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Lección 10 – UNA FORMA APASIONANTE DE PARTICIPAR – Para el 5 de septiembre de 2020

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Lección 10: Para el 5 de septiembre de 2020

UNA FORMA APASIONANTE DE PARTICIPAR

Sábado 29 de agosto_______________________________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 1:1, 2, 26; Éxodo 18:21–25; 1 Corintios 12:12–25; Hechos 16:11–15, 40; 4:31; 12:12.

PARA MEMORIZAR:

“Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mat. 9:37, 38).

Alguien ha dicho: “Hay fuerza en los números”. En cierto sentido, eso es cierto. ¿Alguna vez has notado que estás mucho más motivado para hacer ejercicio si lo haces con un grupo de personas que si tienes que hacer ejercicio solo cada día? Muchas personas se afilian a clubes de salud, gimnasios e instalaciones de ejercicio porque creen que harán más ejercicio y lo disfrutarán mejor si hacen ejercicio con otras personas. De manera similar, Dios nos ha creado para la comunión. Somos seres sociales, y como sucede con el ejercicio también sucede con muchas cosas en la vida: lo hacemos mejor si tenemos un sistema de apoyo social. Esto es especialmente cierto en asuntos espirituales.

En la Biblia, los grupos pequeños se destacan como uno de los métodos de Dios para fortalecer nuestra fe, aumentar nuestro conocimiento de su Palabra, profundizar nuestra vida de oración y capacitarnos para dar testimonio.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Hay una gran obra que hacer, y la viña del Señor necesita obreros. Deben entrar misioneros en los campos antes que estén obligados a cesar de trabajar. Hay ahora puertas abiertas por todos lados; los estudiantes no pueden aguardar hasta terminar largos años de preparación; porque los que nos restan no son muchos, y necesitamos trabajar mientras dura el día…

Entiéndase que con estas palabras no digo nada que signifique despreciar la educación, sino que hablo para amonestar a los que están en peligro de llevar a extremos ilícitos lo que es lícito, y de dar demasiada importancia a la educación humana. Insistid más bien en el desarrollo de una experiencia cristiana, porque sin esta la educación del estudiante no tendrá valor (Consejos para los maestros, p. 400).

Como pueblo no estamos suficientemente despiertos ante el corto tiempo en el cual nos toca trabajar, y no entendemos la magnitud de la obra para este tiempo. La noche pronto viene, en la cual nadie puede obrar. Dios llama a hombres y mujeres que tengan las cualidades necesarias -consagración a la voluntad divina y fervor en el estudio de las Escrituras-, para hacer su obra especial en estos últimos días. Él llama ahora a hombres que puedan trabajar. A medida que se empeñan en la tarea con sinceridad y humildad para hacer todo lo que puedan, obtendrán una experiencia más completa. Tendrán un conocimiento mejor de la verdad y de los métodos para alcanzar a las almas y ayudarlas, precisamente cuando necesitan ser ayudadas. Se necesitan obreros ahora, ahora mismo, para trabajar por Dios. Los campos ya están blancos para la siega, y sin embargo los obreros son pocos (Notas biográficas de Elena G. de White, p. 234).

Lejos y cerca, no solo entre los jóvenes sino entre los de cualquier edad, hay almas sumidas en la pobreza, la angustia y el pecado, abrumadas por un sentimiento de culpabilidad. Es obra de los siervos de Dios buscar estas almas, orar con ellas y por ellas, y conducirlas paso a paso al Salvador.

Pero los que no reconocen los requerimientos de Dios no son los únicos que viven angustiados y necesitados de ayuda. En el mundo actual, donde predominan el egoísmo, la codicia y la opresión; muchos de los verdaderos hijos de Dios sufren necesidades y aflicción. En lugares humildes y miserables rodeados de pobreza, enfermedad y culpabilidad, incontables son los que soportan pacientemente su carga de dolor y tratan de consolar a los desesperados y pecadores que los rodean. Muchos de ellos son casi desconocidos para las iglesias y los ministros; pero son luces del Señor que resplandecen en medio de las tinieblas. El Señor los cuida en forma especial e invita a su pueblo a ayudarlos a aliviar sus necesidades. Dondequiera que baya una iglesia, debe buscarse con atención especial esta clase de personas y atenderla (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 257).

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Domingo 30 de agosto | Lección 10_______________________________________

GRUPOS PEQUEÑOS: UNA IDEA DE DIOS

Lee Génesis 1:1, 2 y 26; Hebreos 1:1 y 2; y Efesios 3:8 y 9. ¿Cómo revelan estos versículos la unidad de la Deidad?

Génesis 1:1-2 y 26

1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Hebreos 1:1-2

1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

Efesios 3:8-9

A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas;

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo participaron juntos en la Creación. Cada uno tenía tareas diferentes, pero trabajaban juntos en una unión indivisible. El Padre fue el Diseñador maestro, el gran Arquitecto. Él llevó a cabo sus planes a través de Jesús, como el Agente activo en la Creación, al unísono con el poder del Espíritu Santo. Un acto sobrenatural tan poderoso está más allá de nuestra comprensión. Lo que podemos comprender es que Dios mismo ha creado todas las cosas (ver Rom. 1:18-20).

Los grupos pequeños fueron idea de Dios primero. Aunque hay que tener cuidado al usar analogías con respecto a muchos de los aspectos misteriosos de Dios, usemos uno libremente y digamos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo conformaron el primer “Grupo pequeño” en la historia de la salvación. Participaron juntos en la creación de la raza humana y luego en su redención después de la Caída.

Compara Juan 10:17 y 18 con Romanos 8:11 y 1 Corintios 15:15. ¿Cómo demuestra la resurrección de Cristo la unidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en el plan de salvación?

Juan 10:17-18

17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Romanos 8:11

11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

1 Corintios 15:15

15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están unidos en un “Grupo pequeño” con el propósito expreso de redimir a la raza humana. “El plan de salvación tuvo su lugar en los consejos asesores del Infinito desde toda la eternidad” (FEC 205). No hay nada más importante para Dios que salvar a tantas personas como sea posible (1 Tim. 2:4; 2 Ped. 3:9). Los Grupos pequeños pueden tener múltiples propósitos que estudiaremos en la lección de esta semana, pero su propósito primordial es enfocarse en ganar a las personas perdidas para Jesús; es decir, al trabajar en Grupos pequeños, podemos ayudarnos no solo a nosotros mismos sino también a los demás. Es decir, el objetivo final de nuestros Grupos pequeños debería ser ganar almas.

Reflexiona sobre el misterio de la unidad de nuestro Dios. Es difícil de entender, ¿no es así? Sin embargo, todavía podemos creer y confiar en lo que no entendemos completamente, ¿verdad? ¿Por qué es este un principio tan importante que los cristianos deben seguir cuando se trata de la fe?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El Hijo es toda plenitud de la Divinidad manifestada. La Palabra de Dios declara que él es «la imagen misma de su sustancia». Hebreos 1 :3. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». Juan 3:16. Aquí se muestra la personalidad del Padre.

El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo– son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo (El evangelismo, p. 446).

El Espíritu Santo era el más elevado de todos los dones que podía solicitar de su Padre para la exaltación de su pueblo. El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había estado fortaleciendo durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo. Por el Espíritu es purificado el corazón. Por el Espíritu llega a ser el creyente partícipe de la naturaleza divina. Cristo ha dado su Espíritu como poder divino para vencer todas las tendencias bacía el mal, hereditarias y cultivadas, y para grabar su propio carácter en su iglesia (El Deseado de todas las gentes, p. 625).

Los que son bautizados en el triple nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en el mismo portal de su vida cristiana, declaran públicamente que han aceptado la invitación: «Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e bijas, dice el Señor Todopoderoso». «Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios». 2 Corintios 6: 17, 18; 7: 1…

Los que reciben la impronta de Dios por el bautismo presten atención a estas palabras, recordando que Dios ha puesto su firma sobre ellos declarando que son sus hijos y sus hijas. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, poderes infinitos y omnisapientes, reciben a los que entran verdaderamente en una relación de pacto con Dios. Están presentes en cada bautismo para recibir a los candidatos que han renunciado al mundo y han recibido a Cristo en el templo del alma. Esos candidatos han entrado en la familia de Dios y sus nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero (God’s Amazing Grace, p. 143; parcialmente en La maravillosa gracia de Dios, p. 143).

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Lección 10 | Lunes 31 de agosto___________________________________________

LOS GRUPOS PEQUEÑOS EN LAS ESCRITURAS

La Biblia brinda numerosos ejemplos de pequeños grupos que oran, tienen comunión, se animan unos a otros y trabajan para Cristo. Estos brindaron al pueblo de Dios la oportunidad de compartir responsabilidades y utilizar sus variados dones. Es decir, los grupos pequeños pueden proveer la oportunidad para que el Señor nos use a cada uno más plenamente.

Lee Éxodo 18:21 al 25. ¿Qué consejo providencial le dio el suegro de Moisés, Jetro, que fue significativamente decisivo para Moisés? ¿Por qué era este plan tan vitalmente importante?

Éxodo 18:21-25

21 Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. 22 Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. 23 Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar. 24 Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. 25 Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.

Cada individuo en el campamento de Israel se convirtió en parte de un grupo de diez, dirigido por un líder piadoso. Estos grupos pequeños eran un lugar para resolver problemas, pero también eran mucho más: eran lugares de comunión donde se podían prevenir problemas y cultivar la vida espiritual. En grupos como estos, las personas podían formar relaciones estrechas y afectuosas que podrían ayudar a todos los involucrados a resolver los problemas que enfrentaban. Sin dudas, en aquel entonces, al igual que ahora, las personas luchaban con problemas con los que otros podían ayudar. Los grupos pequeños brindan oportunidades para el compañerismo cálido y afectuoso, el crecimiento espiritual y la resolución de problemas.

Es fascinante que los especialistas en grupos pequeños nos digan que el tamaño ideal para la interacción grupal es entre seis y doce personas. Este es el tamaño exacto que Moisés y Jesús emplearon para formar sus grupos.

Lee Lucas 6:12 y 13; Mateo 10:1; y Marcos 3:13 al 15. ¿Cuál fue el doble propósito de Jesús al llamar a los discípulos y seleccionarlos para formar parte de su grupo pequeño?

Lucas 6:12-13

12 En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. 13 Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles:

Mateo 10:1

1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Marcos 3:13-15

13 Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. 14 Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, 15 y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:

El propósito de Jesús al llamar a los discípulos era prepararlos tanto espiritualmente como en forma práctica para su misión en el mundo. En comunión con él, crecerían en gracia. En el contexto de sus reuniones de grupo pequeño, aprenderían a ministrar de manera más efectiva. Día a día, mientras observaban a Jesús atender las necesidades de las personas a su alrededor, aprenderían observando cómo usar sus dones. El propósito del grupo pequeño de Jesús era tanto la educación espiritual como la misión.

Piensa en un momento en que estuviste involucrado con un Grupo pequeño de personas, independientemente de las circunstancias, que se preocuparon por los demás y que trabajaban por un objetivo común. ¿Qué aprendiste que podría ayudarte a comprender el valor de los Grupos pequeños en el contexto de nuestra fe?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Dios dio a Moisés instrucciones especiales para el manejo de su obra. Le ordenó que se relacionara con hombres para que fueran sus consejeros, para que sus responsabilidades pudieran ser aliviadas. Por medio de Jetro recibió el siguiente mensaje: «Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además, escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo…

Este consejo es para nosotros. Debe ser escuchado (Testimonios para los ministros, pp. 340, 341).

El orden mantenido en la primitiva iglesia cristiana, la habilitó para seguir firmemente adelante como disciplinado ejército revestido de la armadura de Dios. Aunque las compañías o grupos de fieles estaban esparcidos en un dilatado territorio, eran todos miembros de un solo cuerpo y actuaban de concierto y en mutua armonía. Cuando se suscitaban disensiones en alguna iglesia local, como ocurrió después en Antioquía y otras partes, y los fieles no lograban avenirse, no se consentía en que la cuestión dividiese a la iglesia, sino que se la sometía a un concilio general de todos los fieles, constituido por delegados de las diversas iglesias locales con los apóstoles y ancianos en funciones de gran responsabilidad. Así por la concertada acción de todos se desbarataban los esfuerzos que Satanás hacía para atacar a las iglesias aisladas, y quedaban deshechos los planes de quebranto y destrucción que forjaba el enemigo (Los hechos de los apóstoles, p. 78).

El Señor desea que su pueblo despierte y haga la labor que se le ha asignado. La responsabilidad de amonestar al mundo reposa no solo sobre los ministros. Los miembros laicos de la iglesia deben compartir la obra de salvar almas…

Que se organicen grupos para buscar las almas. Que los miembros de la iglesia visiten a sus vecinos y abran ante ellos las Escrituras. Algunos pueden ser colocados a trabajar en los vallados; de esta forma, con una sabia planificación, se puede predicar la verdad en todos los distritos.

Con perseverancia en esta labor, aumentará la aptitud para ella, y muchos verán el fruto de sus trabajos en la salvación de las almas. Estos convertidos a su vez, enseñarán a otros. Así la semilla se sembrará en muchos lugares y la verdad se proclamará a todos (El ministerio médico, pp. 415,416).

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Martes 1º de septiembre | Lección 10_____________________________________

ORGANIZADOS PARA SERVIR

Lee 1 Corintios 12:12 al 25. ¿Cómo proporciona el cuerpo humano una excelente ilustración sobre trabajar juntos armoniosamente en grupos pequeños?

1 Corintios 12:12-25

12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. 14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.

Pablo no solo revela la importancia de los dones espirituales en la vida de la iglesia, sino también sugiere un modelo de cómo se pueden organizar. Él aborda los dones espirituales en el contexto del cuerpo de Cristo y cómo puede funcionar.

Un estudio de anatomía y fisiología revela que los órganos del cuerpo están organizados en diferentes sistemas interrelacionados. Por ejemplo, los sistemas digestivo, cardiovascular, respiratorio y óseo son solo algunos de los complejos sistemas de órganos del cuerpo. Los dones espirituales son como las diferentes partes del cuerpo. Funcionan mejor cuando se organizan en sistemas o grupos; de hecho, en la mayoría de los casos no pueden funcionar solos. Nuestros cuerpos no son solo una masa de órganos separados que se desplazan libremente en cualquier cosa que hagan. Cada función corporal está organizada en un sistema muy unido que trabaja en conjunto hacia un objetivo común.

Todo esto nos dice algo sobre el entorno en el que podemos usar mejor nuestros dones espirituales. Es muy fácil desanimarse cuando trabajamos solos, pero cuando formamos parte de un grupo pequeño con personas de intereses y objetivos similares, descubrimos que nuestros esfuerzos pueden enfocarse mucho mejor y magnificarse mucho.

Los Grupos pequeños brindan el mejor ambiente para ejercer nuestros dones espirituales y pueden convertirse en el corazón del ministerio misionero de una congregación local.

Elena de White subraya el valor de los grupos pequeños en estas palabras: “La formación de pequeños grupos como base del esfuerzo cristiano me ha sido presentada por Uno que no puede errar. Si hay muchos miembros en la iglesia, organícense en pequeños grupos para trabajar no solo por los miembros de la iglesia, sino en favor de los incrédulos. Si en algún lugar hay solamente dos o tres que conocen la verdad, organícense en un grupo de obreros. Mantengan íntegro su vínculo de unión, cerrando sus filas por el amor y la unidad, estimulándose unos a otros para progresar y adquiriendo cada uno valor, fortaleza y ayuda de los demás” (TI 7:24).

El ministerio de Grupos pequeños es ordenado por Dios para permitir que cada miembro de la iglesia crezca espiritualmente, experimente un compañerismo cálido y utilice los dones que Dios le dio en el servicio.

Reflexiona sobre la declaración anterior de Elena de White. Analízala frase por frase. ¿Cómo se puede implementar este consejo divino en tu iglesia?

ESPÍRITU DE PROFECÍA

En toda ciudad grande debiera haber cuerpos de obreros organizados y bien disciplinados; no meramente uno o dos, sino veintenas, dispuestos a trabajar…

Se me ha mostrado que en nuestro esfuerzo por instruir a las gentes de las ciudades grandes, la obra no ha sido tan bien organizada ni los métodos de trabajo tan eficientes como los de otras iglesias que no tienen la gran luz que nosotros consideramos tan esencial. ¿Por qué es esto?…

Debe darse más importancia a la educación y preparación de misioneros con énfasis especial en la obra en las ciudades. Cada grupo de obreros necesita estar bajo la dirección de un líder competente, y siempre hay que mantener delante de ellos el deber de ser misioneros en el más alto sentido del término. Tal labor sistemática, conducida en forma adecuada, producirá resultados benditos (El ministerio médico, pp. 399, 400).

Que se organicen ahora en forma rápida grupos que salgan de dos en dos y trabajen con el Espíritu de Cristo, siguiendo sus planes. Aunque algunos Judas puedan introducirse en las filas de los obreros, el Señor cuidará de la obra. Sus ángeles irán por delante y prepararán el camino. Antes de este tiempo, toda ciudad grande debió haber escuchado el mensaje probatorio y miles debieron haber sido confrontados con el conocimiento de la verdad. Despertad a las iglesias, sacad la luz de debajo del almud (El ministerio médico, p. 402).

Se debe realizar un trabajo especial en las ciudades por donde la gente pasa constantemente. Cristo dedicó mucho tiempo a trabajar en Capernaum porque era una ciudad frecuentada constantemente por viajeros que muchas veces permanecían en ella durante varios días.

Cristo buscaba a la gente dondequiera que se hallaban y presentaba delante de ellos las grandes verdades relativas a su reino. Mientras iba de un lugar a otro, bendecía y consolaba a los sufrientes y sanaba a los enfermos. Esta es nuestra obra. Grupos pequeños deben salir a realizar el trabajo que Cristo les encomendó a sus discípulos. Mientras trabajan como evangelistas pueden visitar a los enfermos, orar por ellos y, si la ocasión se presenta, darles tratamientos, no con medicinas, sino con los remedios que la naturaleza provee (Consejos sobre la salud, p. 501 ).

A los que aceptan la teoría de la verdad debe instárseles a ver la necesidad de la religión experimental. Los ministros deben mantener su propia alma en el amor de Dios, y luego, inculcar a la gente la necesidad de una consagración individual, una conversión personal. Todos deben obtener una experiencia viva para sí mismos; deben tener a Cristo entronizado en el corazón, su Espíritu debe controlar los afectos, o la profesión de fe no tendrá valor y la condición de las personas será aún peor que si nunca hubiesen oído la verdad.

Deben hacerse para los pequeños grupos que aceptan la verdad arreglos tales que aseguren la prosperidad de la iglesia. Puede designarse a un hombre para que dirija durante una semana o un mes, luego a otro dirigente durante algunas semanas; y así diferentes personas serán alistadas en la obra (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 582, 583).

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Lección 10 | Miércoles 2 de septiembre___________________________________

GRUPOS PEQUEÑOS DEL NUEVO TESTAMENTO

La iglesia del Nuevo Testamento explotó en crecimiento. En unos pocos años, pasó de ser un pequeño grupo de creyentes a decenas de miles de fieles. Hubo muchos factores que contribuyeron a esta afluencia de creyentes y a este fenómeno de rápido crecimiento. El ministerio de Jesús sembró la semilla del evangelio y preparó a las multitudes para aceptar la predicación de los discípulos. Después de la ascensión de Cristo, el Espíritu Santo descendió poderosamente el día de Pentecostés sobre los discípulos unidos en oración ferviente. Uno de los factores contribuyentes para el rápido crecimiento de la iglesia del Nuevo Testamento fue su estructura organizativa de grupos pequeños. Los grupos pequeños fueron determinantes.

Lee Hechos 18:1 al 5 y 20:1 al 4. ¿Por qué crees que Lucas enumeró algunos de los nombres de aquellos con quienes Pablo trabajó estrechamente?

Hechos 18:1-5

1 Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo.

Hechos 20:1-4

1 Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndolos exhortado y abrazado, se despidió y salió para ir a Macedonia. Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia. Después de haber estado allí tres meses, y siéndole puestas asechanzas por los judíos para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver por Macedonia. Y le acompañaron hasta Asia, Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de Tesalónica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo.

Es fascinante notar que Lucas menciona algunos de los nombres de aquellos con quienes trabajó Pablo. Para él, cada uno era importante. Los conocía por nombre. Se apoyaron mutuamente en su ministerio misionero. Aunque el número de nombres que mencionó fue pequeño, eso ayuda a demostrar el punto sobre la importancia de trabajar estrechamente unos con otros, incluso en pequeños números.

Cada una de estas personas seguramente tenía dones que eran diferentes de los que otros poseían. Provenían de diferentes orígenes y culturas. Sus formas de ver las cosas no siempre eran las mismas, pero cada una tenía una valiosa contribución que hacer a la causa de Cristo. Sus diversidades de dones, antecedentes y experiencias contribuyeron al crecimiento de la iglesia. Cada uno contribuyó a la misión de Cristo desde la riqueza de sus propios antecedentes y experiencia personal con Jesús.

Compara Hechos 16:11 al 15 y 40; y 12:11 y 12. ¿Qué invitación le extendió Lidia a Pablo inmediatamente después de su conversión? ¿A dónde fueron Pablo y Pedro después de ser liberados de la prisión?

Hechos 16:11-15 y 40

11 Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis; 12 y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. 13 Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. 14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.

40 Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.

Hechos 12:11-12

11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. 12 Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.

¿Has pensado en comenzar un Grupo pequeño en tu hogar o unirte a un amigo para comenzar un Grupo pequeño en el hogar de esa persona? Si ya formas parte de un Grupo pequeño, piensa en lo que puedes compartir con tu clase de la Escuela Sabática esta semana sobre sus beneficios.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Poco después de llegar a Corinto, Pablo encontró «a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, que hacía poco que había venido de Italia, y a Priscila su mujer». Estos eran «de su oficio». Desterrados por el decreto de Claudio, que ordenaba a todos los judíos que abandonaran Roma, Aquila y Priscila habían ido a Corinto, donde establecieron un negocio como fabricantes de tiendas. Pablo averiguó en cuanto a ellos, y al descubrir que temían a Dios y trataban de evitar las contaminadoras influencias que los rodeaban, «posó con ellos, y trabajaba … Y disputaba en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y a griegos». Hechos 18:2-4 (Los hechos de los apóstoles, pp. 281,282).

Salgan juntos dos o más para hacer obra de evangelización. Visiten a la gente, orando, cantando, enseñando, explicando las Escrituras y atendiendo a los enfermos. Algunos pueden sostenerse a sí mismos como colportores, otros, imitando al apóstol [Pablo], pueden dedicarse a un oficio manual o de otra índole. Al llevar adelante su obra, reconociendo su incapacidad, pero dependiendo humildemente de Dios, obtienen una experiencia bendecida. El Señor Jesús va delante de ellos, de modo que tanto entre los ricos como entre los pobres encuentran buena voluntad y ayuda…

Por todo el mundo se necesitan mensajeros de la gracia. Conviene que familias cristianas vayan a vivir en poblaciones sumidas en las tinieblas y el error, que entren en campos extranjeros, conozcan las necesidades de sus semejantes y trabajen por la causa del Maestro. Si se estableciesen familias tales en puntos tenebrosos de la tierra, donde la gente está rodeada de tinieblas espirituales, para dejar que por su medio brillase la luz de la vida de Cristo, ¡cuán noble obra se realizaría! (El ministerio de curación, pp. 112, 113).

Después de muchas demoras inevitables, Pablo llegó por fin a Corinto, escenario de tan ansiosas labores pasadas, y por un tiempo el objeto de su profunda solicitud. Encontró que muchos de los primeros creyentes todavía le consideraban con afecto como el que les había llevado primero la luz del evangelio. Cuando saludó a estos discípulos y vio las evidencias de su fidelidad y celo, se regocijó porque su trabajo en Corinto no había sido estéril.

Los creyentes corintios, una vez tan propensos a perder de vista su alta vocación en Cristo, habían desarrollado fuerza de carácter cristiano. Sus palabras y hechos revelaban el poder transformador de la gracia de Dios, y eran ahora una poderosa fuerza para el bien en ese centro de paganismo y superstición. En la asociación de sus amados compañeros y estos fieles conversos, el cansado y turbado espíritu del apóstol halló reposo (Los hechos de los apóstoles, p. 299).

«Y un día de sábado –continúa Lucas- salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían juntado. Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor». Lidia recibió alegremente la verdad. Ella y su familia se convirtieron y bautizaron, y rogó a los apóstoles que se hospedaran en su casa (Los hechos de los apóstoles, p. 172).

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Jueves 3 de septiembre | Lección 10______________________________________

DINÁMICAS DE LOS GRUPOS PEQUEÑOS

Los Grupos pequeños son un vehículo que Dios usa para hacer crecer a su iglesia. Son “refugios seguros” para que las personas expresen sus problemas y discutan preocupaciones mutuas. Brindan oportunidades para el crecimiento espiritual en el contexto de las relaciones afectuosas. Inicialmente, muchos no cristianos se sentirán más cómodos participando en una reunión de Grupo pequeño en un hogar que asistiendo a un servicio tradicional de la iglesia por primera vez.

Lee Hechos 4:31; 12:12; 20:17 al 19 y 27 al 32. Enumera los diferentes elementos en estos grupos del Nuevo Testamento. ¿En qué actividades participaron estos grupos?

Hechos 4:31

31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Hechos 12:12

12 Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.

Hechos 20:17-19 y 27-32

17 Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. 18 Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, 19 sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos;

27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. 28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. 30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. 32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.

Los primeros cristianos se reunían para interceder por los demás, orar por preocupaciones mutuas, compartir una cálida comunión, estudiar la Palabra de Dios, capacitarse para el servicio, ayudar a protegerse mutuamente contra los falsos maestros y participar juntos en actividades misioneras.

Los grupos pequeños marcan la diferencia. Las personas que unen sus dones en el servicio, las personas que se centran en el poder del Espíritu Santo para la misión, son un arma poderosa en las manos del Señor.

Lee Mateo 9:37 y 38. ¿Qué dice Jesús acerca de la cosecha, y cuál es su solución al problema?

Mateo 9:37-38

37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Los discípulos solo vieron débiles posibilidades para el progreso del evangelio, pero Jesús vio grandes oportunidades. Compartió la buena noticia con ellos de que “la cosecha es abundante”, y luego señaló el problema: “Son pocos los obreros” (Mat. 9:37, NVI). La solución de Cristo fue orar “al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo” (9:38, NVI). Los Grupos pequeños son una respuesta a la oración de Cristo y aumentan exponencialmente el número de trabajadores para la cosecha de Cristo.

El interés principal de todos los Grupos pequeños efectivos es el testimonio y el servicio. El ministerio en Grupos pequeños pronto se extinguirá si su enfoque es interno y no externo. Si el Grupo pequeño se vuelve egoísta y poco más que un grupo de conversación, fracasará en su propósito y perderá la razón vital de su existencia. Los Grupos pequeños existen para guiar a las personas a Jesús, nutrir su fe en él y capacitarlas para dar testimonio de Jesús.

¿Es posible que Dios te esté llamando a comenzar un Grupo pequeño en tu hogar? ¿Por qué no comenzar a orar por lo que Dios puede estar impresionándote? Puedes estar al borde del momento más gratificante de tu vida espiritual.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Llamando a los doce en derredor de sí, Jesús les ordenó que fueran de dos en dos por los pueblos y aldeas. Ninguno fue enviado solo, sino que el hermano iba asociado con el hermano, el amigo con el amigo. Así podían ayudarse y animarse mutuamente, consultando y orando juntos, supliendo cada uno la debilidad del otro. De la misma manera, envió más tarde a los setenta. Era el propósito del Salvador que los mensajeros del evangelio se asociaran de esta manera. En nuestro propio tiempo la obra de evangelización tendría mucho más éxito si se siguiera fielmente este ejemplo (El ministerio de la bondad, p. 65).

Nuestras iglesias deben colaborar en la obra de cultivar la vida espiritual, con la esperanza de obtener cosechas repetidas… El suelo es duro, pero el terreno inculto debe ararse. Hay que sembrar los secretos de la rectitud moral. Maestros amados por Dios, no dejéis de trabajar, como si temierais al mal tiempo, porque el trabajo que realizáis crecerá constantemente. No os detengáis ni os desaniméis. El que siembra con lágrimas cosechará con regocijo. «Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios». 1 Corintios 3:9. Recordad que no debéis confiar en vosotros mismos.

Como nunca antes, debemos orar no solo que sean enviados obreros al gran campo de la mies, sino pedir un claro concepto de la verdad, a fin de que cuando lleguen los mensajeros de la verdad podamos aceptar el mensaje y respetar al mensajero (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 419).

Debemos celebrar reuniones con el fin de orar, para pedir al Señor que abra el camino para que la verdad penetre en las fortalezas donde Satanás ha puesto su trono; y que disperse la sombra que él ha interpesto en el sendero de los que procura engañar y destruir. Tenemos la seguridad: «La oración eficaz del justo puede mucho». Santiago 5: 16.

Pedid que se ore por la gente a favor de las cuales trabajáis; presentadlos delante de la iglesia como objetos de sus súplicas. Será justamente lo que los miembros de la iglesia necesitan para tener sus mentes alejadas de sus dificultades insignificantes; para sentir una gran preocupación, un interés personal, por un alma que está a punto de perecer. Seleccionad otra alma, y otra más, buscando diariamente la dirección de Dios, colocando todo delante de él en fervorosa oración, y trabajando con la sabiduría divina. Al hacer esto, Dios otorgará su Espíritu Santo para convencer de pecado y convertir el alma (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 87).

Organícense en pequeños grupos para trabajar no solo por los miembros de la iglesia, sino en favor de los incrédulos. Si en algún lugar hay solamente dos o tres que conocen la verdad, organícense en un grupo de obreros. Mantengan íntegro su vínculo de unión, cerrando sus filas por el amor y la unidad, estimulándose unos a otros para progresar y adquiriendo cada uno valor, fortaleza y ayuda de los demás. Revelen la tolerancia y la paciencia que manifestó Cristo y, evitando las palabras apresuradas, usen el talento del habla para edificarse unos a otros en la santísima fe. Trabajen con el mismo amor que Cristo en favor de los que no están en el redil, olvidándose del yo en su esfuerzo por ayudar a otros. Mientras trabajen y oren en el nombre de Cristo, aumentará su número (Maranatha: El Señor viene, pp. 38, 39).

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Lección 10 | Viernes 4 de septiembre_____________________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Hace algunos años, una pequeña iglesia europea, en las afueras de una de las principales ciudades del continente, decidió que tenía que hacer algo importante para el Señor. La iglesia estaba estancada. Nadie había sido bautizado por años. Si la tendencia actual continuaba, la iglesia tenía poco futuro. El pastor y la junta de iglesia oraron fervientemente y consideraron cuidadosamente lo que podrían hacer.

Mientras estudiaban el Nuevo Testamento, decidieron establecer un ministerio de Grupos pequeños. Nueve laicos en la congregación captaron la visión. Se comprometieron a orar juntos y estudiar cómo establecer su ministerio de Grupos pequeños de manera efectiva. Pronto decidieron hacer de cada uno de sus hogares un centro evangelizador. Los Grupos aprendieron a ejercer sus dones de varias maneras. Lanzaron ministerios de oración y hospitalidad. Desarrollaron amistades en la comunidad. Se acercaron en actos de bondad a su familia, amigos y exadventistas. Los líderes de Grupos pequeños comenzaron estudios bíblicos en 9 hogares, con 40 invitados. Estaban asombrados de lo que estaba haciendo el Espíritu Santo. Finalmente, 17 de los 40 fueron bautizados.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. En clase, discute más a fondo los elementos esenciales en cada Grupo pequeño como se describe en la lección del jueves. ¿En qué otro tipo de actividades podría participar un Grupo pequeño? ¿Cuáles son las formas en que un Grupo pequeño podría ayudar a quienes tienen dones especiales a poder usar esos dones como nunca antes?
  2. ¿Por qué es tan importante que los Grupos pequeños mantengan un enfoque externo de misión? Es decir, por mucho que un Grupo pueda ayudar a nutrir y apoyar a sus miembros, ¿por qué debe mantenerse siempre centrado en su propósito de difundir el evangelio? ¿Por qué, también, un Grupo pequeño siempre debe mantenerse conectado con el cuerpo de la iglesia local? ¿Por qué es eso tan importante?
  3. ¿Alguna vez has sido parte o has oído hablar de Grupos pequeños que no funcionaron de manera efectiva y finalmente se extinguieron? Comenta las razones por las cuales crees que esto podría suceder.
  4. Piensa en la historia anterior, sobre lo que sucedió en Europa con el ministerio en Grupos pequeños. ¿Por qué crees que funcionó tan bien? ¿Qué hicieron que fue, en muchos sentidos, tan simple y tan efectivo? ¿Por qué, también, trabajar desde el entorno “más seguro” de los hogares, en lugar de un edificio de iglesia, podría ser una forma efectiva de iniciar una evangelización al vecindario o comunidad?

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Comentario del video

La formación de pequeños grupos como base del esfuerzo cristiano me ha sido presentada por Uno que no puede errar. Si hay muchos miembros en la iglesia, organícense en pequeños grupos para trabajar no sólo por los miembros de la iglesia, sino en favor de los incrédulos. Si en algún lugar hay solamente dos o tres que conocen la verdad, organícense en un grupo de obreros. Mantengan íntegro su vínculo de unión, cerrando sus filas por el amor y la unidad, estimulándose unos a otros para progresar y adquiriendo cada uno valor, fortaleza y ayuda de los demás. Revelen la tolerancia y paciencia que manifestó Cristo y evitando las palabras apresuradas, usen el talento del habla para edificarse unos a otros en la santísima fe. Trabajen con el mismo amor que Cristo en favor de los que no están en el redil, olvidándose del yo en su esfuerzo por ayudar a otros. Mientras trabajen y oren en el nombre de Cristo, aumentará su número; porque el Salvador dice: “Si dos de vosotros se convinieren en la tierra, de toda cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. Mateo 18:19.  (TI 7:24).

Grupos pequeños:

 

-Noe   (8)                                                       Simeón y Levi- (2)  en contra de los levitas en la deshonra de Dina

 

-Lot (4) Liberados de Sodoma                   11 hermanos venden a José

 

-Josué y Caleb                                             Nadab y Abiu     ofrecieron fuego extraño por ebriedad

 

-Los tres jóvenes hebreos                          Aarón y María murmuran contra Moisés.

 

Los doce apostoles                                     12 espías si fe

 

Coré Datán y Abiram se revelan contra Moisés y Aaron

 

Balaam y Balaac

 

 

Nacimiento de la Iglesia Adventista

Guillermo Miller y su predicación del advenimiento

Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.

Expulsión de la familia Harmon

Expulsión de muchos miembros de Iglesia

“Mis amigos los adventistas”.  “Los que creen en el advenimiento”

Grupos pequeños – visitas de los White a todas estas familias

Unidos por la publicación del periódico de La Verdad Presente  mas tarde Advent  Review  que mas tarde se llamo la  review and Herald de Battle Creek

y mas tarde de Signs of the time de la Pacific Press de California y estas dos fundadas por Elena de White

Adventistas del séptimo día

                         Primer día

                         Ningún día

El descubrimiento del sábado por Joseph Bates

-Mas tarde confirmado por la visión de Elena de White

De las seis de la tarde a la puesta del sol

John Nevin Andrews descubre la puesta del sol por pedido de Jaime White

Congreso donde se estudia este cambio

Dos opositores Joseph Bates y Elena de White

La visión del ángel

Página 112, “La hora de comenzar el sábado”: Durante un período de unos diez años, los adventistas guardadores del sábado observaron el reposo desde las 6 p.m. del viernes hasta las 6 p.m. del sábado. En su primer tratado sobre la perpetuidad del sábado del cuarto mandamiento, publicado en 1846, el pastor José Bates había propuesto razones supuestamente bíblicas para observar el sábado de esta manera. Citó la parábola de los obreros de la viña, el último grupo de los cuales había sido llamado “a la hora undécima” del día, y habían trabajado sólo una hora. El patrón los llamó a cuentas “al atardecer”. Mateo 20:6, 8, 12. Comparando este pasaje con la pregunta que hizo Cristo: “¿No tiene el día doce horas?”, el pastor Bates razonó que el “atardecer” comenzaba con la hora n.º 12, es decir, las 6 de la tarde, medida con respecto al tiempo ecuatorial o al comienzo del año sagrado. La razón principal de que se hayan aceptado sus conclusiones sin mayor investigación puede haber sido el respeto por sus años y experiencia, así como por su vida consagrada. {1TI 616.2}

A medida que pasaba el tiempo y se esparcía el mensaje, una cantidad cada vez mayor de guardadores del sábado cuestionaban esta práctica y proponían que se usara la puesta del sol como guía para calcular el comienzo del sábado. El pastor J. N. Andrews realizó una concienzuda investigación del tema, y escribió un folleto que explicaba las razones bíblicas que favorecían la puesta del sol. Este trabajo fue presentado y analizado el sábado 17 de noviembre de 1855 en las conferencias de Battle Creek, Míchigan, con el resultado de que casi todos los asistentes se convencieron de que la conclusión a que había llegado el pastor Andrews era la correcta.  {1TI 616.3}

Libro: Elena de White: Mujer de Vision

ORIENTACIÓN EN FAVOR DE LA ORGANIZACIÓN NECESIDAD VITAL DE LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA

A medida que aumentaba el número de creyentes, llegó a ser claro que había una necesidad apremiante de cierta orientación y control. Excepto por los mensajes que venían de Dios a través de las visiones dadas a Elena de White, no había una voz autorizada, ninguna voz [oficial] de una organización, para apoyar las creencias doctrinales o para certificar la integridad y las cualidades de aquellos que decidiesen presentarse como ministros ante el remanente observador del sábado. Algunos que se sentían llamados no daban evidencia de tal llamado. Se necesitaba alguna organización.

Un asunto que requería acuerdo era la hora para empezar el sábado. Se consideraba a José Bates el padre de la verdad del sábado. Como capitán de sus propios barcos, él había navegado por todas partes y conocía acerca de cómo se marca o indica el transcurso del tiempo en diversas partes del mundo. Él llegó a la conclusión de que el tiempo según se observa en el ecuador, con la puesta del sol uniformemente a las 6:00 p.m., era la guía apropiada para la observancia del sábado, independientemente de la estación del año o del lugar. Las Escrituras requerían que la tarde o atardecer marcase el comienzo de un nuevo día, y las palabras “de tarde a tarde guardaréis vuestro sábado” (Lev. 23:32) se citaban en apoyo de este punto de vista. El número de la Review del 21 de abril de 1851 llevaba un artículo de José Bates de tres columnas en apoyo de las 6:00 de la tarde como la hora de iniciación del sábado.

En el Estado de Maine, en 1847-1848, algunos adoptaron la posición de que el sábado comenzaba a la salida del sol, y como respaldo citaban Mateo 28:1: “Pasado el sábado, cuando amanecía el primer día de la semana” (ver RH, 25 de febrero, 1868). Una visión de Elena de White detuvo en principio este error, porque el ángel repitió las palabras de la Escritura: “De tarde a tarde guardaréis vuestro sábado”.

Había unos pocos que observaban el sábado de puesta de sol a puesta de sol (JW a “Mi Querido Hermano”, 2 de julio, 1848; ver también RH, 25 de febrero, 1868), pero la mayoría estaba de parte de Bates, como lo hacían Jaime y Elena White. En junio de 1854 Jaime White le pidió a D. P. Hall en Wisconsin que estudiase el asunto y encontrase una respuesta (RH, 4 de diciembre, 1855).

Cuando este pedido no tuvo fruto, Jaime le pidió a John Andrews que tomase su Biblia y extrajese las evidencias para definir la cuestión. Andrews preparó un escrito sobre el asunto. Al pasar por Battle Creek con sus padres, en noviembre, en su camino a Iowa, dejó esto en manos de Jaime White. La lectura de este ensayo se convirtió en el estudio bíblico del sábado de mañana en el congreso en Battle Creek. En base a nueve textos del Antiguo Testamento y dos del Nuevo, Andrews demostró que la “tarde” y el “atardecer” del sábado eran idénticos a la puesta del sol (Ibíd.).

Cuando el ensayo se leyó ese sábado de mañana, pudo verse que si bien la hora de las 6:00 de la tarde defendida por Bates en principio no era incorrecta —porque requería que el sábado empezase al atardecer—, en detalle era un error. Con la posición de la hora de la puesta del sol tan ampliamente apoyada por la evidencia de la Escritura, todas las congregaciones, que incluían a los dirigentes de la iglesia, aceptaron prontamente la luz y estaban listas para cambiar su práctica. Todos, esto es, excepto dos: José Bates y Elena de White.

La posición de Bates había sido aceptada y defendida en forma general. Él era el apóstol venerable de la verdad del sábado. No estaba listo para aceptar lo que había sido presentado por el joven John Andrews, y se levantaría en defensa de su posición. La visión dada a Elena de White en 1848, que corregía la hora de la salida del sol y confirmaba la “hora del atardecer”, no tenía nada que decir acerca de que la hora de las 6:00 de la tarde estuviese equivocada.

Elena de White razonaba que la hora de las 6:00 de la tarde se había puesto en práctica durante casi una década. El sábado observado de esa manera había sido una gran bendición para ella, y el ángel no había dicho nada en cuanto a que esto fuese un error. ¿Debía hacerse un cambio ahora? Las cosas quedaron así durante el resto del sábado y el domingo mientras los miembros estaban reunidos en el congreso, pero era un punto de división más bien sensible que estaba destinado a ahondarse a medida que pasara el tiempo. Entonces el Dios del cielo intervino.

Elena de White escribió lo siguiente en cuanto a lo que ocurrió: El 20 de noviembre de 1855, mientras me hallaba en oración, el Espíritu de Dios bajó repentina y poderosamente sobre mí, y fui arrebatada en visión (1JT, p. 30).

Se dirigió la atención de Elena a muchos puntos, entre ellos el momento para comenzar el sábado. Ella examinó el asunto con el ángel. Esta conversación fue muy iluminadora: Vi que aún es así: “De tarde a tarde guardaréis vuestro sábado”. Dijo el ángel: “Tomad la Palabra de Dios, leedla, entendedla, y no podréis errar. Leed cuidadosamente y encontraréis qué es la tarde y cuándo es”.

Pregunté al ángel si el desagrado de Dios había estado sobre su pueblo por comenzar el sábado cuando lo hacían. Se me remitió a la primera aparición del sábado, y seguí al pueblo de Dios hasta este tiempo, pero no vi que el Señor estuviese disgustado ni que los desaprobase.

Pregunté por qué había ocurrido así, que a esta hora tardía debíamos cambiar el momento de comenzar el sábado. Dijo el ángel: “Entenderéis, pero no todavía, no todavía”. Dijo el ángel: “Si viene la luz, y esa luz es puesta a un lado o rechazada, entonces viene la condenación y la desaprobación de Dios; pero antes de que llegue la luz, no hay pecado, porque no hay luz para que ellos la rechacen”.

Vi que en la mente de algunos estaba la idea de que el Señor había mostrado que el sábado comenzaba a las seis de la tarde, cuando yo sólo había visto que comenzaba a la “tarde”, y de esto se infirió que la “tarde” era a las seis. Vi que los siervos de Dios deben unirse y avanzar juntos (IT, p. 116).

Y lo hicieron. La visión corrigió a Elena de White y a José Bates, y ellos aceptaron la visión de todo corazón. Se definió la cuestión del momento para comenzar el sábado; se lo hizo sobre la base del estudio de la Biblia, y se lo confirmó mediante una visión.

*************

Reúnanse pequeños grupos por las tardes, al mediodía, o temprano en la mañana para estudiar la Biblia. Tengan un momento de oración, para que el Espíritu Santo los fortalezca, ilumine y santifique. Cristo desea que esta obra se realice en el corazón de cada obrero. Cada uno de ustedes obtendrá una gran bendición si tan sólo abre la puerta para recibirla. Los ángeles de Dios están presentes en sus reuniones. Ustedes se alimentarán con las hojas del árbol de la vida. Qué hermoso testimonio podrán dar del amor manifestado entre compañeros de trabajo durante esos preciosos momentos de buscar la bendición de Dios. Que cada uno relate su propia experiencia con palabras sencillas. Esto traerá más consuelo y alegría al alma que todos los instrumentos de música que pudieran reunirse en las iglesias. Cristo entrará en sus corazones. Sólo por este medio podrán ustedes mantener su integridad.  {7TI. 186.1}

El Conflicto de los Siglos

Capítulo 41—La liberación del pueblo de Dios

Multitudes de hombres perversos, profiriendo gritos de triunfo, burlas e imprecaciones, están a punto de arrojarse sobre su presa, cuando de pronto densas tinieblas, más sombrías que la oscuridad de la noche caen sobre la tierra. Luego un arco iris, que refleja la gloria del trono de Dios, se extiende de un lado a otro del cielo, y parece envolver a todos los grupos en oración. Las multitudes encolerizadas se sienten contenidas en el acto. Sus gritos de burla expiran en sus labios. Olvidan el objeto de su ira sanguinaria. Con terribles presentimientos contemplan el símbolo de la alianza divina, y ansían ser amparadas de su deslumbradora claridad.

Los hijos de Dios oyen una voz clara y melodiosa que dice: “Enderezaos”, y, al levantar la vista al cielo, contemplan el arco de la promesa. Las nubes negras y amenazadoras que cubrían el firmamento se han desvanecido, y como Esteban, clavan la mirada en el cielo, y ven la gloria de Dios y al Hijo del hombre sentado en su trono. En su divina forma distinguen los rastros de su humillación, y oyen brotar de sus labios la oración dirigida a su Padre y a los santos ángeles: “Yo quiero que aquellos también que me has dado, estén conmigo en donde yo estoy”. Juan 17:24 (VM). Luego se oye una voz armoniosa y triunfante, que dice: “¡Helos aquí! ¡Helos aquí! santos, inocentes e inmaculados. Guardaron la palabra de mi paciencia y andarán entre los ángeles”; y de los labios pálidos y trémulos de los que guardaron firmemente la fe, sube una aclamación de victoria.

Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo. Sale el sol en todo su esplendor. Sucédense señales y prodigios con rapidez. Los malos miran la escena con terror y asombro, mientras los justos contemplan con gozo las señales de su liberación. La naturaleza entera parece trastornada. Los ríos dejan de correr. Nubes negras y pesadas se levantan y chocan unas con otras. En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de muchas aguas, diciendo: “Hecho es”. Apocalipsis 16:17.

 

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