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Escuela Sabática Para Maestros

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Josué

4to Trimestre de 2025

Lección 8 – GIGANTES DE LA FE: JOSUÉ Y CALEB – Para el 22 de noviembre de 2025

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Usualmente el video es subido a internet, el sábado por la noche o el domingo.

Lecciones Futuras de Escuela Sabática

1er Trimestre El Amor de Dios y su Justicia
2do Trimestre Alusiones, Imágenes y Símbolos
3er Trimestre El Éxodo
4to Trimestre Josué
1er Trimestre Colosenses – Filipenses
2do Trimestre Relación con Dios
3er Trimestre 1 y 2 Corintios
4to Trimestre El Don de Profecía
1er Trimestre Mayordomía
2do Trimestre Vida de Jesús
3er Trimestre Profecías Apocalípticas
4to Trimestre Hermenéutica

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Año 1er Trimestre 2do Trimestre 3er Trimestre 4to Trimestre
2025 El Amor de Dios y su Justicia Alusiones, Imágenes y Símbolos El Éxodo Josué
2026 Colosenses – Filipenses Relación con Dios 1 y 2 Corintos El Don de Profecía
2027 Mayordomía Vida de Jesús Profecías Apocalípticas Hermenéutica

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Lección 8: Para el 22 de noviembre de 2025

GIGANTES DE LA FE: JOSUÉ Y CALEB

Sábado 15 de noviembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Números 13:6, 30–32; Josué 14:6–14; Lucas 18:1–5; Josué 19:49–51; 2 Corintios 3:18; Romanos 12:1, 2.

PARA MEMORIZAR:

“Acuérdense de sus dirigentes que les hablaron la palabra de Dios; consideren el resultado de su vida e imiten su fe” (Heb. 13:7).

Todo padre sabe que los hijos aprenden con el ejemplo. De allí que muchos progenitores se sienten preocupados al ver que sus pequeños imitan sus malos rasgos de carácter en lugar de los buenos. Cualquiera sea nuestra edad, nos resulta más fácil obrar mal que hacer lo bueno. Eso es parte de lo que significa ser seres caídos. “Porque no hago lo que quiero sino lo que aborrezco” (Rom. 7:15). ¿Quién no se sentiría identificado con esto?

Desde que nacemos, los seres humanos somos moldeados por el poder del ejemplo. Aprendemos a hacer las cosas más básicas de la vida, como caminar, hablar y expresar nuestras emociones, imitando a quienes tenemos más cerca. Cuando ya somos adultos, seguimos necesitando modelos y, aunque no sean perfectos, podemos admirar y emular aquellos rasgos espirituales que los convirtieron en gigantes de la fe.

Esta semana profundizaremos en los ejemplos personales de dos gigantes de la fe que aparecen en el libro que estamos estudiando: Caleb y Josué. ¿Por qué se destacaron en medio de su generación y desempeñaron un papel clave en la vida del pueblo de Dios durante uno de los períodos más cruciales de la historia de Israel?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El Señor ordenó a Moisés que enviara hombres a explorar la tierra de Canaán, que él daría a los hijos de Israel… Después de haber alabado la fertilidad de la tierra, todos excepto dos hablaron en forma muy desalentadora acerca de su capacidad para poseerla… A medida que el pueblo escuchaba ese informe, expresaba su desilusión con amargos reproches y lamentos. No aguardaron para reflexionar y razonar que Dios, que los había traído hasta allí, les daría ciertamente la tierra…

Caleb se apresuró en adelantarse, y su voz clara y resonante se escuchó sobre el clamor de la multitud. Se opuso a la opinión cobarde de sus compañeros de exploración, que habían debilitado la fe y el ánimo de todo Israel. Llamó la atención del pueblo que acalló por un momento su lamento para escucharlo… Pero mientras hablaba, los espías desleales lo interrumpieron, gritando: «No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros».

Esos hombres, al seguir su mala conducta, endurecieron sus corazones contra Dios, contra Moisés y Aarón y contra Caleb y Josué. Cada paso que avanzaban por esa dirección incorrecta los afirmaba en su propósito de desalentar cualquier intento de poseer la tierra de Canaán. Distorsionaron la verdad a fin de llevar a cabo su funesto propósito. Dijeron que el clima era insalubre y toda la gente de estatura gigante…

Este no era solamente un informe malo, sino además mentiroso. Era contradictorio; si la tierra era insalubre y devoraba a sus habitantes, ¿cómo era posible que estos tuvieran proporciones tan grandes? Cuando hombres que ocupan posiciones de responsabilidad se entregan a la incredulidad, no hay límites al avance que realizarán en la maldad… Si solo los dos hombres hubieran traído el mal informe, y los otros diez los hubieran alentado a poseer la tierra en el nombre de Jehová, ellos todavía hubiesen seguido el consejo de los dos en oposición a los diez, a causa de su perversa incredulidad (Conflicto y valor, 10 de abril, p. 106).

El pueblo de Dios de este tiempo tiene mucha más luz de la que tenía el antiguo Israel. No solo tienen la creciente luz que ha resplandecido sobre ellos, sino la instrucción que Dios dio a Moisés para ser transmitida al pueblo. Dios marcó claramente la diferencia entre lo sagrado y lo común y manifestó que esta diferencia debía ser estrictamente observada…

El Señor ha dado a su pueblo gran luz y preciosas instrucciones. Cuánta tristeza, cuánta vergüenza, cuánta agonía espiritual se ha extendido sobre los fieles servidores de Dios que han permanecido como Josué y Caleb, cuando han escuchado a Israel rechazar a sus dirigentes… y elegir a un miembro del sector rebelde para que los condujera de regreso a Egipto. En medio de sus quejas los israelitas blasfemaron el nombre de Dios. El Señor había indicado que la defensa de la tierra de Canaán la había abandonado y que ese era el momento oportuno para entrar a ella.

Caleb dijo una verdad para esa época que lo es para todo tiempo. «La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis» (El Cristo triunfante, 25 de abril, p. 124).


Domingo 16 de noviembre

FIDELIDAD

Lee Génesis 36:15; Números 13:6, 30-32 y Josué 14:6, 14. ¿Quién era Caleb? ¿Qué posición ocupaba en el pueblo de Israel?

Génesis 36:15

15 Estos son los jefes de entre los hijos de Esaú: hijos de Elifaz, primogénito de Esaú: los jefes Temán, Omar, Zefo, Cenaz,

Números 13:6, 30-32

De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.

30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.

Josué 14:6, 14

Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.

14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.

El nombre de Caleb proviene de la palabra hebrea keleb (“perro”), que aparece en el Antiguo Testamento siempre en un contexto negativo. Sin embargo, keleb se utiliza en cartas e himnos extrabíblicos para expresar el valor, la tenacidad y la fidelidad de un siervo a su amo. En este sentido, Caleb fue fiel a su nombre, demostrando a lo largo de su vida una lealtad inquebrantable a su Señor.

¿Qué dice de Caleb el hecho de que estuviera dispuesto a decir lo que pensaba a pesar de que la mayoría de los espías tenían una opinión completamente diferente y de que el pueblo de Israel lo amenazara de muerte? Ver Núm. 14:6-10, 21-25; 26:65; 32:12.

Números 14:6-10, 21-25

Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. 10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel,

21 Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra, 22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, 23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. 24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. 25 Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo.

Números 26:65

65 Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán en el desierto; y no quedó varón de ellos, sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.

Números 32:12

12 excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová.

Consideremos estos importantes líderes israelitas contemporáneos de Josué y Caleb: Samúa, Safat, Igal, Palti, Gadiel, Gadi, Amiel, Setur, Nahbi y Geuel. ¿Te resultan familiares estos nombres? Probablemente no.

¿Por qué? Porque son los nombres de los otros diez espías enviados por Moisés para explorar la tierra de Canaán. Fueron olvidados porque sus nombres no eran dignos de ser recordados. El informe que trajeron describía la Tierra Prometida como imposible de conquistar. Se veían a sí mismos como langostas en comparación con los gigantes que habitaban algunas zonas de la región. En consecuencia, sus corazones se derritieron de temor ante los muros “inexpugnables” de las ciudades fortificadas de Canaán.

Caleb, uno de los dos espías que trajeron un informe positivo, tomó la iniciativa al presentar otra opción: la actitud de fe. Estaba dispuesto a defender lo que sabía que era correcto a pesar de la oposición, incluso ante la posibilidad de morir: “Entonces la multitud habló de apedrearlos” (Núm. 14:10).

¿Qué hacer cuando la mayoría de quienes te rodean parece tener una opinión diferente y contraria a tus convicciones más profundas?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Estos hombres, habiéndose iniciado en una conducta errónea, se opusieron tercamente a Caleb y Josué, así como a Moisés y a Dios mismo. Cada paso que daban hacia adelante los volvía más obstinados. Estaban resueltos a desalentar todos los esfuerzos tendientes a obtener la posesión de Canaán. Tergiversaron la verdad para apoyar su funesta influencia. «La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores», manifestaron. No solo era este un mal informe, sino que era una mentira y una inconsecuencia. Los espías habían declarado la tierra fructífera y próspera, todo lo cual habría sido imposible si el clima hubiese sido tan malsano que se pudiera decir de la tierra que se tragaba «a sus moradores». Pero cuando los hombres entregan su corazón a la incredulidad, se colocan bajo el dominio de Satanás, y nadie puede decir hasta dónde los llevará…

En humillación y angustia, «Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel», sin saber qué hacer para desviarlos de su apasionado e impetuoso propósito. Caleb y Josué trataron de apaciguar a la multitud tumultuosa. Habiendo rasgado sus vestiduras en señal de dolor e indignación, se precipitaron entre la gente y sus voces enérgicas se oyeron por sobre la tempestad de lamentaciones y rebelde pesar: «La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos meterá en esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de aquesta tierra, porque nuestro pan son: su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová: no los temáis”…

A grandes voces los espías infieles denunciaban a Caleb y a Josué, y se elevó un clamor para pedir que se los apedreara. Asiendo el populacho enloquecido piedras para matar a aquellos hombres fieles, se precipitó hacia delante gritando frenéticamente, cuando de repente las piedras se le cayeron de las manos, y temblando de miedo enmudeció. Dios había intervenido para impedir su propósito homicida. La gloria de su presencia, como una luz fulgurante, iluminó el tabernáculo. Todo el pueblo presenció la manifestación del Señor. Uno más poderoso que ellos se había revelado, y ninguno osó continuar la resistencia. Los espías que trajeron el informe perverso, se arrastraron aterrorizados, y con respiración entrecortada, en busca de sus tiendas… Y con respecto a Caleb dijo: «Empero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su simiente la recibirá en heredad» (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 409-412).


Lunes 17 de noviembre

DAME ESE MONTE

Lee Josué 14:6-14; Números 14:24; 32:12; Deuteronomio 1:36 y Lucas 6:45. ¿Cómo describirías la actitud de Caleb y Josué? ¿Qué significa seguir plenamente al Señor?

Josué 14:6-14

Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti. Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón. Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios. 10 Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. 11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. 12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho. 13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. 14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.

Números 14:24

24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.

Números 32:12

12 excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová.

Deuteronomio 1:36

36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová.

Lucas 6:45

45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Caleb nunca olvidó la promesa que el Señor le había hecho por medio de Moisés: que entraría en la tierra que habían pisado sus pies (Núm. 14:24). Cuarenta años después, se refirió a su propio informe acerca de la tierra como su convicción profunda (Jos. 14:7). Su informe se basaba en su certeza de que Israel sería capaz de conquistar la tierra con la guía y la ayuda de Dios.

En contraste con el informe de los otros diez espías, que inspiraron temor entre los israelitas, Caleb manifestó una confianza y un compromiso sincero con la promesa del Señor. La frase hebrea traducida como “yo cumplí siguiendo al Señor” (Jos. 14:8) significa literalmente “estaba lleno tras el Señor”, y es probablemente una forma abreviada de un modismo más extenso: “Mi corazón estaba lleno siguiendo al Señor” o “Llené mi corazón para caminar tras el Señor”. A diferencia de otros que caminaban tras dioses extraños y no seguían plenamente al Señor, el corazón de Caleb estaba totalmente consagrado a Dios.

Esta se repite posteriormente dos veces para enfatizar la fidelidad de Caleb (Jos. 14:9, 14). Su propia caracterización está en armonía con lo que el Señor mismo llamó “otro espíritu” (Núm. 14:24), que lo distinguía a Caleb de los otros diez espías. Incluso a la edad de 85 años, seguía siendo un ejemplo de lo que el Señor puede lograr a través de personas cuyos corazones están totalmente dedicados a él y a su causa.

Caleb comprendió que el territorio que cada tribu llegaría a poseer era directamente proporcional a la medida en que se atrevieran a reclamar las promesas del Señor y a la cantidad de tierra que estuvieran dispuestos a pisar por fe. Las promesas de Dios no se cumplen automáticamente; es decir, no se hacen realidad independientemente de nuestra voluntad. Por el contrario, requieren fe acompañada de acción decidida. El término hebreo ‘ulay, traducido como “tal vez” (Jos. 14:12, LBLA), puede expresar temor y duda, pero normalmente denota esperanza y la anticipación de que algo positivo ocurrirá (Gén. 16:2; Núm. 22:6, 11; 23:3).

¿Qué “pequeñas” concesiones o transigencias pueden impedirnos seguir plenamente al Señor?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Antes que comenzara la distribución de la tierra, Caleb, acompañado de los jefes de su tribu, presentó una petición especial. Con excepción de Josué, era Caleb el hombre más anciano de Israel. Ambos habían sido entre los espías los únicos que trajeron un buen informe acerca de la tierra de promisión, y animaron al pueblo a que subiera y la poseyera en nombre del Señor. Caleb le recordó ahora a Josué la promesa que se le hizo entonces como galardón por su fidelidad: «¡Ciertamente la tierra en que ha pisado tu pie ha de ser herencia tuya y de tus hijos para siempre! por cuanto has seguido cumplidamente a Jehová mi Dios». Por consiguiente solicitó que se le diera Hebrón como posesión…

Lo que pedía le fue otorgado inmediatamente. A ningún otro podía confiarse con más seguridad la conquista de esa fortaleza de gigantes… La fe de Caleb era en esa época la misma que tenía cuando su testimonio contradijo el informe desfavorable de los espías. Él había creído en la promesa de Dios, de que pondría su pueblo en posesión de la tierra de Canaán, y en esto había seguido fielmente al Señor. Había sobrellevado con su pueblo la larga peregrinación por el desierto, y compartido las desilusiones y las cargas de los culpables; no obstante, no se quejó de esto, sino que ensalzó la misericordia de Dios que le había guardado en el desierto cuando sus hermanos eran eliminados… El valiente y viejo guerrero deseaba dar al pueblo un ejemplo que honrara a Dios, y alentar a las tribus para que subyugaran completamente la tierra que sus padres habían considerado inconquistable.

Caleb obtuvo la heredad que su corazón había anhelado durante cuarenta años, y confiado en que Dios le acompañaba, «echó de allí tres hijos de Anac»…

Los cobardes rebeldes habían perecido en el desierto; pero los espías íntegros comieron de las uvas de Escol. A cada uno se le dio de acuerdo con su fe. Los incrédulos habían visto sus temores cumplidos. No obstante la promesa de Dios, habían dicho que era imposible heredar la tierra de Canaán, y no la poseyeron. Pero los que confiaron en Dios y no consideraron tanto las dificultades que se habían de encontrar como la fuerza de su Ayudador todopoderoso, entraron en la buena tierra (Conflicto y valor, 27 de abril, p. 123).

Hoy necesitamos hombres de fidelidad cabal, hombres que sigan plenamente al Señor, hombres que no estén dispuestos a guardar silencio cuando deben hablar, que sean firmes como el acero a los principios, que no traten de hacer alarde ostentoso, que anden humildemente con Dios, que sean pacientes, amables, bondadosos y corteses, que comprendan que la ciencia de la oración consiste en ejercitar fe y realizar obras que glorifiquen a Dios y hagan bien a su pueblo… El seguir a Jesús requiere una conversión de todo corazón al principio, y una repetición de esta conversión diariamente.

Fue la fe de Caleb en Dios lo que le dio ánimo, lo que lo libró del temor de los hombres, aun de los grandes gigantes, hijos de Anac, y lo capacitó para mantenerse firme y sin titubeos en defensa del bien. Es de esa misma exaltada fuente, el gran General de las huestes, que cada verdadero soldado de la cruz de Cristo ha de derivar fuerza y valor para vencer los obstáculos que a menudo parecen ser invencibles (Sons and Daughters of God, p. 207; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 209).


Martes 18 de noviembre

EL PODER DEL EJEMPLO

Lee Josué 15:16-19 y Jueces 1:13; 3:7-11. ¿Qué te dice esta historia acerca del poder del ejemplo? ¿Cómo se reprodujo la actitud de Caleb en la generación más joven?

Josué 15:16-19

16 Y dijo Caleb: Al que atacare a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré a mi hija Acsa por mujer. 17 Y la tomó Otoniel, hijo de Cenaz hermano de Caleb; y él le dio a su hija Acsa por mujer. 18 Y aconteció que cuando la llevaba, él la persuadió que pidiese a su padre tierras para labrar. Ella entonces se bajó del asno. Y Caleb le dijo: ¿Qué tienes? 19 Y ella respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Él entonces le dio las fuentes de arriba, y las de abajo.

Jueces 1:13

13 Y la tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb; y él le dio a su hija Acsa por mujer.

Jueces 3:7-11

Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera. Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años. Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. 10 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim. 11 Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.

En este pasaje, Caleb ofrece a Axa, su hija, en matrimonio a quien conquiste Debir. Otoniel conquistó la ciudad y recibió a Axa por esposa. Esta historia es importante porque revela una vez más el valor, la fe y la disposición de Caleb para afrontar desafíos.

También muestra que la siguiente generación de israelitas siguió el ejemplo de estos gigantes de la fe, Caleb y Josué. A medida que la generación mayor concluía su ministerio, una nueva generación estaba dispuesta a afrontar los desafíos y a seguir cumpliendo el plan de Dios para Israel.

Alentada por su marido, Axa muestra la misma fe y resolución que su padre cuando le pidió a Josué: “Dame la región montañosa” (LBLA). Con su determinación y audacia, Axa continúa la línea del ejemplo de Caleb en el cumplimiento de la promesa de poseer la tierra.

De hecho, la tierra era un regalo de Dios para Israel, pero este debía tomar posesión de ella reclamando las promesas del Señor con fe y valentía. La determinación de Axa prefigura la perseverancia de las mujeres que, según los Evangelios, no se dejaron intimidar por la multitud ni por los discípulos y no se rindieron hasta recibir la bendición de Jesús para ellas y sus familias.

Lee Lucas 18:1-5. ¿Qué lección nos enseña este pasaje?

Lucas 18:1-5

1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.

Entregar la antorcha de la fe a la siguiente generación es crucial para el cumplimiento de la misión que Dios nos ha encomendado. Piensa en los desafíos que supone transmitir la fe a la próxima generación y en las oportunidades que tienen los jóvenes de asumir más responsabilidades en la causa de Dios. ¿Qué podemos hacer a fin de facilitar ese proceso y formar a los jóvenes para que asuman un liderazgo consagrado? ¿Hasta qué punto es crucial nuestro ejemplo para que eso resulte posible?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Fue la fe de Caleb en Dios lo que le dio ánimo, lo que lo libró del temor de los hombres, aun de los grandes gigantes, hijos de Anac, y lo capacitó para mantenerse firme y sin titubeos en defensa del bien. Es de esa misma exaltada fuente, el gran General de las huestes, que cada verdadero soldado de la cruz de Cristo ha de derivar fuerza y valor para vencer los obstáculos que a menudo parecen ser invencibles. La ley de Dios es anulada y los que desean cumplir su deber han de estar siempre listos para hablar las palabras que Dios les dé, y no palabras de duda, desánimo y desesperación (Testimonios para la Iglesia, t. 5, p. 356).

Sin embargo, entre los doce que vieron la tierra, hubo dos que razonaron de otro modo. «Más podremos nosotros que ellos» (Números 13:30), decían, considerando que la promesa de Dios era superior a los gigantes, las ciudades amuralladas o los carros de hierro. Para ellos, su palabra era cierta. Aunque compartieron con sus hermanos los cuarenta años de peregrinación, Caleb y Josué entraron en la tierra prometida. El primero, tan valiente como cuando salió de Egipto con las huestes del Señor, pidió y recibió como porción suya la fortaleza de los gigantes. Gracias al poder de Dios, expulsó a los cananeos. Fue dueño de los viñedos y bosquecillos de olivos que sus pies habían pisado. Aunque los cobardes y rebeldes perecieron en el desierto, los hombres de fe comieron las uvas de Escol.

No hay verdad que la Biblia presente tan claramente como la del peligro de apartarse, aunque sea una vez, de la justicia, peligro que afecta tanto al culpable de la mala acción como a todos los que están al alcance de su influencia. El ejemplo tiene un poder extraordinario y cuando se pone del lado de las malas tendencias de nuestra naturaleza, su poder llega a ser casi irresistible (La educación, pp. 149, 150).

Miles aceptarían la verdad si pudieran hacerlo sin negarse a sí mismos; pero estos nunca contribuirían a la causa de Dios. Jamás saldrían valientemente al encuentro del enemigo —el mundo, el amor a sí mismo y las pasiones de la carne— confiando en que su divino Director les diera la victoria. La iglesia necesita fieles Caleb y Josué que estén prontos a aceptar la vida eterna con la única condición que Dios impone: la obediencia. Nuestras iglesias sufren por falta de obreros. Nuestro campo es el mundo. Necesitamos misioneros en las ciudades y los pueblos que están aún más subyugados por la idolatría que los paganos de Oriente, los cuales nunca vieron la luz de la verdad. El verdadero espíritu misionero ha abandonado las iglesias que hacen profesión de manera tan exaltada. El amor por las almas y el deseo de llevarlas al regazo de Cristo ha dejado de brillar en sus corazones. Buscamos trabajadores honestos. ¿Nadie responderá al clamor que se eleva de todos los rincones: «Pasa… y ayúdanos». Hechos 16:9? (Testimonios para la Iglesia, t. 4, p. 156).


Miércoles 19 de noviembre

UN HÉROE HUMILDE

Las listas de nombres de lugares que constituían los puntos de referencia en los límites de los territorios asignados a las tribus de Israel se completan con el informe de la asignación de tierras a Caleb y Josué, los dos héroes de la misión de reconocimiento previo. Caleb fue el primero en recibir su parte del territorio, mientras que Josué recibió la suya en último lugar, después de distribuir la tierra entre las tribus de Israel. Ahora era el momento de que el pueblo de Israel entregara a Josué la parte que le correspondía.

Lee Josué 19:49-51. ¿Qué implica el hecho de que el gran líder de Israel, quien repartió la tierra, recibiera su herencia en último lugar?

Josué 19:49-51

49 Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus territorios, dieron los hijos de Israel heredad a Josué hijo de Nun en medio de ellos; 50 según la palabra de Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnat-sera, en el monte de Efraín; y él reedificó la ciudad y habitó en ella. 51 Estas son las heredades que el sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres, entregaron por suerte en posesión a las tribus de los hijos de Israel en Silo, delante de Jehová, a la entrada del tabernáculo de reunión; y acabaron de repartir la tierra.

Josué recibió la ciudad de Timnath-serah, nombre compuesto por dos palabras. La primera, Timnath, deriva del verbo manah (“contar” o “asignar”) y significa “porción” o “territorio”. La segunda palabra deriva tal vez del verbo hebreo seraj, que significa “exceso” o “sobrante” (comparar con Éxo. 26:12). El nombre de la ciudad de Josué puede traducirse como “la porción sobrante” o “el territorio restante”.

El nombre de la ciudad que Josué eligió de entre lo que quedaba da testimonio de su noble carácter como líder de Israel. En primer lugar, esperó hasta que todo el pueblo recibiera su parte. Luego, no eligió como herencia uno de los territorios densamente poblados ni las ciudades más impresionantes, sino una ciudad modesta, o tal vez las ruinas de ella, para reconstruirla con arduo trabajo (comparar con Jos. 19:50).

Además, Timnath-serah estaba situada cerca de Silo, en las inmediaciones del Santuario, lo que demuestra dónde estaban las prioridades de Josué y hacia dónde se dirigía su corazón. Ciertamente, después de que la recién nacida nación de Israel fue conducida a la Tierra Prometida y el territorio correspondiente a cada tribu y familia quedó asegurado con la ayuda de Dios, no habría habido objeción a la demanda de Josué de una herencia más significativa. Sin embargo, él se contentó con vivir una vida sencilla centrada en lo más importante, encarnando así la oración expresada más tarde por David: “Una sola cosa he demandado al Señor, esta buscaré: que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor e inquirir en su templo” (Sal. 27:4).

¿Qué lecciones puedes aprender de la actitud de Josué y cómo podrías aplicarla a ti mismo ahora?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Las guerras de conquista habían terminado, Josué se había retirado a su heredad en Timnat… El Señor había impresionado a su fiel servidor para que actuara como Moisés antes de él: recapitular la historia del pueblo y recordar las condiciones que el Señor había establecido con ellos cuando les otorgó su heredad.

Muchos años habían pasado desde que el pueblo se había asentado en aquella tierra y ya parecían estar brotando los mismos males que antes habían acarreado los juicios que cayeron sobre Israel. A medida que Josué sentía el peso de los años sobre él, su corazón se llenó de ansiedad por el futuro de su pueblo. Cuando se reunieron una vez más en derredor suyo, su preocupación por ellos superaba al simple cuidado paternal… Si bien los cananeos habían sido subyugados, aún poseían una considerable porción de la tierra prometida a Israel y Josué exhortó al pueblo a no contentarse con lo fácil, olvidando las órdenes que el Señor les había dado con respecto a despojar a estas naciones idólatras…

Josué apeló al pueblo poniéndolo como testigo y recordándole que, en la medida en que ellos habían cumplido fielmente con las condiciones, Dios había cumplido fielmente las promesas que les había hecho… Satanás engaña a muchos con la sugestiva teoría de un amor divino tan grande que excusará todos sus pecados y que si bien las advertencias de la Palabra de Dios estaban destinadas a cumplir cierto papel en su gobierno moral, nunca se habrían de cumplir en forma literal. Sin embargo, en la relación de Dios con sus criaturas el Señor siempre mantuvo los principios de justicia revelando así el verdadero carácter del pecado, demostrando que su consecuencia inevitablemente será la miseria y la muerte. Jamás se pronunció un perdón incondicional del pecado; y nunca lo habrá. Un perdón de esa magnitud implicaría el abandono de los principios de justicia que son el fundamento del gobierno de Dios…

Dios ha señalado fielmente los resultados del pecado y si estas advertencias no fueran genuinas, ¿cómo se podría creer que sus promesas habrían de cumplirse? La así llamada benevolencia, que hace a un lado la justicia, no es benevolencia, sino debilidad.

Después de presentar la bondad de Dios para con Israel, Josué pronunció un llamamiento al pueblo; una apelación en el nombre de Jehová, para que eligieran a quien habrían de servir… Josué deseaba orientarlos a servir a Dios, no por compulsión, sino voluntariamente. El amor a Dios es el fundamento de la religión. Comprometerse en su servicio por la mera esperanza del galardón o el temor al castigo no serviría de nada. La abierta apostasía no sería más ofensiva a Dios que la hipocresía y una adoración meramente formal (El Cristo triunfante, 12 de mayo, p. 141).


Jueves 20 de noviembre

TRANSFORMADOS POR LA CONTEMPLACIÓN

Contemplar el ejemplo de vida de los grandes héroes de la fe es esencial para nuestro crecimiento espiritual. Al mismo tiempo, nuestro ejemplo supremo es Jesucristo: su vida y sus enseñanzas. ¿Cómo nos transforma el hecho de enfocarnos en la vida de Jesús? Ver Heb. 12:1, 2; 2 Cor. 3:18.

Hebreos 12:1-2

1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

2 Corintios 3:18

18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Marco Iacoboni, científico de la Universidad de California, en Los Ángeles, Estados Unidos, investigó la función de las neuronas espejo. Estos pequeños circuitos celulares se activan cuando realizamos una determinada acción, como reír o abrazar a alguien, y también cuando observamos a otra persona realizando esa misma acción. La actividad de estas neuronas reduce la distinción entre observar algo y hacerlo.

Elena de White habla de la importancia de contemplar el carácter de Jesús: “Mirando a Jesús obtenemos vislumbres más claras y distintas de Dios, y por la contemplación somos transformados. La bondad, el amor por nuestros semejantes, llega a ser nuestro instinto natural. Desarrollamos un carácter que será la copia del carácter divino. Creciendo a su semejanza, ampliamos nuestra capacidad de conocer a Dios. Entramos cada vez en mayor relación con el mundo celestial, y llegamos a poseer un poder creciente para recibir las riquezas del conocimiento y la sabiduría de la eternidad” (Elena de White, Palabras de vida del gran Maestro, pp. 289, 290).

Lee Romanos 12:1, 2. ¿Qué dos procesos tienen propósitos opuestos en nuestra vida? ¿Cómo podemos estar seguros de que damos espacio al correcto?

Romanos 12:1-2

1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

En el capítulo resumen de su epístola a los Romanos, el apóstol Pablo habla de dos fuerzas antagónicas que intentan moldear nuestras vidas. Por un lado, el mundo circundante trata de forzarnos cada día a amoldarnos a él mediante sus diversas influencias, efectuando en nosotros una transformación que actúa desde el exterior hacia el interior.

Para contrarrestar este impacto, el Espíritu Santo es capaz de transformarnos actuando desde nuestro interior, de un modo similar a como una oruga se convierte en una hermosa mariposa. Pero para que ese proceso ocurra, necesitamos consagrarnos a Dios y pedirle que continúe la buena obra que ha comenzado en nosotros (Fil. 1:6). Para ello, debemos decidir cada momento vivir de acuerdo con el Espíritu.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

¡Qué misterio de los misterios! Es difícil que la razón capte la majestad de Cristo, el misterio de la redención. Se ha erigido la vergonzosa cruz, los clavos han perforado sus manos y pies, la cruel lanza ha perforado su corazón y el precio de la redención ha sido pagado para la raza humana…

La redención es un tema inagotable digno de nuestra más íntima contemplación. Va más allá de la comprensión del más profundo pensamiento, del alcance de la imaginación más vívida…

Si estuviera Jesús con nosotros hoy, nos diría como dijo a sus discípulos: «Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar». Juan 16:12. Jesús anhelaba desplegar ante la mente de sus discípulos profundas y vivientes verdades, pero fue imposible por la mundanalidad de ellos y su comprensión nublada y deficiente…

Los que han estado trabajando diligentemente en las minas de la Palabra de Dios y han descubierto el precioso mineral en las ricas vetas de verdad, en los divinos misterios que han estado ocultos durante siglos, ensalzarán al Señor Jesús, la Fuente de toda verdad, revelando en sus caracteres el poder santificador de lo que creen. Jesús y su gracia deben ser entronizados en el santuario más íntimo del alma. Entonces él será revelado en palabras, en oración, en exhortación, en la presentación de la sagrada verdad.

El misterio de la cruz explica todos los demás misterios. A la luz que irradia del Calvario, los atributos de Dios que nos llenaban de temor respetuoso nos resultan hermosos y atractivos. Se ve que la misericordia, la compasión y el amor paternal se unen a la santidad, la justicia y el poder. Al mismo tiempo que contemplamos la majestad de su trono, tan grande y elevado, vemos su carácter en sus manifestaciones misericordiosas y comprendemos, como nunca antes, el significado del apelativo conmovedor: «Padre nuestro» (La maravillosa gracia de Dios, p. 186).

Si tan solo pensáramos en él tantas veces como tenemos pruebas de su cuidado por nosotros, lo tendríamos siempre presente en nuestros pensamientos y nos deleitaríamos en hablar de él y en alabarle. Hablamos de las cosas temporales porque tenemos interés en ellas. Hablamos de nuestros amigos porque los amamos; nuestras tristezas y alegrías están ligadas con ellos. Sin embargo, tenemos razones infinitamente mayores por amar a Dios que por amar a nuestros amigos terrenales, y debería ser la cosa más natural del mundo darle el primer lugar en nuestros pensamientos, hablar de su bondad y alabar su poder. Los ricos dones que ha derramado sobre nosotros no estaban destinados a absorber nuestros pensamientos y amor de tal manera que nada tuviéramos que dar a Dios; al contrario, debieran hacernos acordar constantemente de él y unirnos por vínculos de amor y gratitud a nuestro Benefactor celestial. Vivimos demasiado apegados a lo terreno. Levantemos nuestros ojos hacia la puerta abierta del Santuario celestial, donde la luz de la gloria de Dios resplandece en el rostro de Cristo, quien «también, puede salvar hasta lo sumo a los que se acercan a Dios por medio de él». Hebreos 7:25…

Debemos reunirnos en torno a la cruz. Cristo, y Cristo crucificado, debe ser el tema de nuestra meditación, conversación y más gozosa emoción. Debemos recordar todas las bendiciones que recibimos de Dios; y al cerciorarnos de su gran amor, debiéramos estar dispuestos a confiar todas las cosas a la mano que fue clavada en la cruz en nuestro favor (El camino a Cristo, pp. 102-104).


Viernes 21 de noviembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“La fe de Caleb era en esa época la misma que tenía cuando su testimonio contradijo el informe desfavorable de los espías. Él había creído en la promesa de Dios, de que pondría a su pueblo en posesión de la tierra de Canaán, y en esto había seguido fielmente al Señor. Había sobrellevado con su pueblo la larga peregrinación por el desierto, y compartido las desilusiones y las cargas de los culpables; no obstante, no se quejó de eso, sino que ensalzó la misericordia de Dios que le había guardado en el desierto cuando sus hermanos eran eliminados. En medio de las penurias, los peligros y las plagas de las peregrinaciones en el desierto, durante los años de guerra desde que entraron en Canaán, el Señor le había guardado; y ahora que tenía más de 80 años su vigor no había disminuido. No pidió una tierra ya conquistada, sino el sitio que por sobre todos los demás los espías habían considerado imposible de subyugar. Con la ayuda de Dios, quería arrebatar aquella fortaleza de manos de los mismos gigantes cuyo poder había hecho tambalear la fe de Israel. Al hacer su petición no fue movido Caleb por el deseo de conseguir honores o engrandecimiento. El valiente y viejo guerrero deseaba dar al pueblo un ejemplo que honrara a Dios, y alentar a las tribus para que subyugaran completamente la tierra que sus padres habían considerado inconquistable” (Elena de White, Patriarcas y profetas, pp. 547, 548).

“Fue la fe de Caleb en Dios lo que le dio valor, lo mantuvo alejado del temor humano y lo capacitó para mantenerse audaz e inquebrantablemente en defensa de lo recto. Al confiar en el mismo poder, el poderoso General de los ejércitos del Cielo, todo verdadero soldado de la cruz puede recibir fortaleza y valor para vencer los obstáculos que parecen insuperables” (Elena de White, “How to Meet Trial and Difficulty”, Review and Herald, 30 de mayo de 1912, p. 4).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Analiza el poder de la presión grupal y el valor que se necesita para hablar cuando otros no lo hacen. ¿Cuál es el papel de la valentía en la práctica de nuestra fe? ¿Cómo podemos evitar ser groseros mientras defendemos lo que creemos que es correcto?
  2. Comparte en tu clase ejemplos de fe de algunos integrantes de tu iglesia o comunidad que hayan moldeado tu vida y tu carácter. ¿Cuáles son los rasgos de estas personas que vale la pena imitar?
  3. Piensa y dialoga con los miembros de tu clase acerca de la influencia que los medios de comunicación tienen en nuestra vida. ¿Cómo podemos evitar su efecto negativo y, al mismo tiempo, aprovechar su potencial para los buenos propósitos?
  4. Reflexiona más acerca de la humildad de Josué como líder y su deseo de vivir cerca del Santuario. ¿De qué manera te habla su ejemplo?

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