal como es en Jesús: el estricto cumplimiento de las leyes alimentarias o la voluntad de ayudar a los hambrientos? ¿El descanso estricto en el día de reposo o tu disposición a usar de tu tiempo y tus energías para ayudar a los necesitados?
Lee Mateo 25:40 y Santiago 1:27. ¿Qué nos dicen?
Mateo 25:40
40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Santiago 1:27
27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Analiza las bendiciones de Isaías 58 que Dios dice que recibirán quienes buscan suplir las necesidades de los menos afortunados. ¿Qué crees que nos está diciendo el Señor aquí? Estas promesas ¿se refieren a una intervención sobrenatural en nuestra vida si hacemos estas cosas? ¿O quizá se trate de la bendición natural que recibimos al brindarnos a los demás en lugar de ser egoístas, codiciosos y estar absortos en nosotros mismos? Explica tu respuesta.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Aquí se describe el ayuno que Dios puede aceptar. Consiste en compartir tu pan con el hambriento, y llevar a tu casa al pobre que anda errante. No esperes a que acudan a ti. No es tarea de ellos buscarte y rogarte que les des un lugar. Tú tienes que buscarlos y llevarlos a tu casa. Tú debes derramar tu alma en procura de ellos. Debes levantar una mano para aferrarte por la fe de la poderosa Mano que brinda salvación, mientras con tu otra mano de amor alcanzas al oprimido con el fin de darle alivio. Es imposible que te aferres de la mano de Dios con una mano, mientras empleas la otra para servir a tus propios placeres.
Si os dedicáis a esta obra de misericordia y amor, ¿será posible que esta tarea sea demasiado pesada para vosotros? ¿Fracasaréis y seréis aplastados bajo su peso, y vuestra familia quedará privada de vuestro auxilio y vuestra influencia? ¡Oh, no! Dios ha eliminado cuidadosamente toda duda con respecto a este asunto al hacer un compromiso con vosotros condicionado a vuestra obediencia. Esta promesa abarca todo lo que el más exigente y más vacilante podría anhelar. “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación (salud) se dejará ver pronto”. Solamente creed que el que prometió es fiel. Dios puede renovar la fortaleza física. Más aún: dice que lo va a hacer (Testimonios para la iglesia, t. 2, pp. 32, 33).
Aprovechad cada oportunidad que se os presente para contribuir a la felicidad de vuestros semejantes, compartiendo con ellos vuestro afecto. Las palabras bondadosas, las miradas de compasión, las expresiones de aprecio serán como un vaso de agua fresca para el sediento, en el caso de muchas personas solitarias y afligidas. Una palabra de ánimo, un acto de bondad aliviarán muchísimo las cargas que pesan sobre muchos hombros fatigados. La verdadera felicidad se encuentra en un ministerio abnegado. Y cada palabra y acción nacidas con ese fin se registran en los libros del cielo como si se dirigieran a Cristo… Vivid bajo el resplandor del amor de Jesús. Entonces seréis una bendición para el mundo.
El espíritu de trabajo abnegado en beneficio de los demás confiere profundidad, estabilidad y encanto como el de Cristo al carácter y crea paz y felicidad en el corazón de su poseedor.
Cada deber cumplido, cada sacrificio hecho en el nombre de Jesús, produce una excelsa recompensa. En el mismo acto del deber, Dios habla, y da su bendición (Mi vida hoy, p. 170).
“En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”…
El amor y la simpatía que Jesús quisiera que brindáramos a los demás no tiene sabor a sentimentalismo, que es una trampa para el alma; es un amor de origen celestial, que Jesús practicó por precepto y ejemplo…
El amor de Jesús es un principio activo que une corazón con corazón en lazos de comunión cristiana. Cada persona que entre en el cielo habrá sido perfeccionada en amor en la tierra; porque en el cielo los objetos de nuestro interés lo serán el Redentor y los redimidos (Dios nos cuida, p. 24).
Jueves 11 de marzo__________________________________________________________
UN TIEMPO PARA NOSOTROS (ISA. 58:13, 14)
¿Por qué Isaías habla del sábado en 58:13 y 14? ¿Qué conexión tiene esto con la escena del Día de Expiación de los versículos anteriores?
Isaías 58:13-14
13 Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, 14 entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.
El Día de Expiación anual era un día de reposo. Este día de reposo ceremonial especial era como el sábado semanal, en el que se prohibía todo tipo de trabajo (Lev. 23:27–32). Por lo tanto, como lo reconocieron los primeros adventistas del séptimo día, la norma de que el período de descanso del Día de la Expiación tenía lugar de tarde a tarde (Lev. 23:32) nos informa que lo mismo se aplica al sábado semanal. Del mismo modo, aunque el contexto principal de Isaías 58:13 y 14 es el Día de la Expiación ceremonial, su mensaje también se aplica al sábado semanal.
Lee Isaías 58:13. ¿Qué clase de día se supone que es el sábado? ¿Cómo podemos hacer que nuestra experiencia sabática sea como la que se describe aquí? Además, cuando piensas en lo que representa el sábado, ¿por qué debería ser como el día que se describe en este pasaje?
Isaías 58 aborda tres temas principales: la abnegación, la benevolencia social y el sábado.
¿Cómo se relacionan entre ellos?
En primer lugar, los tres requieren concentrarse en Dios, en sus prioridades, y reconocer nuestra dependencia de él. En segundo lugar, al hacer estas tres cosas, los seres humanos buscan la santidad al imitar a Dios (ver Lev. 19:2), quien, en la persona de Cristo, se humilló a sí mismo (Fil. 2:8), demuestra bondad abnegada (Juan 3:16) y descansó en sábado al final de la semana de la Creación (Gén. 2:2, 3; Éxo. 20:11).
Medita en estas otras semejanzas entre los temas de la abnegación, la benevolencia social y el sábado según se describe en Isaías 58: la libertad sabática del trabajo semanal es buena porque nos permite renovarnos (Éxo. 23:12; Mar. 2:27); Jesús mostró que los actos de bondad son apropiados en el día de repo-so (Mar. 3:1–5; Juan 5:1–17); la verdadera observancia del sábado trae gozo (Isa. 58:14), al igual que ayudar a los demás (Isa. 58:10, 11). ¿Qué debes cambiar en tu vida para experimentar estas bendiciones personalmente?
ESPÍRITU DE PROFECÍA
En el capítulo 58 de Isaías se especifica la obra de los que adoran a Dios, el Hacedor de los cielos y la tierra: “Los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás”. Isaías 58:12. El monumento de Dios, su séptimo día de reposo, será ensalzado. “Y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retrajeres del día de reposo [margen: sábado] tu pie [si dejares de pisotearlo], de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares… yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”. Isaías 58:12-14 (Mensajes selectos, t. 2, p. 122).
Hay que recordar y observar el sábado como monumento de la obra del Creador. Al señalar a Dios como el Hacedor de los cielos y de la tierra, el sábado distingue al verdadero Dios de todos los falsos dioses. Todos los que guardan el séptimo día demuestran al hacerlo que son adoradores de Jehová. Así el sábado será la señal de lealtad del hombre hacia Dios mientras haya en la tierra quien le sirva.
El cuarto mandamiento es, entre todos los diez, el único que contiene tanto el nombre como el título del Legislador. Es el único que establece por autoridad de quién se dio la ley. Así, contiene el sello de Dios, puesto en su ley como prueba de su autenticidad y de su vigencia (Historia de los patriarcas y profetas, p. 315).
¿Debía Dios prohibir al sol que realizase su oficio en sábado, suspender sus agradables rayos para que no calentasen la tierra ni nutriesen la vegetación? ¿Debía el sistema de los mundos detenerse durante el día santo? ¿Debía ordenar a los arroyos que dejasen de regar los campos y los bosques, y pedir a las olas del mar que detuviesen su incesante flujo y reflujo? ¿Debían el trigo y la cebada dejar de crecer, y el racimo suspender su maduración purpúrea? ¿Debían los árboles y las flores dejar de crecer o abrirse en sábado?
En tal caso, el hombre echaría de menos los frutos de la tierra y las bendiciones que hacen deseable la vida. La naturaleza debía continuar su curso invariable. Dios no podía detener su mano por un momento, o el hombre desmayaría y moriría. Y el hombre también tiene una obra que cumplir en sábado: atender las necesidades de la vida, cuidar a los enfermos, proveer a los menesterosos. No será tenido por inocente quien descuide el alivio del sufrimiento ese día. El santo día de reposo de Dios fue hecho para el hombre, y las obras de misericordia están en perfecta armonía con su propósito. Dios no desea que sus criaturas sufran una hora de dolor que pueda ser aliviada en sábado o cualquier otro día (El Deseado de todas las gentes, pp. 176, 177).
Viernes 12 de marzo_________________________________________________________
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
“Nadie puede practicar la verdadera benevolencia sin sacrificio. Solo mediante una vida sencilla, abnegada y de estricta economía podemos llevar a cabo la obra que nos ha sido señalada como representantes de Cristo. El orgullo y la ambición mundana deben ser desalojados de nuestro corazón. En todo nuestro trabajo ha de cumplirse el principio de la abnegación manifestado en la vida de Cristo. En las paredes de nuestras casas, en los cuadros, en los muebles, tenemos que leer esta inscripción: ‘A los pobres que no tienen hogar acoge en tu casa’. En nuestros roperos tenemos que ver escritas, como con el dedo de Dios, estas palabras: ‘Viste al desnudo’. En el comedor, en la mesa cargada de abundantes manjares, deberíamos ver trazada esta inscripción: ‘Comparte tu pan con el hambriento’ [ver Isa. 58:7]” (MC 133).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Presta atención a la pregunta que Isaías hizo a la gente de su época: “¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” (55:2). ¿En qué medida nosotros hacemos lo mismo, al trabajar por lo que no satisface? ¿Por qué es tan fácil caer en esa trampa.
- Si la abnegación, la benevolencia social y el sábado eran importantes en el Día de la Expiación en la época de Isaías, ¿son igualmente importantes en el Día de la Expiación del tiempo del fin (Dan. 8:14), en el cual la trompeta del Jubileo de Dios señalará la máxima libertad en la segunda venida de Cristo (1 Cor. 15:52; comparar con Lev. 25:9, 10)? Explica tu respuesta.
- En clase, abran un debate sobre el tema de guardar el sábado. ¿Qué crees que tenía en mente Isaías cuando dijo que deberíamos dejar de hacer nuestra voluntad en sábado y, al mismo tiempo, llamarlo “delicia” (Isa. 58:13)? ¿Cómo podemos armonizar las dos cosas? Ten en cuenta el contexto del pasaje completo de Isaías 58.
Resumen: En Isaías 55 y 58, el profeta hace un llamado a su pueblo para que renuncie a sus pensamientos y sus caminos y regrese a Dios, cuyo ideal para su felicidad es mucho más elevado que el de ellos. Perdona misericordiosamente y luego insiste en que los perdonados sean misericordiosos, en armonía con el espíritu del Día de la Expiación y el sábado, porque el don del perdón de Dios, si se lo recibe verdaderamente, transforma el corazón.