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LECCIÓN 4 – JUSTICIA Y MISERICORDIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO – II – PARA EL 23 DE JULIO DE 2016

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«La Visión de los Huesos Secos de Ezequiel» por Gustave Doore (1866) Strasbourg- Francia


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Letra Negra: Lección de Escuela Sabática

Letra Ocre: Lección de Escuela Sabática 

Letra Roja: La Biblia

Letra Café: Nuestro comentario

Letra Azul: Espíritu de profecía


Lección 4: Para el 23 de julio de 2016

JUSTICIA Y MISERICORDIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO – II

Sábado 16 de julio___________________________________

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Ezequiel 37:1-14; Efesios 2:10; Ezequiel 47:1-8; Mateo 5:16; Apocalipsis 22:1, 2; Isaías 61:1-11.

PARA MEMORIZAR:
 “Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río” (Eze. 47:9).

A FINES DE 1960, UN VECINDARIO casi se había convertido en una zona de guerra. La mayoría de las familias se mudó de allí, y dejaron viviendas abandonadas, decaídas y quemadas. Los comercios cerraron, las drogas y el crimen crecieron, y el barrio se volvió indeseable.

En 1986, una familia cristiana salió de su hogar en los suburbios y se mudó a esa comunidad deprimida. Un pastor se unió a ella. Restauraron dos casas y en ellas hicieron su hogar. Las dos familias pasaron tiempo en las calles mezclándose con los que permanecían en el área. Dios usó a estas dos familias para comenzar una iglesia que transformó la comunidad muerta. Su obra sigue todavía hoy.

Dios puede usar a su iglesia en situaciones “desesperadas” como esa. Durante esta semana, sigue “escuchando” el coro de voces del Antiguo Testamento, que llama al pueblo de Dios a revelar su carácter benévolo al mundo.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Es maravillosa la obra que el Señor determina que sea realizada por su iglesia, a fin de que su nombre sea glorificado. Se da un cuadro de esta obra en la visión de Ezequiel del río de la salud: “Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán a la llanura, y entrarán en la mar; y entradas en la mar, recibirán sanidad las aguas. Y será que toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos arroyos, vivirá: … y junto al arroyo, en su ribera de una parte y de otra, crecerá todo árbol de comer: su hoja nunca caerá, ni faltará su fruto: a sus meses madurará, porque sus aguas salen del santuario: y su fruto será para comer, y su hoja para medicina” (Ezequiel 47:8-12).

Desde el principio Dios ha obrado por medio de su pueblo para proporcionar bendición al mundo. Para la antigua nación egipcia Dios hizo de José una fuente de vida. Mediante la integridad de José fué preservada la vida de todo ese pueblo. Mediante Daniel Dios salvó la vida de todos los sabios de Babilonia. Y esas liberaciones son lecciones objetivas; ilustran las bendiciones espirituales ofrecidas al mundo mediante la relación con el Dios a quien José y Daniel adoraban. Todo aquel en cuyo corazón habite Cristo, todo aquel que quiera revelar su amor al mundo, es colaborador con Dios para la bendición de la humanidad. Cuando recibe gracia del Salvador para impartir a otros, de todo su ser fluye la marea de vida espiritual.

Dios escogió a Israel para que revelase su carácter a los hombres. Deseaba que fuesen como manantiales de salvación en el mundo. Se les encomendaron los oráculos del cielo, la revelación de la voluntad de Dios (Los hechos de los apóstoles, {HAp}, pp. 11, 12).

Cada obrero en cuyo corazón habita Cristo, todo aquel que quiere revelar su amor al mundo, es colaborador con Dios para beneficiar a la humanidad. Mientras recibe del Salvador gracia para impartirla a otros, fluye de su ser entero la oleada de vida espiritual. Cristo vino como el gran Médico, para sanar las heridas que el pecado había hecho en la familia humana, y su Espíritu, obrando por medio de sus siervos, imparte a los enfermos del pecado, a los dolientes seres humanos, un intenso poder curativo, eficaz para el cuerpo y el alma. “En aquel tiempo—dice la Escritura—habrá manantial abierto para la casa de David y para los moradores de Jerusalén, para el pecado y la inmundicia” (Zacarías 13:1). Las aguas de este manantial sanarán las debilidades físicas y espirituales.

Desde este manantial fluye el caudaloso río que vió Ezequiel en visión (Joyas de los testimonios, {2JT}, t. 2, pp. 484, 485).

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Domingo 17 de julio // Lección 4_________________________

VIVOS EN CRISTO

La gracia de Dios, que produce reavivamiento en quienes están muertos en transgresiones y pecados, se revela gráficamente en Ezequiel 37. En visión, el profeta Ezequiel es transportado por el Espíritu a un valle lleno de huesos muertos, secos y esparcidos. Estos huesos representan la casa de Israel. Dios pregunta: “Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?” (Eze. 37:3).

La respuesta a esta cuestión se desarrolla mientras Ezequiel profetiza a los huesos.

Lee Ezequiel 37:1 al 14. ¿Qué haría Dios por su pueblo?

1 La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. 11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

Los resultados del mensaje enviado a los huesos secos son:

  1. a) Ellos “vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo” (Eze. 37:10). b) Dios establecerá a su pueblo en su “propia tierra” (vers. 14). Y c) Ellos sabrán que fue Dios quien lo hizo (vers. 14).

Sin embargo, no es suficiente revivir. El pueblo de Dios recibe vida a fin de cumplir una misión. Israel había de ser una luz para las naciones.

Lee Efesios 2:10. ¿Para qué somos revividos –recreados espiritualmente− en Cristo?

10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

“Nuestra aceptación por parte de Dios es segura solamente por medio de su amado Hijo, y las buenas obras son únicamente el resultado de la obra de su amor perdonador. Las obras no son ningún crédito para nosotros, y no se nos concede nada, debido a nuestras buenas obras, por lo cual podamos reclamar una parte en la salvación de nuestras almas. La salvación es un don gratuito de Dios al creyente, que le es concedido solamente por Cristo. El alma atribulada puede encontrar paz […] y su paz estará en proporción a su fe y confianza. No puede presentar sus buenas obras como un mérito para la salvación de su alma.

“Pero ¿no son las buenas obras de ningún valor? El pecador que todos los días comete pecado impunemente ¿es considerado por Dios con el mismo favor que quien, por medio de la fe en Cristo, lucha por lograr su integridad? Las Escrituras contestan: ‘Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas’ (Efe. 2:10) […].

“En su divina disposición […] él ha ordenado que las buenas obras sean recompensadas. Somos aceptados solo por los méritos de Cristo, y los actos de misericordia, las acciones de caridad que realizamos, son los frutos de la fe” (MS 3:227).

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Ezequiel es muy diferente al resto de los profetas; en realidad Ezequiel es mitad sacerdote y mitad profeta. En Ezequiel se encuentran las corrientes del sacerdocio y de la profecía; y también parten de él, las corrientes del sacerdocio y las profecías.

 En todo el libro de Ezequiel se describe a Ezequiel como sacerdote, comenzando en Ezequiel 1: 3 que dice: vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, …” Pero a pesar que Ezequiel fue un sacerdote, todo el libro que él escribió, está lleno de visiones, sueños y profecías, podríamos decir que Ezequiel fue un sacerdote de gran autoridad, pero estaba vestido con el manto de un profeta.

 La mayoría de las visiones de Ezequiel fueron dadas en las riveras del rio Quebar, que se encontraba en las afueras de Babilonia, pero ésta visión se da en un lugar diferente, ésta visión se da en un inmenso valle posesionado por la muerte, un valle donde la muerte era privilegiada, donde la muerte se había entronizado y se sentía muy segura, era un valle de desolación y desdicha.

 La condición del valle describía la condición de Israel en su cautiverio en Babilonia a manos de Nabucodonosor. Israel estaba vencido, destruido, esparcido, sin esperanza y también sin deseos de revivir, ésta es la misma situación de todos aquellos que se encuentran destruidos por la tiranía del pecado.

 El predicador Ezequiel tenía una iglesia muy fina para predicar “en medio de un valle” Los verdaderos predicadores de Cristo hacen de la naturaleza, sus verdaderos templos. Ellos no necesitan estar confinados a un edificio hecho por las manos de los hombres para poder predicar, ellos no necesitan estar atados al convencionalismo de la sociedad. En cualquier lugar que el hombre se encuentre, en los valles, en las montañas, en las playas, en los caminos, en las plazas o en los mercados, ellos suelen abrir allí su templos y allí imparten sus grandes mensaje, esa fue la forma que Cristo y sus apóstoles solían predicar.

El predicador Ezequiel tenía que predicar a una congregación muy afectada: “…un valle que estaba lleno de huesos.. y por cierto secos en gran manera.” Los humanos somos criaturas de lo exterior, cuando estamos con vida, nos importa mas lo exterior que lo interior, cuidamos mas de nuestra apariencia que de nuestro espíritu. Mientras el humano está con vida es atractivo a los ojos, pero cuando el humano muere se vuelve ofensivo a los ojos. Así mismo pasa con los degenerado, son ofensivo inclusive al mismo degenerado.

El predicador tenía un mensaje que dar; tenía que apelar a un gran auditorio que estaba muerto, y su sermón se llamaba “La Resurrección”.

Con sumo respeto, el predicador caminaba por en medio de los huesos secos, ese respeto y solemnidad de Ezequiel, es el mismo respeto que se merecen aquellos que han perdido la esperanza y el gozo por causa del pecado, no importando quien es la persona, ya sea un rico o un pobre, ya sea un blanco o un negro.

Esos huesos secos eran reliquias, huesos que en algún momento se divorciaron de la vida, y por esa acción llegaron a ésta deplorable condición.

A los ojos de cualquier persona el trabajo de predicar a los muertos era absurdo, pero por la obediencia que Ezequiel rendía a Dios y por la fe que él tenía en Dios, Ezequiel no solamente habló a los muertos, sino que también habló a los cielos y al Espíritu Santo, y su auditorio completo reaccionó a su predicación: Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.” El poder de la predicación siempre viene del cielo, aun el mas grande predicador de todos los tiempos, nuestro Señor Jesús, dependió del Espíritu Santo para que sus Palabras lograran perforar la endurecida alma del pecador.

 El predicador tenía que presenciar un maravilloso resultado de su sermón: Ezequiel se esforzó con el tema de la resurrección, y el resultado fue la resurrección. Todo predicador verdadero conseguirá contemplar hasta cierto grado, los frutos de sus esfuerzos.

 7Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.

“No había en ellos espíritu” (respiración)

En ésta situación es donde la mayoría de nosotros nos encontramos; y ésta son unas de las causas de nuestra deplorable situación:

 1-Teologia sin religión: La teología es la verdad, la religión es la vida.

De nada nos sirve ser dueños de hermosas doctrinas, sino tenemos el espíritu que le da vida. Las doctrinas del evangelio son gloriosas cuando habitan en almas con vidas, no hay cosa mas triste que doctrinas hermosas habitando en personas espiritualmente muertas.

 2-Conocimiento sin servicio:

De nada nos sirve el conocimiento sino lo ponemos en práctica, el conocimiento sin servicio es muerto. El conocimiento sin el servicio es como aquel suntuoso aposento que está lleno de muebles finos pero están cubiertos, es como aquella fortuna almacenada que no se sabe disfrutar.

3-Enseñanza sin convicción:

El mejor orador del mundo no tiene la capacidad de convencer, ni tampoco nos impacta tanto como aquel que nos habla desde lo mas profundo del corazón. Nuestras enseñanzas serán sin sentido mientras no vivamos lo que predicamos.

4-Adoracion sin devoción:

El cuerpo se encuentra presente en los servicios religiosos, pero vino solo, la mente se quedó en el trabajo, en los problemas, en los deportes, o en cualquier otra cosa que no sea la adoración. La adoración sin devoción es característica de alguien que está muerto espiritualmente.

5- Profesión sin posesión:

Son personas que no ofende a nadie por provocación, pero tampoco ayudan a nadie, es una religión muerta. Aquellos que no se posesionan del evangelio son los que se conforman con no ofender a Dios, ni al prójimo, para ellos esto es suficiente. Estos son los que profesan ser cristianos, pero sin comprometerse ni con Dios ni con la iglesia.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Las almas de quienes deseamos salvar son como la representación que Ezequiel vio en visión: un valle de huesos secos. Están muertos en delitos y pecados; pero Dios quiere que tratemos con ellos como si estuvieran vivos. Si se nos hiciera la pregunta: «Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?», nuestra respuesta sería sólo una confesión de ignorancia: «Oh Señor, tú lo sabes». Según todas las apariencias, no hay nada que nos induzca a esperar su restauración. Sin embargo, la palabra profético debe ser pronunciada aun a aquellos que son como los huesos secos del valle. No debemos abandonar, de ninguna manera, el cumplimiento de nuestra comisión debido a la indiferencia, la apatía, la falta de percepción espiritual de aquellos a quienes debe predicarse la Palabra de Dios. Debemos predicar la palabra de vida a aquellos que quizá nos parezca que no tienen ninguna esperanza, como si estuvieran en sus tumbas.

Aunque quizá parezca que no están dispuestos a escuchar o a recibir la luz de la verdad, debemos hacer nuestra parte sin preguntas ni vacilaciones. Debemos darles repetidas veces el mensaje: «Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo».

No es el agente humano el que inspira vida. El Señor Dios de Israel hará esa parte avivando la actividad en la naturaleza espiritualmente muerta. El aliento del Señor de los ejércitos debe entrar en los cuerpos muertos (Comentario bíblico adventista, {4BC}, t. 4, pp. 1186, 1187).

Una de las más fervientes oraciones registradas en la Palabra de Dios es la de David cuando suplicó: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio». La respuesta de Dios frente a una oración tal es: Te daré un corazón nuevo. Esta es una obra que ningún hombre finito puede hacer. Los hombres y mujeres deben comenzar por el principio: buscar a Dios con sumo fervor en procura de una verdadera experiencia cristiana. Deben sentir el poder creador del Espíritu Santo. Deben recibir el nuevo corazón, es decir tienen que mantenerlo dócil y tierno por la gracia del cielo. Debe limpiarse el alma del espíritu egoísta. Deben trabajar fervientemente y con humildad de corazón, acudiendo cada uno a Jesús en busca de conducción y valor. Entonces el edificio, debidamente ensamblado, crecerá hasta ser un templo santo en el Señor (Comentario bíblico adventista, {4BC}, t. 4, p. 1186).

Es la fragancia de los méritos de Cristo lo que hace aceptable para Dios nuestras buenas obras, y es la gracia la que nos capacita para hacer las obras por las cuales él nos recompensa. Nuestras obras en sí mismas, y por sí mismas, no tienen ningún mérito. Cuando hemos hecho todo lo que nos es posible hacer, debemos considerarnos como siervos inútiles. No merecemos ninguna gratitud de parte de Dios. Solamente hemos hecho lo que es nuestro deber hacer, y nuestras obras no podrían haber sido hechas con la fuerza de nuestra propia naturaleza pecaminosa.

El Señor nos ha pedido que nos acerquemos a él y él se acercará a nosotros; y acercándonos a él recibimos la gracia por la cual podemos hacer las obras que serán recompensadas por él (Mensajes selectos, {3MS}, t. 3, pp. 227, 228).

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Lección 4 // Lunes 18 de julio___________________________

UN RÍO QUE FLUYE

Lee Ezequiel 47:1 al 8. ¿Qué ocurre con el templo que Ezequiel mira en visión?

1 Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas.

Parece que en el templo se produce una grieta. Uno se pregunta: ¿Se rompió un caño, o qué? En este caso, la grieta es buena.

Esta agua que sale del templo va “hacia el oriente”·. Al este de Jerusalén, está el Mar Salado (también conocido como el Mar Muerto), un cuerpo de agua que está muy por debajo del nivel del mar. Entre Jerusalén y el Mar Muerto, hay aproximadamente 34 kilómetros de un terreno en su mayoría desértico, que incluye el Arabah, también conocido como la depresión del Jordán y del Mar Muerto. Ese mar es tan salado que nada puede vivir allí.

No obstante, cuando al agua del templo llega allá, las aguas muertas del mar son “sanadas”. Esto puede entenderse simbólicamente como que la iglesia de Dios, el templo (1 Ped. 2:4, 5), se extiende, y es una fuente de salud y sanidad para aquellos muertos en transgresiones y pecado.

Lee Mateo 5:16. ¿Qué nos enseña Jesús aquí con respecto al modo en que hemos de representarlo ante el mundo?

16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

El río Zambezi, en Zambia, África, comienza como un arroyo poco profundo que sale de debajo de un árbol. En su recorrido hacia las Cataratas de Victoria, va creciendo: al comienzo, el agua llega a los tobillos; luego, llega hasta a la rodilla; después, a la cintura; y finalmente, el arroyo se transforma en un río lo suficientemente profundo como para nadar en él. Del mismo modo, aunque pequeño al comienzo, el río del templo aumenta en velocidad e impacto, y llega a ser un río que “no se podía pasar sino a nado” (Eze. 47:5).

La influencia sanadora de tu iglesia puede ser pequeña en el comienzo, pero ¡puede crecer hasta transformar tu comunidad! “Se me presentaron los comienzos de nuestra obra como semejantes a un riachuelo muy pequeño” (TI 7:163).

Luz y agua: ambas son imágenes usadas a fin de manifestar lo que Dios puede hacer por medio de nosotros para ayudar a otros. ¿De qué forma podemos llegar a ser mejores canales para ministrar a los necesitados?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

1 Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas.

Este capítulo de la Biblia fácilmente le pudiéramos llamar el capítulo de las medidas, todo es medido, y mas que eso, hay una voz muy dogmática que específica con claridad los puntos cardenales del lugar.

En la visión, Ezequiel ve aguas que salen del templo de Dios, cuando nos ponemos a estudiar detenidamente de éstas aguas, nos damos cuenta que hay otros escritores de la Biblia, que también confirman que dentro del templo había agua.

La historia hebrea habla de una fuente llamada la fuente de Etam, que la mayoría de judíos identifican ésta fuente con la fuente de Neftoa, que habla Josue 18:

15 El lado del sur es desde el extremo de Quiriat-jearim, y sale al occidente, a la fuente de las aguas de Neftoa; Josue 18

 Esta fuente de Neftoa se encontraba al lado occidente del templo y de allí era conducida por tuberías, hasta el templo para que ayudará a los sacerdotes y a los levitas en todos los servicios del templo, pero especialmente en el gran trabajo de los sacrificios diarios.

También el salmista habla de ésta fuente que llegaba a la ciudad y también al templo; en Salmos 46: 4 que dice : “Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo”

Joel habla de una fuente que salía de la casa de Jehová

18 Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim.         Joel 3: 18

 Isaías identifica la misma la misma fuente con las aguas de Siloé

 Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías; Isaias 8

La primera idea que se nos viene de los versículos del estudio de éste día es la idea de abundancia. Es un pequeña fuente que nace desde el templo de Jerusalén, y poco a poco va creciendo hasta que se convierte en un río sumamente grande.

Las aguas de éste río representan el crecimiento del evangelio de Cristo, que comenzó precisamente en Jerusalén y de allí se propagó a todas las naciones del mundo.

El riachuelo comienza en Jerusalén, allí mismo donde Jesús comenzó a predicar y donde él mismo fundó el pequeño colegio apostólico. El riachuelo no era profundo, la iglesia entera se reunía y cabía en un aposento alto.

Para los días del pentecostés, ya el riachuelo había tomado mas fuerzas, la iglesia había crecido y Herodes creyó que él podía cruzar fácilmente el riachuelo y aún mas, Herodes creyó que podía hacer un estanque en el riachuelo. Herodes se equivocó y lo único que consiguió con sus persecuciones, fue que el riachuelo se esparciera y creciera mas de la cuenta.

El río creció, se anchó, y se profundizó tanto, que ahora los emperadores romanos comienzan a ponerle atención. Alarmados los emperadores de Roma con el crecimiento de la iglesia, creyeron que era tiempo de vaciar ese río. En el intento de vaciar el río, lo único que lograron los emperadores con sus persecuciones, fue que el río de desbordara e inundara grandes porciones de tierra, siendo de allí en adelante, un río imposible de encauzar, de controlar o de estancarlo. Los emperadores romanos planearon acabar con el río, y el río terminó acabando con ellos.

El evangelio ha crecido a través de las edades, hasta convertirse en una poderoso río, un río que con sus aguas puede regar prácticamente todas las naciones de la tierra. Las aguas de éste río está destinado a convertirse en un mar, por que así lo ha dicho Dios, él dijo: “La tierra entera se llenará del conocimiento de la gloria del SEÑOR, así como el agua llena los mares.” Habacuc 2: 14

 

Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas.

Esta fuente de agua que salía del templo Jerusalén desemboca directamente en el mar muerto.

El mar muerto tiene varias características muy importantes, la primera es que es un mar que carece de vida tanto animal como vegetal, por su alto contenido de sal. Solo la vida micro orgánica es capaz de vivir en una aguas tan saladas.

La segunda característica es que el mar muerto no tiene desembocadura, solamente es capaz de recibir aguas, pero no las puede compartir debido a su posición geográfica. La posición del mar muerto es tan profunda, que el agua ya no puede ir a otro lugar.

La tercera característica es que el mar muerto cubre lo que fueron las grandes ciudades de Sodoma y de Gomorra.

Si aplicamos una lección espiritual, podemos decir que el mundo igual que el mar muerto, ya tocó fondo, ya no tiene mas para donde ir, está estancado por su situación espiritual y esa es la razón de su muerte, además el mundo está excesivamente contaminado con los pecados de las grandes ciudades.

Dios promete que ese evangelio que comenzó como un débil riachuelo, alcanzará éste mar y le podrá devolver la vida, liberará a un mundo que no ya no tiene mas escape, que no tiene otra esperanza y que ya no tiene vida.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El que tiene una experiencia genuina en las cosas de Dios, no será indiferente para los que están en tinieblas, sino que preguntará: ¿Qué diría Jesús a estas pobres almas necesitadas? Procurará hacer brillar su luz. Orará en procura de sabiduría, gracia y tacto, para saber hablar una palabra en sazón al cansado. En lugar de ocuparse de conversar de cosas baladíes, de chancear y bromear, será un mayordomo fiel de la gracia de Dios, aprovechará al máximo sus oportunidades, y la semilla sembrada brotará y dará frutos para vida eterna. El tesoro de la verdad está en su corazón y puede producir buenas cosas (A fin de conocerle, {AFC}, p. 160).

El templo judío fué construido con piedras labradas, cortadas en las montañas; y cada piedra era apropiada para ocupar su lugar en el templo, labrada, pulida y probada, antes de ser llevada a Jerusalén. Y cuando todas fueron llevadas al lugar de la construcción, el edificio fué levantado, sin el sonido de hachas o martillos. Este edificio representa el templo espiritual de Dios, que está compuesto de material reunido de toda nación, y lengua y pueblo, de todas las clases, elevadas y bajas, ricos y pobres, cultos e incultos. Estas no son sustancias muertas que deban prepararse con la ayuda del martillo y el cincel. Son piedras vivas, cortadas del mundo por la verdad; y el gran Constructor Maestro, el Señor del templo, ahora está labrándolas y puliéndolas, y preparándolas para ocupar sus lugares respectivos en el templo espiritual. Cuando esté completo, será perfecto en todas sus partes, y será la admiración de los ángeles y los hombres, porque su Constructor y Hacedor es Dios.

El cuidado manifestado en la construcción del templo, es una lección para nosotros acerca del cuidado que debemos manifestar en la edificación de nuestro carácter. No ha de usarse material barato. No debe hacerse una obra casual en el ensamble de las piezas diferentes. Cada pieza debe corresponder a otra pieza. Así como era el templo de Dios, también debe ser su iglesia. Su pueblo no debe poner en la construcción de su carácter madera sin valor, ni trabajo descuidado e indiferente (Nuestra elevada vocación, {NEV}, p. 167).

Hay gran necesidad de obreros celosos, fieles y abnegados en nuestras iglesias a través de todo el país. No puede nadie trabajar en la escuela sabática o en la causa de la temperancia sin que recoja una abundante cosecha, no solamente en lo que al fin del mundo se refiere, sino en la vida presente también. Al esforzarse por llevar luz y bendición a los demás, sus propias ideas se harán más claras y amplias. Mientras más nos esforcemos por explicarle la verdad a otros, guiados por el amor por las almas, más clara se nos hará a nosotros mismos. La verdad se expande con nueva belleza y vigor ante el entendimiento del que la expone.

Hay unos pocos obreros buenos en nuestra iglesia, y estas personas abnegadas nunca sabrán cuánto bien han hecho a través de sus perseverantes esfuerzos misioneros. Sin embargo, el Señor reclama para sí a un mayor número de hombres y mujeres que los que han respondido a sus demandas. Algunas de las piedras que componen el templo sagrado de Dios reflejan la luz que el Señor Jesucristo hace brillar sobre ellas, mientras que otras no emiten luz alguna, demostrando así que no son piedras vivas, escogidas y preciosas. No son personas devotas, no oran, son parlanchinas e irreligiosas. Los verdaderos cristianos imitarán el ejemplo que el Salvador les ha dado y serán mansos, humildes, pacientes, tiernos, accesibles, libres de pomposidad y obstinación (Testimonios para la iglesia, {5TI}, t. 5, p. 113).

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Martes 19 de julio // Lección 4___________________________

LA IGLESIA: UNA FUENTE DE VIDA

“Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia […] y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá” (Eze. 47:9, NVI).

La profecía de Ezequiel ilustra que, donde fluye el río que viene de la iglesia de Dios, hay vida. Ezequiel 47:10 añade al asombro de todo esto. Qué cuadro extraño sería que un cuerpo de agua, del que se sabe que no tiene peces pues nada puede vivir en él, de repente llegara a ser un lugar donde los pescadores echan sus redes porque hay abundancia de peces.

El punto central es que, gracias al poder de Dios que obra en su pueblo, la vida puede existir donde antes no existía.

“Donde Dios actúa, no hay situaciones desesperadas; ningún grupo de personas está más allá de la redención, ninguna herencia de un pasado trágico necesita condenarnos a un futuro entregado a la desesperación”.−The Interpreter’s Bible, t. 6, p. 328.

La maravillosa gracia de Dios hace cosas asombrosas para todo el que la acepta. Este es el mensaje del evangelio. Dios, por medio de nosotros, da esperanza a quienes están desanimados, desesperados, secos y moribundos, tanto espiritualmente como físicamente.

Compara Ezequiel 47:12 con Apocalipsis 22:1 y 2. ¿Qué nos enseñan estos dos pasajes acerca del destino final de aquellos que son sanados y reciben vida de Jesús por medio de su iglesia?

Ezequiel 47:12

12 Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.

Apocalipsis 22:1 y 2

1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

Algún día, el pueblo de Dios –incluyendo a los miembros de la comunidad que Dios ha sanado y revivido por medio de la abnegación de los miembros de la iglesia− estará en la Tierra Nueva, donde hay otro río, que fluye del trono de Dios. Allí no habrá desiertos, ni sequedad, ni muerte.

Mientras esperamos esa realidad bendita, Dios quiere que sus iglesias sean lugares desde los cuales fluyan sanidad y vida abundante hacia la comunidad. Quiere trabajar por medio de nosotros para revitalizar y transformar los desiertos, las depresiones y los Mares Muertos en nuestro territorio, trayéndoles vida abundante en Jesús (Juan 10:10), que es el mensaje adventista holístico, integral, en una cápsula.

El profeta Amós presenta un cuadro similar al de Ezequiel 47. Lee Amós 5:24. ¿Cómo se compara este cuadro con el papel de tu iglesia en tu comunidad? ¿De qué maneras tangibles tu iglesia es un río salvador en ella?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Ezequiel 47:12

12 Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.

Apocalipsis 22:1 y 2

1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

La visión de Ezequiel, pudiéramos decir que es casi copiada por Juan, unos cuantos siglos mas tarde.

La salvación en Cristo que comenzó a dar grandes frutos en la tierra, será perfeccionada cuando se entre al reino de los cielos.

¿Qué mas les podemos decir de ésta lección? No mucho, entre la lección y el espíritu de profecía, la lección es hermosamente explicada.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Para el corazón que llega a purificarse, todo cambia. La transformación del carácter es para el mundo el testimonio de que Cristo mora en el creyente. Al sujetar los pensamientos y deseos a la voluntad de Cristo, el Espíritu de Dios produce nueva vida en el hombre y el hombre interior queda renovado a la imagen de Dios. Hombres y mujeres débiles y errantes demuestran al mundo que el poder redentor de la gracia puede desarrollar el carácter deficiente en forma simétrica, para hacerle llevar abundantes frutos.

El corazón que recibe la palabra de Dios no es un estanque que se evapora ni es una cisterna rota que pierda su tesoro. Es como el arroyo de las montañas, alimentado por manantiales inagotables, cuyas aguas frescas y chispeantes saltan de roca en roca, refrigerando a los cansados, sedientos y cargados. Es como un río que fluye constantemente, y a medida que avanza se va haciendo más hondo y más ancho, hasta que sus aguas vivificantes se extienden por toda la tierra. El arroyo que prosigue su curso cantando, deja detrás de sí sus dones de verdor y copiosos frutos. La hierba de sus orillas es de un verde más fresco; los árboles son más frondosos y las flores más abundantes. Mientras la tierra se desnuda y se obscurece bajo el calor que la afecta durante el verano, el curso del río es una raya de verdor en el panorama.

Así también sucede con el verdadero hijo de Dios. La religión de Cristo se revela como principio vivificante, como una energía espiritual viva y activa que lo compenetra todo. Cuando el corazón se abre a la influencia celestial de la verdad y del amor, estos principios vuelven a fluir como arroyos en el desierto, y hacen fructificar lo que antes parecía árido y sin vida (Profetas y reyes, {PR}, pp. 175, 176).

En la Biblia se llama la herencia de los bienaventurados una patria. Allí conduce el divino Pastor a su rebaño a los manantiales de aguas vivas. El árbol de vida da su fruto cada mes, y las hojas del árbol son para el servicio de las naciones. Allí hay corrientes que manan eternamente, claras como el cristal, al lado de las cuales se mecen árboles que echan su sombra sobre los senderos preparados para los redimidos del Señor. Allí las vastas llanuras alternan con bellísimas colinas y las montañas de Dios elevan sus majestuosas cumbres. En aquellas pacíficas llanuras, al borde de aquellas corrientes vivas, es donde el pueblo de Dios que por tanto tiempo anduvo peregrino y errante, encontrará un hogar.

Hay mansiones para los peregrinos de la tierra. Hay vestiduras, coronas de gloria y palmas de victoria para los justos. Todo lo que nos dejó perplejos en las providencias de Dios quedará aclarado en el mundo venidero. Las cosas difíciles de entender hallarán entonces su explicación. Los misterios de la gracia nos serán revelados. Donde nuestras mentes finitas discernían solamente confusión y promesas quebrantadas, veremos la más perfecta y hermosa armonía. Sabremos que el amor infinito ordenó los incidentes que nos parecieron más penosos. A medida que comprendamos el tierno cuidado de Aquel que hace que todas las cosas obren conjuntamente para nuestro bien, nos regocijaremos con gozo inefable y rebosante de gloria….

Vamos hacia la patria. El que nos amó al punto de morir por nosotros, nos ha edificado una ciudad. La Nueva Jerusalén es nuestro lugar de descanso (El hogar cristiano, {HC}, p. 491).

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Lección 4 // Miércoles 20 de julio________________________

PROMESAS DE JUBILEO

El Antiguo Testamento está lleno del concepto de que aquellos que han sido bendecidos en lo material y en lo espiritual deben alcanzar a los que no fueron tan bendecidos.

Lee Isaías 61:1 al 11. ¿Qué le indica Dios a su pueblo aquí, y cómo podemos aplicar esto a nosotros mismos y al llamado que el Señor nos ha hecho? Ver también Luc. 4:18.

Isaías 61:1 al 11

1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes. En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo. Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová. 10 En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. 11 Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.

Lucas 4:18

18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;

Isaías 61 comienza con una declaración de que el Espíritu de Dios obra por medio del Ungido para predicar buenas noticias a los pobres, vendar a los quebrantados, proclamar la libertad a los cautivos, y a los prisioneros liberar de la oscuridad y la desesperanza (Isa. 61:1). Todos los elementos de esta promesa tienen su cumplimiento en el “año de la buena voluntad de Jehová”. Esto es una referencia al año del jubileo, que, como ya vimos, estaba lleno de implicaciones para ministrar a los pobres.

De este modo, los enlutados que son consolados, los afligidos en Sion que son atendidos y los que reciben “gloria en lugar de ceniza”, “óleo de gozo en lugar de luto” y “manto de alegría en lugar del espíritu angustiado” (Isa. 61:3) son los mismos que reedificarán las ruinas antiguas y restaurarán los lugares devastados por tanto tiempo. Los que son bendecidos por el jubileo mesiánico llegarán a ser transformadores de la sociedad y renovadores de las ciudades arrasadas (Isa. 61:4). Los siervos de Dios serán llamados sacerdotes y ministros, y serán sostenidos por la riqueza de las naciones de los alrededores (Isa. 61:5, 6).

Las imágenes del Ungido de Jehová transformando a los pueblos de alrededor por medio de la prosperidad de los que están en pacto con él (Isa. 61:8, 9) se aplican a quienes han sido llamados, en los días actuales, a ser sacerdotes y ministros en las comunidades alrededor del mundo. ¿No debería sentirse la misma influencia transformadora de esta profecía cuando nos deleitamos grandemente en el Señor, nos regocijamos en nuestro Dios, y estamos vestidos con vestiduras de salvación y justicia en medio de nuestra comunidad (Isa. 61:10, 11)?

Lee Isaías 61:9. ¡Qué testimonio poderoso de lo que Dios podría hacer con su pueblo! ¿Podría decirse lo mismo acerca de nosotros hoy? ¿Por qué sí o por qué no?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Todos los ministerios verdaderos son inspirados y dirigidos por el Espíritu Santo, por eso es de suma importancia las palabras del profeta y las mismas palabras de Cristo, cuando en su ministerio él dijo: 1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí.

Todos los ministerios verdaderos tienen como fin hacer el bien. Si leemos detenidamente la lectura de éste día encontraremos un mensaje lleno de benevolencia, simpatía, gentileza y bondad hacia el sufrimiento del ser humano. Aliviar las necesidades del ser humano, es una de las grandes características de un ministerio verdadero.

Un verdadero ministerio, ya sea publico o privado, nunca se achica antes las grandes tareas que tiene por delante, por duras y dificultosas que sean. La gran declaración que se hace en medio del párrafo dice: «2 a proclamar el día de venganza del Dios nuestro.” Esta tarea aun que no es agradable para hacer, se tiene que hacer, por que la venganza de Dios, se aproxima a la tierra y no hay escape para nadie, ni para el que predica éste mensaje, ni para el que recibe éste mensaje.

“me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos”

Este es el trabajo que Jesús fue llamado a hacer en ésta tierra, y es el mismo trabajo que nosotros somos llamados a hacer en ésta tierra. Hay una clase especial de personas que tiene que ser alcanzadas con éste ministerio y estas personas son los “abatidos”. Los abatidos son los mismos “pobre de espíritu”, esos que se sienten indignos de presentarse ante Dios, esos que se contemplan ellos solos como miserables, cuitados, ciegos, pobres y desnudos. Jesucristo abrió su famoso sermón del monte dándole una bendición a éste tipo de personas, el dijo: Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos”

Estas son las características de los mansos, los pobres de espíritu, o los abatidos

1-Tienen un sentimiento de soledad y vacío en sus vidas

2-Tienen un sentimiento de culpabilidad

3-Tienen un sentimiento de miseria creada por el pecado. Así como el hijo pródigo, ellos sienten que pronto morirán de hambre, la culpabilidad es una carga demasiada pesada para un corazón honesto.

4-Tienen una completa necesidad del Salvador y del cielo

5-Ellos creen que no se merecen la ayuda de Dios, no pueden encontrar una carta de recomendación, para poder aplicar para la ayuda divina.

6-Tiene un deseo sincero de suplir las necesidades de sus almas

7-Tienen un corazón que se somete fácilmente a cualquier método de ayuda que Dios use con ellos

A los pobres hay que enseñarle las buenas nuevas del evangelio:

-Hay que enseñarles que las buenas nuevas de salvación se ha diseñado para ellos

-Hay que enseñarles que las buenas nuevas de salvación, es un salvación completa

-Hay que enseñarles que el precio de la salvación ya fue pagada en la cruz

-Hay que enseñarles que el cielo ofrece una amnistía incondicional a todo aquel que criminal que desea acercarse a la justicia divina

-Hay que enseñarles que el gran Médico de las almas nunca ha fallado con ningún paciente

-Hay que enseñarles que las buenas nuevas, nos conducen a la felicidad, a un gran tesoro, a una victoria gloriosa, y a un hogar eterno.

“a vendar a los quebrantados de corazón”

Hay dos clases de “quebrantados de corazón”:

Los quebrantados de corazón naturalmente: Son todos aquello que sufren por todas las desgracias que sufre éste mundo. Son quebrantados de corazón por las enfermedades, por las desgracias, por los sinsabores y desengaños de ésta vida y por la muerte que naturalmente afecta a éste mundo, desde que el pecado se enseñoreo de éste.

También están “los quebrantados de corazón” espirituales: Estos son los que sufren por los pecados que cometen y las consecuencias de esos pecados.

Dios sana a los quebrantado de corazón: adoptándolos como sus hijos, dándoles la fe de Jesús, entregando su Santa Palabra, y perdonando sus pecados.

El mensaje de Isaías 61, es un mensaje de esperanza, es un mensaje de alegría, es un mensaje de júbilo, para aquellos que esperan días mejores, y también para aquellos que no tienen muchas esperanzas en días mejores.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Aquellos que esperan la venida del Esposo han de decir al pueblo: “¡Veis aquí el Dios vuestro!” Los últimos rayos de luz misericordiosa, el último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de su carácter de amor. Los hijos de Dios han de manifestar su gloria. En su vida y carácter han de revelar lo que la gracia de Dios ha hecho por ellos. La luz del Sol de Justicia ha de brillar en buenas obras, en palabras de verdad y hechos de santidad.

Cristo, el resplandor de la gloria del Padre, vino al mundo como su luz. Vino a representar a Dios ante los hombres, y de él está escrito que fue ungido “de Espíritu Santo y de potencia” y “anduvo haciendo bienes”. En la sinagoga de Nazaret dijo: “El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres: me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; para pregonar a los cautivos libertad, y a los ciegos vista; para poner en libertad a los quebrantados: para predicar el año agradable del Señor”. Esta era la obra que él recomendó a sus discípulos que hicieran. “Vosotros sois la luz del mundo”, dijo él. “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Palabras de vida del gran Maestro, {PVGM}, pp. 342, 343).

No debemos apartarnos del mundo para escapar de la persecución. Debemos permanecer entre los hombres, para que el sabor del amor divino pueda ser como sal que preserve al mundo de la corrupción…

Los que estudian la Palabra de Dios y día tras día reciben la enseñanza de Cristo, llevan el sello de los principios celestiales. Una influencia elevada y santa mana de ellos. Una atmósfera servicial rodea sus almas. Los principios puros, santos y elevados que siguen, los capacitan para dar un testimonio viviente del poder de la gracia divina (En lugares celestiales, {ELC}, p. 311).

Así como la línea de césped verde indica la dirección de la corriente de agua viva que la produce, se puede ver a Cristo en los actos de misericordia que señalaban cada paso de su camino. Dondequiera que fuese, brotaba la salud, y la felicidad seguía sus pasos. Tan sencillamente presentaba las palabras de vida que hasta un niño podía comprenderlas. Los jóvenes se impregnaban de su espíritu de servicio, y trataban de imitar sus modales misericordiosos ayudando a los que necesitaban ayuda. Los ciegos y los sordos se regocijaban en su presencia. Las palabras que dirigía a los ignorantes y pecadores les abrían una fuente de vida. El dispensaba sus bendiciones abundantemente y de continuo; eran las atesoradas riquezas de la eternidad, dadas en Cristo, el don del Padre al hombre. {OE 120.3}

Los que trabajan para Dios deben poseer un sentimiento tan profundo de que no se pertenecen, como si la estampa y el sello de identificación estuviesen en sus personas (Obreros evangélicos, {OE}, pp. 120, 121).

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Jueves 21 de julio // Lección 4___________________________

LA IGLESIA: UN AGENTE DE CAMBIO

Lee Miqueas 6. ¿En contra de qué está hablando Dios aquí?

1 Oíd ahora lo que dice Jehová: Levántate, contiende contra los montes, y oigan los collados tu voz. Oíd, montes, y fuertes cimientos de la tierra, el pleito de Jehová; porque Jehová tiene pleito con su pueblo, y altercará con Israel. Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mí. Porque yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí; y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a María. Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de Moab, y qué le respondió Balaam hijo de Beor, desde Sitim hasta Gilgal, para que conozcas las justicias de Jehová. ¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece. 10 ¿Hay aún en casa del impío tesoros de impiedad, y medida escasa que es detestable? 11 ¿Daré por inocente al que tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas? 12 Sus ricos se colmaron de rapiña, y sus moradores hablaron mentira, y su lengua es engañosa en su boca. 13 Por eso yo también te hice enflaquecer hiriéndote, asolándote por tus pecados. 14 Comerás, y no te saciarás, y tu abatimiento estará en medio de ti; recogerás, mas no salvarás, y lo que salvares, lo entregaré yo a la espada. 15 Sembrarás, mas no segarás; pisarás aceitunas, mas no te ungirás con el aceite; y mosto, mas no beberás el vino. 16 Porque los mandamientos de Omri se han guardado, y toda obra de la casa de Acab; y en los consejos de ellos anduvisteis, para que yo te pusiese en asolamiento, y tus moradores para burla. Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo.

Miqueas se une con los otros profetas del Antiguo Testamento, quienes enfatizan que las formas externas de la religión, sin la humildad y una manifestación intencional de justicia y misericordia, nunca son aceptables para un Dios justo y misericordioso.

¿Cuál es el mensaje vital de Miqueas 6:8?

Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

“La verdadera religión es práctica. Sin lugar a dudas, incluye los ritos y las ceremonias de la iglesia, pero […] no se trata tanto de abstenerse de alimentos como de compartirlos con los hambrientos. La piedad práctica es la única clase de religión que se reconoce en el Juicio divino (Mat. 25:34-46)”.−“Comentario de Elena G. de White”, CBA 4:344.

Todavía hoy Dios rechaza la apostasía de una religión externa que excluye la piedad práctica expresada en Miqueas 6:8. Nuestras formas religiosas no son un fin en sí mismas, sino son un medio para un fin; y ese fin es Cristo, que ha de revelarse en nosotros.

En la introducción de la lección de esta semana, nos encontramos con dos familias que se mudaron a una comunidad “desesperanzada” a fin de ministrarla en sus necesidades. Las dos familias formaron un grupo pequeño en una de las salas, con amigos nuevos del vecindario. Los miembros de ese pequeño grupo creciente oraron para que Dios les mostrara la forma de hacer revivir su barrio. Se asociaron con una agencia cristiana de desarrollo y comenzaron a reclutar voluntarios para que se unieran a ellos en la reconstrucción de los edificios de departamentos que los rodeaban.

Si visitaras hoy ese vecindario, verías una comunidad nueva y próspera, en mejores condiciones que antes. Esto llegó a ser una realidad porque una iglesia pequeña tomó seriamente la misión de revelar el amor de Jesús de una manera práctica, y transformó su comunidad. Lo que esta obra revela es que Cristo, de forma práctica y poderosa, puede trabajar por medio de su pueblo para alcanzar y ministrar a otros.

Aunque Dios estaba hablando a su pueblo en conjunto, en el versículo 8, el “ti” está en singular. Dios se está dirigiendo a cada uno personalmente. ¿Cuán bien revelas tú lo que el Señor dice aquí que “es bueno”?

COMENTARIO DE LA LECCIÓN

Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Tres pedidos ha hecho Jehová:

1-Hacer justicia

2-Amar la misericordia

3-Humillarse ante Dios

Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno

Dios ha declarado al hombre todo lo que es necesario para conseguir la salvación, todos aquellos que no consigan la salvación, quedarán sin escusas ante Dios. Dios ha implantado en el pecho del hombre una conciencia natural, también nos ha dado su Palabra escrita, Dios ha puesto en el hombre el poder para buscar y conseguir la salvación. Dios se ha asegurado que cada hombre pueda recibir a plenitud la presencia del Espíritu Santo, no solamente para iluminar su Palabra en la mente del hombre, sino concediéndole la gracia para poder obedecer lo aprendido. Dios ha ordenado a sus ministros a predicar el evangelio alrededor del mundo, a toda lengua, pueblo y nación. Entonces si no conocemos nuestras responsabilidades, es por que no queremos conocerlas, si perecemos por ignorancia, es por que escogimos la ignorancia en vez de la luz de la sabiduría y del conocimiento divino.

“solamente hacer justicia”

Tenemos que ser justos en todo nuestro proceder. Tenemos que entregar a todos los hombre, alegremente y sin tardanza todo lo que a ellos les pertenece. Ser justo significa hablar la verdad, ya que la mentira no solo ofende a Dios, sino que también destruye a nuestro prójimo. Ser justo significa someternos a las autoridades y a las leyes de nuestra nación, cada vez y cuando estas no vayan en contra de la conciencia y de los mandamiento divinos. Ser justos es evitar hacer daño a nuestro prójimo, es no oprimir, no abusar, no defraudar, ni tentar a nadie. Ser justo también es no destruir la propiedad de nuestro prójimo, hay que recordar que para destruir la propiedad de nuestro prójimo hay miles de maneras disponibles para llevar a cabo ésta obra satánica, el justo siempre es un gran amigo de su vecino.

“y amar misericordia”

Misericordia significa caridad cristiana en un sentido muy amplio. Esto incluye afectos, benevolencia, bondad, ternura, mansedumbre, paciencia, perdón y cualquier otra expresión que sea de bienestar y de ayuda para el hombre.

Interesante-mente Dios primero nos ordena a ser justos y después amar la misericordia, la justicia no tiene grados, o somos justos o somos injustos, pero no hay termino medio, pero no sucede así con la misericordia, la misericordia puede tener diferentes medidas, una persona puede ser mas misericordiosa que otra, por lo tanto Dios nos manda a amar la misericordia, por que dependiendo de la cantidad de amor que tengamos para la misericordia, así será nuestra misericordia.

Amar la misericordia es diferente a tener misericordia; cuando hacemos un acto de misericordia es por que somos impulsados por la bondad, o por lo humanitario que somos y muchas veces por la lástima, pero cuando amamos la misericordia, es por que somos impulsados por el amor; amar la misericordia es esa gratificación que se siente de ver a nuestros prójimo ser beneficiado y también verlo prosperar. El amor a la misericordia intensifica los actos de la bondad.

“y humillarte ante tu Dios.”

Humillarse ante Dios significa ser fiel y celoso siervo de él. Es el acto de traer nuestro corazón entero y también nuestras acciones a Dios, es el acto de poder ser enseñado, ser sumiso, agradecido, paciente y dependiente de él. Humillarse ante Dios es hablar con él con reverencia. Caminar con Dios es un triunfo, la entrada es placentera, así mismo es el camino, la compañía y también el destino.

Caminar con Dios significa: escogerlo, sentir su presencia, tener un espíritu de oración constante, tener simpatía para Dios, y depender constantemente de él.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Al insistir en el valor de la piedad práctica, el profeta estaba tan sólo repitiendo el consejo dado a Israel siglos antes. Por medio de Moisés, mientras estaban los israelitas a punto de entrar en la tierra prometida, el Señor les había dicho: “Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que hayas bien?” (Deuteronomio 10:12, 13). De siglo en siglo estos consejos fueron repetidos por los siervos de Jehová a los que estaban en peligro de caer en hábitos de formalismo, y de olvidarse de practicar la misericordia…

Estas claras expresiones de los profetas y del Maestro mismo deben ser recibidas como voz del Cielo para toda alma. No debemos desperdiciar oportunidad alguna de cumplir actos de misericordia, de tierna prevención y cortesía cristiana en favor de los cargados y oprimidos. Si nos es imposible hacer más, podemos dirigir palabras de aliento y esperanza a los que no conocen a Dios y a quienes podemos alcanzar con más facilidad mediante la simpatía y el amor (Profetas y reyes, {PR}, pp. 241, 242).

¿Cuándo aprenderá a ser sabio el pueblo de Dios? La verdadera religión de Jesucristo tiene que ver en primer lugar con la misericordia y la gloria de Dios en nuestras experiencias cotidianas. Dios está muy cerca de nosotros en Cristo; sí, cerca de todas aquellos que lo invocan con sencillez y sinceridad, que disciernen su gran necesidad de la sabiduría que desciende de lo alto (Alza tu ojos, {ATO}, p. 93).

¿Qué es la santificación? Consiste en entregarse a sí mismo plenamente y sin reservas—alma, cuerpo y espíritu—a Dios, para obrar con justicia, para amar la misericordia, y para caminar humildemente con Dios. Para conocer y para realizar la voluntad de Dios sin tomar en cuenta el yo, o los intereses personales; para tener una mente orientada hacia el cielo, pura, desinteresada, santa y sin mancha.

Es mediante la verdad, por el poder del Espíritu Santo, que somos santificados, transformados a la semejanza de Cristo. Y para que este cambio pueda realizarse en nosotros, debe haber una aceptación de la verdad, incondicional y sincera, una entrega sin reservas del alma a su poder transformador (Nuestra elevada vocación, {NEV}, p. 214).

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Lección 4 // Viernes 22 de julio__________________________

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee Jeremías 22:1 al 6; Ezequiel 16:49; y Zacarías 7:9 y 10. Lee también el “Comentario de Elena G. de White”, Comentario bíblico adventista, t. 4, pp. 1.186, 1.187; y “El propósito de Dios en nuestros sanatorios”, Testimonios para la iglesia, t. 6, pp. 230, 231.

“¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miq. 6:8, NVI). ¿Cuánto más claro podría ser Dios con respecto a lo que él pide de su pueblo? Dios nos ha mostrado lo que es “bueno”; y este “bueno” es la misma palabra usada en Génesis 1 al hacer referencia a la creación antes de la Caída. De este modo, en forma implícita, se nos dirige al ideal antiguo, a lo que Dios quería para nosotros y, en última instancia, a lo que él restaurará después de que Jesús regrese. La frase “qué pide [o espera] Dios de ti” también podría traducirse como “lo que Dios busca de ti”. Es decir, ¿qué es lo que Dios “busca de” nosotros, su pueblo? La respuesta es cómo debemos relacionarnos con otros y con Dios. Primero, tenemos que “hacer justicia”. Esto es muy apropiado, pues podemos ayudar a los que, a menudo, son víctimas de las injusticias. Segundo, hemos de “amar misericordia”. Vivimos en un mundo que puede ser muy despiadado. Qué testimonio poderoso daríamos si amáramos la misericordia y mostráramos ese amor a otros. Tercero, debemos humillarnos ante Dios. Si Dios en Miqueas 6:4 dijo a su pueblo que mirara atrás, a su liberación de Egipto, como una razón para que caminara humilde y fielmente ante él, ¿cuánto más se debe aplicar esto a nosotros, que hemos sido redimidos por la sangre de Jesús? La realidad de la Cruz, y lo que costó redimirnos, debería siempre mantenernos humildes ante Dios.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Qué otros textos del Antiguo Testamento hablan sobre nuestra obligación hacia los necesitados?
  2. En Amós 5, los versículos 21 al 24 son palabras fuertes acerca de la gente religiosa en los tiempos de Amós, y señalan que Dios mostraba más interés en el modo en que trataban a otros que en los ritos religiosos que él mismo había instituido. ¿Qué nos dice esto respecto de dónde debemos poner el énfasis?
  3. ¿Cómo podemos precavernos contra el peligro de que, al trabajar para suplir las necesidades materiales de otros, terminemos descuidando sus necesidades espirituales? ¿De qué forma podemos alcanzar un equilibrio correcto en nuestro deseo de ministrar a los necesitados que nos rodean?

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Escrito por: Tony García.
Este documento es una cortesía de 7day Media Group.
“One World – One Dream”
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Madrid, España 2015

8 pensamientos en “LECCIÓN 4 – JUSTICIA Y MISERICORDIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO – II – PARA EL 23 DE JULIO DE 2016

  1. HOLA BENDICIONES

    Date: Sat, 16 Jul 2016 19:01:15 +0000 To: nphecp@hotmail.com

  2. MUCHAS GRACIAS HNO TONY ESTA MUY INTERESANTE SUS DOCUMENTOS D ESTUDIOS, TAL ES QUE LO ESTAMOS USANDO EN NUESTRA RADIO LA VOZ DEL EVANGELIO 97.9 FM EN VERACRUZ , MEX. EN EL ESPACIO DE ESTUDIOS DE LA GUIA EN LAS MAÑANAS DE 9 A 10 AM—SI GUSTA PUEDE SINTONIZAR EN ESTE LINK http://www.lavozdelevangelio.tk trabajamos las 24 hrs. Dios le siga bendiciendo

  3. Gracias hermano Tony que Dios le de Sabiduria, Inteligencia y conocimiento, Att. segundo Artieda

  4. Buenos días hermano Tony , me gustaría que me ampliará mas el tema del miércoles de la semana pasada con respecto a los Diezmos , de pronto mas citas que sustenten su explicación y si la Sra Elena de wite , habla al respecto ; ya que es un tema que siempre me ha inquietado . Gracias y Dios lo bendiga

  5. ok, las lecciones mas los comentarios con los libros de profecia entan super bueno, gracias porque es muy util en el momento de estudiar y asi tener la ideo completa de lo que estudio. bendiciones

  6. Excelente mi Hno tony el señor me lo diga bendiciendo abundantemente.

  7. Gracias por todo el material, Dios los siga bendiciendo.

  8. Dios te bendiga hermano toni gracias le voy a Dios por darle sabiduria y la imparte con sus hermanos. hermano por favor envieme la leccion otra vez porque sin querer la borre del correo es la de esta semana por favor le agradesco

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