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Lección 1 – LA GUERRA DETRÁS DE TODAS LAS GUERRAS – Para el 6 de abril de 2024


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LECCIONES FUTURAS DE ESCUELA SABÁTICA

Año 1er Trimestre 2º Trimestre 3er Trimestre 4º Trimestre
2024 Salmos El Gran Conflicto Marcos Juan
2025 Amor y Justicia en la Biblia Como Estudiar la Profecía y la Inspiración Éxodo Josué
2026 Colosenses – Filipenses Religión en el Mercado* Josué El Espíritu de Profecía
2027 1 & 2 de Corintios Mayordomía Eclesiología Ezequiel
2028

* Religion in the Market Place



Lección 1: Para el 6 de abril de 2024

LA GUERRA DETRÁS DE TODAS LAS GUERRAS

Sábado 30 de marzo____________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Apocalipsis 12:7–9; Ezequiel 28:12–15; Isaías 14:12–14; Génesis 3:15; Juan 17:24–26.

PARA MEMORIZAR:

 “Hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron; pero estos no prevalecieron, ni se halló más lugar para ellos en el cielo” (Apoc. 12:7, 8).

Si Dios es tan bueno, ¿por qué el mundo es tan malo? ¿Cómo puede un Dios de amor permitir que exista tanta maldad? ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? En la lección de esta semana exploraremos el conflicto milenario entre el bien y el mal. Comenzando con la rebelión de Lucifer en el Cielo, examinaremos el origen del mal y la paciencia de Dios para afrontar el problema del pecado.

Dios es un Dios de amor increíble. Su naturaleza misma es amor (1 Juan 4:7, 8). Todos sus actos son amorosos (Jer. 31:3). El amor nunca puede ser forzado, coaccionado ni legislado. Elena de White lo expresa muy bien, al escribir: “El amor se despierta únicamente por el amor” (El Deseado de todas las gentes, p. 22). Negar el poder de decisión es destruir la capacidad de amar, y destruir la capacidad de amar es erradicar la posibilidad de ser verdaderamente feliz. Dios se gana nuestra lealtad mediante su amor. Él está resolviendo el gran conflicto entre el bien y el mal de manera tal que el pecado nunca volverá a surgir en el universo. El propósito de Dios es demostrar ante todo el universo que siempre ha actuado teniendo en cuenta el bienestar de sus criaturas.

La lección de esta semana se basa en El conflicto de los siglos, capítulos 29 y 30.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Después de la caída de nuestros primeros padres, Cristo declaró que a fin de salvar al hombre de la penalidad del pecado, él vendría al mundo para vencer a Satanás en el propio campo de batalla del enemigo. La controversia que comenzó en el cielo habría de continuar en la tierra.

En este conflicto se iban a decidir muchas cosas. Vastos intereses estaban en juego. Ante los habitantes del universo celestial habrían de responderse las preguntas: “¿Es imperfecta la ley de Dios, necesita arreglos o anulación, o es inmutable? ¿Necesita el gobierno de Dios un cambio, o es estable?”…

La seriedad del conflicto por el que Cristo pasó fue proporcional a la dimensión de los intereses involucrados en su éxito o fracaso…Satanás buscaba vencer a Cristo, a fin de que él pudiera continuar reinando en este mundo como el gobernante supremo… El Padre, el Hijo y Lucifer han dejado aclarada su auténtica relación mutua. Dios ha dado evidencias indiscutibles de su justicia y su amor (Reflejemos a Jesús, 13 de febrero, p. 50).

Jesús nos contempla a cada instante. Las nubes que se interponen entre el alma y el Sol de Justicia son permitidas por la providencia de Dios para fortalecer nuestra fe, a fin de que se aferre a las grandes esperanzas, a las seguras promesas que brillan sin ser empañadas a través de las tinieblas de cada tormenta. La fe debe aumentar a través de los conflictos y el sufrimiento. Debemos aprender individualmente a sufrir y a ser fuertes, y a no abatirnos por la debilidad…

Cuando pasamos por pruebas y aflicciones, no significa que tengamos una evidencia de que Jesús no nos ama y bendice. El misericordioso Cordero de Dios identifica sus intereses con los de sus hijos que sufren. Él los guarda en todo momento. Conoce todas sus aflicciones; conoce cada sugestión que hace Satanás, cada duda que tortura el alma… Defiende el caso del que es tentado, del que yerra, y del que carece de fe. Se esfuerza por elevarlos a un compañerismo con él. Su obra consiste en santificar a su pueblo, en limpiarlo, ennoblecerlo y purificarlo, y llenar sus corazones de paz. Así los está preparando para la gloria, el honor y la vida eterna; para una herencia más rica y más perdurable que la de cualquier príncipe terrenal (Nuestra elevada vocación, 17 de noviembre, p. 329).

Están por sobrevenir dificultades muy grandes al mundo, y los instrumentos de Satanás están agitando intensamente los poderes infernales para que produzcan sufrimiento, desastre y ruina. Su obra consiste en acarrear toda la desdicha posible sobre los seres humanos. La tierra es el escenario de su acción, pero es mantenido bajo control. No puede ir más lejos de lo que el Señor le permite…

Jesús vive para interceder por nosotros. Mientras las tinieblas se cierran sobre el mundo, nuestra vida está segura únicamente cuando se oculta con Cristo en Dios. ¡Precioso Salvador! Solamente en él deben concentrarse nuestras esperanzas de vida eterna…La fe ha de atravesar la nube más oscura (That I May Know Him, p.284, parcialmente en A fin de conocerle, 5 de octubre, p. 282).


Domingo 31 de marzo___________________________________________________

GUERRA EN EL CIELO

Lee Apocalipsis 12:7 al 9. ¿Qué revela este pasaje sobre la libertad que existía en el Cielo y el origen del mal? Cuando Lucifer se rebeló, ¿de qué manera podría haber respondido Dios?

Apocalipsis 12:7-9

Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

Estos versículos describen un conflicto cósmico entre el bien y el mal. Satanás y sus ángeles lucharon contra Cristo y, finalmente, fueron expulsados del Cielo. Parece muy extraño que estallara una guerra en un lugar tan perfecto como el Cielo. ¿Por qué ocurrió? ¿Acaso un Dios amoroso creó un ángel demoníaco que inició esta guerra? ¿Hubo algún defecto fatal en este ángel que lo llevó a rebelarse? La Biblia explica claramente el origen del mal. Descorre el telón en este conflicto entre el bien y el mal.

Compara Ezequiel 28:12 al 15 con Isaías 14:12 al 14. ¿Qué pasó por la mente de este ser angélico llamado Lucifer, que lo llevó a rebelarse?

Ezequiel 28:12-15

12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. 14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. 15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.

Isaías 14:12-14

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

Dios no creó un diablo; creó a un ser de brillo deslumbrante llamado Lucifer. Este ser angelical fue creado perfecto. Su perfección incluía la libertad de elegir, un principio fundamental del gobierno de Dios, que funciona por amor, no por coerción. El pecado se originó con Lucifer en el Cielo mismo. No hay explicación lógica para que este ángel perfecto permitiera que el orgullo y los celos echaran raíces en su corazón y se revelara contra su Creador.

Lucifer, un ser creado, deseaba la adoración que únicamente pertenecía al Creador. Intentó usurpar el Trono de Dios poniendo en duda su autoridad. Su rebelión condujo a una guerra abierta en el Cielo.

Aunque Dios soportó a Lucifer por mucho tiempo, no podía permitir que echara a perder el Cielo con su rebelión. “Los concilios celestiales alegaron con Lucifer. El Hijo de Dios le presentó la grandeza, la bondad y la justicia del Creador, y la naturaleza sagrada e inmutable de su Ley. Dios mismo había establecido el orden del Cielo; y Lucifer, al apartarse de él, iba a deshonrar a su Creador y a atraer la ruina sobre sí mismo. Pero la advertencia, dada con amor y misericordia infinitos, solo despertó un espíritu de resistencia” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 548).

¿Qué lecciones puedes extraer acerca del carácter de Dios al hacer frente al mal?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

En el cielo, antes de su rebelión, Lucifer era un ángel honrado y excelso, cuyo honor seguía al del amado Hijo de Dios. Su semblante, así como el de los demás ángeles, era apacible y denotaba felicidad. Su frente alta y espaciosa indicaba su poderosa inteligencia. Su forma era perfecta; su porte noble y majestuoso. Una luz especial resplandecía sobre su rostro y brillaba a su alrededor con más fulgor y hermosura que en los demás ángeles. Sin embargo, Cristo, el amado Hijo de Dios, tenía la preeminencia sobre todas las huestes angélicas…

Lucifer estaba envidioso y tenía celos de Jesucristo. No obstante, cuando todos los ángeles se inclinaron ante él para reconocer su supremacía, gran autoridad y derecho de gobernar, se inclinó con ellos, pero su corazón estaba lleno de envidia y odio… Había sido sumamente exaltado, pero eso no despertó en él ni gratitud ni alabanzas a su Creador. Aspiraba llegar a la altura de Dios mismo…

El gran Dios podría haber expulsado inmediatamente del cielo a este archiengañador, pero ese no era su propósito. Daría a los rebeldes una justa oportunidad para que midieran su fuerza con su propio Hijo y sus ángeles leales. En esa batalla cada ángel elegiría su propio bando y lo pondría de manifiesto ante todos. No hubiera sido conveniente permitir que permaneciera en el cielo ninguno de los que se habían unido con Satanás en su rebelión. Habían aprendido la lección de la genuina rebelión contra la inmutable ley de Dios, y eso es irremediable. Si Dios hubiera ejercido su poder para castigar a este jefe rebelde, los ángeles subversivos no se habrían puesto en evidencia; por eso Dios siguió otro camino, pues quería manifestar definidamente a toda la hueste celestial su justicia y su juicio (La historia de la redención, pp.13, 14, 17).

La enseñanza de esta parábola [del trigo y la cizaña] queda ilustrada en el propio trato de Dios con los hombres y los ángeles. Satanás es un engañador. Cuando él pecó en el cielo, aun los ángeles leales no discernieron plenamente su carácter. Esta es la razón por la cual Dios no destruyó en el acto a Satanás. Si lo hubiese hecho, los santos ángeles no hubieran percibido la justicia y el amor de Dios. Una duda acerca de la bondad de Dios habría sido una mala semilla productora de amargos frutos de pecado y dolor. Por lo tanto, el autor del mal fue dejado con vida hasta que desarrollase plenamente su carácter. A través de las largas edades, Dios ha soportado la angustia de contemplar la obra del mal, y otorgó el infinito Don del Calvario antes de permitir que alguien fuese engañado por las falsas interpretaciones del maligno; pues la cizaña no podía ser extirpada sin peligro de desarraigar también el grano precioso. ¿Y no seremos nosotros tan tolerantes para con nuestros semejantes como el Señor del cielo y de la tierra lo es con Satanás? (Palabras de vida del gran Maestro, p. 51).


Lunes 1 de abril________________________________________________________

LUCIFER ENGAÑA, CRISTO PREVALECE

No hay explicación lógica para que Lucifer, este ángel perfecto, permitiera que el orgullo y los celos echaran raíces en su corazón y se convirtieran en rebelión contra su Creador. El orgullo de Satanás maduró en abierta rebelión. Acusó a Dios de ser injusto y tendencioso. Contagió a los ángeles con sus dudas y acusaciones.

Lee Apocalipsis 12:4. ¿Qué revela este pasaje sobre la capacidad de Satanás para engañar? ¿Cuántos ángeles cayeron por sus mentiras acerca de Dios?

Apocalipsis 12:4

y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.

Cuando estalló la guerra en el Cielo, los ángeles tuvieron que decidir: ¿seguirían a Jesús o a Lucifer? ¿Cuál fue la naturaleza de esta guerra en el Cielo? ¿Fue una guerra física, una guerra de ideas o ambas? No conocemos los detalles, pero el conflicto fue lo suficientemente físico como para que Satanás y sus ángeles fueran finalmente “arrojados”, y no “se halló más lugar para ellos en el Cielo” (Apoc. 12:8, 9). Esta guerra incluye, obviamente, algún tipo de elemento físico.

Una cosa es cierta acerca de la guerra en el Cielo: cada ángel tenía que decidirse a favor o en contra de Cristo. ¿A quién seguirían? ¿A quién escucharían? Los ángeles leales eligieron ser obedientes a los amorosos mandatos de Cristo, mientras que un tercio de los ángeles escuchó la voz de Lucifer, desobedeció a Dios y se perdió el Cielo. También nosotros, en este momento crítico de la historia de la Tierra, somos llamados a decidirnos a favor o en contra de Cristo. Nosotros también debemos declarar de qué lado estamos: del de Cristo o del de Satanás.

Lee Génesis 2:15 al 17; Éxodo 32:26; Josué 24:15; 1 Reyes 18:20 y 21; y Apocalipsis 22:17. ¿Qué principio fundamental del Gran Conflicto nos enseñan estos versículos?

Génesis 2:15-17

15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Éxodo 32:26

26 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.

Josué 24:15

15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.

1 Reyes 18:20-21

20 Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. 21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.

Apocalipsis 22:17

17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

Cuando Dios creó a la humanidad, incluyó en lo más profundo de nuestro cerebro la capacidad de pensar, razonar y elegir. La esencia de nuestra humanidad es la capacidad de tomar decisiones morales. No somos meros robots. Fuimos creados a imagen de Dios, a diferencia de la creación animal, en nuestra capacidad de tomar decisiones morales y vivir según principios espirituales eternos. Desde la rebelión de Lucifer en el Cielo, Dios ha llamado a su pueblo a responder a su amor y a ser obediente a sus mandamientos mediante la decisión de servirlo.

¿Qué lecciones podemos aprender de la batalla en el Cielo en relación con nuestra propia batalla personal contra el mal? Si Satanás fue capaz de engañar a estos seres celestiales justos y santos, ¿qué nos dice esto sobre sus malvados intentos de engañarnos a nosotros?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Era un ser de poder y gloria admirables el que se había levantado contra Dios… Lucifer había sido el querubín cubridor. Había estado en la luz de la presencia de Dios. Había sido el más alto de todos los seres creados y el primero en revelar los propósitos de Dios al universo. Después que hubo pecado, su poder seductor era tanto más engañoso y resultaba tanto más difícil desenmascarar su carácter cuanto más exaltada había sido la posición que ocupara cerca del Padre (El Deseado de todas las gentes, p. 706).

Cuando nuestros primeros padres fueron colocados en el bello jardín del Edén, fueron probados en su lealtad a Dios. Estaban en libertad de elegir servir a Dios, o por la desobediencia aliarse con el enemigo de Dios y del hombre. Si hacían caso omiso de los mandatos de Dios y escuchaban la voz de Satanás, que hablaba a través de la serpiente, no solo perderían su derecho al Edén, sino a la vida misma…

Con cuán intenso interés observó todo el universo el conflicto que había de decidir la posición de Adán y Eva. Cuán atentamente escucharon los ángeles las palabras de Satanás… ¡Cuán ansiosamente esperaron para ver si la santa pareja sería engañada por el tentador y se rendiría a sus artificios!…

Adán y Eva se persuadieron de que un asunto tan pequeño como comer del fruto del árbol prohibido no podría resultar en una consecuencia tan terrible como Dios había declarado. Pero ese asunto pequeño era el pecado, la transgresión de la inmutable y santa ley de Dios, y abría las compuertas de la muerte y de indecibles penalidades para nuestro mundo… No estimemos al pecado como algo trivial (Tha I May Know Him, p. 14; parcialmente en A fin de conocerle, 8 de enero, p.16).

Vivimos en el tiempo del fin, y Satanás está trabajando con poder y maestría mediante tentaciones sutiles a fin de vencer a los que creen en Jesús. Pero debemos ser guardados “por el poder de Dios”; por lo tanto, en la tentación dé gloria a Dios, que es capaz de guardar al alma creyente para que no sea vencida por el astuto enemigo…

El sagaz engañador ha demostrado ser acusador, mentiroso, atormentador y asesino; pero no importa qué cosa induzca a otros a decir de Ud., el Señor puede decirle como dijo a Pedro: «Apártate de mí, Satanás». Puede decirle: «No debes colocarte entre mí y el alma por la cual morí como rescate». Está en usted… el resistir a Satanás con sus tentaciones y aferrarse de Cristo. Manténgase cerca de Jesús, coloque su mano en la suya, y él sostendrá firmemente su mano. Nunca abandonará al alma que confía en él (Alza tus ojos, 28 de enero, p. 40).


Martes 2 de abril_______________________________________________________

EL PLANETA TIERRA SE VE AFECTADO

Cuando Dios creó la Tierra, la creó perfecta. La Biblia dice que “contempló todo lo que había hecho, y vio que era bueno en gran manera” (Gén. 1:31). No había mancha de pecado ni de maldad en ninguna parte. Pero les dio a Adán y a Eva la misma libertad de elección que le había dado a Lucifer. Él no quería robots en la Tierra, así como tampoco quería robots en el Cielo.

De hecho, se esforzó por dejar en claro esta libertad. Plantó un árbol en el Jardín del Edén y lo llamó el árbol del conocimiento del bien y del mal. Se empeñó en hablarles de él, porque quería asegurarse de que supieran que podían elegir.

Satanás observó desde el árbol cuando Eva se distrajo por allí, y le dijo: “No morirán; sino que Dios sabe que el día que ustedes coman de él se les abrirán los ojos, y serán como Dios, conocedores del bien y del mal” (Gén. 3:4, 5). Si ustedes comen de este árbol, entrarán en una nueva esfera de existencia. Tendrán emoción. Tendrán una sensación que nunca antes habían sentido. Eva, Dios te está ocultando algo. Toma, toma del fruto prohibido y cómetelo.

Cuando Eva y luego Adán tomaron esa decisión, abrieron una puerta que Dios quería mantener cerrada para siempre. Era la puerta del pecado; la puerta del sufrimiento, la angustia, la enfermedad y la muerte.

Lee Génesis 3:1 al 3 junto con Romanos 3:23 y 5:12. ¿Qué tienen en común estos pasajes? Describe las consecuencias finales del pecado que asolan a toda la raza humana.

Génesis 3:1-3

1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.

Romanos 3:23

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

Romanos 5:12

12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

En esencia, el pecado es rebelión contra Dios. Conduce a la separación de Dios. Puesto que Dios es la fuente de la vida, la separación de Dios conduce a la muerte. También conduce a la preocupación, la ansiedad, la enfermedad y las dolencias. En última instancia, el sufrimiento en nuestro mundo es el resultado de vivir en un planeta devastado por el pecado. Esto no significa que cada vez que sufrimos o enfermamos hayamos pecado. Pero sí significa que cada uno de nosotros se ve afectado por vivir en un planeta asolado por el pecado.

Lee Génesis 3:15; Levítico 5:5 y 6; y Juan 1:29. ¿Qué promesa dio Dios a Adán y a Eva en el Jardín después de que pecaron, que les daría esperanza en medio de su culpa y desesperación? ¿Qué costumbre estableció Dios en el Edén, que les señalaría la solución al problema del pecado a lo largo de los siglos?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Aunque creados inocentes y santos, nuestros primeros padres no fueron puestos fuera de la posibilidad de obrar mal. Dios podía haberlos creado de modo que no pudieran faltar a sus requerimientos, pero en ese caso su carácter no se habría desarrollado; su servicio no hubiera sido voluntario, sino forzado. Les dio, por lo tanto, la facultad de escoger, de someterse o no a la obediencia. Y antes que ellos recibieran en su plenitud las bendiciones que él deseaba impartirles, debían ser probados su amor y su lealtad.

En el huerto del Edén se hallaba “el árbol de la ciencia del bien y del mal… Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás». Génesis 2:9-17. Dios quería que Adán y Eva no conocieran el mal. El conocimiento del mal del pecado y sus resultados, del trabajo cansador, de la preocupación ansiosa, del descorazonamiento y la pena, del dolor y la muerte-, les fue evitado por amor (La educación, p. 23).

Con los pecados del mundo puestos sobre él, [el Redentor] pasaría por el mismo camino donde Adán falló. Soportaría una prueba infinitamente mas severa que la que Adán no pudo soportar. Vencería par cuenta del hombre, y derrotaría al tentador, para que, mediante su obediencia, su pureza de carácter y su firme integridad, su justicia pudiera ser imputada al hombre, y así, mediante su nombre, el hombre pudiera vencer al enemigo por su propia cuenta…

En el plan de redención debe haber derramamiento de sangre, porque la muerte debe venir como consecuencia del pecado del hombre. Los animales para las ofrendas de sacrificio debían prefigurar a Crista En la víctima inmolada, el hombre debía ver el cumplimiento temporal de la palabra de Dios: «Ciertamente morirás». Y el derramamiento de la sangre de la víctima significaría también una expiación. No había virtud en la sangre de los animales; pero el derramamiento de la sangre de las victimas debía apuntar hacia un Redentor que un día vendría al mundo y moriría por los pecados de los hombres. Así, Cristo vindicar plenamente la ley de su Padre (Confrontation, pp. 18, 22).

Satanás aparare frecuentemente como un ángel de luz, ataviando con el uniforme del cielo; asume un aire amistoso, manifestando gran santidad de carácter y alta consideración por sus víctimas, las almas que se propone engañar y destruir. Yacen peligros en la senda que él invita a las almas a recorrer, pero tiene éxito en encubrirlos y presenta solo las atracciones. El gran Capitán de nuestra salvación ha vencido en nuestro favor, para que a través de él podamos ser vencedores, si así lo queremos. Pero Cristo no salva a nadie en contra de su decisión; no obliga a nadie a obedecer. Hizo el sacrificio infinito para que podamos vencer en su nombre y para que su justicia nos sea imputada (Testimonios para la iglesia, t. 3, pp. 501, 502).


Miércoles 3 de abril_____________________________________________________

EL AMOR ENCUENTRA UNA MANERA

Adán y Eva han pecado, y Dios les ha dicho que deben abandonar el Jardín. A partir de ahora, el trabajo doloroso y el sufrimiento serán su destino. ¿Tendrán que sufrir y finalmente morir sin esperanza? ¿Es la muerte el final de todo?

En ese momento, Dios les hizo la promesa que se registra en Génesis 3:15. Mirando directamente a Satanás, la serpiente, dijo: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y el Descendiente de ella. Tú le herirás el talón, pero él te aplastará la cabeza”. Es probable que en aquel momento no hayan comprendido plenamente todo lo que esto significaba, pero les quedó claro que podían volver a tener esperanza. De alguna manera, mediante “el Descendiente de ella [la mujer]”, llegaría la redención de ellos.

“El Descendiente de ella”, por supuesto, es Jesucristo (Gál. 3:16). En la Cruz, Satanás le hirió el talón. Pero la victoria de Jesús es nuestra garantía de que un día la cabeza de la serpiente será aplastada, y la puerta del sufrimiento y la muerte que Adán y Eva abrieron se cerrará en su momento.

Lee Hebreos 2:9; Gálatas 3:13; y 2 Corintios 5:21. ¿Qué nos dicen estos versículos sobre la inmensidad del sacrificio de Cristo en la Cruz?

Hebreos 2:9

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

Gálatas 3:13

13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

2 Corintios 5:21

21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

¿Te has preguntado alguna vez si Dios te ama de verdad? Mira la Cruz; mira la corona de espinas; mira los clavos en sus manos y sus pies. Con cada gota de sangre que Jesús derramó en el Calvario, Dios te dice: Te amo. No quiero estar en el Cielo sin ti. Sí, tú has pecado; te has vendido en manos del Enemigo; sí, por ti mismo no eres digno de la vida eterna. Pero yo he pagado el rescate para recuperarte. Nunca más tendrás que dudar si eres amado cuando mires la Cruz.

La Biblia habla de un Jesús que vino a este mundo, experimentó angustia, decepción y dolor en común con toda la humanidad. Revela a un Cristo que se enfrentó a las mismas tentaciones que nosotros, un Cristo que triunfó sobre los principados y las potestades del infierno tanto en su vida como mediante su muerte en la Cruz; todo, por cada uno de nosotros, personalmente.

Pensemos en esto: Jesús, aquel que creó el cosmos (ver Juan 1:3), bajó del Cielo, y no solo vino a este mundo caído, sino además sufrió en él de un modo que ninguno de nosotros podrá experimentar jamás (ver Isa. 53:1-5). Y lo hizo porque nos amaba, a cada uno de nosotros. ¡Qué poderosa razón para tener esperanza!

¿Cómo respondió Cristo a las acusaciones de Satanás en la Cruz? A la luz del gran conflicto entre el bien y el mal, ¿qué consiguió con su muerte?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

¡Cuán inconfundiblemente claras eran las profecías de Isaías res-pecto a los sufrimientos y la muerte de Cristo!…

Aun la forma de su muerte había sido prefigurada. Como la serpiente de metal había sido levantada en el desierto, así iba a ser levantado el Redentor venidero, para que “todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16…

Pero el que iba a sufrir la muerte a manos de hombres impíos, se levantaría de nuevo como un vencedor del pecado y del sepulcro. Bajo la inspiración del Todopoderoso, el dulce cantor de Israel había dado testimonio de las glorias de la mañana de la resurrección. “También mi carne-proclamó alegremente reposará segura. Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; ni permitirás que tu santo vea corrupción». Salmo 16:9,10.

Pablo mostró cuán estrechamente había ligado Dios el servicio de los sacrificios con las profecías relativas a Aquel que iba a ser llevado como cordero al matadero. El Mesías iba a dar su vida como “expiación por el pecado”. Mirando hacia adelante a través de los siglos las escenas de la expiación del Salvador, el profeta Isaías había testificado que el Cordero de Dios “derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”. Isaías 53:7,10, 12 (Los hechos de los apóstoles, pp.183,184).

El unigénito Hijo de Dios se dispuso a dejar las cortes celestiales y venir a este mundo para vivir en medio de gente desagradecida que no quería aceptar su misericordia y su gracia. Aceptó vivir una vida de pobreza, y soportar sufrimientos y tentaciones. Fue varón de dolores, experimentado en quebranto. La Palabra declara: “Como que escondimos de él el rostro”. Isaías 53:3. Uno de sus discípulos, Pedro, lo negó, y Judas lo traicionó. La gente que vino a bendecir lo rechazó. Lo sometieron a la vergüenza y le causaron indecibles sufrimientos. Le pusieron una corona de espinas que traspasó sus santas sienes. Lo azotaron y lo clavaron a la cruz. No obstante, en medio de todo esto, ni una sola palabra de queja se escapó de sus labios…

Cristo soportó todos esos sufrimientos para obtener el derecho de conferir justicia eterna a todos los que creyeran en él. ¡Oh, cuando pienso en esto, llego a la conclusión de que jamás debería brotar de tes labios la menor queja! (Cada día con Dios, 26 de julio, p. 214).

En ocasión de la crucifixión de Cristo, los que habían sido sanados no se unieron con la turba para clamar: «¡Crucifícale! ¡crucifícale!” Sus simpatías acompañaban a Jesús; porque habían sentido su gran simpatía y su poder admirable. Le conocían como su Salvador, porque él les había dado salud del cuerpo y del alma. Escucharon la predicación de los apóstoles, y la entrada de la palabra de Dios en su corazón les dio entendimiento. Llegaron a ser agentes de la misericordia de Dios, e instrumentos de su salvación (El Deseado de todas las gentes, p. 135).


Jueves 4 de abril_______________________________________________________

NUESTRO SUMO SACERDOTE

Lo que Jesús hizo por nosotros en la Cruz le permite también interceder por nosotros en el Cielo. Nuestro Señor resucitado es nuestro gran Sumo Sacerdote, que nos brinda todo lo que necesitamos para salvarnos y vivir en el Reino de Dios para siempre.

Lee Hebreos 4:15 y 16; y 7:25. ¿En qué medida estos versículos nos dan seguridad en un mundo de tentaciones, sufrimiento, enfermedad y muerte?

Hebreos 4:15-16

15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Hebreos 7:25

25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

El texto dice que él “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Heb. 4:15). Y añade: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb. 4:16).

En pocas palabras, Jesús nos presenta ante el universo revestidos de su justicia, salvados por su muerte y redimidos por su sangre. Todo lo que nos debería haber tocado a nosotros, le tocó a él. En Cristo, no hay condenación por los pecados de nuestro pasado. En Cristo, nuestra culpa desaparece, y mediante su poderosa intercesión se rompe el yugo del pecado en nuestra vida. Las cadenas que nos atan se desatan y somos libres.

Lee Juan 17:24 al 26. ¿Cuál es el mayor anhelo de Cristo en el gran conflicto entre el bien y el mal?

Juan 17:24-26

24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

“Consumado ya el gran sacrificio, Cristo subió al Cielo y rehusó la adoración de los ángeles hasta que no hubiese presentado la petición: ‘Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo’ (Juan 17:24). Entonces, con amor y poder indecibles, el Padre respondió desde su trono: ‘Adórenlo todos los ángeles de Dios’ (Heb. 1:6). No había una mancha en Jesús. Acabada su humillación, completado su sacrificio, le fue dado un nombre que está por encima de todo nombre” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 556). Lo que más desea Jesús es que estemos con él en el Cielo. El deseo de su corazón, la razón de su muerte e intercesión, es salvarnos. ¿Tienes alguna necesidad especial en tu vida? Cuéntasela a Jesús. Donde hay dolor, él trae consuelo. Donde hay miedo, él trae paz. Donde hay culpa, él trae perdón. Donde hay debilidad, él trae fortaleza.

¿Por qué crees que Cristo se sacrificó por nosotros? ¿Qué nos hace tan valiosos para él?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El que se humanó sabe simpatizar con los padecimientos de la humanidad. No solo conoce Cristo a cada alma, así como sus necesidades y pruebas particulares, sino que conoce todas las circunstancias que irritan el espíritu y lo dejan perplejo. Tiende su mano con tierna compasión a todo hijo de Dios que sufre. Los que más padecen recibe mayor medida de su simpatía y compasión. Le conmueven nuestros achaques y desea que depongamos a sus pies nuestras congojas y nuestros dolores, y que allí los dejemos…

Cuando las tentaciones os asalten, cuando los cuidados, las perplejidades y las tinieblas parezcan envolver vuestra alma, mirad hacia el punto en que visteis la luz por última vez. Descansad en el amor de Cristo y bajo su cuidado protector. Cuando el pecado lucha por dominar en el corazón, cuando la culpa oprime al alma y carga la con-ciencia, cuando la incredulidad anubla el espíritu, acordaos de que la gracia de Cristo basta para vencer al pecado y desvanecer las tinieblas Al entrar en comunión con el Salvador entramos en la región de la paz (El ministerio de curación, pp. 192, 193).

En la obra intercesora de Cristo, el amor de Dios se reveló en toda su perfección a los hombres y a los ángeles.

Él intercede por vosotros. Es el gran Sumo Sacerdote que aboga en vuestro favor; y podéis presentar vuestro caso al Padre por medio de Jesucristo. De este modo tenéis acceso a Dios; y a pesar de vuestro pecado, vuestro caso no es desesperado. “Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogad tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo». 1 Juan 2:1…

La obra de Cristo en el Santuario celestial, donde él está presentando su propia sangre cada momento ante el propiciatorio, haciendo intercesión por nosotros, debería impresionar debidamente el corazón de modo que reconociésemos el valor de cada momento. Jesús siempre vive para hacer intercesión por nosotros; pero un solo momento malgastado no puede ser jamás recobrado (The Faith I Live By, p. 205; parcialmente en La fe por la cual vivo, 18 de julio, p. 207).

Cristo representó a su Padre ante el mundo, y ante Dios representa a los escogidos en quienes ha restaurado la imagen moral de Dios. Ellos son su herencia. A ellos dice: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. “Nadie conoce… al Padre… sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. Ningún sacerdote, ningún religioso por estricto que sea puede revelar al Padre a cualquier hijo o hija de Adán.

Los hombres tienen un solo Abogado, un Intercesor, que puede perdonar las transgresiones. ¿No se llenarán de gratitud nuestros corazones ante Aquel que dio a Jesús para que fuera la propiciación por nuestros pecados? Pensad profundamente en el amor que el Padre ha manifestado en favor de nosotros, el amor que ha expresado para nosotros. No podemos medir ese amor. No hay medida para él. Solo podemos señalar al Calvario, al Cordero muerto desde la fundación del mundo. Es un sacrificio infinito. ¿Podemos comprender y medir lo infinito? (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7, p. 926).


Viernes 5 de abril______________________________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“Al expulsar a Satanás del Cielo, Dios hizo patente su justicia y mantuvo el honor de su Trono. Pero, cuando el hombre pecó al ceder a los engaños del espíritu apóstata, Dios dio una evidencia de su amor al consentir en que su Hijo unigénito muriese por la raza caída. El carácter de Dios se puso de manifiesto en la Expiación. El poderoso argumento de la Cruz demuestra a todo el universo que el gobierno de Dios no era de ninguna manera responsable del camino de pecado que Lucifer había elegido” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 555).

“Mientras la Cruz del Calvario proclama el carácter inmutable de la Ley, declara al universo que la paga del pecado es la muerte. El grito agonizante del Salvador: ‘Consumado es’, fue el toque de muerte para Satanás. Fue entonces cuando quedó zanjado el gran conflicto que había durado tanto tiempo y asegurada la extirpación final del mal. El Hijo de Dios atravesó los portales de la tumba ‘para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo’ (Heb. 2:14)” (ibíd., p. 558).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Si Dios sabía que Lucifer iba a rebelarse, ¿por qué le dio el poder de elegir, para empezar? O, cuando Lucifer se rebeló, ¿por qué Dios no lo aniquiló en el mismo momento? ¿Qué tipo de reacción podría haber tenido el universo no caído si Dios hubiera aniquilado inmediatamente a Lucifer? Por qué es tan importante el concepto del interés del universo en el Plan de Salvación (1 Ped. 1:12; Apoc. 5:13; 16:7) para entender el Gran Conflicto?
  2. ¿Qué razón, o razones, se te ocurren para la muerte de Cristo en la Cruz? ¿Fue solo para revelar el carácter de Dios? ¿Fue para pagar el precio del rescate por el pecado? En caso afirmativo, ¿a quién se pagó el rescate?

Comparte tus ideas y ofrece razones bíblicas.


COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Hay dos expulsiones de Satanás del cielo, comenzaremos con la segunda expulsión solo para saber cuál es la diferencia entre estas dos, y nos quedaremos con la primera expulsión que es parte del estudios de esta semana

2da expulsión

12 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

Con la información que obtenemos del capítulo 12 de Apocalipsis, llegamos a la conclusión de que esta batalla en el cielo entre Miguel y el dragón, calza con los sucesos que se dieron en los días de la muerte de Cristo, ya que ocurre después del nacimiento del Mesías pero antes de la persecución de la iglesia;  exactamente entre el nacimiento del Mesías y la persecución de la iglesia, está la muerte de Cristo.

El mejor lugar para colocar la expulsión de Satanás es alrededor de la cruz de Cristo. Cristo aseguró que la expulsión de Satanás del cielo ocurriría como resultado de su muerte:

17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. Lucas 10

31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. 32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. 33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.  Juan 12

En el siguiente texto, nos relata la expulsión de Satanás del cielo, y también se nos hace un recordatorio de que este que fue expulsado es la misma «serpiente antigua”, la que estaba en el Edén, la que engañó a nuestros primeros padres, y su nombre es diablo y Satanás.  Esta expulsión del dragón del cielo, o sea Satanás, está ligada precisamente con la muerte de Cristo.

Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Apocalípsis 12

En Isaías 14:12 encontramos que un ser celestial es arrojado a la Tierra después de fracasar en su intento por hacerse a sí mismo como Dios. Esta expulsión declara con todas sus letras que la expulsión fue del cielo a la tierra.

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Isaías 14

Ya descubrimos una expulsión de Satanás del cielo, suceso que ocurre con la muerte de Jesucristo. Pero si recurrimos al Espíritu de Profecía, descubrimos que son dos expulsiones del cielo las que ha sufrido Satanás: una expulsión sucedió antes de que la tierra fuera creada, y la segunda expulsión tuvo lugar al final del ministerio del Mesías, después de la muerte de Jesús.

Yo personalmente creo que la segunda expulsión de Satanás se dio en el mismo domingo de la resurrección; el domingo en la mañana, cuando María lo encontró; Jesús no permitió el contacto físico de ella con él. Ella estaba a punto de abrazarlo, pero Jesús se lo impidió: «Le dice Jesús: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.» Juan 20: 17    María es comisionada para dar las buenas nuevas a los discípulos, y allí mismo también Jesús le indica que irá inmediatamente al trono del Padre en los cielos.

Más tarde en ese mismo día Jesús se le presenta a los 11 discípulos a la hora de la cena, y él los invita a tocarlo y darse cuenta de que él no era un espíritu:  36 Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.  37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu.  38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? 39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.  40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. (Lucas 24)

Jesús se negó a recibir el homenaje de los suyos hasta tener la seguridad de que su sacrificio era aceptado por el Padre. Ascendió a los atrios celestiales, y de Dios mismo oyó la seguridad de que su expiación por los pecados de los hombres había sido amplia, de que por su sangre todos podían obtener vida eterna. El Padre ratificó el pacto hecho con Cristo, de que recibiría a los hombres arrepentidos y obedientes y los amaría como a su Hijo. Cristo había de completar su obra y cumplir su promesa de hacer “más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ophir al hombre.” En cielo y tierra toda potestad era dada al Príncipe de la vida, y él volvía a sus seguidores en un mundo de pecado para darles su poder y gloria. » {Deseado de Todas las Gentes 734.3}

Ese domingo, fue un día muy especial: Jesús se presentó en el cielo para recibir la aprobación del Padre por su sacrificio. Su obra se había realizado en armonía con las expectativas del Padre y cumplía con las demandas del Cielo para la salvación del hombre.

El imperio de Satanás había caído. Ahora Jesús, con su muerte, con su resurrección y con la aprobación de Dios, había logrado arrebatar la tierra a su antiguo príncipe. Para mí, es allí donde se cumplen las palabras de capítulo 12 de Apocalípsis:

 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

Elena de White, visitó el cielo en varias ocasiones y encontró el sistema de seguridad angelical a la entrada del cielo; posiblemente para evitar el acceso al cielo de algún ser no deseado o expulsado anteriormente:

«En la santa ciudad hay perfecto orden y armonía. Todos los ángeles comisionados para visitar la tierra llevan una tarjeta de oro que, al salir o entrar en la ciudad, presentan a los ángeles de la puerta. El cielo es un lugar agradable. Yo anhelo estar allí y contemplar a mi hermoso Jesús que por mí dió la vida, y ser transmutada a su gloriosa imagen. ¡Oh! ¡quién me diera palabras para expresar la gloria del brillante mundo venidero! Estoy sedienta de las vivas corrientes que alegran la ciudad de nuestro Dios.» {Primeros Escritos 39.2}

 

1era expulsión  antes de eso la rebelión

Rebelión

“Rebelarse contra el gobierno de Dios era un crimen enorme. Todo el cielo parecía estar en conmoción. Los ángeles se ordenaron en compañías; cada división tenía un ángel comandante al frente. Satanás estaba combatiendo contra la ley de Dios por su ambición de exaltarse a sí mismo y no someterse a la autoridad del Hijo de Dios, el gran comandante celestial.

Se convocó a toda la hueste angélica para que compareciera ante el Padre, a fin de que cada caso quedase decidido. Satanás manifestó con osadía su descontento porque Cristo había sido preferido antes que él. Se puso de pie orgullosamente y sostuvo que debía ser igual a Dios y participar en los concilios con el Padre y comprender sus propósitos.

El Señor informó a Satanás que sólo revelaría sus secretos designios a su Hijo, y que requería que toda la familia celestial, incluido Satanás, le rindiera una obediencia absoluta e incuestionable; pero que él (Satanás) había demostrado que no merecía ocupar un lugar en el cielo.

Entonces el enemigo señaló con regocijo a sus simpatizantes, que eran cerca de la mitad de los ángeles, y exclamó: “¡Ellos están conmigo! ¿Los expulsarás también y dejarás semejante vacío en el cielo?” Declaró entonces que estaba preparado para hacer frente a la autoridad de Cristo y defender su lugar en el cielo por la fuerza de su poder, fuerza contra fuerza.  {Historia de la Redención 18.1}

Entonces hubo guerra en el cielo. El Hijo de Dios, el Príncipe celestial y sus ángeles leales entraron en conflicto con el archirrebelde y los que se le unieron.

El Hijo de Dios y los ángeles fieles prevalecieron, y Satanás y sus seguidores fueron expulsados del cielo. Toda la hueste celestial reconoció y adoró al Dios de justicia. Ni un vestigio de rebeldía quedó en el cielo. Todo volvió a ser pacífico y armonioso como antes. Los ángeles lamentaron la suerte de los que habían sido sus compañeros de felicidad y bienaventuranza. El cielo sintió su pérdida. {Historia de la Redención  19.1}

Si notamos en esta primera expulsión de Satanás, Satanás no fue arrojado a la tierra como muchos creen y enseñan, ya que la tierra aún no había sido creada.

Satanás en esta primera expulsión tampoco fue a otros planetas ¿A dónde fue? A ningún lugar, se quedó a la entrada del cielo,

Entonces hubo guerra en el cielo. El Hijo de Dios, el Príncipe celestial y sus ángeles leales entraron en conflicto con el archirrebelde y los que se le unieron. El Hijo de Dios y los ángeles fieles prevalecieron, y Satanás y sus seguidores fueron expulsados del cielo.—La Historia de la Redención, 19.

Los ángeles se empeñaron en batalla; Satanás quiso vencer al Hijo de Dios y a aquellos que se sometían a su voluntad. Pero prevalecieron los ángeles buenos y fieles, y Satanás, con sus secuaces, fue expulsado del cielo.—Primeros Escritos, 146.

«Satanás tembló al contemplar su obra. Meditaba a solas en el pasado, el presente y sus planes para el futuro. Su poderosa contextura temblaba como si fuera sacudida por una tempestad. Entonces pasó un ángel del cielo. Lo llamó y le suplicó que le consiguiera una entrevista con Cristo. Le fue concedida. Entonces le dijo al Hijo de Dios que se había arrepentido de su rebelión y deseaba obtener nuevamente el favor de Dios. Deseaba ocupar el lugar que Dios le había designado previamente, y permanecer bajo su sabia dirección. Cristo lloró ante la desgracia de Satanás, pero le dijo, comunicándole la decisión de Dios, que nunca más sería recibido en el cielo… Las semillas de la rebelión todavía estaban dentro de él…

Cuando Satanás se convenció plenamente de que no había posibilidad alguna de recuperar el favor de Dios, manifestó su maldad con odio acrecentado y ardiente vehemencia…

Como no pudo lograr que lo admitieran en el cielo, montó guardia en la entrada misma de él, para mofarse de los ángeles y buscar contiendas con ellos cuando entraban y salían.—La Historia de la Redención, 24-27.

Ahora en medio de todo este problema con Satanás y sus ángeles, viene la creación de la tierra; pareciera que Dios creó una vía de escape, para que Satanás tuviera un lugar donde ir y continuar el combate entre el bien y el mal.

Entonces nos formulamos la pregunta ¿Para qué realmente creó Dios al hombre? La respuesta es que el propósito de Dios en la creación del hombre era repoblar el cielo.

Ya la mitad de la población angelical ya se había perdido, y la intención de Dios, cuando creo al hombre, era repoblar ese vacío dejado por los ángeles con el mismo hombre. Tenemos que recordar que los ángeles no se pueden procrear, pero a los humanos se les dio esa facultad y esa bendición de poder procrearse.

Después de la caída del hombre, el plan de Dios para repoblar el vacío dejado por los ángeles en el cielo aún sigue en pie, ya que los redimidos llenarán la vacante dejada por los ángeles.

«Dios creó al hombre para la gloria divina, para que después de pasar por la prueba y la aflicción la familia humana pudiera llegar a ser una con la familia celestial. El propósito de Dios era repoblar el cielo con la familia humana.»—Comentario Bíblico Adventista 1:1096.

«Las vacantes que se produjeron en el cielo por la caída de Satanás y sus ángeles, serán llenadas por los redimidos del Señor.»—The Review and Herald, 29 de mayo de 1900

Tenemos que recordar que Satanás no tenía en la mira vencer a la tierra solamente, el creía que en la misma forma que pudo engañar a la mitad de la población angelina, tenía la capacidad de engañar a los otros mundos; por lo tanto, su plan era de alcance universal, no solamente terrenal.

«El gobierno de Dios no sólo incluía a los habitantes del cielo sino también a los de todos los mundos creados. Satanás pensó que si él podía arrastrar a las inteligencias celestiales en su rebelión, también podía hacerlo con los seres de otros mundos.»—The Review and Herald, 9 de marzo de 1886. {La Verdad Acerca de los Ángeles 39.2}

Las verdaderas intenciones o motivos de Satanás en hacer caer a los habitantes de la tierra fueron dos:

El primer motivo, interesantemente, fue buscar una segunda oportunidad para obtener la misericordia y el perdón de Dios. Satanás creía que, si el hombre pecaba, la misericordia de Dios perdonaría al hombre y entre el hombre se los podría incluir a ellos.

«Los seguidores de Satanás salieron a su encuentro, y él se levantó, asumiendo un aire arrogante, y les informó acerca de sus planes para apartar de Dios al noble Adán y a su compañera Eva. Si de alguna manera podía inducirlos a desobedecer, Dios haría algo para perdonarlos; entonces él y todos los ángeles caídos dispondrían de una buena oportunidad para compartir con ellos la misericordia de Dios.” {HR 28.1 Historia de la Redención }

La segunda prioridad, por si la primera fallaba, era posesionarse del árbol de la vida; una vez logrado esto, ellos pensaban tener un territorio de acción; su oficina universal sería la tierra, y el árbol de la vida les garantizaría la vida eterna.

«Si eso fallaba, podrían unirse con Adán y Eva, pues una vez que hubieran transgredido la ley de Dios estarían sometidos a la ira divina lo mismo que ellos. Su transgresión también los pondría a ellos en estado de rebelión, y podrían unirse con Adán y Eva para tomar posesión del Edén y establecer allí su morada. Y si lograban tener acceso al árbol de la vida que estaba en medio del jardín, su fortaleza sería, según ellos, igual a la de los ángeles santos, y ni Dios mismo podría expulsarlos de allí.» {HR 28.1 Historia de la Redención }

Pero no contaba Satanás con la idea de que Dios tomaría posesión inmediatamente del árbol de la vida. No sólo tomó posesión del árbol de la vida solamente, sino de todo el complejo jardín del Edén.

De acuerdo con el Espíritu de Profecía, el jardín del Edén fue trasladado al cielo antes del diluvio, y Dios lo tiene guardado y remodelado para ser entregado de nuevo a su antiguos dueños -los seres humanos redimidos-, cuando la tierra sea renovada

«Santos ángeles fueron enviados a conducir a la pareja desobediente fuera del jardín, mientras otros ángeles guardaban el camino al árbol de la vida. Cada uno de estos poderosos ángeles tenía una espada resplandeciente en su mano derecha.»—Spiritual Gifts 3:45.  (Regalos Espirituales)

«Ángeles poderosos, con rayos de luz que parecían espadas encendidas que se movían en todas direcciones, fueron colocados como centinelas para evitar que Satanás o la pareja culpable tuvieran acceso al árbol de la vida.»—The Review and Herald, 24 de febrero de 1874.

«El huerto del Edén permaneció en la tierra mucho tiempo después que el hombre fuera expulsado de sus agradables senderos. Durante mucho tiempo después, se le permitió a la raza caída contemplar de lejos el hogar de la inocencia, cuya entrada estaba vedada por los vigilantes ángeles.»—Historia de los Patriarcas y Profetas,

DIOS NO TIENE NADA QUE VER CON EL PECADO

“Nada se enseña con mayor claridad en las Sagradas Escrituras que el hecho de que Dios no fue en nada responsable de la introducción del pecado en el mundo, y de que ninguna suspensión arbitraria de la gracia de Dios, ni ningún error en el gobierno divino hayan dado lugar a la rebelión. El pecado es un intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es algo misterioso e inexplicable; excusarlo equivaldría a defenderlo. Si se pudiera encontrar alguna excusa en su favor o señalar la causa de su existencia, dejaría de ser pecado.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 546, 547.

“En el cumplimiento final del juicio se verá que no existe causa para el pecado. Cuando el Juez de toda la tierra pregunte a Satanás: ‘¿Por qué te has rebelado contra mí y me has arrebatado los súbditos de mi reino?’ el autor del mal no podrá dar ninguna disculpa. Toda boca será cerrada y todas las huestes rebeldes quedarán mudas…. (La Fe por la cual Vivo 73.3)

“El mal se insinuó con Lucifer, el cual se rebeló contra el gobierno de Dios. Antes de su caída, era el querubín cubridor, notable por su excelencia. Dios lo hizo bueno y hermoso y muy semejante a la Deidad misma.”—The S.D.A. Bible Commentary 4:1163.FV 68.2

“El pecado tuvo su origen en el egoísmo. Lucifer, el querubín protector, deseó ser el primero en el cielo. Trató de dominar a los seres celestiales, apartándolos de su Creador, y granjearse para sí su homenaje. Para ello, representó falsamente a Dios, atribuyéndole el deseo de ensalzarse. Trató de investir al amante Creador con sus propias malas características.”—El Deseado de Todas las Gentes, 17

“Lucifer sentía envidia y celos de Jesucristo. Sin embargo, cuando todos los ángeles se inclinaban ante Jesús reconociendo su supremacía, autoridad superior y gobierno justiciero, también se inclinaba Lucifer con ellos; pero su corazón estaba lleno de envidia y odio.”—Testimonios Selectos 2:14.

“Satanás cayó porque ambicionó ser igual a Dios. Deseaba participar en los consejos y propósitos divinos, de los cuales estaba excluido, porque, como ser creado, era incapaz de comprender la sabiduría del Infinito. fue este orgullo ambicioso el que lo indujo a la rebelión, y por este mismo medio trata de causar la ruina del hombre.”—Testimonies for the Church 5:702

El poder central de la tierra le pertenece a un demonio. Su trono está en medio del mundo, donde tendría que haber estado el trono de Dios. Recibe el apoyo de la iglesia que se ha amoldado al mundo, y que está transgrediendo la santa ley de Dios.

¿PORQUE DIOS TUVO QUE PONER EL ÁRBOL DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL EN LA TIERRA?

POR QUE TODOS LOS MORADORES DEL UNIVERSO SON PROBADOS

“Como los ángeles, los moradores del Edén habían de ser probados. Sólo podían conservar su feliz estado si eran fieles a la ley del Creador. Podían obedecer y vivir, o desobedecer y perecer. Dios los había colmado de ricas bendiciones; pero si ellos menospreciaban su voluntad, Aquel que no perdonó a los ángeles que pecaron no los perdonaría a ellos tampoco: la transgresión los privaría de todos sus dones, y les acarrearía desgracia y ruina.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 34.

“El hombre fue creado moralmente libre. Como los habitantes de todos los otros mundos, debe ser sometido a la prueba de la obediencia; pero nunca se le coloca en una situación en la cual se halle obligado a ceder al mal. No puede sobrevenirle tentación o prueba alguna que no sea capaz de resistir. Dios tomó medidas tales, que nunca tuvo el hombre que ser necesariamente derrotado en su conflicto con Satanás.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 343.

El Señor me mostró en visión otros mundos. Me fueron dadas alas y un ángel me acompañó desde la ciudad a un lugar brillante y glorioso. La hierba era de un verde vivo y las aves gorjeaban un dulce canto. Los moradores de aquel lugar eran de todas estaturas; eran nobles, majestuosos y hermosos. Llevaban la manifiesta imagen de Jesús, y su semblante refulgía de santo júbilo, como expresión de la libertad y dicha que en aquel lugar disfrutaban.

Pregunté a uno de ellos por qué eran mucho más bellos que los habitantes de la tierra, y me respondió: “Hemos vivido desobediencia como los habitantes de la tierra.”

Después vi dos árboles, uno de los cuales se parecía mucho al árbol de vida de la ciudad. El fruto de ambos era hermoso, pero no debían comer del uno de ellos. Hubieran podido comer de los dos, pero les estaba vedado comer de uno. Entonces el ángel que me acompañaba me dijo: “Nadie ha probado aquí la fruta del árbol prohibido, y si de ella comieran, caerían.”   PE 39.3 PRIMEROS ESCRITOS

en estricta obediencia a los mandamientos de Dios, y no incurrimos en

 

 

¿CUANDO SERA QUITADO EL ÁRBOL DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL EN LOS OTROS MUNDOS?

1-LOS ÁNGELES FUERON ASEGURADOS EN LA MUERTE DE CRISTO (CITA NO LOCALIZADA)

2- LOS DEMÁS MUNDO AL PRINCIPIO DEL MILENIO

Los mil años

20 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

La desolada tierra iba a ser la habitación de Satanás y sus malignos ángeles durante mil años. Allí quedaría Satanás recluído, vagabundo y errante por toda la tierra para ver las consecuencias de su rebelión contra la ley de Dios. Durante mil años iba a poder gozar del fruto de la maldición que había causado. Recluído en la tierra, no tendrá ocasión de ir a otros planetas para tentar y molestar a quienes no han caído. Durante todo ese tiempo Satanás sufrirá muchísimo. Sus características malignas han estado en constante ejercicio desde su caída; pero se verá entonces privado de su poder y obligado a reflexionar con terror y temblor en lo que le reserva el porvenir cuando haya de penar por todo el mal que hizo y ser castigado por todos los pecados que hizo cometer. PE 289.3

Oí, de parte de los ángeles y de los santos redimidos, exclamaciones de triunfo que resonaban como diez mil instrumentos músicos, porque ya no se verían ellos molestados ni tentados por Satanás, y porque los habitantes de otros mundos quedaban libres de él y de sus tentaciones. PE 290.1

Dios no permitiría que Satanás siguiera a la santa pareja para tentarlos constantemente. Sólo podría tener acceso a ellos en el árbol del conocimiento del bien y del mal. HR 31.2

 

«El gobierno de Dios no sólo incluía a los habitantes del cielo sino también a los de todos los mundos creados. Satanás pensó que si él podía arrastrar a las inteligencias celestiales en su rebelión, también podía hacerlo con los seres de otros mundos.»—The Review and Herald, 9 de marzo de 1886. {La Verdad Acerca de los Ángeles 39.2}

  

¿PORQUE DIOS CREO AL MUNDO?

Dios creó al hombre para su propia gloria, para que después de la prueba la familia humana pudiera ser una con la familia celestialEra el propósito de Dios repoblar el cielo con la familia humana, si se mostraban obedientes a su Palabra.

Conflicto y Valor, p. 21.5 (Ellen Gould White)

LA TENTACION

La serpiente era en aquel entonces uno de los seres más inteligentes y bellos de la tierra. Tenía alas, y cuando volaba presentaba una apariencia deslumbradora, con el color y el brillo del oro bruñido. Posada en las cargadas ramas del árbol prohibido, mientras comía su delicioso fruto, cautivaba la atención y deleitaba la vista que la contemplaba. Así, en el huerto de paz, el destructor acechaba su presa. (Patriarcas y profetas, pág. 33 )

Los ángeles aconsejaron a Eva que no se separara de su esposo en el desempeño de sus tareas, porque podría llegar a encontrarse con el adversario caído. Si se separaban, estarían en mayor peligro que si estuvieran juntos. Los ángeles les encargaron que siguieran estrictamente las instrucciones que Dios les había dado en relación con el árbol del conocimiento, pues si obedecían perfectamente estarían a salvo, y el adversario caído no tendría poder para engañarlos. Dios no permitiría que Satanás siguiera a la santa pareja para tentarlos constantemente. Sólo podría tener acceso a ellos en el árbol del conocimiento del bien y del mal. HR 31.2

Adán y Eva aseguraron a los ángeles que nunca desobedecerían los expresos mandamientos de Dios, pues su mayor placer consistía en hacer su voluntad. Los ángeles se unieron a ellos en santos acordes de música armoniosa, y mientras sus himnos se elevaban a las alturas del bendito Edén, Satanás escuchaba la melodía de gozosa adoración al Padre y al Hijo. Y al escuchar aumentaba su envidia, su odio y su maldad. Comunicó entonces a sus seguidores su ardiente deseo de incitarlos (a Adán y Eva) a desobedecer, para que de esa manera acarrearan sobre sí la ira de Dios, y trocaran sus cantos de alabanza por el odio y por maldiciones a su Hacedor. HR 32.1

Eva, en un primer momento sin darse cuenta, se separó de su esposo absorbida por sus ocupaciones. Cuando se percató del hecho, tuvo la sensación de que estaba en peligro, pero nuevamente se sintió segura, aunque no estuviera cerca de su esposo. Creía tener sabiduría y fortaleza para reconocer el mal y enfrentarlo. Los ángeles le habían advertido que no lo hiciera. Eva se encontró contemplando el fruto del árbol prohibido con una mezcla de curiosidad y admiración. Vio que el árbol era agradable y razonaba consigo misma acerca de por qué Dios habría prohibido tan decididamente que comieran de su fruto o lo tocaran. Esa era la oportunidad de Satanás. Se dirigió a ella como si fuese capaz de adivinar sus pensamientos: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” Así, con palabras suaves y agradables, y con voz melodiosa, se dirigió a la maravillada Eva, que se sintió sorprendida al verificar que la serpiente hablaba. Esta alabó la belleza y el extraordinario encanto de Eva, lo que no le resultó desagradable. Pero estaba sorprendida, porque sabía que Dios no había conferido a la serpiente la facultad de hablar. HR 33.2

LOS ERRORES DE EVA EN LA CAIDA

“Cuando Adán y Eva fueron colocados en el hermoso jardín, Satanás tramó su destrucción…. Comenzó su obra con Eva para hacerla desobedecer. (1) El primer error de ella fue separarse de su esposo;  (2) el segundo, merodear alrededor del árbol prohibido; (3) luego, escuchar la voz del tentador y atreverse a dudar de lo que Dios había dicho…. Se aventuró a desobedecer; extendió su mano, tomó del fruto y comió…. Luego ofreció el fruto a su esposo tentándolo.”—Spiritual Gifts 1:18-21.

Eva creyó realmente las palabras de Satanás, pero esta creencia no la salvó de la pena del pecado. No creyó en las palabras de Dios, y esto la condujo a su caída. En el juicio final, los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad. (Patriarcas y profetas, pág. 35)

A Eva le pareció de poca importancia desobedecer a Dios al probar el fruto del árbol prohibido y al tentar a su esposo a que pecara también; pero su pecado inició la inundación del dolor sobre el mundo. ¿Quién puede saber, en el momento de la tentación, las terribles consecuencias de un solo mal paso? (Dios nos Cuida – 1 de Julio).

“Vi que el semblante de Adán se cubría de tristeza. Quedó espantado y atónito. Parecía que batallaban encontrados afectos en su ánimo…. No tenía más remedio que perder la compañera a quien tanto había amado…. En extremo desalentado, resolvió compartir su suerte…. Tomó el fruto y lo comió ávidamente…. Satanás se regocijó en su triunfo.”—Testimonios Selectos 2:34, 37.

 

 

LAS INTENCIONES DEL DIABLO EN SU INTENTO DE HACER CAER AL HOMBRE

Las verdaderas intenciones  o motivos de Satanás en hacer caer a los habitantes de la tierra fueron dos:

El primer motivo y prioridad número uno, interesantemente, fue buscar una segunda oportunidad para obtener la misericordia y el perdón de Dios. Satanás creía que si el hombre pecaba, la misericordia de Dios perdonaría al hombre y entre el hombre se los podría incluir a ellos.

«Los seguidores de Satanás salieron a su encuentro, y él se levantó, asumiendo un aire arrogante, y les informó acerca de sus planes para apartar de Dios al noble Adán y a su compañera Eva. Si de alguna manera podía inducirlos a desobedecer, Dios haría algo para perdonarlos; entonces él y todos los ángeles caídos dispondrían de una buena oportunidad para compartir con ellos la misericordia de Dios.” {HR 28.1 Historia de la Redención }

La segunda prioridad, por si la primera fallaba, era posesionarse del árbol de la vida; una vez logrado esto, ellos pensaban tener un territorio de acción; su oficina universal sería la tierra, y el árbol de la vida les garantizaría la vida eterna.

«Si eso fallaba, podrían unirse con Adán y Eva, pues una vez que hubieran transgredido la ley de Dios estarían sometidos a la ira divina lo mismo que ellos. Su transgresión también los pondría a ellos en estado de rebelión, y podrían unirse con Adán y Eva para tomar posesión del Edén y establecer allí su morada. Y si lograban tener acceso al árbol de la vida que estaba en medio del jardín, su fortaleza sería, según ellos, igual a la de los ángeles santos, y ni Dios mismo podría expulsarlos de allí.» {HR 28.1 Historia de la Redención }

Pero no contaba Satanás con la idea de que Dios tomaría posesión inmediatamente del árbol de la vida. No sólo tomó posesión del árbol de la vida solamente, sino de todo el complejo jardín del Edén.

De acuerdo con el Espíritu de Profecía, el jardín del Edén fue trasladado al cielo antes del diluvio, y Dios lo tiene guardado y remodelado para ser entregado de nuevo a su antiguos dueños -los seres humanos redimidos-, cuando la tierra sea renovada

«Santos ángeles fueron enviados a conducir a la pareja desobediente fuera del jardín, mientras otros ángeles guardaban el camino al árbol de la vida. Cada uno de estos poderosos ángeles tenía una espada resplandeciente en su mano derecha.»—Spiritual Gifts 3:45.  (Regalos Espirituales)

«Ángeles poderosos, con rayos de luz que parecían espadas encendidas que se movían en todas direcciones, fueron colocados como centinelas para evitar que Satanás o la pareja culpable tuvieran acceso al árbol de la vida.»—The Review and Herald, 24 de febrero de 1874.

«El huerto del Edén permaneció en la tierra mucho tiempo después que el hombre fuera expulsado de sus agradables senderos. Durante mucho tiempo después, se le permitió a la raza caída contemplar de lejos el hogar de la inocencia, cuya entrada estaba vedada por los vigilantes ángeles.»—Historia de los Patriarcas y Profetas,

NUETRAS ENFERMEDADES SON ENSAYOS DE COMO TENEMOS QUE ENFRENTAR LA MUERTE

“Todo el universo habrá sido testigo de la naturaleza y de los resultados del pecado. Y su destrucción completa que en un principio hubiese causado temor a los ángeles y deshonrado a Dios, demostrará entonces el amor de Dios y establecerá su gloria ante un universo de seres que se deleitarán haciendo su voluntad y en cuyos corazones se encontrará su ley. Nunca más se manifestará el mal…. La creación, después de haber pasado por tal prueba y experiencia, nunca más se apartará de la sumisión a Aquel que se ha dado a conocer en sus obras como Dios de amor insondable y sabiduría infinita.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 557, 558

“La rebelión de Satanás había de ser una lección para el universo a través de todos los siglos venideros, un testimonio perpetuo acerca de la naturaleza del pecado y sus terribles consecuencias….. De esta manera la historia de este terrible experimento de la rebelión iba a ser una perpetua salvaguardia para todos los seres santos, para evitar que sean engañados acerca de la naturaleza de la transgresión, para salvarlos de cometer pecado y sufrir sus consecuencias.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 18, 19, 23

Deben ejercer fe en Dios puesto que hará exactamente lo que ha prometido en su Palabra, y perdonará todas sus transgresiones. ¿Cómo podemos saber verdaderamente que el Señor es nuestro Redentor, que perdona nuestros pecados, y comprobar que dispone de santidad, gracia y amor en nuestro beneficio? ¡Oh, debemos creer sin reservas en su Palabra, con espíritu contrito y obediente! No hay necesidad de que andemos contristados y arrepintiéndonos siempre, como si anduviéramos bajo una nube de constante condenación. Crea en la Palabra de Dios, mire constantemente a Jesús, medite en sus virtudes y su misericordia, y surgirá en su corazón un odio incontenible hacia el mal. Se contará entre los que tienen hambre y sed de justicia.

Mientras más de cerca examinemos a Jesús, más claramente veremos nuestros propios defectos de carácter. Al ver nuestras faltas, confesémoslas a Jesús, y con el alma verdaderamente contrita cooperaremos con el poder divino del Espíritu Santo para vencer todo mal. Si confesamos nuestros pecados, debemos creer que son perdonados, porque la promesa es positiva.

—The Review and Herald, 21 de marzo de 1912. (Cada Día con Dios – 21 de Marzo).

“Cuando Dios creó a Eva, quiso que no fuera ni inferior ni superior al hombre,
sino que en todo fuese su igual. La santa pareja no debía tener intereses inde-
pendientes; sin embargo, cada uno poseía individualidad para pensar y obrar.
Pero, después del pecado de Eva, como ella fue la primera en desobedecer, el
Señor le dijo que Adán dominaría sobre ella. Debía estar sujeta a su esposo,
y esto era parte de la maldición. En muchos casos, esta maldición ha hecho
muy penosa la suerte de la mujer, y ha transformado su vida en una carga. Al
ejercer un poder arbitrario, el hombre ha abusado en muchos respectos de la
superioridad que Dios le dio. La Sabiduría infinita ideó el plan de la redención
que sometió a la especie humana a una segunda prueba, dándole una nueva
oportunidad” (TI 3:531).

La curiosidad de Eva se había despertado. En vez de huir de ese lugar, se quedó allí para escuchar hablar a la serpiente. No cruzó por su mente la posibilidad de que el enemigo caído utilizara a ésta como un médium. Era Satanás quien hablaba, no la serpiente. Eva estaba encantada, halagada, infatuada. Si se hubiera encontrado con un personaje imponente, que hubiera tenido la forma de los ángeles y se les pareciera, se habría puesto en guardia. Pero esa voz extraña debiera haberla conducido al lado de su esposo para preguntarle por qué otro ser podía dirigirse a ella tan libremente. En cambio, se puso a discutir con la serpiente. Le respondió: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis”. La serpiente contestó: “No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. HR 34.1

Eva se transforma en tentadora

Tomó entonces del fruto y comió, e imaginó que sentía el poder vivificante de una nueva y elevada existencia como resultado de la influencia estimulante del fruto prohibido. Se encontraba en un estado de excitación extraña y antinatural cuando buscó a su esposo con las manos llenas del fruto prohibido. Le habló acerca del sabio discurso de la serpiente y manifestó su deseo de llevarlo inmediatamente junto al árbol del conocimiento. Le dijo que había comido del fruto, y que en lugar de experimentar una sensación de muerte, sentía una influencia estimulante y placentera. Tan pronto como Eva desobedeció se transformó en un medio poderoso para ocasionar la caída de su esposo. HR 36.1

Vi que la tristeza se insinuaba en el rostro de Adán. Parecía temeroso y atónito. Al parecer, había una lucha en su mente. Le dijo a Eva que estaba casi seguro de que se trataba del enemigo contra el cual se los había advertido, y que de ser así, ella debía morir. La mujer le aseguró que no sentía efectos dañinos sino una influencia placentera, e insistió en que él comiera. HR 37.1

Adán comprendió perfectamente que su compañera había transgredido la única prohibición que se les había hecho como prueba de su fidelidad y su amor. Eva argumentó que la serpiente había dicho que no morirían, y sus palabras debían ser verdaderas, porque no sentía señales del desagrado de Dios, sino una influencia placentera, como la que experimentaban los ángeles, según ella lo imaginaba. HR 37.2

Adán lamentó que Eva se hubiera apartado de su lado, pero ya todo estaba hecho. Debía separarse de aquella cuya compañía tanto amaba. ¿Cómo podía permitirlo? Su amor por Eva era intenso. Y totalmente desanimado resolvió compartir su suerte. Razonaba que Eva era parte de sí mismo, y si ella debía morir, moriría con ella, porque no podía soportar el pensamiento de separarse de ella. Le faltaba fe en su misericordioso y benevolente Creador. No se le ocurrió que Dios, que lo había creado del polvo de la tierra para hacer de él un ser viviente y hermoso, y había creado a Eva para que fuera su compañera, la podía reemplazar. Después de todo, ¿no podrían acaso ser correctas las palabras de esa sabia serpiente? Allí estaba Eva ante él, tan encantadora y tan hermosa, y aparentemente tan inocente como antes de desobedecer. Manifestaba mayor amor por él que antes de su desobediencia, como consecuencia del fruto que había comido. No vio en ella señales de muerte. Eva le había hablado de la feliz influencia del fruto, de su ardiente amor por él, y decidió afrontar las consecuencias. Tomó el fruto y lo comió rápidamente, y al igual que Eva no sintió inmediatamente sus efectos perjudiciales. HR 37.3

La mujer creía que era capaz de discernir el bien y el mal. La lisonjera esperanza de alcanzar un nivel más elevado de conocimiento la había inducido a pensar que la serpiente era su amiga especial, que tenía gran interés en su bienestar. Si hubiera buscado a su esposo y ambos hubieran transmitido a su Hacedor las palabras de la serpiente, habrían sido librados al instante de esa artera tentación. El Señor no quería que averiguaran nada acerca del fruto del árbol del conocimiento, porque en ese caso se verían expuestos a la astucia de Satanás. Sabía que estarían perfectamente seguros si no tocaban ese fruto. HR 38.1

Algunos ángeles fueron encargados de custodiar inmediatamente el acceso al árbol de la vida. El plan bien trazado por Satanás consistía en que Adán y Eva desobedecieran a Dios, recibieran su desaprobación, y entonces participaran del árbol de la vida, para que pudieran perpetuar su vida pecaminosa. Pero se envió a los santos ángeles para cerrarles el paso al árbol de la vida. En torno de estos ángeles surgían rayos de luz por todas partes, que tenían el aspecto de espadas resplandecientes. HR 42.2

A Adán se le revelaron importantes acontecimientos del futuro, desde su expulsión del Edén hasta el diluvio y más allá, hasta la primera venida de Cristo a la tierra; su amor por Adán y su posteridad inducirían al Hijo de Dios a condescender al punto de tomar la naturaleza humana para elevar así, por medio de su propia humillación, a todos los que creyeran en él.

Muchos creen que la estadía de Adán y Eva en el huerto fue corta porque no tuvieron hijos, tal no es el caso.

El tomo 1 de Textos inéditos dice que ellos iban a tener hijos hasta después que pasaran la prueba del árbol de la ciencia, del bien y del mal. Hace un siglo Elena de White visitó unos planetas y se descubrió que aun ellos tenían el árbol de la prueba