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Lección 7 – ADOREN AL CREADOR – Para el 13 de mayo de 2023

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LECCIONES FUTURAS DE ESCUELA SABÁTICA

Año

1er Trimestre

2o Trimestre

3er Trimestre

4o Trimestre

2023

Mayordomía El Mensaje de los Tres Ángeles Efesios Norma Cultural y Mente Misionera de Personajes Bíblicos*

2024

Salmos El Gran Conflicto Marcos Juan

2025

Amor y Justicia en la Biblia Como Estudiar la Profecía y la Inspiración Éxodo Como Permanecer en Relación con Dios

2026

Colosenses – Filipenses Religión en el Mercado** Josué El Espíritu de Profecía

2027

1 & 2 de Corintios Mayordomía Eclesiología Ezequiel

2028

* Bible Characters as Counter Cultural and Mission Minded

** Religion in the Market Place


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Lección 7: Para el 13 de mayo de 2023

ADOREN AL CREADOR

Sábado 6 de mayo______________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Apocalipsis 1:9; Isaías 40:26; 2 Corintios 5:17; Colosenses 1:17; Apocalipsis 4:11; Juan 19:16-30.

PARA MEMORIZAR:

 “ ‘Señor y Dios, digno eres de recibir gloria, honra y poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad fueron creadas y existen’ ” (Apoc. 4:11).

Es fácil dar las cosas por un hecho, especialmente aquellas que conocemos o experimentamos desde siempre. ¿Cuán fácil, por ejemplo, es que los niños pequeños den por sentado a sus padres, a quienes han conocido durante toda su corta vida? Cuán fácil es para nosotros, también, asumir la existencia del Sol, el cielo, el aire o el suelo bajo nuestros pies.

Sin embargo, ¿alguna vez te has detenido a pensar cuántas veces damos por sentada la existencia misma? Es decir, ¿con qué frecuencia nos detenemos a pensar en la famosa pregunta filosófica: Por qué hay algo en lugar de la nada?

¿Por qué existe el Universo mismo, y toda la majestuosidad y grandeza y las cosas asombrosas que hay en él? ¿Qué gran contradicción lógica se produciría si nuestro Universo, y nosotros en él, no estuviésemos aquí? Según la última teoría científica (van cambiando), nuestro Universo una vez no existió. En otras palabras, la nuestra es una existencia contingente, y el solo hecho de que estemos aquí ya es un milagro. Y, a pesar de todo tipo de mitos de que el Universo surgió de la nada absoluta, o de algún tipo de ecuación matemática, nuestro Universo y todo lo que hay en él existe porque Dios, el Creador, lo hizo.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El deber de adorar a Dios estriba en la circunstancia de que él es el Creador, y que a él es a quien todos los demás seres deben su existencia. Y cada vez que la Biblia presenta el derecho de Jehová a nuestra reverencia y adoración con preferencia a los dioses de los paganos, menciona las pruebas de su poder creador. «Todos los dioses de los pueblos son ídolos; mas Jehová hizo los cielos». Salmo 96:5. «¿A quién pues me compararéis, para que yo sea como él? dice el Santo. ¡Levantad hacia arriba vuestros ojos, y ved! ¿Quién creó aquellos cuerpos celestes?» «Así dice Jehová, Creador de los cielos (él solo es Dios), el que formó la tierra y la hizo… ¡Yo soy Jehová, y no hay otro Dios!» Isaías 40:25, 26; 45:18 (VM). Dice el salmista: «Reconoced que Jehová él es Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos». «¡Venid, postrémonos, y encorvémonos; arrodillémonos ante Jehová nuestro Hacedor!» Salmo 195:6 (VM) (El conflicto de los siglos, p. 432).

«Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo».

El que fue designado en los consejos del cielo vino al mundo como instructor. No era menos que el Creador del mundo, el Hijo del Dios Infinito. La rica benevolencia de Dios lo entregó a nuestro mundo; y para satisfacer las necesidades de la humanidad, tomó sobre sí mismo la naturaleza humana. Para el asombro de las huestes celestiales, caminó sobre esta tierra como el Verbo Eterno. Plenamente preparado, dejó las cortes reales para venir a un mundo dañado y contaminado por el pecado. Misteriosamente se alió con la naturaleza humana. «Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros». El exceso de la bondad, benevolencia y amor de Dios fue sorprendente para el mundo, de una gracia que podía ser realizada, pero no podía ser contada (Fundamentals of Christian Education, p. 399).

Todos los seres creados viven por la voluntad y el poder de Dios. Son recipientes de la vida del Hijo de Dios. No importa cuán capaces y talentosos sean, no importa cuán amplias sean sus capacidades, son provistos con la vida que procede de la Fuente de toda vida. El es el manantial, la fuente de vida. La vida que había depuesto en su humanidad, la tomó de nuevo y la dio a la humanidad. «Yo he venido —dijo él— para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». Juan 10:10.

Cristo llegó a ser uno con la humanidad, para que la humanidad pudiera llegar a ser una en espíritu y en vida con él. En virtud de esa unión, en obediencia a la Palabra de Dios, la vida de Cristo llega a ser la vida de la humanidad. Él dice al penitente: «Yo soy la resurrección y la vida». Juan 11:25 (Sons and Daughters of God, p. 237; parcialmente en A fin de conocerle, p. 73).


Domingo 7 de mayo_____________________________________________________

UN COMPAÑERO EN LA TRIBULACIÓN

Después de ascender al Cielo (Hech. 1:9), Jesús visitó al último de los apóstoles vivos, Juan, en la isla de Patmos, donde el despiadado emperador romano Domiciano lo había exiliado.

Lee Apocalipsis 1:9. Ver también Mateo 13:21; Hechos 14:22; y Juan 16:33. ¿Cuál es el mensaje aquí para todos los que procuran seguir a Jesús en este mundo?

Apocalipsis 1:9

Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.

Mateo 13:21

21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

Hechos 14:22

22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.

Juan 16:33

33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Aunque alejado del apoyo de su familia, sus amigos y la comunidad cristiana, Juan no estaba solo en las tribulaciones y los problemas que enfrentó como seguidor de Jesús. Su ministerio no había terminado; su testimonio no estaba completo. Un ser angelical con un brillo deslumbrante visitó a Juan en esa isla solitaria y le llevó un mensaje proveniente directamente del Trono de Dios. Este mensaje de Jesús resonaría por los pasillos del tiempo a lo largo de los siglos. Fue un mensaje de esperanza para cada generación, pero especialmente un mensaje destinado a preparar al pueblo de Dios del tiempo del fin para la venida de Jesús. Es un serio mensaje de advertencia, así como un mensaje de ánimo para el tiempo del fin, a medida que nos preparamos para enfrentar las pruebas de los últimos días (o cualquier prueba que puedas estar enfrentando ahora).

Si tú entraras en la cueva donde supuestamente el ángel celestial visitó a Juan presentándole la visión profética de Apocalipsis, inmediatamente notarías estas palabras colocadas en una placa en la entrada que resume todo el libro de Apocalipsis: “‘¡Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adoren al que hizo el Cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de las aguas’ ” (Apoc. 14:7).

El tema central del libro de Apocalipsis es la adoración. Fuimos creados como seres de adoración. Cada uno de nosotros adora algo o a alguien. La verdadera adoración, la adoración al Creador, nos permite descubrir el verdadero propósito de la vida. Nos da una razón para vivir. Nos da no solo algo por lo que morir sino, más aún, algo por lo que vivir y, si es necesario, soportar tribulaciones. Y de hecho, a medida que surjan las crisis finales, comprenderemos mejor estas palabras: “ ‘Es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios’ ” (Hech. 14:22).

Si los siervos fieles de Dios, como Juan, enfrentan sufrimientos y tribulaciones, ¿qué nos hace pensar que nosotros no enfrentaremos problemas? (Ver 1 Ped. 4:12-15.)

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Juan fue echado en una caldera de aceite hirviente; pero el Señor preservó la vida de su fiel siervo, así como protegió a los tres hebreos en el horno de fuego…

Nuevamente la mano de la persecución cayó pesadamente sobre el apóstol. Por decreto del emperador, fue desterrado a la isla de Patmos, condenado «por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo». Apocalipsis 1:9. Sus enemigos pensaron que allí no se haría sentir más su influencia, y que finalmente moriría de penurias y angustia.

Patmos, una isla árida y rocosa del mar Egeo, había sido escogida por las autoridades romanas para desterrar allí a los criminales; pero para el siervo de Dios esa lóbrega residencia llegó a ser la puerta del cielo. Allí, alejado de las bulliciosas actividades de la vida, y de sus intensas labores de años anteriores, disfrutó de la compañía de Dios, de Cristo y de los ángeles del cielo, y de ellos recibió instrucciones para guiar a la iglesia de todo tiempo future (Los hechos de los apóstoles, pp. 455, 456).

Fue en un sábado cuando la gloria del Señor se manifestó al desterrado apóstol [Juan]…

«Y cuando yo le vi —escribió Juan—, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas». Apocalipsis 1:17.

Juan fue fortalecido para vivir en la presencia de su Señor glorificado. Entonces ante sus maravillados ojos fueron abiertas las glorias del cielo. Le fue permitido ver el trono de Dios y, mirando más allá de los conflictos de la tierra, contemplar la hueste de los redimidos con sus vestiduras blancas. Oyó la música de los ángeles del cielo, y los cantos de triunfo de los que habían vencido por la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio. En la revelación que vio se desarrolló una escena tras otra de conmovedor interés en la experiencia del pueblo de Dios, y la historia de la iglesia fue predicha hasta el mismo fin del tiempo. En figuras y símbolos, se le presentaron a Juan asuntos de gran importancia, que él debía registrar para que los hijos de Dios que vivían en su tiempo y los que vivieran en siglos futuros pudieran tener una comprensión inteligente de los peligros y conflictos que los esperaban (Los hechos de los apóstoles, pp. 465, 466).

El tiempo de angustia que espera al pueblo de Dios requerirá una fe inquebrantable. Sus hijos deberán dejar manifiesto que él es el único objeto de su adoración, y que por ninguna consideración, ni siquiera de la vida misma, pueden ser inducidos a hacer la menor concesión a un culto falso.

En aquel tiempo el oro quedará separado de la escoria… Más de una estrella que hemos admirado por su brillo se apagará entonces en las tinieblas. Los que hayan asumido los atavíos del Santuario, pero no estén revestidos de la justicia de Cristo, se verán en la vergüenza de su propia desnudez (Maranata: el Señor viene, p. 194).


Lunes 8 de mayo_______________________________________________________

ADORA AL CREADOR

Lee Apocalipsis 14:7. ¿Cómo concluye el mensaje del primer ángel? ¿Qué apelación final hace este mensaje referente a la hora del Juicio? (Ver también Isa. 40:26; Juan 1:1-3; Rom. 1:20).

Apocalipsis 14:7

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

Isaías 40:26

26 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.

Juan 1:1-3

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

Romanos 1:20

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

Apocalipsis 14:7 termina con una claro llamado a adorar al Creador; este llamado es especialmente importante ahora, cuando la mayoría del mundo científico, y hasta del mundo cristiano, acepta la Evolución, una enseñanza que golpea directamente al corazón de todas los presupuestos bíblicos y cristianos. Si la Evolución fuera verdad, nuestra fe, inevitablemente, sería una mentira. Así de profundos son los problemas.

Por ende, la apelación final del Apocalipsis está anclada en el primer libro de la Biblia, el Génesis. Nunca entenderemos completamente los problemas en esta batalla cósmica sobre la adoración a menos que entendamos la importancia de la Creación. “En el principio Dios creó los Cielos y la Tierra” (Gén. 1:1). Este versículo es el fundamento de toda la Escritura. En el principio, Dios creó. La palabra hebrea para “crear”, en este pasaje, es bará, un verbo que se utiliza única y exclusivamente referido a Dios como sujeto.

Para tener una pequeña idea de cuán ilimitado es el poder de Dios, consideremos solo un objeto de su creación: el Sol. El Sol produce más energía en un segundo que la que la humanidad ha producido usando petróleo, gas, carbón o fuego desde el principio del tiempo.

El Sol tiene un diámetro de aproximadamente 1.400.000 kilómetros y podría contener más de un millón de planetas del tamaño de la Tierra. Pero el Sol es solo una de al menos 100 mil millones de estrellas en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Una estrella llamada Estrella Pistola emite hasta 10 millones de veces la energía generada por nuestro Sol. Un millón de estrellas del tamaño de nuestro Sol pueden caber fácilmente dentro de la esfera de la Estrella Pistola. ¿Cómo empezar siquiera a entender la Creación?

La Creación revela a un Dios de un poder impresionante e ilimitado. Su poder creador no solo trajo a la existencia los Cielos y la Tierra, sino además ha obrado en favor de su pueblo a través de los siglos. Él es el Dios que originó este mundo, que está siempre presente en este mundo y que nunca abandonará a su pueblo en este mundo.

¿En qué medida el tamaño abrumador de la Creación solo amplifica la realidad del amor de Dios, ya que muestra que, a pesar de lo pequeños que somos en contraste con la Creación, aun así Cristo murió por nosotros?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El primer ángel exhorta a los hombres a que teman al Señor y le den honra y a que le adoren como Creador del cielo y de la tierra. Para poder hacerlo, deben obedecer su ley. El sabio dice: «Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es la suma del deber humano»  Eclesiastés 12:13 (VM). Sin obediencia a sus mandamientos, ninguna adoración puede agradar a Dios. «Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos». «El que aparte sus oídos para no escuchar la ley, verá que su oración misma es cosa abominable». 1 Juan 5:3…

En el capítulo 14 del Apocalipsis se exhorta a los hombres a que adoren al Creador, y la profecía expone a la vista una clase de personas que como resultado del triple mensaje, guardan los mandamientos de Dios, Uno de estos mandamientos señala directamente a Dios como Creador (El conflicto de los siglos, pp. 432, 433).

La naturaleza atestigua que un Ser infinito en poder, grande en bondad, misericordia y amor, creó la tierra y la llenó de vida y de alegría. Aunque ajadas, todas las cosas manifiestan la obra de la mano del gran Artista y Maestro. Por doquiera que nos volvamos, podemos oír la voz de Dios, y ver pruebas evidentes de su bondad…

El que puso las perlas en el océano y la amatista y el crisólito entre las rocas, ama lo bello. El sol que sale en el horizonte es representante de Aquel que es vida y luz de todo lo que hizo. Todo el brillo y la belleza que adornan la tierra e iluminan los cielos, hablan de Dios…

Todas las cosas hablan de su tierno cuidado paternal y de su deseo de hacer felices a sus hijos (El ministerio de curación, pp. 3 19, 320).

«La importancia del sábado, como institución conmemorativa de la creación, consiste en que recuerda siempre la verdadera razón por la cual se debe adorar a Dios», porque él es el Creador, y nosotros somos sus criaturas. «Por consiguiente, el sábado forma parte del fundamento mismo del culto divino, pues enseña esta gran verdad del modo más contundente, como no lo hace ninguna otra institución. El verdadero motivo del culto divino, no tan solo del que se tributa en el séptimo día, sino de toda adoración, reside en la distinción existente entre el Creador y sus criaturas. Este hecho capital no perderá nunca su importancia ni debe caer nunca en el olvido» (J. N. Andrews, History of the Sabbath, cap. 27). Por eso, es decir, para que esta verdad no se borrara nunca de la mente de los hombres, instituyó Dios el sábado en el Edén y mientras el ser él nuestro Creador siga siendo motivo para que le adoremos, el sábado seguirá siendo señal conmemorativa de ello. Si el sábado se hubiese observado universalmente, los pensamientos e inclinaciones de los hombres se habrían dirigido hacia el Creador como objeto de reverencia y adoración, y nunca habría habido un idólatra, un ateo, o un incrédulo. La observancia del sábado es señal de lealtad al verdadero Dios, «que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de agua». Resulta pues que el mensaje que manda a los hombres adorar a Dios y guardar sus mandamientos, los ha de invitar especialmente a observar el cuarto mandamiento (El conflicto de los siglos, p. 433).


Martes 9 de mayo______________________________________________________

UN DIOS QUE ESTÁ CERCANO

El Dios de la Creación, que formó el Sol, la Luna y las estrellas, cuyo impresionante poder creó este planeta y lo llenó de seres vivos, es también un Dios que está interesado en cada uno de nosotros. Él es el Dios que libró a su pueblo de la esclavitud en Egipto, que lo guio en su peregrinaje por el desierto, que hizo caer maná del cielo, que derrumbó los muros de Jericó y que derrotó a los enemigos de Israel. El mismo Dios que liberó su poder infinito para crear el Universo desata ese infinito poder para derrotar a las fuerzas del mal que libran una batalla constante por nuestra alma.

Lee 2 Corintios 5:17; Salmo 139:15 al 18; Hechos 17:27; y Colosenses 1:17. ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca de la cercanía de Dios?

2 Corintios 5:17

17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Salmo 139:15-18

15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. 16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. 17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! 18 Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.

Hechos 17:27

27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

Colosenses 1:17

17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

Los teólogos hablan de la trascendencia de Dios. Esta es la idea de que Dios existe por sobre toda la Creación. Pero también hablan de la inmanencia de Dios. Esta es la idea de que Dios también, de alguna manera, está presente dentro de nuestro mundo y, como muestra la historia bíblica, también interviene estrechamente y participa íntimamente en él. Aunque el Señor habita en “la altura y en la santidad”, también está “con el contrito y humilde de espíritu” (Isa. 57:15). Como Jesús mismo dijo, hablando de sus fieles seguidores: “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los amaste a ellos así como me amaste a mí” (Juan 17:23). No puede haber algo más íntimo y más cercano que eso.

Lo mejor sobre nuestro Dios es que su grandeza y su poder son tan vastos que traspasan el Cosmos y llegan a cada una de nuestras vidas. Él promete volver a crearnos, moldearnos, transformarnos a semejanza de su imagen. Piensa por un momento en lo que esto significa. El Dios que creó miles de millones de galaxias y las sostiene es el mismo Dios en quien “vivimos, y nos movemos, y existimos” (Hech. 17:28), y además obra en nuestro corazón para darnos un corazón nuevo, para limpiarnos del pecado y hacernos nuevas criaturas en Cristo. Qué pensamiento tan reconfortante es comprobar que nuestro Dios, un Dios con semejante poder, nos ama y nos cuida.

¿Cómo podemos aprender a obtener esperanza y consuelo al percibir la inmanencia de Dios? ¿O te asusta, porque Dios conoce tus secretos más sombríos? ¿Cómo es que el evangelio te puede dar paz en ese contexto?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Deshonramos a Dios cuando pensamos en él únicamente como un juez que está listo para sentenciarnos, olvidándonos de que es un Padre amante. Toda la vida espiritual es moldeada por nuestros pensamientos acerca de Dios; y si mantenemos conceptos erróneos de su carácter, nuestras almas se dañarán. Deberíamos ver en Dios a Uno que ama a los hijos de los hombres y desea hacerles bien… En todas las Escrituras se presenta a Dios como Alguien que habla tiernamente a los corazones de sus hijos descarriados. Ningún padre terrenal podría ser tan paciente con los errores y faltas de sus hijos como es Dios con los que procura salvar. Nadie podría rogar más tiernamente al transgresor. Ningún labio humano pronunció jamás ruegos tan tiernos al transgresor como los suyos. ¿No amaremos a Dios y le mostraremos nuestro amor mediante una humilde obediencia? Tengamos cuidado con nuestros pensamientos, nuestras experiencias, nuestra actitud hacia Dios, porque todas sus promesas son en sí los suspiros de un amor indecible (That I May Know Him, p. 263; parcialmente en A fin de conocerle, p. 265).

Cristo vino para enseñar a los seres humanos lo que Dios desea que conozcan. En los cielos, en la tierra, en las anchurosas aguas del océano, vemos la obra de Dios. Todas las cosas creadas testifican acerca de su poder, su sabiduría y su amor. Pero ni de las estrellas, ni del océano, ni de las cataratas podemos aprender lo referente a la personalidad de Dios como se ha revelado en Cristo.

Dios vio que se necesitaba una revelación más clara que la de la naturaleza para presentarnos su personalidad y su carácter. Envió a su Hijo al mundo para revelar, hasta donde podía soportarlo la vista humana, la naturaleza y los atributos del Dios invisible (Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 277).

«Si alguno está en Cristo, es una nueva criatura; las cosas viejas pasaron ya, he aquí que todo se ha hecho nuevo». 2 Corintios 5:17.

Es posible que una persona no sepa indicar el momento y lugar exactos de su conversión, o que no pueda tal vez señalar el encadenamiento de circunstancias que la llevaron a ese momento; pero esto no prueba que no se haya convertido. Cristo dijo a Nicodemo: «El viento de donde quiere sopla; y oyes su sonido, mas no sabes de donde viene, ni a donde va: así es todo aquel que es nacido del Espíritu». Juan 3:8. Como el viento es invisible y, sin embargo, se ven y se sienten claramente sus efectos, así también obra el Espíritu de Dios en el corazón humano. El poder regenerador, que ningún ojo humano puede ver, engendra una vida nueva en el alma; crea un nuevo ser conforme a la imagen de Dios.

Aunque la obra del Espíritu es silenciosa e imperceptible, sus efectos son manifiestos. Cuando el corazón ha sido renovado por el Espíritu de Dios, el hecho se revela en la vida. Si bien no podemos hacer cosa alguna para cambiar nuestro corazón, ni para ponernos en armonía con Dios; si bien no debemos confiar para nada en nosotros mismos ni en nuestras buenas obras, nuestra vida demostrará si la gracia de 13ios mora en nosotros. Se notará un cambio en el carácter, en las costumbres y ocupaciones. El contraste entre lo que eran antes y lo que son ahora será muy claro e inequívoco. El carácter se da a conocer, no por las obras buenas o malas que de vez en cuando se ejecuten, sino por la tendencia de las palabras y de los actos habituales en la vida diaria (El camino a Cristo, pp. 57, 58).


Miércoles 10 de mayo___________________________________________________

EVANGELIO, JUICIO, CREACIÓN

Fíjate en el mensaje del primer ángel. Evangelio eterno. Hora del Juicio. Adoren al Creador. Observa cuán estrechamente relacionadas están estas ideas. Cuando estemos delante de nuestro Creador en el Juicio, únicamente el evangelio es lo que nos da alguna esperanza. “Pero ahora, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús; [los que no andan según la carne, sino según el Espíritu]” (Rom. 8:1). Ninguna condenación ahora; y sin duda alguna, tampoco en el Juicio.

El mensaje de Dios como Creador es sumamente crucial para presentar la verdad, especialmente cuando la Evolución, aunque se disfrace de “cristiana”, amenaza con destruir todo el fundamento de la fe cristiana.

Sin embargo, en medio de la embestida del pensamiento evolutivo, Dios ha levantado una iglesia, un pueblo cuyo mismo nombre es un testimonio en contra de la idea de la Evolución, un pueblo que debe proclamar la verdad fundamental de Dios como nuestro Creador y Redentor.

Lee Efesios 3:9; Colosenses 1:13 al 17; Apocalipsis 4:11; y Romanos 5:17 al 19 ¿Qué enseñan estos pasajes acerca de Jesús como Creador y Redentor?

Efesios 3:9

y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas;

Colosenses 1:13-17

13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. 15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

Apocalipsis 4:11

11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Romanos 5:17-19

17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

Fíjate cuán estrechamente ligado está Jesús como Creador a Jesús como Redentor. Desde el momento en que se menoscaba su papel como Creador, como inevitablemente ocurre con la Evolución, su papel como nuestro Redentor también se pone en tela de juicio. Jesús, ¿viene a redimirnos del pecado, de la muerte, del sufrimiento y de la violencia, cuando el pecado, la muerte, el sufrimiento y la violencia son, según enseña la Evolución, los mismos medios por los cuales existe nuestro mundo? Dios, ¿nos redime del mismo proceso que él utilizó para crearnos en el principio? Esa es una mentira peligrosa.

Y lo peor es que la Evolución se burla de la idea misma de la muerte de Jesús en la Cruz. ¿Por qué? Pablo (ver Rom. 5:17-19) vincula inseparablemente la introducción del pecado, por medio de Adán, a la muerte de Jesús. Hay un vínculo directo, entonces, entre Adán y Jesús. Sin embargo, en cualquier modelo evolutivo, ningún Adán sin pecado podría haber introducido la muerte, porque la muerte (millones de años de muerte) en principio era, supuestamente, la fuerza y el poder que se necesitaban para crear a Adán.

Por lo tanto, desde el primer momento la Evolución destruye el fundamento bíblico de la Cruz. En contraste, los adventistas del séptimo día, al llamar al mundo a adorar al Creador, dan un testimonio viviente en contra de este error.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

[Al] paso que la Palabra de Dios habla de la humanidad de Cristo cuando estuvo en esta tierra, también habla decididamente de su preexistencia. El Verbo existía como un ser divino, como el eterno Hijo de Dios, en unión y unidad con su Padre. Desde la eternidad era el Mediador del pacto, Aquel en quien todas las naciones de la tierra, tanto judíos como gentiles, habían de ser benditas si lo aceptaban…

 El mundo fue hecho por él, «y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho». Juan 1:3. Si Cristo hizo todas las cosas, existió antes de todas las cosas. Las palabras pronunciadas acerca de esto son tan decisivas, que nadie debe quedar en la duda. Cristo era esencialmente Dios y en el sentido más elevado. Era con Dios desde toda la eternidad, Dios sobre todo, bendito para siempre.

El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona distinta, y sin embargo era uno con el Padre. Era la excelsa gloria del cielo. Era el Comandante de las inteligencias celestiales, y el homenaje de adoración de los ángeles era recibido por él con todo derecho (Mensajes selectos, t. 1, pp. 290, 291).

El Redentor del mundo pasó por el mismo terreno donde Adán cayó por haber desobedecido la ley expresa de Jehová; y el unigénito Hijo de Dios vino a nuestro mundo como un hombre, _para revelar al mundo que los seres humanos podían guardar la ley de Dios…

El Hijo de Dios se colocó en lugar del pecador, y caminó por el mismo terreno en donde Adán pecó; y soportó la tentación en el desierto, que era cien veces más fuerte de lo que alguna vez tendría que soportar la raza humana. Jesús resistió las tentaciones de Satanás de la misma manera en que cualquier alma tentada puede resistir, remitiéndolo al registro inspirado, y diciendo: «Escrito está».

Cristo venció como hombre las tentaciones. Cada hombre puede vencer como Cristo venció. El se humilló a sí mismo por nosotros. Fue tentado en todo punto, así como nosotros. Redimió el desgraciado fracaso de la caída de Adán, y fue vencedor, testificando así ante todos los mundos no caídos y ante la humanidad caída, que el hombre podía guardar los mandamientos de Dios por medio del poder divino que el cielo le concedía (Mensajes selectos, t. 3, pp. 153, 154).

Fue en la cruz donde la misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la verdad se besaron. Que cada estudiante y obrero estudien esto una y otra vez, hasta que, al levantar al Salvador crucificado entre nosotros, puedan entregar un mensaje nuevo a la gente. Mostrad que la vida de Cristo revela un carácter infinitamente perfecto. Enseñad que, «a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios». Juan 1:12. Repetidlo una y otra vez. Podemos llegar a ser hijos de Dios, miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Haced saber que quienes aceptan a Jesucristo y mantienen su confianza original, firme hasta el fin, serán herederos de Dios. También serán coherederos con Cristo (Testimonios para la iglesia, t. 6, pp. 66, 67).


Jueves 11 de mayo______________________________________________________

EL CREADOR EN LA CRUZ

Por más que nos maravillemos y adoremos al Señor como nuestro Creador, hay algo más. Como ya hemos visto, pero vale la pena repasar, debemos considerar que nuestro Creador es también nuestro Redentor. El Dios que nos creó es el mismo Dios que nos redimió. El Dios que dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gén. 1:26), es el mismo que, en la Cruz, clamó: “ ‘Elí, Elí, ¿lama sabactani?’ Esto es: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’ ” (Mat. 27:46). ¡A propósito de razones para temer a Dios o, más aún, para darle gloria y adorarlo!

¿Cómo podemos nosotros, como seres humanos caídos, responder adecuadamente a una verdad tan asombrosa como esta? ¿Qué podríamos hacer en respuesta? El mensaje del primer ángel nos dice qué hacer: “ ‘¡Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adoren al que hizo el Cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de las aguas’ ” (Apoc. 14:7).

Lee Juan 19:16 al 30, el relato de Juan sobre Jesús en la cruz. Mientras lo lees, piensa en los pasajes bíblicos que hemos visto acerca de Jesús como Creador, como aquel por quien “fueron creadas todas las cosas, las que están en los Cielos y las que están en la Tierra, visibles e invisibles; sean tronos, dominios, principados o autoridades. Todo fue creado por medio de él y para él” (Col. 1:16). ¿Cómo debemos responder a esta asombrosa expresión del amor de Dios?

Juan 19:16-30

16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. 17 Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; 18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. 19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. 20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. 21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos. 22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito. 23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. 24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados. 25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. 26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. 28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. 29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. 30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

El mensaje del primer ángel, que exhorta a adorar al Creador, llegó después de la Cruz, después de que el Universo expectante y los seguidores de Cristo supieran que aquel que “hizo el cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de las aguas” es el mismo que, aunque era Dios, “tomó la condición de siervo y se hizo semejante a los hombres. Y quien, al tomar la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2:7, 8).

Qué espectáculo tan asombroso debió haber sido para quienes conocieron a Jesús antes de que viniera a la Tierra como ser humano. Con razón los seres celestiales también lo adoran. En cuanto a nosotros, redimidos por su sangre, ¿qué más podemos hacer, sino adorar a nuestro Creador y Redentor?

A la luz de la Cruz, ¿por qué es tan herética la idea de que los seres humanos caídos pueden añadir algo a lo que Cristo hizo en la Cruz? ¿Cuál de nuestras obras podría agregarse a lo que el Creador ya ha hecho por nosotros?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cristo me ha dado palabras que hablar: «Deben nacer de nuevo, o nunca entrarán en el reino de los cielos». Por consiguiente, todos los que tienen una correcta comprensión de este tema deberían abandonar su espíritu de controversia y buscar al Señor con todo su corazón. Entonces hallarán a Cristo y podrán dar un carácter distintivo a su experiencia religiosa. Deberían poner claramente este asunto -la sencillez de la verdadera piedad- delante de la gente en cada discurso. Esto tocará las cuerdas del corazón de toda alma hambrienta y sedienta que anhela obtener la seguridad de la esperanza y la fe y la perfecta confianza en Dios mediante nuestro Señor Jesucristo.

Sea hecho claro y manifiesto que no es posible mediante mérito de la criatura realizar cosa alguna en favor de nuestra posición delante de Dios o de la dádiva de Dios por nosotros. Si la fe y las obras pudieran comprar el don de la salvación, entonces el Creador estaría obligado ante la criatura. En este punto la falsedad tiene una oportunidad de ser aceptada como verdad… Si el hombre no puede, por ninguna de sus buenas obras, merecer la salvación, entonces esta debe ser enteramente por gracia, recibida por el hombre como pecador porque acepta y cree en Jesús. Es un don absolutamente gratuito (Fe y obras, p. 17).

Jesús, resplandor de la gloria de su Padre, «no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo». Filipenses 2:6, 7. Consintió en pasar por todas las experiencias humildes de la vida y en andar entre los hijos de los hombres, no como un rey que exigiera homenaje, sino como quien tenía por misión servir a los demás. No había en su conducta mancha de fanatismo intolerante ni de austeridad indiferente…

Jesús se vació a sí mismo, y en todo lo que hizo jamás se manifestó el yo. Todo lo sometió a la voluntad de su Padre. Al acercarse el final de su misión en la tierra, pudo decir: «Yo te he glorificado en la tierra: he acabado la obra que me diste que hiciese». Y nos ordena: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón». Juan 17:4; Mateo 11:29 (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 17, 18).

Jesús dijo: «Yo, si fuere levantado en alto de sobre la tierra, a todos los atraeré a mí mismo». Juan 12:32. Cristo debe ser revelado al pecador como el Salvador que murió por los pecados del mundo; y mientras contemplamos al Cordero de Dios sobre la cruz del Calvario, el misterio de la redención comienza a revelarse a nuestra mente y la bondad de Dios nos guía al arrepentimiento. Al morir por los pecadores, Cristo manifestó un amor Incomprensible; y a medida que el pecador lo contempla, este amor enternece el corazón, impresiona la mente e Inspira contrición al alma…

El pecador puede resistir a este amor, puede rehusar ser atraído a Cristo; pero si no se resiste, será atraído a Jesús; el conocimiento del plan de la salvación le guiará al pie de la cruz, arrepentido de sus pecados, los cuales causaron los sufrimientos del amado Hijo de Dios (El camino a Cristo, pp. 26, 27).


Viernes 12 de mayo_____________________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

La adoración a Dios es central en las Escrituras, y siempre ha sido un tema de discordia para la humanidad y para el pueblo de Dios. En todo el Antiguo Testamento los profetas reprendieron al pueblo de Dios por adorar a otros dioses o por adorar al Señor usando las prácticas de adoración del mundo pagano. El conflicto entre adorar a Dios o adorar a otros dioses está en el centro mismo del Conflicto Cósmico y está consustanciado con el desprecio a la Ley de Dios.

“La adoración aborda el aspecto más fundamental de la existencia humana en el sentido de que tiene que ver con lo que los seres humanos como criaturas vivientes deben hacer al enfrentarse a la presencia del Creador. […] Solo los que están vivos pueden adorar al Señor; los muertos no pueden alabarlo ni adorarlo. […] Aquel que nos creó nos invita a entregar nuestra vida en el acto de adoración para volver a recibirla enriquecida de él, para usarla en beneficio de los demás. La adoración tiene que ver con la naturaleza misma de nuestra existencia, con su propósito y con la necesidad de tener un centro externo a nosotros mismos que nos libere del egoísmo. No adorar a Dios es perder nuestra razón de existir; es existir en un estado de desorientación y, por lo tanto, estar muriendo; es dirigirnos hacia la extinción total porque estamos desconectados de la Fuente misma de la vida” (Á. M. Rodríguez, “The Closing of the Cosmic Conflict: Role of the Three Angels’ Messages”, p. 42).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Mediten sobre esta idea de por qué, en un mundo caído, no es suficiente el hecho de ser creado por Dios. ¿Por qué necesitamos también la promesa de la Redención?
  2. Piensen en alguna experiencia en la que vieron inequívocamente el poder de Dios obrando en su vida; es decir, de una manera que les mostró el amor de Dios por ustedes personalmente. ¡Y luego mediten en el hecho de que este es el Dios que creó todo el Cosmos! Y es este Dios el que los ama tanto como para preocuparse por su vida. ¿Por qué esta realidad no solo debería ser reconfortante sino también conmovedora?
  3. Si la Evolución fuera verdad, piensen en cómo seríamos llamados a adorar a un Creador que usó miles de millones de años de muerte, violencia, destrucción, sufrimiento y extinción masiva para crearnos, mientras que al mismo tiempo nos da una historia completamente diferente en Génesis sobre cómo fuimos creados. Y, sin embargo, ¿se supone que debamos adorarlo? Adorarlo, ¿para qué? ¿Por mentirnos durante miles de años sobre cómo llegamos aquí?

Un pensamiento en “Lección 7 – ADOREN AL CREADOR – Para el 13 de mayo de 2023

  1. Mi Apreciado Hermano Tony. Al final de esta su presentación de la lección 7 no me aguanté y di un grito de ¡Amen Aleluya! Con su permiso quiero desarrolar un sermon en ingles con la información que ha dado. Todo mundo debe escuchar lo que ha presentado y quiero que empiece conmigo. Hay llenado mi corazon de alabanza a nuestro Creador y Salvador. Gracias por su ministerio.

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