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LECCION 13 – EL REINO DE CRISTO Y LA LEY – PARA EL 28 DE JUNIO-2014

Lección 13 para el 28 de Junio

Letra en roja: Biblia

Letra en Azul-Libros de la iglesia Adventista

Letra inclinada: El Estudio de Escuela Sabática

Letra normal: Contribución de SevenDay Radio

♥♥♥♥♥ Estudio de la lección sin contribución.

Muchas veces los días de estudio de la lección vienen tan fáciles de entender que no hay necesidad de agregar extra información. Otras veces ya son estudios que se comienzan a repetir, esto sucede especialmente a la finalización de cada trimestre. Cuando esto suceda le agregaremos 5 corazones y así usted sabrá que no fue necesario agregar información extra al estudio de ese día.

Este es un estudio libre, no hay derechos reservados. Usted lo puede estudiar, compartir, distribuir.

Este Documento es subido al internet todos los días Domingos a las 6:00 AM hora de Madrid, España; 12 de la noche del día Sábado, hora del Este del los Estados Unidos.

Hemos llegado al final de este trimestre, hemos tenido la oportunidad de estudiar la ley de Dios de diferentes puntos de vista. La semana entrante comenzaremos nueva lección y estaremos estudiado «NUESTRO AMANTE PADRE CELESTIAL» Estará muy interesante.

Esta semana estaremos estudiando la última lección de este trimestre,»EL REINO DE CRISTO Y LA LEY» Las palabras claves para el estudio de estos día son:

Día Domingo: El resultado del pecado «LA MUERTE»

Día Lunes: «LA INTEGRIDAD»

Día Martes: «EL AMOR»

Día Miércoles: «EL MISTERIOSO  ORIGEN DEL PECADO»

Día Jueves: Victoria sobre la muerte «VIDA ETERNA»

 

Sábado 21 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 4:8, 9; Daniel 2:44; 1 Pedro 2:11; 1 Corintios 6:9-11; Apocalipsis 22:14, 15; 1 Corintios 15:26.

PARA MEMORIZAR:
“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jer. 31:33).

EN 2011 MURIÓ STEVE JOBS, EL FUNDADOR DE LA COMPAÑÍA APPLE. Tenía 56 años. Años antes, después de un ataque de cáncer, Jobs llamó a la muerte “el mejor invento individual de la vida”, porque nos obliga a lograr lo mejor que podamos hacer aquí. En otras palabras, como el tiempo es tan limitado, debemos tratar de tener ahora tanto éxito como podamos.

Sin embargo, Jobs lo entendió al revés. Lo que lo impulsó a buscar una mayor participación en este mundo, la muerte (o por lo menos lo inevitable que era), reveló la futilidad de desarrollar raíces demasiado permanentes aquí, que es terreno muy superficial. Es cierto, Jobs logró mucho; pero, en contraste con la eternidad, ¿qué importa?

En realidad, se nos ha prometido que este mundo y todo lo que hay en él serán destruidos, y Dios establecerá un mundo nuevo y eterno donde el pecado y la muerte (resultados de la violación de la Ley de Dios) nunca existirán.

Esta semana consideraremos el tema del Reino eterno de Dios y la función de la Ley en relación con ese reino.

Lección 13 // Domingo 22 de junio

EL REINO DE DIOS

Cuando Dios creó a los primeros seres humanos, les dio dominio sobre todas las cosas. Adán había de gobernar el mundo. Sin embargo, al violar la Ley de Dios, perdió su derecho a la soberanía sobre la Tierra, y ese título pasó al archienemigo, Satanás. Cuando los representantes de los otros mundos se reunieron delante de Dios durante el tiempo de los patriarcas, Satanás apareció como el “delegado” de la Tierra (Job 1:6).

Lee Efesios 2:2; 2 Corintios 4:4; y Mateo 4:8 y 9. ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca del poder de Satanás en este mundo?

2 en que vivisteis en otro tiempo según la costumbre de este siglo mundano, a merced del príncipe que ejerce su potestad sobre este aire, que es el espíritu que al presente domina en los hijos rebeldes, Efesios 2 Torres-Amat

4 para esos incrédulos, cuyos entendimientos ha cegado el dios de este siglo, para que no les alumbre la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 2 Corintio 4        Torres-Amat

8 Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado; y mostróle todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de Mí me adorares. Mateo 4
Torres-Amat

Lo que sucedió durante las tentaciones en el desierto es muy revelador. Satanás le ofreció a Jesús el dominio sobre todos los reinos de la Tierra si Jesús se postraba y lo adoraba (Mat. 4:8, 9; ver también Luc. 4:5-7). Jesús vino para recuperar al mundo de manos de Satanás, pero solamente podía hacerlo con su vida. ¡Cuán fuerte debió haber sido, entonces, la tentación cuando Satanás estuvo allí, ofreciendo darle el mundo! Sin embargo, al inclinarse ante Satanás, habría caído en la misma trampa en la que había caído Adán y, en consecuencia, habría sido culpable de violar la Ley de su Padre. Si lo hubiera hecho, habría sido necesario abortar el plan de salvación, y estaríamos muertos en nuestros pecados.

Por supuesto, sabemos que Jesús fue victorioso y, en su victoria, tenemos la seguridad y la promesa de vida en el Reino eterno de Dios, el cual se describe en Daniel 2, cuando la piedra cortada no con mano destruye a todos los reinos de este mundo. Y, después de esto, “el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” (Dan. 2:44).

Todos los reinos descritos en Daniel 2 hicieron todo lo que se predijo de ellos, incluyendo la constante desunión de Europa, simbolizada por el hierro y el barro en los dedos de los pies de la estatua. ¿Por qué estos hechos increíbles nos ayudan a confiar en la promesa del último reino, el que “permanecerá para siempre”?

Palabra clave «MUERTE»                     Recordando día Lunes- Leccion 7

«Cuando Adán y Eva se rebelaron contra Dios, no sólo perdieron su derecho al árbol de la vida -lo que resultó inevitablemente en su muerte y en la transmisión de ésta a sus descendientes-, sino que por causa del pecado también se depravó su naturaleza, con lo cual disminuyó su resistencia al mal. De esa manera Adán y Eva transmitieron a su posteridad la tendencia al pecado y el sometimiento a su castigo: la muerte. Por su transgresión el pecado se introdujo como un poder infeccioso en la naturaleza humana antagónica a Dios, y esa infección ha continuado desde entonces. Debido a esa infección de la naturaleza humana, que se remonta al pecado de Adán, los hombres deben nacer nuevamente. En cuanto a la transmisión de una naturaleza pecaminosa de padre a hijo, debiera tenerse en cuenta lo siguiente: «Es inevitable que los hijos sufran las consecuencias de la maldad de sus padres, pero no son castigados por la culpa de sus padres a menos que participen de los pecados de ellos. Sin embargo, generalmente los hijos siguen los pasos de sus padres. Por la herencia y por el ejemplo los hijos llegan a ser participantes de los pecados de sus progenitores. Las malas inclinaciones, el apetito pervertido, la moralidad depravada, además de las enfermedades y la degeneración física, se transmiten como un legado de padres a hijos hasta la tercera y cuarta generación» (PP 313-314).

La biblia habla de tres muertes:

La primera muerte es la muerte espiritual                                                                           1 Y Él os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados, Efesios 2 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 1 Juan 3: 14 Torres-Amat

La segunda muerte es la primera muerte, Jesús a esta muerte la compara con el sueño      11 Estas cosas dijo Él; y después de esto les dijo: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas yo voy a despertarle del sueño. 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sano estará. 13 Pero esto decía Jesús de su muerte; y ellos pensaban que hablaba del reposar del sueño.14 Y entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; Juan 11

Y la tercera muerte, es la muerte eterna                                                                         28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a Aquél que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Mateo 10

Entre una de las preguntas que el mundo cristiano se hace es: ¿Que muerte fue la que consiguió Adán con su transgresión en el Edén, y que muerte es con la que heredó a la humanidad? Génesis 2: 17 mas del árbol de la ciencia del bien y el mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Aquí en este texto encontramos una sentencia que se da contra Adán, y es la pena de muerte por su transgresión. Nosotros heredamos esa misma sentencia, y esa sentencia no es la segunda muerte, es la primera muerte. La que Adán ya pasó. La segunda muerte no se puede heredar, ni dar en herencia.

La segunda muerte es el resultado de el juicio final.                                                     12 Y he aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el postrero. 14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad. Apocalipsis 22

En este texto encontramos que el juicio final Dios lo basa en nuestras propias decisiones y es una responsabilidad del individuo evitar la segunda muerte. Todo habitante de esta tierra, tanto humanos, como animales compartimos con Adán la sentencia de su transgresión, y esa sentencia es la primera muerte. …en Adán todos mueren… 1 Cor 15: 22

La muerte de Cristo nos libera de la segunda muerte 22 Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:22

Si no hubiera sido por el plan de la salvación, entonces el castigo de Adán no hubiera sido solamente la primera muerte, si no que esta primera muerte se hubiera convertido en la muerte eterna.

En pocas palabras todos los humanos vamos a pagar la sentencia de Adán por la transgresión. Todos; queramos ó no, vamos a morir la primera muerte. Pero no todos vamos a morir en la segunda muerte; esa es decisión suya y mía.

No podemos culpar a Adán de la segunda muerte ó la muerte eterna, esa es responsabilidad personal de cada individuo, buscar la salvación. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos; sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años. Apocalipsis 20

Todos salen de sus tumbas de igual estatura que cuando en ellas fueran depositados. Adán, que se encuentra entre la multitud resucitada, es de soberbia altura y formas majestuosas, de porte poco inferior al del Hijo de Dios. Presenta un contraste notable con los hombres de las generaciones posteriores; en este respecto se nota la gran degeneración de la raza humana. Pero todos se levantan con la lozanía y el vigor de eterna juventud. Al principio, el hombre fue creado a la semejanza de Dios, no solo en carácter, sino también en lo que se refiere a la forma y a la fisonomía. El pecado borró e hizo desaparecer casi por completo la imagen divina; pero Cristo vino a restaurar lo que se había malogrado. Él transformará nuestros cuerpos viles y los hará semejantes a la imagen de su cuerpo glorioso. La forma mortal y corruptible, desprovista de gracia, manchada en otro tiempo por el pecado, se vuelve perfecta, hermosa e inmortal. Todas las imperfecciones y deformidades quedan en la tumba. Reintegrados en su derecho al árbol de la vida, los redimidos crecerán hasta alcanzar la estatura perfecta de la raza humana en su gloria primitiva. Las últimas señales de la maldición del pecado serán quitadas, y los fieles discípulos de Cristo aparecerán en “la hermosura de Jehová nuestro Dios”, reflejando en espíritu, cuerpo y alma la imagen perfecta de su Señor. ¡Oh maravillosa redención, tan descrita y tan esperada, contemplada con anticipación febril, pero jamás enteramente comprendida! – {CS 627.2}

Con amor inexpresable, Jesús admite a sus fieles “en el gozo de su Señor”. El Salvador se regocija al ver en el reino de gloria las almas que fueron salvadas por su agonía y humillación. Y los redimidos participarán de este gozo, al contemplar entre los bienvenidos a aquellos a quienes ganaron para Cristo por sus oraciones, sus trabajos y sacrificios de amor. Al reunirse en torno del gran trono blanco, indecible alegría llenará sus corazones cuando noten a aquellos a quienes han conquistado para Cristo, y vean que uno ganó a otros, y estos a otros más, para ser todos llevados al puerto de descanso donde depositarán sus coronas a los pies de Jesús y le alabarán durante los siglos sin fin de la eternidad. – {CS 629.2}

Cuando se da la bienvenida a los redimidos en la ciudad de Dios, un grito triunfante de admiración llena los aires. Los dos Adanes están a punto de encontrarse. El Hijo de Dios está en pie con los brazos extendidos para recibir al padre de nuestra raza al ser que él creó, que pecó contra su Hacedor, y por cuyo pecado el Salvador lleva las señales de la crucifixión. Al distinguir Adán las cruentas señales de los clavos, no se echa en los brazos de su Señor, sino que se prosterna humildemente a sus pies, exclamando: “¡Digno, digno es el Cordero que fue inmolado!” El Salvador lo levanta con ternura, y le invita a contemplar nuevamente la morada edénica de la cual ha estado desterrado por tanto tiempo. – {CS 629.3}

Después de su expulsión del Edén, la vida de Adán en la tierra estuvo llena de pesar. Cada hoja marchita, cada víctima ofrecida en sacrificio, cada ajamiento en el hermoso aspecto de la naturaleza, cada mancha en la pureza del hombre, le volvían a recordar su pecado. Terrible fue la agonía del remordimiento cuando notó que aumentaba la iniquidad, y que en contestación a sus advertencias, se le tachaba de ser él mismo causa del pecado. Con paciencia y humildad soportó, por cerca de mil años, el castigo de su transgresión. Se arrepintió sinceramente de su pecado y confió en los méritos del Salvador prometido, y murió en la esperanza de la resurrección. El Hijo de Dios reparó la culpa y caída del hombre, y ahora, merced a la obra de propiciación, Adán es restablecido a su primitiva soberanía. – {CS 629.4}

Transportado de dicha, contempla los árboles que hicieron una vez su delicia, los mismos árboles cuyos frutos recogiera en los días de su inocencia y dicha. Ve las vides que sus propias manos cultivaron, las mismas flores que se gozaba en cuidar en otros tiempos. Su espíritu abarca toda la escena; comprende que este es en verdad el Edén restaurado y que es mucho más hermoso ahora que cuando él fue expulsado. El Salvador le lleva al árbol de la vida, toma su fruto glorioso y se lo ofrece para comer. Adán mira en torno suyo y nota a una multitud de los redimidos de su familia que se encuentra en el paraíso de Dios. Entonces arroja su brillante corona a los pies de Jesús, y, cayendo sobre su pecho, abraza al Redentor. Toca luego el arpa de oro, y por las bóvedas del cielo repercute el canto triunfal: “¡Digno, digno, digno es el Cordero, que fue inmolado y volvió a vivir!” La familia de Adán repite los acordes y arroja sus coronas a los pies del Salvador, inclinándose ante él en adoración. – {CS 630.1}

 

Lunes 23 de junio // Lección 13 de Junio

CIUDADANOS DEL REINO

En muchos países, los que van allí desde otras tierras, deben renunciar a la lealtad a su país de nacimiento si quieren ser ciudadanos en esa nueva nación. Sin embargo, algunos países permiten que una persona tenga una doble ciudadanía; es decir, pueden ser leales a ambos países.

No hay tal cosa como doble nacionalidad en la gran controversia. Estamos de un lado o del otro. El reino del mal ha estado batallando contra el reino de justicia durante milenios, y es imposible que una persona sea fiel a ambos al mismo tiempo. Todos tenemos que elegir a qué reino queremos ser fieles.

Lee 1 Pedro 2:11; Hebreos 11:13; Efesios 2:12; Colosenses 1:13; Deuteronomio 30:19; y Mateo 6:24. ¿Qué nos enseñan estos textos acerca de la imposibilidad de una “doble ciudadanía” en la gran controversia entre Cristo y Satanás? ¿De qué modo la Ley desempeña su función de mostrar- nos dónde reside verdaderamente nuestra ciudadanía?

11 Por esto, queridos míos, os suplico que como extranjeros y peregrinos que sois en este mundo os abstengáis de los deseos carnales que combaten contra el alma, 1ra Pedro 2 Torres-Amat

12 acordaos, digo, que vosotros no teníais entonces parte alguna con Jesucristo, estabais enteramente separados de la sociedad de Israel, extranjeros por lo tocante a las alianzas, sin esperanza de la promesa, y sin Dios en este mundo. Efesios 2 Torres-Amat

19 Yo invoco hoy por testigos al cielo y a la tierra, de que te he propuesto la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge desde ahora la vida, para que viváis tú y tu posteridad, Deuteronomio 30 Torres-Amat

Una vez que las personas deciden seguir a Cristo, han elegido dar la espalda al reino del diablo. Ahora son parte de otra comunidad, la del Señor Jesucristo; como resultado, obedecen sus reglas, su Ley, sus mandamientos, y no los del diablo. La obediencia de la persona, sin embargo, no es apreciada universal- mente: el diablo por cierto, no la aprecia, porque está ansioso de recuperar a esa persona; y tampoco la aprecian otros que desconfían de “los peregrinos y extranjeros” que están entre ellos. A pesar de estos obstáculos, Dios tiene un pueblo que es leal a él, no al “príncipe de este mundo” (Juan 12:31).

Muy a menudo, los extranjeros se destacan en otro país porque son diferentes. ¿De qué manera también nosotros, adventistas del séptimo día, al ser “extranjeros y peregrinos” aquí, debemos destacarnos? ¿O no deberíamos destacarnos?

Doble nacionalidad? La palabra clave pare este día es INTEGRIDAD.

La palabra integridad proviene del latín integrîtas, pero el vocablo se deriva del adjetivo integer (intacto, entero, no tocado o no alcanzado por un mal).

Integridad se traduce como honrado, honesto, respeto por los demás , directo, apropiado, responsable, control emocional, respeto por si mismo, puntualidad, lealtad, pulcro, disciplinado y firmeza en sus acciones. En general es alguien en quien se puede confiar. Integridad es retomar el camino de nuestra verdad, es hacer lo correcto, por las razones correctas, del modo correcto.

«Se me mostró el peligro que corremos como pueblo, de llegar a asemejarnos al mundo más bien que a la imagen de Cristo. Estamos ahora en los mismos umbrales del mundo eterno; pero es el propósito del adversario de las almas inducirnos a postergar la terminación del tiempo. Satanás asaltará de toda manera posible a los que profesan ser el pueblo que guarda los mandamientos de Dios y espera la segunda aparición de nuestro Salvador en las nubes de los cielos con poder y grande gloria. Inducirá a tantos como pueda a postergar el día malo, a identificarse en espíritu con el mundo y a imitar sus costumbres. Me sentí alarmada al ver que el espíritu del mundo estaba dominando los corazones y las mentes de muchos que hacen alta profesión de la verdad. Albergan el egoísmo y la complacencia propia; pero no cultivan la verdadera piedad ni la estricta integridad. «[1] – {CPI 147.1}

«En cada transacción comercial sed estrictamente honrados. Aunque os sintáis tentados, no engañéis ni mintáis en lo más mínimo. A veces un impulso natural puede tentar a alejarse del camino recto de la honradez, pero no variéis ni en el grosor de un cabello. Si en algún asunto habéis hecho una declaración acerca de lo que haréis, y después descubrís que habéis favorecido a otro contra vuestros propios intereses, no os alejéis ni un milímetro del principio. Cumplid vuestro convenio.» [2] – {CPI 147.2}

«La Biblia condena en los términos más enérgicos toda mentira, trato falso e improbidad. Lo bueno y lo malo se manifiestan claramente. Pero se me mostró que el pueblo de Dios se ha puesto sobre el terreno del enemigo, ha cedido a sus tentaciones y ha seguido sus designios hasta que sus sensibilidades han quedado terriblemente embotadas. Una ligera desviación de la verdad, una pequeña variación de los requisitos de Dios no se considera tan pecaminosa cuando entraña ganancia o pérdida pecuniaria. Pero el pecado es pecado, ya lo cometa el millonario o el mendigo de la calle. Los que obtienen propiedades por medio de la falsedad están trayendo condenación sobre su alma. Todo lo que se obtiene por medio del engaño y el fraude, será tan sólo una maldición para quien lo reciba.» [3] – {CPI 148.1}

«Pierde su respeto propio [se refiere a quien miente o practica el engaño]. Tal vez no sea consciente de que Dios le ve y conoce cada una de sus transacciones comerciales, que los santos ángeles pesan sus motivos y escuchan sus palabras, y que será recompensado según sus obras; pero aun cuando pudiera ocultar de la inspección humana y divina su mal proceder, el hecho de que él mismo lo conoce degrada su mente y carácter. Un acto no determina el carácter, pero quebranta la valla, y es más fácil admitir la siguiente tentación, hasta que finalmente se ha contraído un hábito de prevaricación e improbidad en los negocios, y no se puede tener confianza en el hombre. «[4] – {CPI 148.2}

«Dios quiere que los hombres que están a su servicio, bajo su estandarte, sean estrictamente honrados, de carácter irreprochable, que sus lenguas no pronuncien nada que se parezca a la mentira. La lengua debe ser veraz, los ojos deben ser veraces, las acciones deben ser íntegras como las que Dios puede encomiar. Estamos viviendo ante la presencia de un Dios santo, quien declara solemnemente: “Yo conozco tus obras”. El ojo divino nos contempla continuamente. No podemos ocultar un solo acto ofensivo para Dios. Muy pocos comprenden la verdad de que Dios es testigo de cada una de nuestras acciones. «[5] – {CPI 149.1}

 

Lección 13 // Martes 24 de junio

LA FE Y LA LEY

El tema dominante en las Escrituras es sencillo: Dios es amor. El amor de Dios se demuestra con mayor fuerza en su gracia. Con su poder ilimitado, él podría fácilmente haber barrido a la humanidad de la faz de la Tierra; pero, en cambio, eligió tener paciencia y dar a todos una oportunidad de experimentar la plenitud de la vida en su Reino eterno. Y más todavía: su amor se revela en el precio que él mismo pagó en la cruz.

El amor de Dios también está directamente relacionado con su justicia. Habiendo provisto incontables oportunidades para que los seres humanos eligiéramos nuestro propio destino, el Dios de amor no nos forzará a entrar en el Reino si lo rechazamos. Cuando los malvados estén delante del Trono en el Juicio, serán condenados por su propio testimonio. Ninguno de los que estén delante del Trono podrá decir con verdad que no sabía de los requerimientos de Dios. Por medio de los escritos o la revelación natural, todos han estado expuestos a los principios básicos de la Ley de Dios (Rom. 1:19, 20; 2:12-16).

Lee 1 Corintios 6:9 al 11; y Apocalipsis 22:14 y 15. ¿Quién entra en el Reino, quién queda afuera, y por qué? ¿Qué función tiene la Ley de Dios aquí? Además, nota el agudo contraste entre los dos grupos.

Es fascinante que, si ponemos 1 Corintios 6:11 junto a Apocalipsis 22:14, tenemos cristianos fieles que son justificados en el nombre del Señor Jesucristo; es decir, son “justificado[s] por fe sin las obras de la ley” (Rom. 3:28); no obstante, también guardan la Ley.

“No es un decreto arbitrario de parte de Dios el que excluye del cielo a los malvados: ellos mismos se han excluido por su propia ineptitud para aquella compañía. La gloria de Dios sería para ellos un fuego consumidor. Desearían ser destruidos para esconderse del rostro de aquel que murió para salvarlos” (CC 16).

¿De qué modo estas palabras nos ayudan a comprender el doloroso tema de la suerte de los perdidos?

 

La palabra clave para este día es la palabra AMOR

RECORDANDO LECCIÓN 8 DÍA DOMINGO Y LUNES

LA LEY Y LOS PROFETAS

La «Regla de Amor»

En las semanas pasadas estuvimos estudiando que Cristo no vino a este mundo «a abolir las ley ó los profetas», también estuvimos estudiando de la palabra «NEJRI».

La palabra griega que es traducida al español como «HASTA» Citada en San Juan 16: 16 donde dice que la ley y los profetas fueron hasta Juan.

La comparamos con Romanos 5: 14 donde dice que la muerte fue desde Adán hasta Moisés; y comprendimos que la ley ni los profetas terminaban en Juan. Cristo no vino a este mundo a abolir la ley, todo lo contrario Cristo la magnificó.

Hay dos maneras en que Cristo magnificó la ley: La primera es por que hizo el mandamiento mas sensible. Antes el adulterio era un acto físico, ahora con Cristo el acto de codiciar a una mujer con la mente se constituye en adulterio. lo mismo sucede con el asesinato. Antes el pecado se contaba por la muerte física de una persona, ahora con Cristo el asesinato comienza y se consuma con el pensamiento.

La segunda manera como Cristo magnificó la ley, fue por que le agrego la palabra «AMOR»

Para entender esto déjeme compartir una experiencia de la vida real. Hace algún tiempo conocí a un hermano de nuestra iglesia muy trabajador, pero de escasos recursos. Cierto día apareció en la iglesia conduciendo un automóvil BMW, casi nuevo, posiblemente meses de viejo. El comenzó a contar la historia, que por ese vehículos había pagado el equivalente de unos $500.00 dólares Norte-Americanos. Era imposible de creer, que por ese vehículo que costaba casi el equivalente de $100,00.00 dólares Norte-Americanos este hermano haya pagado esa pequeña cantidad, prácticamente era un regalo. Esto fue lo que sucedió: El dueño de ese automóvil había fallecido y en el testamento de herencia, había estipulado que con ese vehículo se podían hacer dos cosas. La primera era entregárselo a la señorita «X» como un regalo de parte de él. La segunda opción era venderlo y el dinero conseguido con la venta del vehículo, entregárselo a la misma señorita «X» como un regalo de parte de él. La señorita «X» había sido amante del recién muerto. La esposa optó por la opción numero dos, y cuando nuestro bendito hermano se presentó la casa de la señora viuda a trabajar; y la señora escuchó la necesidad de nuestro hermano, ella misma le ofreció el vehículo con la mínima cantidad del equivalente de $500.00 dólares. Ahora viene la pregunta para la señora vendedora del vehículo; ¿Que ley quebrantó? La ley de Dios (la dada en el Sinaí) Definitivamente no la quebrantó, por que ese dinero fue dado a la señorita «X» como su difunto esposo lo había estipulado, cumpliendo el mandamiento «NO ROBARAS» ¿Quebranto la ley de Cristo, basada en el amor? Si, esa ley la quebrantó. La quebranto por que lo mas conveniente hubiera sido decidir por la opción numero uno que estipulaba entregar el vehículo a la señorita «X» Pero debido a la ausencia de amor de la esposa hacia la señorita «X» (que es fácil de entender) optó por la opción dos, destruyendo una gran ayuda para la señorita «X», beneficiando por lo consiguiente a nuestro querido hermanito. La ley de Dios es una ley generalizada, Cristo a su venida toma el mismo mandamiento y lo hace mas amplio, mas detallado, mucho mas difícil de cumplir, ya que tiene como base el amor a Dios y el amor al prójimo. El ejemplo lo vamos a tomar en el mandamiento «NO ROBARAS» La palabra Robar significa: Quitar la propiedad de otra persona sin derecho y sin permiso. Es bien fácil el mandamiento de Dios dado en el Sinaí. Ahora agreguemos la palabra «amor» para ver el mismo mandamiento del punto de vista de Cristo

Roba el que adultera un producto volviéndolo de calidad inferior y manteniendo el mismo precio.

Roba el que usa medidas y pesas falsas en sus transacciones.

Roba el que oculta defectos.

Roba el que presenta una calidad tramposa.

Roba aquel que ha encontrado algo sabiendo quien es su dueño, y lo encontrado lo mantiene para si.

Roban los que reciben comisión a espaldas de sus jefes.

Roban aquellos que se posesionan de algo que no está detallado en un contrato.

Roba todo trabajador que no hace el trabajo para el cual fue contratado.

Roban aquellos que hacen trabajos descuidados, sin el esmero con que tendría que hacerse dicho trabajo.

Roban aquellos que no cuidan los bienes del propietario, derrochando y menoscabando los bienes ajenos.

Roban los empleadores cuando retienen los salarios.

Roban los empleadores cuando no cumplen sus promesas con los beneficios prometidos.

Roban los empleadores cuando hacen trabajar a los trabajadores horas extras sin el debido pago.

Roban los empleadores cuando privan a sus trabajadores de algo que ellos merecen.

Todos aquellos viajeros que no declaran, desfiguran y ocultan sus propiedades al inspector de aduanas son ladrones.

Roban todos aquellos que se meten a deuda que saben que les será imposibles pagar. Roban aquellos que antes de una bancarrota transfieren todos sus bienes a alguien con el convenio de serles devueltas.

Roba el que acepta el reconocimiento de trabajo ó la idea de otro. Roba aquel que usa lo ajeno sin permiso de su propietario.

Es ladrón al que se aprovecha de su prójimo en cualquier forma.

Roba aquel que no entrega a su dueño lo escrito en una herencia.

Se puede robar a otros quitándoles las FE mediante las dudas y las críticas.

Se roba a Dios con los diezmos y las ofrendas.

Se roba el buen nombre de una persona a través chismes calumniosos y perniciosos.

«El buen nombre en hombres y mujeres, mi querido señor,                                                       es la joya preciosa de sus almas:

quien roba mi portamonedas, roba hojarasca; es algo, nada;                                                   eso fue mío, ahora es de él, y ha pertenecido a millares;

Pero el que hurta disminuyendo mi buen nombre,                                                                     me roba lo que no lo enriquece y ciertamente a mi me empobrece.» CBA

Ahora vienen las siguientes preguntas: ¿Cual ley es mas fácil de guardar; la del Sinaí ó la ley de Cristo donde el amor es el ingrediente primordial? ¿En que posición quedan nuestros hermanos que creen que Cristo vino a este mundo a abolir la ley?

La ley de Dios es una ley general que abarca todo el mundo. La mayoría de gobiernos, por no decir todos, tienen los Diez Mandamientos como ley base en sus constituciones políticas. La ley de Cristo es la misma ley de Dios, es el mismo mandamiento pero magnificado.

Cuando Cristo agrega la palabra «AMOR» se nos hace mucho mas difícil el mandamiento, ya que hay que lograr amar a nuestros enemigos. Eso no se consigue por el esfuerzo humano, eso solamente se consigue a través de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas; si, el Espíritu Santo escribiendo en nuestras mentes y corazones esa hermosa ley de respeto y amor; al mismo tiempo poniendo el mas grande de sus frutos en nuestras vidas, el cual se llama AMOR.

Miércoles 25 de junio // Lección 13

EL REINO ETERNO

Dios creó un mundo perfecto. El pecado entró, y ese mundo perfecto quedó severamente desfigurado. La historia de la redención nos cuenta que Jesús ingreso en la historia humana a fin de que, entre otras cosas, la perfección original fuera restaurada. Los redimidos vivirán en un mundo perfecto donde el amor reinará supremo.

Como vimos, el amor puede existir solamente en un universo moral, donde solo haya seres morales; y para ser morales, también deben ser libres. Esto su- giere la pregunta: ¿Podrá el mal levantarse de nuevo?

¿De qué manera Daniel 7:27; Juan 3:16; y Apocalipsis 21:4 ayudan a responder la pregunta acerca de si el mal surgirá otra vez? ¿Cuál es la significación del término “eterno”?

Cuando Dios creó el universo, había condiciones para su estabilidad. Esto es más evidente en Génesis 2:17, donde Dios advirtió a Adán que la violación de los mandatos expresos de Dios resultarían en muerte. La mención misma de la muerte indica que el concepto de eternidad desde una perspectiva humana era condicional. Adán habría experimentado la vida eterna únicamente si se hubiese mantenido leal a Dios.

Sin embargo, en la Tierra creada de nuevo, la muerte ya no será más una realidad, lo que significa que viviremos para siempre, un cumplimiento de las muchas promesas de la Escritura. El que la rebelión pueda repetirse es real- mente un punto debatible. El hecho es que no sucederá.

Lee Jeremías 31:31 al 34. ¿Qué principio vemos aquí que nos ayuda a entender por qué el mal no se levantará otra vez?

31-He aquí viene el tiempo, dice el Señor, en que Yo haré una alianza con la casa de Israel: 32-Alianza, no como aquella que contraje con sus padres el día que los cogí por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, alianza que ellos invalidaron, y, por lo tanto, ejercí sobre ellos mi soberano dominio, dice el Señor. 33- Mas ésta será la alianza que Yo haré dice el Señor, con la casa de Israel, después que llegue aquel tiempo: Imprimiré mi ley en sus entrañas, y la grabaré en sus corazones; y yo seré su Dios, y ellos serán el pueblo mío. 34- Y no tendrá ya el hombre que hacer de maestro de su prójimo, ni el hermano de su hermano, diciendo: Conoce al Señor. Pues todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el mas grande, dice el Señor: porque Yo perdonaré su iniquidad, y no me acordaré mas de su pecado.  Jeremías 31   Torres- Amat

El reino mesiánico estará compuesto por personas que mantuvieron su lealtad a Dios en toda su experiencia religiosa. Frente a la persecución y las luchas personales, eligieron el sendero de la obediencia y demostraron su disposición a vivir vidas de servicio a Dios. Dios promete escribir su Ley en sus corazones, de modo que harán naturalmente las cosas que son agradables a él. En el Reino de Cristo, el pecado es vencido totalmente, y la justicia reina suprema.

En la lección de este día encontramos una pregunta muy interesante: ¿podra el mal levantarse de nuevo?

Para muchos el origen del pecado y el por qué de su existencia es causa de gran perplejidad. Ven la obra del mal con sus terribles resultados de dolor y desolación, y se preguntan cómo puede existir todo eso bajo la soberanía de Aquel cuya sabiduría, poder y amor son infinitos. Es esto un misterio que no pueden explicarse. Y su incertidumbre y sus dudas los dejan ciegos ante las verdades plenamente reveladas en la Palabra de Dios y esenciales para la salvación. Hay quienes, en sus investigaciones acerca de la existencia del pecado, tratan de inquirir lo que Dios nunca reveló; de aquí que no encuentren solución a sus dificultades; y los que son dominados por una disposición a la duda y a la cavilación lo aducen como disculpa para rechazar las palabras de la Santa Escritura. Otros, sin embargo, no se pueden dar cuenta satisfactoria del gran problema del mal, debido a la circunstancia de que la tradición y las falsas interpretaciones han obscurecido las enseñanzas de la Biblia referentes al carácter de Dios, la naturaleza de su gobierno y los principios de su actitud hacia el pecado. – {CI 5.1}

Es imposible explicar el origen del pecado y dar razón de su existencia. Sin embargo, se puede comprender suficientemente lo que atañe al origen y a la disposición final del pecado, para hacer enteramente manifiesta la justicia y benevolencia de Dios en su modo de proceder contra todo mal. Nada se enseña con mayor claridad en las Sagradas Escrituras que el hecho de que Dios no fué en nada responsable de la introducción del pecado en el mundo, y de que no hubo retención arbitraria de la gracia de Dios, ni error alguno en el gobierno divino que dieran lugar a la rebelión. El pecado es un intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es algo misterioso e inexplicable; excusarlo equivaldría a defenderlo. Si se pudiera encontrar alguna excusa en su favor o señalar la causa de su existencia, dejaría de ser pecado. La única definición del pecado es la que da la Palabra de Dios: “El pecado es transgresión de la ley;” es la manifestación exterior de un principio en pugna con la gran ley de amor que es el fundamento del gobierno divino. – {CI 5.2}

Antes de la aparición del pecado había paz y gozo en todo el universo. Todo guardaba perfecta armonía con la voluntad del Creador. El amor a Dios estaba por encima de todo, y el amor de unos a otros era imparcial. Cristo el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno con el Padre Eterno: uno en naturaleza, en carácter y en designios; era el único ser en todo el universo que podía entrar en todos los consejos y designios de Dios. Fué por intermedio de Cristo por quien el Padre efectuó la creación de todos los seres celestiales. “Por él fueron creadas todas las cosas, en los cielos, … ora sean tronos, o dominios, o principados, o poderes” (Colosenses 1:16, VM); y todo el cielo rendía homenaje tanto a Cristo como al Padre. – {CI 6.1}

Como la ley de amor era el fundamento del gobierno de Dios, la dicha de todos los seres creados dependía de su perfecta armonía con los grandes principios de justicia. Dios quiere que todas sus criaturas le rindan un servicio de amor y un homenaje que provenga de la apreciación inteligente de su carácter. No le agrada la sumisión forzosa, y da a todos libertad para que le sirvan voluntariamente. – {CI 6.2}

Pero hubo un ser que prefirió pervertir esta libertad. El pecado nació en aquel que, después de Cristo, había sido el más honrado por Dios y el más exaltado en honor y en gloria entre los habitantes del cielo. Antes de su caída, Lucifer era el primero de los querubines que cubrían el propiciatorio santo y sin mácula. “Así dice Jehová el Señor: ¡Tú eres el sello de perfección, lleno de sabiduría, y consumado en hermosura! En el Edén, jardín de Dios, estabas; de toda piedra preciosa era tu vestidura.” “Eras el querubín ungido que cubrías con tus alas; yo te constituí para esto; en el santo monte de Dios estabas, en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en tus caminos desde el día en que fuiste creado, hasta que la iniquidad fué hallada en ti.” Ezequiel 28:12-15 (VM). – {CI 6.3}

El orgullo de su propia gloria le hizo desear la supremacía. Lucifer no apreció como don de su Creador los altos honores que Dios le había conferido, y no sintió gratitud alguna. Se glorificaba de su belleza y elevación, y aspiraba a ser igual a Dios. Era amado y reverenciado por la hueste celestial. Los ángeles se deleitaban en ejecutar sus órdenes, y estaba revestido de sabiduría y gloria sobre todos ellos. Sin embargo, el Hijo de Dios era el Soberano reconocido del cielo, y gozaba de la misma autoridad y poder que el Padre. Cristo tomaba parte en todos los consejos de Dios, mientras que a Lucifer no le era permitido entrar así en los designios divinos. Y este ángel poderoso se preguntaba por qué había de tener Cristo la supremacía y recibir más honra que él mismo. – {CI 8.1

En su gran misericordia, Dios soportó por largo tiempo a Lucifer. Este no fué expulsado inmediatamente de su elevado puesto, cuando se dejó arrastrar por primera vez por el espíritu de descontento, ni tampoco cuando empezó a presentar sus falsos asertos a los ángeles leales. Fué retenido aún por mucho tiempo en el cielo. Varias y repetidas veces se le ofreció el perdón con tal de que se arrepintiese y se sometiese. Para convencerle de su error se hicieron esfuerzos de que sólo el amor y la sabiduría infinitos eran capaces. Hasta entonces no se había conocido el espíritu de descontento en el cielo. El mismo Lucifer no veía en un principio hasta dónde le llevaría este espíritu; no comprendía la verdadera naturaleza de sus sentimientos. Pero cuando se demostró que su descontento no tenía motivo, Lucifer se convenció de que no tenía razón, que lo que Dios pedía era justo, y que debía reconocerlo ante todo el cielo. De haberlo hecho así, se habría salvado a sí mismo y a muchos ángeles. En ese entonces no había él negado aún toda obediencia a Dios. Aunque había abandonado su puesto de querubín cubridor, habría sido no obstante restablecido en su oficio si, reconociendo la sabiduría del Creador, hubiese estado dispuesto a volver a Dios y si se hubiese contentado con ocupar el lugar que le correspondía en el plan de Dios. Pero el orgullo le impidió someterse. Se empeñó en defender su proceder insistiendo en que no necesitaba arrepentirse, y se entregó de lleno al gran conflicto con su Hacedor. – {CI 8.3}

Dios permitió en su sabiduría que Satanás prosiguiese su obra hasta que el espíritu de desafecto se convirtiese en activa rebeldía. Era necesario que sus planes se desarrollaran por completo para que su naturaleza y sus tendencias quedaran a la vista de todos. Lucifer, como querubín ungido, había sido grandemente exaltado; era muy amado de los seres celestiales y ejercía poderosa influencia sobre ellos. El gobierno de Dios no incluía sólo a los habitantes del cielo sino también a los de todos los mundos que él había creado; y Satanás pensó que si podía arrastrar a los ángeles del cielo en su rebeldía, podría también arrastrar a los habitantes de los demás mundos. Había presentado arteramente su manera de ver la cuestión, valiéndose de sofismas y fraude para conseguir sus fines. Tenía gran poder para engañar, y al usar su disfraz de mentira había obtenido una ventaja. Ni aun los ángeles leales podían discernir plenamente su carácter ni ver adónde conducía su obra. – {CI 10.1}

La rebeldía de Satanás, cual testimonio perpetuo de la naturaleza y de los resultados terribles del pecado, debía servir de lección al universo en todo el curso de las edades futuras. La obra del gobierno de Satanás, sus efectos sobre los hombres y los ángeles, harían patentes los resultados del desprecio de la autoridad divina. Demostrarían que de la existencia del gobierno de Dios y de su ley depende el bienestar de todas las criaturas que él ha formado. De este modo la historia del terrible experimento de la rebeldía, sería para todos los seres santos una salvaguardia eterna destinada a precaverlos contra todo engaño respecto a la índole de la transgresión, y a guardarlos de cometer pecado y de sufrir el castigo consiguiente. – {CI 12.1}

 

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LA LEY EN EL REINO

De todas las duras consecuencias del pecado, la muerte ha sido la más persistente. Se puede vencer el pecado, se puede resistir a Satanás, pero con solo dos excepciones conocidas (Enoc, Elías) ¿quién, entre miles de millones, ha escapado de la inevitabilidad de la muerte? “Cuando se trata de la muerte”, escribió un filósofo antiguo, “nosotros, los humanos todos, vivimos en una ciudad sin murallas”.

¿Qué mensaje se encuentra en Apocalipsis 20:14 y

14 Entonces el infierno, y la muerte fueron lanzados en el estanque de fuego. Ésta es la muerte segunda y eterna. Apocalipsis 20       Torres-Amat

Con el poder atribuido a la muerte, no es extraño que justo antes de que Cristo establezca el reino mesiánico sobre la Tierra destruya totalmente la muerte.

No hay dudas de que la muerte está relacionada con el pecado, lo que significa que también está relacionada con la Ley de Dios, pues el pecado es la violación de la Ley. En consecuencia, no puede haber pecado sin la Ley. De hecho, fue así durante toda la eternidad hasta que Lucifer se rebeló en el cielo.

“Cuando Satanás se rebeló contra la Ley de Jehová, la noción de que había una Ley sorprendió a los ángeles casi como algo en lo que no habían soñado antes. En su ministerio, los ángeles no son como siervos, sino como hijos. Hay perfecta unidad entre ellos y su Creador” (DMJ 94).

Recordando esto, la ausencia de muerte y pecado en el Reino de Dios no requiere la ausencia de la Ley. Así como la ley de la gravedad es necesaria para la interacción armoniosa entre los elementos físicos del universo, la Ley Moral de Dios es necesaria para gobernar las interacciones justas entre los santos. Cuando Dios escribe su Ley en los corazones de los redimidos, su único propósito es sellar la decisión de ellos de andar en el camino de la justicia por la eternidad. Por lo tanto, su Ley llega a ser la esencia misma de su Reino. Así, tenemos razones para creer que los principios de la Ley Moral de Dios existirán en su Reino eterno. La diferencia, por supuesto, es que aquellos principios nunca se violarán allí como ha ocurrido aquí.

Trata de imaginar el ambiente perfecto del cielo: no hay naturalezas caídas, no hay diablo para tentarnos, no hay pecado y no hay muerte. Ahora, pregúntate: ¿Qué cosas en tu vida y tu carácter no te permitirían estar muy cómodo en ese ambiente?

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Ante el tribunal supremo”, Palabras de vida del gran Maestro, pp. 249-258.

“Satanás había aseverado que era imposible para el hombre obedecer los Mandamientos de Dios; y es cierto que, con nuestra propia fuerza, no podemos obedecerlos. Pero, Cristo vino en forma humana, y por su perfecta obediencia probó que la humanidad y la divinidad combinadas pueden obedecer cada uno de los preceptos de Dios. […]

“La vida de Cristo sobre la Tierra fue una perfecta expresión de la Ley de Dios y, cuando los que pretenden ser hijos de Dios llegan a ser semejantes a Cristo en carácter, serán obedientes a los Mandamientos de Dios. Entonces, el Señor puede con confianza contarlos entre el número que compondrá la familia del cielo. Vestidos con el glorioso manto de la justicia de Cristo, poseen un lugar en el banquete del Rey. Tienen derecho a unirse a la multitud que ha sido lavada con sangre” (PVGM 255, 256).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. Lee la declaración de Elena de White citada más arriba. ¿De qué modo se revelan allí la Ley y la gracia? ¿Por qué es vital que siempre entendamos que ambas van juntas? ¿Qué sucede cuando estos conceptos se enseñan separados entre sí?

2. La introducción a esta lección hablaba acerca del ya fallecido Steve Jobs y su aseveración de que el espectro de la muerte, nuestra propia muerte, de- bería impulsarnos a realizar aquí todo lo que podamos. Aunque hay algo de verdad en esa idea, por sí misma no es suficiente. No resuelve el problema de la muerte en sí ni cómo esta influye en el significado de la vida que la precede. De hecho, después de la muerte de Jobs, la tapa de la revista The New Yorker mostraba a San Pedro, con un iPad o una Tablet en la mano, controlando a Steve Jobs a la entrada de las puertas de perla. Aunque pueda parecer intere- sante, ¿qué lección podemos aprender del hecho de que, probablemente, no habrá ningún iPad en el cielo, ni ninguna otra cosa que Steve Jobs creó aquí en la Tierra?

3. ¿Qué cosas hay ahora sobre la Tierra que durarán para siempre? ¿Qué cosas no permanecerán luego de la destrucción final de este mundo? ¿Por qué es vital que sepamos la diferencia entre ambas?